jueves, mayo 16, 2024

Cuando No Te Permiten Sacar La Sabiduría

 

A veces no te das cuenta, de que hay tres atributos que las personas tienen y que son esenciales para que el fluir de la vida, haga su efecto. Estos tres atributos son: VOLUNTAD, SABIDURÍA y AMOR. Sin estas tres, ya les puedo decir que NINGÚN TRABAJO surgirá su efecto, porque son los que te hacen sentir realizado como persona.

No nos damos cuentas, pero hay ocasiones en que estos tres atributos se quedan bloqueados, porque hay una energía externa que empieza a manipular nuestra mente, hasta terminar bloqueando estos atributos. Y cuando los tienes bloqueados, lo primero que sientes es “¿Por qué me siento como que no soy digno de trabajar en esto?”. A mí me ha pasado, ya saben que yo trabajo con los Ángeles, pero hubo un tiempo en que estuve de misión con otra persona, y terminé dejándolo porque me di cuenta de que no me permitía ejercer mi voluntad de trabajar con amor.


La humanidad busca incesantemente la forma en ser valorado en lo que hace, sea en el trabajo, con los amigos, la familia y la pareja, solo para sentirse parte de ella o encajar. Esta sensación de no encajar o de sentirse impostor de lo que uno es, también reside en estos tres atributos. Por ser humano tienes todo el derecho universal de plantearte cualquier cosa que sientas, y eso incluye preguntarte si debes trabajar de esta forma o de otra. Pero nos chocamos con personas que suelen manipularnos y eso causa un bloqueo y un estrés mental brutal. Porque constantemente necesitas que esa persona que no sabes que te ha manipulado, te tenga que decir qué debes hacer, porque por ti mismo no lo puedes hacer, porque el otro te ha bloqueado la sabiduría interna.

Mientras que no te des cuenta de ello, seguirás allí atrapado, y cuando te des cuenta, no te lo va poner fácil que te liberes así. Porque esa persona, quiere el control de ti para que así no sienta el abandono que sintió en algún momento. Pero tú tienes el control de tú vida y tú decides qué quieres hacer. Se puede atribuir a esto a un maltratador, un sociópata o lo que quieran, porque incluso hay mujeres que hacen eso. En mí caso, yo me he tenido que enfrentar a cosas así más de una vez… primero fue la Sandra, luego la Elisabet y finalmente fue la peor persona que pensaba que me podría pasar algo así… (no diré el nombre porque sigue leyendo mis cosas y no le quiero dar el placer de que intente algo… porque sabe lo que hay).

La Sandra me hacía sentir que nadie podría ser mi amigo, porque con ella lo tenía todo. Luego con la Elisabet, me hizo de todo para empezar hasta intentar cambiar mi orientación sexual (no tengo ningún problema con la sexualidad de cada uno, pero yo soy Heterosexual y no me va nada más), esta niña intentaba hacerme creer que a mí me gustan las mujeres, cuando en realidad no es así. Y el tipo este… se puso con mi trabajo, ya es difícil encaminarse a trabajar solo y exclusivamente al servicio del universo en una dimensión tan materialista como es esta, que además, te tengas que chocar con personas que te manipulan de tal forma en que te hagan indigno de tú propio trabajo, y pensar que él es solo el único que puede decidir a quién enviar a trabajar y a quién no.

Soy una persona libre, que sabe tomar sus propias decisiones, y que es verdad, en cada una de estas personas, he decidido libremente intentar conocerlas, y me he llevado la hostia porque tenía que pasar. Y si, he pensado muchas veces, en que ¡Ojalá no hubiese ido por allí o Ojalá nunca hubiese permitido hacerle esto! Pero cuando te manipulan, no te das cuenta, es invisible, aunque escuches las palabras detalladamente, llega un día en que te encuentras en ese problemón y ¡ala… sal de allí!

La cantidad de personas, en este caso vamos a hablar de las mujeres que han estado casadas con maltratadores o sociópatas. Desgraciadamente muchas mujeres no se dan cuenta a tiempo y acaban asesinadas por sus maridos. Es verdad que aquí existe como un patrón, y es que si tu marido te dice que no vales nada la pena y que estás mejor a su lado, ¡vete de allí! Porque a la siguiente te golpeará y aún y así dirás…”fue culpa mía” y cuando alguien levanta la voz o la mano en contra de ti, no es culpa tuya, es su culpa, porque es el otro quién lo ha hecho… sea por la razón sea, nadie te tiene que levantar la voz ni mucho menos la mano.

