domingo, enero 29, 2023

Alma Conectada Y Despierta

 

Has dejado atrás el miedo, para seguir y aquí estás, delante de tú mayor oportunidad de crecer y aprender a vivir tal y cómo resuene tú propio corazón. Te damos la bienvenida a tú hogar de nuevo, la última vez que viniste, te fuiste a la Tierra a mantener una vida ajena a lo que realmente estás destinado a ser, porqué tú mismo lo decidiste hacer antes de nacer en esta vida en la que sigues estando. Ahora tú mundo está entrando a la Era de Acuario, y tú cuerpo ha sufrido ciertos cambios importantes, que te van ayudar a seguir caminando en esta nueva vida que se te presenta ante tus ojos y has decidido aceptarla.

Primero de todo, debes recordar que somos los Seres de Luz y que siempre hemos estado cuidándote desde lo más invisible, pero ahora ya puedes sentir nuestra presencia, si das tú permiso, nosotros te daremos nuestras manos para invitarte al abrazo de luz más hermoso que jamás habrás imaginado nunca. Te esperan misiones complejas pero si sigues adelante, sabrás salir y aprenderás a vernos cuando nosotros te estemos comunicando algo importante de quién o qué debes hacer o ayudar.


Nosotros respondemos a tú corazón, pues él solo resuena amor porque el miedo reside en tú cabeza todavía, aunque ya estás aprendiendo a volver a confiar, tanto en ti, como en los demás. Entendemos lo duro que habrá sido, que te hayan traicionado o que en alguna ocasión las cosas no pasaban cómo tú querías, pero ahora todo esto ha cambiado, tú corazón es el guía y el cuerpo simplemente admite quién uno es, un SER conectado con un proyecto más grande que tu propia vida. No te preocupes, estás preparada aunque no lo sientas al principio, tú espíritu tiene toda la información que vas a necesitar para aprender a manejarte en esta nueva vida, solo deberás aprender a meditar y escucharle, puesto que es el aire que resuena en tú oído y a veces le llamas intuición.

Somos los ángeles y arcángeles que te acompañamos, pero pronto nos podrás ver cara a cara, tú trabajo y tú nueva vida, solo han empezado. Pero te queda aún mucho por vivir. Ten Fe en ti, no necesitas una figura de cerámica y rezarle, para saber ¿qué necesitas? Solo necesitas pararte y preguntarte “¿qué necesito yo aquí y ahora?” luego escucharás la respuesta dentro del corazón, el espíritu hablará a través de tú intuición. ¡No temas puesto que tú vida ahora depende de que seas valiente y le marques al miedo una tregua!

Attentamente,
Arcángel Jofiel y Arcángel Humiel.

Recomendación: Anon - Película Prime Video.

HR.

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viernes, enero 27, 2023

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 168 [2T]

 

En cuanto llegamos al aeropuerto me cagué encima de lo grande y diferente que era, estaba acostumbrada a los hangares de 5D, llenas de naves de todos los orígenes de las estrellas, y en un aeropuerto, solo son pájaros de metal que viajan de un país a otro sin salirse de la gravedad del planeta. Literalmente me llevé una pequeña decepción, porque pensaba que estarían un poquito más modernos… quizás de nuevo me había “adelantado” en el tiempo, me suele pasar mucho.

El camino de Manlleu hasta el Prat fue bastante corto para mí, porque me quedé dormida a la segunda curva de la autopista, mientras que mi abuela charlaba con mis padres y la radio, que en ese tiempo era radio teletaxi, se escuchaba muy de fondo. Al llegar al aeropuerto fuimos a facturación, lo recuerdo como un proceso algo tedioso, pero luego el sistema de seguridad fue aún más, porque me tuve que quitar los zapatos, mis padres se tuvieron que quitar los cinturones y eso… después de lo que había ocurrido hacía casi un año después del atentado de las Torres Gemelas, las seguridades en los aeropuertos aumentaron el triple.


