domingo, diciembre 31, 2017

Salto Cuántico Express



Anoche después de salir de una noche de fiesta y de trabajos energéticos en Xauxa, por allí las cinco de la madrugada, me fui acompañada del Arcángel Uriel para casa, mientras que de camino escuchaba su linda voz que me iba hablando sobre la noche que habíamos pasado. ¡Fue maravilloso! 

Te entiendo, mi amor. Entiendo que te pongas así porque en días que no son tan importantes como la de hoy, no tengamos mucho trozo en el podio para poder trabajar de las energías, y pasar la energía correcta a los demás hermanos, pero debes entender que la Luna llena de Fin de Año es muy potente, por consiguiente, debes entender que esa alteración les hace ser más dominantes, pero solo es un síntoma más de su ascensión” decía el Arcángel Uriel mientras subía las escalera de la plaza dirección a mi casa. Que feliz me sentí de escucharle todo el tiempo con su linda voz, no lo podía ver, pero escuchaba incluso sus pasos a mi izquierda, ya sabéis que le encanta ese lado siempre que puede se mete ala izquierda, que gracioso que es. Entendí sus palabras y empezamos a hablar de otras cosas más privadas y seguía igual, incluso en mi casa, cuando estábamos en mi cuarto y le dije “¿Me ayudas a prepararme para meditar? Siento que tengo que estar lista en menos de una hora porque creo que el Maestro Hilaríon quiere verme” y el Arcángel Uriel contestó “Claro mi amor, yo te ayudo a abrigarte. Pase lo que pase, estoy aquí contigo, recuérdalo” ¡qué bonito que es!

Cerré los ojos y me relajé totalmente, no me costó absolutamente nada, supongo que el cansancio ayuda bastante en estos casos. Pensaba que estaría un ratito cuerpo a cuerpo con el Arcángel Uriel pero realmente ocurrió otra cosa muy distinta. 

Me encontraba en un bosque que yo conocía rodeada de hermosos árboles, hacía un poco de viento y podía respirar el aire que había que era puro y hermoso, de fondo se escuchaban las hojas de las copas de los árboles bailar lentamente con el viento, mientras que los pájaros canturreaban sus melodías más hermosas, también podía sentir la hierba del suelo como crecía, era muy hermoso y a poca distancia entre los arbustos y los árboles se encontraban los animales del bosque más hermosos. De repente, me entra la curiosidad de abrazar el árbol que tengo justo delante, sin pensármelo dos veces me dirijo hacia él y lo abrazo, sintiendo así su corazón latiente.

Cuando me separé del árbol, me di cuenta de que ya no me encontraba en el mismo bosque, percibía el color azul de las hojas de los árboles, caminé hacia un camino que no había percibido y allí llegué a una pequeña ciudad llena de casas redondas que jamás había visto, pero que me resultaban muy familiares, como si estuviese en mi casa. Me dejé llevar por la curiosidad del momento, y entré en la ciudad, caminaba por una de sus calles, veía las casas esféricas de cristal azul muy hermosas, había muchos, pero nadie se percibía en las calles, hasta que empiezo a escuchar “Cuando emprendes un camino, al comienzo no sabes porque lo haces ni a dónde vas, pero cuando vas caminando y eres consciente de lo que estás haciendo, lentamente comprendes porque caminas, porque respiras, porque piensas, porque todo lo que te envuelve, y cuando sigues caminando, llegas a tal punto en que caminar es tu mayor ambición y no tienes ni quieres pararte en medio del camino, porque lo que estás viviendo ahora, es lo que realmente debes ser. Ves que todos tus pasos que has realizado y ahora te giras a observar, cada paso ha valido la pena esforzarse para llegar dónde estás, porque ahora la diferencia que hay entre el paso anterior a este, es que ahora sabes porque y a dónde vas.” La voz la pude identificar, era el Maestro Hilaríon que hablaba desde dentro de una de estas casitas.

Cuando tengo suficiente confianza en entrar en una de las casetas, lo hago y entro a dentro, dónde me encuentro al Maestro Hilaríon de pie en medio de la caseta esférica, y sentados en el suelo dos niños que iban y eran distintos, humanos no eran, pero su especie la reconocía, iban vestidos con grandes runas por todo su cuerpo pero les tapaban las partes íntimas. Me quedé observándolos con curiosidad, cómo si yo realmente fuese uno de ellos, pero la diferencia era que yo iba con mi túnica verde claro y el anunciador (el pañuelo que tienen todos los Maestros y Ángeles colgados del hombro) en la cabeza, ya que cuando eres Maestro Aprendiz tienes que ponértelo en la cabeza (de la misma forma que lleva Anasiel en la foto que os paso que es antigua, cuando Anasiel era Maestro Aprendiz, antes del mes de Abril 2017). 

Sin querer detuve la situación, cuando Hilaríon me observó y sonrió y dijo “Bienvenida Flor de Lys, querida. ¡Te estábamos esperando para la clase! ¿Quieres acompañarnos, por favor?” no me opuse, los otros dos me observaron con una sonrisa de oreja a oreja de felicidad y comprensión que me invadieron el corazón, y con una sonrisa igual de fuerte que a ellos, me adelanté y le di un abrazo a Hilaríon que él aceptó sin más, y me senté al lado de los otros dos. 

