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viernes, marzo 08, 2024

No Tienes Razón

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Si no eres capaz de escuchar a quién te está hablando, ¿por qué se te ha dado el don de la palabra? Aprende a integrar el significado de comunicar algo con respeto al otro, puesto que ni tú ni nadie es ni mejor ni peor que tú. Ambos necesitan ser escuchados, y su tú no lo haces el otro tampoco lo hará, y si el otro no lo hace, ¡tú le debes enseñar a hacerlo! Porque sino nunca el otro aprenderá o verá a través de tú ejemplo, como sí se hace, cómo sí se tiene una conversación decente.

Me he encontrado con una cosa curiosa pero fea al mismo tiempo, y es que la humanidad nacida antes de los años 1980, no saben escuchar a los demás, pero siempre quieren ser escuchados, ¿a qué precio? Esto es un dar y recibir, y si das que no escuchas, ¿qué te piensas que vas a recibir? La energía es simple, no tiene ninguna complicación, lo que haces lo recibes, y el Karma se encarga de que lo recibas si has actuado mal, de forma incoherente contigo mismo, porque si las cosas te fueran mejor, otro gallo cantaría…

Entiendo que eso proviene por la educación recibida en los colegios, por lo menos hablo por el país de España. Durante la educación del Franquismo, el profesor pegaba al alumno si no se sabía la lección, o le daba castigos físicos para que “entendiera” que tenia que estudiar para ser alguien en la vida. A través de la teoría del “castigo y la recompensa” los niños educados bajo ese régimen autoritario, ¿cómo han quedado ahora que son nuestros adultos de más de 50 años?


Son personas que les cuesta reconocer que un fallo, no es un fracaso. Es solo un aprendizaje, pero claro por eso nunca se alegran de las cosas buenas, porque reírse o alegrarse por algo bueno de otros, al ser muy competitivos, les hace creer que si tú vecino tiene una hija que saca matriculas de honor, y tú tienes un hijo que apenas llega al aprobado raspado… tienes el fracaso en casa, y la vergüenza de admitir que cuando se hacen las cosas bien, tampoco recibes una recompensa, pero si haces las cosas mal, el castigo siempre es el más duro, sea psicológico o… algunos padres siguen maltratando a sus hijos físicamente.

Si tú como persona no eres capaz de reconocer el esfuerzo que ha hecho la otra persona para conseguir algo, da igual si le ha costado años o meses en conseguirlo, el esfuerzo de intentarlo todos los días y lidiar con los “fracasos” para no dejarlo nunca, ser perseverante y ahora recoge sus frutos. ¿Por qué les cuesta tanto aceptar que ese esfuerzo que tanto exigen del trabajo bien hecho no se merecen tener una recompensa adecuada para ello? Y se exigen más y más… ¡qué estrés por Dios!

El trauma de nunca soy lo suficiente para ser mejor provoca un estrés en el cuerpo que lo invita muy amablemente a envejecer antes de la cuenta, a sentir los años pasar antes de lo que debería ser. Y una persona que dice que ha “fracasado” y no lo sigue intentando, eso es ser un “perdedor”… no has perdido el tiempo, sigues vivo, sigues en este plano, por ende, aún tienes el tiempo a tú favor, admite que lo que te pasa es que has perdido la motivación de seguir, ya no sabes lo que es perseverar y seguir aprendiendo la forma de conseguirlo. ¡El fracasado es tú forma de ver que los demás siempre serán mejores que tú, pero tú serás el tonto que se va a creer que hay gente mejor que tú, cuando nadie es ni mejor ni peor que tú!

A todos les llegará la muerte, y todos hemos tenido que pasar por el nacimiento para estar en este plano. Dime, ¿cuál es la diferencia que ves en que haya una diferencia entre las personas? Tranquilo, que a todos en algún momento sentirás depresión o alegría eterna, no somos tan distintos, respiramos el mismo aire, comemos la misma comida cultivada en el suelo, ¿qué le ves de diferente? Porque yo nada, de verdad.

Quizás pienses que la inteligencia es mejor… te recuerdo que el homo sapiens tiene un 90% más de capacidad craneal que el primer primate que tenemos en el árbol familiar de la evolución humana. Que quizás la use mejor o peor… allí no te quito la razón, cada uno usa sus recursos como siente, pero haga lo que haga el otro o tú, siguen estando en las mismas condiciones. ¿Así porque te da tanto miedo admitir que escuchar es algo necesario para tener una conversación decente con respeto y así llegar juntos a una solución?

