viernes, mayo 21, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 87

 

La Angélica era hermosa, tenía el pelo largo rubio, los ojos verdes y la piel blanquita, era muy alta tenía que agacharse para pasar por las puertas y casi no podía ponerse de pie al pasar por el pasillo de lo bajo que era para ella el techo, iba vestida con una túnica hasta las rodillas de color verde, detrás vi sus alas blancas con las puntas verdes igual que se les había visto un día a Raffaello en París cuando cambiaba de andana. Ella se acercó a mí, yo me quedé a esperarla pero en realidad pasó de mí y se puso al lado de Juanito que la ignoraba, era obvio que ni por su condición tampoco veía a los ángeles.

Pensé que era su ángel guardián, pero la Angélica simplemente le puso una bola de energía esférica encima del hombro izquierdo de Juanito, se giró hacia a mí, me guiñó un ojo sin dejar de sonreírme.

-        ¡Cuídalo bien!- dijo la Angélica y antes de que pudiera decir nada, se fue.

Juanito había nacido con un pequeño problema en el habla no se le entendía pero yo sí que entendiendo qué dice a cada rato, supongo que es una de mis habilidades activadas, puedo hablar con los animales y también con personas que tienen una discapacidad, en el caso de Juanito, nació con un retraso mental de diez años, es justamente la diferencia de edad que tenemos y en toda mi vida es el primo con quién mejor me comunico y me entiendo.

La bola de energía se mantuvo en su hombro durante varios minutos, como Juanito es el primo y el familiar más alto que tenemos, a esas alturas con tan solo 16 años ya rondaba casi los dos metros, no podía tocarle el hombro. Me giré y le hablé a Uriel.

-        ¿Por qué ha dicho eso esa Angélica y qué es esa bola?- le pregunté.

Uriel le sacó la bola del hombro y se lo puso en sus manos para que pudiera alcanzarlo.

-        La Angélica ha dejado este mensaje para ti. – dijo Uriel.

-        ¿Qué tengo que hacer para leerlo?- le pregunté.

-        Tócalo y déjate llevar. – respondió.


La esfera de energía brillaba igual que una bola de cristal de una bruja que había visto en algunas películas de Disney como Blancanieves. Puse la mano en la esfera y de repente vi las imágenes dentro de mí cabeza…

Vi siete estrellas muy brillantes en el universo, una de ellas bajaba en plan estrella fugaz a la Tierra, encarnado en Juanito. Vi el nacimiento de él y sus primeros siete años, a su ángel guardián pidiendo un apoyo en plan guía protector, que en este caso vi como a las Divinidades antes de que naciera los fui a ver y prometía cuidarlo hasta el fin de su encarnación. Entonces vi la primera vez que él me conoció a través del cristal del hospital en la sala de neonatos.

Regresé como si el tiempo no hubiese avanzado mucho, solo algunos segundos, cuando le miré a Uriel, la bola había desaparecido.

-        Soy el protector de Juanito.- le dije sorprendida.

Uriel se alegró y me dio un beso en la mejilla, entonces abrieron la puerta y nos lanzamos a abrir los regalos de Papá Noel. Mientras que montábamos los juguetes nuevos, escuché que la tita Trini contaba a la familia que mi primo José el que se había casado en Junio, sería padre en unos meses, oficialmente dejaría de ser la pequeña de la familia Garcia, por un lado me alegré pero por el otro, pensé que ya no sería tan especial como era.

Al volver a casa, tuve más regalos no los abrí con la misma ilusión de hacía un año, pero seguía siendo una noche especial. Al día siguiente, me levanté muy pronto, mi padre se quedó medio dormido en el sofá y después se fue a desayunar, me fui con él.

-        Papá, ¿por qué yo no tengo hermanos?- le pregunté.

-        Antes de que nacieras queríamos tener dos hijos, pero tras tu problema al nacer y la economía, creo que nos quedaremos solo contigo.- dijo mi padre algo decepcionado.

