Eternidad, linda palabra que da mucho miedo nada más comprender lo que significa, porque ¿quién de ustedes es realmente libre de sus patrones? Nadie, incluso yo tampoco, pero estoy en proceso. En los cuentos se presenta la eternidad como lo que todos ansiamos buscar, “y fueron felices y comieron perdices”, eternidad. Para entenderla, hay que entender antes que nada es para siempre, que tal como todo empieza, también en algún momento llegará su final y se debe aceptar aunque no nos guste, debes aceptarlo igual.
Me gustaría sincerarme un poco, aunque en el espejo de mi vida en algún momento hablaré de mi ex, quiero compartirles el aprendizaje que tuve gracias a su llegada a mi vida, aunque fuese por muy poco tiempo.
Hace siete años, yo era una chica de veinte años muy diferente a la que conocen ahora por redes sociales y por youtube, en primer lugar, no tenía canal de youtube, apenas tenía Facebook y no lo usaba mucho. Durante la adolescencia perdí mi fuerza vital interior y empecé a darle importancia lo que los demás pensasen de mí, de todo lo que hacía y de todo lo que no hacía. Sin darme cuenta, me fui condicionando por los patrones sociales, hasta tal punto de que no iba sola a ningún lugar de ocio (ni a dar un paseo), siempre tenía que depender de alguien para ir a esos lugares. Lo cierto es que en ese tiempo las amistades que tenía no eran de salir de fiesta, así que me pasaba los fines de semana encerrada en casa, escribiendo y mirando películas, esperando a que llegase mi momento a SER.
Pero llegó el año 2014 y las cosas empezaron a cambiar muy rápido ya en enero, conocí a un chico que me llevó a descubrir la vida. Las pocas semanas que duró nuestra “relación” me dio energía suficiente para sentirme viva y comprender que la vida está para hacer cosas que te gusten hacer y no esperar a nada ni a nadie… fue entonces cuando unos meses después, conocí a otro chico que me enseñó el tiempo como funcionaba en esta realidad, las prisas no son buenas consejeras. Me enseñó a respetar los tempos y los espacios de cada uno, y tres meses después, sin darme cuenta, entré de lleno a la eternidad, con una relación oficial de cuatro meses y medio que literalmente me giró la vida por completo.Curiosamente el nombre de mi ex en Sayónico significa eterno o eternidad. He tenido mucho tiempo para reflexionar sobre todo lo que pasó, cómo pasó y porqué tuve que aprender tanto de esa experiencia, pero lo único que he podido sentir es gratitud. Una vez más vivo, pienso y hago coherentemente lo que mucha gente no es capaz de reconocer por miedo, que las experiencias que nos ocurren son en realidad lecciones que debemos aprender. Sino hubiese sido por mi ex, creo que todo lo que ha pasado durante estos últimos cinco años, nada de esto hubiese sido capaz de hacer.
Antes no era capaz de imponerme a lo que sentía, decía y hacía que resonase en mí corazón, en 2012 encontré un camino que poco a poco empecé a recorrer, a veces te encuentras un tesoro en unos momentos muy desagradables, pero al ver relucir ese tesoro te dan muchas fuerzas de caminar y cambiar todo aquello que no resuena en ti, para brillar de corazón, convirtiéndote en tú propio tesoro.
La relación que mantuve con mi ex, estaba basada en las apariencias, pues todos los que rodeaban nuestra vida, tenían derecho a opinar sobre lo que hacíamos, éramos el centro de atención de un grupo de amigos de más de treinta personas, y cada uno daba un sentido a la relación amorosa que tenía con mi ex. Por eso fue un infierno, porque por nuestra propia inexperiencia en el sector romántico, nos condicionaban todos esos puntos de vista de una forma en que nunca pude sentirme yo misma. Mi ex lo fue notando a lo largo de los meses de nuestra relación, uno de los motivos por el cual la cosa se tuvo que dejar, fue “ya no eres como antes, has perdido tú chispa, eso que me enamoró de ti”. Dolió saber que me había perdido por completo, pero él también se perdió… cuatro meses y medio de infierno, condicionamientos, presiones, rapidez, y falta de autoestima y mucha dependencia del otro… síntomas en que resonaba mi forma de amar en ese tiempo, una forma que no me gustaba nada, y por eso lo cambié.
Él fue el aviso de dónde me metía en el camino que había empezado a recorrer en 2012, sin decirlo lo decía todo y me preguntaba ¿estás segura que quieres saber lo que es la eternidad? Curiosa de mí como un gato, acepté y por eso todo lo que me limitaba tras la ruptura de la relación, literalmente explotó. Sin pareja, me di cuenta de la relación que mantenía, tanta dependencia me hacía daño y fui sincera cuando decidí dejar de ir a los encuentros del grupo de amigos que habíamos hecho, necesitaba tiempo para pensar y actuar de forma en que solo mí corazón podía responder, y por eso, Uriel, Andara, El Morya, Anasiel y muchos seres de luz más, me acompañaron durante los largos diez meses de “depresión”.
