sábado, julio 17, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 94 y 95

 Capítulo 94:


Tuve un poco de esperanza de que a lo mejor volvería a ir allí cuando lo vuelvan a abrir, de alguna forma que desconocía, mi corazón me decía que así sería. A pesar que en ese tiempo pensar en el 2070 se me iba a ser algo largo la espera, ni pensé en cuantos años tendré cuando regrese… En teoría habré cumplido los 77 años, aún hay chance.

De repente la nave tuvo que detenerse en el espacio exterior, cuando ya nos acercábamos al planeta del medio de la Tres Marías. Miré por el ventanal y vi que había una cola inmensa de naves que esperaban igual que nosotros.

-        ¿Qué pasó?- se me escapó sin querer.

-        No te preocupes, es un control. En este planeta es dónde se mueven más naves que no pertenecen al planeta, pues aquí en realidad nadie vive solo es un planeta de trabajo, por ende controlan los accesos para que solo entre y salga los que tienen permiso para venir. – dijo Alaniso, se acercó a nosotros.

La cola llegaba hasta el centro del planeta, que me dejó muy impresionada, pues se veía que estaba todo construido, no había casi nada de naturaleza, pero ambas construcciones parecían torres y halas como si fuera un gran castillo, pero repartido por todo el planeta, tampoco tenía ríos ni mares ni océanos claros, pero entremedio de ambos edificios, cuando ya habíamos entrado casi en la atmosfera del planeta, vi que había ríos unidos entre puentes, como si fuera una Venecia a lo grande.

-        Alaniso, llévate a Laia y a Humiel en el muelle de carga, le harán el control allí mismo. – ordenó Roxanne.

-        ¡Claro, comandante!- respondió Alaniso.

Las compuertas del muelle de carga se abrieron tras esperar pocos minutos, una pequeña nave metálica pero bañado en oro, entró y aterrizó en la plataforma A4 que estaba justo delante de nosotros. Esa nave parecía una especie de cigarro dorado, que tenía pocos ventanales pero era muy hermoso, del lado derecho llevaba un signo muy especial que hacía poco tiempo había visto, era la rueda del Karma y Dharma. Automáticamente vi hacía dónde nos íbamos, en un lugar que Garol había explicado que era sagrado y oficial, es decir que toda la Hermandad Blanca sabe quién entra y quién sale de este planeta.

Miré a Humiel y a Alaniso, estaban concentrados mirando la nave un al lado de otro, yo estaba a la derecha de Alaniso, me habían dejado a un lateral, pero estaba en la misma línea que ellos. Quise dar un paso atrás, porque de dónde yo vengo, los más representados van delante y los demás detrás, pero cuando iba a hacerlo Alaniso me empujó suavemente y me obligó a mantenerme a su lado.

-        ¿Por qué te vas para atrás? – me preguntó susurrando.

-        Los humanos dejamos a los superiores ir delante.- dije.

-        Aquí no hacemos esa diferenciación, ponte a mi lado y no vuelvas a hacer eso, ¿de acuerdo? – susurró Alaniso.

-        ¿Por qué?- dije.

-        Ofenderías a nuestros invitados. El universo no permite que haya diferencias entre hermanos. – dijo.

Me anclé al lado de Alaniso y simplemente me dejé llevar por lo que estaba a punto de ocurrir, mi primer encuentro con un miembro de la Orden del Karma, y lo mejor de todo es que no había tenido que morir para vivir esto.

Una puerta que ni se veía que era una puerta de la misma nave chiquita, se abrió igual que una puerta de garaje automática, de allí salió una angélica muy hermosa, tenía el pelo muy largo ondulado castaño, lo llevaba con una trenza que se lo había puesto por delante a un lado, una túnica hasta las rodillas de color anaranjado, llevaba un colgante de una flor rosa, sus ojos eran azules con tonos verdes, en su cara mostraba una sonrisa sincera que mostraba alguno de sus dientes blancos hermosos. La túnica era de verano, del brazo izquierdo llevaba un brazalete en forma de serpiente que le subía hasta el antebrazo dorado, y las sandalias eran de cuero negro.

Detrás de ella había dos guardianes de luz, con sus cascos azules y su uniforme pero en vez de ser azul era en tonos anaranjados y blancos. Ambos guardianes iban con la espada de luz en guardia, y su escudo dónde representaba la cara de Hércules y dos serpientes que rodeaban el escudo la famosa Kundalini.

Cuando la angélica se puso a caminar hacia nosotros, le pude ver sus alas blancas con las puntas rojas, eran bellísimas. Me quedé hipnotizada viéndola caminar, mientras que ella se detuvo con Alaniso, se saludaron dándose la mano, luego Humiel también le dio la mano.

-        Me gusta volver a verte, Tío. – dijo la angélica vi que se lo decía al Titi, entonces arqueé las cejas en señal de sorpresa.

-        Lo mismo digo,…- contestó el Titi, dijo un nombre que no supe entender.

Entonces, me saludó a mí, le di la mano y le sonreí.

-        Me alegra de conocerte, Laia. Perdona, pero para mí va a ser algo difícil esto, porque ya nos conocemos. Soy la Ángela de la Justicia, pero me puedes llamar Judge. – se presentó, yo la miré con amabilidad y sorpresa.

-        Gracias, por recibirme.- dije, me puse algo nerviosa sin motivo.


Entonces le pidió al Titi la documentación suya y la mía, mientras que hacían el control de que todo estuviese correcto, Alaniso ya había roto la fila y eso quería decir que podía deambular tranquilamente. Me acerqué a uno de los dos guardianes y me puse a observarlo, se me quedó mirando.

-        ¿Necesita algo? – preguntó el guardián.

-        Disculpa, solo estaba mirando su… escudo. ¿Es Hércules, cierto?- dije.

-        Así es. Nuestro patrón. – contestó.

-        ¿Ustedes no son de la guardia de San Miguel Arcángel?- pregunté arrugando la frente.

-        San Miguel Arcángel solo tiene guardianes en la Tierra, aquí en Orión nuestro patrón es Hércules. – respondió.

