domingo, febrero 03, 2019

A Mi También Me Abdujeron Los Grises


Es difícil contar esto para mí, y supongo que para muchos que vivieron acontecimientos semejantes durante su adolescencia o niñez, como es mí caso. Pero ha llegado el momento de compartirlo con todos vosotros y dejarme de estar en el anonimato, ya que hace unos años compartí alguna historia pero de forma anónima en un canal de youtube de David Parcerisa, también esa misma historia fue publicada en una revista de Ivan Martinez, pero ha llegado el momento de dar la cara y explicar más acontecimientos que ocurrieron con la especie los Grises.

Me ocurrieron varias historias, y ha llegado el momento de compartirlas con ustedes, la primera historia solo debéis ver el video que ya se publicó hace unos cuantos años, pero por lo que recuerdo solo fueron 2 experiencias más.

Dedos Cortados
Cuando era chiquita, tenía una manía muy peculiar y era que no dormía con almohada, no me sentía cómoda, mis padres no lo entendían y los demás familiares y amigos, cuando me iba a dormir a sus casas y me daban una almohada, les decía “no, no quiero, gracias. Yo duermo sin esto” se me quedaban mirando como si fuera una extraterrestre. A mí me daba gracia, porque era así como yo realmente me sentía cómoda en la cama. La otra manía que tenía a la hora de dormir, era que no podía dormir en la oscuridad, tenía mucho miedo a ella, así que siempre tenía que dormir con una lucecita para guiarme en el sueño o en el viaje astral. Yo de chiquita tenía muchas pesadillas, y eso era porque recordaba momentos de vidas anteriores horribles, como por ejemplo, la lucha del frente guardando el Portal de Orión, haber sido asesinada, sentenciada a que me cortasen la cabeza… y más recuerdos de vidas anteriores. 

Pero una noche que hacía mucho frío en mi habitación, no me di cuenta porque ya estaba en la fase rem del sueño, era una noche de aquellas que tenía vacaciones en los viajes a Agartha (era en el tiempo que estudiaba en la ciudad de luz Iión – zona encarnada). Esa noche, se fundió la bombilla de la lamparita, mientras que yo ya estaba en la fase más profunda del sueño. Estábamos en Julio, y de repente yo tenía mucho frío, que no se podía entender ¿qué estaba pasando? Empecé a tiritar como si estuviera en Rusia en invierno. Cuando abrí los ojos, empecé a tener mucho miedo, porque no me encontraba en mi habitación, sino que no sabía dónde estaba, solo recuerdo que estaba en una camilla de hospital y a mi derecha, tenía como una especie de “hombre” que tenía la piel más roja de lo normal y me decía “¡Me gustan tus dedos de las manos! ¡Ahora serán mías!” yo no sabía a qué se refería y él dijo “porque yo, no tengo (me mostró sus manos y tenía dedos cortados que me hicieron mucho miedo)” empecé a gritar, quería salir de allí, pero me di cuenta de que estaba atada de pies y manos, no podía salir. ¡Quería despertar de esa pesadilla pero tampoco podía despertar, porque ya estaba despierta! 


Encima de mí, había una luz que me cegaba, casi no podía ver nada, pero a mi izquierda, vi a un Gris que llevaba un instrumento médico muy raro, jamás lo había visto. Me lo mostró y me lo acercaba a la nariz, yo intentaba apartar la cara, pero noté sus tres dedos de una mano agarrándome la cabeza con fuerza, hasta que me introdujeron ese aparato por la nariz, parecía una sonda pero era algo peor, desde allí podían inspeccionar el celebro, ya que era muy sensible y se hacía más y más chiquito. Noté como me ardían los ojos por dentro, me dolía mucho y grité de dolor, pero nadie se percató. 

Otro gris aprovechó, me agarró la mano y empezó a hacer un corte en el dedo del corazón, como si quisiera cortarme el dedo, dolía muchísimo, grité, pero era inútil. Perdí el conocimiento. Aunque recuerdo que uno dijo “Sin almohada, tus dedos, son míos” desde entonces que duermo todas las noches con almohada. Me costó años superar eso, ya que volvió a ocurrir, pero fue diferente, ya que de alguna forma, pude liberarme y mandarlos todos a la mierda. Soy bastante fuerte, de hecho eso debe ser porque soy guardiana de luz y en situaciones de emergencia, no me paralizo, e intento evitar que cosas horribles, acaben pasando.

