lunes, noviembre 13, 2017

Y Después De Morir ¿Qué Hay Más?



Cuando estamos encarnados la mayoría de nosotros no se acuerda de dónde viene y porque está aquí y de qué ha venido a hacer aquí, ni tan solo sabe que la vida, lo que se denomina vida, es inmortal, y que lo que realmente muere es nuestro vehículo, el cuerpo, permitiendo así que el espíritu o el alma, siga viviendo.

Cada segundo un cuerpo deja de ser funcional para un alma, cuando el alma es consciente de que le ha llegado el momento de “mudarse” y abandonar ese vehículo que ha llevado consigo durante un largo tiempo o corto, dependiendo de lo que había venido a experimentar en su encarnación, entonces a llegado el momento de levantarse y aventurarse al gran lugar de descanso que dios le tiene guardado en su gloria. 

¿Os habéis dado cuenta de que ahora cuando alguien muere se le tiene que enterrar enseguida antes de los tres días previstos que se hacía antes? Yo no me había fijado hasta que la última vez que tuve que ir al entierro de un conocido, me llegó esta información…

El alma cuando se le muere su cuerpo se da cuenta enseguida, pero cuando está en el proceso de abandonar su cuerpo y aventurarse a su nueva experiencia, no se acuerda en ese momento, debido a sus recuerdos de su reciente encarnación perdida, de cómo salir del cuerpo. Entonces, se espera tres días, para que le dé tiempo al alma poder abandonar completamente el cuerpo, pero en vuestro tiempo actual, antes de ese tiempo ya intentáis darle sepultura sea enterrándolo bajo tierra o incinerándolo. ¿No os dais cuenta de que a pesar de que su cuerpo haya perecido, si el alma sigue en él, el alma siente lo que le ocurre? El alma sigue pensando que está vivo, aunque haya perdido el control absoluto de su cuerpo y no lo pueda mover, y mientras no entra en razón, sigue allí. Ahora que en vuestro tiempo incineráis al día siguiente de su muerte, ¿No os fijáis que el alma sufre el dolor de las brasas? Y cuando debería seguir el camino de la luz, acaba yendo a un lugar llamado Umbral dónde sufre más. 

Un Alma llamado Jacob.

Hace tiempo me enseñaron cómo se encargan de ayudar a las almas a abandonar su cuerpo, cuando una persona muere, hay un ángel o un Maestro o un Guía que ha estado con él, el que tenga mejor relación con la persona, para ayudarlo y acompañarlo durante ese proceso hasta llegar a la ciudad de las almas, el lugar dónde todas las almas se curan y encuentran un trabajo acorde con su voluntad, esperando a sus familiares o esperando el momento de volver a encarnar que es de tipo voluntario, bajas tantas veces como deseas aprender a volver a encarnar. 

En mi caso que recuerdo morir en 25 vidas, de las cuales 22 pertenecen a la Tierra o sea a Gaia y una en Mercurio y las otras dos en el cinturón de Orión. Cuando a veces recuerdo una vida, son muchas emociones juntas, imágenes que pasan a través de mis ojos como si fueran diapositivas en un margen de uno o dos minutos, pero cuando veo cómo morí, porque morí y ¿qué pasó después? Desde hace solo cinco encarnaciones que voy directamente junto a Uriel que es quién me acompaña en ese momento a la Ciudad de las Almas. Las otras que pertenecen a la Tierra, menos las dos primeras, he terminado deambulando por el Umbral como si fuese realmente el purgatorio. 

Mis estancias en la Ciudad de Almas era de muy poco tiempo, lo justo de curarse, encontrar un trabajo para colaborar y volver a encarnar casi de inmediato, pero antes de bajar en esta presente encarnación, después de morir en el Titanic, recuerdo de forma mucho más nítida mi paso por la Ciudad de Almas, por eso esta vida es muy distinta a las demás, sinceramente el contacto con los Seres de Luz no las había tenido desde mi paso por la Atlántida, haberme casado con un hombre (ha vuelto a encarnar en esta encarnación y creo que lo conocéis, ahora vive en Argentina), y haber tenido tres hijos (una niña Tauriel-Adana; y dos niños gemelos Ávalon y Áxel, que de momento siguen sin encarnar, pero solo el pequeño sé que es Maestro Ascendido y está “asesorando” a una mujer de Alcalá de Henares que canaliza a Áxel). 