Me resonaba un montón ese nombre, como si ya lo conociese de otro lado, pero era de las primeras veces que escuchaba su nombre entre guardianes. De hecho desconocía que estuviese dentro de esta orden, aunque fuese dirigiendo la de Orión.

-        ¿Quién es Hércules?- pregunté.

-        Es un Elohim que reside en Orión, pero también está en tú plano de existencia trabajando en colaboración con San Miguel Arcángel en la Tierra. – contestó amablemente el guardián.

-        ¿Elohim?- pregunté.

-        Son como Maestros Ascendidos pero que se ocupan de las emociones, en tu planeta se os recuerda por ser una civilización con mucha energía acumulada, es decir, con muchas emociones para experimentar. Un Elohim se encarga de equilibrar esas emociones en cada uno de los seres que habitan en sus dominios. Por ejemplo, Hércules ahora trabaja en la Tierra, pero él se encarga de equilibrar las emociones del rayo azul, es decir, la valentía, la fuerza, perseverancia y la perspicacia. – respondió el guardián.

-        ¿Para qué exactamente?- dije, soy demasiada curiosa ya me lo dicen mucho en clase.

-        Toda la energía la tenemos que observarla desde estos planos tan altos, como es la 5D y la 7D. Al fin y al cabo, un Ser de Luz trabaja con energía y simplemente equilibra y crea en base a ella. – respondió.

Cuando iba para hacerle otra pregunta, el Titi nos interrumpió y tuvimos que subir a la pequeña nave, El Consejero Jefe del Tribunal Kármico nos estaba esperando y parecía que íbamos con algo de retraso. Así que me despedí de Alaniso, él me prometió estar allí a la vuelta, la nave no tenía permiso para entrar en la atmosfera de Épsilon ese día, y se tuvieron que esperar a esas alturas.

Entré en la nave y me senté en el primer asiento que encontré con ventanal lateral, Humiel me ayudó a colocarme los cinturones de seguridad en plan helicóptero, pocos segundos después y sin darme cuenta, empezamos a elevarnos y salir fuera del muelle de carga del Comando Ashtar. La nave por ser tan pequeña tenía una velocidad bastante potente, en poco tiempo pude captar que íbamos a más de 200km/h adelantando todas las naves que habían en fila esperando a pasar el control, los pasamos por la derecha, me quedé mirando por la ventana y aluciné. Había muchas naves, jamás había visto tantas y todas eran peculiares, otras más grandes otras más pequeñas, pero se veían si eran de la Hermandad Blanca o simples vecinos. Me quedé mirando una de ellas, tenía forma de palangana del revés, con muchas luces verdes y rojas alrededor y un eje con un cristal dónde se veía unos seres muy pequeños, con ojos negros, tenían pelo aunque fuese blanco y su piel era color tierra de las montañas.

-        Mira esa nave…- le dije a Judge.

-        Estos son nuestros vecinos de Betelgeuse, una estrella aquí en Orión lejos del cinturón. –respondió Judge.

Me explicó que esta civilización suele tener una personalidad bipolar, no suelen irse de Orión, pero me comentó que hace mucho tiempo, cuando la Tierra todavía era una grande esfera de fuego y lava, decidieron visitarla y ayudar a la construcción de la nueva civilización.

-        Ellos entregaron un fragmento de su ADN para que el reino animal pudiera existir. ¿Te suenan los dragones de comodo? Ellos al tener un ADN parecido a los Draconianos ayudaron a crear la evolución de esta especie de animal que vive en tú planeta. – informó Judge me dejó fascinada pues había estudiado esa especie de animal en IÓN no hacía mucho tiempo.

Recuerdo que Garol dijo que estos animales tenían un origen bastante misterioso, pues en tantos milenios no han evolucionado mucho.


La nave aterrizó en una de las terrazas de un edificio muy alto, parecía una sexta planta, nada más bajar de la nave, seguimos a Judge junto a los dos guardianes, entramos a dentro y todo parecía diferente, como si hubiésemos entrado en un viejo claustro de un monasterio pues todas las puertas eran arcos de medio punto, con grandes puertas laterales de cristal colorado, como si fuesen de un templo de Agartha. En este caso, todo estaba bañado de amarillo, el suelo, las paredes y el techo, aunque habían pinturas muy bonitas en las paredes, en forma de fresco que hablaban sobre la historia de Orión, que me dejaron fascinada, aunque desconocía toda la historia, solo sabía un trozo por recuerdos y también por lo que Uriel ya me había explicado en otras ocasiones.

Giramos a la derecha al llegar al final de un pasillo muy largo, conté veinte puertas grandes, y luego a la tercera puerta, giramos a la izquierda para entrar en otro pasillo igual que el anterior, yo ya me estaba perdiendo con tanto giro y pasillo. Caminábamos a paso ligero, allí no se andan por las ramas, van siempre con prisa y en silencio. Volvimos a girar a la derecha y nos quedamos quietos delante de una puerta de cristal amarillo que tenía el número 703.

Judge se giró y me miró, me agarró de la mano y me obligó a ponerme delante de ella, me hizo un gesto para que abriera la puerta, pero llamé, entonces la puerta se abrió sola y entré, con algo de miedo porque no sabía quién habría al otro lado.

-        ¿Hola?- grité algo miedosa.

Me di cuenta de que no era un pasillo más, pues me había puesto dentro de un departamento bastante amplio, el pasillo era diferente, había mucha luz, tenía cinco puertas a cada lado de madera robusta, caminé lentamente hasta el final dónde había un gran salón con su cocina, y arriba de la escalera de caracol de hierro negro, estaba un pequeño despacho. Me quedé allí esperando.

Capítulo 95:

Me asusté cuando escuché como se caían libros de una de las estanterías del despacho, así que subí las escaleras de caracol intentando a ver si encontraba a alguien que me pudiera recibir.

-        ¿Hola? ¿Alguien se lastimó?- pregunté preocupada mientras entraba a la biblioteca del despacho.

No era muy amplia, pero los pasillos se alargaban con grandes y muy altas estanterías con libros sobre las leyes universales entre otras cosas, algunos estaban encuadernados en cuero azul marino, otros en cuero rojo, parecían pergaminos muy antiguos del principio de la galaxia de Orión.

