domingo, octubre 31, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 110 [2T]

 

Pasaron varias semanas, que todo en Agartha volvía a la normalidad, en el metro me encontraba con el Chico, hablábamos mucho a pesar de que el tiempo nos había como “castigado” a vivir separados, solo quería aprovechar el tiempo perdido durante el trayecto hacia la estación de París, sentándome con él y simplemente hablar y conocernos más. Me daba igual dejar de lado al grupito en ese transporte, después ya volvía con ellos, Rita a veces se ponía algo mal porque sentía que no le gustaba mucho mí actitud, en una ocasión hablamos mientras que regresábamos de IÓN a París.

-        Llevas mucho tiempo que al siguiente transporte nos dejas de lado, ¿qué te pasa con ese Chico? Parece que no quieras compartirlo con los demás, aunque sabes que ya es del grupo… ¿por qué te comportas así, Laia? ¿Acaso ya no quieres ser mi amiga?- preguntó Rita que estaba bastante afectada emocionalmente hablando.

-        No, no es eso. ¿Recuerdas porque desapareció?- le dije.

-        Se fue, nada más. Te dejó sin alma, lo vi, yo estuve aquí contigo, conteniendo tus lágrimas, te dejó. ¿por qué le das ahora todo?- respondió vi que era algo agresiva en sus preguntas.

-        ¡Hey, tranquila Rita porque no es lo que piensas! Él no me dejó, le obligaron a separarme de él, por una razón importante.- le dije.

-        Si, esa razón que no eres capaz de compartir ni con tu mejor amiga…- decía Rita.

-        Los Maestros no me permiten contártelo, no es por mí. ¡Te lo dije! ¿Crees que te lo escondería si pudiera decírtelo? No sabes la rabia que me da tener que mantener el secreto.- le confesé.

-        No se lo voy a decir a nadie. ¿No confías en mí?- dijo.

-        Claro que confío, Rita. Pero sabes muy bien que el universo tiene unas orejas más grandes que un elefante y tiene un solo ojo, pero ¡caray, qué ojo! Lo ve absolutamente TODO. ¿Cómo puedo contártelo sin que el universo lo sepa? Incluso con tan solo pensarlo, ya lo sabe… ¡Ya sabes cómo funciona esto!- le dije intentando convencerla de que no era por mí.

Rita se enfocó en el ventanal y no quise devolverme la palabra por un buen rato, respiré profundamente, le toqué el codo derecho, ella me miró.

-        Estoy con el Chico, porque he descubierto que él es mi llama gemela.- le dije.

-        ¿De verdad?- se incorporó mejor en el asiento y flipó.

-        Así es. Aún no es mi novio, solo somos amigos, pero siento cosas.- le confesé.

-        Él es mayor que tú, pero ¿él siente lo mismo por ti?- preguntó Rita.

-        Creo que si, porque cuida muy bien de mí. Lo de ser mayor, aquí no importa, recuerda que las llamas gemelas no suelen nacer en el mismo año, es por la energía que emiten…- dije.

-        Sí, hay teorías de que dicen que si nacen en el mismo año, la energía armónica que equilibra el universo, se descompensaría y podría provocar la destrucción del universo. Por eso las llamas, suelen ser de diferentes edades. Pero… ¿Cuántos años te llevas con él?- dijo Rita.

-        Seis años. Me dijiste una vez que también recuerdas vidas anteriores, ¿verdad? – Rita dijo que si con la cabeza entonces proseguí- ¿Sigues teniéndolas o ya te estás desconectando?- le pregunté.

Rita inspiró profundamente por la nariz, miró de nuevo la ventana, su rostro se volvió triste.

-     


   El otro día tuve uno que me dejó muy mal. Pero no era un recuerdo, porque era muy raro…- Rita arrugó la frente, se le vio por el reflejo del cristal de la ventana.

-        ¿Qué quieres decir?- le pregunté frunciendo el ceño.

-        Vi el futuro. – dijo Rita.

-        Eso no se llama recuerdo, es una visión.- le dije pero me interrumpió.