Era cierto que económicamente todo era muy justo, pero por suerte nunca nos faltó ni para comer, ni un techo ni ropa, traer otra vida al mundo con estos recursos hubiese sido demasiado arriesgado. No entendía mucho el significado de que un hijo es igual a ruina económica, pero después de saber que iba a tener un primo en unos meses, me picó la curiosidad de saber ¿por qué el ser humano es de las pocas civilizaciones en el universo que tarda nueve meses en crear una vida completamente funcional con el mundo que le rodea?

Después de desayunar, me fui a la salita y empecé a buscar entre las librerías si habría alguno que me pudiese ayudar con mi pregunta, pero mi madre y el Titi eran demasiado fan de la ciencia ficción y las novelas, allí solo había fantasía. En esos tiempos, internet todavía no había llegado a Europa pero si en algunos puntos de América del Norte. En la televisión decían que un señor llamado Bil Gates había inventado una tecnología dónde desde cualquier ordenador pudieses navegar por todo el mundo en busca de conocimiento, juegos o cualquier cosa, este señor llamó esa red Internet.

Con seis años casi siete, encendí el ordenador, me fui a buscar el Word y empecé a escribir, siempre usaba el ordenador para jugar, pero me cree una carpeta y empecé a poner mis cosas. Mi padre se levantó de la silla de la cocina y se vino para la sala para decirme que se iba al garaje después de canviarse de ropa, pero yo me quise quedar escribiendo.

-        ¿Qué haces?- me preguntó mi padre.

-        Escribo cosas.- contesté.

-        ¿Cómo has aprendido a abrir el Word? A ver… ¿cómo escribes?- dijo sorprendido.

-        Es fácil.- dije.

Me puse a escribir algunas cosas que quería saber y que de momento no podía investigar, pero mi padre se quedó bastante sorprendido, pues tecleaba mejor de lo que esperaba, usaba más de un dedo, no todos pero en comparación a él y a otros compañeros de clase, solía tener más experiencia. Mi padre se fue al garaje a hacer de las suyas, y yo tras escribir y guardar el documento en mi carpeta en una sección que llamé pensamientos, empecé a jugar con el pesebre.

Cada navidad jugaba con el pesebre, por eso mi padre colocaba las figuras de plástico, me acuerdo que durante muchos años no tuvimos San José porque Frodo se lo había comido, y la virgen María parecía madre soltera. Por no ser religiosos seguíamos unas tradiciones bastante religiosas. Con el pesebre hacía siempre barbaridades, mi imaginación nunca me falló, no sabía porque pero cada año mi padre colocaba una señora mayor que representaba ser la castañera, una mujer que vendía castañas en la plaza del pesebre, pero yo le veía con una cara malvada y le decía la bruja. Su objetivo de todos los años era secuestrar al niño Jesús y hacerlo malvado, para que luego en la semana Santa no salvase al mundo.

La historia empezaba así…

La malvada bruja se levantaba en el amanecer con un cántico a la oscuridad, dónde se comprometía que esta vez cumpliría su misión, secuestrar al niño Jesús y ponerlo de su lado. La bruja vivía en una cueva cerca del descanso de los pastores que la mañana del 24 de diciembre, seguían su trabajo de siempre, pasturar y sembrar sus campos. Entonces la bruja en el mediodía se dejaba ver en la plaza del pueblo delante del establo dónde se suponía tenía que nacer el Salvador, con la excusa de vender castañas (lo interesante es que castañas también significa recibir una hostia). Pero antes de que se fuera el Sol, veía que delante de la puerta del establo descansaba un hermoso arcángel con las plumas plateadas con sus puntas azules que respondía con el nombre de San Miguel, aguardando lo que sería el lugar dónde nacería el Salvador.

