Durante más de 2.000 años, hemos creído que el hecho de
casarse simboliza la unión entre dos personas con la finalidad de formar una
familia. En la antigüedad el pensamiento de casarse se tergiversó de su esencia
natural universal, para reivindicar situaciones sociales y en la mayoría de
casos, para mostrar las propiedades de tierras, por ejemplo cuando la monarquía
unía a sus hijas con primos de otros reinos, que de alguna forma seguían
manteniendo la unidad genética familiar y los niños cada vez nacían con más
problemas de cualquier tipo, que de algún modo, podían crear grandes crisis
entre territorios.
Con el tiempo, usando la terminología “modernidad” nos
seguimos casando, pensando que el amor es lo que importa o quizás algunos
piensen que el matrimonio solo es para firmar un papel, para darte seguridad de
que si le pasa algo a tú bebé, por lo menos tendrá un hogar dónde vivir. De
nuevo, no entendemos qué significa casarse, el matrimonio no es un negocio, ni
mucho menos, algo que de seguridad. Casarse es comprometerse que a partir de
este instante, tú vida ya no es del todo tuya, sigues manteniendo la
independencia, pero tus emociones y tus pasos en la vida, a partir del momento
en que dices “sí quiero” en el altar, lo que realmente estás diciendo, es que
aceptas a la persona que tienes delante, de la forma como es, tal y como es,
sin tener la necesidad de cambiar nada, solo aceptarla como es, porque es tú
compañero de viaje, alguien que admira tus virtudes y defectos, en que cuando
estés mal, va estar allí, y cuando las cosas vayan bien, también estará allí.
La vida es una montaña rusa de emociones, no esperen que el
otro sea PERFECTO, porque al igual que ustedes, también tiene sus defectos y
virtudes, pero al estar con el otro y aceptarlo como es, tan solo haciendo
esto, ya no están siendo queridos y querer, pues al ver que todas las emociones
que sienten por el otro reflejan tú SER, quién de alguna forma muestra tus
partes más difíciles que te cuesta asimilar, dejas de querer para darte cuenta
de que esa admiración por el otro, es en realidad AMAR, aquel que está
dispuesto a respetarte por encima de todas las cosas y que a pesar de todas las
circunstancias que ocurran, nunca tendrá la intención de traicionarte, pues sus
sentimientos de AMAR, solo verá a los demás como amigos sin derechos a nada,
porque solo querrás compartir tú vida, con aquel que aunque tenga que viajar
por tanto tiempo, siempre acaba volviendo a casa, y aceptarlo tal y como es,
sin cortarle las alas por tus necesidades emocionales, sabrás que realmente SE
AMAN POR ENCIMA DE TODAS LAS COSAS, y ese amor, por muchas cosas que sucedan,
habrá superado lo que muchos no pueden llegar a superar la MUERTE, porque tal
relación perdurará en la siguiente vida.
Si no crees en el amor o en el matrimonio, a mí me suena a
resultado, igual que fumar o beber alcohol. Seguramente, que mucho de ustedes,
habrán tenido que pasar por situaciones muy complejas, quizás traiciones muy
fuertes, o puede que amores no correspondidos. A mí me pasó igual, estuve
durante gran parte de mi vida, sin poder comprender, porque siempre encontraba
al hombre que menos me correspondía, y en la gran mayoría me creí que no era lo
suficiente para la humanidad, y pensé en que quizás debía aceptar hombres que
realmente no me respetarían, porque yo sentía que era una cualquiera, una
extraña con un cuerpo extraño en una vida extraña, viendo como las personas se
mienten para aparentar que todo está bien, ofreciendo al mundo, a la divinidad
de existir, sus sonrisas de amargura, solo para no admitir que se jodieron
solas y por orgullo nadie quiere reconocer, que quizás al caminar mal,
signifique en realidad, que no estamos aprendiendo a valorar algo que a todos
nosotros nos duele tanto, que despreciamos al mundo, pero en el fondo, seguimos
perjudicándonos a nosotros mismos.
A partir del 2004 fue cuando entré en el mundo de encontrar
a mi “media naranja”, tan solo tenía 11 años, cuando un día regresando del
colegio a casa para ir a almorzar, un chico que ya estaba por sacarse la
secundaria, sin razón le empecé a gustar. Yo no me había fijado en él, para mí,
acababa de existir a finales de Mayo, ya casi terminando el curso. Solía
regresar a casa solita, sin amistades, porque realmente mis amigos (por lo
menos dos que tuve) vivían por el otro lado de la ciudad y ese trayecto lo
tenía que hacer solita. También decir, que mis padres ya me dejaban regresar a
casa solita, y también ir al colegio sin sus compañías, sino era estrictamente
necesario. Un mundo, se me estaba abriendo a mis ojos, y en ella mi primera
independencia, poder ir a lugares de Manlleu, con la compañía de mis guías y en
ocasiones de mi perro Bilbo (Senhior).