-        ¡Rayos, le dije que no lo hiciera así y no me ha hecho caso…! – escuché la voz de un hombre que provenía del segundo pasillo de estanterías, así que me dirigí hacia allí.

Pero no vi a nadie, en ese pasillo había al fondo un escritorio dónde había un libro muy grande abierto por una página en blanco, me acerqué cuando de repente vi que la pluma que había en el tintero empezó a moverse sola.

-        Apunta… - decía la voz del hombre y automáticamente la pluma agarró tinta y empezó a escribir sin que nadie la tocase, me fascinó tanto que me tuve que acercar a tocar la pluma para ver si eso era verdad. Al tocarla, la pluma sin querer dejó manchurrones de tinta en el pergamino del libro y se paró.- ¿Quién tocó la pluma sin mi consentimiento?- dijo el hombre.

Seguí la voz hacia el siguiente estante, finalmente encontré al hombre que iba con una túnica naranja mientras revisaba los libros de los estantes, al mismo tiempo que en sus manos había otro libro gigante que estaba leyendo. Tenía el pelo canoso y largo, ondulado al final, llevaba anteojos y una barba de cinco días aproximadamente, a pesar de tener mi temor a las barbas, allí no me dio miedo. Supongo que fue el hecho de estar en otro planeta y en otra vibración.

-        Lo… siento… no quería molestar a la… pluma, ni a usted. Soy…- me interrumpió el hombre levantando el dedo índice hacia a mí, me quedé callada observando como seguía leyendo en voz alta el libro, mientras que se escuchaba de fondo como la pluma del pasillo anterior, escribía en el libro.- ¿Cómo hace eso?- se me escapó.

-        Haz una carta a los hermanos del Consejo, envíalo como urgente para la próxima vista de este ser. – dijo el hombre.

Escuché como se cerraba el libro de la mesa y la pluma escribía en una carta que la envío directo volando por la pequeña biblioteca, mientras que la pluma descansaba en su tintero.

-        ¡Me preguntaba cuando me vendrías a visitar, Laia! – dijo el hombre contento, cerró el libro y lo dejó encima de un sillón, se vino para mi para acabar abrazados, aunque yo le miraba con cara de no saber quién es.

-        ¿Usted es Jacob?- pregunté por cortesía.

-        Si, así es. No me trates de Usted, somos amigos desde hace muchos eones.- dijo con una sonrisa al separarnos me ofreció sentarme en el sillón, él apartó el gran libro y me senté.

-        Gracias. Seguramente que sabrás que… es mi primera vez aquí, me refiero en esta nueva encarnación. Pero no recuerdo haber venido antes aquí. Así que intentemos hacer que me conoces por primera vez, ¿de acuerdo?- le dije.

-        Como quieras. Pero antes trabajabas aquí. Te sentabas aquí a repasar las actas de las vistas del día. – dijo.

Revisé el sillón, parecía antiguo, con ojeras forrado en terciopelo verde, era muy cómodo. Pero no recordaba nada, nunca había visitado antiguos lugares de trabajo, me pareció muy curioso.

-        ¿Qué actas?- pregunté.

-        Eras lo que en tu mundo dicen una abogada universal, de hecho de las mejores. Todos estos tomos de leyes que se han ido modificando a lo largo del tiempo, te los estudiabas y aplicabas la ley a todos los seres que desencarnaban para saber qué resultado habían obtenido en su encarnación, si era compensación en Karma o en Dharma. – me explicó.

Aunque hablaba raro, entendía sus palabras, hablábamos el mismo dialecto, eso me extrañó mucho.

-       


Gracias, pero prefiero que no me lo digas. En algún momento tendré la chance de recordarlo y luego, si lo quieres lo compartimos. Pero mi visita era por otra cosa.- le dije.

-        ¿En qué puedo ayudarte? – preguntó Jacob.

-        ¿Ya has visto al padre del Chico de Ojos Verdes por aquí?- dije.

Se sentó encima del reposa brazos del sillón, se llevó una mano en la barbilla y la otra la reposó encima de sus costillas flotantes.

-        Hace dos días terminamos su vista. ¿A qué vienes a por el resultado? Si no eres familiar directo, no te lo puedo dar. – exigió.

-        No, no vengo por eso. Vengo a qué me cuentes más.- dije.

-        ¿Sobre qué?- preguntó.

-        Sobre su asesino. El Chico no ha querido decirme más, y el arcángel Gabriel ni Uriel tampoco, pero gracias a la ayuda del Arcángel Humiel, estoy ahora aquí contigo. Estoy preocupada por mi familia, ¿corren peligro también?- le dije.

-        Su asesino fue Gämael lo único que te puedo compartir es que esto no debería haber sucedido y aún estamos investigando porqué lo ha hecho, pues no estaba en sus quehaceres rutinarios. – respondió Jacob.

-        ¿O sea que es un ajuste de cuentas?- pregunté preocupada.

-        No lo sabemos. ¿Qué te hace pensar eso? – dijo.

-        La posesión de hace un año. – confesé.

-        La verdad es que algo de sentido hay, pero tiene que ser una broma. – comentó Jacob.

Me lo quedé mirando esperando a que dijera algo más, pero no lo hizo.

-        ¿Por qué Gämael fue a por mi y ahora a por el padre del Chico? ¿Tiene algo que ver con el futuro que seremos él y yo?- le dije.

-        De alguna forma siempre han estado ustedes dos unidos en uno, tanto en pareja como en miembro de la familia. Pero Gämael parece ser que esta vez está actuando sin control, como si supiera qué sucederá cuando ustedes tengan veinte años y de alguna forma quiere impedir vuestro destino. – respondió Jacob.

Arrugué la cara y el ceño, no entendía cómo sería capaz de ver tanto en el futuro si los Seres de luz solo tienen una aproximación de los próximos nueve años hacia el futuro.

-        ¿Por qué él puede ver más que los demás?- pregunté.

-        Lo más probable es que haya conocido a alguien del futuro y sepa toda vuestra historia de amor de aquí hasta vuestra ascensión. – respondió.