-        ¡Era un recuerdo! O lo parecía, una visión dicen que son muy diferentes, pero yo siento que lo viví, algo que aún no ha pasado.- se justificó.

Le pedí que me lo explicara y le escuché.

-        La semana pasada, acompañé a mi madre al supermercado, mientras que ella esperaba su turno en la charcutería, quién atendía a la abuela que teníamos delante, en un momento sin venir a cuento de nada, de repente vi como sus ojos cambiaban de forma. De un ojo humano normal al igual que una serpiente. – dijo Rita, su mirada parecía asustada.

Era la primera vez que me topaba con algo así en esta vida, me preocupé bastante porque identifiqué que no era algo bueno, pero no sabía exactamente qué podría ser. Pero en los entrenamientos que tenía el año anterior de cultura universal sobre las civilizaciones hostiles, habían unas cuantas que les pasaba esto de los ojos, y por un momento pensé que ese charcutero era un reptiliano.

-        ¿Crees en lo cierto lo que viste, Rita?- le pregunté curiosa de mí.

-        Si, fue muy claro. – dijo.

-        ¿Qué sentiste cuando pasó?- le pregunté.

-        Mucho miedo, como si quisiera algo de mí que yo no quería. Porque el señor solo me miraba a mí y me sonreía pero no era nada bueno, sentía que no.- confesó.

Tenía todas las chances de que era un reptiliano, según los últimos estudios que habían hecho en Orión, los hostiles que están en la lista de no aceptados en este planeta, los que están en primer lugar son los reptilianos. Así que a pesar de que ya estábamos llegando a París, y en vez de ir a clase volvíamos a casa, tendría que hablarlo con Uriel en cuanto llegase a casa de esto.

Rita tenía razón, ese sentimiento le daba la certeza de que el charcutero no era de fiar y posiblemente estuviese en la lista de no aceptados y al mismo tiempo en busca y captura. Lonan nos había explicado que algunos reptilianos están en este planeta, pero porque tienen un permiso como de “asilo político” pero este tipo de documentación tiene unas condiciones muy duras, y una de ellas es no atacar ni hacer nada hostil. En cierto modo la guardia de San Miguel Arcángel se ocupa de esto, a pesar de otros asuntos, aunque no estaba en la guardia todavía, tenía que investigar y entonces informar a los jefes.

-        Si averiguo algo, te informaré ¿de acuerdo? Antes se lo tengo que consultar a…- me interrumpió.

-        ¿A quién? ¡No se lo digas a nadie, ok! – exigió sin querer aumentó la voz y gente del grupo se quedó mirándonos.

Sonreí calmadamente a los del grupo para que no sospecharan de nada, hasta que siguieron charlando de sus cosas.

-        ¿Por qué? Esta información será crucial para la investigación de la orden, ¿no escuchaste al Maestro ayer? Hay una larga lista que están en busca y captura, ¿y si este charcutero es uno de ellos?- intenté convencerla.

-        ¡No, no y no! ¡No hagas nada por favor!...- exigió Rita.

-        Ok, tienes mi palabra.- le prometí.

No me gustaba quedarme así, pero Rita seguía extraña, en ese momento llegamos a París, bajamos del metro y nos fuimos todos juntos a esperar el siguiente metro en el andén, esta vez estaba muy contenta porque sabía quién me estaría esperando delante de las escaleras del siguiente andén.

¡Que rico sentir su abrazo entre mis brazos! Le miré a los ojos, volví a casa siempre me pasa eso y me encanta. El metro llegó a la hora y me senté con él, aunque en la distancia veía a Rita que seguía ausente mirando por la ventana.

-        Ahora ¿en qué parada bajas?- le pregunté al Chico.

-        En la misma que tú, pero en vez de salir, tengo que ir a otro andén.- respondió.

-        ¡Uf, tres metros para llegar a Amsha!- me quejé.

-        Gabriel me dijo que podían ser dos si agarrase el metro des del Hangar, pero le dije que quería verte, porque resulta que esa línea es otra.- dijo el Chico.

Se había enamorado, no me cabía ninguna duda. Lo veo ahora, que ya lo estaba a esa edad, pero yo en ese tiempo no lo veía igual, solo como una muestra de amistad.

