martes, agosto 30, 2022

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 153 [2T]

 

Mis pies volvieron a tocar el suelo, estaban desnudos por ser finales de enero, pero no tenía mucho frio, antes de que me dejase de agarrarme de la cintura Gabriel, le miré a los ojos, le di un beso en la mejilla se me quedó mirando quería decir algo pero eran uno de esos momentos en que le pille totalmente por sorpresa.

-        Te lo digo muy en serio, en esta vida no quiero morir, y si aceptas, te dejo que me ayudes a conseguirlo.- le susurré.

Entonces me giré y me di cuenta de que estábamos en una playa dónde la arena eran pequeñas rocas de tierra, daba una sensación extraña cuando la pisabas, estaba fría pero su sensación robusta molestaba bastante en las plantas de los pies. Levanté un pie para quitarme las piedritas pero al hacerlo casi pierdo el equilibrio hasta que noto que alguien me agarra por la cintura, cuando vuelvo a incorporarme, Gabriel me había agarrado al vuelo para que no cayera, su sonrisa la tenía demasiado cerca, automáticamente se alejó un poco pero sin dejarme de sujetar, le agarré de la mano.

-        Acepto. – respondió susurrándome en la oreja.


Empezaba a entender los gustos de Gabriel y recordaba por otras vidas que le encantan los retos, al igual que a mí. De alguna forma su sonrisa tan perversa daba mucho juego a querer jugar con él, si él era capaz de esto, yo también lo era y esperaba que nuestra bonita amistad siguiera siendo igual en este tiempo en que mí vida cambiaba tanto en tan poco tiempo. Fue en ese instante, cuando me di cuenta de dónde estábamos realmente, en una playa desconocida, a una hora demasiado tarde para que una niña de casi nueve años estuviera por allí corriendo, junto a un desconocido o mejor dicho, con un montón de personas desconocidas, pero que tenían alas en su espalda. ¡No habíamos venido a jugar sino a despedirnos de Humiel! Automáticamente la sonrisa se me borró de la cara y el dolor del corazón regresó tan fuerte que quería morir para no sentirlo más.

Agarré con fuerza la mano de Gabriel y caminé junto a él aunque no a la misma velocidad y entusiasmo que él, mis ojos estaban en la orilla de esa playa, la cantidad de ángeles que había bailando y festejando algo que para ellos era muy importante. Entonces, me detuve en seco, Gabriel se dio cuenta cuando su brazo tiró, se giró y me observó.

-        ¿Vamos?- preguntó.

Dije que no con la cabeza, le dejé la mano y Gabriel dio un paso atrás, se agachó y me miró a los ojos directamente, mientras que reposaba ligeramente sus manos encima de mis hombros.

-        ¿Por qué lo festejan si se ha marchado?- pregunté triste.

-        Para un ángel el proceso de ascensión es algo muy bonito, Humiel no se va para siempre, él regresará y se pondrá en contacto contigo en cuanto sea el momento adecuado, mi amor. Todos los ángeles esperamos este momento como un momento muy importante, por eso lo festejamos, porque eso quiere decir que nuestros hermanos regresan a casa, ya han terminado el trabajo que vinieron a hacer y ahora van a seguir trabajando pero desde casa, desde su dimensión. ¡Es para festejar, Laia! – explicó Gabriel con esa alegría que tenía que incluso sus ojos expresaban sin excusas.

-        ¿También ascenderás tú?- le pregunté temerosa de mí.

-        No, yo ya vivo en 5D. En todo caso, debería bajar a tú dimensión, si Dios me permitiera hacerlo. – respondió con su sonrisa.

-        ¿Vendrías a 3D a trabajar con la humanidad?- dije arqueando las cejas en señal de sorpresa. No me di cuenta, pero me alegraba demasiada esa pregunta.

Gabriel dijo que si con la cabeza, mostré una sonrisa, él me ofreció sus manos de nuevo pero no le acepté, entonces se volvió a levantar y sin poder hacer nada yo, me agarró de la cintura y me alzó bocabajo que sin querer grité de alegría, mientras que él corría hacia los demás.

En cuanto toqué mis pies de nuevo en la arena, escuchaba la resaca del mar muy cerca que era calmada y muy hermosa, con una luna que brillaba con potencia en el cielo despejado. Me quedé maravillada por ese manto de estrellas que se podían ver. Nos pusimos todos los ángeles a bailar con la música que sonaba desde el coro de ángeles, ¡qué fiesta más maravillosa se había montado! Incluso había comida, en una de las zonas de la playa había ángeles repartiendo frutas y platos de comidas, incluso zumos y bebidas sin alcohol.

Me senté en una toalla que había con el símbolo de la cruz sagrada, para tomar mi zumito, mientras que observaba a los demás bailando, hasta que se me sentó Uriel a mi derecha que comía un racimo de uvas negras.

-        Creo que es la primera fiesta que acudo dónde solo hay ángeles.- le comenté.

-        ¿Y qué tal, querida? – respondió Uriel.

-        No pensé que fueran tan amantes de la fiesta.- respondí entre carcajadas.

-        Un ángel siempre festeja cuando alguien ha conseguido algo importante en su existencia. No bebemos alcohol pero sabemos que todo esfuerzo que se presente en el camino, al final siempre llega una recompensa. Humiel la ha pasado muy difícil todos estos 39 años en vuestra dimensión, por eso estamos felices de presenciar hoy su regreso a casa. – explicó el arcángel Uriel.

-        ¿Cómo dices? ¿Veremos su vuelta a casa?- pregunté sorprendida.

-        Así es. Para ti va a ser tú primera vez, además eres la primera “humana” que presencia esto en este siglo. – contestó Uriel.

Me fijé que realmente todos eran ángeles y que yo era la única que pertenecía al mundo de los humanos pero que podía estar allí.

-        ¿En este siglo?- repetí.

-        La otra fue la ascensión del Maestro Jesús, los humanos que presenciaron su ascensión los mataron a todos, pero tranquila, los tiempos han cambiado mucho así que estás a salvo. – respondió Uriel.

