Una de las cosas que aprendí a hacer durante la depresión
que sufrí en el 2015, fue aprender a escuchar la voz de la gran madre Gaia.
Aunque les he compartido muchas cosas sobre la consciencia y los seres de luz,
hasta ese tiempo ignoraba como la mayoría de personas hacen el hecho de que en
realidad este planeta dónde vivimos, está vivo y también nos habla. Y lo
ignoraba, porque en el colegio no te enseñan a hablar con Gaia a prestarle
atención y a agradecerle que gracias a ella tú estás aquí, lo ignoraba porque
no sabía que era posible, hasta que entré en mi fuerte inicio al fomentar la
consciencia planetaria.
Después de pasarme todo el mes de Enero confinada en casita
por propia voluntad, al mes siguiente decidí salir de la casa, salir de mi
habitación y emprender un camino físico además de álmico y espiritual. Había
iniciado un camino interior que me cambiaría la vida por completo, pero en ese
momento no lo vivía como algo positivo, ni algo negativo, solo intentaba
recapitular preguntas que la gran mayoría de personas no se planteaba como por
ejemplo ¿por qué vivimos en este planeta
y no en otro? ¿Qué tiene de especial o qué hemos venido a hacer realmente como
humanidad en este lugar? Eran preguntas que si lo compartía con alguna
persona se me quedaba mirando, frunciendo el ceño y en silencio cómo si por
dentro estuviera diciendo “¿Qué cojones
está diciendo está loca?”. Me planteaba eso porque la respuesta que todos
hacían y siguen haciendo que es “estamos
aquí porque es el único planeta habitable en toda la galaxia” no me servía,
de hecho me parecía demasiado escaso o una excusa a no querer llegar en
profundidad al tema.
Era una excusa al igual que alguien se pregunte “¿Por qué se le llama jueves al día de la
semana que está en medio?” y uno te contestase “se llama jueves porque es jueves, alguien lo nombró así porque sí”,
dando por hecho de que todo es fruto de la palabra que sigue resonando con
demasiada importancia, cuando no tiene ni ningún sentido y que como ya saben no
me llevo demasiado bien . No se puede llamar
a la creación más hermosa que se ha originado entre todas
las civilizaciones de eones, diciendo que fue algo porque salió así, algo sin
pensar, porque chocaron dos moléculas y existió el Bing Bang. Por eso para mi
cada vez que alguien dice “¡oh qué casualidad!” en algún punto de la existencia
está “insultando” a alguien que quizás estuvo milenios pensando en que
ocurriera eso desde los arquitectos de 6D. La casualidad es una excusa para no
aceptar las responsabilidades que hay solamente en existir, ¿se dan cuenta? O
es que pensaron qué tiene que pasar para que usted mismo pueda respirar, ¿sabe
lo que le pasa a su cuerpo si respira? Preste atención todo lo que mueve su
cuerpo, emoción y sabiduría para que usted pueda respirar. Ahora responda ¿es
fruto de la casualidad?
Por eso me llevó tiempo averiguar la respuesta, aunque
todavía sigo en ello, pero aprendí algo mucho más valioso que ayuda a empezar a
hallar las respuestas a esta misma pregunta que les hice antes, de este breve
paréntesis sobre la casualidad. Un día me levanté de la cama con un único
objetivo, sin saber por qué exactamente sentía en mí corazón que tenía que ir a
la ermita de Palau, un lugar que está en medio del bosque a unos 6km de
distancia de mi ciudad caminando. Uriel no sabía tampoco por qué tenía que ir
allí pero me acompañó, de hecho era la única compañía que aceptaba, un arcángel
y su protegida caminando por un camino que solo habíamos hecho una vez y hacía
demasiado tiempo que no lo repetíamos.
Mientras que caminábamos era algo extraño, porque cómo ya
han visto hablo con Uriel desde el nacimiento, pero hubo un gran tiempo en que
toda esa luz me quise desconectar casi al 100%, la única cosa que quise
conservar fueron dos cosas, la voz de mí corazón que solo proviniera de Uriel,
y los viajes a Agartha para seguir preparándome para la vida de ahora. Cómo lo
dije los seres de luz, cumplieron con su parte, por eso, ir a la naturaleza en
“soledad” y hablarle al “aire” para mí era extraño en ese tiempo, pero era
sanador por el trabajo que estaba haciendo. Por primera vez en mucho tiempo me
sentía de nuevo en el camino correcto, sin recordar cuando me había separado de
él, pero fue sanador hablar y luego llegar a Palau, plantarme ante la ermita en
silencio, con los ojos cerrados, y los palmos de las manos hacia arriba, tenía
los brazos en los laterales dónde mí cuerpo formaba una gran cruz cómo si fuera
una brújula del espacio-tiempo. Miré con los ojos cerrados hacia el cielo, el
Sol se estaba hiendo, pero me dispuse a estar en riguroso silencio, viviendo el
instante presente aquí y ahora.
Sentía el pasto de delante de la ermita, cada piedra que
estaba construida la ermita, los árboles alrededor, el ligero viento que
peinaba la piel de mí cara, las piedras del camino, la arena del sendero, la
mesa de picnic del lugar. Todo lo sentía en mí corazón, aquí y ahora, fue
entonces cuando pregunté telepáticamente a través del corazón “¿por qué vivimos en este planeta?”.
