sábado, noviembre 27, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 114 [2T]

 

El autobús paró justo delante del colegio, aunque cuando lo vi por la ventana no parecía un colegio, parecía un bloque de pisos normal y corriente, lo intuí cuando vi un cartel en blanco con letras a rotulador que decía “celebración de la fundación de las escuelas Vedruna”, pero a simple vista parecían pisos.

-        ¿Así son los colegios en las grandes ciudades por fuera?- le pregunté a Uriel.

-        Así es, en este colegio imparten desde parvulitos hasta bachillerato. La gran mayoría de colegios de ciudad son así – dijo Uriel.

Lo vi como una cosa extraña, ¿cómo era posible eso? Bajé del autobús, agarré la mochila del baúl y me quedé junto a mi clase, esperando el momento para entrar. En todo momento, no pude quitar el ojo al edificio, no por el simple hecho de lo que dije antes, más bien por la sensación extraña que tenía dentro de mí. Era una sensación que automáticamente se me cerró la boca del estómago y me puse a temblar sin poder parar, las piernas temblaban y mi corazón sin razón aparente empezó a acelerarse.

En cuando la clase entró dentro del edificio, me aferré a la mano izquierda de Uriel y no la solté en ningún momento. Uriel me miró y con tan solo la cara ni se quiso parar a preguntar si me pasaba algo, simplemente pasó su otro brazo por mi cintura y me ayudó a seguir hacia adelante. Pasamos por un pasillo estrecho con murales de papel en las paredes que pintaban retratos de Joaquina de Vedruna, siempre alrededor de niños. Esa sensación empezó a incrementarse, aunque seguía temblando ligeramente, empecé a tener mucho miedo y si fuese por mí, saldría a por patas de allí lo antes posible. Me sentía igual que si me llevasen al corredor de la muerte.


Al final del pasillo había una gran sala con sillas de plástico unidas entre sí, simulaba un salón de actos, delante de las sillas había un pequeño escenario dónde había una mesa con varias sillas, que todavía no estaban ocupadas por nadie, pero que pronto lo estarían, porque nos llevaron a una fila para sentarnos a escuchar el discurso de bienvenida. Me senté, más bien caí literalmente en la silla, las rodillas no querían colaborar, ¿qué carajo me estaba pasando?

-        Dary, tengo miedo… hay algo más aquí… que no consigo ver…- le susurré a Uriel.

-        Si, yo también noto algo. Pero no te preocupes con tú permiso he avisado a uno de mis hermanos para que nos acompañe, está al caer. – informó Uriel, su cara también estaba como descompuesta.

-        ¿Qué está pasando?- le pregunté.

-        Lo más probable es que sea una sombra y de las fuertes. Por si acaso, no te vayas de debajo de mis alas, ¿de acuerdo? – dijo Uriel.

Le dije que si con la cabeza, no me salían ni las palabras. ¿Una sombra? ¡Dios bendito sálvanos! Empecé a mirar a las personas, pero no servía de nada, si era una sombra no se dejaría ver directamente, así que miré al techo y empecé a ver dónde estaban las bombillas que iluminaban la sala, ya que no tenía ventanas.

-        Dary… mira las bombillas.- le dije.

Uriel miró hacia el techo y vio que eran bombillas que se enfocaban solo a un único lugar, algunos apuntaban hacia el escenario, otros en sentido contrarios y algunos a los lados.

-        Solo nos ayudarán la mitad a detectarlas… ¿qué hacemos?- le dije.

-        Es verdad. – dijo y se quedó un rato en silencio pensando en algo – ¡Tengo una idea! – dijo y me la contó.

-        ¡De acuerdo!- dije.

