viernes, mayo 04, 2018

De Regreso A La Ciudad De IIÓN - Parte II


A través de un túnel con cristales azules fuimos a parar a las afueras de la casa de Campo, a lo lejos a unos doscientos metros de distancia se veía una casita de campo como de un leñador en Escocia, muy acogedora, pero antes de entrar el Maestro Jesús quería enseñarme algo más así que él dijo “En esta parte de la ciudad de luz, están mis hermanos y alumnos, son pequeños Maestros que están esperando encarnar y para hacerlo tienen que aprender cómo vivir en la superficie. Por eso estamos apartados de los hermanos Encarnados, porque las enseñanzas cambian y además ellos no están de forma interna en esta parte, por consiguiente ellos siguen viviendo en las ciudades de luz, solo que gran parte del día están aquí, cuando sienten que deban aprender más, para llegar ese momento en que encarnan como Maestros en la superficie para el Plan Divino de la Ascensión Planetaria de Gaia”. Me quedé asombrada al escucharlo, de hecho tiene razón, me acuerdo que cuando estaba en la zona de Encarnados nos contaban historias sobre esta parte, dónde nunca podíamos ir, es por eso que cuando se han abierto las puertas del metro en este andén solo hemos bajado los dos y nadie ha bajado, para poder estar aquí necesitas tener un permiso, que no cualquiera puede obtenerlo, así que me sentí privilegiada poder estar allí, y le dije “Entiendo, estaré escuchando lo que me cuentes, prestaré atención a todo aquello que me enseñes y haré todo aquello que me digas que pueda hacer, Maestro” él se echó a reír y dijo “Pronto te darás cuenta de porque te he dicho esto ahora y no más tarde, solo espero que disfrutes de este viaje a mi lado, amada hermana.” Y yo le dije “¡Lo haré con gusto!”.

La cabaña del leñador solo era una entrada, la sorpresa vino después, al dejar atrás el camino de la casa, llegamos a una gran llanura llena de casetas y diferentes espacios tan hermosos y naturales, pero era gigantesco ocupaba unas doce hectáreas exactamente, eso me lo compartió Jesús, me quedé impresionada. Empezamos a caminar por un camino de piedras, al lado del valle que era muy hermoso y verde, las cabañas eran modernas, muy modernas pero convivían perfectamente con la naturaleza que los hacía realmente pintorescos e curiosos, en cada puerta en cada cabaña había pequeños Maestros tal como había dicho, eran niños de 15 o 16 años que ya eran oficialmente Maestros, llevaban sus túnicas respectivas con su rayo de colores, ¡qué hermosura! Ya que todos nos saludaban con grandes sonrisas de amor y esperanza que se respiraba en el ambiente, que era relajado también y muy confortable, me sentía como en mí casa. No podía evitar no saludarles aunque fuese levantar la mano, en plan como lo harías con una persona que está lejos de ti en ese momento y ellos devolvían el saludo de corazón, mirándote a los ojos y diciéndote “Te amamos querida y amada Flor de Lys” para nada me sentí como una extraña, ni privilegiada, solo una más, después de mucho tiempo, estaba allí.

El Sol nos daba a favor, fue en ese momento cuando vi que las cabañas resaltaban con pequeños cristales de colores y brillaban por sí solos, ¡qué hermoso! Me detuve un momento y el Maestro Jesús también lo hizo y le dije “Me habían contado maravillas de este lugar, pero lo cierto es que se quedaban cortos, es mucho más. ¡Muchas gracias, Jesús! ¡Muchísimas gracias!” le di un abrazo que él correspondió con su sonrisa pegada en mi oreja derecha y me dijo “¿Quieres conocerlos un poco?” me preguntó, alcé las cejas en señal de sorpresa y dije “Si” con asombro y felicidad. Él me ofreció su mano, me aferré a ella y seguimos caminando hasta entrar en el pabellón principal, es decir la cabaña que estaba en el centro del valle y que era el más grande de todos, por el cual ellos denominaban el pabellón de comunicación extrasensorial, es decir psíquicamente.