En realidad encontrar alguien que sepa escuchar a los demás, no debería ser “tener suerte en la vida”, debería ser algo necesario para formarse como persona cuando uno ya es adulto. Recuerda que el EGO es frágil y es quién siempre inicia las peleas, así que no caigas en sus trampas. 

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martes, febrero 27, 2024

Tener un Flechazo - Parte II

 Continuamos con la reflexión de la semana pasada ;)


Se encendió un cigarro rubio (supongo que era camel, no intuí bien), y sin dejarme de mirar en todo momento se lo fumó manteniéndose al otro lado de la calle. ¡Ay, madre de dios! ¿Qué cuernos hacía allí mirándome de esa forma tan directa? No asustaba para nada, se veía que el chico lo tenía claro, pero… ¿Qué tenía en mente? Con los papis allí me sentí un poco incómoda, porque no me podía permitir expresar mis sentimientos con total normalidad, no quería que supieran eso, era demasiado pronto (y en ese tiempo yo estaba soltera, o sea que podía hacer lo que me diese en… ya saben).

Mi madre comentó una cosa que había visto en el periódico y mi padre se puso a hablar, yo intenté estar atenta, pero mi mirada estaba centrada en otro lado. Hasta que mi madre me dijo algo importante y la tuve que mirar, y cuando terminó volví a mirar dónde estaba él, pero ya no estaba… lo empecé a buscar disimuladamente, la moto seguía allí o sea que no se pudiera haber ido muy lejos, me giré disimuladamente, diciéndole algo a mi padre, que ya ni recuerdo qué era, y vi al chico caminando por la acera del lado dónde estábamos, se colocó el cascó en el brazo izquierdo y caminó hacia el bar dónde estábamos. ¡Mierda, que venía hacia a aquí!

Pasó de largo caminando por la acera, y pensé que se iba a otro lugar, pero luego entró en la terraza y se fue detrás de la camarera, la mujer que les he hablado hace un ratico, que estaba atendiendo en alemán a unos guiris. El chico le tocó la espalda a la camarera, y le dijo “¡Hola mamá!” la camarera se giró y yo me quedé muda preguntándome ¿cómo que mamá? ¡Ay dios, que la camarera era su madre! Y ella le dijo con una sonrisa de alegría “Hola Gabriel, hijo ¿cómo estás?” y yo me morí dos veces más… ¿cómo que Gabriel? ¡Ay dios se llamaba Gabriel! La madre se lo habíamos preguntado y nos dijo que se llamaba María, y vi en el cartel que era un asador argentino que hacían pizzas italianas, de hecho todos cuando hablaban en español, tenían acento de argentina (concretamente de Santa Fe).

Luego nos fuimos mis padres y yo, mi padre insistía en que tenía que acompañarles al super y luego podía hacer lo que quisiera en mí mañana, no hacía tiempo para ir a la playa, pero… allí se me encendió la bombilla, y tomé cartas en el asunto. Acompañé a mis padres a un super de la misma calle, y al terminar, me despedí de ellos, disimulando que me iba al paseo marítimo, cuando en realidad, en cuanto se alejaron con el auto, volví al bar a buscarle. Quería invitarle a dar una vuelta conmigo hasta la Ermita de San Antonio, ya era el momento de actuar, porque sabía que su presencia allí había resultado que era para responder algo claro… que él también había sentido ese flechazo.

Vi dónde se había sentado que estaba su taza de café con leche, pero él no estaba sentado, y pensé que se había ido al baño. Miré a dentro sin entrar pero no lo vi, y entonces se me ocurrió mirar si todavía estaba la moto, y efectivamente la moto ya no estaba. Me acerqué derrotada, por tardar tanto tiempo en ese estúpido supermercado, hacia esa mesa dónde él estaba… ¡Mierda, se me había escapado! Me fijé en algo extraño, no se había tomado su café, se había ido sin tomárselo, ni tampoco me había percatado en si se lo tomaba o qué, de hecho toqué la taza y aún quemaba un poco.