La espera de subir al avión fue interesante, aunque me di cuenta de cómo eran, estuve todo el tiempo observando como preparaban un avión que acababa de llegar de su viaje, ver tantos transportistas llevando maletas y entre otras cosas, me fascinaban, cómo ya se habrán dado cuenta soy de naturaleza curiosa y me gusta aprender mucho a través de la observación. Mi madre tuvo que irse a una tienda a comprar chicles, así que le acompañé, porque así podía elegir de los que me gustaban, por eso agarré los de hierbabuena que eran riquísimos.

Una vez que embarcamos, me tocó ventanilla junto a mi mamá, como era el primer asiento de la zona de turista, en medio de los tres asientos no podía ir nadie sentado, así que mamá le tocó pasillo, detrás, mi padre le tocó en medio y la ventanilla fue para mi abuela. Mientras que esperábamos a que cerrasen las puertas, ya me puse el cinturón de seguridad, me impresionó que no fuese como en el auto, sino solo de cintura, otra persona con mentalidad catastrofista pensaría que tendría más posibilidades de morir, pero yo pensé que a lo mejor este cacharro me iba a impresionar… aunque tenía pocas chances la verdad, me había desencantado demasiado rápido.

El avión arrancó el motor y empezó a moverse hacia adelante, tras salir de su estacionamiento, aproveché para ponerme el chicle en la boca y le di la mano a mamá, porque me daba como impresión, ¿ahora que iba a pasar para ponernos a volar se alzaría como una nave del hangar o tendría que tener un espacio a gran velocidad? Había visto cómo los Centuriones para poder volar con sus alas, necesitan una pista a máxima velocidad, yo sinceramente esperaba la primera opción, ver como te alzas de repente, en plan gancho de una máquina de la feria, es mucho más impresionante, que ir a máxima velocidad y luego emprender el vuelo.

Las azafatas, terminaron de indicarnos los lugares de seguridad en caso de emergencia, yo confiaba que los ángeles no intentarían que el avión le pasase nada, confío más en un ángel que en el piloto de los aviones aunque llevan miles de horas de entrenamientos. Lo siento, pero sinceramente, le entregaría mi alma a un ángel de luz antes que a una persona que no sabe qué hacer ni con su alma. Siento ser algo brusca en este sentido, pero es una cuestión de fe y de consciencia, los ángeles siempre han estado a mi lado, las personas, simplemente huyen a la primera de cambio, cuesta confiar que podrías darle tú alma en caso de peligro.

-        Señores pasajeros, estamos entrando en la zona de pista, en breve emprenderemos el vuelo y nos dirigiremos hacia el aeropuerto de Orly en París. El viaje tiene aproximadamente una duración de dos horas y diez minutos, espero que disfruten del viaje con nuestra compañía con un refrigerio. Les ha hablado el comandante.- dijeron por radio.

Miré por la ventanilla, el avión giró y pasamos un paso de peatones, siempre me pregunto ¿qué hace un paso de peatones allí? El avión se paró y delante se veía otro avión en espera. Enseguida emprendió la velocidad el avión de adelante y nosotros nos colocamos dónde esperaba. Esos minutos de espera fueron muy largos, y los nervios empezaban a jugármela un poquito, no me estaba cagando, más bien lo contrario, sentía lo mismo que sentía cuado me montaba a una montaña russa en un parque de diversiones. Esa sensación de que la voy a pasar realmente bien, aunque al principio parezca que vaya a vomitar o a morir en el intento, yo estaba feliz, contenta, nerviosa, haciendo ritmos con las manos tocando los muslos, esperando a que arrancase el avión y sentir esa velocidad… tenía mucha esperanza en que iba a ser espectacular.