Lo más posible es que esta sombra estuviese acompañada de más, y que se hubiesen escapado del bajo astral, reconociendo el colegio como su nuevo hogar. Según la última ordenanza de limpiezas espectrales, eso estaba completamente prohibido atrincherarse en un edificio antiguo y de origen de la 3D. Si no hacíamos nada, la balanza del ying yang no podría realizar su trabajo de forma correcta y los reinos de luz, de oscuridad y neutrales no podrían trabajar armónicamente y esto afectaría a nivel espiritual, álmico y físico en todo el universo. Por ejemplo, sino hacíamos nada, quizás en algún punto del planeta, pudiese estallar perfectamente una guerra civil con miles de muertos. Cuando trabajas en este universo, todos tenemos una razón de vivir, mantener armónicamente el universo es una parte del trabajo que tenía que hacer en aquel tiempo, y actualmente sigo en ello, aunque trabajando con un cargo importante del reino de la neutralidad.

Escuché el discurso del director del centro con poca atención, porque a su izquierda vi un ángel que sus alas estaba algo estropeadas, y a su derecha un ángel radiante con pelo rubio hasta los hombros.

-        ¿Quién es el de las alas estropeadas, Dary?- le susurré a Uriel.

-        ¡Oh no, esto no va nada bien…! Es un Egregor y según el registro de los anillos, este no debería estar allí en este momento – respondió muy preocupado Uriel.

-        ¿Qué hacemos entonces?- le dije.

-        Si las sombras están aquí, será obra de un Egregor, tenemos que avisar a San Miguel Arcángel. ¿Me das permiso? – dijo Uriel.

-        Si, haz lo que tengas que hacer pero rápido. En lo que sea, te ayudaré.- le dije.

-        Ok.- dijo y se puso a revisar cosas con sus anillos.

No pude dejar de mirar al Egregor durante los diez minutos que el director nos dio la bienvenida, entre las sombras y Egregors la cosa no pintaba demasiado bien y seguramente tendríamos que hacer algo al respecto, así que comprendí que el hecho de hacer este encuentro por esta celebración en cierto modo, el universo nos habían enviado para trabajar y no para disfrutar y hacer amiguitos nuevos.

Por un lado me alegraba trabajar como si fuese guardiana, me daba una ligera idea de lo que me esperaba dentro de un año aproximadamente, pero por el otro me daba miedo que alguien de mi colegio fuese testigo de nuestra presencia y acabe sin querer poniendo un destino nuevo a mi vida, un destino directo al psiquiátrico. Así que tendría que ir con mucho cuidado, creo que no podría contestar a las preguntas de las personas, al ser testigos de una pelea o un enfrentamiento entre reino de la oscuridad y la neutralidad. Todavía no tenía a mi alcance las respuestas a todas las peguntas posibles o imposibles para momentos así, por ende, mejor en secreto.

En cuanto el director dejó al micrófono a una profesora vi que se iba de la sala, aproveché para darle un codazo a Uriel, él miró y empezó a buscarle con la mirada, pero se puso de pie y me hizo un gesto para que viniese con él de inmediato, le seguí. Me fui hacia la Carmen y le pedí para ir al baño, me dio permiso y nos fuimos Uriel y yo hacia el pasillo, el mismo dónde el director se estaba yendo.

-        No te alejes y ante todo, hazme caso en todo lo que te diga, ¿ok? – me dijo Uriel.

-        Ok. ¿Quién nos ayudará?- dije.

-        Aquí estoy. – Dijo Gabriel, me giré y le di un abrazo.

-        Miguel te ha dado permiso para hoy, para que ejerces de guardiana con nosotros en este recinto. Nuestra misión es regresar las sombras y el Egregor al reino dónde pertenecen. – dijo Uriel como si se hubiese convertido de golpe en el jefe de la trama policial en la cual íbamos a participar.

Solo teníamos diez minutos como mucho antes de que alguien notase nuestra ausencia, así que nos pusimos a trabajar. Uriel le dio la indicación a Gabriel y él literalmente con unos movimientos con las manos, ralentizó el tiempo alrededor de nosotros, de este modo multiplicamos esos 10 minutos a una hora. El cambio de tiempo solo les había afectados a las personas que vivían en 3D, o sea que los ángeles guardianes notaban que habían cambiado el tiempo y empezaron a preguntarnos el motivo, necesitábamos sus ayudas, pues no sabíamos cuántas sombras o Egregors podrían ser al final, por suerte aceptaron.