Entonces, escuché una voz femenina muy hermosa que la sentía en mí corazón como
si fuera una gran madre que dijo “Porqué
eres mi hija, querida y este es tú hogar, al igual que lo han sido muchos en
tus vidas, pero este es tú hogar, hija mía”. Me fascinó la voz, no me
asustó pero seguí preguntándole “¿Quién
eres? ¿Por qué me llamas hija?” y ella respondió “Soy la gran madre Gaia, este es mi nombre, yo soy este planeta que te
cuida y protege, te ayuda en el camino, soy la madre de la humanidad, de los
animales, de las plantas y de los minerales, vosotros sois mis hijos y os amo
con todo mi gran corazón que late con fuerza y luz para daros sentido a SER”.
Desde entonces, me mantengo en contacto con ella
constantemente, todos los días al empezar el día, le doy las gracias por SER y
ESTAR un día más en ella, al mismo tiempo que yo cuido de ella, porque me
explicó que somos el mecanismo que hace funcionar a todo el cuerpo, cada reino
se ocupa de un sistema, que separados tienen varias funciones, la humanidad
somos neuronas que transmiten el mensaje de Consciencia a todo el cuerpo, los
animales mantienen la vibración de amor constante, las plantas son el sistema
de comunicaciones (escuchan y transmiten toda la información a través de las
raíces de la tierra para llegar al gran árbol sagrado del universo, es decir
los neurotransmisores del cuerpo), el mineral son los órganos y células que
permiten acudir a consultar los códigos de luz para ser activados, un diamante
tiene la misma cantidad de información que el ADN de cada individuo.
En Noviembre del año pasado, España estaba en un momento muy
delicado porque desde todo el verano que sufríamos una sequía importante dónde
los campos sufrieron mucho. En mi ciudad, diez días antes, me levanté de la
cama super pronto, algo que no suele suceder, porque sentía en mi corazón que
tenía que ir a un lugar específico del río Ter, sin saber por qué razón, pero
se lo dije a Uriel y él me acompañó de nuevo. El lugar era el inicio del canal
industrial del río Ter, que está a medio km de distancia de la ciudad. Al
llegar allí, Gaia de nuevo se pronunció y dijo “Fíjate en un punto del río y dime ¿qué ves?” y yo le dije “Sequía, el río está casi seco, no está bien”
y ella me dijo “No te preocupes, en
pocos días todo este paisaje cambiará”. No entendía bien lo que decía pero
sentí en el corazón que si lo decía era por alguna razón importante.
Gaia me aconsejó que hiciera una fotografía que lo subí a
Instagram, pueden chequearlo siguen allí. En el momento en que me quería ir,
Gaia dijo “hay una cosa más, querida
hija. Observa el río” le hice caso y me quedé mirando el agua, hasta que
perdí totalmente la noción del tiempo y empecé a ver la imagen borrosa, y vi
algo que me dejó bastante impresionada.
El río estaba tan
lleno que casi iba de lado a lado, al final del paseo del río por culpa de unas
rocas en medio del río se había desbordado por la zona baja de la ciudad,
provocando así muertes e inundaciones importantes por las calles más cercanas
al lugar.
Volví al presente con la respiración acelerada sin entender
mucho lo que había pasado y Gaia dijo “Esto
es lo que puede ocurrir, si el destino no cambia a partir de este momento”
y yo le dije “¿Qué necesitas para que te
ayudemos?” y ella dijo “compartir
todo esto al mundo, te llamaré para que vuelvas a este lugar durante el tiempo
que tenga que ocurrir, y cada vez que vengas, solo tendrás que hacer una cosa,
una fotografía y compartirlo al mundo”. Acepté sus indicaciones, tuve que
ir dos veces más, en el segundo día que había pasado cuatro días desde la
última vez, se veía que el río estaba más lleno, hacía la fotografía y lo
compartía al mundo por Instagram. Me volvió a llamar, un día después de que la
televisión anunciara que venía el temporal Danna a España. Dónde el río iba de
lado a lado, pero con la diferencia de que nadie había resultado herido ni el
agua llegó a desbordarse, porque al avisar por Instagram, muchas personas que
hubiesen estado por allí en ese momento, desestimaron en hacerlo, así que
Manlleu sufrió solo daños estructurales bastante importantes, con pérdidas de
obras que se habían invertido mucho dinero, pero lo importante es que no hubo
ni muertes ni heridos. Gaia avisó para que esas personas pudiesen a día de hoy,
seguir viviendo. Es nuestra mama humanitaria o como la dicen en el Universo
Danna de la Perla Azul.
Durante el temporal Gloria que afectó mucho a España, Gaia
también me avisó de la misma forma, pero solo tuve que compartirlo al mundo una
vez y fue suficiente para no causar heridos ni muertes. Si Gaia quería hacernos
daño, ya lo hubiera hecho, queridos alumnos de mí corazón, con todo lo que
estamos pasando ahora, solo les digo una cosa, intenten conectar con ella,
hagan lo mismo, pónganse a meditar o a escuchar el momento presente en un lugar
de sus casas que estén a solas y conversen con ella, es tiempo de volver a
retomar la relación con nuestra madre más importante GAIA.
Recomendación: Reunión
familiar – serie de Netflix.
HR.
HERO&Corporation.
No hay comentarios:
Publicar un comentario