Si una persona que compartes algo, y eso compartes es algo que realmente te hace mucha ilusión y te ha costado la vida hacerlo, y te dice “¡bah, no vale la pena!” o te hace creer que hiciste mal… ¡vete de allí también es manipulación!

Cada vez que te sientas manipulado, visualiza una espada con tus manos, y luego verás una cuerda de energía que te une a esa persona, rompe la cuerda con la espada y dices “YOSOY libre de cualquier manipulación y manipulador”. La manipulación es invisible a los ojos humanos, pero existe la energía y en ella se ve cuando alguien manipula a alguien. 

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miércoles, mayo 08, 2024

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 193 [2T]

 

Tenía razón, vivir en una dimensión tan material a veces pierdes el norte, suerte tenía de Uriel que me devolvía a la esencia de las cosas. Miré a mis familiares, uno por uno, sin que ellos se percataron que les estaba mirando, y admiraba cada gesto, cada palabra y cada acción que hacían. Sentí en mí corazón un sentimiento de agradecimiento, caí en esta familia porque soy parte de esta familia. Sonreí ligeramente y me sequé los ojos disimuladamente, y le susurré a Uriel un “gracias” que terminó que él me abrazó de forma lateral.

Quizás no daba mala suerte no tirar petardos, lo importante era reunirse con los tuyos y estar bien. Luego miré al cielo, me fije en dos estrellas y a lo lejos la pequeña luna sonriente, y di un “gracias” interno al universo por todo lo que hacían conmigo. Luego me levanté, Uriel me seguía como buen ángel guardián que es, miré por la barandilla, estaba algo oscuro pero se estaba bien, la calor estaba algo moderada, aunque me sentía como un bollito al horno con los pantalones. Luego al girarme, vi que detrás de la silla de Rafalé había una lámpara de pie, en plan de aquellas que salían en las películas de Gansters dónde el policía malo decía “¡Confiesa!” y le enfocaban con la lámpara a la cara y confesaba.

Me fui para allá, y me di cuenta que entre la silla y la lámpara había una maceta muy grande redonda con un Cactus a tan solo un metro de distancia. Miré el Cactus y me pregunté ¿con lo grande que es la terraza, qué hace esto aquí? Pero lo ignoré, me coloqué detrás de la silla de Rafalé, él estaba sentado hablando con mi padre de una cosa, cuando terminó…

-        ¡Rafalé, Rafalé!- le grité.

Rafalé se giró y me miró.

-        ¡Confiesa!- dije mientras le iluminaba la cara con la lámpara.

Rafalé se asustó, tiró la silla atrás, atrapándome con las piernas entre la silla y la maceta del Cactus, me agarré a la lámpara, pero ya era demasiado tarde, porque había perdido el equilibrio y me estaba cayendo literalmente hacia el Cactus. Perdí el equilibrio y yo veía las cosas en cámara lenta, ¿saben? Vi como todos se levantaban lo más rápido posible, pero todo a cámara lenta, y yo con una cara “¡Ay que me estoy cayendo!”. De repente, noto como alguien me agarra por la cintura con fuerza y me atrae hacía él, miré hacia arriba y vi al Arcángel Gabriel que me estaba intentando salvar la vida, porque me estaba cayendo literalmente de culo en el Cactus.

Pero, luego resulta que él se tropezó con Uriel, que intentaba ayudar también y terminamos los tres como fichas de domino, caídas en el suelo, uno encima del otro, con la “desgracia” de que mis piernas se quedaron encima del Cactus. Cuando todo volvió a la velocidad normal, obviamente que los arcángeles ya no estaban visibles para los demás, pero algo supongo que vieron, como una energía blanca y anaranjada que iba a gran velocidad hacia mí.

Todos los familiares estuvieron conmigo, me ayudaron a levantarme y empecé a tener dolor, uno pensó que me había roto una pierna, pero no era ese el dolor, sino como que algo se me clavaba. Me puse de pie, y fuimos lentamente hacia la sala de estar, resulta que el pantalón estaba lleno de espinas del Cactus. Con cuidado me quitaron el pantalón, y algunas estaban clavadas en la piel de las piernas, pero como eran tantas, decidieron al final, ponerme una toalla en plan Romano, y llevarme a Urgencias del hospital de Vic. ¡Qué vergüenza!