Nos pusimos a buscar cualquier sombra o Egregor por todas las aulas de todos las cinco plantas de la escuela, clase por clase, pasillo por pasillo… tardamos un rato, porque se habían escondido la mayoría, solo podíamos fiarnos de nuestro instinto, pues cualquier aparato que intentásemos no ayudaba mucho.

-        En guardia, están aquí. ¿Lo notan? – decía Gabriel hacia nosotros que estábamos detrás de él, mientras que entrabamos al gimnasio.


Tanto Uriel como yo dijimos que si con la cabeza, así que vi como Uriel se preparaba en sus manos con una bolita de energía anaranjada, Gabriel también y yo simplemente me preparé con un truco que me enseñaron en entrenos, con la energía de las manos hacer un cubo. Miré hacia atrás, para enseñarles a los demás ángeles que se preparasen, ellos captaron la información y la fueron pasando hasta el último ángel. Uriel contó hasta tres con los dedos y yo con la otra mano abrí la puerta y enseguida entramos todos.

Las sombras nos atacaban con nubes densas oscuras, mientras que los Egregors con sus manos nos atacaban con sus energías densas y oscuras que formaban figuras gigantes de monstruos horrorosos. En cambio nuestra energía hacía formas más bonitas, cada uno tenía una forma distinta, la mía era un León. En alguna ocasión tuve que emplear la fuerza cuerpo a cuerpo, por suerte estaba muy bien preparado para algo así, pero esta vez no era una prueba, todo eso estaba pasando de verdad. La oscuridad siempre buscará pelea, la luz cuando la neutralidad le tiene que decir que ha pasado sus límites, se arregla todo en una reunión charlando, pero la oscuridad al tener falta de razón y de luz, siempre busca la pelea, por ende, los que trabajamos en el reino neutral y la luz algunos también, debemos aprender el arte del conflicto cuerpo a cuerpo, para saber defenderse en caso de necesidad y solo en defensa propia, nunca atacando a nadie por despecho.

-        ¡Laia ven conmigo! – Me gritó Gabriel.

Me acerqué a él, entonces me agarró de la mano y nos fuimos corriendo a un lado del gimnasio.

-        ¿Te han enseñado a abrir portales densos? – me preguntó Gabriel.

-        Si, pero muy por encima.- respondí.

-        Bueno, es suficiente si sabes la base. Vamos a abrir uno aquí mismo, debemos devolverlos a su casa. – dijo Gabriel.

-        Ok.- respondí.

Gabriel se puso de rodillas y yo le copié delante de él, le miré a los ojos verdes, mientras que vi que se ponía las manos delante del pecho en una forma específica, ya que cada portal tiene un gesto diferente. Cerró los ojos y empezamos a vibrar al unísono, entonces la luz de nuestras manos empezaron a brillar con mucha fuerza.

-        Gurh Mijhet Ahnet – cantó Uriel en el idioma que hablamos en Agartha.

Entre las dos fuerzas que me unen aquí y ahora, doy en mis manos la creación de este portal “, esta era la traducción de lo que cantaba Gabriel con la fuerza del corazón y del equilibrio universal. Dije las mismas palabras hasta que juntamos las manos y la luz brillante salió de nuestras manos con fuerza, voló unos metros por encima de nuestras cabezas hasta estamparse contra una de las paredes que teníamos cerca, allí se abrió un portal rectangular de más de dos metros y medio de altura.

Los demás ángeles empezaron a lanzar a las sombras y los Egregors hasta el portal que quedaban atrapados en su dimensión del bajo astral y desaparecían. En cuanto pasó el último, Gabriel y yo concluimos al cerramiento definitivo del portal. Simplemente vibramos de nuevo, cambiamos la posición de las manos y el portal desapareció totalmente. En cuanto la energía ya había desaparecido, estaba tan cansada que literalmente me desmayé, lo último que recordaba es que Gabriel le había dado tiempo de agarrarme antes de darme fuerte de cabeza contra el suelo. 

Recomendaciones: Película PK - Youtube (sustitulada al español)


 

HR.

