miércoles, marzo 21, 2018

En Su Piel Con El Arcángel Haziel


Me encontraba con la luz apagada y regresaba de un sueño que no me acuerdo, pensaba que tendría un viaje a la 5D, ya que hacía días que no tenía, pero una vez más no era el día ni el momento, pero curiosamente me moría de sed sin explicación, así que lentamente iba recuperando el sentido de la materia en 3D, y le decía a Uriel “Tengo sed” y él que se encontraba de rodillas en el suelo pero a mi derecha, me acaricia el brazo y me dice susurrando “Tienes dos opciones, una ver si la botella pequeña que guardas en la mochila del colegio hay, o tener que levantarte e ir al baño a rellenar la botella grande que la tienes vacía en este momento”. Me incorporé notando en todo momento el brazo derecho de Uriel que me rodeaba la cadera para que no volviera a tumbarme, abro la cremallera pequeña de la mochila y agarro la botellita, curiosamente estaba vacía y digo “Está vacía…” y Uriel me dice “Aún conservas la otra opción o puedes esperar a que se te pase” no podía esperar así que le digo “De acuerdo, ¿me acompañas?” y él dijo “Venga, vamos”.


Miro el reloj y qué raro, eran las cinco y media de la noche, faltaban dos horas para levantarse, era curioso… jamás me levanto a esa hora para beber agua, pero Uriel me ha ayudado a ir al baño, rellenar la botella de agua y volver a la cama, incluso me ha ayudado a volverme a abrigarme en la cama, cierro la luz de nuevo y los ojos se me cierran solos. 

No me costó demasiado, pero cuando abrí los ojos, me encontraba tumbada en un sofá de un piso que desconocía pero que en mi interior resonaba que era mi casa, en la sala había varias personas, por las cuales iban vestidos como en la actualidad, tenía la sensación que había ido atrás en el tiempo pero solo había retrocedido como mucho unos trece años aproximadamente, yo también era pequeña, tenía doce años y pertenecía en esa familia. Era estraño porque no resonaba como si eso fuese una vida anterior, sino una vida presente en otro tiempo, incluso pensé que me había ido de multiverso (no cuesta tanto como suena de conseguirlo), pero sentía que era al mismo universo, así que no entendía ¿qué estaba sucediendo? Hasta que vi a la que representaba a mi madre, que hablaba con mi hermana pequeña que ya tenía 16 años, que quería salir pero le decía “No te metas en líos, que la juventud de ahora solo hace que locuras. ¡Cómo escuche otra llamada de la policía, verás!” y ella decía poniendo los ojos en blanco, la chica iba muy bien arreglada, con un bolso y zapatos de tacón a juego “¡Mamá, no soy ella! ¿Entiendes? Ella jamás volverá, pero no me puedo quedar aquí retenida, soy joven y debo caminar…” y la madre decía “De acuerdo, supongo que tienes razón. ¿Tienes saldo para llamarte?” y yo pensé ¿saldo, pero en qué año estamos? Y la chica dijo que si con la cabeza, le dio un beso en la mejilla a la madre y salió de casa. 


Pasaron dos horas, y la madre se encontraba rebuscando en un cajón de la sala, le acompañé, la curiosidad me picaba tanto que no me podía resistir, ella encontró unas fotos en un álbum antiguo dónde se quedó sentada en el suelo y las miró, se veía la familia al completo, por lo que podía ver, la madre tenía dos hijos más, un hijo mayor y una hija mediana… la que creo que era yo… pero lloraba en todas las fotos que salía, no me reconocía en la imagen pero resonaba de alma, como si me hubiese ido de su lado y le hubiese hecho mucho daño, ¡qué triste me sentí, casi lloraba! En un momento dado le pongo mi mano encima de su hombro y le digo “¡No llores mamá, estoy aquí!” ella saltaba, asustada, se apartada e intentaba mirar al techo y en cualquier lugar de la sala y le digo “¿por qué lloras?” y ella asustada dijo “¿Quién habla?” y yo le dije el nombre (lo mantendremos en secreto porque esta persona vivió de verdad) y la madre lloró más, alucinaba, porque me escuchaba pero veía que no me miraba a los ojos y no lo podía entender y le digo “¿Por qué no me miras a los ojos?” y ella dijo “¡Por qué no te veo, estás muerta!”. 