Podría regresar, así que me fui a pasear por esa calle, pero a la que di unos pasos, miré hacia atrás y vi como María se llevaba la taza de su hijo. ¡Mierda, no iba a volver! Solo me quedó una chance más, así que me fui al bar dónde trabajaba, iba con el uniforme, quizás tenía que abrir el local que habrían a las 12 del mediodía. Pero le tocó abrir una chica y en todo el día no apareció por allí… ¿A dónde iba con el uniforme? Tan a huevo no lo volví a tener, y me puse triste, porque el viernes y el jueves lo vi en su trabajo pero ya era demasiado tarde, aunque una de las veces que pasé por allí, al cabo de un rato de haber pasado, me giré y lo vi que se quedaba quieto mirándome todo atónito a mis pasos (o a otra cosa, no sé). El sábado, pensé que vendría a desayunar en el restaurante de su madre, pero no fue así, nos despedimos con María y tras dejar las llaves del apartamento, nos fuimos a Manlleu. Las vacaciones habían terminado.

Lo traté de buscar en redes sociales, pero no hubo suerte, ni en Facebook, Twitter, ni Instagram. En redes sociales no existe, sé que es extraño pero he conocido chicos que viven al margen de todo eso, y son chicos que merecen mucho la pena conocerlos, porque están llenos de sabiduría de vida, están vivos, ellos viven, en vez de compartir en redes una vida que quizás sea postureo. Porque tras ver la serie You me preocupé que si no tienes redes sociales eres un asesino en serio o violador, y a veces, es peor un asesino en serie que tenga Instagram, que uno que no tenga.

Lo importante, es que el martes en que ya había vuelto a Manlleu, ese día durante el viaje dimensional, el CHICO DE OJOS VERDES que tanto hablo en la serie El Espejo De Mí Vida, por fin me dijo quién era. Y dos meses después empezaba mi relación con el arcángel Gabriel, el 28 de Noviembre. En el corazón tengo la huella de este chico llamado también Gabriel y que durante mucho tiempo pensé que era mi arcángelito que había decidido bajar por una semanita, pero él mismo me dijo que ese chico se le parecía mucho pero que no era él, solo una versión más de mi amado Gabriel Arcángel.

El viento se lo llevó pero en mí corazón quedó grabado, pensé en seguir adelante, porque era inútil pensar que podría haber algo… si decidió irse tenía sus motivos. Un día entré en el Facebook del restaurante, y a pesar de que las imágenes que veía no me decían nada en especial, eran platos de pizza, recibí un mensaje telepático de uno de los Maestros que menos pensé que me mandaría uno, Isis.

-        Él ya no vive en Alcossebre ni en Vilanova de Alcolea, ahora está con unos tíos que viven en el Empordán- dijo la Maestra Isis.

Una hora más tarde, mis padres me compartieron la noticia de que íbamos a comprar un apartamento en el Empordán, y me quedé flipando… ¡quizás lo encuentre de nuevo! Me alegré mucho, porque el universo no se había dado por vencido, y yo a pesar de estar con el arcángel, no sabía qué planes tenía él para bajar… si usaría esta vía de este chico o sería diferente. Pero él también estaba de acuerdo.

Al mes de comprar el departamento en el Estartit, descubrimos que existía un restaurante de paellas valencianas que también hacía para llevar. Un domingo, mis padres quisieron reservar una de marisco, y a mí me tocó irla a buscar junto a mi padre (que conducía el coche). Entré yo al restaurante, porque no encontró aparcamiento cerca, esperé un ratito porque tenían que atender a dos clientes, primero  una señora de cincuenta años, y luego me quedé sin palabras… cuando la dependienta dijo “Gabriel…” junto el apellido, me giré para ver quién respondía a ese nombre y allí me petrifiqué, allí estaba él. Solo habían pasado nueve meses, y allí estaba, recibiendo esa paellera de marisco, por lo que vi los conocía bastante bien, y luego se giró, yo me giré no quería que me viese directamente, pasó junto a mi derecha hacia la puerta, salió y a través del cristal le observé como caminaba hasta que desapareció de los cristales. ¡Wow, era él!