-        ¿Cómo alguien?- repetí sin querer sorprendida.

-        Es posible que haya viajado en el tiempo y haya secuestrado a uno de vuestros hijos o nietos, para sonsacar información. – dijo Jacob.

Se me congeló el corazón, me costaba respirar por la sorpresa de la noticia.

-        ¿Ha secuestrado a uno de mis hijos de Agartha?- susurré.

-        No, puede que haya secuestrado a uno de vuestros hijos que aún no han nacido en esta vida. – aclaró Jacob.

Voy a ser mamá. Me quedé con la boca seca, como si tuviera un esparadrapo en la boca. Aún no conocía a mis hijos que había dejado en Agartha y ya me estaban hablando de los que tendré en el futuro dentro de veinte o treinta años.

-        ¿Por qué habrá hecho esto?- pregunté.

-        Claro, es que tú aún no eres consciente de lo especial que son ustedes dos, el Chico y tú son muy importante para lo que debe experimentar vuestro planeta en este nuevo tiempo que se acerca velozmente. – respondió Jacob.

-        No entiendo.- dije.

-        Lo harás, a su debido momento. – respondió con una sonrisa.

La visita acabó de esta forma, él mismo me acompañó hasta la puerta principal de vuelta, nos dimos un abrazo y acto seguido me encontraba de nuevo en el pasillo, sentado en una de las sillas al lado de la puerta estaba el Titi, se había quedado traspuesto, lo desperté con cuidado.

-        ¿Estás bien, Titi?- le pregunté.

-        Si, es que llevas cuatro horas aquí dentro. – dijo.

-        ¿Cómo?- se me escapó arrugué el ceño.

El Titi me enseñó el reloj y vi que era cierto, pero para mí solo fue un ratito, como media hora nada más. ¿Qué había pasado? Me aferré a la mano del Titi y nos volvimos hacia la nave, luego regresamos al comando Ashtar, nos estaba esperando en el mismo lugar, y mientras volvíamos a la Tierra, quise estar en la cafetería, el Titi no quiso estar conmigo así que me fui solita.


Me quedé en la barra a comer el aperitivo, tenía bastante hambre y estaba algo preocupada porque llegaría a casa algo más tarde de lo que normalmente llegaba, solo de pensar que tenía que volver a clase, ya me sentía más cansada de lo que estaba.

-        ¡Oxalc! ¿Eres Laia, cierto? – dijo un señor que se sentó a la derecha de la barra, llevaba el pelo negro hasta los hombros todo enrulado, llevaba barba de siete días, una túnica blanco roto, hasta que finalmente le vi las alas, blancas con las pintas grises.

-        Oxalc. Si, ¿quién eres?- le dije amablemente.

-        Yo soy el arcángel Haziel. Soy uno de los hermanos de Uriel y Humiel. Es un placer volverte a conocer. – dijo ofreciéndome la mano, se la acepté.

Así haciendo memoria ya conocía a unos cuantos, pero todavía la lista de hermanos era larguísimo, porque ya lo comentó Uriel una vez son doce hermanos.

-        Igualmente.- dije amablemente.

-        Debe ser extraño para ti tener que reconocernos de nuevo, como si fuese la primera vez. Para nosotros también lo es, dejar todos los recuerdos de otras vidas, para volver a empezar, como si nada hubiese ocurrido, pero en verdad solo espera el momento de que uno se acuerde y vuelva a ser como antes. – dijo Haziel mientras le dio un trago a su jugo de frutas.

Los humanos suelen filosofar sobre la vida, delante de una cerveza mientras intentan mantener la coherencia de su vida extraña o demasiada rutinaria. Pero Haziel parecía que estaba nostálgico por algo que desconocía.

-        Es raro, pero me gusta. – contesté.

-        Hace un tiempo decidí encarnar y no me fue demasiado bien. La densidad provocó que mi cuerpo se enfermara cada dos por tres y finalmente tuve que dejar la vida antes de cumplir diez años. Ver a mis padres que había elegido estar con ellos, rotos, se me rompió el corazón y decidí no volverlo a intentar hasta que la humanidad estuviera más preparado. – confesó, estaba dolido.

-        ¿Eso lo puedes hacer?- dije curiosa de mí.

Él dijo que si con la cabeza.

-        Hay muchos hermanos de la jerarquía angélica que actualmente están encarnados en este tiempo. – confesó.

-        Espero conocer a alguno…- susurré sin pensar.

-        Ya lo has hecho – susurró Haziel.

 

 Recomendación: Stay Homas - Volveré a Empezar.

HR.

HERO&Corporation.

 

miércoles, julio 14, 2021

Como Dios Me Trajo Al Mundo

 

Mi objetivo personal en este trabajo que he elegido hacer, siempre ha sido mostrarle al mundo mi transparencia, pues los Seres de Luz siempre me dicen “con el ejemplo es el mejor método para enseñar a otros a confiar en ellos mismos”. Pero tengo que reconocer que aunque ustedes me vean que constantemente me pongo en contacto con ustedes, para enseñarles los temas y lecciones que deben aprender para que despierten la consciencia, hay momentos en que me cuesta mostrarme transparente. Yo igual que ustedes, también estoy aprendiendo en este camino, ando más avanzada por eso ustedes están digamos que bajo mi cargo, porque son alumnos míos, pero al mismo tiempo yo también tengo mis propios miedos y traumas que voy sanando y poniendo coherencia, para saber dónde realmente les corresponde estar.

En esta actual vida número 86 desde que nací en la 9D en la Cruz del Sur, tengo un trauma que cada vez me está impidiendo ser yo misma, este problema ocurrió en otra vida, hace unas 80 vidas atrás aproximadamente, cuando todavía vivía en la constelación de Orión.