Nos pusimos a reír, seguimos hablando.

-        ¿Por qué no ha habido más ascensiones desde entonces?- pregunté.

-        Si que ha habido, lo que pasa que no se ha invitado a ningún humano desde lo de Jesús. No podíamos garantizar la seguridad de que seguiría vivo tras una, los humanos se mataban antiguamente por pensar que Dios fuese distinto al Dios de otra persona. – dijo Uriel.

-        Si, se pelean por pensar en un Dios que sería capaz de mandarles a matar a otros humanos por pensar distinto. ¡Tampoco ha cambiado tanto Dary! Se siguen peleando por ello, el Islam y el cristianismo ahora están en guerra en Irak aunque fuese un sabotaje de USA, están matando a muchas personas al día por sentir otro Dios distinto.- le comenté dándole la razón.

-        La humanidad no está preparada para respetar a los demás, siempre compiten por cualquier cosa, y por eso son capaces de no tener compasión y matarse por un sentimiento. Dios es un nombre genérico, no es ni hombre ni mujer, cuando alguien le nombra así, no está nombrando a un Creador. Está llamando a un cuidador, el CUIDADOR del universo, que aunque no se acuerden de ninguno de sus nombres, él les cuida a todos, a todo el universo sin excepciones. Él cuida al ladrón y al honrado, al simpático y al rabioso. Él les cuida a todos sin percatarse de si hacen buenos o malos actos, porque nuestro Dios Cuidador, no tiene juicio, solo es AMOR y COMPASIÓN. – informó Uriel.

Siempre me he preguntado porque la humanidad piensa que Dios tiene que tener juicio, pero eso responde cuando ves a los curas que sigan leyendo en las misas, y que nadie habla de sus experiencias con sus ángeles o que le haya visitado Dios en persona. Todas esas personas que tengan algo de experiencia, en ese tiempo solo se podían encontrar en un lugar, en los psiquiátricos.

-        ¿Por qué los que están conectados están encerrados en los psiquiátricos?- pregunté, me picaba mucho la curiosidad pero al mismo tiempo daba miedo cuando llegase el día de decirle al mundo la verdad.

-        La humanidad siempre ha tenido mucho miedo al cambio y a todo aquello que le obligue a hacer algo que nadie más ha hecho. En los últimos 400 años, la humanidad ha sufrido muchas guerras y ahora mismo si alguien comenta que nos ve o está con nosotros, piensan que está mal y le envían a esos centros para que se <curen>. Cuando en realidad, nosotros contactamos con ellos, cuando están listos para cambiar al mundo, no venimos a hacerles daño, pero también hay que decir que la obscuria también está contactando con los humanos, por lo tanto, puede que la humanidad esté demasiado confundida que no sabe identificar la luz de la oscuridad, y como le da miedo el hecho de saber que existimos, pues intentamos solo presentarnos a los que realmente darían todo por seguir conectados. Como tú, Laia. – respondió el arcángel Uriel.

-        Ser especial, cuesta mucho.- comenté.

Uriel se río y yo también le acompañé.

-        Pero ¿qué prefieres no estar con nosotros o sí estarlo? – me preguntó Uriel.

-        Ya lo elegí, Dary. Estar con vosotros, claro que si. Me siento como si me hubiese conectado por primera vez a internet, pero en este caso, en vez de ser algo solo a nivel de un planeta, en realidad me estoy conectando con un universo entero. ¡Nunca me imaginé que podría viajar a Mintaka, ni mucho menos conocer a Jacob! Creo que cuando me toque decirles esto a la humanidad, muchos pensarán que tengo demasiada imaginación, otros simplemente intentarán reservarme un billete para el psiquiátrico, y solo pocas personas intentarán comprenderme. – respondí con sinceridad.

-        Te has conectado a la RED universal, y este es el precio, mi amor. No es lo mismo ser un humano más, que pertenecer a nuestro lado, dónde nosotros cuidamos y enseñamos a la humanidad a vivir mejor cada día de sus vidas, para que aprendan muchas cosas. – respondió.

Aquí recordé algo que la abuela me decía “siempre llega ese día en que el alumno se convierte en maestro”, en este vida me había transformado de alumna a maestra y en realidad no me desagradaba formar parte del lado de los Seres de Luz.


Nos interrumpió una música angelical que nos pusieron todos en alerta, los que estábamos sentados, nos tuvimos que levantar, porque resulta que era el momento de la ascensión. Caminamos todos hacia la orilla de la playa, metimos los pies en el agua, a mi derecha tenía a Uriel y a mi izquierda estaba Gabriel. No sabía qué teníamos que hacer, pero simplemente copié lo mismo que hacían ellos.

-        Ahora vendrá Humiel, prepárate. – dijo Gabriel.

Los pies se me estaban congelando porque el agua estaba super congelada, pero miré hacia el horizonte, no veía nada, hasta que de repente el agua de nuestros pies empezó a estar más caliente, miré los pies, me quedé sorprendida, mis pies y los de todos los ángeles se estaban iluminando con una energía anaranjada muy bonita, parecían velitas en el agua.

Con las manos puestas al horizonte, copiaba todo lo que hacían, porque era como una especie de círculo que no se podía romper, nuestras manos también se iluminaron de una energía blanca muy bonita. Entonces, empezaron a vibrar como si estuviesen meditando, ellos cerraron los ojos pero yo no pude, simplemente me quedé mirando el horizonte, esperando algo que tenía que pasar sin saber qué tenía que pasar. Fue en ese momento cuando se escuchó el sonido de unas alas gigantes que estaban volando delante de nosotros, me fijé y vi al Titi volando a tres metros de altura de encima el agua del mar, iluminado por la luna, vestido con su túnica y sonriente. ¡Estaba radiante!

Recomendación: Alba ASMR - Canal de youtube.

HR.