El avión encendió los motores más veloces, y empezamos a ir a toda mecha por la pista, me quedé literalmente pegada en el asiento de la velocidad que iba, en ese momento la mano de mi madre se estaba gangrenando, pobrecita de lo fuerte que le agarraba, hasta que la solté e hice como cuando me subo a la montaña russa, manos arriba, automáticamente se me fueron allí, entonces escuché la risa de Gabriel a mi derecha giré la cabeza y lo vi sentado en medio imitando lo qué hacía y gritando de alegría (yo no gritaba por respeto a los demás pasajeros pero me venían ganas), hasta que el avión empezó a volar inclinado hacia adelante dirección las nubes. ¡Wow!

-        ¡Hacía demasiado tiempo que no me subía a un avión, Laia! – dijo extasiado Gabriel.

-        ¡Wow! ¿Esto es así?- le dije tan alto que mi mamá me respondió con una sonrisa.

-        Si, ¿te ha gustado? – preguntó Gabriel.

Dije que si con la cabeza.

-        Pero ahora viene lo mejor, mira por la ventana. – me dijo Gabriel.

Me puse a mirar por la ventana, Gabriel se puso también como si no llevase el cinturón, se apoyó a mi hombro derecho y señalaba lo pequeño que se iba quedando la ciudad de Barcelona, en el día soleado y despejado que se había quedado tan hermoso para volar. No tuve ningún problema con las alturas, puesto que tenía una sensación hermosa en mi corazón, fue en ese instante cuando me recordé a mí misma porque había decidido volver a encarnar en este planeta, porque nada más verlo en las alturas, te enamora su belleza.

Gabriel estaba disfrutando como un niño mirando por la ventana junto a mí, era maravilloso. En cuanto llegamos al cielo francés, empezó a ver una capa de nubes blancas que tapaban las bellezas de Gaia y hacían el viaje un poco más interesante, porque en vez de aburrirme, empezamos a ver naves del Comando Ashtar que nos seguían un poco lejos para no levantar sospechas y ángeles volando alrededor del avión. ¡Qué hermoso!

-        Gab, ¡mira!- susurré para que mi madre no escuchase que estaba haciendo una sopa de letras.

-        Allí llegan nuestros amigos, les pedí que nos protegieran por fuera, para que este avión llegué a su destino sin problemas. – dijo Gabriel.

-        ¡Qué maravilla! Es la primera vez que los veo desde 3D.- comenté.

-        Más adelante, los podrás ver cada vez que viajes, tanto en avión como en auto. Tenemos previsto dejarnos ver a aquellos hermanos que acepten nuestra presencia, y tú estás en esa lista, mi amor. – informó.

-        ¿De verdad? ¡Wow! ¡Qué ilusión! – dije contenta.

La azafata nos sirvió un desayuno bastante pobre, que en esos tiempo regalaban con el billete y que ahora solo lo hacen los vuelos largos. Recuerdo que no tenía mucha hambre porque estaba demasiado ilusionada por lo que estaba viendo por la ventana, verlos a ellos a los ángeles como si nada, haciendo su trabajo que les había mandado, me sentía muy especial porque de alguna forma me estaban dando el mensaje de que para cambiar el mundo, solo debes empezar con tener esperanza de que puedes lograrlo.

Mientras que le pedía a la azafata una taza de leche con colacao, miré a Uriel que estaba en el pasillo agachado, le hice un gesto aprovechando que mi madre estaba de pie agarrando algo de la valija de mano que tuvo que guardar en las dependencias de arriba, para que se acercase, Uriel vino hacia nosotros.

-        ¿Vas bien, mi amor? – preguntó agachándose delante del asiento del medio.

-        Si, ¿has desayunado?- le pregunté.

-        No. – respondió, pero antes de que dijera nada, Gabriel le dio una tostada que le sobraba y la aceptó.- gracias, Gab. – dijo.

-        ¿Quieres jugo? – preguntó Gabriel.

-        ¡Dale! ¿De qué es? – habló Uriel con su hermano.

-        De frambuesa y coco. – respondió Gabriel.