Visita Al Dentista
6 meses después de lo ocurrido que habéis visto en el video, yo regresaba de un viaje astral, cuando de repente al entrar en mi casa en el comedor, un piso más debajo de dónde se encontraba mi cuerpo descansando, yo estaba volando, vi que había visitas en casa a las 3:33am, esa hora era la más común en mí en que muchas noches yo me despertaba o regresaba sin motivo. Pero esas visitas no eran de seres de luz (aún no había empezado todos los viajes que os comparto con los seres de luz, tenía 21 años (en Julio del 2014), sino que en la escalera vi a 7 Grises altos de casi 2 metros de altura, que iban con un uniforme azulado que estaban esperando delante de mi puerta de mi habitación. 

Mientras que subía la escalera volando, con la espalda enganchada al techo, los vi como esperaban a algo en concreto, y delante de mi puerta había tres grises de 1,15m que abrieron la puerta y entraron, yo aproveché para unificarme de nuevo e intentar por todos los medios, defenderme. Estaba super convencida que no se irían con la suyas, que no debían conseguir en ningún momento, lo que venían a buscar o sea a mí. Al unificarme de nuevo, me preparé para lo peor, si la última vez solo bastó con una ráfaga de energía blanca, sin tocarle el pecho, esta vez, no será suficiente usar la energía en si que salgan por mis manos (que también tenemos los 7 chakras allí representados). No me gusta tener que emplear la fuerza para este tipo de situaciones, pero el hecho de ser guardiana de luz de la orden de San Miguel, siendo al mismo tiempo, la capitana de la unidad 23 de Manlleu, eso me da permiso para emplear la fuerza, en casos muy extremos como el que estaba a punto de acontecer.

Abrí los ojos, la luz de la lamparita y los vi, a los tres grises chiquitos y detrás dos de grandes, eran 5 y yo solo una. Ellos sin decirme nada, empezaron a venir alrededor de mi cama, no hablaban, eran muy siniestros, tanto que daba mucho miedo, pero estaba dispuesta a hacer lo que fuese para evitar que se salieran con la suya, en estos casos, la astucia con la rapidez en el combate cuerpo a cuerpo es tener ventaja, de que tus planes saldrán mejor que los suyos. Enseguida me puse de pie, primero encima de la cama, y apreté mis puños y les dije “¿Qué queréis?” pero se me quedaron observando, parecía que hablábamos en distintos idiomas, entonces, volví a repetir la misma pregunta pero en Sayónico, y uno de los chiquitos, inclinó la cabeza en señal que me había entendido, por lo menos hablaban Sayónico, un idioma que lo hablaba sin conocimiento en ese momento, pero que sabía defenderme perfectamente, porque yo jamás dejé de hablarlo, siempre me han servido en mis viajes a 4D y 5D. 


Uno de los altos, se abalanzó hacia a mí para agarrarme, pero me aparté y quedó tumbado encima de la cama, yo me puse encima de él, y empezó el combate. Duró bastante, era duro, hacía tiempo que no me ocurría un combate tan desigualado como ese, pero me salía con la mía. En el momento en que estaba de pies desnudos en el suelo, intentando defenderme, no sé cómo fue, pero resbalé y me caí de boca contra el suelo, ellos aprovecharon para inmovilizarme y avisaron a uno de los chiquitos, que llevaba una jeringuilla con un líquido verde, me resistí, pero fue demasiado tarde, porque me inyectaron esa sustancia justo por debajo de la nuca, y en tan solo unos segundos, dejé de tener el control de mi cuerpo. Ellos habían ganado y yo, era carne de abducción…

Me subieron a la nave que estaba sobrevolando en la terraza del segundo piso, justo delante de mí habitación, la incertidumbre me estaba concomiendo por dentro, no podía caminar, así que un gris alto me llevaba en brazos. Esas naves son mucho más grandes por dentro, parecían la cabina del Doctor Who… pero todo es circular, absolutamente todo es, circular… curioso… me llevaron a una habitación, dónde había una mesa de operaciones y al lado una camilla de dentista, curiosamente me sentaron y me ataron a la camilla de dentista. ¡Detesto ir al dentista! Me colocaron la cabeza hacia atrás, y me pusieron un hierro para que no la moviese, y luego las escamas rugosas del gris chiquito me abrió la boca y colocó un hierro en mi barbilla para que no pudiera cerrar la boca. Lo que querían estaba en mi boca, pero ¿qué querían exactamente y para qué? 

Tengo recuerdos de ese momento, cada vez más fluidos, debido al cambio de dieta que he hecho en los últimos meses, ahora como mucho más sano y eso ayuda a que la memoria antigua de mi espíritu, se despierta junto a la memoria de esta encarnación y juntos crean el gran mapa de recuerdos que se compone mi SER. Los grises empezaron a través de aparatos que no había visto jamás, a inspeccionar mi boca, curiosamente, no sentía demasiado dolor, era soportable, pero se fijaban en un diente en particular, en una de las muelas del lado izquierdo superior. Ellos me partieron el diente, y luego lo que recuerdo fue un dolor muy intenso que me desmayó. 