Pero un chico se fijó en mí y no era con lo que estaba
acostumbrada en clase, para reírse de mí o hacer cosas con sus amigos,
despreciándome. Ese chico (que durante mucho tiempo desconocía su nombre),
empezó a cambiar su ruta de ir a casa, él ya se encontraba en otro colegio,
pero ambos salíamos a la misma hora, en ocasiones se le veía con dos amigos,
por los cuales conocía a uno de ellos, porque era hermano de uno de mis
compañeros de clase. Aquel chico, quería acercarse a mí, y yo, intentando hacer
las cosas como siempre, intentando ignorarlo, porque tenía miedo de que me
hiciera daño, aunque no lo conocía, sentía en mi corazón algo nuevo, empecé a
sudar, el latido se aceleró y mis palabras no me salían de la boca, las
mejillas se sonrojaban… poco a poco me di cuenta de que también en cierto modo
me gustaba o por lo menos, algo en mi provocó este cambio.
Aquel chico vio que yo era diferente, y que conquistarme de
la misma forma que hacían las demás chicas, no le funcionaba, por eso, se
adaptó a lo que le ofrecía. Al igual ocurre entre animales, uno de los dos
tenía que llamar la atención al otro, para pedir permiso al cortejo y luego si
aceptaba, empezar la danza. Viviré en el siglo XXI, pero la forma que me gusta
que me conquisten es orionino. Eso le complicaba bastante al chico, porque con
flores y corazones no era suficiente, tampoco recitando poemas, recomendando
películas, haciendo preguntas… las formas de conquista de Orión, son muy
especiales, consisten en tres aspectos: Reflejo,
Ritmo y Mirada.
Si estás leyendo esto, significa que en algún momento fuiste
habitante de Orión, por lo tanto, yo no soy la indicada para explicarte en qué
consisten, pues tus respuestas se encuentran en tú corazón, medita para liberar
dicha información.
Aquel chico, intentó conquistarme y yo a él durante todo el
siguiente año, pero nunca se llegó a nada, ni a compartir conversaciones. En
algunas civilizaciones de nuestro amado universo, cuando están en fase de
coqueteo, no usan palabras para comunicarse, pues en la palabra es el verbo
creador por ende, tiene más significado que un silencio. La especie humana, usa
las palabras, para conocer al otro, pero solo provoca versiones de una historia
que quizás no sea la que debe ser. Entonces, ¿Cómo podemos conocer al otro sin
tener que usar las palabras? La telepatía emocional es un buen mecanismo, los
animales no hablan y cuando se emparejan, la unión parece autentica, porque lo
es. No estoy diciendo que hablar perjudica a la pareja, estoy diciendo que si no
entendemos el significado de comunicar algo desde la esencia más pura del
universo, de nuestro universo interior, ¿cómo podrás comprender que las
palabras son una herramienta que según como las uses, te ayudarán o serán tú
enemigo más íntimo? ¿Cuántas veces has tenido problemas con tus amistades, por
una tontería que al fin y al cabo fue una palabra mal pronunciada y de la forma
inconsciente? Las palabras en el cortejo, pueden cortar todo o darte una
chance, pero usarlas sin tener consciencia de ellas, provocas confusión de
forma inocente. Aprender a hablar telepáticamente con las emociones, es transmitirle
al otro directamente cómo te sientes, mediante la emoción, observar al otro y
enviar mediante tus Chakras a los suyos, para que reciba la energía de cómo te
sientes. No te preocupes, el resto llega solo.
Hubieron otros chicos con el tiempo, que también intentaron
o yo intenté conquistar, pero fue un desastre, incluso me metí en lo peor.
Hasta que me di cuenta, que algunos hombres me estaban manipulando o me sentía
manipulada por alguien a merced de sus caprichos (no piensen mal). Fue entonces
cuando me olvidé de mis alas y que yo soy quién yo soy, durante demasiado
tiempo empecé a pensar que no valía para el amor, y me daba miedo el hecho de
terminar solita adoptando gatitos de la calle, a todos nos da miedo eso, de no
tener a nadie, aunque soñaba con casarme y tener hijos. Por primera vez, tenía
algo en común con este tiempo, me daba miedo la soledad y sobre todo ser
rechazada. Por eso empecé a dejar de creer en mí misma, y empecé a inventarme
una nueva yo, por lo cual no era tímida pero que quería en todo momento encajar
en este mundo, a pesar de que la vida social me había rechazado y no querían saber
de mí, lo intenté incluso en chicos que me gustaban, pero no estaba enamorada.
Me rompí las esperanzas, era lo único que recibía de ellos,
esperanza que daba, esperanza que se rompía sino era ahora sería mañana o
pasado o con el tiempo. Daba esperanza y eso no era lo que tenía que dar,
porque en cierto modo le estaba diciendo al chico que esperaba cosas de él que
no estaban en su corazón, cosas que sí que estaban en el mío, y que por mucho
que esperase, no saldrían de su corazón. El universo junto a los guías,
intentaron por todos los medios avisarme de lo que estaba haciendo, por eso,
mis padres de repente me estaban dando esperanzas para ser algo que no soy,
alguien que no está en mí corazón ser, pero en vez de ver eso, veía
incomprensión y enojo.
