Una noche a principios de diciembre de 1998, me encontraba
en mí habitación mi madre ya hacía rato que me había llevado a la cama y no se
encontraba allí, en su lugar estaba Uriel, que me quedé abrazada a su cintura,
mientras me explicaba una historia del libro de clase para prepararme para lo
que se venía muy pronto.
-
Pues es en
la vida, lo que hace que la forma cobre un sentido, y es en el sentido, cuando
la canción eterna de su espíritu suena y resuena en lo más profundo de su
corazón, y es en ella donde la frecuencia, marca su camino que conforma a los
demás. En un canto eterno, dónde cada uno forma parte de la creación de aquella
canción, pues son en las notas, dónde el canto resuena y agarra valor.-
decía Uriel, leía con mucha pasión, su forma de hacerlo captaba por completo mi
atención.
-
¿la vida es una canción?- pregunté
-
Así es, mi
amor. Hay tres aspectos que crean la canción eterna ¿reconocerías cuáles son?-
preguntó.
Me puse a pensar y pensar durante un buen rato, pero no se
me ocurría nada. Entonces, mis ojos captaron la atención de la tapa del libro,
que automáticamente me hicieron recordar el primer día en que empezamos las
clases. En la tapa había tres dibujos que están unidos entre sí, un corazón con
un latido marcado, unos labios que simulaban el sonido y un tetraedro.
-
Sonido, luz y forma.- contesté.
-
Así es, mi
amor. Con estos tres aspectos todo lo que conocemos se puede crear. ¿Sabes
porque ocurre así?- dijo.
-
No.- dije confirmándolo con un gesto.
-
Para
construir una casa, debemos tener antes los materiales que vamos a usar,
¿cierto?- dijo pero prosiguió al verme atenta, ya que me encontraba
mirándole a la cara con especial interés.- el
universo usa el sonido y la luz, como herramientas para que se crea la forma,
que en este caso sería la casa.- terminó y volvió a leer.- En un canto eterno, dónde cada uno forma
parte de la creación de aquella canción, pues son en las notas, dónde el canto
resuena y agarra valor…- se detuvo de nuevo para explicar – estas notas, hacen referencia que si
juntamos los materiales para la casa, mediante cemento, conseguimos formar las
paredes que le darán forma a la casa – terminó de decir.
En realidad la construcción del sonido-luz-forma se hace
mediante una estructura trina en forma de tetraedro. Todavía no conocía la
geometría, un niño lo aprende normalmente a los ocho años, pero en este caso,
saber un poco de geometría era importante para entrar en el siguiente paso
dónde Anasiel y Uriel decían que era el inicio del camino que había elegido
hacer.
-
¿Para qué sirve la geometría en realidad?- le
pregunté.
-
Es nuestra
forma original, hay dimensiones que no nos ven como personas o arcángeles, pues
la geometría es lo único que pueden ver. Que a su vez, son nuestros cuerpos,
unidos en sonido, luz y forma, dónde su punto de vista es de una forma
abstracta, es decir, sin definir. Un cuerpo se define, tiene una forma
específica, una figura geométrica, solo son puntos que se unen entre sí, que
forman una estructura, que puede cambiar según su sonido, su luz y su forma,
¿comprendes, amor?- contestó Uriel podía ver cómo se esforzaba para que lo
entendiese, supongo que era difícil de entender.
-
¿Y porque hay dimensiones que nos ven así?-
volví a preguntar.
-
Porque se
encuentran bastante lejos, y es así como somos. Cuando veas un cubo, verás que
cada vértice significa un espacio y cada línea un tiempo, dentro de ese cubo,
existe un triángulo, que ese serás tú.- contestó con la mayor dulzura que
pocas personas pueden expresar.
-
No lo entiendo.- dije.
-
En tercera
dimensión eres sonido, luz y forma, pero cuando tienes un espacio y un tiempo
definido, esa es la cuarta dimensión, que le llamamos el patrón tiempo. Pues en
estas dos estructuras, estás atada para aprender a caminar en tú camino de
vida.- contestó sin borrar su sonrisita de serenidad de su cara.
La geometría es necesaria para comprender qué estructuras te
unen y qué patrones te definen, comprender esto no me costó demasiado, Uriel y
Anasiel saben explicarlo bien, lo difícil fue practicarlo.