Compartieron el vaso porque para él no había, me dio ganas de tomar un sorbito porque olía increíble. De hecho me gustaba más el desayuno angelical que el humano, demasiada bollería que no estoy acostumbrada a tomar. Croasans, leche con chocolate, mantequilla, mermelada… demasiado denso y dulce. Aunque los adultos lo acompañaban con café, ¡qué asco!

-        ¿Te has puesto perfume, Laia?- preguntó mi mamá.

-        ¿Eh? ¡No! ¿por?- le respondí.

-        Huele a fresa…- dijo.

Me encogí de hombros, pero realmente me tuve que sostener la risa, miré a los angelitos y ellos se pusieron a reír, evidentemente mi madre podía oler las frambuesas del jugo. Quería decirle, pero no estaba autorizada a decirle qué ángeles teníamos sentados entre nosotras.

-        En casa no tenemos perfume, porque eres alérgica, mamá. ¿Recuerdas?- le dije.

-        Por eso, porque huele demasiado bien.- respondió arrugando la frente.

-        Debe ser de otro pasajero que quizás pidió jugo en vez de café o leche.- le comenté.

-        Puede ser…- dijo mi mamá.

Es verdad que en casa no había perfumes, porque ella es alérgica a algún componente y se pone horrible, por eso los desodorantes y perfumes estaban prohibidos en mi casa, y según qué tipo de champú para el baño también, porque mi madre le provocaba asfixia. Teníamos que vigilar y por eso usábamos champú sin un olor exagerado, eso me causaba problemas en el colegio, porque mientras que mis compañeros olían rico en clase, yo no podía y enseguida las olores del tabaco de mis padres se me enganchaba a la piel y a la ropa. En parte, era difícil de explicar eso en clase, porque se reían de mi voz y también de que no me solía bañar mucho, básicamente por dos razones, la primera esto de mi madre, porque la queremos mucho y no queremos que se muera, antes era más sensible, pero cuando me hice más mayor ella mejoró y ya pude usar esos productos con cautela. Y segunda, porque mi piel también es especial, si me baño todos los días, me pica mucho la piel (da igual qué jabón usé), me pica y se me cae, por eso debo esperar mínimo tres días antes de pasar por la ducha. De pequeña solo pasaba una vez a la semana y siempre era en domingo, más mayor pasé con más frecuencia.

Los niños pueden ser muy crueles de pequeños, si no te quedas a escuchar, ¿cómo vas a poder saber qué ocurre de verdad? Por eso este tema siempre fue controversia en clase, porque un día Nil me preguntó “¿Cuántas veces te bañas?” y yo le dije “el domingo y ya” pero no me permitieron explicarlo. Y ya me tacharon de guarra que me siguió toda la adolescencia y el Bullying.

Mi padre no tiene ningún tipo de problema, pero a mi ahora con casi 30 años, estoy empezando a tener algunos síntomas que tenía mi madre a mi edad con algunos productos, más en los de limpieza del hogar.

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Recomendación: Canción dulce - Libro de Leila Slimani.

HR.

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viernes, enero 20, 2023

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 167 [2T]

 

De repente llegaron dos autos, uno Seat rojo y un Renault negro que estacionaron cerca de los columpios, enseguida reconocí a los integrantes de los dos autos, en uno iba mi tío con su mujer y detrás los mellis, pero en el otro iba Líon con una chica. Automáticamente se me activaron todas las alarmas, ¿quién era?

-        Mira, ya han llegado. Hoy conoceremos a la novia de Líon.- dijo mi padre.

-        ¿Cómo la novia?- primera sorpresa que me llevé y repetí susurrándolo tanto que solo Uriel me pudo escuchar.