En esa vida trabajaba en la orden del Karma & Dharma en la sección Administrativa, que se encuentra en el cinturón de Orión (el planeta del medio, la zona norte es dónde están las vistas de los “juicios del karma” y en el sur es dónde se encuentra la parte administrativa dónde básicamente se recogen los permisos para poder trabajar en todo el sector V de esta parte del universo). En ese trabajo, me dedicaba a redactar las sentencias que la orden del Karma enviaban a sus visitantes para que supieran una vez habían desencarnado, a dónde podían continuar rencarnando, me ocupaba también de enviar esas sentencias a cada una de las visitas (almas siempre que habían desencarnado o hubiesen ascendido a 5D) y a veces echaba una mano al jefe de la orden del Karma (en esa época se llamaba Tomás, luego pasó a Julián y finalmente quedó Jacob y actualmente des del 2018 está Horacio) dónde entraba en las vistas e igual que los juicios americanos, iba dando acta de lo que ocurría en las vistas.

En esa vida, trabajaba muchas horas, se podía decir que casi 20h en un mismo día, suerte que en la 5D el tiempo tiene otra perspectiva y el cansancio no era igual, pero aún y así eran muchas horas. En realidad todos los que trabajan en Épsilon no viven allí, de hecho este planeta solo es de trabajo, en este caso yo vivía en Agashaek (el planeta que estaba antes que Épsilon pero algunos vivían en Mintaka).


Un día terminé bastante tarde, porque tenía una vista que se alargó mucho, y al terminar me tuve que pasar por el despacho para agarrar las sentencias y enviarlas a un departamento. Cuando terminé, me fui a la parada del transporte, para poder ir a casa, tenía que agarrar una especie de nave espacial en forma de autobús, como iba tarde, agarré el último con la ventaja de que no estaba tan lleno, cuando llegó, me senté y esperé viendo por el ventanal. Había poca gente en el vagón dónde me subí, pero de todas formas me concentré en ver el paisaje caótico del planeta, que curiosamente Épsilon es el único planeta que he visto totalmente edificado sin nada de naturaleza, solo hay ríos que en ocasiones cruzan edificios igual que Venecia.

Cuando recordé esto, no tenía ni idea de qué era épsilon era muy chiquita, pero ahora con el paso de los años, me di cuenta de que tampoco sabía que era Venecia, nunca he estado allí, he visto fotos, pero cuando lo recordé se me daba horrible la geografía. Lo que trato de comunicarles, es que no intenten pensar que es solo una historia, les estoy compartiendo uno de mis traumas más difíciles de compartir, pues ocurrió algo importante dentro de ese transporte de regreso a mi casa, que aunque fuese en el planeta de al lado, en cuarenta minutos llegaba a mí parada. Y en ese tiempo, mi vida cambió por completo.

Ese transporte realizaba dos paradas más en Épsilon y luego realizaría sus seis paradas en Agashaek, con la grata fortuna de que me tenía que bajar a la tercera parada. Nadie más se subió en Épsilon, pero en la primera parada se bajaron tres seres de luz, quedando dos en ese vagón, y en la siguiente se bajó, pero entraron cinco hombres que se sentaron cerca de la puerta que estaba cerca del baño. No les di mucha importancia, pero empecé a sentirme algo incomoda, pues tres de esas personas que todos eran hombres y yo una mujer, no me quitaban los ojos de encima. En ese momento, me vinieron ganas de ir al baño, así que me puse de pie y caminé hacia el baño, abrí la puerta pasando la mano por el sensor y cuando la iba a cerrar, la puerta se quedó trabada y se volvió a abrir, cuando vio un pie que le había impedido cerrarse, miré al hombre y era uno de esos cinco que me miraban raro.

Le pedí que me dejara en paz, pero entraron aunque creo que uno se quedó a fuera a vigilar. Lo que pasó después, lo recuerdo con lagunas, pero me forzaron y me violaron en el baño de la nave volviendo a mi casa. Entre esa última parada y la mía eran solo quince minutos, fue algo rápido pero para mi duró demasiado… me sentí muy indefensa. Fue la primera vez que tras haber estado en la orden de san miguel arcángel y recordar cómo defenderme, me quedé paralizada y no pude hacer nada… simplemente dejé que pasase.

Cuando el transporte paró en mi parada, los hombres salieron corriendo del baño, uno me agarró de malas formas y me lanzó, con la ropa rota a fuera del transporte, caí en el suelo curiosamente no había nadie en la andana, el transporte se fue y yo no tenía fuerzas para caminar, estaba realmente lastimada. Simplemente me desmayé, antes vi que estaba ensangrentada, todo lo demás solo recuerdo sonidos, reconocí a mi hermano mayor que me había encontrado horas después tirada allí, siendo en plena noche, me agarró en brazos y luego noté entrar en un transporte dónde me quedé sentada en una silla.

Cuando abrí los ojos, me encontraba en mi cama de mi mano se agarraba mi hermano mayor, que se había quedado dormido a un lado de la cama. Me revisé, tenía el camisón puesto, me sentía mejor, pero no recordaba que pasó, me dolía mucho la cabeza y la cadera. En cuanto desperté a mi hermano, se alegró de verme, pues estuve dormida por cuatro días. Me fui recuperando y de apoco tenía flashes de lo que había pasado, hasta que lo recordé todo y me sentí realmente mal emocionalmente hablando, mi confianza había sido destrozada, se lo dije a mi madre de esa vida, y mi padre se fue a ver los guardianes para que viniesen a casa y me tomasen declaración. Les conté todo lo que había recordado y un guardián dijo “hace un tiempo pasó un caso igual” podrían ser los mismos. Ayudé tanto como pude, pero me sentía violada físicamente y emocionalmente, fue entonces cuando empecé a desconfiar de todo el mundo, sobre todo si eran hombres.

Por miedo a no volver a agarrar ese transporte nunca más, dejé mi trabajo entonces, me trasladaron a la Biblioteca de Registros Akashicos. Me mudé allí y me refugié entre los códigos de energía como vía de escape durante más de una década, hasta que me trasladaron al comando Ashtar y durante un tiempo estuve viajando por la galaxia hasta que me vine a encarnar a Mercurio para prepararme venir a este planeta durante el fin de la Atlántida.

