domingo, mayo 16, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 86

 

El Divino con la túnica azul, me dio una carta rosada que en un lado había una pluma roja enganchada que ponía mi nombre, miré el reverso pero lo único que vi fueron números de una dirección que no supe ubicar, no parecía una dirección de la Tierra.

-        El Creador me encomendó que te entregara esta carta en mano de inmediato para ti, Laia. – dijo el Divino azul.

Fue cuando comprendí que si recibo alguna carta rosada con una pluma roja en el reverso, sé que proceden de la famosa Casa de Dios o cómo lo decimos los Seres de Luz, La Cruz del Sur.

La carta contenía cinco hojas que parecían certificados de algo importante, Uriel me quitó de las manos dos hojas y las estuvo revisando, yo no comprendí qué era eso.

-        Mi amor, esto te va a encantar… - dijo Uriel emocionado.

-        ¿Qué pasa? ¡No entiendo nada!- dije preocupada.

-        Es tu autorización oficial para trabajar como emisaria en este planeta, aquí dice que en estos momentos ya eres oficialmente una trabajadora de la luz. – dijo Uriel.

Me alegré mucho, tanto que le di un abrazo a Uriel, me levanté y les di un abrazo a los Divinos también, del impulso.

-        ¿Y ahora qué va a pasar?- pregunté emocionada y preocupada al mismo tiempo.

-        Ahora Dios te puede llamar en cualquier momento para mandarte una misión que aceptes hacer. También te lo pueden decir cualquier Ser de Luz que viva en 5D, por ejemplo los Maestros Ascendidos y los Elohims, pero recuerda solo cumplirás con una misión si tú aceptas hacerla. El universo necesita tu consentimiento y si así lo haces, deberás cumplir lo prometido. – dijo uno de los Divinos.


Volví a sentarme en mi sitio mientras que los Divinos empezaron a contarme algunas de las reglas básicas para ser trabajador de la luz.

-        Número uno; cuidarás de este mundo como si te fuese la vida. – dijo el Divino, se aclaró la gola y prosiguió.- desde siempre será cuidar de los cuatro reinos que habitan en Gaia, la Tierra. Cuidarás del reino animal, vegetal, mineral y humano, al mismo tiempo que tendrás que armonizarte en los cinco elementos, tierra, agua, fuego, aire y éter. Esta será siempre una misión constante, los trabajadores de luz se nos autoriza ser los cuidadores de mundos, y tú ahora te has unido a nosotros y deberás cumplirlo a rajatabla, ¿de acuerdo? – informó.

-        Así será.- dije convencida de lo que eso conllevaba.

Recordaba esa norma cuando me redactaron un día las normas básicas de actuación de un guardián de unidad, esa no cambiaba para nada entre trabajador de luz y guardiana de unidad.

-        Número dos; eres parte de la neutralidad de este mundo. – dijo otro Divino, un silencio nos visitó y luego prosiguió.- Las ideologías políticas, deportivas o cualquiera no serán de tú incumbencia. Tú misión es estar en constante equilibrio dentro de Gaia, por ende, no te puedes posicionar en ningún bando, siempre deberás estar uniendo ambas partes en el equilibrio constante del universo. – informó.

Eso puede ser una ventaja porque a mí nunca me ha gustado eso de posicionarme en un lado, por ejemplo con mis primos de parte de mi madre, siempre se peleaban por saber de qué equipo de futbol eras, todos excepto Jordi siempre hemos sido del Barça, mi primo Jordi durante mucho tiempo fue del Madrid y por eso entrabamos un poco en polémica, sin ofender a nadie, empezaban a defender cada uno a su equipo y cuando había un clásico parecía una obra de teatro que no un partido de futbol. Por eso nunca me gustó el hecho de ser de un bando u otro, siempre me he preocupado por ambos, supongo que ya llevaba la procesión por dentro antes de saber que mi destino era convertirme en trabajador de la luz.