Me bajé del columpio y le di la mano a Uriel, caminamos hacia el auto y esperamos mientras que observaba a la chica, llevaba el pelo largo morocho, con una coleta agarrado con una pinza grande, al mismo tiempo que llevaba los anteojos de sol en la cabeza, se bajó del auto después de quitarse el cinturón de seguridad. Iba vestida con pantalones blancos y una camiseta amarrada al cuerpo con un estampado marrón y negro, al mismo tiempo que llevaba tacos en los pies de color negro.

¿Realmente había llegado ya el momento que menos quería que pasase, las novias de Líon? Esta era la primera que nos presentaba, pero hasta cuando estaríamos así, ¿serían temporales o permanentes? En ambos casos, el miedo que sentía era cada vez mayor. Me daba miedo, dejar de jugar porque él ya había “madurado” y ya no jugaría más conmigo, sus hermanos literalmente pasaban de mí, era demasiada chiquita para estar a su “altura”, el único que seguía jugando era él, mí Líon. Uno de mis primos favoritos… ¿ahora todo se iba a la mierda?

Mi primera impresión de la novia, fue muy mala, y estuve de morros durante toda la comida junto a Líon. Por primera vez, no quise sentarme a su lado durante la comida, y me senté al lado de la abuela y mi padre. Esa chica se llamaba Flora, un nombre muy raro, jamás lo había escuchado en esta encarnación, pero bonito. Fue en ese momento en que pensé que el año 2002 fue un año de muy mala suerte, pierdo al Titi, me lastimo el brazo y además Líon tiene novia. ¡Qué año más malo! Ya tenía ganas de que llegase Navidad y cambiásemos de año.


Me pidieron canelones de carne, en ese tiempo por ser chiquita solo tenía derecho a comerme un solo plato, tenía hambre pero al ver a Líon me cortaba el hambre. La vuela terminó dándome a trozitos los canelones, hasta que me dejé uno entero porque ya no podía más. Me tocó ser la cabeza de la mesa, y cuando me miraba Líon me daban ganas de salir del comedor e huir muy lejos. ¿Qué me estaba pasando? Después de tomarme el helado de postre, pedí permiso para estar en el patio del restaurante, al dármelo, Uriel vino conmigo y nada más salir vi al perro que se vino hacia a mí y me quedé allí con el perrito tocándolo e intentando hacer tiempo.

-        ¿Qué te pasa, mi amor? – preguntó Uriel preocupado por mí.

-        He perdido a Líon.- le dije muy triste.

-        ¿Por qué? ¿Por tener novia? – preguntó sorprendido.

-        No, porque sé que se va a casar con ella. Todo va a cambiar, se acabó nuestro pacto. – le respondí.

-        ¿Has visto algo de él? – preguntó arqueando las cejas Uriel.

Dije que si con la cabeza, pero en vez de responderle, abracé al perro que se había quedado tumbado en el pasto delante de mi, puso mi cabeza encima de su espalda, el perro estaba tan tranquilo. Respiré profundamente, mientras que miraba a través de las ventanas del restaurant la mesa de la familia y miraba a la Flora.

-        Se va a casar con ella, en unos años.- le dije a Uriel.

Uriel miró hacia dónde estaba mirando pero simplemente se quedó en silencio. También se puso a acriciar al perro y no quisimos sacar más el tema por ese día. Unos minutos después, salieron todos y decidieron ir dónde estaba para hacernos la típica foto familiar, el perro se levantó y se fue de allí. Me senté en el banquito de piedra y la gente se puso para tomarse varias fotos. No la voy a compartir, pero salí triste, siempre salía en las fotos sonriendo, pero esa quise salir triste.