¿Muerta? Me sentía más viva que muerta, no entendía esa expresión, de repente noté una mano en mi hombro derecho, me giro y veo a una persona que llevaba una túnica blanca impoluta, el pelo rizado y moreno hasta los hombros, unos ojos color cafés hermosos y una barba morena abundante, su piel brillaba igual que un ser de luz, mi corazón me advertía de que estaba delante de un Ser de Luz, pero me resultaba familiar, aunque no reconocía de dónde lo había visto y dijo “No te asustes, amada mía, pero ella dice la verdad. Pase lo que pase, sígueme” me susurró, sus ojos daban confianza, su sonrisa amor y su presencia divinidad, no me fijé demasiado pero detrás vi sus alas, así que pensé que era un ángel y que tenía razón, así que le seguí el juego.

Te fuiste tan rápido, casi no te pude tener entre mis brazos y ya deseabas con marcharte, diciéndome al oído, que tú viaje ya acababa mientras que yo deseaba y rezaba al Señor, tenerte un día más conmigo, pero el corazón, se apagaba, entre lágrimas saladas, todo se escuchó, todo fue lo que se escuchó, en ese gran silencio, cuando dejaste de hablar, de respirar y de estar aquí. Y te fuiste, sin probar, la vida, te fuiste dejándome sin tú amor, cuando mi corazón en pedazos está, imposible de volver a unir sus piezas, abarrotada estoy, mirando y recordando estas fotos, momentos alegres, que echo de menos, y te fuiste tan rápido que no pude decirte que NO.” Estas palabras me cambiaron el cuerpo, sentía el sufrimiento que ella sentía por la pérdida de su hijita, ¡qué triste! El ángel tan solo se fue para ella, se puso de rodillas y la rodeó con sus largos brazos, ella apoyaba la cabeza en el hombro del ángel, mientras que sus zafiros me miraban y me hacían un gesto, era mí turno, le tenía que decir algo para calmarla, respiré profundamente y le dije “Te amo, mamá. Me fui, pero sigo aquí, contigo, día a día, estoy siempre contigo”. Se me saltaron las lágrimas, estaba canalizando a la niña, que hablaba desde la ciudad de Almas, la madre solo lloraba pero sentía su amor tan especial, que me envolvió enterita. 

De repente mi mano derecha automáticamente se activó la llama verde, sentí que tenía que dárselo, así que me acerqué, me senté en el suelo y le puse mi mano por debajo del cuello, en su pecho, la parte que estaba un poco descubierto, y vi como la llama verde penetraba debajo de su piel y con la circulación de la sangre llegaba al corazón, uniendo los trozos rotos causados. Miré los ojos del ángel que telepáticamente me daba las gracias, que rebotó mi corazón. ¡Qué bonito! Estábamos ayudando a una madre a recuperar ese amor que había sido destruido de malas formas, no podíamos llevarle a su hija, pero allí estábamos para pasarle un mensaje y unir los trozos. 

La madre se quedó dormida por haber llorado tanto encima de los hombros del ángel, en un silencio angelical, le ayudé así que agarré las piernas de la madre, para dejarla tumbada en el sofá, tapada por una manta para que no agarrase frío, yo antes de irnos, le di un beso en la frente y le susurré “No detengas tus ganas de amar a alguien más, porque está escrito que te mereces AMAR de nuevo”. El ángel me ofreció su mano y le acepté con una sonrisa, me sentía muy bien, había ayudado sin saber que tenía que ayudar, me emocionó esa historia.