-        ¿El Hangar pasa por París?- le pregunté.

-        Si, a la misma hora que este.- contestó.

-        ¿Cuántas paradas?- le pregunté.

-        Tolousse, Cannes, otra ciudad y luego París.- dijo el Chico.

A partir de ese momento, le propuse al Chico ir des del Hangar, si Uriel y Gabriel estaban de acuerdo, aunque daban un poco más de vuelta, era más cómodo para el Chico, no quería obligarle a ir a ciudades que no hace falta que vaya para llegar a su nueva casa. Uriel lo aceptó y Gabriel también, por eso a la semana siguiente ya fuimos por allí.


El Hangar es una montaña que hay justo detrás dónde el Comando Ashtar suele esperarnos a Uriel y a mí cuando tenemos que ir a Orión, es una montaña que conecta literalmente con Agartha las 24h del día, solo se encuentra a veinte minutos de la ciudad de Manlleu. Tanto por el día o por la noche se ven naves entrar o salir de allí, sobrevolando el cielo (si está totalmente despejado). Este portal dimensional existe hasta la dimensión nº12.

Al mediodía tras volver a casa del colegio y esperar a que fuesen las dos para almorzar en casa y luego regresar a clase, mamá me vino a buscar y me trajo directamente a casa de la abuela Vitorina.

-        Mamá, ¿qué hacemos aquí?- le pregunté.

-        Esta tarde no irás al colegio, Laia. Tu abuela Vitorina se ha puesto peor, esta mañana ha venido el doctor y nos ha dicho que en cuestión de horas estará muerta. Te he traído para que te despidas de ella.- dijo algo triste, se le notaba en sus ojos que estaba muy afectada.

-        Vale.- le dije y le di un abrazo para consolarla.

Antes de comer, entré en la habitación de la abuela, deseando que estuviera despierta, según el Titi se había pasado el día durmiendo. Me acerqué muy lentamente a la cama, antes de que llegase a su lado ella abrió los ojos y se puso a toser, me indicó con la mano que viniera a su lado, le obedecí. Le agarré la mano intentando contener las lágrimas, quería que se sintiese fuerte ante un momento tan importante para ella, morir puede ser muy difícil para una persona, pero si alguien a su lado le agarra la mano y le acompaña en esencia, es más fácil.

-        Abuela, ¿cómo estás?- le dije.

Estaba sola con ella en su habitación.

-        ¡Ay, mi flor nacida en primavera!... ¿Cuándo volveré a verte? – recitaba, estaba claro que ni con mis manos podía regresarla al presente.

-        Aquí estaré siempre, abuela.- le dije para animarla, estaba llorando se le escapaban las lágrimas.

-        Veo la sombra como me atrapa, pero al sentir tú mano me siento en luz. ¡No me dejes!- decía.

Parecía que recitaba un poema que quizás escuchó de pequeña, pero no conectaba realmente, arrugué la frente y empecé a mirar a la puerta en busca de Uriel.

-        Sé que la sombra me llevará con él, con mi esposo de nuevo.- balbuceó la abuela.

Ella miró cerca de la ventana que estaba la persiana bajada, allí fue cuando volví a ver a mi abuelo Hilario, se la quería llevar él hacia la 4D. Le agarré más fuerte la mano y enseguida le puse mi otra mano en la frente, cerré un momento los ojos y vi con el tercer ojo como liberaba todas las cuerdas negras de su corazón que sujetaban al espectro de mi abuelo en sombras, para sanar los vínculos.

-        Llamo a la luz para que a través de mis manos, llenes y acompañes a mi abuela en su camino a la 4D, ayúdala a comprender el amor y a sentir la luz dentro de ella, en este camino que ya no podré ayudarla más. Entrego la luz de mi corazón al guía que le acompañe en su camino de vuelta al hogar.- susurré.

Notaba como mis manos reposaban las manos de otra persona, abrí los ojos y vi al Arcángel Raffaello que me estaba ayudando. Entonces escuchamos los gritos de dolor del abuelo Hilario al sentir la desconexión y finalmente desapareció en un torbellino de nubes negras para regresarse a su lugar del bajo astral. 
 