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miércoles, noviembre 24, 2021

Los Espejos

 

Aprovecho esta luna llena en Tauro y además que está en eclipse para sacar aquello negativo que hay en mí y que esta noche, la vida me ha dado el privilegio de ver un espejo que hacía tiempo decidí esconder. Sino lo saco a fuera, me sentiré peor y siento que es el momento de confesarles algo muy importante, lo comparto con ustedes porque es un aprendizaje muy importante que seguramente que a ustedes les ayudará en algo que estén pasando parecido a esto. No lo hago para ofender a nadie ni a nada, pero es importante para mí (Vamos a decir que esta luna “me obliga” a sacar esto de esta forma).

Ni se imaginan lo difícil que fue para mí, encontrar una amiga para hacer cosas durante la adolescencia, cuando sufres acoso escolar es difícil tener amigos que valgan la pena, y pasas un largo tiempo solo pensando en algunas ocasiones si realmente ellos tienen razón, y el odio que tienen hacia a ti, por nada, realmente es porque tú no te mereces vivir. Aunque ahora no les parezca algo normal en mí, durante mi adolescencia fui una niña con muchos problemas de autoestima muy grandes, no confiaba en mí misma a pesar de estar con la compañía del Arcángel Uriel y de los Seres de Luz más hermosos que se pueden imaginar. No tenía autoestima, y eso quería decir que el odio que tenían los demás hacía a mí, me la creí durante tanto tiempo, que acabé pensando en que yo no servía para vivir entre los humanos.

Me castigaba cada segundo de mí existencia, por haber decidido venir a encarnar en 3D, cuando en 5D tenía amigos, familia y una vida maravillosa. Siempre se me hacía cuesta arriba cuando tenía que regresar a 3D cada mañana, y tener que vivir el menos tiempo posible en esa dimensión. Incluso casi ni salía de casa, aunque tenía que pasear al perro, cuando lo tenía que hacer lo hacía cuando todos mis compañeros estuviesen ocupados para que no me odiasen al pasar por la calle.

Por ejemplo, cuando salía a la 1pm del colegio para almorzar, mientras que los demás almorzaban en sus casas, yo sacaba al perro y nos íbamos al paseo del Ter, no había nadie y se estaba muy bien con el solecito en invierno. Luego a las 2pm llegaba a casa, almorzaba y a las 3pm volvía a clase. Después a las 5pm cuando salía del colegio ya no volvía a salir hasta al día siguiente, me pasaba las tardes jugando a los Sims en el ordenador, viendo series o películas, teniendo mis clases de canto y baile con el arcángel san Gabriel en el salón de mí casa. Y a veces acompañaba a mis padres a tomar algo a las 8pm en el bar de la esquina de casa, por salir un ratito y estar con alguien, aunque fuese con mis padres y mis tíos.

Tenía asumido que no merecía vivir entre los humanos, así que intentaba pasar el menos tiempo con ellos, es decir no ver a los compañeros de clase, quedarme sola en un rincón en el patio con la única compañía de los Arcángeles. Me decían que me auto-marginaba y así era, me odiaban y no quería hacerles pasar un mal rato, al igual que yo también me sentía mal cuando andaba con los demás. La soledad me despertó internamente y me sentía más acompañada que nunca, sé que suena una contradicción, pero es que gracias a estos ratitos de soledad, pude estar más presente en mi espíritu, alma y cuerpo y pude empezar a compartir mí día a día con los Seres de Luz. Porque los Maestros Ascendidos y Arcángeles venían a mí casa por las tardes incluso cuando había mis padres en la cocina, yo estaba con ellos, venían, charlábamos, me divertía jugando a la play station 2 y además aprendía muchas cosas que ahora… los que me odiaban veneran de mí.


A la hora del patio, cuando veía a los grupitos de clase jugar o charlar de sus cosas en la distancia, realmente me sentía envidiosa por ello, porque yo también quería a veces una compañía de 3D. Muchas veces les había pedido al universo incluso al mismísimo Dios, que tuviese una amistad en condiciones, pero no se me daba el placer de tenerlo. Por eso mi relación de protegido-arcángel se estrechó aún más y a Uriel lo considero como de la familia, de hecho lo es desde que salgo con el Señor Ojos Verdes, ya para mis futuros hijos Uriel será un tío postizo de ellos.