La última vez que me lo encontré fue el pasado septiembre, a las diez de la noche recogía yo unas pizzas para irme a casa, y nos lo encontramos junto a mis padres en un parque cerca del apartamento, y por lo que vi, su apartamento o su casa está en el mismo bloque que él mío, pero al otro lado. ¡Somos vecinos y no lo sabía! En cualquier momento me lo encuentro en la piscina en verano.

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jueves, febrero 22, 2024

Tener Un Flechazo - Parte 1

 *Hoy tenemos el privilegio de leer la primera parte de esta experiencia, la segunda parte se publicará la próxima semana. Esperamos que lo disfruten. Gracias por visitarnos.

Hoy me apetece hablarles de algo que me sucedió en septiembre del 2020, que aunque hayan pasado ya casi cuatro años, me sucedió algo que sigo estando en shock, porque fue muy bonito y espero que si les cuento, podrán apreciar el aprendizaje de la reflexión de esta semana. Últimamente intento no contar cosas personales como ejemplo de la vida espiritual, pero en esta ocasión, no puedo hablarles de tener un flechazo con un amor, sin hablarles del chico que me ha ayudado a conseguir estar con mi pareja actual, el arcángel Gabriel. Lo sé, si alguno de ustedes es nuevo, quizás le sepa extraño esta información, pero es totalmente verdad, estoy saliendo desde hace tres años con el Arcángel Gabriel, tanto en la 5D como en la 4D.

Pasé unas muy lindas vacaciones junto con mis padres en la localidad de Alcossebre, en Castellón (Comunitat Valenciana). Esa era la quinta vez que íbamos a pasar las vacaciones allí, ese lugar des del primer momento en que fuimos, a mis padres y a mí nos enamoró tanto, que incluso todas las veces que yo he ido (hubo una en que yo me encontraba en otro lugar) siempre hemos agarrado el mismo apartamento, justo delante de la playa Romana. Es un lugar muy especial, con aires caribeñas pero con un Sol tierno, dónde de noche se ven muchas estrellas y el horizonte del mar se puede apreciar incluso desde la Sierra de Irta. Un paraíso con playas y calas de todo tipo, de arena blanca, de piedras o incluso de arena entre una mezcla de blanca y dorada, anchas y largas, ideales para bañarse o para admirar las olas que llegan a la orilla lentamente.


En ese tiempo me encontraba en el segundo mes de meditaciones diarias del YOSOY, y aunque no me encontraba en Manlleu, los Maestros Ascendidos me dieron permiso para hacerlo allí, curiosamente ellos me mostraron una torre de madera, dónde daba a una pequeña cala, allí frente al ocaso a las 8pm nos dirigíamos Uriel y yo a hacer la meditación. Pero unos minutos antes de empezar, cuando ya estábamos incluso colocados, con el celular en modo avión para que nada nos interrumpiera, de reojo vi como en la pequeña cala aparecía un chico muy lindo, no parecía mayor de 33 años o por allí, con el pelo castaño claro por detrás de las orejas, una altura de 175cm, vestía con una camiseta blanca de manga corta un poco ceñida al cuerpo, y unas bermudas tejanas. Estábamos algo lejos, más bien Uriel y yo encima de las rocas que separaban la cala de otra playa, que era dónde estaba la torre turística de madera, él se quedó sentado en la posición del loto encima de las rocas de la pequeña cala. De fondo se escuchaba la resaca, sobretodo cuando nos pusimos a meditar y el aire nos golpeó dando su presencia.

Cuando terminó la meditación, el chico que vimos allí, se levantó y se fue, nosotros hicimos los mismo, al volver a poner el celular en modo normal, llamé a mi madre para saber dónde estaban, y me dijeron que estaban en el bar Marimer tomándose algo, me fui allí con ellos, dando un paseo porque estaba un poco lejos y tardaría como quince minutos en llegar por las pasarelas de la playa.


Entré en el bar que era todo terraza y un gran salón muy al final del local bajo una cúpula de cristal rectangular. Bajo uno de las sombrillas blancas, estaban mis padres en una mesa para cuatro personas, por los cuales ellos solo ocupaban dos asientos, me acerqué y ocupé la tercera silla que encontré. Nada más sentarme, mi padre recuerdo que me comentó algo, y luego escuché la voz de un hombre que me hablaba a mi izquierda, giré la cabeza y me quedé sin palabras. ¡No podía ser! Nos quedamos mirándonos a los ojos como dos tontes no sé por cuanto tiempo, pero para mí fue una eternidad demasiado corta, ese chico era el miso que me había encontrado en la cala hacía pocos minutos meditando. Se bajó la mascarilla y dejó mostrar su sonrisa, dejó la libreta encima de la mesa y se inclinó hacia a mí apoyándose con las manos en la mesa.