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viernes, agosto 26, 2022

El Asesino (Primera Parte)

 

Vuelves una vez más sin quererlo a lo mismo, cómo si no te acordaras que para superar las cosas debas volver y sanarlas, incluso cuando piensas que ya pasaste por ello. Pero el universo es tan sabio que para que le des una prueba de que ya superaste ese conflicto con esa persona, imaginemos que con un Ex, vuelve a ponerte a esa persona en medio del camino un día que paseas tranquilamente por la calle, para que tus emociones no exploten de rabia y actúen según lo que vea que es acordado en tú corazón, y que además el universo vea que esa reacción es la correcta para ti y así aceptar que realmente superaste eso.

Muchas veces me repito porqué el universo hace esto conmigo, me pone a mis ex en el mismo lugar dónde se supone que tengo que estar, y en vez de ser más inteligente emocionalmente, sigo rabiando y gritándole al universo una excusa de que ya no me lo ponga más en el camino si ya lo tengo superado, pero actuando así, él sabe que no lo superé. ¡Por ende lo pone más veces y tú sigues gritándole para que no lo haga hasta que te des cuenta de porque lo haces! Te queda esa cara de tonta que no te lo sacas ni con agua ras, pero el universo siempre es ese papá que aunque no quiera escucharlo, siempre te dará su consejo, porqué él cuida de mí incluso cuando no quieres que lo haga.

Durante estas fiestas me estoy encontrando con uno de… bueno yo no diría Ex porque al final no llegó a nada, pero digamos que fue un amorío sin que llegase a eso pero algo en el ambiente hubo. Era algo lo bastante fuerte como para que hubieran chances para besarse pero que al final no acababan de pasar (no por mí sino por el otro que no se aventuraba mucho digamos). Incluso a veces dudaba si él estaba conmigo porque realmente sentía algo romántico por mi o simplemente porque yo fuese youtuber o trabajadora energética en Xauxa (bueno él lo entiende más como gogó). Porque siempre alababa mucho estas dos cosas que solía hacer y que siguen en pie, pero más allá de saber de mí de la vida en sí, poco preguntaba, aunque yo de él si que lo sabía porque se abría bastante y eso era una ventaja. En el sentido de que era una prueba que se sentía cómodo conmigo y quería que formase parte de su vida (hasta dónde llegase la cosa, claro).

En fin, las cosas sucedían diferente, él también era del mundillo tenía su fama en redes sociales, y yo me alegraba por sus retos también. Es decir cómo que durante ese tiempo que fueron bastantes años, un par creo, nos íbamos conociendo y se iba viendo que allí había algo más que una simple amistad. Le veía nervioso cuando en algunas ocasiones hablando sin querer la cosa estábamos bastante cerca uno del otro, automáticamente él o yo íbamos como cerrando el espacio, y se veía que el ambiente cambiaba, estaba nervioso yo también pero que él no hacía nada para evitarlo, ni yo tampoco, de hecho, nos buscábamos. Es decir que allí había tema, pero vamos, aunque ya cuando pasaban los meses y veías que no avanzaba mucho la cosa te ibas preguntando si era cierto eso o solo una impresión, de que quizás le ponía nervioso porque me precipitaba un poco.

Cuando me preguntaba eso, no me acercaba a él, le dejaba ser, pero él si que me buscaba como si no buscase a nadie más, entonces entendía que quizás yo andaba equivocada en esa duda y simplemente me dejaba llevar, pero nunca acababa de cuajar la cosa. Recuerdo que un día me preguntó “¿qué buscas exactamente lío o estabilidad?” y yo le dije sin dejar de mirarle a los ojos “estabilidad”, él se puso feliz y yo también porque interpreté que le había dado a la respuesta correcta y la conversación seguía con otras cosas, muy fluida por cierto.

En una de las fiestas más importantes que había en nuestra ciudad, esa noche me entré de valor, le quería hablar y lanzarme a ver si es que esperaba a que yo hiciera eso, me iba a lanzar para que supiese que sentía por él. Así que llegué a la fiesta, me puse a trabajar enseguida, él ya estaba allí (de hecho vino antes para esperarme, vi cómo me buscaba en cuanto entré, siempre estaba cerca de la puerta, sabía a qué hora venía). Pero antes de tener un poco de libertad en esa fiesta, tuve que ponerme a canalizar patrones energéticos, él se quedó en la pista a bailar, esperaba a que yo bajara, se le veía también diferente, mucho más atento y pensé que quizás él se lanzaría esa noche. Me vinieron los nervios a flor de piel, pero yo iría a por todas en cuanto las cosas se diesen fluyendo.


De repente le veo que mira hacia el otro lado de la pista con una cara sonriente como el gato de Alicia, y alguien venía a por él, lo vi cuando vi que abría los brazos en señal de esperar un abrazo de alguien, esa persona era una mujer rubia más jovencita que yo, se fue a por él y le dio un abrazo, se miraron a los ojos un segundo y acto seguido la chica le besó, delante de mis narices, se morrearon como si no existiera un mañana. Automáticamente mi corazón se partió muy fuerte, porque cuando la chica le dejó de besar, pensé que él se desengancharía y le diría la verdad, pero no fue así, él después le besó y estuvieron así toda la noche.

Oficialmente no éramos nada, ni amigos, ni amores, nada. Pero el dolor sí que estaba y era muy fuerte, esa fue la primera vez que me lanzaba a algo después de estar cuatro años sin pareja y haber rechazado a unos cuantos por no acabarme de gustar las situaciones. ¡Me dolía tanto el corazón que tuve que irme de Xauxa a llorar! No era la primera vez que me ponían los cuernos, pero si que era la primera vez que yo era testigo de ello y al mismo tiempo víctima. Ese dolor, lo cambió absolutamente todo, un día después, Uriel me estaba haciendo terapia y me hizo dar cuenta de que él era un impresentable, de que alguien que realmente te amé no te lastima así ni espera tanto a dar el paso, simplemente la lucha contigo para estar contigo y la pelea contra lo que sea. Me di cuenta de muchas cosas, de que había perdido el tiempo en boberías, pensando que él podía ser y al final me llevé la verdad, con el tiempo me dijeron los amigos de que estaba con esa rubia, pero cuando no venía ella a Xauxa él ligaba con otras (estando en una relación formal estable y sin ser liberal). Me salvé de un impresentable, el universo al mismo tiempo de que es sabio para ayudarte a sanarte de los hijos de puta, también es sabio cuando te muestra con quién te estás equivocando, con los que siempre fallan por otros intereses que no son de tú propia incumbencia.

