Me encontraba con la luz apagada y regresaba de un sueño que
no me acuerdo, pensaba que tendría un viaje a la 5D, ya que hacía días que no
tenía, pero una vez más no era el día ni el momento, pero curiosamente me moría
de sed sin explicación, así que lentamente iba recuperando el sentido de la
materia en 3D, y le decía a Uriel “Tengo
sed” y él que se encontraba de rodillas en el suelo pero a mi derecha, me
acaricia el brazo y me dice susurrando “Tienes
dos opciones, una ver si la botella pequeña que guardas en la mochila del
colegio hay, o tener que levantarte e ir al baño a rellenar la botella grande
que la tienes vacía en este momento”. Me incorporé notando en todo momento
el brazo derecho de Uriel que me rodeaba la cadera para que no volviera a
tumbarme, abro la cremallera pequeña de la mochila y agarro la botellita,
curiosamente estaba vacía y digo “Está
vacía…” y Uriel me dice “Aún
conservas la otra opción o puedes esperar a que se te pase” no podía
esperar así que le digo “De acuerdo, ¿me
acompañas?” y él dijo “Venga, vamos”.
Miro el reloj y qué raro, eran las cinco y media de la
noche, faltaban dos horas para levantarse, era curioso… jamás me levanto a esa
hora para beber agua, pero Uriel me ha ayudado a ir al baño, rellenar la
botella de agua y volver a la cama, incluso me ha ayudado a volverme a
abrigarme en la cama, cierro la luz de nuevo y los ojos se me cierran solos.
No me costó demasiado, pero cuando abrí los ojos, me
encontraba tumbada en un sofá de un piso que desconocía pero que en mi interior
resonaba que era mi casa, en la sala había varias personas, por las cuales iban
vestidos como en la actualidad, tenía la sensación que había ido atrás en el
tiempo pero solo había retrocedido como mucho unos trece años aproximadamente,
yo también era pequeña, tenía doce años y pertenecía en esa familia. Era
estraño porque no resonaba como si eso fuese una vida anterior, sino una vida
presente en otro tiempo, incluso pensé que me había ido de multiverso (no
cuesta tanto como suena de conseguirlo), pero sentía que era al mismo universo,
así que no entendía ¿qué estaba sucediendo? Hasta que vi a la que representaba
a mi madre, que hablaba con mi hermana pequeña que ya tenía 16 años, que quería
salir pero le decía “No te metas en
líos, que la juventud de ahora solo hace que locuras. ¡Cómo escuche otra
llamada de la policía, verás!” y ella decía poniendo los ojos en blanco, la
chica iba muy bien arreglada, con un bolso y zapatos de tacón a juego “¡Mamá, no soy ella! ¿Entiendes? Ella jamás
volverá, pero no me puedo quedar aquí retenida, soy joven y debo caminar…”
y la madre decía “De acuerdo, supongo
que tienes razón. ¿Tienes saldo para llamarte?” y yo pensé ¿saldo, pero en
qué año estamos? Y la chica dijo que si con la cabeza, le dio un beso en la mejilla
a la madre y salió de casa.
Pasaron dos horas, y la madre se encontraba rebuscando en un
cajón de la sala, le acompañé, la curiosidad me picaba tanto que no me podía
resistir, ella encontró unas fotos en un álbum antiguo dónde se quedó sentada
en el suelo y las miró, se veía la familia al completo, por lo que podía ver,
la madre tenía dos hijos más, un hijo mayor y una hija mediana… la que creo que
era yo… pero lloraba en todas las fotos que salía, no me reconocía en la imagen
pero resonaba de alma, como si me hubiese ido de su lado y le hubiese hecho
mucho daño, ¡qué triste me sentí, casi lloraba! En un momento dado le pongo mi
mano encima de su hombro y le digo “¡No
llores mamá, estoy aquí!” ella saltaba, asustada, se apartada e intentaba
mirar al techo y en cualquier lugar de la sala y le digo “¿por qué lloras?” y ella asustada dijo “¿Quién habla?” y yo le dije el nombre (lo mantendremos en secreto
porque esta persona vivió de verdad) y la madre lloró más, alucinaba, porque me
escuchaba pero veía que no me miraba a los ojos y no lo podía entender y le
digo “¿Por qué no me miras a los ojos?”
y ella dijo “¡Por qué no te veo, estás
muerta!”.