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sábado, octubre 23, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 109 [2T]

 

En cuanto regresé al hueco, le di todo lo que había conseguido y me senté, me puse las manos en la cabeza y respiré profundamente varias veces, Sergi agarró los palos y los hierbajos, pero no vio qué podía hacer con ellos.

-        ¿Y si jugamos a otra cosa?- le dije sin ganas de continuar.

-        ¿Por qué?- preguntó Sergi.

-        No me apetece jugar a esto. Lo siento.- le confesé.

-        Vale.- dijo, tiró los palos en el suelo del hueco y se cruzó de brazos a la espera de una nueva idea para jugar.

Me dolía un poco la cabeza, pero estaba acostumbrada a eso cuando recordaba vidas anteriores. Entonces vinieron José y Gerard a visitarnos, de hecho venían a robarnos los palos, pero se quedaron observándonos.

-        ¿Juegan?- preguntó José.

Miré a Gerard y le dije que no con la cabeza, no estaba de humor, se me quedó mirando.

-        Te he visto ir al mercado a buscar provisiones.- dijo Gerard.

-        Lo sé, pero acabamos de decidir que no jugamos.- le contesté.

-        ¿Esta es la cabaña?- preguntó José mientras se reía.

-        Si.- respondí.

-        Vengan a jugar con nosotros, tenemos lugar para ustedes.- dijo José.

-        ¿Dónde está?- preguntó Sergi.

-        Allí, mira.- le dijo José indicándole con el dedo, estaban cerca, Sergi me miró.

-        Ve tú, yo no quiero, gracias.- le dije.


Sergi se puso de pie y se fue con ellos, yo me levanté mirando el campo de trigo, agarré un palo lo partí en varios trozos, y empecé a tirar los trozos con fuerza al campo.

-        ¡Lánzalo, yo lo voy a buscar!- dijo Sergi.

-        ¿No te ibas?- le dije, pero él dijo que no con la cabeza.

Lancé un palo y como si Sergi fuese un perro, simuló serlo, se lanzó al campo de trigo a buscarlo. Me eché a reír, pero al mismo tiempo estaba prohibido entrar en los campos y destrozar las cosechas, veía como a su paso se aplastaba el trigo, como si trazara un camino, buscando un palo que obviamente no encontraría.

-        ¡No lo encuentro, ven, ayúdame!- gritó Sergi, el campo era tan alto que no se le veía ni la cabeza.

Miré a los profesores, ni se habían percatado de eso, así que simplemente me lancé a ayudarlo, más bien yo lo que estaba haciendo era buscándole para salir juntos de allí.

-        ¡Mi amor no lo hagas! ¿Destrozarás una cosecha super importante para estos campesinos a merced de tu divertimiento? – Uriel me alentaba, pero yo ya estaba en el campo.

Empecé a buscarlo mientras le gritaba por su nombre, mientras que él gritaba el mío intentaba encontrarlo mediante localización de radiofrecuencia, igual que los murciélagos. Ni se me había pasado por la cabeza que costaría tanto, incluso había perdido a Uriel, que me estaba llamando y le tuve que pedir que se callara para encontrar a Sergi. ¡Dios Santo era claustrofóbico! Empecé a sentirme atrapada allí, sin poder encontrar un punto de referencia para poder ubicarme, pero no podía pedir socorro, nadie más sabía lo que estábamos haciendo y mejor que nadie lo supiera.

-        ¿Dónde estás Sergi?- grité.

Algo me agarró del pie y tiró fuerte, me caí y cuando me giré, lo que vi fue algo que me dejó sin aliento.

-        No te levantes, te ayudaré a encontrarlo si antes me escuchas, ¿ok? – dijo.

Quién me estaba hablando era un ángel, concretamente un arcángel sus alas eran hermosas y muy grandes, tenía los ojos color café y el pelo era larguito castaño y algo ondulado.

-        ¿Quién eres?- le susurré.