Ahora que me lo encuentro en estas fiestas, siento esa rabia, por la gilipollez más estúpida que hice nunca, dirigirle la palabra a alguien que no se merecía estar a mi lado. Pero he aprendido muchas cosas, a confiar más en mi corazón, en el universo y ver a los que realmente no te fallan y que siguen a tú lado. Pardillos como él, solo me he tenido que cruzar un par de veces, de hecho le doy las gracias al universo por hacerme ver la verdad en su momento porque vete a tú saber cómo estaría yo ahora emocionalmente hablando. A la Rubia le metió cuernos, que yo sepa con más de cinco chicas y todas eran de una noche. Pero lo fuerte es que me enteré de que el motivo de que lo dejaron era porque la Rubia le puso los cuernos después. Mira el Karma como actúa.

¡Ojalá apareciese solo por eso! Pero no, en el pasado mes de Mayo ocurrió algo que lo cambió absolutamente todo, y que por una tontería que no perdemos al Arcángel Gabriel en la obscuria. No quería compartirles nada, porque esto pertenece a mi vida privada, pero los últimos hechos que han ocurrido me obligan a compartirlo con ustedes, aunque para ustedes ya han pasado dos semanas de las fiestas de Manlleu, les estoy escribiendo esto a día 11 de Agosto del 2022. Antes de continuar les desvelaré quién era ese chico que les he estado hablando, actualmente es un Egregor, su nombre… mejor no lo digo, pero esto sucedió de verdad el día 21 de Mayo.

A las dos de la madrugada de ese mismo día, me encontraba en Xauxa, era un viernes ya de madrugada de un sábado, y estaba bailando y canalizando energía por toda la pista, ya que era un día de poca gente y la mayoría estaba más pendiente de hablar en el jardín que entrar a dentro y ponerse a bailar. De todos modos, yo estaba haciendo ese trabajo acompañado des del pasado mes de Febrero del arcángel Gabriel (él desde 5D, todavía) y en ocasiones sosteniendo estaba el arcángel Uriel. Todo parecía una noche más de vigilia del verano, muy calmadito todo, cosa que yo sé por experiencia que cuando la energía se siente calmadita, es porque algo grande se viene, por eso ya me puse un poco en alerta.

Me acuerdo que de repente Gabriel se quedó mirando la barra desde el escenario y comentó “¿viste aquel chico de la barra?” yo sin dejar de bailar en ningún momento y él tampoco, me puse a observar y vi que había uno que destacaba sobre los demás, porque llevaba anteojos de Sol, en un lugar dónde no hay ventanas y había salido la luna hacía mucho rato. Al lado había un amigo suyo bastante alto que llevaba una sudadera de color granate, fue raro pero Gabriel y yo seguimos trabajando porque era lo que teníamos que hacer. De repente aparecieron esos dos en la pista que se querían sumar, no había ningún problema, pero en ese momento bailar todos, era imposible, la energía que estábamos canalizando no lo permitía, además yo siempre bailo con Gabriel o Uriel, normalmente no bailo con chicos, y con las chicas también mantengo las distancias. Es por una cuestión de seguridad energética, en ese momento yo estoy canalizando mucha energía y puedo lastimar a alguien que no esté muy acostumbrado a tener tanta energía en un único lugar.

Los dos se fueron al ver que no quería bailar con ellos, la noche de Xauxa terminó a las 3am (lo que solemos decir que es la hora angelical, porque en esa hora es cuando se conectan más y es dónde suelen pasar la mayoría de apariciones en Xauxa o cualquier lugar de Manlleu). Me fui a casa, cómo estoy acostumbrada a trabajar de noche, no tenía sueño y por eso me quedé en mi habitación a ver el último capítulo de cuéntame que pasó.

Una hora y poco más tarde, miro el celular y veo que el arcángel Gabriel me había llamado pero no le había podido responder, porque no lo escuché con los audífonos. Como ya les dije en su momento el Arcángel Gabriel tiene cuenta de Instagram y el Arcángel Miguel tiene cuenta de Twitter, se están empezando a comunicar con nosotros a través de redes sociales, gracias a la activación de la #Triplealianza y de la activación del portal dimensional que estamos colaborando todos en estos momentos (más información en Facebook). No tengo todavía el número de celular de Gabriel, pero tengo su cuenta de Instagram, desde allí me marcó una vez y luego me mandó un audio que no entendí bien, había muchas interferencias entre 3D y 5D.

Veinte minutos más tarde, me mandó de nuevo otras seis llamas perdidas, esta vez no las pude contestar porque cuando iba para responder, se cortaba solo. Hasta que al final me dejó responder, porque era una línea segura y sin interferencias, ya que él estaba hablando desde Manlleu pero en 5D y yo respondiendo desde Manlleu también pero en 3D. Creo que fueron de las primeras comunicaciones de este tipo en toda la historia de la humanidad (por lo menos era la primera vez que me pasaba algo así, que me llamase un arcángel si, pero también recibí en otras ocasiones llamadas por teléfono desde algún Maestro Ascendido). Repito, no son Fake.