Pasaron las vidas, en aquellas que era consciente de mis recuerdos de otras vidas, me vi forzada a volver a recordar ese trauma, que una vez más no me veía con fuerzas para superarlo. En cuanto regresé a la inconsciencia aunque no lo recordaba, se me daba muy mal confiar en los hombres, aunque yo lo fuese en esa vida, tenía miedo a la traición. Hace cuatro vidas, me encontraba en pleno renacimiento italiano en Florencia (Italia), en esa vida encarné como mujer y me casé con un hombre muy joven que no me trataba bien, me golpeaba y aprovechaba para violarme de nuevo sentía esa parálisis que me dejaba indefensa de cualquier mal.

Hasta que pude anular ese matrimonio con el papa Pio XII, y me pude casar con mi llama gemela, siempre el señor ojos verdes me protegía (en la vida en Agashaek fue mi hermano mayor, aún no sentía tan fuerte la unión de pareja). Él era diferente, me sentía en paz, aunque aceptaba mi pasado, tuve dos hijos con él, en cambio con el otro marido, nunca me quedé en estado, pues pensaba que yo era estéril y lo era él. Lorenzo y Terencio, así se llamaron nuestros hijos de esa vida en Florencia y Nápoles, mi llama en esa vida se llamaba Gabriel.

En esta vida nací con un fuerte problema de comprensión hacia los hombres, cuando me pongo delante de uno, intento no agacharme, ni poner poses “sexys” para que no termine violada por alguien que NO quiero nada. Esto es un problema porque me pasan con todos que en alguna vez ha habido tensión sexual, me siento muy incómoda hablar de sexo con alguien, incluso con Uriel. Si conozco a alguien y de repente habla de sexo como lo más natural o lo hace de forma ruda, en que sueña conmigo en hacer eso… me siento tan incómoda… que lo descarto enseguida.

Cuando conocí a mi ex en 2014, tuve una larga y tendida conversación con Uriel, sabía que con mi ex perdería mi virginidad, porque quería que así fuese, era un chico majísimo y me respetaba y me quería mucho, yo a él también, por eso le dije a Uriel que necesitaba su ayuda para superar un poco ese trauma, lo suficiente como para poder mantener una relación sexual buena. No fue fácil, pero lo conseguí aunque me costó mi relación, porque tras un mes después de dar este paso, el infierno emocional regresó a mí. Fue cuando me di cuenta de que sería más difícil, pues el trauma lo tenía agarrado a unas emociones horribles que estaban ancladas al tema sexual.

Por ejemplo, la pasión que se siente por aquella persona que te gusta, para mí me hacía sentir vomitiva, no se lo compartí a mi ex nunca, porque me daba vergüenza compartirle la verdad. Intentaba reeducar mis emociones, para que supieran que esa vez si quería que ocurriese, entonces a nivel emocional fue como fuegos artificiales, fue bonito, pero empecé a levantarme con dolores de cabeza horribles, el EGO se quejaba asustado e inventaba cualquier cosa. Dos meses después, mi ex me preguntó si estaba bien y por miedo le dije que si, que solo estaba rara por los exámenes.

Me seguía auto convenciéndome de que si mantenía relaciones sexuales con mi ex, estos sentimientos horribles al final cesarían. Pero no fue así. Me volví algo adicta al sexo. Hasta que él rompió, no aprendí porque hacía eso realmente, no era para curarme y sanarme, lo hacía por tapar mis carencias afectivas y sentirme segura a los brazos de un hombre. Por eso, un año después tomé la decisión de no estar con nadie, hasta que estuviese preparada.


Todos estos años, me he dado cuenta de lo poco que me miro al espejo y no me acepto como es mi cuerpo en sí, siempre me he sentido una mujer rara, porque no me gusta maquillarme, no me suelo poner botas ni sandalias en verano, tampoco voy muy femenina, pero me siento mujer de todas formas. Estoy contenta con mí género, elegí venir como mujer, pero la vida no me ha dado una vida femenina como en los cuentos de hadas o como algunos padres piensan que son sus hijas, princesitas Disney. Mis padres me educaron sin el cuento de buscar un príncipe azul, pues de aceptarme tal y como soy para encontrar aquel que realmente me acepte tal y como soy, y si tengo que cambiar, será porque yo vea que no me gusta ser quién soy a nivel interno, externamente solo se fijará aquel que realmente quiera explorar mi mundo interior y sea un aventurero del misterio, para encontrar las pistas que le llevarán de lleno al laberinto de mi corazón.

Durante mucho tiempo no me acepté físicamente, porque en clase se reían de mí por cualquier cosa que hiciera o si un día viniese al colegio maquillado, siempre era tendencia de burlas, cuando realmente quería desaparecer y ser invisible para los compañeros de clase. Pues los ángeles siempre me han aceptado tal y como soy y he crecido a su lado con los aprendizajes del amor incondicional, supongo que la gran aventura de mi vida fue, cuando decidí conocerme a mí misma y aceptarme quién yo soy.

Pero desnudarme es lo que detesto hacer, me siento sucia cada vez que un chico quiere de mí solo ser unos genitales y luego si te he visto, ni me hables. Estuve un tiempo, explorando mis infiernos, y cada vez que me sentía “aceptada” por la sociedad, yo me sentía más sucia, menos me aceptaba a mí misma por eso entraba en un círculo vicioso en que solamente conseguía una cosa, separarme de mí misma, de mi yosoy. Por eso, tomé la decisión de no acostarme con nadie, sino estuviese en relación amorosa duradera, lentamente me fui reconstruyendo y ahora me siento más yosoy.

De todas formas, los daños colaterales de ambas violaciones en dos vidas distintas, me siguen persiguiendo en las sombras, actualmente ando superándolo pero no es fácil para mí, cuando en San Juan recibí la pluma roja de parte del Señor Ojos Verdes, y del arcángel San Gabriel, me di cuenta por una compañera que me sigue, de lo que realmente me estaba pidiendo mi amor.

Es tiempo de lanzarse a las sombras que arrastras por tanto tiempo escondidos en el chakra raíz, es tiempo de sanar y perdonar, pues lo que te espera está listo” dijo el Arcángel San Gabriel.

