miércoles, noviembre 24, 2021

Los Espejos

 

Aprovecho esta luna llena en Tauro y además que está en eclipse para sacar aquello negativo que hay en mí y que esta noche, la vida me ha dado el privilegio de ver un espejo que hacía tiempo decidí esconder. Sino lo saco a fuera, me sentiré peor y siento que es el momento de confesarles algo muy importante, lo comparto con ustedes porque es un aprendizaje muy importante que seguramente que a ustedes les ayudará en algo que estén pasando parecido a esto. No lo hago para ofender a nadie ni a nada, pero es importante para mí (Vamos a decir que esta luna “me obliga” a sacar esto de esta forma).

Ni se imaginan lo difícil que fue para mí, encontrar una amiga para hacer cosas durante la adolescencia, cuando sufres acoso escolar es difícil tener amigos que valgan la pena, y pasas un largo tiempo solo pensando en algunas ocasiones si realmente ellos tienen razón, y el odio que tienen hacia a ti, por nada, realmente es porque tú no te mereces vivir. Aunque ahora no les parezca algo normal en mí, durante mi adolescencia fui una niña con muchos problemas de autoestima muy grandes, no confiaba en mí misma a pesar de estar con la compañía del Arcángel Uriel y de los Seres de Luz más hermosos que se pueden imaginar. No tenía autoestima, y eso quería decir que el odio que tenían los demás hacía a mí, me la creí durante tanto tiempo, que acabé pensando en que yo no servía para vivir entre los humanos.

Me castigaba cada segundo de mí existencia, por haber decidido venir a encarnar en 3D, cuando en 5D tenía amigos, familia y una vida maravillosa. Siempre se me hacía cuesta arriba cuando tenía que regresar a 3D cada mañana, y tener que vivir el menos tiempo posible en esa dimensión. Incluso casi ni salía de casa, aunque tenía que pasear al perro, cuando lo tenía que hacer lo hacía cuando todos mis compañeros estuviesen ocupados para que no me odiasen al pasar por la calle.

Por ejemplo, cuando salía a la 1pm del colegio para almorzar, mientras que los demás almorzaban en sus casas, yo sacaba al perro y nos íbamos al paseo del Ter, no había nadie y se estaba muy bien con el solecito en invierno. Luego a las 2pm llegaba a casa, almorzaba y a las 3pm volvía a clase. Después a las 5pm cuando salía del colegio ya no volvía a salir hasta al día siguiente, me pasaba las tardes jugando a los Sims en el ordenador, viendo series o películas, teniendo mis clases de canto y baile con el arcángel san Gabriel en el salón de mí casa. Y a veces acompañaba a mis padres a tomar algo a las 8pm en el bar de la esquina de casa, por salir un ratito y estar con alguien, aunque fuese con mis padres y mis tíos.

Tenía asumido que no merecía vivir entre los humanos, así que intentaba pasar el menos tiempo con ellos, es decir no ver a los compañeros de clase, quedarme sola en un rincón en el patio con la única compañía de los Arcángeles. Me decían que me auto-marginaba y así era, me odiaban y no quería hacerles pasar un mal rato, al igual que yo también me sentía mal cuando andaba con los demás. La soledad me despertó internamente y me sentía más acompañada que nunca, sé que suena una contradicción, pero es que gracias a estos ratitos de soledad, pude estar más presente en mi espíritu, alma y cuerpo y pude empezar a compartir mí día a día con los Seres de Luz. Porque los Maestros Ascendidos y Arcángeles venían a mí casa por las tardes incluso cuando había mis padres en la cocina, yo estaba con ellos, venían, charlábamos, me divertía jugando a la play station 2 y además aprendía muchas cosas que ahora… los que me odiaban veneran de mí.


A la hora del patio, cuando veía a los grupitos de clase jugar o charlar de sus cosas en la distancia, realmente me sentía envidiosa por ello, porque yo también quería a veces una compañía de 3D. Muchas veces les había pedido al universo incluso al mismísimo Dios, que tuviese una amistad en condiciones, pero no se me daba el placer de tenerlo. Por eso mi relación de protegido-arcángel se estrechó aún más y a Uriel lo considero como de la familia, de hecho lo es desde que salgo con el Señor Ojos Verdes, ya para mis futuros hijos Uriel será un tío postizo de ellos.

Según mi registro del contrato de encarnación que firmé y acordé antes de nacer, la relación con Uriel no tenía que terminar siendo tan estrecha, esto surgió debido a los conflictos emocionales ocasionados por el bullying, tanto de mis compañeros como de los profesores que también pasaban como de la mierda o se unían, como si fuesen a comisión. Pero en ningún momento abandoné ese colegio, sabía perfectamente que si huía el problema no iba a desaparecer, vendría conmigo aunque me fuese a estudiar al Tibet. Por eso no les compartí a mis padres lo que sucedía, porque sabía cual sería sus reacciones, ahora me lo dicen mucho y les pregunto “¿Qué hubieran hecho al respecto?” y me dicen “Cambiarte de colegio” y yo les digo “Mal, eso solo empeoraría la situación” pero no me entienden.