Porque se supone que vivimos un patrón triangular, dónde a
través de las palabras y el latido del corazón, formamos una realidad, que es
modificable a merced de cada uno, solo si entendemos esta primer ley de
creación, podremos comprender que somos creadores de nuestra vida, por lo
tanto, debemos aprender a aceptar las responsabilidades de ser tú propio
creador, dónde nadie es culpable de lo que te suceda, pues todo lo que te rodea
lo has creado tú mismo, ni tú mismo eres culpable, solo responsable de haberlo
creado.
Pero esta creación de tercera dimensión, necesita un patrón
del tiempo, por eso existe el cubo, porque son cada proceso en el cual nos
encontramos, cuatro lados tiene el cubo, y en cada lado, es una parte del
aprendizaje llamado como: expresión,
experimentación, integración y trascendencia. Es el tiempo en que un
aprendizaje dura al dar una vuelta completa a estos procesos para evolucionar a
otro nivel de consciencia.
-
Es en la
geometría dónde se esconde la alquimia de toda creación, mi amor.- dijo en
el momento en que cerró el libro de golpe y empezó a moverse, obligándome a
dejarle de agarrar por la cintura.- por
hoy ya es suficiente, así que ahora toca descansar. ¿quieres que te cante?-
me decía mientras que se quedaba de rodillas al lado de la cama y me acariciaba
la frente, al mismo tiempo que me ayudaba a abrigarme un poquito.
-
Si, ¿Por qué no me cantas tú nana? Hace mucho
que no lo haces…- le pedí y él simplemente empezó a cantarla.
Poco a poco empecé a relajarme tanto que dejé de escucharle,
hasta que entré en la profundidad del sueño… pero fue un sueño raro, era
plenamente consciente de él.
Me encontraba en una habitación antigua y de madera que no
conocía, pero que al mismo tiempo sentía que era como mi casa, al mismo tiempo
no entendía nada, porque no había nadie, ni nada. Solo paredes, despintadas,
una sensación fría, como si la hubiesen abandonado, y lo único que encontré fue
un calendario colgado de una de las paredes, que marcaba una fecha 14 de Abril
de 1912. Fue raro, porque esa fecha sin saber qué significaba, de repente
notaba como me costaba respirar y no entendía nada, de repente notaba como si
cayera de un grifo gotas de agua cada segundo que podían volver loco a
cualquiera. Empecé a correr por la sala, quería salir de allí, pero no podía,
hasta que al final, simplemente empecé a pensar que eso no era real.
-
¡No!- grité y me senté en la cama.
-
¿Qué ocurre? ¿Estás bien, mi amor?- decía Uriel
que se había quedado traspuesto apoyando la cabeza en el colchón, con el culo
enganchado en el suelo.
-
¿Dónde? ¿Estoy en… casa?- dije sin sentido,
Uriel me abrazó de inmediato para calmarme y le dije - ¡era raro, muy raro!- le
conté lo que había pasado, pero él no quiso decirme nada, estaba demasiada
alterada como para decirme lo que era realmente, mi primer sueño lúcido.
Las vacaciones de Navidad de ese año, no fueron muy buen
deseadas, echaba de menos ir al colegio, así que esas tres semanas libres, se
me hicieron bastante eternas, aunque saber que llegaba Papá Noel y luego los
Reyes Magos, en cierto modo me hacían algo de ilusión. Un día antes de
nochebuena, mi abuela Filomena junto a su hermana Cristina y mi prima Sofía,
nos fuimos a ver la obra de teatro popular de estas fechas, los Pastorets. Una
función dónde se cuenta la llegada de Jesús, con una pequeña parodia de la
lucha contra el bien y el mal, dónde Satanás quiere impedir que nazca el
mesías. Esa era la primera vez que había decidido ir con ellas, ya que a mis
padres no les gustaba demasiado la función, y como me daba miedo Satanás, siempre
elegíamos ir a las gradas en primera fila, hasta que ese año, Sofía eligió
estar a primera fila de platea del Teatro Centro de Manlleu, en la función de
las 6pm.