-        ¿Qué te apetece tomar?- dijo super amable sin dejar de mantener el contacto visual.

Tardé en responder… no era porque tenía que pensármelo sino porque de repente me quedé sin voz.

-        ¿Tienes Trina?- pregunté.

Dijo que no con la cabeza.

-        Te ofrecería algo con gas, pero… sé que no te gustan.- comentó.

¿Cómo sabía que no me gustan si nunca habíamos hablado y lo acaba de conocer en la playa? ¿Quién era ese chico que además sabía quién era? Si estaba haciendo las meditaciones del YOSOY, lo más probable es que era un Chela, es decir un compañero de trabajo que también le tocaba hacer esas conexiones. ¿Me conocía de youtube? ¿Instagram? ¿De Agartha? Esta última por muy loca que pareciera, pues era la más cuerda.

-        Mejor un zumo de melocotón.- dije.

Lo anotó, y volvió a mirarme a los ojos.

-        Sin hielo y del tiempo, ¿verdad?- preguntó.

-        Ahá…- dije.

-        Perfecto.- respondió él.

Se volvió a poner la mascarilla y se fue a la barra a buscar lo qué había pedido. Joder, también sabía cómo me lo suelo tomar. ¡Madre mía! Lo fuerte es que eso no fue lo último, estuvimos toda la semana, como… no diría tonteando pero ni siquiera hablamos mucho pero ya con lo poco que hablamos, me dejó huella en el corazón. Resultó que era un Chela que nos habíamos conocido en Agartha, eso fue un flechazo.

El miércoles de esa semana, mi padre tenía intenciones de ir a visitar la cueva subterránea y navegable de San José, que se encuentran a 60km de Alcossebre (tirando hacia Valencia). Pero como en ese tiempo todo iba con reserva, entramos en la Web y no encontramos tikets para ese día y tuvimos que conseguirlos para el jueves, así que teníamos la mañana libre. Primero de todo, teníamos la costumbre de ir a un bar llamado Cioffi a desayunar, todas las mañanas íbamos allí, porque nos gustaba mucho el lugar y lo simpática que era la camarera, una mujer de cincuenta o casi años, con un pelo morocho largo hasta media espalda, siempre lo llevaba atado con un coletero.

Yo me tomaba mi batido de chocolate, porque en valencia el Cacaolat no llega, realmente es duro porque no tomo café pero mi Cacaolat es sagrado y tomarme un colacao no me apetecía. Ese día tuve que irle a comprar el periódico a mi padre en una librería allí cerca, y al volver, me tomé tranquilamente mi batido de chocolate (aquellos que ya vienen preparados), mis padres se tomaban su café, leyendo el periódico, apreciando la quietud y los pájaritos que cantaban.

Cuando de repente aparece una escúter del 2001 negra, muy vieja, de esas que ya lo das a chatarra, además porque el tubo de escape contaminaba un poco más de la cuenta, nuestra querida Gaia. Estacionó el motorista en la calle delante del banco CaixaBank, llevaba un casco integrado negro, era un chaval que iba con la camiseta blanca ceñida al cuerpo y las bermudas tejanas… así que el corazón empezó a acelerarse, aunque mentalmente intentaba disimular por la presencia de mis padres, y porque no quería pensar quién era de verdad. Pero cuando se quitó el casco… allí estaba de nuevo el chico de la cala y del Marimer. ¡Joder! En plan película, se quitó el casco, azotó su pelo contra el pequeño e inexistente viento, sin dejar de mirarme a los ojos, a pesar de que él se encontraba al otro lado de la calle. 