Aquellos que nos dedicamos al mundo de la consciencia sabemos que nuestras debilidades en realidad son el motor que nos hacen emprender viajes imposibles, descubrir la fortaleza interior para poder accionar la energía y crear el nuevo tiempo. A veces ser valiente parece una maldición, en este caso es lo que sentí, tras unas incesantes emociones de alegría y risas que me hacían olvidar la letra pequeña de este compromiso nuevo. De alguna forma lo había aceptado hacer, y es lo que tocaba hacer… pues de repente chicos que antes parecía invisible, de repente soy visible de nuevo con este nuevo trabajo en mis manos, mostrar mis debilidades para superar el trauma que llevo tanto tiempo arrastrando. ACEPTAR LA RELACIÓN A NIVEL AMOROSO Y SEXUAL, el lazo que se forma entre dos personas que deciden amarse eternamente, sin esta unión, nada es ni será.

Si aquellos cinco hombres rompieron la estrella de la fortaleza amorosa de mi interior, con tan solo un juego sexual. Y un marido que por las fuerzas pensaba que tenía más control en mí… me ha hecho ver que al romperme tanto en este aspecto, eso me ha hecho olvidar que la elección de ser mujer, es el hecho de tener en mi poder, la CREACIÓN DE LA VIDA. Vine para sanar mi propio útero, siendo mi propio bebé que renace en este nuevo tiempo, en la nueva era de Acuario. ¡YOSOY LA CREACIÓN Y LA SANACIÓN DE LA VIDA QUE CREO EN MIS ENTRAÑAS! Ahora vuelvo a nacer siendo una CREADORA.

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Recomendación: Elías – Cloud.

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viernes, julio 09, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 93

 

Poco a poco me fui dando cuenta de dónde estaba, me puse a reír cuando vi que habían abierto la compuerta del muelle de carga, me encontraba al lado de tres pequeñas naves que no suelen ir con más de tres tripulantes en misiones de expedición de camuflaje. Entonces mi cabeza empezó a pensar ¿qué dirían mis padres si yo les contase dónde me encuentro? Pero me frustraba saber que el secreto tenía que seguir adelante, sin saber fecha de cuando se podría compartir al mundo.

-        ¿Me ayudan a levantar, por favor?- dije mientras les daba una mano a Ashtar y a otro Maestro que era muy parecido a él.

-        ¿Estás segura?- preguntó Ashtar.

Dije que si con la cabeza y me ayudaron a ponerme de nuevo en pie, al principio cojeaba pero el otro Maestro me agarró rápido y no me caí. Me mantuve en pie un ratito hasta que vi que recuperaba el equilibrio, para caminar hacia el puente de mando, me querían mandar a la cafetería a tomar algo, pero preferí ir al puente, con la condición de que el Titi me fuera a buscar un rico tazón de chocolate a la cafetería.

-        Esto ya no vas a utilizarlo. – decía la chica de enfermería.

-        ¿Cómo estás?- le pregunté.

-        Creo que eso debería preguntarlo yo ¿no crees, Laia? – respondió con una sonrisa amable.

-        Claro. Estoy bien. Gracias.- respondí.


Me quitaron el oxígeno, y pude caminar cada vez mejor. Miré a Ashtar que hablaba a través de la radio, dando indicaciones de encender los motores pero que no hicieran ningún avance hasta que llegásemos al puente de mando. Al otro lado, del izquierdo vi a ese maestro que no había tenido el placer de conocer la otra vez, tenía el pelo más largo que Ashtar pero se parecían mucho, sobre todo los ojos y el color rubio pero era más tirando a blanco.

-        ¿Y tú quién eres?- le pregunté.

-        Yo soy el Maestro Alaniso. Es un placer conocerte, al fin. Mi hermano me ha hablado mucho de ti y tenía ganas de conocerte. – dijo miró de reojo a Ashtar.

-        ¡Podrías disimular un poco! ¿no?- dijo Ashtar.

-        ¿Eres el hermano de… Ashtar?- repetí en voz alta.

-        Si, soy su hermano mayor… la otra vez que viniste yo andaba por Agartha y no tuvimos la chance de conocernos. Actualmente soy el oficial de comunicación del puente de mando. – contestó Alaniso.

Me los quedé mirando. En el momento que entramos al puente de mando, la tripulación nos miró, Roxanne se puso de pie para venir a recibirme, nos abrazamos tan contentas y ella me acompañó hasta un asiento cerca de ella, mientras que Ashtar y Alaniso regresaban a sus puestos, le enfermera se fue del puente cuando vio que todo andaba bien.

-        ¿Cómo estás Roxanne? ¡Me alegra de volver a verte!- le dije contenta.

-        Lo mismo digo, Laia. Ya veo que solo ha sido un susto ¿verdad? – preguntó ella curiosa.

-        Si, aunque no sé qué ha pasado. De repente, me he como… desmayado… ¿por qué?- compartí en voz alta.

-        Ha sido culpa de Humiel, no especificó que tipo de compañía traía. Aquí arriba los humanos se quedan sin aire y pierden el conocimiento, cuando te hemos visto que estabas con él, se han activado las alarmas, hemos bajado un par de pies pero ya era tarde. Lo siento mucho que hayas tenido que subir así…- se disculpó Roxanne.

-        De acuerdo. No pasa nada.- dije.

¿Por qué el Titi no había dicho que iba acompañada de una humana a la tripulación? Pensé, en ese momento Ashtar dio permiso para seguir con la misión de la noche.

-        Dirección Cinturón de Orión, rumbo 4.9 – dijo Ashtar a los pilotos.

-        Sí, capitán.- contestaron los dos pilotos.

El Titi llegó justo en el momento en que la nave arrancó hacia su destino de una forma tan veloz que nadie terrícola sería capaz de verlo o de creer si lo que vio fue una nave o una estrella fugaz. Porque ambas trayectorias se parecían mucho. Acepté el chocolate y me quedé mirando el tráfico del túnel interdimensional que los pilotos habían creado por la velocidad que andaba la nave.

-        Humiel ¿podemos hablar un momento en privado por favor?- sin querer me giré hacia la derecha y vi como Ashtar se llevaba al Titi hacia la puerta del puente.