Por el camino, tuve que estar detrás estirada boca abajo, sin cinturón de seguridad, mi padre manejó con prudencia por si acaso no tener un accidente. Llegamos allí, entré y las enfermeras de la entrada me miraron con unos ojos que la vergüenza no paraba de aumentar, y yo “¡Hola qué tal!” madre de dios…. Mamá fue a decirle lo qué había pasado, y como no me podía sentar en la sala de espera, tuve que esperar de pie, por suerte me atendieron enseguida.


Rafalé quería entrar, pero yo le dije que no, estaba muy enojada con él. ¡Cómo se le ocurre tener el Cactus allí cerca de la mesa con lo grande que es su terraza! Lo sé, lo sé, fue culpa mía jugar a Confiesa (no he vuelto a jugar a eso nunca más), pero también es culpa suya, porque estaba en un lugar dónde era fácil tropezarse. El enojo con él, me duró un par de años, nunca había estado tan enojada con un familiar por tanto tiempo, pero es que motivos los tenía.

-        ¡Ya te dije yo que te tenías que poner esos pantalones!- decía mí madre.

Si, si, entiendo que allí mi madre de alguna forma que no sabemos decir en esta dimensión, algo o alguien le avisó de que me tenía que poner esos pantalones para no sufrir más. Que la vergüenza ya me subió demasiado, porque además, el médico me puso una crema anestésica y me tuvieron que quitar las espinas, con unas pinzas, y sacaron más de cien y la mitad se quedaron enganchadas en el pantalón. Este Cactus tenía las puntas como algo un poco nocivo para la piel, no era venenoso, pero si que las enfermeras me hicieron tomar una pastilla, que era para matar algo que quizás el Cactus tenía en las espinas.

Una hora y media más tarde, salí de la consulta para mí casa, con un poquito de miedo de querer sentarme, no me dolía nada, pero el susto lo tenía. Y decidimos terminar la fiesta en nuestra casa, yo me puse el pijama, encendí la tele, la familia estaban en la terraza y yo me puse a ver con Gabriel y Uriel la peli de Biteljuice que estaba recién empezada. Pero antes cuando nadie miraba, le di un abrazo muy fuerte a Gabriel por haberme salvado la vida y otro a Uriel por habernos ayudado tanto. Además, con el tiempo Rafalé iba comentando que ese verano el Cactus dio muchas flores, y yo le decía “¡Claro cómo ha probado la Sangre Humana…!”.

Durante ese verano, las cosas empezaban a cambiar bastante, para empezar Sitges ya solo era un simple recuerdo de infancia, me dolía en el alma admitir que se habían acabado esos tiempo tan hermosos. Me fui de colonias con el tripijoc en el Esquirol, fue muy bonito la verdad, sabía que eran las penúltimas, no la podía creer que en cuanto empezase sexto también sería mí último año en ese centro. Me estaba haciendo mayor y tantos cambios de golpe me sentían horrible, porque el miedo a lo desconocido seguía aumentando día tras día.

Recuerdo que allí en el Esquirol, en el momento que elegimos las camas para dormir, yo me pillé la cama de arriba de una litera que había lo más próximo al baño. No era porqué tuviera problemas, sino porque la luz del baño se dejaba encendida por la noche y así hacía efecto lámpara. Todavía tenía mucho miedo a la oscuridad y sabía que me estaba haciendo mayor y algún día tenía que enfrentarme a ello, pero no era el momento todavía. En la cama de abajo, se puso la Elisabet (otra chica que venía del Pompeu Fabra), en este caso era una niña que tenía tres años menos que yo y que además tenía problemas cognitivos graves.

No me importó que se quedase la cama de abajo, al lado a un metro de distancia, en la cama de abajo estaba la monitora Maribel. Lo que pasa que la Elisabet, necesitaba que la cuidase mucho, ella se hizo amiga mía porque los demás no la aceptaban y yo simplemente acepté su compañía porque me importaba mucho su integridad social y también conocerla, porque parecía una chica muy bonita. La gente me preguntaban porque iba con ella si apestaba, no era una forma de hablar, sino era literal, estar a su lado notabas casi siempre un olor bastante horrible, pero es que los demás no sabían que a pesar de tener ocho años, usaba pañales todavía, porque resulta que la maduración de su cerebro no se efectuó correctamente en la zona dónde se puede tener un control del esfínter.