Hombre tras hombre, aunque las cosas duraban poco tiempo,
seguía ocurriendo y el tiempo pasaba, hasta que llegó un momento en que me
avergoncé de cumplir 20 años y seguir siendo virgen. Algo que en la sociedad
ahora está mal visto (en los adolescentes sí, pero en los adultos es una
bendición). Entonces, me perdí a mí misma al empezar sentirme desesperada y
nada funcionaba. En ningún momento, me sentía aceptada por nadie, ¿se imaginan
por qué? Me sentía que había caído en el planeta equivocado, porque recordaba
que había vivido en muchos tiempos en este planeta, pero todos eran muy
antiguos en el sentido de que la gran mayoría si era mujer, me casaban con el
vecino con tal de que tuviera hijos, aunque el vecino fuera un mal tipo. No
importaba, solo importaba tener hijos lo antes posible. Crear vida, sin
respetar la vida.
Y en esta… ¿Por qué no encontraba lo que realmente tenía que
ser? Al no haber presión por parte de la familia, eso ayudó a que esta vez,
tenía que elegir yo. Pues llegó un chico que aceptaba lo que era, en ese
tiempo, es decir, que aceptaba la máscara que me había creado para poder
encajar, o sea que no tenía ni idea de quién era, ni él y yo cada día me
olvidaba más de mi ser y me creía lo que me había creado. Entonces, se
convirtió en mi primer novio oficial, él único que he tenido hasta la
actualidad.
No me la creí durante días, incluso semanas. Pensaba que
estaba soñando o que en cuanto todo bajara, esto no existiría más. Por eso no
fue un hombre más, pero si que fue el último de una etapa que finalmente pude
dejar atrás, la etapa de la mentira. Me mentía a mí misma cada mañana, pensar
que era aquella máscara que me había creado para conseguir un hombre, pensando
que al conseguirlo, ya no sentiría tristeza. Pero no entendía, porque a pesar
de que tenía ese chico, seguía sintiéndome triste… ignoré lo máximo que pude y
eso me llevó a lo inevitable, ese chico se dio cuenta de que no andaba bien y
en vez de contarle lo que ocurría, porque tenía miedo de que me viera realmente
como yo soy, le mentía diciéndole que no tenía nada, y al final, el chico se
fue y no regresó nunca más.
Para mi esa relación fue un infierno, básicamente porque me
intentaba creer mis propias mentiras, pensando que así debía ser, porque se lo
había visto a los compañeros de clase y les funcionaba. Pero a mí solo me
provocó una depresión tan fuerte, que estuve 10 meses en la soledad absoluta
(excepto la familia, que por no apoyarme, me sentía algo acompañada). Caí en el
vacío, cuando todas las mentiras se unieron como anclas unidas a mis pies, que
no me permitían ver la luz de mis ojos hacia la fe de que yo misma podía salir
de allí, si conseguía recordar cómo se desataban los nudos de las cuerdas de
dichas anclas. Muchos pensaron que la depresión, fue porque ese hombre había
hecho de mí, algo que no era, es mentira. Yo misma me corté las alas, con cada
mentira que decía de mi misma y con cada vez que me creía una ellas.
Me hundí, de la misma forma que le ocurrió al Titanic, un
barco que decían que no se podía hundir, pasó lo mismo con mis mentiras. Dejé
atrás por mucho dolor que sintiera a todo aquello que realmente para mi fuese
una mentira, por eso dejé atrás amistades de cinco años, me hice responsable de
los daños que causarían esas decisiones, pero eran necesarias. Por primera vez
en mucho tiempo, al fin me hice responsable de mí misma, así fue como pasito a
pasito, día a día, me sané a mí misma todos los dolores, todas las heridas
abiertas durante eones, las tuve que cerrar y cicatrizarlas, con cada lágrima que
dolía, la paz y la armonía regresaban a su lugar de trabajo. No fue nada fácil,
en el silencio más oscuro, regresaba la noche más blanca limpiando la luz
oscura de mi SER. Hasta que volví a creer en MÍ.
Siempre he creído que el amor es lo único que puede vencer
todas las heridas más horribles que se pueden causar, para sanarlas y volver a
estar pletórica. Aprendí a ser AMOR olvidándome de la soledad, la amargura y de
los gatitos… el AMOR sigue existiendo en la SOLEDAD, quizás el de pareja sea
distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en personas mayores que no se han
casado nunca. A pesar de todo sigo CREYENDO EN EL MATRIMONIO, pero no como símbolo
económico o como si fuera un negocio, sino como el UNIVERSO lo define, como reflejo al mundo, en un ritmo del latido de
la unidad, para mirarnos a los ojos y simplemente SER YO SOY.
Pasar por todo esto, fue necesario y era inevitable, porque
tenía que encontrarme a mí misma, y solo así, recordaría la llave y el camino
que abriría todas las puertas, dónde me encuentro ahora, al lado de alguien muy
especial dónde se encuentra mi reflejo,
mi ritmo y mi mirada. Dónde no hay lugar para la mentira y simplemente
puedo ser YOSOY.
Recomendación: Rosalía
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