-        Yo soy el arcángel Anael, el director del Coro de Ángeles y el jefe del arcángel Humiel. Vengo a darte un mensaje sobre él, que quiere que sepas. – informó.

Cuando escuché el nombre del Titi, me quedé sin palabras, su jefe. ¡Ay madre! Anael estaba a cuatro patas encima del campo de trigo, detrás de mí aplastaba la cosecha.

-        De acuerdo.- dije.

-        Bien, voy al grano que veo que andas ocupada y Uriel no quiero que me vea. Me tienes que prometer que no se lo vas a decir a él que estoy aquí, ni que te he dicho esto, solo Humiel quiere que lo sepas y le guardes el secreto. – exigió Anael.

-        Descuida.- le dije.

Escuché el mensaje atentamente, pero me enojé con el Titi porque el mensaje decía una cosa que no estaba de acuerdo.

-        Gracias. Hablaré con él.- le dije.

-        Lo prometido es deuda, si me dejas pasar delante, te ayudaré a encontrar a tu amigo, no están tan lejos. Solo que cuando lo encuentres, vayas a tu derecha todo recto, ¿ok? Así encontrarán la salida final. – dijo Anael.

-        Ok.- dije.

Le dejé pasar y le seguí, todo recto hasta girar a la izquierda, entonces le encontré, nos dimos un abrazo Sergi y yo, nunca nos habíamos dado un abrazo, fue raro, supongo que fue fruto de la desesperación de ese juego estúpido que decidimos terminar lo antes posible. Anael desapareció detrás de mí, Sergi creo que ni se percató de él, así que le hice caso, Sergi me siguió y encontramos la salida. No salimos en el mismo punto dónde habíamos entrado, pero lo primero que quise saber era si algún profesor se había percatado de eso, milagrosamente nadie se había enterado de nada, todos seguían disfrutando.

-        ¡Nunca más, Sergi! ¿Ok?- le exigí.

-        Sí, nunca más. Ha sido una mala idea.- respondió Sergi casi sin aliento.

Al regresar al hueco, vi que estaba aguardando las maletas Uriel, su cara era de enojo, por un momento no me quise acercar, así que le toqué al hombro a Sergi y eché a correr, él entendió que jugábamos al pilla-pilla, así que empezó a perseguirme. Más compañeros se sumaron al juego, y Uriel seguía guardando las maletas con esa cara de enojo.


Cuando llegó la hora de la comida Uriel ni me dirigió la palabra, Sergi decidió irse a comer con los compañeros y yo simplemente me quedé observando el campo de trigo y el dibujo que habíamos creado Sergi y yo con una sonrisa en la cara que se llevó un lindo recuerdo.

-        ¡Venga, dilo Dary! Sé que te enojaste, así que ¡Dilo!- le exigí.

Pero me ignoró, él también estaba comiendo un bocata de queso. Entonces le toqué el hombro, pero me agarró la mano y me miró directamente a los ojos.

-        ¿Eres consciente del daño que has hecho? – dijo Uriel.

-        ¿Cómo?- dije.

-        Observa el daño. – dijo mientras regresaba la mirada al campo.

Miré el campo y no había nada plantado, de repente la cosecha no estaba.

-        Hace unos meses, los campesinos se doblaron el lomo plantando trigo, y durante meses lo estuvieron cuidando para que creciera fuerte y sano. – dijo Uriel.

Iba viendo a los campesinos cuidar del trigo, pero sabía que eso era como una especie de ventana temporal, alguna vez las había visto para recrear situaciones del pasado en el presente.

-        ¿Tienes idea de lo que significa el daño que han hecho? El campesino ha perdido un 5% de su plantación, y eso equivale a que no llegará a los ingresos necesarios para poder mantener su casa, alimentar a su familia y quizás volver a plantar para la próxima temporada. ¿Así es como piensas cuidar de la humanidad, mi amor? Empobreciendo a la población. ¡Ya estás pidiendo perdón! – exigía Uriel.

-        ¿Puede ocurrir eso? Tampoco ha sido para tanto.- le dije.

-        ¿Sabes lo que pasaría si tu padre perdiera el 5% de su sueldo este mes?- dijo Uriel.