De todos los amigos que había hecho a lo largo de los últimos años, solo una pensaba que se había salvado y podía mantenerse a mi lado, pero me equivoqué al ver que la forma de relacionarnos nos estaba haciendo mucho daño, y ya no era lo mismo, se había convertido en una relación tóxica. No fue nada fácil decir adiós a cinco años de mejor amistad, nunca había dejado a nadie, esa fue la primera vez, y era consciente de que ella también sufrió mucho la pérdida, pero era por una buena causa.
Mes a mes, aprendía sobre mí misma, con una mano delante y otra detrás, de la misma forma en cómo me encontraba a los cinco años de vida, a mi izquierda tenía la mano del arcángel Uriel, dónde cada día, emprendíamos una caminata de más de hora y media, para hablar de mis problemas emocionales, él de nuevo fue mi paño de lágrimas, algo que nadie de 3D quiso serlo. Por primera vez, sentía la soledad como una gran oportunidad y en vez de verla con miedo y rechazo, decidí darle la mano y empezar una relación con ella, y fue cuando comprendí lo importante que es estar en soledad, porque así fue como me recuperé de la depresión, ni un psicólogo quiso ayudarme, Uriel fue el principal Ser de Luz que se ofreció las 24h del día a mí disposición para cualquier cosa que me sucediese.
Por la casi completa desconexión espiritual que hice durante mi adolescencia, perdí la capacidad por un tiempo muy largo de ver a los Seres de Luz aquí en 3D, desde sus respectivas dimensiones, solo me quedé un 5% dónde Uriel fue la voz de mi consciencia y las clases en Ávalon me ayudaban a mantenerme en sintonía con la vida que estaba destinada a ser. Pero en 2013 empecé a tomar té y a meditar, así que durante la depresión poco a poco iban ocurriendo cosas muy “raras” le pedía algo al universo y a las pocas horas, se cumplía. Recibía regalos de los propios ángeles, como plumas, personas que quería ver, experiencias que quería empezar a vivir,… el universo me respondía y los guías volvían a comunicarse conmigo, contentos de volver a hacerlo, consiguiendo así la responsabilidad de cada aptitud nueva que recuperaba psíquicamente y emocionalmente.
Fue el despertar de mi SER espiritual, cada limite que rompía, me sentía más viva que nunca cambiaba mi forma de ver mis propios conflictos emocionales. Entonces, mi ex regresó a los cinco meses de la ruptura, para ver si había entendido la situación, pero vi que él no entendía la mía, aunque nos vimos durante el verano, yo tenía clarísimo que mi camino no era con él, todo lo que él me enseñó ya era lo que tenía que ser. Volverlo a ver, era mi forma que tenían de decir mis guías “acuérdate de sus palabras, pues ser eterno significa no condicionarse y resonar uno mismo tal y como es uno”. Entonces, mi corazón me dijo “Vete a Valdepeñas” y me fui, aunque muchos se opusieron yo me fui, por primera vez en mi vida, me iba fuera por cinco días a solas, agarrando el AVE y Medias Distancias, para ir a ver a uno de mis mejores amigos que también estuvo en esos momentos duros, aunque en la distancia.
Esos cinco días daban por finalizada la persona limitante que no reconocía mi propio SER, por eso al volver, dejé las cosas claras, me fui a casa de mi ex, pero no quiso atenderme, de todas formas le dije todo lo que quise decirle sin tapujos. Le di las gracias, por todo lo que había conseguido hacerme ver de mi misma, porque esta transformación no había sido posible sin su aparición en mi vida, por eso siempre lo llevaré al corazón con una gratitud universal, pero solo como un viejo amigo que me ayudó a verme, nada más. La vida sigue y el amor llega tarde o temprano para ayudarte a ser una versión mejor de ti mismo cada día.La depresión terminó la noche de Samhein (Halloween), a las doce de la noche de ese día me encontraba en Xauxa, y cuando sonó la última campanada, apareció ante mis ojos el Maestro Orange y con él empecé el camino de la consciencia, él me llevó a la vida espiritual durante dos años, hasta que regresó el Arcángel San Gabriel a mis ojos, siendo el mensajero de mi misión de vida, hasta que me llevó literalmente a los brazos del destino que vine a hacer y que se inició con el 11:11.
Recomendación: Que nadie – Manuel Carrasco.
HR.
HERO&Corporation.
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