Sin cruzar ninguna puerta, de repente nos habíamos trasladado de lugar, de estar en un salón a estar en un pasillo con las paredes muy altas y decoradas con cuadros del Renacimiento, reconocía ese lugar, estaba en Roma en una de las recamaras del Museo del Vaticano por la noche, los pasillos estaban oscuros, solo la luz de la Luna iluminaba la sala a través de las grandes ventanas, iluminando así los tapices hermosos y muy antiguos que están colgados de la pared izquierda. Seguía agarrada de la mano del Ángel, sus alas eran enormes y presentí que era un Arcángel, sin saber su nombre, no había ninguna letra que me viniese a la mente en ese momento, ¡era tan bello! Este arcángel aparenta más de 30 años, no me pude resistir y le dije “No es la primera vez que nos vemos, ¿verdad? Presiento que te he visto en otro lado, pero no lo recuerdo dónde…” nos quedamos quietos en el pasillo, é se giró y me dijo con una sonrisa de confianza “Así es, hace tiempo que no nos veíamos, me alegro de volverte a encontrar, mi querida Flor de Lys”. La curiosidad me picaba tanto que le pregunté “¿Cuál es tú nombre?” y él dijo al mismo tiempo que movía las alas para mostrármelas grandes y perfectas, eran blancas “Yo Soy el Arcángel Haziel”, me quedé bastante impactada pero podía resistirlo sin problemas, entonces le dije “¿Arcángel de la Tierra? Pensaba que solo habían 7” y él respondió enseguida “Así es, yo no soy de Gaia, soy de Urano, pero desde hace un par de milenios que estoy aquí”, no me lo esperaba, arcángeles en Urano, wow…


En ese momento apareció una voz que reconocí enseguida era del Arcángel Uriel que decía “Deberías volver, mi amor”, Haziel se quedó mirándome con una sonrisa de confianza, le miré a los ojos y él me dijo “Nos volveremos a ver muy pronto, mi querida” le di un abrazo y cuando él ya se iba a través de esa recamara, cerré los ojos y pensé en mi alma, acto seguido pensé en mi casa, y cuando abrí los ojos, ya estaba en casa, en mi habitación, acompañada del Arcángel Uriel, le di un abrazo y le pedí que me ayudase a meterme de nuevo en la cama, él me ayudó, aún tenía que regresar a la dimensión correspondiente, cerré los ojos y dejé que el tiempo me llevase, poco tiempo después sonó el despertador, me incorporé y lo apagué. 

Empecé a buscar por internet una foto sobre Haziel, pero todo lo que encontraba eran dibujos que no me acababan de convencer, tenía que encontrar una imagen que fuese lo más real posible, pero en internet no estaba. De repente me viene a la mente una imagen de la foto, seguido de una voz de Haziel que decía “¿No te acuerdas de esto?” la imagen era muy clara, curiosamente hace meses la encontré entre la caja de los recuerdos que es dónde tengo las fotos antiguas es decir cuando antes de rebelaban, curiosamente la había sacado de allí para esperar su momento, y así que me levanté, agarré la foto de la estantería y le dije a Uriel “Aquí está…”. Aluciné, porque la foto que os enseño a continuación, es una foto real, el 11 de Abril del 2010 fui a ver la pasión de Esparraguera, curiosamente quién hacía de Jesús era el Arcángel Haziel, ¿Cómo es posible? Pues porque él rebajó su energía para estar en 3D para venir a hacerme esta sorpresa tan agradable, os recuerdo que cuando ocurrió no estaba despierta como ahora, pero recuerdo que pensaba que me había equivocado a la hora de ir, ya que pensaba que era la procesión, me tenía que tragar 7h de teatro, pero cuando en la primera escena que fue la elección de los discípulos de Jesús, cuando apareció vestido reluciente de blanco, brillando más de lo normal, y se quitó el anunciador de la cabeza, mi corazón ardió en Frecuencia Kundalini, o sea que era él, aunque no sabía quién era en su momento. 


Es la primera vez, que me ocurre esto, que tengo una fotografía con él, fue increíble, y ahora que sé quién es, todavía es más increíble. Esto no suele pasar, pero os comparto la información porque compartir la vida es compartir tú luz.

Recomendación: Sheraphin – Audiomachine 

HR.

HERO&Corporation.

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