¿Muerta? Me sentía más viva que muerta, no entendía esa
expresión, de repente noté una mano en mi hombro derecho, me giro y veo a una
persona que llevaba una túnica blanca impoluta, el pelo rizado y moreno hasta
los hombros, unos ojos color cafés hermosos y una barba morena abundante, su
piel brillaba igual que un ser de luz, mi corazón me advertía de que estaba
delante de un Ser de Luz, pero me resultaba familiar, aunque no reconocía de
dónde lo había visto y dijo “No te
asustes, amada mía, pero ella dice la verdad. Pase lo que pase, sígueme” me
susurró, sus ojos daban confianza, su sonrisa amor y su presencia divinidad, no
me fijé demasiado pero detrás vi sus alas, así que pensé que era un ángel y que
tenía razón, así que le seguí el juego.
“Te fuiste tan
rápido, casi no te pude tener entre mis brazos y ya deseabas con marcharte,
diciéndome al oído, que tú viaje ya acababa mientras que yo deseaba y rezaba al
Señor, tenerte un día más conmigo, pero el corazón, se apagaba, entre lágrimas
saladas, todo se escuchó, todo fue lo que se escuchó, en ese gran silencio,
cuando dejaste de hablar, de respirar y de estar aquí. Y te fuiste, sin probar,
la vida, te fuiste dejándome sin tú amor, cuando mi corazón en pedazos está,
imposible de volver a unir sus piezas, abarrotada estoy, mirando y recordando
estas fotos, momentos alegres, que echo de menos, y te fuiste tan rápido que no
pude decirte que NO.” Estas palabras me cambiaron el cuerpo, sentía el
sufrimiento que ella sentía por la pérdida de su hijita, ¡qué triste! El ángel
tan solo se fue para ella, se puso de rodillas y la rodeó con sus largos
brazos, ella apoyaba la cabeza en el hombro del ángel, mientras que sus zafiros
me miraban y me hacían un gesto, era mí turno, le tenía que decir algo para
calmarla, respiré profundamente y le dije “Te
amo, mamá. Me fui, pero sigo aquí, contigo, día a día, estoy siempre contigo”.
Se me saltaron las lágrimas, estaba canalizando a la niña, que hablaba desde la
ciudad de Almas, la madre solo lloraba pero sentía su amor tan especial, que me
envolvió enterita.
De repente mi mano derecha automáticamente se activó la
llama verde, sentí que tenía que dárselo, así que me acerqué, me senté en el
suelo y le puse mi mano por debajo del cuello, en su pecho, la parte que estaba
un poco descubierto, y vi como la llama verde penetraba debajo de su piel y con
la circulación de la sangre llegaba al corazón, uniendo los trozos rotos
causados. Miré los ojos del ángel que telepáticamente me daba las gracias, que
rebotó mi corazón. ¡Qué bonito! Estábamos ayudando a una madre a recuperar ese
amor que había sido destruido de malas formas, no podíamos llevarle a su hija,
pero allí estábamos para pasarle un mensaje y unir los trozos.
La madre se quedó dormida por haber llorado tanto encima de
los hombros del ángel, en un silencio angelical, le ayudé así que agarré las
piernas de la madre, para dejarla tumbada en el sofá, tapada por una manta para
que no agarrase frío, yo antes de irnos, le di un beso en la frente y le
susurré “No detengas tus ganas de amar a
alguien más, porque está escrito que te mereces AMAR de nuevo”. El ángel me
ofreció su mano y le acepté con una sonrisa, me sentía muy bien, había ayudado
sin saber que tenía que ayudar, me emocionó esa historia.