A mi no me importaba nada de eso, si que a veces era un poco difícil estar a su lado con ese olor, pero le tenía que recordar ir al baño y cambiarse los pañales, que aprendió a hacerlo solita. Realmente necesitaba mucha ayuda a nivel cognitivo, no se sabía elegir la ropa para vestirse, tampoco sabía como usar los cubiertos, ni mucho menos como untar la tostada con mermelada. Así que me ofrecí a enseñarle, y ella siempre me dice que le ayudé mucho y eso me alegra un montón. A lo largo del año, vi que iba mal en alguna materias del colegio, y como eran temas que ya había hecho y superado, pues me ofrecí al igual que hice con la Saida a enseñarle y ayudarla a que lo entendiera y así fuese mejor en el colegio.

Fui conociendo a sus padres, y entendí porque le pasaba todo eso, y es que sus padres también son discapacitados intelectuales, y ella ha salido más a su madre. No lo han tenido fácil en sus vidas, porque a pesar de que muchos están en contra de que personas así se reproduzcan o se casen, la sociedad tampoco les ha ayudado mucho. No me refiero a la ONCE sino al resto de la sociedad, la que se piensa que por haber nacido sin problemas, se piensan que son dueños del mundo, cuando no lo son. Yo a la Elisabet le hablo como una persona, es decir, no son bebés, son personas que como cada uno de nosotros, ven el mundo que les rodea de una forma u otra. Pero no te piensas que a pesar de ver a una chica que aparenta tener vente años, le tengas que hablar como un bebé o como un niño de siete años, porque a ti te parezca que tener problemas cognitivos signifique quedarse en la niñez y no avanza nada. Entiendo que les cueste, pero tú lo repites las veces que haga falta, pero no son bebés, ¿de acuerdo?

Estaban pasando los cuatro días muy rápido allí en el Esquirol, y pasó algo que no entendí muy bien. Era la última cena allí, y al terminar los que no les tocaba limpiar las mesas, nos íbamos a jugar al primer patio que había, mientras que los monitores se hacían el café o el té. No sé qué pasó que de repente la Elisabet subió de la zona de las habitaciones y cuando pasó el puente por debajo porque ese puente iba al comedor, se puso de rodillas y empezó a llorar pero como si se le hubiese muerto un familiar o algo, allí. Fui a por ella, pero no cesaba de llorar, así que le pedí a una persona que se quedase con ella, que iba a buscar a los Monitores, no sé qué le pasó pero estuvo un buen rato llorando.

No sé si lo saben, pero las personas con discapacidades cognitivas suelen ver las otras dimensiones, es decir que ven a los ángeles, Maestros Ascendidos y tal. No se supo qué le pasó, pero Uriel y yo hablamos de lo que quizás le pasó…

-        ¿Qué crees que ha sido? – preguntó Uriel preocupado.

-        Yo la he visto que venía de las habitaciones, pero cerraron la puerta para cenar, siempre lo han hecho así. De hecho seguía cerrado, ahora que lo hemos comprobado. Habrá visto algo… pero ¿qué?- dije.

-        ¡Vamos a comprobarlo!- dijo Uriel me ofreció la mano y se lo acepté.


Si la puerta estaba cerrada, significa que lo qué había pasado fue allí delante, nos fuimos allí y observamos. Estábamos en el camino al aire libre, llovió durante la tarde que nos mantuvo en la sala de juegos allí durante dos horas. Todo estaba prácticamente a oscuras, se iluminaba el camino con pequeños fanales de luz, quizás le tenía miedo a la oscuridad, o quizás… vio algo más… me giré y miré hacia el camino que seguía hasta llegar al bosque, empecé a caminar y Uriel vino detrás, sentía que algo había allí.

Me detuve en cuanto el camino dejó de estar asfaltado, y miramos directamente al bosque, en silencio. A pesar de ser oscuro y que no se veía nada, no se escuchaba ni un insecto o animal nocturno y eso no era nada normal.

-        ¿Quién anda allí?- pregunté firmemente.

-        No se oye nada. ¡Aquí pasa algo! – susurraba Uriel.

-        ¡He dicho! ¿Quién anda allí?- repetí alzando un poco más la voz.