Al día siguiente, desperté como si nada, no recordaba nada de lo que había pasado, absolutamente nada, tampoco me dolía nada, fue un día como cualquier otro, y así pasaron quince días. Ese día me levanté con un fuerte dolor de boca, que no sabía que había pasado, pero me dolía tanto que tenía que medicarme y todo. Cuando estaba en el baño mirándome si había algún problema en mi boca, no vi nada, pero así repasando con la lengua, diente por diente, me quedé fascinada al notar que me faltaba medio diente. Y dije “¿Qué carajo…?”. 

Una semana después, fui al dentista a una revisión con mi madre, y cuando la dentista me revisó, se le cambió la cara completamente al ver ese resultado. Quería preguntarme cosas, pero como estaba mi madre se las calló, ella dijo que tenía que pedir cita para la semana que viene, porque tenían que ver más de cerca que me pasaba, mi madre se preocupó, pero la dentista me miró y le dije “mamá, no pasa nada, seguro que es una muela con caries…” y ella aprovechó la excusa y le acabó convenciendo, aunque le dije a mi madre que iría yo solita a las siguientes visitas, porque no era nada importante, creo que no lo entendería, no está preparado para eso… no lo está. 

Cuando volví, la dentista me dijo la verdad y empezó a hacerme preguntas “Dime, ¿qué ha pasado?” y yo le dije la verdad, pero curiosamente no parecía para nada sorprendida y le pregunté “¿no le parece una locura?” y ella dijo con confianza “Aunque lo parezca, no es el primer caso que me encuentro. ¿Cómo supiste de mi?” y yo le dije “Mí ángel me recomendó venir a aquí y no sé porque”. Ella asintió con la cabeza y dijo “Es muy raro que un trozo de diente se suelte, si el corte es tan perfecto e impoluto, al ser así, es cuando han intervenido los Grises” no le dije qué raza era, pero ella ya lo sabía, me quedé sin palabras y la escuché “esto no va a ser nada fácil, porque lo más probable es que te hayan implantado algún microchip en la encía. Así que iré con mucho cuidado, si hace falta te doblaré la anestesia para que no sufras, porque vas a sufrir y mucho”. Sinceramente me asustó, pero confié en ella y seguimos adelante.

Estuvimos casi un mes y medio en plena lucha, tanto física como biológica al tener que tomar antibióticos durante unas semanas, y nada, no se pudo hacer nada. Así que al final, la dentista quiso hacerme una radiografía y allí lo vimos perfectamente. Los grises me habían introducido un microchip en la encía, me quería morir. Le pedí permiso para hacer una foto de la radiografía, la hice con mi celular, pero curiosamente desapareció de la memoria del celular y de mi computadora… algo ocurrió y no sé ni cómo ni cuándo, pero desapareció. La dentista miraba la imagen con mucho interés, buscando una razón de porque no podía extraerlo, incluso lo preguntó a su padre y a una enfermera que también estaba por allí, y finalmente vieron el problema, la dentista me dijo “Desgraciadamente, no podemos extraértelo. Resulta que el lugar dónde te lo han puesto, está en una zona muy sensible y peligrosa, resulta que está entre dos venas importantes, si te lo sacamos podrías tener una liguera hemorragia y podías tener parálisis facial irreversible.” ¿tenía que vivir a partir de ahora con eso allí para siempre? ¡No era mi intención! Pero tampoco quería perder media cara… 

Entonces la dentista ofreció una solución que no era definitiva pero ayudaría “Pero podemos hacer una cosa, perforaré más interior el diente, y allí podemos provocar un cortocircuito para que el aparatito no funcione, solo así te lidiará los dolores de cabeza” últimamente me daban bastantes por el cacharrete ese. Aún y así, dije que sí y la dentista se puso a ello, dolió el cortocircuito, pero no se ha vuelto a activar, aunque la dentista me dijo que es posible que volviera a activarse con el tiempo. De todos modos, quizás la medicina de ahora no está preparada para extraer este tipo de cosas, así que esperaré el tiempo que haga falta para poder extraerlo. Ahora, suelo sufrir dolores de cabeza por esa zona, son leves desde que lo desconectamos, pero sufro un poquito.

PD. En 24h video en el canal.

Recomendación: Hipercubo – Mintaka.

HR.

HERO&Corporation.

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