El primer día de Septiembre, fue el momento en que me quitaron el yeso, fu algo traumático porque me había hecho un dibujo muy bonito hacía poco tiempo y no quería que lo cortasen por el medio, pero nadie me entendió y me rompió por dentro. Imaginense, hacer un dibujo con todo tu amor y viene el médico y decide cortar por la mitad del dibujo. ¿Duele o no duele? Claro que si, rompe la ilusión y provoca un trauma, ¿soy suficiente en mi arte? Pues automáticamente mi EGO me repite esa imagen y me da a entender que soy una mierda, y por eso, me cuesta el doble en compartir a veces cosas que escribo, cuando no está nada relacionado con el trabajo. Allí se me creó un trauma que actualmente sigo intentando lidiar, creo que me está impidiendo hacer un libro y publicarlo, aunque sea un libro espiritual. Pienso, “no será suficiente, será una mierda y nadie lo querrá” ahora que tengo varias ofertas de editoriales, no me atrevo. ¡Menudo medico! ¿Verdad?

Dos días después, me despedí de mis nuevos compañeros del Anigami de Torelló, porque se suponía que las dos semanas que faltaban para empezar el colegio, el casal tenía un grupo de alumnos para que los niños no estuviesen desemparados durante esos días. Como yo no podía ir a Torelló, una de las monitoras me venía a buscar a la tarde a casa de mi abuela, para llevarme en su auto a Torelló. Al volver, era la última pero molaba mucho.

Por las tardes, estaba en el colegio Rocapervera, en la sección infantil, allí venían niños y niñas de todas las edades hasta seis años, a hacer actividades, un día nos pusimos a construir un fuerte, que nos salió de maravilla. En otras ocasiones hicimos sombras chinescas y en otras más actividades, todas al aire libre aprovechando que aún estábamos en verano y hacía buen tiempo. Pero yo tenía que haber estado una semana más, pero no fue así, porque mi abuela no hizo un regalo muy especial a mis padres y a mí, un viaje a París y Eurodisnney una semana antes de empezar el colegio.

El fin de semana antes del viaje, en casa estábamos muy ocupados haciendo las valijas, por primera vez en mí vida me iba a subir a un avión y estaba algo nerviosa, porque no sabía lo que me iba a encontrar, los había visto volar desde tierra por tanto tiempo, que ahora volar con la compañía Iberia, estaba muy nerviosa que dos días antes ya me costaba agarrar el sueño. Internamente, adoro agarrar los transportes públicos, lo que la humanidad ha sido capaz de crear a lo largo de la historia y lo cercanos que se están volviendo a la tecnología de luz para que algún día, pueda viajar a otros mundos y conocer a nuestros hermanos estelares. Siempre y cuando, dejen de pensar como posibilidad de que haya razas extraterrestres, y acepten que la vida existe más allá de nuestro planeta, y sobretodo para cuando llegue aquel día en que ya digan públicamente que la vida en otros planetas es posible y no imaginación.

-        ¿Por qué me da tanta impresión subirme a un avión si yo he tenido el placer de subirme a una nave de origen estelar?- le pregunté a Uriel.

-        Porque la humanidad aún desmiente que existamos, mi amor. El simple hecho de que piensen que no son el único mundo habitado, les da pavor. Algun día estarán listos, pero por el momento lo más parecido a un viaje estelar, será viajar en avión de país en país. – Respondió el arcángel Uriel.

-        No saben ni lo que se pierden.- dije y me puse a reír Uriel también.

-        Existen unas normas básicas para la apertura estelar, ¿sabías? – me preguntó.

-        Algo me comentaron alguna vez los maestros pleyadianos.- respondí.

-        Ellos se encargan de preparar a la humanidad para que los cumplan. La más importante es no ser egoístas y aprender a compartir, ahora que andan en países, muchos de ellos están peleados por la “posesión” de tierras. Pero la humanidad vive en una misma “tierra”, y no es suya, ni nuestra, ni del universo. Solo es el espacio, dónde ahora vivimos, pero y mañana, quizás nos vayamos. – compartió Uriel.

Las guerras están prohibidas en las normas de convivencia estelar, en este planeta vivimos en guerras, que por mucho que se encuentren en otros países, e intentamos ignorarlo, mucha gente muere, de hambre, de enfermedad que no puede atenderle ni un médico, o por guerras. Hacemos nuestra vida sin pensar que nos importa al ignorarlo, pero eso sí, cuando es Navidad, allí si que son solidarios y ayudan, ¿y antes? El que muere de hambre, seguirá hambriento después de Navidad, ¿saben?

