Poco a poco me fui dando cuenta de dónde estaba, me puse a reír cuando vi que habían abierto la compuerta del muelle de carga, me encontraba al lado de tres pequeñas naves que no suelen ir con más de tres tripulantes en misiones de expedición de camuflaje. Entonces mi cabeza empezó a pensar ¿qué dirían mis padres si yo les contase dónde me encuentro? Pero me frustraba saber que el secreto tenía que seguir adelante, sin saber fecha de cuando se podría compartir al mundo.
- ¿Me ayudan a levantar, por favor?- dije mientras les daba una mano a Ashtar y a otro Maestro que era muy parecido a él.
- ¿Estás segura?- preguntó Ashtar.
Dije que si con la cabeza y me ayudaron a ponerme de nuevo en pie, al principio cojeaba pero el otro Maestro me agarró rápido y no me caí. Me mantuve en pie un ratito hasta que vi que recuperaba el equilibrio, para caminar hacia el puente de mando, me querían mandar a la cafetería a tomar algo, pero preferí ir al puente, con la condición de que el Titi me fuera a buscar un rico tazón de chocolate a la cafetería.
- Esto ya no vas a utilizarlo. – decía la chica de enfermería.
- ¿Cómo estás?- le pregunté.
- Creo que eso debería preguntarlo yo ¿no crees, Laia? – respondió con una sonrisa amable.
- Claro. Estoy bien. Gracias.- respondí.
Me quitaron el oxígeno, y pude caminar cada vez mejor. Miré a Ashtar que hablaba a través de la radio, dando indicaciones de encender los motores pero que no hicieran ningún avance hasta que llegásemos al puente de mando. Al otro lado, del izquierdo vi a ese maestro que no había tenido el placer de conocer la otra vez, tenía el pelo más largo que Ashtar pero se parecían mucho, sobre todo los ojos y el color rubio pero era más tirando a blanco.
- ¿Y tú quién eres?- le pregunté.
- Yo soy el Maestro Alaniso. Es un placer conocerte, al fin. Mi hermano me ha hablado mucho de ti y tenía ganas de conocerte. – dijo miró de reojo a Ashtar.
- ¡Podrías disimular un poco! ¿no?- dijo Ashtar.
- ¿Eres el hermano de… Ashtar?- repetí en voz alta.
- Si, soy su hermano mayor… la otra vez que viniste yo andaba por Agartha y no tuvimos la chance de conocernos. Actualmente soy el oficial de comunicación del puente de mando. – contestó Alaniso.
Me los quedé mirando. En el momento que entramos al puente de mando, la tripulación nos miró, Roxanne se puso de pie para venir a recibirme, nos abrazamos tan contentas y ella me acompañó hasta un asiento cerca de ella, mientras que Ashtar y Alaniso regresaban a sus puestos, le enfermera se fue del puente cuando vio que todo andaba bien.
- ¿Cómo estás Roxanne? ¡Me alegra de volver a verte!- le dije contenta.
- Lo mismo digo, Laia. Ya veo que solo ha sido un susto ¿verdad? – preguntó ella curiosa.
- Si, aunque no sé qué ha pasado. De repente, me he como… desmayado… ¿por qué?- compartí en voz alta.
- Ha sido culpa de Humiel, no especificó que tipo de compañía traía. Aquí arriba los humanos se quedan sin aire y pierden el conocimiento, cuando te hemos visto que estabas con él, se han activado las alarmas, hemos bajado un par de pies pero ya era tarde. Lo siento mucho que hayas tenido que subir así…- se disculpó Roxanne.
- De acuerdo. No pasa nada.- dije.
¿Por qué el Titi no había dicho que iba acompañada de una humana a la tripulación? Pensé, en ese momento Ashtar dio permiso para seguir con la misión de la noche.
- Dirección Cinturón de Orión, rumbo 4.9 – dijo Ashtar a los pilotos.
- Sí, capitán.- contestaron los dos pilotos.
El Titi llegó justo en el momento en que la nave arrancó hacia su destino de una forma tan veloz que nadie terrícola sería capaz de verlo o de creer si lo que vio fue una nave o una estrella fugaz. Porque ambas trayectorias se parecían mucho. Acepté el chocolate y me quedé mirando el tráfico del túnel interdimensional que los pilotos habían creado por la velocidad que andaba la nave.
- Humiel ¿podemos hablar un momento en privado por favor?- sin querer me giré hacia la derecha y vi como Ashtar se llevaba al Titi hacia la puerta del puente.
Me dispuse a observarlos aunque susurraban lo que decía, tuve que usar uno de los trucos que aprendí en los entrenamientos, suavemente con el dedo índice me froté la parte de atrás de la oreja y automáticamente podía escuchar lo que hablaban.
- Ya sabes que ella es especial, pensé que no llegaría a desmayarse. Lo siento, no quería ponerla en riesgo. Uriel me dijo que ya había estado aquí en esta encarnación, ¿cómo es que se me ha desmayado a mí?- decía el Titi algo preocupado.
- Porque la otra vez, aterrizamos. Uriel lo vio conveniente porque lleva demasiado tiempo respirando esta atmosfera y la adaptación a las otras atmosferas todavía no está preparada para ello.- comentó Ashtar.
- ¿Y su proceso de adaptación?- preguntó el Titi.