Suspiré profundamente.

-        Esto. – dijo Uriel.

La ventana cambió de lugar, estaba en el despacho de mi padre en el trabajo, de repente su jefe le decía que este mes iba a cobrar un 5% menos porque alguien de su equipo la había cagado con un cliente, que se había ido insatisfecho económicamente hablando, y él pagaría las consecuencias. Entonces la ventana, se adelantó unas semanas y cuando tenía que ir al super, tenía que prescindir de ciertos productos que solíamos comprar a la semana, y eso también quería decir, apretarse más el cinturón con un único sueldo en casa, mi madre perdía el permiso para seguir estudiando y todo era un mes más complicado, incluso sin poder tener calefacción para poder tener un hogar calentito.

-        ¡Basta!- grité y me fui de allí, agarré la maleta y salí corriendo de ese lugar regresando con los profesores. No quería llorar, pero tenía muchas ganas.

-        Siento ser tan duro, pero es que tú lo has sido haciendo esto, ¿entiendes? – Dijo Uriel, me seguía.

-        ¡Lo siento mucho! ¿Qué puedo hacer para ayudar?- le dije.

De repente, vi a todos que se quedaron detenidos en el tiempo, no era la primera vez pero algo importante iba a pasar.

-        ¿Ves esa casita? – dijo Uriel señalando al otro lado del campo.- llamas a la puerta, y le pides perdón al campesino, a cambio, le ofreces lo que te quedó de la comida, al fin y al cabo has dejado reducido el alimento al señor. – dijo.

-        ¿No vienes?- le dije.

Uriel dijo que no con la cabeza, así que me fui para allá. Pero no me atreví a dar la cara, en ese caso le dejé la comida con una bolsita de plástico en la puerta y un papel que decía “lo siento por lo ocurrido en su trozo de campo, mis amigos y yo hemos jugado y sin querer le hemos destrozado un trozo, espero que esto recompense su pérdida. Atentamente, un alma arrepentida y llena de amor”. Entonces llamé a la puerta.

En cuanto volví, el tiempo en el lugar dónde estábamos se restableció como siempre, una hora después nos fuimos de regreso a Manlleu. Al pasar por delante de la casita, vi que habían recogido la bolsita y me puse algo más contenta. 

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HR.

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miércoles, octubre 20, 2021

Gracias Al Arcángel Raffaello...

 

Hace unas semanas, mientras que hacía la guardia junto a Uriel, me di cuenta de que nada de lo que ha pasado respecto al hecho de nacer, viendo, sintiendo y formando parte de los ángeles, ha sido fruto de la casualidad. Odio la palabra casualidad, porque me niego rotundamente a aceptar que mi vida y la de todos los seres vivos de este universo, se forjan mediante lanzando al aire dos dados. La vida me ha mostrado gratificantemente que tengo razón, nada es casualidad, porque todo está interconectado entre sí. Así que pienso que el hecho de estar trabajando en este tiempo junto a los Seres de Luz y formar parte de ellos, simplemente y sin saberlo a ciencia cierta, he cumplido con mi destino.


¿Cómo es posible que el Arcángel Raffaello se apareciera justo aquel día de Noviembre del año 2015, el primer día en que no pensaba en mi ex, en el infierno que pasé durante y después de la relación, preguntándome por él en nuestra primera conversación en 3D? Al principio me creí que decían la verdad, que eran compañeros de mi ex, pero es que mi ex no es un ángel encarnado, es solo una persona humana con sus respectivos problemas de no encajar en este mundo e intentarlo como si fuese lo último en esta vida. Por un tiempo pensé que habían sido capaces de aparecerse ante mi ex, durante su época en el instituto, pero unos años después supe que estudiaron en institutos distintos y que además estaban en distintas ciudades.