Cuando voy a Barcelona y veo a los sin techo, me da vergüenza ser humana y pensar que la “sociedad” no es capaz ni de darse cuenta y hacer algo al respecto. La cantidad de personas que pasan por paseo de Gracia, con sus bolsas de compra de marcas caras, pasan delante de un sin techo, que tiene un vaso de plástico para que alguien le de alguna moneda para poder comprarse algo para comer ese día o durante la semana. Ves como miles de personas pasan por delante de ese sin techo, y nadie le da nada. Incluso alguien que lleva su bolsa del McDonald que no es capaz ni de compartir sus patatas o su hamburguesa con un sin techo. ¿Ustedes están evolucionando?

Casi no podía dormir de lo nerviosa que me encontraba, en pocas horas agarraría un avión y no sabía qué era lo que me iba a encontrar, porque literalmente era mi primer avión. Ahora que recuerdo mejor mis vidas anteriores, nunca había agarrado ninguno, como mucho naves espaciales pero una vez ya viviendo a paseándome por 5D, nunca en 3D. Lo había visto tanto en las películas, que la incertidumbre me mataba lentamente. ¿Me encontraría con algún famoso? ¿Vería algo inusual por la ventanilla? ¿Me perderían la maleta? Me fascinaba averiguar lo que me esperaba, un vuelo de dos horas y veinte minutos con mis padres y la abuela. ¡Algo bueno tenía que pasar por fin, no! Después de un año de mierda, eso me daba la esperanza de que quizás el final del 2002 sería algo mejor. Aunque me aterraba saber algo sobre el colegio, primero esperaba entrar en Eurodisnney, después ya me enfrentaría a lo inevitable, cuarto curso de primaria.

-        ¡Deberías descansar, mi amor! Sino mañana no disfrutarás del viaje…- decía Gabriel que se encontraba delante de la puerta de la habitación.

-        ¡No puedo! ¿Por qué no hacen de su magia y adelantan el tiempo?- les pedí.

-        ¡Ay mi amor! – comentaba Uriel que estaba cerca de la cama.- ¿no crees que es mejor saber apreciar el tiempo con sus segundos y sus minutos? ¡La rapidez solo trae estrellas fugaces! – comentó, se pusieron ambos a reír.

-        ¡No mola! ¡Quiero subirme ya al avión!- dije indignada, arrugué la cara, me tapé la cara con las sábanas y me giré de cara a la pared.


Escuché los pasos de lo que pensé que era el arcángel Gabriel acercándose a la cama, se sentó y con una de sus manos me quitó la sabana de la cara.

-        ¿Te canto una canción para que te duermas? – sugirió.

Dije que si con la cabeza.

-        Cuando alguien observa el cielo, las estrellas le responden, recordándoles, que su hogar sigue allí y si se les ocurra irse, les recuerdan que ya están en casa. Allí dónde haya una mano amiga, unas orejas que escuchen, o unas palabras dulces que enamoren, es mi hogar. Allí dónde las palabras no sean promesas sin cumplir, este es mi hogar, dónde un par de ojos reconozca la compañía, este es mi hogar. Y aunque las estrellas lejos estén, este es mi hogar y ese mi origen. – cantaba Gabriel, a la mitad apareció su guitarra y con sus acordes, siguió cantándolo varias veces, hasta que dejé de escucharle porque me quedé profundamente dormida.

-        Mi hogar es dónde… dónde… estés tú…- dije dormida mientras que mi mano reposaba calmadamente encima de la rodilla de Gabriel. Él se quedó en silencio, observándome.

Noté un beso en la frente y me dormí. 

Recomendación: Harry Potter y la piedra filosofal - HBO.

HR.

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