Anoche después de salir de una noche de fiesta y de trabajos
energéticos en Xauxa, por allí las cinco de la madrugada, me fui acompañada del
Arcángel Uriel para casa, mientras que de camino escuchaba su linda voz que me
iba hablando sobre la noche que habíamos pasado. ¡Fue maravilloso!
“Te entiendo, mi
amor. Entiendo que te pongas así porque en días que no son tan importantes como
la de hoy, no tengamos mucho trozo en el podio para poder trabajar de las
energías, y pasar la energía correcta a los demás hermanos, pero debes entender
que la Luna llena de Fin de Año es muy potente, por consiguiente, debes
entender que esa alteración les hace ser más dominantes, pero solo es un
síntoma más de su ascensión” decía el Arcángel Uriel mientras subía las
escalera de la plaza dirección a mi casa. Que feliz me sentí de escucharle todo
el tiempo con su linda voz, no lo podía ver, pero escuchaba incluso sus pasos a
mi izquierda, ya sabéis que le encanta ese lado siempre que puede se mete ala
izquierda, que gracioso que es. Entendí sus palabras y empezamos a hablar de
otras cosas más privadas y seguía igual, incluso en mi casa, cuando estábamos
en mi cuarto y le dije “¿Me ayudas a
prepararme para meditar? Siento que tengo que estar lista en menos de una hora
porque creo que el Maestro Hilaríon quiere verme” y el Arcángel Uriel contestó
“Claro mi amor, yo te ayudo a abrigarte.
Pase lo que pase, estoy aquí contigo, recuérdalo” ¡qué bonito que es!
Cerré los ojos y me relajé totalmente, no me costó
absolutamente nada, supongo que el cansancio ayuda bastante en estos casos.
Pensaba que estaría un ratito cuerpo a cuerpo con el Arcángel Uriel pero
realmente ocurrió otra cosa muy distinta.
Me encontraba en un bosque que yo conocía rodeada de
hermosos árboles, hacía un poco de viento y podía respirar el aire que había
que era puro y hermoso, de fondo se escuchaban las hojas de las copas de los
árboles bailar lentamente con el viento, mientras que los pájaros canturreaban
sus melodías más hermosas, también podía sentir la hierba del suelo como
crecía, era muy hermoso y a poca distancia entre los arbustos y los árboles se
encontraban los animales del bosque más hermosos. De repente, me entra la
curiosidad de abrazar el árbol que tengo justo delante, sin pensármelo dos
veces me dirijo hacia él y lo abrazo, sintiendo así su corazón latiente.
Cuando me separé del árbol, me di cuenta de que ya no me
encontraba en el mismo bosque, percibía el color azul de las hojas de los
árboles, caminé hacia un camino que no había percibido y allí llegué a una
pequeña ciudad llena de casas redondas que jamás había visto, pero que me
resultaban muy familiares, como si estuviese en mi casa. Me dejé llevar por la
curiosidad del momento, y entré en la ciudad, caminaba por una de sus calles,
veía las casas esféricas de cristal azul muy hermosas, había muchos, pero nadie
se percibía en las calles, hasta que empiezo a escuchar “Cuando emprendes un camino, al comienzo no sabes porque lo haces ni a
dónde vas, pero cuando vas caminando y eres consciente de lo que estás
haciendo, lentamente comprendes porque caminas, porque respiras, porque
piensas, porque todo lo que te envuelve, y cuando sigues caminando, llegas a
tal punto en que caminar es tu mayor ambición y no tienes ni quieres pararte en
medio del camino, porque lo que estás viviendo ahora, es lo que realmente debes
ser. Ves que todos tus pasos que has realizado y ahora te giras a observar,
cada paso ha valido la pena esforzarse para llegar dónde estás, porque ahora la
diferencia que hay entre el paso anterior a este, es que ahora sabes porque y a
dónde vas.” La voz la pude identificar, era el Maestro Hilaríon que hablaba
desde dentro de una de estas casitas.
Cuando tengo suficiente confianza en entrar en una de las
casetas, lo hago y entro a dentro, dónde me encuentro al Maestro Hilaríon de
pie en medio de la caseta esférica, y sentados en el suelo dos niños que iban y
eran distintos, humanos no eran, pero su especie la reconocía, iban vestidos
con grandes runas por todo su cuerpo pero les tapaban las partes íntimas. Me
quedé observándolos con curiosidad, cómo si yo realmente fuese uno de ellos,
pero la diferencia era que yo iba con mi túnica verde claro y el anunciador (el
pañuelo que tienen todos los Maestros y Ángeles colgados del hombro) en la
cabeza, ya que cuando eres Maestro Aprendiz tienes que ponértelo en la cabeza
(de la misma forma que lleva Anasiel en la foto que os paso que es antigua,
cuando Anasiel era Maestro Aprendiz, antes del mes de Abril 2017).
Sin querer detuve la situación, cuando Hilaríon me observó y
sonrió y dijo “Bienvenida Flor de Lys,
querida. ¡Te estábamos esperando para la clase! ¿Quieres acompañarnos, por
favor?” no me opuse, los otros dos me observaron con una sonrisa de oreja a
oreja de felicidad y comprensión que me invadieron el corazón, y con una
sonrisa igual de fuerte que a ellos, me adelanté y le di un abrazo a Hilaríon
que él aceptó sin más, y me senté al lado de los otros dos.