- Aún no ha empezado, Uriel dijo que era joven aún.- comentó Ashtar.
Me quedé observando el firmamento en el puente de mando, mientras que los demás tripulantes hacían su trabajo. Automáticamente y sin desearlo, dejé fluir mi mente para que los recuerdos volviesen a formar parte del presente. Empecé a pensar en los compañeros de clase del colegio, en como tenían una facilidad para hacer amigos y yo en cambio siempre había sido la rarita de la clase, incluso cuando me veían pasar los patios junto a Sergi. Me di cuenta de una cosa, de que los compañeros quedaban después de clase para ir a las casas de sus amigos, en cambio Sergi nunca me había invitado a su casa ni tampoco yo lo había invitado a la mía.
Ese mismo día, pero por la mañana, a la hora de plástica, como nos habían vuelto a cambiar de mesas, esta vez tenía detrás a José y a Gerard, yo compartía pupitre con la Carlota que en ese tiempo apenas nos decíamos nada. No pude evitar escuchar la conversación sin que se dieran cuenta de ello, así que escuché sin girar la cabeza mientras que seguía haciendo el trabajo de plástica que nos habían mandado…
- ¿Gera, qué haces este sábado?- le preguntó José.
- Pues creo que nada. Molestar a mi hermano.- dijo riéndose Gerard.
- Mi mamá me ha dado permiso para que vengas, ¿quieres pasar la noche en mi casa?- le preguntó José.
- Si, pero se lo tengo que preguntar a mi mamá.- contestó.
Me puse mal y contenta al mismo tiempo, bien por ellos dos que pasarían el sábado juntos, pero mal, porque nadie me había preguntado algo así. Estando ya en segundo de primaria, las únicas veces que no había dormido en casa, sin que fuesen vacaciones, habían sido las colonias del verano pasado, nadie de clase se había atrevido a invitarme a su casa y pasar la noche ¿qué se hacía en esas quedadas? En las películas se veía que hacían algo llamado fiesta de pijamas, que consistía en irse a dormir tarde, jugar mucho y comer golosinas cuando no toca. Entonces, me levanté de la silla y me fui con la Carmen para pedirle permiso para ir al baño, me lo concedió y lo único que hice fue llorar.
- ¿Qué te pasa mi amor?- preguntaba Uriel.
- ¿Por qué nunca nos han invitado los compañeros de clase a una fiesta de pijamas?- le pregunté entre sollozos.
Uriel se quedó en blanco y no sabía qué contestar, así que simplemente me abrazó y se quedó así hasta que se me pasó.
Mis pensamientos me hicieron volver de repente en la nave, cuando escuché las últimas indicaciones para llegar a Orión. Me quedé mirando a los tripulantes de nuevo y aunque no eran los compañeros de clase, me alegré de estar con ellos, pues al fin y al cabo había encontrado mi lugar, aunque fuese tan difícil de explicar. Le agarré las manos al Titi que se había sentado justo a mi lado y le sonreí él me devolvió la sonrisa.
- ¿Sabes una cosa Titi?- le dije.
- Dime.- respondió.
- Aunque la vida de 3D sea tan caótica y diferente a la vida de 5D, y la esté pasando mal, siempre acabo sonriendo porque el universo me ha dado la gran confianza de que yo pueda colaborar con él ayudando a la 3D a evolucionar.- le dije.
- Esta es la actitud maravillosa que tienen los Trabajadores de Luz, ayudar a pesar de las diferencias que puedan ocasionar entre estas dos dimensiones. – respondió el Titi.
- ¿Cuántos años tienes?- le pregunté.
- Tengo 37 años. – contestó.
- ¿Con qué dimensión te quedas?- le pregunté.
- Evidentemente que con la 5D, está muy abierta al universo algo que es importante si vives en un planeta. – comentó.
Le sonreí tenía razón para mí también me gusta más la 5D, vivir a espaldas del universo sabiendo que sin él tu no existirías, lo veo igual que un niño cuando está adolescente y dice “mis papis me agobian” y decide hacer su vida sin ellos dándoles la espalda. Así es como está actualmente la humanidad, negando sus orígenes. Recuerden esto, ningún humano, animal, planta o mineral, ha existido antes de crearse el universo o sea que sin el universo no existen ustedes.
- Capitán, estamos llegando al cinturón de Orión. – dijo Alaniso a su hermano.
- Gracias Alaniso. Pongan rumbo a Épsilon. – ordenó Ashtar a los pilotos.
- Sí, capitán.- contestaron los pilotos.
Los pilotos empezaron a tocar botones de sus pantallas holográficas y la nave se empezó a desviar hacia el planeta del medio de las famosas tres Marías. Fue entonces cuando reconocí a Mintaka, el último planeta hacia la derecha, solo hacía un año que había estado allí y seguramente tardaría mucho tiempo en volver.
- Ashtar, ¿Qué se sabe de la cuarentena de Mintaka?- le pregunté.
- Aún están en ello, se supone que hasta el año 2070 o 2110 de la Tierra no creo que la habrán de nuevo al público. – respondió Ashtar.
PD. Estamos llegando al final de la primera temporada, después haremos un pequeño parón y continuaremos explicando.
Recomndación: Los Oscuros (película Laurent Kate) - Youtube.
HR.
HERO&Corporation.
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