Según mi registro del contrato de encarnación que firmé y acordé antes de nacer, la relación con Uriel no tenía que terminar siendo tan estrecha, esto surgió debido a los conflictos emocionales ocasionados por el bullying, tanto de mis compañeros como de los profesores que también pasaban como de la mierda o se unían, como si fuesen a comisión. Pero en ningún momento abandoné ese colegio, sabía perfectamente que si huía el problema no iba a desaparecer, vendría conmigo aunque me fuese a estudiar al Tibet. Por eso no les compartí a mis padres lo que sucedía, porque sabía cual sería sus reacciones, ahora me lo dicen mucho y les pregunto “¿Qué hubieran hecho al respecto?” y me dicen “Cambiarte de colegio” y yo les digo “Mal, eso solo empeoraría la situación” pero no me entienden.

Sinceramente mi problema no era el acoso escolar, sino mi autoestima, todo lo que pasó desde los seis años hasta los diez y seis, en realidad estaban constatados en el contrato de encarnación firmado antes de nacer. Así que solo cumplí con lo acordado, simplemente para compensar KARMA que tenía acumulado de las 87 vidas que llevo a las espaldas. Las dos primeras, viví en la creación es decir vi como se creaba este universo puesto que mí espíritu nació en el universo VI, también estuve en el gobierno del universo al lado de Dios y de la primera familia de la creación (Ruak, Jesús, María, Sophía, Magdalena, Esther, Gahethel…) que son los actuales protectores de nuestro universo (digamos que son los Ministros que cuidan de nosotros a nivel universal).

Cuando reencarné en la tercera vida, hice algo que sigo castigándome por ello, y que aquí y ahora va a salir por primera vez a la luz, así que atentos, queridos alumnos de mí corazón, pues lo que hice allí, tiene su espejo en la adolescencia de esta vida. Vivía como hombre, un guerrero de la civilización Ashemnha en la galaxia de Andrómeda, pero el planeta estaba enfermo y la vida allí empezó a ser un problema, así que armamos un comando en busca de ayuda dentro de la misma galaxia, y encontramos asilo con la civilización de Xham. Eran medio reptiles conviviendo con robots biológicos que al final no acabó cuajando la cosa y tuvieron una guerra civil, dónde les ayudamos a destruir a los robots.

La alianza que hicimos fue decisiva en esa guerra civil, pues nos ayudaron a encontrar una solución a nuestro problema, dónde el capitán de los Reptiles se le llamaba el Insectoide, una amantis religiosa muy inteligente tanto emocionalmente como mentalmente, de hecho era el hijo del gobernador de Xham. Vino con nosotros en busca de un nuevo hogar para trasladarnos toda la civilización, pensando que encontraríamos planetas sin habitar. La búsqueda no fue para nada fácil, la gran mayoría de planetas de Andrómeda estaban habitados y perdimos la esperanza bastante rápido, hasta que el Insectoide agarró los mandos de las naves en contra de nuestra voluntad y aterrizó en un planeta habitado y al bajar de la nave, se puso a atacar sin presentarse ni motivo alguno, declarando una guerra contra una civilización casi nativa, dónde aquel que no estaba con el Insectoide moría, así que yo le ayudé y maté a muchos más de medio millón.

Cuando la civilización nativa fue arrasada totalmente, empezamos a restaurar la naturaleza que había sido atacada, pensando que ya habíamos conseguido un nuevo hogar. Pero solo un comando consiguió regresar a las naves (allí estaba yo junto al Insectoide) para arrasar con más planetas habitados y así crear la famosa Guerra de Andrómeda. Morí en combate, odiando al Insectoide, y me fui a encarnar a Arcturus, siendo de nuevo una mujer de nombre Flor de Lys.

Unos 5.000 años después viviendo en paz siendo Arcturiana y aprendiendo sobre los patrones universales (lo que ahora activamos en la Kundalini), el comando del Insectoide llegó al cielo de Arcturus y atacó al planeta una madrugada, dónde arrasó con casi el 90% de toda la civilización y con ello, mi madre Tauriel fue asesinada por el mismo Insectoide. Le reconocí, pero luego todo se extendió a más planetas de Orión y acabó siendo la famosa guerra de Orión.