Me dispuse a observarlos aunque susurraban lo que decía, tuve que usar uno de los trucos que aprendí en los entrenamientos, suavemente con el dedo índice me froté la parte de atrás de la oreja y automáticamente podía escuchar lo que hablaban.

-        Ya sabes que ella es especial, pensé que no llegaría a desmayarse. Lo siento, no quería ponerla en riesgo. Uriel me dijo que ya había estado aquí en esta encarnación, ¿cómo es que se me ha desmayado a mí?- decía el Titi algo preocupado.

-        Porque la otra vez, aterrizamos. Uriel lo vio conveniente porque lleva demasiado tiempo respirando esta atmosfera y la adaptación a las otras atmosferas todavía no está preparada para ello.- comentó Ashtar.

-        ¿Y su proceso de adaptación?- preguntó el Titi.

-        Aún no ha empezado, Uriel dijo que era joven aún.- comentó Ashtar.

Me quedé observando el firmamento en el puente de mando, mientras que los demás tripulantes hacían su trabajo. Automáticamente y sin desearlo, dejé fluir mi mente para que los recuerdos volviesen a formar parte del presente. Empecé a pensar en los compañeros de clase del colegio, en como tenían una facilidad para hacer amigos y yo en cambio siempre había sido la rarita de la clase, incluso cuando me veían pasar los patios junto a Sergi. Me di cuenta de una cosa, de que los compañeros quedaban después de clase para ir a las casas de sus amigos, en cambio Sergi nunca me había invitado a su casa ni tampoco yo lo había invitado a la mía.


Ese mismo día, pero por la mañana, a la hora de plástica, como nos habían vuelto a cambiar de mesas, esta vez tenía detrás a José y a Gerard, yo compartía pupitre con la Carlota que en ese tiempo apenas nos decíamos nada. No pude evitar escuchar la conversación sin que se dieran cuenta de ello, así que escuché sin girar la cabeza mientras que seguía haciendo el trabajo de plástica que nos habían mandado…

-        ¿Gera, qué haces este sábado?- le preguntó José.

-        Pues creo que nada. Molestar a mi hermano.- dijo riéndose Gerard.

-        Mi mamá me ha dado permiso para que vengas, ¿quieres pasar la noche en mi casa?- le preguntó José.

-        Si, pero se lo tengo que preguntar a mi mamá.- contestó.

Me puse mal y contenta al mismo tiempo, bien por ellos dos que pasarían el sábado juntos, pero mal, porque nadie me había preguntado algo así. Estando ya en segundo de primaria, las únicas veces que no había dormido en casa, sin que fuesen vacaciones, habían sido las colonias del verano pasado, nadie de clase se había atrevido a invitarme a su casa y pasar la noche ¿qué se hacía en esas quedadas? En las películas se veía que hacían algo llamado fiesta de pijamas, que consistía en irse a dormir tarde, jugar mucho y comer golosinas cuando no toca. Entonces, me levanté de la silla y me fui con la Carmen para pedirle permiso para ir al baño, me lo concedió y lo único que hice fue llorar.

-        ¿Qué te pasa mi amor?- preguntaba Uriel.

-        ¿Por qué nunca nos han invitado los compañeros de clase a una fiesta de pijamas?- le pregunté entre sollozos.

Uriel se quedó en blanco y no sabía qué contestar, así que simplemente me abrazó y se quedó así hasta que se me pasó.

Mis pensamientos me hicieron volver de repente en la nave, cuando escuché las últimas indicaciones para llegar a Orión. Me quedé mirando a los tripulantes de nuevo y aunque no eran los compañeros de clase, me alegré de estar con ellos, pues al fin y al cabo había encontrado mi lugar, aunque fuese tan difícil de explicar. Le agarré las manos al Titi que se había sentado justo a mi lado y le sonreí él me devolvió la sonrisa.

-        ¿Sabes una cosa Titi?- le dije.

-        Dime.- respondió.

-        Aunque la vida de 3D sea tan caótica y diferente a la vida de 5D, y la esté pasando mal, siempre acabo sonriendo porque el universo me ha dado la gran confianza de que yo pueda colaborar con él ayudando a la 3D a evolucionar.- le dije.

-        Esta es la actitud maravillosa que tienen los Trabajadores de Luz, ayudar a pesar de las diferencias que puedan ocasionar entre estas dos dimensiones. – respondió el Titi.

-        ¿Cuántos años tienes?- le pregunté.

-        Tengo 37 años. – contestó.

-        ¿Con qué dimensión te quedas?- le pregunté.

-        Evidentemente que con la 5D, está muy abierta al universo algo que es importante si vives en un planeta. – comentó.

Le sonreí tenía razón para mí también me gusta más la 5D, vivir a espaldas del universo sabiendo que sin él tu no existirías, lo veo igual que un niño cuando está adolescente y dice “mis papis me agobian” y decide hacer su vida sin ellos dándoles la espalda. Así es como está actualmente la humanidad, negando sus orígenes. Recuerden esto, ningún humano, animal, planta o mineral, ha existido antes de crearse el universo o sea que sin el universo no existen ustedes.

-        Capitán, estamos llegando al cinturón de Orión. – dijo Alaniso a su hermano.

-        Gracias Alaniso. Pongan rumbo a Épsilon. – ordenó Ashtar a los pilotos.

-        Sí, capitán.- contestaron los pilotos.

Los pilotos empezaron a tocar botones de sus pantallas holográficas y la nave se empezó a desviar hacia el planeta del medio de las famosas tres Marías. Fue entonces cuando reconocí a Mintaka, el último planeta hacia la derecha, solo hacía un año que había estado allí y seguramente tardaría mucho tiempo en volver.

-        Ashtar, ¿Qué se sabe de la cuarentena de Mintaka?- le pregunté.

-        Aún están en ello, se supone que hasta el año 2070 o 2110 de la Tierra no creo que la habrán de nuevo al público. – respondió Ashtar.

PD. Estamos llegando al final de la primera temporada, después haremos un pequeño parón y continuaremos explicando.

Recomndación: Los Oscuros (película Laurent Kate) - Youtube.

HR.

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¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

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