Jamás me hubiese pensado que compartiría de nuevo clase con
dos hermanos más, hacía mucho tiempo que no me ocurría, creo que desde los once
años y ahora a mis 24 años me había pasado todas las Maestrías en tutoría
personalizada, por así decirlo, es decir, solamente el Maestro y yo, pero me
picó la curiosidad y seguí la clase, primero quise escucharlos a ver qué decían
ya que hacían muchas preguntas.
“El camino que nos
ofreces, Hilaríon, es un camino dónde el verde predomina en cada uno, en cada
ser y en cada gota de vida del universo” dijo uno, me impactó lo que dijo,
estos dos niños aparentan tener doce años, pero intelectualmente parecen tener
la misma edad que yo. Entonces Hilaríon contestó “Predominar, no es el término que usaría” el otro chaval le dijo “El verde a parte de curar, ayuda a
prevalecer el equilibrio del propio ser. Se le cura en términos físicos y
también en términos emocionales. El equilibrio se produce en su perfección
estelar más pura, entonces, el camino en realidad todos se equilibran entre
todos los rayos, cuando el ser se siente completo, nuestro trabajo queda
satisfecho”. Yo alucinaba lo que decían, pero también me intrigaba ya que
tenían razón.
Entonces yo dije “Pero
para llegar a ese equilibrio, primero habrá que hacerle entender al ser que
está polarizado y que sus actos le pueden costar todo lo que tiene para
conseguir todo lo que desea. ¿Cómo se puede conseguir que comprenda que debe estar
en equilibrio ese ser?”. Hilaríon me contestó con un ejemplo, primero me
hizo levantar, lo hice, y luego hizo levantar a uno de los dos compañeros y
dijo “Observa a tú compañero, a tú
hermano del cielo, obsérvalo con detenimiento, pero obsérvalo en su espíritu y
no en su físico. ¿Qué ves?”.
Le miré a los ojos azules como dos zafiros hermosos y dije “Veo esfuerzo, pero también desamparo, veo
felicidad pero también tristeza, veo tranquilidad pero también nerviosismo…”
dije más adjetivos que sentía tan solo verlo a los ojos y abriendo mí precioso
corazón cuando Hilaríon me dijo “¿Lo ves
polarizado?” y yo contesté firmemente “No,
él está en constante equilibrio, como una serpiente que viaja del jing al jang”.
Entonces Hilaríon nos preguntó a los dos “¿De
qué planeta venís?” y yo contesté “Gaia”
y el compañero sin dejarme de mirar a los ojos dijo “Arcturus” mis ojos se abrieron como dos naranjas, con razón notaba
que estaba como en casa, porque son de casa.
Compartía clase con dos nativos de Arcturus, mi hogar, mi
casa, wow. Luego recordé el color de las hojas de los árboles que había visto
hacía poco tiempo atrás, y comprendí que me encontraba en Arcturus, pero no
estaba cerca de dónde está mi familia, mis dos hermanos ni mi padre… estaba al
norte y tardaría más de dos días en llegar hasta ellos. Hilaríon me vio que me
había puesto un poco triste y se acercó hacia a mí y me dijo “No los podrás ver hoy, pero ellos saben que
estás aquí. ¿No lo reconoces quién es?” él miró al compañero que se había
quedado sentado en el suelo, le miré a la cara y mi corazón se estremeció, ¡no
lo podía creer! Era el hermano pequeño de Orange.
Me agaché para estar con él y con una sonrisa de oreja a
oreja que él también transmitía, le abracé. Ese abrazo fue distinto, porque de
repente empecé a ver imágenes en mi cabeza que no eran propias de mí, sino de
él, que me las estaba transmitiendo, eran imágenes de los hermanos y la familia
de Orange, y entre otras las imágenes de mi familia, de mi padre y mis dos
hermanos pequeños Izkhar y Moorhy [se pronuncia Mury], que los extrañaba muchísimo.
¡Qué bonito fue ver a Izkhar enamorado de haber encontrado a
su pareja Astral y se habían casado! Veía el enlace matrimonial, Moorhy estaba
en su máximo esplendor como comunicador de telepatía por ondas de frecuencia
(es decir, dejar mensajes en el universo de forma telepáticos y escuchar alguna
respuesta). ¡Qué bonito! Y mi padre, que después del asesinato de mi madre
(Tauriel) había cuidado de mis hermanos lo mejor que ha podido y estoy
eternamente agradecida de haberlo hecho, ¡fue maravilloso ver como hablaba con
los dos hermanos cuando tenían dudas o querían hablar!
Cuando me separé de él, me había emocionado y le di las
gracias que él mismo aceptó, Hilaríon me sacó a fuera de la caseta al dejar por
terminada la clase y aproveché para hablar con él de un tema privado, mientras
me acompañaba hasta el árbol, antes de irme le dije “Muchas gracias por invitarme en esta clase tan especial y emotiva, me
hubiese gustado poder encontrarme con mi familia pero con esas imágenes creo
que de momento puedo seguir adelante. Espero que podamos vernos en el nuevo año
en la ciudad de los Templos, te deseo un feliz año, hermano.” Y él me dijo “Que tengas un feliz año, mi amada Flor de
Lys. Estaré de vuelta en unos cuantos días, ya te avisaré.”. Le abracé y
luego abracé al árbol y volví a Gaia, entonces abrí los ojos y volví a estar en
casa.
¡Feliz año, este es el último del año 2017!
Recomendación: Hans
Zimmer – Tennessee.
HR.
HERO&Corporation.
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