Otra posibilidad fue que vieron toda la relación o lo que publicaba en Facebook en ese tiempo, he intentado humanizar a los ángeles y durante mucho tiempo he pensado que eran simples humanos. Pero cada vez que hacía algo así, ellos mismos hacían algo que me descolocaban por completo, por ejemplo, estar en Xauxa, durante la primera ronda que hago normalmente cuando entro, saber que ellos no están y la única entrada y salida son dos puertas, que están localizadas en la parte norte del local. No hay ventanas, pero si un jardín hermoso bajo una carpa en el sur del local, para poder llegar al jardín hay que cruzar todo el local y normalmente solo la puerta principal está abierta y ninguna se abre por fuera, todos deben ser abiertos por alguien de dentro (menos la principal que va con llave para los dueños).

Al volver a la puerta principal para saludar a los dueños, que en Xauxa somos una gran familia, de repente ves que por la puerta del jardín, aparecen ellos ya con una copa en la mano. ¿Cómo carajo han aparecido? Me lo pregunté durante mucho tiempo y a veces mi EGO se lo pregunta cuando lo ve, porque sigue pasando y no simplemente con ángeles, también con Maestros, Elohims o lo que venga y sea Ser de Luz residente en otra dimensión. A veces en medio de la pista sin estar las luces de discoteca encendidas, ves un rayo que dura una fracción de segundo, que te llama la atención y dices ¿Qué carajo es eso? Y cuando te volteas a ver, el rayo ha desaparecido pero ves que de repente se ha materializado un ángel vestido con chupa, pantalones tejanos y a veces va en plan punk, con una copa en la mano, caminando hacia la barra o hacia a ti y te dice “Hola” y tú te quedas como un pasmarote, observando, intentando analizar los datos y aunque quieras darle lógica, no te queda otra que aceptar lo que has visto, una aparición en tu cara.

Obviamente que no se aparecen con las alas, porque sino llamaría demasiado la atención, pues muchos que están allí, no ven ESO y luego es cuando literalmente la cabeza te explota y te piensas que si lo cuentas, tienes ya una plaza reservada en un psiquiátrico porque estás para que me encierren.

Cuando Raffaello se apareció aquel día del 2015, no lo hizo de forma directa, además le acompañaban el Arcángel San Miguel y el Arcángel Zadquiel (Zaddy para los amigos). Pero tras la pequeña conversación, vi como desaparecían literalmente delante de mí. Estaba en el jardín hablando con Raffaello, Miguel y Zaddy estaban callados observándonos, entonces después de que dijera “nosotros somos viejos amigos de él (mi ex)” Raffaello mostró su sonrisa ante mi ceño fruncido intentando ubicarlos en el espacio-tiempo. Escuché un ruido que provenía de otra mesa, automáticamente o como instinto de supervivencia, volteé a ver, como no era nada, volví a la mesa y los tres arcángeles (que yo no sabía que eran ellos hasta ese momento) literalmente desaparecieron ante mí.

Pregunté en la puerta, pero no habían visto a nadie salir, ni por la principal ni por la otra puerta. Simplemente la única respuesta acertada era que se evaporaron delante de mí. Uriel me dio acceso a las cámaras a través de un truco de visión y vi que no había quedado grabado que se fuesen, simplemente las cámaras mostraban que yo estaba en la mesa “sola” hablando con alguien. Obviamente aluciné, porque hasta ese momento, ningún ángel me había preguntado por la situación de mi ex, si yo no decía nada antes, recuerdo perfectamente que nunca me dirigí a Miguel, ni Raffaello ni tampoco a Zaddy para que participasen en el proceso de superación de la ruptura y todo el último despertar de consciencia que tuve.

¿Cómo se habían enterado? ¿Por qué les preocupaba tanto? Pensé que mi ex había por fin contactado con su angelicana y le habría contado cosas, pero seguía ignorando su parte universal, así que quedó descartado. Uriel me confesó que conmigo no era el único ángel que había escogido para poder compartir la encarnación que tengo actualmente, entonces fue cuando por primera vez y después de desconectarme el 90% en la adolescencia, volví a escuchar el nombre del Arcángel San Gabriel. Había una posibilidad lo suficientemente fuerte como para pensar que quizás Gab se había ido de la lengua con sus hermanos y por eso lo sabían y querían echar una mano.