Las ramas de los árboles que teníamos más cerca empezaron a moverse, podría ser fruto del aire, pero es que no había aire, entonces apareció ÉL. 

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viernes, mayo 03, 2024

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 192 [2T]

 NOTA: Retomamos esta serie un capítulo cada semana, las dificultades que habían anteriormente, ya se han podido solucionar y ahora podemos volver a emitir cada semana (A partir del miércoles, pero no hay un día especifico).


Sonreí, no pude decirle nada, me inundó la vergüenza pero me encantó.

-        No te he visto hoy, allí.- dijo haciendo un gesto hacia las escaleras con la cabeza.- ¿Dónde estabas?- preguntó.

-        De excursión con el cole.- respondí.

-        ¡Ah, me alegro! ¿Te lo has pasado bien?- dijo él.

Dije que si con la cabeza, ¡ay madre qué vergüenza tenía por Dios!

-        Tengo una noticia que darte.- dijo, se puso algo serio, le miré.

-        ¿Qué?- susurré.

-        En Septiembre aún me verás por aquí, pero solo tendré tiempo hasta dentro de un año. Luego veré si me lo alargan.- informó.

Me puse feliz y él sonrió, nos quedamos mirando a los ojos, pero escuché que mi abuela me estaba llamando y me fui con ella. Esa fue la primera vez que alguien que no fuese de mí familia, ya que en casa tenemos la tradición que mi padre me regala una y a mi madre otra rosa, al igual a su madre, que alguien importante me regalase una rosa no por el simple hecho de ser de la familia, sino relacionado con el amor. A pesar de la diferencia de edad, a pesar que él pronto sería mayor de edad y yo una niña todavía, sus intenciones eran puras, a pesar que eso puede conllevar ahora opiniones de pedofilia o asalta cunas, pero en verdad, él solo aparentaba tener cuatro años más (a pesar que el Chico de Ojos verdes nunca he sabido a ciencia cierta cuantos años eran en verdad). Siempre era muy respetuoso e intentaba no ponerme en ningún apuro, sabía que no era una situación fácil, pero contra el amor no se puede luchar.

Realmente me puse nerviosa durante el evento en que tenía que agarrar el cargo de Capitana, me sentía que aún no estaba preparada para algo así, tener a mí cargo 25 guardianes (ahora somos el doble), sabiendo que la mayoría tendrían que acceder a recibir órdenes de alguien más joven, no sería moco de pavo, pero la decisión era firme y no me quedó otra que hacer de tripas corazón y aceptarlo.

El 30 de Abril del 2004, el Arcángel Miguel delante de las órdenes de seguridad de toda la galaxia de Orión presentes físicamente y en holograma, me nombró Capitana de la Unidad 23 de la Orden de San Miguel. Para hacerlo, me tuve que poner el vestido de gala, para que se hagan una idea es una túnica en plan gladiador pero en este caso la falda es más larga (solo para las unidades) de color azul y blanco (parecíamos del Español). La co-capitana que había con el anterior capitán siguió en el mismo cargo unos años más, me ayudó a establecerme eso lo agradecí mucho.


Son muchas cosas, porque a partir de ese momento, mis tareas más importantes fueron: organizar los turnos de las guardias mensuales, después las reuniones con los Ministerios y asistir a las reuniones de la Esfera Azul, eso incluye tácticas de defensa para los actos oficiales, informes de Estado Mayor entre otras organizaciones dimensionales. Mantener al ritmo a los reinos vegetal y animal, además que el reino elemental tienen que atender a la Orden de San Miguel, todo eso son muchas reuniones y mucha burocracia. Si se pensaban que la burocracia lo inventó el humano, van equivocados, todo el universo tiene burocracia solo que la de esta esfera va muy lenta. En resumen, el capitán se codea con la propia creación del universo pero normalmente en secreto, hasta que la humanidad esté lista para entenderlo (no se preocupen, se van acercando). Como mínimo una vez cada seis meses, tengo que asistir a la reunión de la Hermandad Blanca en una de sus naves principales llamadas la K-27 (recorre nuestro cielo constantemente escondido tras las nubes extrañas), en representación de la seguridad de España y Cataluña, a pesar de que todos los capitanes organizan un sorteo para asistir, pero mínimo una vez cada seis meses tenemos que asistir obligatoriamente.