Ahora el Insectoide está según los archivos de Orión desaparecido en combate, su civilización fue arrasada tras el final de la guerra, la mayoría cumpliendo condena en un planeta muy lejano de aquí, pero sé de primera mano que el Insectoide vive en este planeta Tierra, aunque no sabemos si ha mantenido contacto con su civilización. Ha aprendido a camuflarse, pues parece humano, porque le robó la piel a un muerto, incluso ha conseguido un trabajo y hacerse pasar por humano, aunque su permiso de residencia en este planeta es de “asilo político” no podemos verificar si su certificado es real o falso, por eso la orden de San Miguel Arcángel no lo puede detener, solo vigilar en la distancia.

Estos son mis espejos, en la adolescencia tuve la suerte de verlos ahora el tiempo ha cambiado, y mi autoestima también, vuelve a ser normal, sé que no me odian, pero aún ando lidiando con estos espejos. ¿Cuáles son los tuyos? 

Sigue nuestros videos de youtube, aquí te dejamos el último video:


 

Recomendación: Forever Young – The Tenors.

HR.

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domingo, noviembre 21, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 113 [2T]

 

¿Cómo era posible que pudiera sentir felicidad si los demás estaban tristes por la pérdida? Me sentía extraña y fuera de lugar, ¿y si no fuera yo humana?...

-        ¿Por qué he llorado de felicidad?- susurré mientras que el Titi tomaba un sorbo de su coca-cola y me miraba con atención.

Tras el entierro, me fui con él a pasear y después cuando fue la hora de almorzar, me invitó a almorzar en el bar la llesca los dos a solas, para poder hablar tranquilamente de lo que había pasado.

-        Normalmente las personas no presencian algo tan hermoso como lo que has visto, Laia. Siéntete afortunada de ser diferente, es una virtud que deberías tener en cuenta, porque quizás en el futuro alguien valore tu forma de ver el mundo, y comprenda nuestro mundo.- aconsejó el Titi.

-        Nunca he mentido y espero seguir así toda mi vida, pero tienes razón Titi, lo que hemos visto ha sido único, algo mágico y hermoso, ¿por qué las personas no son capaces de ver lo bonito que es morir? ¿Soy un asesino por pensar así?- le dije.

-        ¿Asesina?- repitió alzando las cejas en señal de sorpresa.- ¿Por qué lo preguntas?- terminó.

-        Solo ellos son capaces de ver felicidad, matando a otras personas. ¿Eso es lo que siente Aros cuando lastima a personas o… Gämael?- pregunté.

-        ¿Quieres hacer daño a alguien?- preguntó.

-        No.- respondí.

-        ¿Disfrutas manipulando a los demás para conseguir lo que quieres?- peguntó el Titi.

-        No.- respondí.

-        Entonces, no tienes de qué preocuparte, no eres una asesina. Solo entiendes mejor que nunca lo que es morir. La humanidad piensa que la muerte es el final de la vida, ayudarles a entender que solo es un cambio de dimensión definitivo, es nuestro trabajo. Tenemos que formar a la humanidad para que entienda que hay vida después de la vida, es diferente, pero sigue existiendo la vida.- explicó.

-        ¿Por qué soy tan diferente cuando quiero ser normal como los demás?- le pregunté.

La Isabel nos interrumpió, porque trajo la comida, yo había pedido una hamburguesa con queso en cambio el Titi pidió un entrecot con patatas fritas.

-        Si te soy sincero, los ángeles sabemos de primera mano qué pediste que cumpliéramos al pie de la letra en esta encarnación, y pedir ser normal, no era una de tus prioridades antes de nacer.- informó.

A pesar de estar él encarnado, de alguna forma le pasaban los informes del otro lado, él también estaba informado de mi estatus, eso por primera vez me lo tomé como si fuese la oportunidad de mi vida, en encaminarme a un lugar dónde quizás muy pocas personas hayan tenido la misma chance que yo.