Ya era casi las cinco y media de la noche y Gabriel me estaba pidiendo que me fuera a un lugar de Manlleu, porque teníamos que trabajar de una cosa importante sobre el portal (literalmente me llevó a una de las entradas del portal dimensional dónde pude entrar hasta la zona segura). Gabriel me iba mandando fotos en el chat de Instagram para guiarme dónde tenía que estar, no lo podía ver directamente hasta una zona segura energéticamente hablando, todo eso sucedió a partir de las 6am hasta las 7:30am. Sin dormir, pero con una emoción muy fuerte, porque se suponía que iba a verlo por segunda vez en 3D delante de mis narices, sin estar “dormida” ni haber tenido un “desmayo”. Además todo el camino hasta el portal estaba indicado por plumas de ángeles, ¡era muy hermoso todo!

*La próxima parte lo tendrán la semana que viene.

Recomendación: El Simbolo Perdido - Libro de Dan Brown.

HR.

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miércoles, agosto 24, 2022

El Espejo De Mí Vida - Capítulos 151 y 152 [2T]

 Capítulo 151:

No había nadie al otro lado de la puerta, pero a la altura de mis ojos, apareció una pluma blanca impoluta que volaba lentamente por delante de mi cara, coloqué mis manos para atraparla, la pluma cayó encima de mis manos sin esfuerzo ninguno y después se transformó en una carta con las esquinas doradas y el sobre era de color ocre.

-        ¿Y esto?- susurré.

-        ¡Ábrelo, es para ti! – dijo Uriel.

En el reverso de la carta ponía mi nombre completo, junto con mi fecha de nacimiento y mi fecha estelar (la fecha de la hora de nacimiento). Entré de nuevo al cuarto, cerré la puerta, me senté en la silla y abrí la carta, identifiqué la letra enseguida era del Titi.

-        ¡Oh que bien, mi amor! Humiel te ha invitado oficialmente a la ceremonia de ascensión, que tendrá lugar el día 31 de enero a medianoche. ¿Irás, verdad? – preguntó Uriel.

-        ¿Sabes dónde es?- le pregunté.

-        Si. ¿Confirmas asistencia? – dijo Uriel.

Dije que si con la cabeza, así que Uriel se quedó la carta para que no cayera en malas manos, ¿qué pasaría si mis padres o familiares tuviesen esa carta en sus manos?

-        ¿Cómo nos iremos a medianoche si no me dejan salir sola?- pregunté.

-        Viajaremos entre dimensiones, mi amor. Nadie se va a dar cuenta de que te has ido, volveremos antes de que noten tu ausencia. – respondió Uriel con su sonrisa amable que tiene siempre grabada en su rostro.


Agarré la moneda y me la puse en el bolsillo, entonces regresé al salón con los demás. Los dos días pasaron muy raros, por las noches me costaba dormir, Gabriel aprovechaba para cantarme alguna de sus canciones con la guitarra que le prestaban des del coro de ángeles, pero aún y así me costaba un huevo poder entrar al viaje astral, así que simplemente me dediqué a descansar. Por una parte quería ver al Chico de ojos Verdes, aunque fuese en el metro hacia París, pero parecía que mi cuerpo no quería colaborar, así que le escribí varias cartas durante esos dos días.

-        Lo siento mucho por lo de tú tío, entiendo como te sientes, si necesitas cualquier cosa, mándamelo saber y yo vendré a verte.- decía sus cartas siempre al final como a modo de post data.

Al no tener muchos amigos en 3D y unos amigos conectados con la divinidad en 5D, me hacía entender las diferencias formas que una persona puede tener sobre la misma amistad. Me sentía super bien al lado de Sergi, pero me sentía más en casa, cuando estaba con mis amiguitos de IÓN o básicamente de Agartha, por lo menos a ellos les podía contar todo sin tener que ocultarles nada. Cada año era más complejo mantener amistades en la 3D, con tanto secretismo y ver que el tiempo no llegaba a poder decirles la verdad, me iba cerrando poco a poco y además eso me impedía poder sentirme yo misma en esta dimensión. ¡Este era el precio de poder vivir en la realidad universal! La simple idea de renunciar a esto de Agartha, el Chico, de Gabriel y además de poder estudiar algo que me gustaba en IÓN para tener amistades en 3D que no estaban muy dispuestas a ello, era impensable.

Con la compañía de Sergi, Gerard y José, me sentía bien, eran mis mejores amigos aunque con José era complicado ir a las cinco a su casa a pasar el rato y jugar, en cambio en casa de Gerard sí que ya había estado, pero con Sergi no, solo había venido a mi casa a jugar los fines de semana. El resto de los compañeros de clase, nunca me invitaban a ir a ellas, después de clase era así, de este modo te dabas cuenta de lo que realmente te querían, solo podían sostenerlo en clase, pero luego era muy distinto todo.

Durante el momento del funeral, fue extraño cuando el cura dijo esas palabras que llama a los ángeles para que se lleven al cuerpo a ver a Dios. Por primera vez, de la caja no vi salir a nadie, incluso no había la presencia del Titi en la Iglesia de Gracia en Manlleu. Sin querer se me escapó una sonrisilla y pensé en la invitación de la ascensión de él, todo había sido por una razón y en ese momento comprendí que tenía que suceder así. Le agarré la mano a Uriel con fuerza, le miré directamente a los ojos y sonreí él me devolvió la sonrisa, mientras que se escuchaban los cánticos de los ángeles cantar la canción de Bienvenida seguido del nombre del Titi, Humiel.

Él pertenecía al coro de ángeles y estaban contentos de que regresase a la 7D, se había pasado 39 años trabajando de Sol a Sol incluso muchas noches de luna Llena para que su misión de vida se cumpliese, en parte era cuidar de mi mamá en sus traumas ocasionados por mi abuelo golpeador, ludópata y alcohólico. Pero en ese momento de lucidez, parte de su misión era prepararme para esta nueva etapa de vida que estaba comenzando, todo lo que él me tenía que enseñar ya lo había aprendido y el Consejo del Karma y el Dharma lo tenían muy clarito, cuando yo aprendiese todo eso él tendría que regresarse al coro de ángeles a seguir con sus quehaceres de ángel.