La Hermandad Blanca nos dan unas pautas sobre las últimas noticias que se hayan actualizado en el Plan Divino, y con ellas nos vamos preparando por si tenemos que preparar a las personas de nuestra ciudad para algún evento importante. Este trabajo tiene muchas responsabilidades, y para una niña de 11 años que solo quería formar parte del Todo, por primera vez me vi entre la espada y la pared, muchas cosas y poco tiempo para hacerlas y tan chiquita, que no recuerdo tener mucho tiempo libre a partir de ese momento, porque mi jornada laboral era larga, muy largo, demasiada larga, pero valía la pena, porque no paré en fin de semana, aunque el lunes y el martes tenía algo más libre.

A pesar de estar más ocupada, eso no me dejaba tiempo para poder disfrutar de esas reuniones, la mayoría se hacían en naves que están dando vueltas a nuestro planeta, y poder verla desde lejos, es una imagen muy bonita. Quizás no me interese la política de esta dimensión, ni tampoco los gobiernos, pero yo con tan solo 11 años, ya tenía acceso a cosas que quizás la humanidad sea capaz de tener a partir del año 2040 o 2060. Ver y conocer entidades y hermanos estelares, saber qué pasa en el mundo sin tener que ver las noticias y saber qué hacer cada vez que ocurre una catástrofe, eso, a pesar de estar muy ocupada no lo cambiaría por nada del mundo o del espacio. ¡Adoro mí trabajo de Capitana que en la actualidad, que estoy a punto de celebrar 20 años en el cargo, me siento orgullosa de lo que ha pasado y estoy haciendo!

Quizás es el destino que tengo, o quizás sea la forma en cómo elegí venir en esta vida, pero poder estar en esas reuniones y poder ver más allá de la ilusión que hay impuesta en nuestra dimensión, por la manipulación de los medios. Es algo que me ha hecho muy especial, al igual que los Maestros me permitieron estar en la última reunión de Mintaka antes de empezar la cuarentena del cierre y que hasta el 2070 no se pueda volver a ir. ¿Más especial supongo, no?

Aunque definirme como especial o no, no sería la palabra adecuada, tampoco el destino que tengo es algo que me haya tocado por suerte, sino es el que he elegido. Sinceramente, me siento en familia cuando estoy al lado de los Seres de Luz, y en cambio con la humanidad me siento una completa extraña, que me miran con unos ojos… cuando me descubren que hablo con el aire y resulta que el aire, me responde.

Aprobé las pruebas para entrar en Ávalon el próximo septiembre del año 2004, eso me dio tanta felicidad, que sentía que estaría más cerca de él, de mi chico de Ojos Verdes. Apenas lo había visto en Agartha, pero que le diesen esta chance de estar en la 3D (en ese tiempo era 3D, ahora es 4D) de poder vernos un ratito todos los días, ya me sentía algo agradecida. Pero el próximo curso, volvería a estar con mis amigos, además de haber aprobado las pruebas de acceso, al verme tan preparada porque hice un curso avanzado de orientación en ese centro en Amsha, se me dio la chance de empezar directamente en segundo en vez de empezar en primero.

El fin de curso fue como siempre un acto muy bonito, empezaba el verano, pero esta vez terminé algo emocionada, porque en el siguiente curso, ya sería de los mayores, el último curso de primária, ya habían pasado once años de mi nacimiento, y en pocos meses me convertiría en los más mayores del recinto. ¿Estaba lista para esa etapa? Porque después de primaria, venía la secundaria, y en El Carmen, no se podía continuar, teníamos que ir a la Salle o al Instituto, la decisión estaba en mis manos y me faltaba poco tiempo para tomarla.

Se iba acercando la celebración de San Juan, pero ese año hubo cambios de última hora, resulta que a mi tío Rafalé le hacía mucha ilusión celebrar San Juan en su terraza de su dúplex, la diferencia era que allí no podíamos tirar petardos. Actualmente estar en San Juan sin tirar petardos, no es algo malo, de hecho hace muchos años que ya no tiro petardos, pero yo con once años, nunca me había pasado un San Juan sin tirar petardos, así que estaba un poco acojonada… a tal punto de que pensaba “¿dará mala suerte?”. De pequeña era algo supersticiosa, porque cada vez que no hacía algo, como tocar la farola dos veces o quizás saltar las tapas de las alcantarillas, daba “mala suerte” en mí y en mí familia. Esto ahora lo determinamos como TOC (creo que tuve TOC en el pasado, pero nunca fui diagnosticada, se me fue con el tiempo).