¿Y cuándo estarán en la superficie?” le pregunté y él contestó “Desde hace dos años terrestres que ya han empezado a encarnar, solo los que están en los niveles más superiores, que llevan eones de tiempo esperando y preparándose para su misión dentro del Plan Divino. Pero de cada cien almas que encarnan en la superficie, uno es un Maestro de aquí”. ¡Qué maravilla! “Es igual a lo que me enseñaste con once años, cuando me presentaste a mis futuros hijos ¿están aquí?” y él me miró y dijo con una sonrisa de felicidad “No, aquí no los vas a encontrar, pero ellos también están deseado empezar, solo depende de ti, si sigues por el camino que te corresponde o decidas desviarte”. Entendí porque lo decía, pero deseaba que no fuera cierto, y le dije “Voy a dejar más tiempo, para que Dios pueda indicarme si voy por el camino correcto o no, solo cuando él decida yo decidiré” me eché a reír y él solo se quedó asombrado, pero entendió mi forma de hablar y solo lo respetó. 

¿Les enseñas tú solo o hay más Maestros cómo en la Zona de Encarnado?” le pregunté y él contestó “Somos diez Maestros, cinco Ángeles y Siete Seraphines pero nuestros hermanos y alumnos nuestros, muchas veces nos dan ellos la sabiduría, nosotros solo les acompañamos en su proceso de aprendizaje”, me gustó mucho cómo lo explicaba, así debería ser en la superficie, sin forzar nada, todo siguiendo el corazón y lo que cada alma desee aprender en ese momento y a cualquier momento del día, nunca es tarde para el saber. “O sea que son 22 hermanos que imparten o más bien acompañan a… ¿cuántos, más de 5.000 Maestros?” no me cuadraban las cuentas, o las clases tenían que ser gigantes o es que la omnipresencia se hacía prioritario aquí. Y él me contestó “Solo acompañamos y orientamos, ellos ya aprenden al conectarse con la Sabiduría del Cosmos, cuando deciden meditar y ver qué pasa en la superficie, para ser observadores de cómo vivís” puse la cara de sorpresa no me lo esperaba que hubiera como pequeñas cámaras invisibles en la superficie, tendré que poner mejor el corazón en sintonía para ver cuando un Maestro de IIÓN está observándome. 

Entramos en la cabaña, me maravillé, porque por dentro era mucho más grande, llegamos a una sala llena de luz del cristal violeta, las paredes, el suelo y el techo se iluminaban por este cristal, y allí habían algunos Maestros Ascendidos, reconocí a Saint Germain enseguida y dije “¿Saint Germain?” él se giró y cuando me vio construyó una linda sonrisa en su rostro, me acerqué a él y le di un abrazo y él me dijo “Bienvenida querida Flor de Lys” no le dejé terminar y le pregunté “¿Enseñas aquí?” y él me dijo “No, hoy he venido porque me encargo de revisar las esferas de los Maestros, que las tenemos aquí” me enseñó un cristal que se podía ver al otro lado, que había otra sala gigante dónde guardaban las esferas de cada Maestro aún no encarnado, ¡qué maravilla estar allí! Y le dije “¡Oh, qué bonito! ¿Puedo acompañarte?” miré hacia atrás para mirar al Maestro Jesús, que él estaba sonriendo, escuchando nuestra conversación y dijo “Hermano, no hay problema, yo tengo que hacer un asunto, luego nos vemos, amada Flor de Lys”. Él me ofreció el brazo y me uní, para ir hacia la puerta y entrar en la sala de las esferas.

Era la primera vez que podía visitar la sala de las esferas, me hacía mucha ilusión porque hace tiempo que Saint Germain en nuestros primeros encuentros en Telos me mencionaba que algún día me enseñaría una sala de esferas. “¡Muchas gracias por darme esta oportunidad tan bonita Saint Germain!” le dije él me dio las gracias y dijo “¿recuerdas para qué sirven?” y yo le contesté “Recuerdo que cuando te nombran Maestro te dan una con el color de tú rayo y dentro hay un dibujo del Merkava, lo sé porque mi marido Atlante ya tiene el suyo, lo mostró en una fotografía en Instagram hace pocas semanas, en el viaje a Escocia que está realizando en estos momentos” y él dijo “Así es, querida. A ti te va a llegar cuando Dios te mande a llamar y vea que ya es el momento de nombrarte Maestra, pero lo conseguirás si sigues en este mismo camino, pasito a pasito”. Y yo le contesté “Solo me falta una fase más” y él dijo mientras reíamos a carcajadas limpias “Así es, solo una fase”.