Entre la invitación a su ascensión, el hecho de que ya sabía que esto pasaría así, y que tal y como me había dicho había ocurrido, sentí esa lucidez de que si no había sido capaz de mentirme nunca en esos ocho años y medio de mi existencia como Laia Galí, sabía que él seguiría su camino hacia los ángeles, puesto que al no verlo flotar en el aire mientras que el cura llamaba a los ángeles, sabía que sus intenciones siempre fueron tan puras que miré por un segundo la cúpula de encima del altar y dije “si mantienes puro tú corazón, el amor infinito te acaba absorbiendo y la luz divina acaba aceptándote en ella, siendo parte de ella”.

Al salir de la parte de la Iglesia, me quedé con el Tiet Josep, él también había ido al entierro porque conocía al Titi de haber coincidido por muchos años en Torelló, antes de Profidema, mis tios Rafalé, Titi y Alfonsito trabajaban en Torelló y a la hora de almorzar se encontraban con el Tiet Josep que también salía de su trabajo de la imprenta para almorzar, solían ir los cuatro juntos al mismo restaurante y compartían mesa todos los días entre semana.

Aún era pronto para ir a almorzar, así que con el Tiet Josep fuimos al parque del barrio de Gracia a jugar un rato con los columpios y los toboganes, mientras que esperaba a mi abuela regresar de la Iglesia. Pero antes de irnos allí, mi padre me dijo…

-        Pásate a las tres por casa, esta tarde regresas a clase.- me ordenó papá.

-        Sí, papá.- le dije.

No quería pero ya era demasiado tiempo ausente, llevaba tres días sin ir, tenía que regresar, volver a mi vida y seguir adelante esperando alguna señal de regreso del Titi. Si no me había mentido en ocho años y medio, cumpliría su palabra.

Me encontraba más animada y comí todo lo que la abuela me cocinó, para animarme me preparó macarrones a la cazuela (eran macarrones con tomate y carne picada), de segundo sesos fritos (uno de mis platos favoritos) y de postre flan casero de ella misma. Pasé por casa, acompañada por el Tiet Josep, agarré la mochila y me fui a clase, empecé a ponerme algo nerviosa por esa noche, ¿qué pasaría en la ascensión? ¿Dónde iríamos Uriel y Gabriel?

La profesora Laura llegó a la clase, dejó sus cosas encima de la mesa y miró a toda la clase, pero su mirada se quedó clavada en mí, se puso las manos a las caderas con esa mirada desafiante que hacía mientras mandaba a callar a toda la clase, que poco a poco le iban haciendo caso.

-        Miren, al final se ha dignado a venir la Laia… - dijo la Laura, toda la clase automáticamente se voltearon a mirarme, me entraron unos calores. - ¿Te parece bonito faltar tres días a clase a mitad de curso, eh? ¡Así que todos quedáis avisados, mañana examen!- gritó furiosa.

-        ¿Qué?- susurraron los compañeros de clase.

-        ¿Disculpe?- dije levantando la mano.- ¿No le dijeron que se me murió un familiar?- pregunté.

-        Si, pero solo contaba con que faltases un día, no tres. ¿Te piensas que son vacaciones o qué?- dijo desafiándome.

-        ¿Usted no piensa que quién se me murió era como un padre para mí, o qué?- le repliqué enojada.

-        ¡Mira, no me contestes que te quedas después de clase y mañana sin patio, eh!- dijo la Laura.

-        Respondo si usted no tiene sentimientos por los demás y usa excusas para castigarme sin motivo.- respondí.

La clase se quedó muda, mirando a la profe.

-        ¡Todos en la página 45 del libro de conocimiento del medio, Carla empieza a leer!- dijo la Laura para dar el tema como zanjado.


Estaba a punto de tirarle el libro a la cabeza por intentar ponerme en ridículo delante de todos y así mofarse de mí, pero me contuve. De hecho Uriel no me hubiese dejado hacerlo, seguramente que me hubiese agarrado las manos usando toda su fuerza para que no lo hiciera. Estaba tan furiosa que me pasé la hora sin hacer nada, mirándola fijamente con los brazos cruzados en el pecho, pasando de la clase olímpicamente. ¡Que hija de su madre más perra, por Dios!

No estuve muy pendiente de las dos horas de clase por la tarde, ese día regresé al Tripijoc, me quedé todo el rato en la sala de talleres sentada en una mesa delante de un pequeño piano que Papá Noel había pasado en el centro. Nunca me había puesto delante de un instrumento, encendí el piano electrónico de juguete y dejé mis dedos fluir encima de las teclas intentando ponerle luz a esos sentimientos tan feos que estaba sintiendo y que tenían ganas de llorar. Por suerte no había nadie en la clase, solo así me sentí más cómoda, a mitad de la canción que fluía entre mis dedos sin saber qué estaba exactamente tocando, sentí la presencia de Gabriel muy fuerte, de hecho me agarró de los hombros con firmeza pero a la vez con suavidad.

-        Veo que te acuerdas de cómo se tocaba el piano, mi amor. Aún recuerdas esas canciones que se tocaban en noches y tardes lúgubres como esta. ¡Me siento feliz por ti! – dijo Gabriel.

Dejé de tocar, pero ni me giré él tampoco se movió de dónde estaba.

-        No sé lo que hago. Nunca he aprendido a tocar.- le dije.

-        Claro que no, porque estas canciones se tocaban hace más de 300 años, en una de tus vidas pasadas, te aficionaste bastante a este instrumento. – respondió Gabriel.

Seguí tocando como si mis dedos supieran dónde tenían que tocar sin pensar en las notas ni las armonías, algo que en esta vida nunca pude aprenderlas porque no me entraban.

-        ¿Qué estoy tocando?- le pregunté.

-        La marcha fúnebre que tocaste, cuando murió tu papá hace 300 años en esa vida. Le compusiste una canción para que nunca lo olvidaras. – respondió Gabriel.

-        ¿Cómo es posible que la toque ahora?- dije sorprendida.