Sinceramente mi problema no era el acoso escolar, sino mi autoestima, todo lo que pasó desde los seis años hasta los diez y seis, en realidad estaban constatados en el contrato de encarnación firmado antes de nacer. Así que solo cumplí con lo acordado, simplemente para compensar KARMA que tenía acumulado de las 87 vidas que llevo a las espaldas. Las dos primeras, viví en la creación es decir vi como se creaba este universo puesto que mí espíritu nació en el universo VI, también estuve en el gobierno del universo al lado de Dios y de la primera familia de la creación (Ruak, Jesús, María, Sophía, Magdalena, Esther, Gahethel…) que son los actuales protectores de nuestro universo (digamos que son los Ministros que cuidan de nosotros a nivel universal).

Cuando reencarné en la tercera vida, hice algo que sigo castigándome por ello, y que aquí y ahora va a salir por primera vez a la luz, así que atentos, queridos alumnos de mí corazón, pues lo que hice allí, tiene su espejo en la adolescencia de esta vida. Vivía como hombre, un guerrero de la civilización Ashemnha en la galaxia de Andrómeda, pero el planeta estaba enfermo y la vida allí empezó a ser un problema, así que armamos un comando en busca de ayuda dentro de la misma galaxia, y encontramos asilo con la civilización de Xham. Eran medio reptiles conviviendo con robots biológicos que al final no acabó cuajando la cosa y tuvieron una guerra civil, dónde les ayudamos a destruir a los robots.

La alianza que hicimos fue decisiva en esa guerra civil, pues nos ayudaron a encontrar una solución a nuestro problema, dónde el capitán de los Reptiles se le llamaba el Insectoide, una amantis religiosa muy inteligente tanto emocionalmente como mentalmente, de hecho era el hijo del gobernador de Xham. Vino con nosotros en busca de un nuevo hogar para trasladarnos toda la civilización, pensando que encontraríamos planetas sin habitar. La búsqueda no fue para nada fácil, la gran mayoría de planetas de Andrómeda estaban habitados y perdimos la esperanza bastante rápido, hasta que el Insectoide agarró los mandos de las naves en contra de nuestra voluntad y aterrizó en un planeta habitado y al bajar de la nave, se puso a atacar sin presentarse ni motivo alguno, declarando una guerra contra una civilización casi nativa, dónde aquel que no estaba con el Insectoide moría, así que yo le ayudé y maté a muchos más de medio millón.

Cuando la civilización nativa fue arrasada totalmente, empezamos a restaurar la naturaleza que había sido atacada, pensando que ya habíamos conseguido un nuevo hogar. Pero solo un comando consiguió regresar a las naves (allí estaba yo junto al Insectoide) para arrasar con más planetas habitados y así crear la famosa Guerra de Andrómeda. Morí en combate, odiando al Insectoide, y me fui a encarnar a Arcturus, siendo de nuevo una mujer de nombre Flor de Lys.

Unos 5.000 años después viviendo en paz siendo Arcturiana y aprendiendo sobre los patrones universales (lo que ahora activamos en la Kundalini), el comando del Insectoide llegó al cielo de Arcturus y atacó al planeta una madrugada, dónde arrasó con casi el 90% de toda la civilización y con ello, mi madre Tauriel fue asesinada por el mismo Insectoide. Le reconocí, pero luego todo se extendió a más planetas de Orión y acabó siendo la famosa guerra de Orión.


Ahora el Insectoide está según los archivos de Orión desaparecido en combate, su civilización fue arrasada tras el final de la guerra, la mayoría cumpliendo condena en un planeta muy lejano de aquí, pero sé de primera mano que el Insectoide vive en este planeta Tierra, aunque no sabemos si ha mantenido contacto con su civilización. Ha aprendido a camuflarse, pues parece humano, porque le robó la piel a un muerto, incluso ha conseguido un trabajo y hacerse pasar por humano, aunque su permiso de residencia en este planeta es de “asilo político” no podemos verificar si su certificado es real o falso, por eso la orden de San Miguel Arcángel no lo puede detener, solo vigilar en la distancia.

Estos son mis espejos, en la adolescencia tuve la suerte de verlos ahora el tiempo ha cambiado, y mi autoestima también, vuelve a ser normal, sé que no me odian, pero aún ando lidiando con estos espejos. ¿Cuáles son los tuyos? 

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Recomendación: Forever Young – The Tenors.

HR.

HERO&Corporation.


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