-        Me tenías que haber parado los pies, cuando viste que era una idea tan descabellada, Titi.- le dije sarcásticamente.

-        Con lo terca que eres, solo es capaz de pararte un cataclismo.- respondió irónicamente.


Nos pusimos a reír, y empezamos a comer. Al terminar, cuando ya se acercaban las tres de la tarde, el Titi de camino al colegio, me acompañó a casa a buscar la mochila para ir al colegio y me trajo él dando un paseo, el Titi no manejaba auto, lo único que hacía cuando nadie le miraba era volar con sus propias alas, eso solo lo podía hacer cuando estaba en el bosque y sin ninguna compañía de 3D que no hubiese abierto la consciencia universal.

Me despedí del Titi y entré en el patio cubierto, saludé a la Carmen que estaba allí vigilando la entrada y me dirigí hacia la clase algo contenta, en el momento en que entré, dejé la mochila encima de mi mesa, dejé la chaqueta en el perchero y me puse la bata. Entonces sonó el timbre de las tres en punto, me senté en mi mesa y empecé a sacar los libros de la materia que tocaba, entonces esperé a la llegada de la profesora.

-        ¿Dónde has estado estos días?- preguntó Houssine.

-        De luto, se me ha muerto la abuela y mis padres no han querido que fuese al colegio porque estaba muy afectada. Gracias por preguntar.- le respondí sinceramente.

-        Lo siento.- respondió sorprendido Houssine.

-        No te preocupes… ¿me he perdido muchas cosas de clase?- le pregunté.

Pero Houssine se marchó sin decirme nada, vi que todavía no se había puesto la bata y me extrañó porque ya había sonado el timbre y no era común eso. Entonces me di cuenta de que nadie llevaba la bata puesta, así que me acerqué a Nil que estaba una mesa atrás de la mía.

-        ¿Por qué no llevan la bata?- le pregunté.

-        Estos días vamos sin ella, estamos de celebración.- respondió Nil.

-        ¿Celebración?- repetí.

-        Si, es divertido.- dijo y no volvió a dirigirme la palabra.

Me puse de pie y me saqué la bata, la volví a poner en el perchero y me senté de nuevo en mi sitio, entonces llegó la Carmen, cuando en realidad tocaba música.

-        Ponganse en una fila de a dos delante de la puerta, que nos vamos al salón de actos.- dijo la Carmen.

Todos los compañeros se pusieron de pie y se fueron formando una fila de a dos, yo guardé los libros en el cajón y me puse en la fila, pero de las últimas, me fui con la Camen que estaba buscando algo en su mesa.

-        Disculpe pero, Nil me ha dicho que estamos celebrando algo… ¿qué celebramos?- le pregunté.

-        ¡Ay es verdad no te lo he dicho! Esta semana se celebra el 218º cumpleaños de Joaquina de Vedruna, la fundadora de los colegios Vedruna, y no hacemos clase. Ahora iremos a ver un documental sobre ella, y les diremos algo importante.- informó la Carmen.

-        Gracias.- dije contenta.

Fue curioso saber la vida de la fundadora del colegio, nació en Barcelona en el año 1783 siendo hija de un rico o de un noble en aquel tiempo, aunque no había estudiado nunca la historia del mundo, me resonaba las diferencias de clases sociales por algunos de los recuerdos que ya había tenido el placer de recordar, dónde yo me encontraba o siendo pobre sin recursos o la gran mayoría era hija o hijo de condes o Nobles. Ella fue monja, pero fue diferente porque antes de serlo o durante su primer año como novicia se casó y tuvo que dejar temporalmente el noviciado para atender su hogar y tener así nueve hijos. Pero finalmente dejó su familia y se unió a las Carmelitas De La Caridad, se convirtió en monja y fue entonces cuando empezó a crear escuelas, conventos y hospitales. Murió con 71 años y durante su vida y su unión con las Carmelitas viajó por el mundo, incluso llegó a fundar colegios en Argentina.


De nuevo Argentina regresaba a mis oídos, sin localizar dónde se encontraba ese país en ese tiempo, pero una vez más me resonaba tanto que no podía describir exactamente qué siento cada vez que el universo me manda una señal de este maravilloso país, por los cuales aún mis pies no caminaron por allí, ni en la actualidad. Pero me muero de ganas de irme allí y no con fines turísticos.