La historia en sí de la llegada del Mesías, no me había
captivado tanto como aquel año, ya que empecé a comprender mejor la historia,
independientemente de la historia que ha creado la religión, mi visión
recuerden que es ajeno a cualquier religión. Mis padres son Agnósticos, y no
fui bautizada por ninguna religión, tampoco fui instruida en ella, a pesar de
ir a un colegio religioso, no sé rezar, no sé cómo va el aspecto cristiano,
budismo, judío o islámico de las religiones que hay hoy en día, pero las
respeto en cada historia, aunque yo formo parte de aquel tanto por ciento en
que en vez de ver a los ángeles separados de la humanidad, en realidad los vive
en compañía constante, formando parte de ellos día tras día.
Ese día conecté con la historia, porque de un año al otro,
habían ocurrido muchas cosas, de tener contacto con ángeles y algún guía
espiritual, de repente empezaba a prepararme para algo mucho mayor, algo como
lo que le tocó hacer a Jesús, dar un primer paso a un cambio que ni sabía a qué
se referían. Me sentí como un superhéroe de la televisión, pero al mismo tiempo
me sentía alguien que no sabía si daría la talla en lo que tanto esperaban los
seres de luz de mí o si realmente eso es lo que debía pasar en mi… cuando
Satanás se acercó a nosotros, me asusté mucho, pero como me tenía que hacer la
fuerte, intenté por todos los medios no llorar ni salir corriendo de allí y me
dije a mí misma “Si tienes que cambiar
el mundo, la única forma para conseguirlo es no permitir que te asuste el mundo”.
Sin saberlo, ese ha sido mí gran lema de toda mí existencia como Laia Galí.
Fue muy bonita la nochebuena en casa de mi abuela Victoria, esperaba
con ansias el momento de los regalos, pero siempre que regresaba a la sala
desde la cocina, Papá Noel todavía no había llegado. En mí familia teníamos la
tradición de que Papá Noel repartía mis regalos antes de acostarme, porque
según mis papis, nuestra casa y la de mi abuela Victoria eran las primeras de
la lista y por eso llegaban antes. Siempre había un momento que me iba con el
Titi Hilario a un lado del piso y al regresar, la sala estaba llena de regalos de
todos los colores y para todos, su magia realmente era especial.
Me encantaba celebrar esa noche con la familia Garcia,
estaban todos, mis 7 tíos junto a sus respectivas parejas (excepto el Titi que
no tenía y mi tio Alfonso), mis primos y algunas parejas de ellos… todos en un
piso de 90 metros cuadrados. Todavía no sabía cómo podíamos pasar la noche
durmiendo allí, bueno yo me iba a mi casa, junto a dos de mis primos Juanito y
Jordi, que compartíamos habitación, Jordi en mi cama, Juanito en la cama supletoria
y yo, por ser la pequeña en un colchón hinchable. A veces algún otro primo se
quedaba a dormir en el sofá, pero era muy de vez en cuando. La gran mayoría se
quedaban en casa de mi abuela Victoria. Después de la muerte del abuelo Hilario
(que no llegué a conocer, pero según la familia no era alguien bueno) había más
lugar y la familia se respiraba más paz y armonía. A pesar de que había
recuerdos de heridas muy recientes, no sé exactamente qué año murió, pero el
tiempo no era suficiente para sanar esas heridas, porque se veía que aún había
caras tristes llenas de sufrimiento, yo lo notaba, por la vibración que
desprendían, y el Titi también le pasaba.
En un momento en que mis primos y yo teníamos que abrir los
regalos, tras volver de estar en la habitación del Titi Hilario, le agarré de
la mano y le miré a los ojos, él me respondió de la misma forma y se agachó, me
abracé a su cuello, que él respondió aceptándome aunque le sorprendió un
poquito.
-
No me gusta verlos sufrir, Titi.- le dije.
-
¿Qué
sugieres, querida?- dijo con una voz de comprensión.
-
Devolverles las ganas de sonreír por felicidad.-
contesté.
-
Juntos, lo
conseguiremos – contestó.
Dejé de abrazarlo y le di un beso en la mejilla, para irme a
abrir regalitos, que Papá Noel me trajo casi todo lo que había pedido. ¡Qué
bien!
Recomendación: Teeth - 5 Seconds of summer.
HR.
HERO&Corporation.
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