De hecho así fue como empecé mi proceso de volver a la esencia, aceptar la existencia de Agartha, que todo lo que recordaba que eran como sueños en la infancia y la adolescencia, en realidad no eran sueños, era la verdad, mi vida de 5D. Admití mi multidimensionalidad y poco a poco fui asumiendo mis nuevas responsabilidades, me convertí cinco meses después en trabajadora energética en el puente dimensional de Xauxa (lo que todos dicen Gogó pero este es el nombre técnico y que acepto).

Por ende debo confesar que cuando era chiquita, me sentía limitada por lo que los adultos pensaban que tenía que hacer cuando yo me convirtiese en uno, en la adolescencia me sentía perdida y confusa, a pesar de que mis habilidades seguían despertándose, aprendí a viajar por el tiempo con 14 años y a tener visiones del futuro con 15 años. Cosas que solo “pasan en las películas” a mí me ha pasado en la vida real. Una vida que merece ser contada a las grandes pantallas, pero yo no soy la protagonista de una película de entretenimiento, soy una persona que vive otra perspectiva de la REALIDAD, la que el resto del mundo le tienen PAVOR y son capaces de meter a su mejor amigo, hijo, pareja incluso padres o hermanos, en un centro para “ayudarle” aparcándolo y además obligándolo a ser normal mediante antisicóticos.

Un día me estaba quejando de la vida en 3D de lo dura que era, intentar ser yo misma sin ser juzgada erróneamente, y el Maestro Ascendido El Morya me dijo “Tus pasos serán los pilares que otros querrán recorrer, tus ojos serán los ojos que otros querrán ver y tú alma será lo que otros querrán sentir ser”. Fue la primera vez que me pregunté ¿alguien de 3D quiere aprender a ser multidimensional y sentirse “eterno”? Entonces el Maestro Ascendido Seraphis Bey dijo “hazte un perfil en Instagram” me puse a reír, pero le hice caso y comprendí su mensaje enseguida.

Cuando te sientes eterna, la muerte deja de ser un problema solo un paso para dejar tú cuerpo, pero tú alma continua, lo que me da miedo es quedarme en el ataúd estando viva, y que otros piensen que me morí (seguro que es fruto de un trauma ya vivido). Al principio te entra depresión, porque la presión de hacer mil cosas al día para “ganarle tiempo” a la vida, deja de ser un objetivo y empiezas a no hacer nada por meses, y no pasa nada, es decir que da igual el tiempo que pierdas, solo lo gastas haciendo nada, así que no lo estás perdiendo, solo estás tomándote tiempo para pensar y replantearte quién eres.

Si eres eterna, sabes que pensar ¿qué puedo estudiar en la universidad? Es más difícil elegir, porque al tener todo el tiempo del mundo, no debes ni puedes elegir que la eternidad solo harás una sola cosa. Es decir, digamos que elijo ser cocinera y soy eterna, eso quiere decir que si esta vida me dura 150 años, estaré todo el tiempo cocinando en un restaurante, cuando puedo invertir el tiempo en hacer cosas que me plazcan hacer, si quiero cocinar, lo hago hasta que ya no quiera, si luego quiero tener una tienda de perfumes, lo hago posible hasta que ya me canse… así inviertes los 150 años experimentando el triple que ceñirte a una sola ocupación y aceptar que en algún momento vas a amargarte, te va a lastimar tanto que vas a perder la ilusión de vivir.

Así que recuerda, somos seres multidimensionales, lo que ves en tus sueños por la noche, son fragmentos de tú vida que tienes en otra dimensión (incluso mundo paralelo), pero es igual de real que el mundo que tienes aquí. ¿Cuándo se eligieron que para vivir hay que estar en una REALIDAD tan limitada y nada pragmática? 

Sigue los videos del canal de youtube para que sigas aprendiendo sobre el mundo espiritual y la consciencia, te dejamos el último video subido:


 

Recomendación: Osmosis - Serie Netflix.

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El Espejo De Mí Vida - Capítulo 205 [3T]

  Sabía que me jugaba algo grave, nunca les había mentido a mis padres, ni les había hecho algo parecido jamás. Pero yo no podía volver a ...