La bruja recogió su parada de castañas y se escondió tras los arbustos cerca a la plaza principal del pueblo, esperando al momento oportuno para actuar. Varias horas después, en la plaza llega un burro, dónde la futura madre María cabalgaba en el lomo del animal, San José guiaba al burro y a su esposa, esperando un refugio dónde pasar la noche. Perdido porque no encontraba un hostal dónde quedarse, de repente se acercó el Arcángel San Gabriel que le indicó que podía quedarse en la iglesia, les acompañó dónde el Arcángel San Miguel les dejó entrar. Justo a medianoche, la bruja salió de su escondite y fue hacia la iglesia, quería entrar pero San Miguel le paró.

-        ¿Cree que puede pasar de esta forma?- le dijo San Miguel con autoridad, con una mano en la empuñadura de la espada de energía azulada, y la otra en el cinturón de su túnica.

-        Vengo a ver al Salvador.- dijo la bruja intentando ser inocente.

San Miguel Arcángel sacó su espada y le apuntó al cuello de la bruja.

-        Si de mí has de confiar tu amor, verás en ti el odio hacia el Salvador.- le dijo San Miguel.

La bruja al mirarle a los ojos a San Miguel, empezó a gritar de dolor, un dolor que le creía des del pecho hasta consumirla entera. No le permitió entrar, pues si así lo hacía quedaría rebajada a cenizas. Entonces, la bruja se fue por dónde vino, pero cuando vio a San Gabriel que echaba a volar para ir avisar al mundo del nacimiento, le siguió ella por tierra y él por aire.

La bruja al ver como San Gabriel anunciaba a los pastores la llegada del Mesías, empezó a alentar a los pastores del pueblo de que el mal se acercaba y que tenía forma de humano llamado Jesús. Algunos pastores le creyeron, otros combatieron contra las conspiraciones de la bruja y llegaron finalmente a la iglesia para ver al Mesías.


Cuando terminé de jugar, me llevé un susto, cuando vi a mi lado al Arcángel San Gabriel que no me había dado ni cuenta del tiempo que hacía que estaba allí, escuchando la historia, mientras movía todas las figuritas.

-        ¡Me has asustado Gabriel! ¿Cuánto tiempo hace que estás aquí?- le dije.

-        Disculpa, no era mi intención interrumpirte. Quería saber si te sabías la historia al completo de lo que pasó… pero continua… te escucho… - insistió Gabriel.

-        ¿Saber qué?- pregunté curiosa de mí.

-        Estás canalizando lo que pasó, cómo la oscuridad impidió que los pastores fueron a ver al Maestro Jesús. – explicó Gab.

-        Solo estoy jugando, nada más…- aclaré.

De nuevo usaba mis habilidades canalizadoras para saber cosas que ni siguiera me planteaba saber, ¿por qué me pasaban esas cosas? Lo que los demás niños decían “juegos” o “imaginación” yo me preguntaba ¿tengo imaginación? Por qué todo lo que a mi me parecía algo inventado, en realidad era canalizado, ¿era una impostora creadora de historias?

-        ¿Por qué no puedo imaginar nada?- le pregunté.

-        ¿Quién piensa que la imaginación es algo que no ha existido? – contestó Gabriel.

-        Las personas, por lo menos a los adultos se los escucho bastante… dicen <qué imaginación más bonita tiene este niño>- aclaré.

-        Los adultos dicen eso porque ya no se sienten capaces para seguir imaginando, pero ni se dan cuenta de que ellos también usan la imaginación para vivir. – comentó Gab.

-        No entiendo.- dije.

-        Ellos no imaginan brujas ni princesas en apuros, pero si que piensan ¿qué voy a hacer por la tarde o mañana? Usando simplemente esta pregunta o la pregunta, ya están imaginando y creando la vida del mañana. Mi querida Laia de mí corazón eterno, debes saber que el futuro a pesar de que ya está escrito, tú eres dueño de crear el camino que quieres hacer, y para eso debes imaginar y plantearte preguntas. – aconsejó Gab. 

Recomendación: LOL versión España - Prime Video.

HR.

HERO&Corporation.

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