La Ciudad de Almas, yo sinceramente no tenía constancia de ella, hasta que en esta encarnación durante la adolescencia empecé a tener “pequeños sueños” dónde se me revelaban momentos de esa Ciudad, momentos en que yo iba, con distintos aspectos (encarnaciones) pero me ocurría lo mismo, pasaba por las recamaras de curación, luego me reencontraba con mi familia, vivía con ellos en una casa, encontraba un trabajo en sanación y después volvía a planificar mi próxima encarnación. Recordaba el tipo de tecnología que se usaba, cuando apareció el “aerobús” eso me impactó bastante, incluso empecé a decirlo en clase, el aerobús es como un autobús que vuela pero que dentro hay unos grandes ventanales y que vas sentado de cuatro en cuatro como el tren y es gratis. 


 
No fue hasta hace unos meses, cuando por orden del gran divino, llegó a mí un día que no sabía que ver en youtube, el tráiler de la película Astral City, me picó tanto la curiosidad que lo vi, y cuando lo vi, mis ojos se abrieron como dos naranjas y le dije a Uriel “¡Tengo que verlo!”, busque para verla pero solo la encontraba en versión original en portugués, así que tuve que alquilarla en español y me dispuse a verla enseguida. Para quienes aún no la hayan visto, es una película que gracias al gran Canalizador portugués Chico Xavier que murió hace unos cuantos años, no recuerdo cuantos ahora mismo, un día canalizó un libro sobre una alma llamada André (en la película en realidad tenía otro nombre que no quisieron poner), dónde contaba su experiencia desde su muerte hasta comprender cómo convertirse en Ser de Luz. Pero todo lo que había en la película era todo lo que había dicho, tal cual lo recordaba, recuerdo que miré la película y mientras que el protagonista iba contando su paso por curarse, yo me acordaba de cómo había sido uno de los míos, si el protagonista era el estómago para mí era la cabeza, había recibido un disparo en la cabeza que me dio la muerte y recuerdo que dañó el alma durante tiempo. Y cuando salió lo del “aerobús” tal cual lo recordaba ya me quedé sin palabras. Y cuando terminé de verla le dije a Uriel “¡Yo he estado aquí!” y él contestó “Así es mi querida. ¿Recuerdas algún amigo en particular?” y dije “Si, a Jacob” Uriel sonrió y supe que no estaba divagando, porque recordaba la cara de mi primo de mi última encarnación, que murió diez años después que yo, a la edad de 30 por una enfermedad respiratoria en Southampton.

 Jacob actualmente sigue sin encarnar, y por lo que sé va a tardar en hacerlo, su misión consiste en ayudarme en algunos momentos puntuales de mi vida, y solo lo hace desde allí arriba, desde la Ciudad de Almas. Hace una semana que volví a ver la película y al terminar obtuve una canalización de él que os quiero compartir a continuación…

Vivir entre la vida y la muerte no es trabajo fácil para un sanador como yo. He vivido tanto pero no he entendido tantas preguntas, que durante mi última encarnación, tampoco pude responder. Solo fue una vez muerto, cuando entendí todos los conceptos del universo y de su gran función de dar y crear vida.
 
Son misterios que no aprendes en la encarnación, solo después. Son misterios que si te paras a pensar realmente nunca fueron misterios, porque ya los sabías pero cuando encarnas tienes que olvidarlo.

El olvido parece la enfermedad de la razón metafísica, muchas veces me han preguntado ¿Por qué tenemos que olvidar si luego tenemos que recordar? Antes no lo entendía, pero ahora tiene sentido, hay almas que necesitan olvidar para saber quiénes son y encontrarse. De estar en el Abismo a bajar al Umbral, del Ave Fénix renacer, y así consecutivamente hasta aprender todo de esta esfera de luz que somos los habitantes de Astral City.

“Una esfera para cada alma” un hermano me lo dijo cuando vine a parar aquí. Te dicen que de vida solo hay una y tienen que vivirla, cada esfera forma parte de una realidad, donde cada emoción ataca por su devoción, las emociones nocivas son las perjudicantes de que eternamente haya almas que vuelvan y otras que regresan a la vida.

Uno de mis hermanos y mejores amigos una vez me dijo esto “Las esferas van según la luz interior”. Será porque hay algunos que no pasan mucho tiempo por aquí y enseguida se van al palacio del Gobernador y no regresan a la vida sino que son admitidos en las esferas mayores. Todos llegamos a esa esfera, pero solo van quienes ya han aprendido todo lo que les puede dar, ir encarnando y olvidando quién eres. Esos hermanos suben de esferas, la mayoría convertidos en Ángeles o Maestros. Supongo que todo aprendizaje tiene sus recompensas, somos hijos de Dios y todos podremos llegar a ello, hasta entonces seguiremos aprendiendo vida tras vida.

Gracias.

Yo soy Jacob, habitante de Astral City.

 
Todos vivimos en un constante cambio, sea en una encarnación o en la ciudad de las Almas.

Recomendación: The Skype Boat Song – Outlander theme.

HR.

HERO&Corporation.

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