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martes, febrero 13, 2024

Siento Compasión

 

La emoción que todos andamos buscando como humanidad, no es la comprensión sino que es la compasión. Cualquiera te puede entender, pero ¿quién puede hacerlo sin celarte y sin hacerte creer que no eres merecedor de lo que te sucede? En este mundo, se cuentan con los dedos de una manito, personas que sean así, que se alegran por ti cuando pasan cosas bonitas, y cuando te pasan cosas malas, se queden a acompañarte y escucharte. ¡Me da vergüenza decirlo pero es muy cierto! Vivimos en una sociedad dónde le damos más importante a la imagen que le das a los demás, con si tienes un casoplón o si tienes un auto de lujo, para aparentar riqueza, en vez de intentar comprender a tus amigos y tener compasión por ellos, que al fin y al cabo ellos si son de verdad, moverán la luna por ti, y tú por ellos.


No tiene el mismo valor sentimental, una sonrisa de alguien que te cuenta algo gracioso y te quedas horas y horas doblado de la risa, con que te haga risa un video de Tik-Tok que ni siquiera lo ha hecho con amor, solo para ganar seguidores y visualizaciones, con algo que es fácil de conseguir (caídas, cachorros,…). No tiene el mismo valor sentimental, quedar con tu amigo a charlar de tus problemas y de los suyos, que estar a su lado en silencio mirando el celular o hablando con otra persona pero ignorando a la que tienes al lado que es con quién has quedado. ¡DESPIERTA, CHAVAL!

Imagina que cuando te vayas de casa a la calle, para ir con tus amigos, sea la última vez que veas a tú madre que te diga que te ama. Imagina que a la que vuelvas a casa, tu madre ha tenido un accidente y ha muerto o ha quedado invalida de cuello para abajo y no puede hablar más contigo porque incluso el accidente le ha afectado el habla. ¿Qué harías por ella para que volvieras a escuchar esas palabras que son tan importantes “hijo, te amo” sabiendo que nunca más podrá hablar contigo? ¿Tendrás un móvil para mandarle What’s app? ¿Tendrás mucho dinero para regalarle un Lamborghini? Cuando ella tan solo necesitará tú compañía para que le ayudes a comer y a estar con ella… ¡solo quiere eso de ti, compañía y mantener esa relación! Al fin y al cabo, es gracias a ella que estás aquí… ella calentó el bollito para que pudieras nacer, y te olvidas todos los días de esa labor tan importante, que sino fuera por eso, la humanidad no existiría.

Siento compasión por la humanidad, cada uno tiene su propio sistema emocional y recibe y gestiona como puede, pero eso no es excusa para ignorar a lo que realmente estarán allí contigo si te pasa algo el día de mañana. Yo tengo a mi madre físicamente en esta dimensión, pero no me puedo acercar a ella porque es muy tóxica, me lastima mucho, por eso mantengo ciertas distancias con ella, y ella nunca ha conocido el amor de verdad, el amor incondicional, tiene muchas traumas infantiles y está bastante herida, la niña interior está tan herida que todo que se acerca a ella le ataca casi a matar. ¿Qué siento? ¡Me siento tan mal tener que ir dejándola a ratitos porque yo quiero aprovechar el tiempo con ella y aprender cosas, consejos que ella solo me podría decir, pero no es posible! Solo es posible si me pongo a ver series que ella ve, para poder hablar de algo, porque de nada más hablamos. La respeto, la intento ayudar pero ella no quiere y no puedo hacer nada por ella, solo puedo sentir la compasión hacia ella.

Maestro Jesús dice “¿amas a tu madre? ¿amas a tu padre? ¿amas a un asesino? Cuando comprendes que todos han tenido el mismo amor pero no lo han vivido igual, comprenderás porque un asesino debes amarlo a pesar de que haya matado a alguien cercano a ti, porque su educación ha sido distinta pero es hermano tuyo igual que todos lo son contigo, la humanidad se merece ser amada por ti, si sabes hacerlo, conocerás el verdadero sentido del amor incondicional, pero sino lo intentas, la duda te va a separar de sentir el amor incondicional”.

La compasión me ayuda a no olvidarme de que no soy nadie mejor que nadie, que tanto tú, que ni conozco quién eres, no eres mejor que yo, tanto tú como yo, somos humanos viviendo una experiencia humana en las mismas condiciones ambientales. 

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Recomendación: El libro de oro de Saint Germain – Libro.

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Cuando No Te Permiten Sacar La Sabiduría

  A veces no te das cuenta, de que hay tres atributos que las personas tienen y que son esenciales para que el fluir de la vida, haga su e...