La desventaja ahora lo veo a la hora de votar, legalmente soy ciudadana humana y puedo votar, pero en esencia tengo prohibido posicionarme, por eso suelo votar nulo y apechugar con el resultado me guste o no. Sé que esto puede llegar a ser una polémica, pero me comprometí a cumplir con las normas de Trabajador de Luz que para mí significan mucho, es lo mismo que cuando una persona entra a trabajar en una empresa, se debe comprometer con la empresa y sigue las normas y la forma de actuación de la empresa para que no le echen, ¿es así? Pues imaginen que yo trabajo para la empresa más importante del universo y simplemente cumplo con mi deber que prometí hacer.

-        Número tres; No perjudicarás ni dañaras de cualquier forma posible o imposible a los reinos de este mundo y sus elementos. – dijo el tercer Divino, por la cara que ponía de serio noté que era importante esta norma.- Tú deber es defenderlos de cualquier ataque de cualquier índole. Mantendrás el equilibrio entre luz y oscuridad para que ninguno de los bandos ataquen a este mundo de forma in extremis, si uno de los bandos se ceda demasiado, tendrás el deber de visitarles e informarles que se retiren al equilibrio y mantengan la harmonía. – informó.

Siguieron explicándome más normas hasta llegar a un total de diez, como los diez mandamientos pero muy diferentes, porque estas normas no son por avaricia del ser humano, pues la intención es llevar una harmonía universal. Estas que les mostré son las más importantes y las tengo en mi corazón como si fuesen mis principios, cumpliendo a rajatabla día a día, pues cuando te conviertes en un Trabajador de Luz lo eres para toda la eternidad, hasta que decidas dejarlo por un tiempo.

Tras la reunión que duró mucho tiempo como tres horas, regresé a 3D en el mismo punto dónde me encontraba, viendo la obra de teatro, tras reponerme bien, le pedí a la Carmen si podía ir al baño del pasillo, me dejó ir, así que me fui acompañada del arcángel Uriel para refrescarme la cara un poco y respirar después de todo lo sucedido.

Me apoyé en el lavabo frente al espejo y me miré a los ojos que intentaban volver la pupila a su estado normal, parecía que me habían drogado, por eso estuve así un rato. Pensaba que estábamos a solas, cuando escuché la cisterna de una de los cubículos del baño, de repente se abrió la puerta y apareció ni más ni menos que Gabriel el chico que tuvo un accidente de auto. Nos quedamos mirando en el espejo, hasta que él sin decir nada volvió a la función. En esa escuela los baños eran unisex, cuando se fue vi el reflejo de Uriel por el espejo.

-        ¿Qué me pasa con este chico?- le dije.

-        Recuerda que ahora cuidas a la humanidad, amor – dijo Uriel.

-        ¿Le estoy cuidando?- dije arrugando la frente.

Uriel dijo que sí con la cabeza, llevaba las manos delante de la cintura unidas entre sí en forma de abnegación.

-        No es… ¿el Chico verdad?- le dije algo triste.

Uriel dijo que no con la cabeza, y me puse a resoplar, él se acercó noté su mano encima de mi hombro derecho, le miré a los ojos a través del espejo.

-        Él necesita un guía mientras que siga por aquí… - dijo Uriel.

-        Mejor volvemos que se van a preocupar…- le dije y Uriel me siguió.

Una semana después, a dos días de las vacaciones de navidad, estaba en el patio cuando de repente escuché en las jardineras que hablaban con Gabriel dos profesoras que todavía no había tenido el placer de conocer. Ese día se quedaron a almorzar junto con nosotros, sin querer puse la oreja disimulando de que no me viesen fisgonear.

-        ¿Y a dónde irás?- le preguntaba la profesora.

-        Mi madre la trasladan a Francia y terminaré el colegio allí, he estado practicando francés en los últimos meses, así que estaré más preparado.- dijo Gabriel algo ilusionado.

-        ¡Te echaremos de menos!- dijo la profesora.

-        ¿Cuándo te vas?- preguntó la otra profesora.

-        En fin de año.- dijo Gabriel.