Llegó el 23 de Junio, y ese día hizo una calor que se me derretían hasta las pestañas, ¡madre mía! Recuerdo que me tocó ir a almorzar a casa de mi abuela, y pasé la tarde con ella y la Pepeta, que nos fuimos a tomar el fresco hacia las seis de la tarde, a las siete me fui con mi papá a casa. Y cuando se acercaba las nueve, mi madre vino a mí habitación y me trajo la ropa que me tenía que poner para la cena. Lo dejó encima de mi escritorio y se largó, yo al revisarla, me quedé de piedra… me había puesto un pantalón tejano de pana y largo, con una camiseta de manga corta. Agarré el pantalón y me fui a su cuarto, que ella todavía no se había empezado a cambiar.

-        ¡Mamá, ¿porqué no me pones un pantalón corto? Ha hecho más de 30 grados, me voy a asar!- le dije.

-        No, hará fresquito en la terraza del tito.- insistía mi madre.

-        ¿Fresquito? ¡Pero si ya me estoy asando, mamá!- le dije.

-        ¡Da igual, te pones esto y punto!- insistió.

-        ¡Pero mamá!- dije quejándome.

-        ¡No, no se hable más!- dijo y me envió muy amablemente con la mano a que me fuera de su habitación.

Hice un gruñido de desaprobación, pero me giré y me volví a mí cuarto, no tuve más remedio que ponerme esos pantalones. Luego en su terraza, tenía mucho calor y empecé a sudar, la cena estaba bien, aunque no había muy buena iluminación. La terraza era grande, y a un rincón a la izquierda, puso una mesa con varias sillas, todas diferentes, éramos tantos que a mí me tocó sentarme en la tumbona, era más bajo pero en realidad lo pedí yo. Empezamos a comer, porque estaba también el Ángel y mí Tío Alfonsito, que vivían en Manlleu y aprovecharon para venirse también, el Drakho, Rafalé, mis padres y yo.


De primero había un pica-pica de muchas cosas, tanto carne (que en ese tiempo comía carne sin problema), y de pescado, incluso habían gambas (camarones para la gente de latinoamerica). Todo estaba muy rico, mi familia saben cocinar muy bien, de segundo mi madre preparó una caldereta de cordero, y de postre Alfonsito compró la famosa Coca de San Juan (un postre dulce muy bueno), él trajo de crema, fruta escarchada y la típica de llardons (torreznos). Comer Coca en San Juan es tradición de Cataluña, pero en otros lugares de España hacen otros postres típicos de su comunidad autónoma.

De fondo se escuchaban los petardos de los vecinos, y yo más aburrida que una mona, no sabía qué hacer, porque los adultos ya se habían puesto a hablar de sus cosas. Uriel se sentó en la tumbona conmigo para hacerme compañía, pero sinceramente me aburría tanto…

-        Dary, ahora mismo en casa estaríamos lanzando petardos, y de a poquito vería la peli Biteljuice que me apetecía mucho verla en el Canal+. – le dije.

-        ¿Te gusta mucho no, tirar petardos?- me preguntó Uriel.

-        Si es lo más divertido de esta fiesta.- respondí con una sonrisa.

Uriel me colocó una mano encima de mí hombro derecho, giré la cabeza para verle la cara.

-        Yo creo que tirar petardos no es muy divertido, pero ¿sabes qué es más divertido todavía? – dijo el Arcángel Uriel.

-        ¿Qué?- pregunté.

-        Estar con ellos, tú familia. ¡Míralos… ahora están charlando de sus cosas, pero ellos te han aceptado como parte de su familia! Eso es más divertido que tirar petardos en San Juan. Antiguamente esta fiesta no se originó para tirar petardos, sino para celebrar con los tuyos, la llegada del buen tiempo, el sacrificio del invierno ya había pasado y empezaba la buena temporada, y qué mejor que celebrarlos junto a tú familia alrededor de un fuego o de una mesa como esta. ¿Comprendes? San Juan significa llama del fuego Trina, es decir el espíritu, el Alma y el cuerpo unidos junto a los tuyos. – explicó Uriel.

Recomendación: Un ángel desobediente - Netflix.

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Cuando No Te Permiten Sacar La Sabiduría

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