-        Porqué algunos vínculos permanecen entre las vidas intactas. Ese papá que tuviste fue muy importante para ti. – informó Gabriel.

-        ¿Es el mismo de ahora?- le pregunté.

-        No. – dijo tajantemente Gabriel.

Capítulo 152:

De repente llegó a la clase Pep y se quedó bastante preocupado porque nunca me había aislado tanto de mis compañeros, intentó preguntarme cómo estaba pero no quería hablar, al final me fui al patio a jugar a pelota en un rincón yo sola con la pared. Pep regresó.

-        ¿Por qué no me cuentas qué te pasa puede que así te ayude?- insistía.

-        Estoy triste, porque mi tío era muy importante para mí.- le dije.

-        Ya me contó tú mamá, lo siento mucho. ¿Quieres hablar?- dijo amablemente.

Dije que no con la cabeza, él lo respectó y me dejó jugar en paz. Luego a la hora de hacer los deberes, estuve haciendo los ejercicios del lugar sin intentar llamar la atención, me senté al lado de Jesús que le tocaba hacer matemáticas, cómo no se salía con la suya, decidí pasar de los ejercicios de lengua para ayudarle, a pesar de que iba un curso más adelante, él estaba haciendo divisiones con dos cifras, algo que en IÓN hacía tiempo sabíamos hacer.

Después Jesús le enseñó a la Maribel lo que había hecho y le puso un bien por cada operación, todo había salido genial.

-        ¡Muy bien Jesús! Veo que ahora ya lo aprendiste.- dijo la Maribel.

-        Me enseñó ella.- dijo Jesús señalándome.

-        ¿Cómo?- dijo Maribel arqueando las cejas.

-        Si, ella me ha enseñado.- insistió Jesús.


A pesar de tener problemas cognitivos Jesús, le enseñé a hacer una cosa que en mi curso aún no se impartía y que mi abuela tampoco me enseñó, así que tenía que dar una excusa para que no dijese de dónde lo habría aprendido. La Maribel vino a nuestra mesa y se quedó observando cómo le ayudaba a hacer el siguiente, en cuanto lo revisó que estaba bien, se quedó sin palabras.

-        ¿Quién te enseñó, Laia?- me preguntó la Maribel.

-        Dile que tú abuela, será creíble. – dijo Uriel.

-        Mi abuela.- respondí.

Flipó la Maribel y decidió darme ejercicios más complicados de un año más arriba. Una hora más tarde, vino la otra Maribel que solía venir cada ciertos meses a avaluarnos cómo iba todo, le habían contado eso y decidió que era importante verme, así que me fui al despacho principal. Charlar con la otra Maribel era un rato muy agradable, siempre ella tan buena, de hecho en el Tripijoc siempre han sido muy buenos, un lugar que recomiendo muchísimo, por si sus hijos quieren ir, aún está abierto el centro.

-        Así que tu abuela te ha enseñado las matemáticas de cursos más avanzados, ¿no?- dijo la otra Maribel.

-        Si.- le respondí.

-        ¿Cuántos años tiene ella, lo sabes?- me preguntó.

-        Creo que… 71 años.- respondí.

-        ¡Uy ya es bastante mayor! ¿Ha estudiado algo?- siguió con el interrogatorio.

-        No, solo me dice que terminó a los 13 añitos del colegio y luego se puso a trabajar.- le respondí, ella me había contado muchas veces eso y finalmente se me había quedado grabado en la memoria.

-        ¡Me gustaría mucho conocerla!- insistía la otra Maribel.

-        Creo que en el próximo evento que hagan aquí ella vendrá, nunca me falla.- le respondí.

-        ¡De acuerdo intentaré venir!- dijo.

El resto de las preguntas iban referidas a los amigos que había hecho en el lugar, me preguntó mucho por mi amistad con Sergi y Jesús, incluso tuvo la indecencia de preguntarme si me gustaba uno de ellos como si buscase novio, pero me negué rotundamente, solo éramos amigos, mejores amigos y nada más. Mi reacción no le gustó porque fui un poco desagradable, me quedé suspirando en la silla dejando que un pequeño silencio nos invadiera, hasta que me atreví a romperlo.

-        ¿Se acuerda de cuando perdió a su mamá?- le pregunté, automáticamente la otra Maribel arqueó las cejas en señal de sorpresa.

-        ¿Cómo sabes lo de mi madre?- preguntó pero le interrumpí.

-        Esta mañana he enterrado a mi tío favorito. Para mí era más que un tío, era como un papá. Disculpe si le ofendí recientemente, pero no estoy bien.- le confesé.

-        Te acompaño en el sentimiento, Laia. Lo entiendo.- respondió.

-        ¿Puedo irme con los demás, hoy toca talleres y me gustaría terminar mi vasija?- le pregunté.

-        Espera. ¿Cómo sabías lo de mi madre?- insistió.

Le agarré la lapicera azul que tenía en la mano y agarré un trozo de papel para ponerme a escribir una frase con una letra que no identifiqué que era mía.

-        Tome.- le dije ya de pie, ella lo aceptó y se puso a leerlo yo me fui del despacho.

A la hora de talleres, nos dieron arcilla para moldear así que me dejé llevar y creé algo que no había visto jamás. Creé un bol y a dentro amasillé cinco caras de animales, un león, un delfín, un mono y finalmente un tigre, el bol estaba decorado con pequeñas flores de Lys y una cruz que jamás había visto (ahora se identifica como Ankh la cruz egipcia del amor eterno que perdura en el mundo de los muertos). Lo cierto es que no tengo esta creación en mí casa, ese año expusieron las obras de los talleres en un museo y no sé dónde terminó pero tiene mi firma, si alguien la encuentra y ha leído esto, lo identificará.


Cuando terminé y vi qué había creado me quedé un buen rato intentando averiguar por qué había hecho eso, parecía que el universo me estuviese mandando un mensaje muy importante pero que no acababa de entender bien su significado. Así que empecé a mirar por la sala de talleres a ver si veía a Uriel, pero curiosamente él no estaba.

