Es difícil saber si has vuelto o no a la dimensión correcta,
cuando tienes contactos de este tipo la mente parece volverse un poco confusa y
a veces es posible que se presentan nauseas, mareos o mal estar al principio
pero se acaban pasando al cabo de unos minutos o a veces un poco más, pero no
dura más de una hora, eso ocurre porque al cambiar la dimensión también cambias
la energía y al volver a veces la energía sutil le cuesta cambiar a energía
material física de tercera dimensión. Es un cambio energético y físico por el
cual no estamos acostumbrados es por eso que de momento no todo el mundo lo
puede hacer o lo puede conseguir, pero quién acaba consiguiéndolo con esfuerzo
y trabajo merece sus recompensas, tener estas visitas tan impactantes y
bonitas. Por lo tanto es muy importante tener la compañía de alguien, sea una
persona de 3D o tú ángel, ya que al volver a la dimensión que estás
“acostumbrada” por decirlo de algún modo, lo que ocurre es que no vuelves al
mismo nivel de evolución en el que estabas, aunque te cueste entenderlo cuando
regresas de algo así, estás una línea por encima al nivel de evolución interior
de tus capacidades psíquicas de lo que estabas antes de realizar este pequeño
viaje, a mi últimamente escucho mucho a mi ángel, Uriel es un ángel muy amoroso
y muy divertido, los que estaban allí pudieron tener alguna conversación o
algún acercamiento con él y recuerdo que se partían de la risa de lo que iba
haciendo.
Ya que yo tenía sueño y Uriel le entró de repente que quería
hablar, pero hablar a tutiplén que le digo yo, a veces los ángeles nos hacen
esto para hacernos recordar cómo éramos de niños, ya que no debemos perder ese
niño interior que yace en cada uno de nosotros. Pero lo que iba diciendo en ese
momento eran cosa obvias, tontas por aquel que dice, por el cual yo ya un poco
molesta porque tenía sueño y quería ponerme a dormir, y él no me dejaba, pues
empecé a hablarle dónde los compañeros empezaron a quedarse confusos al
escucharme hablar sola con alguien, que me parece que llegaron a escuchar en
algún momento, no lo recuerdo muy bien.
En fin, cuando consigo volver a concentrarme pensaba que
dormiría, pero estaba totalmente equivocada, volví a entrar en meditación,
estuve en trance y me fui a un lugar totalmente inesperado, por el cual solo
estado (contando esta vez) dos veces.
Entré por la ventana volando a través de un haz de luz
blanco puro, me encontraba en una habitación con las paredes doradas que
brillaban en luz, el suelo también era de ese color y si mirabas al techo se
podía ver el universo, lleno de puntitos blancos, nebulosas y planetoides
chiquititos, que hermosa imagen, sentía vida en mi interior, ¡maravilloso! La
habitación había un trono dorado que emergía y se fusionaba con las paredes y
el suelo energético, en él estaba sentado un señor bastante alto que llevaba en
la cabeza una corona dorada con los siete rayos representadas en cuarzos. A su
derecha estaba ni más ni menos que la Virgen María, de pie agarrándole del
brazo, un poco más adelante estaba Lady Nada o María Magdalena que me recibió
con un fuerte abrazo, y a la izquierda de quién estaba sentado en el trono era
un señor que llevaba un traje blanco que brillaba de pureza, sus ojos eran una
mezcla de los rayos. ¡Wow!
“¡Bienvenida Laia, a
mi casa!” decía el señor del trono, me quedé hipnotizada intentaba
reconocerlo pero no sabía quién era, hasta que escuché que alguien me llamaba
desde atrás, me giré y me quedé entre una mezcla de felicidad y sorprendida al
ver al Maestro Jesús que también me dio un abrazo y me dijo “¡Bienvenida de nuevo a la casa de mi padre,
Laia!”. ¡No lo podía creer! Quién estaba sentado en el trono era DIOS.
Me alegré y me fascinó mucho estar allí, la última vez solo
estaba con el Maestro Jesús, y ahora iba a tener una conversación con el
Creador, me sentí muy conectada e increíblemente capacitada para ir no
simplemente yo sino en representación (hasta que todos hayan ascendido) de la
humanidad. Jesús y yo empezamos a caminar dirección a Dios y a los demás, nos
acompañaba Lady Nada, hacía un par de días que había ocurrido lo último (que ya
os compartí), y ahora los mensajes o lo que fuese sería muy interesante.
Mis queridos hijos,
Durante muchos eones
de tiempo habéis estado separados de mi luz, ahora es el tiempo que tanto
habéis esperado, es el tiempo de ser Luz. Mi energía es la misma en la que cree
la primera célula de vida en vuestro planeta, la luz que recibís es la molécula
que hace propicia vuestra razón, esta luz es mi amor.
Escucho vuestras
plegarias diariamente, queréis que todo os vaya bien, y así os lo doy, mi luz
es signo de amor puro, no importa si lo rechazáis, ya que el libre albedrío os
lo di para ser libres. Solo aquellos que sepan apreciar, entender y comprender
mi luz serán quienes lograrán volver a casa. ¡No temáis, hijos míos! Sois bien
recibidos a mi casa y en vuestra casa, mi amor os acompaña, permitid sentirlo
que allí se encuentra, en cada risa de un niño, en cada abrazo, en cada palabra
hermosa, en cada acto de humildad, sentidme en vuestro corazón, sentid la
unidad, sentíos unidos junto a mí, teniéndome en vuestro corazón, mi luz es
amor, es el alimento de un corazón desenamorado de la vida sagrada.
Siempre en unidad con vosotros,
vuestro padre divino, Dios.
Las palabras de Dios me ponen el bello de punta cada vez que
releo su mensaje, ¿no os pasa a vosotros? Pura luz concentrada en un mensaje,
wow. Me quedé escuchándoles sin apenas dejar de mirarles, me encantó estar con ellos,
es un privilegio muy bonito que me hayan vuelto a invitar allí. Después de las
palabras de Dios, el Maestro Jesús que seguía a mi lado, me agarraba de la
cintura, yo le agarré también de allí y me dijo “Te presento al Espíritu Santo”
él señalaba con la cabeza al señor del traje de blanco, que me miraba con unos
ojos profundos y una sonrisa muy amplia y cariñosa.
Queridos hermanos,
En los siguientes
tiempos el rayo violeta junto el rayo azul se emana en vuestra dimensión con
gran fuerza, para limpiar vuestra energía que emerge de vosotros para
transmutarla ya que es tiempo de ser valientes y perseverantes ante el cambio
que se está efectuando.
Yo soy el aire de
vuestra fortaleza, la madera de vuestro empeño, el agua de vuestra esperanza y
el hierro de vuestra energía. Sentidme con vosotros, estamos con vosotros en
cada suspiro, en cada sonrisa, en cada muestra de cariño hacia el otro, estamos
y os amamos. Mis semillas están con vosotros, abrid el corazón y sentid ese
amor que emanan por sus cuerpos físicos, para ayudaros a percibir la vibración
del amor del Padre divino.
Yo soy el Espíritu
Santo.
Le di las gracias y él vino hacia a mí para darme un abrazo
que agradecí un montón y me dijo “gracias por compartirlo de corazón a
corazón”.
El amor que
experimentáis es la vibración del Padre Creador, es aquel con el que se
manifiesta todo lo que tenéis y todo lo que creáis siempre es fruto del amor.
Lady Nada o María
Magdalena.
La última parte será en un par de días. Gracias.
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