Jamás me hubiese pensado que compartiría de nuevo clase con dos hermanos más, hacía mucho tiempo que no me ocurría, creo que desde los once años y ahora a mis 24 años me había pasado todas las Maestrías en tutoría personalizada, por así decirlo, es decir, solamente el Maestro y yo, pero me picó la curiosidad y seguí la clase, primero quise escucharlos a ver qué decían ya que hacían muchas preguntas.

El camino que nos ofreces, Hilaríon, es un camino dónde el verde predomina en cada uno, en cada ser y en cada gota de vida del universo” dijo uno, me impactó lo que dijo, estos dos niños aparentan tener doce años, pero intelectualmente parecen tener la misma edad que yo. Entonces Hilaríon contestó “Predominar, no es el término que usaría” el otro chaval le dijo “El verde a parte de curar, ayuda a prevalecer el equilibrio del propio ser. Se le cura en términos físicos y también en términos emocionales. El equilibrio se produce en su perfección estelar más pura, entonces, el camino en realidad todos se equilibran entre todos los rayos, cuando el ser se siente completo, nuestro trabajo queda satisfecho”. Yo alucinaba lo que decían, pero también me intrigaba ya que tenían razón. 

Entonces yo dije “Pero para llegar a ese equilibrio, primero habrá que hacerle entender al ser que está polarizado y que sus actos le pueden costar todo lo que tiene para conseguir todo lo que desea. ¿Cómo se puede conseguir que comprenda que debe estar en equilibrio ese ser?”. Hilaríon me contestó con un ejemplo, primero me hizo levantar, lo hice, y luego hizo levantar a uno de los dos compañeros y dijo “Observa a tú compañero, a tú hermano del cielo, obsérvalo con detenimiento, pero obsérvalo en su espíritu y no en su físico. ¿Qué ves?”. 

 
 
Le miré a los ojos azules como dos zafiros hermosos y dije “Veo esfuerzo, pero también desamparo, veo felicidad pero también tristeza, veo tranquilidad pero también nerviosismo…” dije más adjetivos que sentía tan solo verlo a los ojos y abriendo mí precioso corazón cuando Hilaríon me dijo “¿Lo ves polarizado?” y yo contesté firmemente “No, él está en constante equilibrio, como una serpiente que viaja del jing al jang”. Entonces Hilaríon nos preguntó a los dos “¿De qué planeta venís?” y yo contesté “Gaia” y el compañero sin dejarme de mirar a los ojos dijo “Arcturus” mis ojos se abrieron como dos naranjas, con razón notaba que estaba como en casa, porque son de casa.

Compartía clase con dos nativos de Arcturus, mi hogar, mi casa, wow. Luego recordé el color de las hojas de los árboles que había visto hacía poco tiempo atrás, y comprendí que me encontraba en Arcturus, pero no estaba cerca de dónde está mi familia, mis dos hermanos ni mi padre… estaba al norte y tardaría más de dos días en llegar hasta ellos. Hilaríon me vio que me había puesto un poco triste y se acercó hacia a mí y me dijo “No los podrás ver hoy, pero ellos saben que estás aquí. ¿No lo reconoces quién es?” él miró al compañero que se había quedado sentado en el suelo, le miré a la cara y mi corazón se estremeció, ¡no lo podía creer! Era el hermano pequeño de Orange. 

Me agaché para estar con él y con una sonrisa de oreja a oreja que él también transmitía, le abracé. Ese abrazo fue distinto, porque de repente empecé a ver imágenes en mi cabeza que no eran propias de mí, sino de él, que me las estaba transmitiendo, eran imágenes de los hermanos y la familia de Orange, y entre otras las imágenes de mi familia, de mi padre y mis dos hermanos pequeños Izkhar y Moorhy [se pronuncia Mury], que los extrañaba muchísimo. 

¡Qué bonito fue ver a Izkhar enamorado de haber encontrado a su pareja Astral y se habían casado! Veía el enlace matrimonial, Moorhy estaba en su máximo esplendor como comunicador de telepatía por ondas de frecuencia (es decir, dejar mensajes en el universo de forma telepáticos y escuchar alguna respuesta). ¡Qué bonito! Y mi padre, que después del asesinato de mi madre (Tauriel) había cuidado de mis hermanos lo mejor que ha podido y estoy eternamente agradecida de haberlo hecho, ¡fue maravilloso ver como hablaba con los dos hermanos cuando tenían dudas o querían hablar! 

Cuando me separé de él, me había emocionado y le di las gracias que él mismo aceptó, Hilaríon me sacó a fuera de la caseta al dejar por terminada la clase y aproveché para hablar con él de un tema privado, mientras me acompañaba hasta el árbol, antes de irme le dije “Muchas gracias por invitarme en esta clase tan especial y emotiva, me hubiese gustado poder encontrarme con mi familia pero con esas imágenes creo que de momento puedo seguir adelante. Espero que podamos vernos en el nuevo año en la ciudad de los Templos, te deseo un feliz año, hermano.” Y él me dijo “Que tengas un feliz año, mi amada Flor de Lys. Estaré de vuelta en unos cuantos días, ya te avisaré.”. Le abracé y luego abracé al árbol y volví a Gaia, entonces abrí los ojos y volví a estar en casa.

¡Feliz año, este es el último del año 2017! 
 
Recomendación: Hans Zimmer – Tennessee.

HR.

HERO&Corporation.

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