Sin cruzar ninguna puerta, de repente nos habíamos
trasladado de lugar, de estar en un salón a estar en un pasillo con las paredes
muy altas y decoradas con cuadros del Renacimiento, reconocía ese lugar, estaba
en Roma en una de las recamaras del Museo del Vaticano por la noche, los
pasillos estaban oscuros, solo la luz de la Luna iluminaba la sala a través de
las grandes ventanas, iluminando así los tapices hermosos y muy antiguos que
están colgados de la pared izquierda. Seguía agarrada de la mano del Ángel, sus
alas eran enormes y presentí que era un Arcángel, sin saber su nombre, no había
ninguna letra que me viniese a la mente en ese momento, ¡era tan bello! Este
arcángel aparenta más de 30 años, no me pude resistir y le dije “No es la primera vez que nos vemos,
¿verdad? Presiento que te he visto en otro lado, pero no lo recuerdo dónde…”
nos quedamos quietos en el pasillo, é se giró y me dijo con una sonrisa de
confianza “Así es, hace tiempo que no
nos veíamos, me alegro de volverte a encontrar, mi querida Flor de Lys”. La
curiosidad me picaba tanto que le pregunté “¿Cuál es tú nombre?” y él dijo al mismo tiempo que movía las alas
para mostrármelas grandes y perfectas, eran blancas “Yo Soy el Arcángel Haziel”, me quedé bastante impactada pero podía
resistirlo sin problemas, entonces le dije “¿Arcángel de la Tierra? Pensaba que solo habían 7” y él respondió
enseguida “Así es, yo no soy de Gaia,
soy de Urano, pero desde hace un par de milenios que estoy aquí”, no me lo
esperaba, arcángeles en Urano, wow…
En ese momento apareció una voz que reconocí enseguida era
del Arcángel Uriel que decía “Deberías
volver, mi amor”, Haziel se quedó mirándome con una sonrisa de confianza,
le miré a los ojos y él me dijo “Nos
volveremos a ver muy pronto, mi querida” le di un abrazo y cuando él ya se
iba a través de esa recamara, cerré los ojos y pensé en mi alma, acto seguido
pensé en mi casa, y cuando abrí los ojos, ya estaba en casa, en mi habitación,
acompañada del Arcángel Uriel, le di un abrazo y le pedí que me ayudase a meterme
de nuevo en la cama, él me ayudó, aún tenía que regresar a la dimensión
correspondiente, cerré los ojos y dejé que el tiempo me llevase, poco tiempo
después sonó el despertador, me incorporé y lo apagué.
Empecé a buscar por internet una foto sobre Haziel, pero
todo lo que encontraba eran dibujos que no me acababan de convencer, tenía que
encontrar una imagen que fuese lo más real posible, pero en internet no estaba.
De repente me viene a la mente una imagen de la foto, seguido de una voz de
Haziel que decía “¿No te acuerdas de
esto?” la imagen era muy clara, curiosamente hace meses la encontré entre
la caja de los recuerdos que es dónde tengo las fotos antiguas es decir cuando
antes de rebelaban, curiosamente la había sacado de allí para esperar su momento,
y así que me levanté, agarré la foto de la estantería y le dije a Uriel “Aquí está…”. Aluciné, porque la foto
que os enseño a continuación, es una foto real, el 11 de Abril del 2010 fui a
ver la pasión de Esparraguera, curiosamente quién hacía de Jesús era el
Arcángel Haziel, ¿Cómo es posible? Pues porque él rebajó su energía para estar
en 3D para venir a hacerme esta sorpresa tan agradable, os recuerdo que cuando
ocurrió no estaba despierta como ahora, pero recuerdo que pensaba que me había
equivocado a la hora de ir, ya que pensaba que era la procesión, me tenía que
tragar 7h de teatro, pero cuando en la primera escena que fue la elección de
los discípulos de Jesús, cuando apareció vestido reluciente de blanco,
brillando más de lo normal, y se quitó el anunciador de la cabeza, mi corazón
ardió en Frecuencia Kundalini, o sea que era él, aunque no sabía quién era en
su momento.
Es la primera vez, que me ocurre esto, que tengo una
fotografía con él, fue increíble, y ahora que sé quién es, todavía es más
increíble. Esto no suele pasar, pero os comparto la información porque
compartir la vida es compartir tú luz.
Recomendación: Sheraphin
– Audiomachine
HR.
HERO&Corporation.
No hay comentarios:
Publicar un comentario