Entonces Saint Germain elevó sin tocarlo una de las esferas y empezó a observarlo, yo curiosa le imité pero lo único que veía era el merkava de color violeta sin nada extraño, entonces él dijo “¿Ves allí, en esa punta de allí?” me fijé un poco hacia la punta derecha y el color violeta estaba más fuerte y él prosiguió “Se está preparando para encarnar, pero debe pasar antes una revisión” pensaba que me lo decía a mí, pero se giró y le dijo eso a un ángel que no había visto que estaba justo detrás de nosotros con un pergamino y una pluma de su ala escribiendo lo que él decía. Entonces, seguimos caminando tras colocar de nuevo la esfera en su sitio, y elevó otra esfera esta vez era de color azul, me sorprendió porque pensaba que solo se ocupaba del rayo violeta pero él dijo “Todas las esferas necesitan revisarse periódicamente, porque cada esfera revela si el maestro que aprende en este lugar, está preparado para encarnar en la superficie y hacer la misión que debe realizar de acuerdo al Plan Divino.”. 


No me pude cortar y le pregunté “¿Cada cuando se revisan exactamente?” y él contestó “Hay algunos hermanos que lo hacen todos los días, pero yo solo vengo una vez cada tres semanas”. Entonces él se giró y le dijo “Este ya está listo, llévalo a revisión” resultaba que el color azul era muy fuerte por toda la figura del Merkava y según lo que había dicho él, el maestro ya estaba preparado para encarnar. Revisamos varias esferas más, incluso había una que era de un color rosado muy flojo y él dijo “Mira ¿ves? Este todavía ni está en procesos de encarnar, aún se quedará aquí por un tiempo solo él o ella determinará cuanto tiempo estará aquí” detrás el ángel anotaba todo lo que Saint Germain le decía respecto a las esferas, ni se le escuchó decir ninguna palabra, ni tampoco telepática solo se dignaba a escuchar y anotar.

Salimos de la sala de las esferas por otra puerta, y allí nos encontramos con algunos alumnos Maestros, cuando nos vieron ellos que eran como diez Maestros adolescentes se vinieron a nuestro lado con una sonrisa de complicidad y felicidad. “Hermanos y hermanas, os presento a la Maestra Aprendiz Flor de Lys, que nos va acompañar durante el día de hoy” me presentó Saint Germain con una gran sonrisa de oreja a oreja, los Maestros Adolescentes se quedaron alucinando en un silencio lleno de asombro, hasta que escuché que una chica preciosa con el pelo rubio y enrulado “¡La Arcturiana!” me provocó la risa pero tenían razón, entonces otro chico dijo “La que defendió a los Arcturus de los Insectoides ¿cierto?” y es verdad, cuando fue la guerra antigua intenté por todos mis medios que mi querida familia Arcturiana (el planeta en sí) quedara lo menos afectado posible y así poder sobrevivir una parte de la población, y lo conseguimos con nuestro grupo, pero fue un número muy pequeño de supervivientes que con el tiempo, por gracia de Dios se ha podido reestablecer bastante pero no en su totalidad, porque pueblos y ciudades de nuestro planeta Arcturiano quedó arrasada. Me hico mucha ilusión que ellos supieran ya de mi, aunque no pude decir lo mismo de ellos, de alguna forma siempre supe que en esta zona sabían más de uno mismo que de ellos mismos, que ilusión más bonita saber que no soy una cualquiera para ellos, que tengo un pasado y que ellos lo reconocen tal como debe ser, sin juzgar, al charlar con ellos, me di cuenta de que a pesar de que tienen aspecto adolescente, realmente son más elevados y maduros de mentalidad que los adolescentes que hay en la superficie que han olvidado por completo quienes son y porque están dónde están. 

Recomendación: Diego Torres - Color esperanza.

HR.

HERO&Corporation.

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