Mi primer protegido se iba de la ciudad para siempre, me sentó horrible pues ya le había agarrado cierto cariño, aunque pensé que lo vería en algún momento en Agartha. ¿Por qué había llegado de esa forma y había durado tan poco? No lo entendía, era mi primera vez que me sentía como Uriel, un guía que vete a tu saber porque me enviaron a cuidar de este chico que además es compañero de Agartha y me preguntaba ¿serían todos conectados? Obviamente la inocencia me cegaba el corazón a esas edades, pues el hecho de ser una cuidadora de mundos, quería decir cuidarlos a todos, los que estén conectados y los que todavía no hayan tenido el tiempo para estarlo.

Las fiestas de Navidad fueron algo diferentes, después de saber que los padres eran papá Noel y los Reyes Magos, me volví en cierta forma más humana, aunque en realidad estuve todas las vacaciones con un sentimiento de tristeza y preocupación enquistada en el estómago. ¿Cómo podrían creer en la desilusión de la propia magia? Un humano desilusionado podría causar cualquier guerra con tal de expresar sus sentimientos de represión internas. Como Trabajadora de la Luz sentía que debía hacer algo al respecto, así que la última semana de clase, nos aprendimos un poema de Navidad y decidí ponerme de pie en la silla y recitarlo.

Mis padres empezaron a sentirse vergonzosos, sentía la vergüenza brotar de mis entrañas, pero no era mía sino de ellos, para que intentase callarme la boca, sentarme de nuevo en la silla y hacer como si nada hubiese pasado, pero no les hice ni caso, recité el poema hasta el final, aunque me costó un poco memorizarlo, me ayudó Uriel. Los demás familiares, se alegraron mucho de escucharme incluso se arrancaron para Bulerías después o para el final del poema, porque parecía tener ritmo de canción. Me gustó mucho ese recibimiento, en cambio a mis padres no me gustó sus caras, ¿qué les pasaba y porque se sentían así? Por los ojos que le vi a mi padre, yo les había causado semejante vergüenza aunque tampoco lo hice mal, simplemente pensé que sería divertido, pero ellos no lo aceptaban que yo también colaborase en el buen rollito de la familia Garcia.

Cuando bajé de la silla, me fui con mi madre pero ella simplemente se puso a charlar y hacer el cachondeo, como lo decimos nosotros, con su hermana Trini, y mi padre simplemente se puso a charlar con Rafalé y Alfonsito ignorándome por completo. Me sentí mal, Uriel colocó sus manos encima de mis hombros mientras que el Titi me agarró por sorpresa de espaldas y me empezó a dar vueltas en el aire como si fuese una artista de circo, empecé a reír, mientras que esperaba los regalos.

Para que la abuela Victoria estuviese en la mesa con nosotros, Alfonsito la colocó en la silla de ruedas, porque así era más fácil trasladarla por el piso por si tenía que ir al baño o cualquier cosa. Había empeorado pues ya no reconocía a ninguno de los Tíos y mi madre lloraba a solas en una de las habitaciones cuando se pensaba que no le veía, porque su madre le había preguntado más de una vez “¿Quién eres?” y era su hija más pequeña. Entonces, nos mandaron hacia las habitaciones del fondo del pasillo, cerraron la puerta del pasillo, me encontraba con mis primos Ana María, Jordi y Juanito.

Me sentía algo ansiosa por saber si se habían acordado de todo, porque ese año si que pedí ciertas cosas que eran importantes para mí, pero mientras que Jordi hablaba con la Ana María de cosas que no quería prestar atención y Juanito simplemente observaba la conversación, me sentí algo rara y sentí una brisa inexplicable cuando estaban todas las ventanas cerradas por el frío que hacía, miré hacia las habitaciones que en realidad estábamos en la curva del pasillo, allí me quedé un poco sorprendida porque vi a una angélica que nunca había visto parada delante de la habitación de Alfonsito.

PD. A partir de la próxima semana los capítulos se emitirán el viernes.

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HR.

HERO&Corporation.

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