-        ¿A quién buscas, hermosa? – escuché la voz de Gabriel que venía de detrás, me giré y lo vi a él, le sonreí.

-        ¡Gabriel! – dije emocionada, quizás era la primera vez que sacaba una sonrisa después de todo lo que me estaba sucediendo, él también sacó su hermosa sonrisa y miró mi obra de arte.

-        ¿Lo recuerdas? ¡Qué bonito detalle! – dijo Gabriel admirando mi obra de arte.

-        M… ¿Se puede saber qué es lo que he creado exactamente?- le pregunté.

-        ¿De verdad? – preguntó arqueando las cejas y mirándome en señal de sorpresa.

Fruncí el ceño y él aceptó eso como respuesta.

-        Es una ofrenda que se les hacía a los muertos cuando se les sepultaban en las tumbas, concretamente esta es el emblema de tú dinastía dónde viviste en el antiguo Egipto, hace unos 12.000 años aproximadamente, querida. – contestó Gabriel admirando cada detalle, se quedó enamorado del león que dibujé.- Estas caras de animales solías pintarlas en unas piedras, las flores de Lys las secabas unos días antes y las ponías como muestra de la eterna juventud en el más allá. Decías que los cuatro animales eran las cuatro direcciones del alma que debe recorrer antes de llegar al más allá. – terminó.

Flipé, cómo podía haber hecho eso sin recordarlo, tan solo la única forma de poder explicarlo era entendiendo que eso venía de mis vidas pasadas. Pequeñas pruebas que el universo me estaba advirtiendo de que mis memorias son reales, ya que viajando tanto en esta 3D a veces uno da por sentado que quizás la magia solo sea eso, magia, algo que antiguamente todos admiraban pero no querían saber el secreto. Los tiempos están cambiando y ahora nuevos magos han evolucionado y eso de sacar un conejo de una chistera, todos saben cómo sucede.

A las doce de la noche, estaba ya en mi cama con la luz de la lamparita encendida, con el pijama y acompañada de Uriel y Gabriel que esperaban que me relajase un poquito para que pudiera entrar en el viaje. Tenía tantas dudas en la cabeza que no me dejaban entrar en paz… ¿Qué pasaría a partir de ahora? ¿Dónde estaría el Titi hasta que pudiera volver? ¿Cuánto tiempo tendría que esperarlo? ¿Qué sucedería en la ascensión? ¿Por qué los demás no podían asistir a ella? Era un evento único, porque no todo el mundo que abandona este plano consigue ascender, no es lo mismo morir que ascender, aunque sucedan semejantes, no son lo mismo. Porque uno te vas para siempre y la otra puedes volver si te apetece sin tener que volver a nacer.

Finalmente entré en el viaje muerta por las preguntas, como no era un viaje astral, noté como Gabriel me agarró en brazos y en menos de un minuto estaba a más de 3.000 pies de altura volando, envuelta por un chal para que no tuviera frío, apoyando ligeramente el mentón en el hombro de Gabriel, mientras observaba las luces de las ciudades cómo se iluminaban dignas de una película ¡tan bonitas! ¡Qué paz se sentía allí arriba!

-        Esto es lo que deben sentir los astronautas, ¿no? Cuando ven la Tierra orbitar alrededor del Sol.- pregunté susurrado solo quería que me escuchase Gabriel.

-        Si, así es. Normalmente lo ven desde más arriba pero entiendo lo que dices. – susurró Gabriel.

Le miré directamente a la cara, él tenía puesto los ojos fijos hacia adelante, estaba muy concentrado en no desviarse y llegar tarde al evento que nos estaban esperando. Sus ojos verdes brillantes chispeaban con las lucecitas de las ciudades iluminadas, en algunas ocasiones todavía se podían ver luces de Navidad, en Cataluña es tradición mantener los adornos de Navidad hasta Santa Lucía que es el 2 de Febrero. Su pelo castaño clarito y larguito ondeaba con el viento sus pequeños rulos, le pasé una mano por la mejilla notaba como me pinchaba por la barba incipiente, aunque tenía miedo de las barbas en ese tiempo, la suya nunca me asustó, aunque él siempre iba afeitado para no ser un problema con mi trauma.

-        ¿Por qué las estatuas que hay de vosotros en las Iglesias no dibujan que tenéis barba?- pregunté curiosa.

-        ¿Te molesta la mía de hoy? No he podido quitármela a tiempo, lo siento…- susurró Gabriel, dije que no con la cara.

-        Quiero superarlo.- le dije.

-        Nuestras estatuas están muy viejas, al igual que la humanidad nosotros también hemos cambiado físicamente un poco, ya no somos esos angelitos de aspecto niño que teníamos cuando Dios nos creó. También crecemos, a un ritmo más lento pero nos hacemos mayores de una forma distinta. – explicó Gabriel entre sonrisas.

-        Me gustaría ser eterna, como tú.- le confesé muy cerca de la oreja.

Gabriel desvió la mirada fija hacia adelante para mirarme, sus ojos mostraban alegría, pero de repente y sin ninguna explicación se volvieron algo oscuros, incluso pude notar como se le estaban formando lágrimas, una se le cayó sin querer y la atrapé con la yema de los dedos, entonces él se volvió a fijar en el camino intentando evitar llorar.

-        Ser mortal tiene sus ventajas también…- comentó algo seco.

-        No, no las tiene. Morir es algo que no quiero hacer.- le confesé.

-        Los cuerpos humanos no duran mucho tiempo, son finitos. – respondió tajantemente, se le volvió a escapar otra lágrima que logré atrapar.

-        ¿Por qué lloras?- le pregunté preocupada por él.

Gabriel me miró un segundo de reojo pero volvió la mirada fija en el camino, no quiso contestarme, inspiró por la nariz para recogerse los mocos y nos quedamos así en silencio hasta que surgiera otro tema de conversación.

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