Cuando se terminó el documental, la directora Assumpta nos informó que la semana siguiente iríamos a la Salle Bonanova de Barcelona a hacer un reencuentro con los alumnos de primaria de allí, dónde haríamos actividades juntos y conoceríamos a nuevos amigos. En el momento que llegué a casa, en las manos llevaba el papel con la autorización para la excursión improvisada para dárselas a mis padres, a pesar de que eso de hacer nuevos amigos no me llamaba mucho la atención, el hecho de salir del colegio para ir a otro lugar, me apetecía mucho y por eso mis padres aceptaron la autorización. Creo que costó la mitad de lo que solían costar las excursiones, por el simple fin de ir a otro colegio a almorzar.

Días antes de la excursión en clase de gimnasia, habíamos cambiado las volteretas por aprender un baile regional de la tierra catalana que poca gente sabe que existe, llamado el baile de cintas. Consistía en hacer un corro de la patata, en medio había una persona que aguantaba un palo que estaba enganchado las cintas de dos colores, podía ser amarillo y violeta o cualquier combinación. Se nos daba a cada uno del corro de la patata una cinta, según qué color tenías formabas parte de un equipo u otro.

El baile empezaba girándote por el lado derecho hacia a fuera del corro, agarrando tensando la cinta con fuerza con ambas manos, luego tenías que hacer diez pasos hacia adelante, al ritmo de la música, y entonces pararte y estar de frente al palo. En el primer turno, el equipo amarillo tenía que enlazar las cintas, así que daba cinco pasos hacia adelante, daban uno al lado y luego las cintas violetas daban un paso hacia atrás para que quedase como una especie de trenza en el palo, el equipo amarillo regresaba los pasos hacia atrás y vuelta a empezar a dar vueltas. En el segundo tiempo, hacían lo mismo pero con el violeta, y así hasta que terminaba la canción.

Anímicamente aún estaba mal por la muerte de la abuela Vitorina, pero esa excursión me gustó bastante, fue diferente. Más bien tenía curiosidad como era un colegio en Barcelona, así que aproveché la excursión para informarme sin saber exactamente porqué, pero sentía dentro de mí que así tenía que ser. Con Uriel subimos al autobús buscando un lugar para nosotros dos, aunque no venía tanta gente como pensaban, había muchos lugares libres y Uriel pudo sentarse a mi lado.

-        ¿Cómo estás hoy mi amor? – me preguntó Uriel.

-        Mejor, aunque veo que mi familia está cada vez peor, Alfonsito lleva días sin salir de la casa y el Titi está muy ocupado ayudando a sus hermanos a deshacerse de las cosas de la abuela.- confesé.

-        Debe ser duro para ti, ¿no? – me preguntó Uriel.

-        Aún no me atrevo a entrar en la habitación de la abuela, cuando estoy en el salón, cierro la puerta de su habitación. Me da cosa, y dentro de mí aún piensa que por lo menos en el recuerdo puede seguir en este plano. – le respondí.

No me quería poner triste, así que le pedí a Uriel que cambiáramos de tema, pero como no tenía ningún tema más, nos quedamos en silencio admirando el paisaje de la C-17. De fondo se escuchaba a los compañeros de clase cantar canciones como “Si el conductor es de primera, acelere” esta era un clásico al salir de excursión. Algunos jugaban al conejito de la suerte un juego de palmadas muy divertido que en algunas ocasiones pude jugar, dónde se jugaba a darle un beso si te tocaba al chico o chica que te gustase más. Cuando me tocaba darle un beso a la mejilla, siempre se lo daba a Gerard si jugaba, en ese tiempo me caía muy bien, incluso me llegó a gustar en algunas ocasiones. Poquito a poco se me fue quitando lo que sentía hacía meses de la Cristina, y me fui dando cuenta que en esta vida no vine a ser homosexual. Básicamente porque el Chico de ojos verdes era un hombre. 

Recomendación: First Time - Ellie Goulding.

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