De repente llegaron dos autos, uno Seat rojo y un Renault negro que estacionaron cerca de los columpios, enseguida reconocí a los integrantes de los dos autos, en uno iba mi tío con su mujer y detrás los mellis, pero en el otro iba Líon con una chica. Automáticamente se me activaron todas las alarmas, ¿quién era?
- Mira, ya han llegado. Hoy conoceremos a la novia de Líon.- dijo mi padre.
- ¿Cómo la novia?- primera sorpresa que me llevé y repetí susurrándolo tanto que solo Uriel me pudo escuchar.
Me bajé del columpio y le di la mano a Uriel, caminamos hacia el auto y esperamos mientras que observaba a la chica, llevaba el pelo largo morocho, con una coleta agarrado con una pinza grande, al mismo tiempo que llevaba los anteojos de sol en la cabeza, se bajó del auto después de quitarse el cinturón de seguridad. Iba vestida con pantalones blancos y una camiseta amarrada al cuerpo con un estampado marrón y negro, al mismo tiempo que llevaba tacos en los pies de color negro.
¿Realmente había llegado ya el momento que menos quería que pasase, las novias de Líon? Esta era la primera que nos presentaba, pero hasta cuando estaríamos así, ¿serían temporales o permanentes? En ambos casos, el miedo que sentía era cada vez mayor. Me daba miedo, dejar de jugar porque él ya había “madurado” y ya no jugaría más conmigo, sus hermanos literalmente pasaban de mí, era demasiada chiquita para estar a su “altura”, el único que seguía jugando era él, mí Líon. Uno de mis primos favoritos… ¿ahora todo se iba a la mierda?
Mi primera impresión de la novia, fue muy mala, y estuve de morros durante toda la comida junto a Líon. Por primera vez, no quise sentarme a su lado durante la comida, y me senté al lado de la abuela y mi padre. Esa chica se llamaba Flora, un nombre muy raro, jamás lo había escuchado en esta encarnación, pero bonito. Fue en ese momento en que pensé que el año 2002 fue un año de muy mala suerte, pierdo al Titi, me lastimo el brazo y además Líon tiene novia. ¡Qué año más malo! Ya tenía ganas de que llegase Navidad y cambiásemos de año.
Me pidieron canelones de carne, en ese tiempo por ser chiquita solo tenía derecho a comerme un solo plato, tenía hambre pero al ver a Líon me cortaba el hambre. La vuela terminó dándome a trozitos los canelones, hasta que me dejé uno entero porque ya no podía más. Me tocó ser la cabeza de la mesa, y cuando me miraba Líon me daban ganas de salir del comedor e huir muy lejos. ¿Qué me estaba pasando? Después de tomarme el helado de postre, pedí permiso para estar en el patio del restaurante, al dármelo, Uriel vino conmigo y nada más salir vi al perro que se vino hacia a mí y me quedé allí con el perrito tocándolo e intentando hacer tiempo.
- ¿Qué te pasa, mi amor? – preguntó Uriel preocupado por mí.
- He perdido a Líon.- le dije muy triste.
- ¿Por qué? ¿Por tener novia? – preguntó sorprendido.
- No, porque sé que se va a casar con ella. Todo va a cambiar, se acabó nuestro pacto. – le respondí.
- ¿Has visto algo de él? – preguntó arqueando las cejas Uriel.
Dije que si con la cabeza, pero en vez de responderle, abracé al perro que se había quedado tumbado en el pasto delante de mi, puso mi cabeza encima de su espalda, el perro estaba tan tranquilo. Respiré profundamente, mientras que miraba a través de las ventanas del restaurant la mesa de la familia y miraba a la Flora.
- Se va a casar con ella, en unos años.- le dije a Uriel.
Uriel miró hacia dónde estaba mirando pero simplemente se quedó en silencio. También se puso a acriciar al perro y no quisimos sacar más el tema por ese día. Unos minutos después, salieron todos y decidieron ir dónde estaba para hacernos la típica foto familiar, el perro se levantó y se fue de allí. Me senté en el banquito de piedra y la gente se puso para tomarse varias fotos. No la voy a compartir, pero salí triste, siempre salía en las fotos sonriendo, pero esa quise salir triste.
El primer día de Septiembre, fue el momento en que me quitaron el yeso, fu algo traumático porque me había hecho un dibujo muy bonito hacía poco tiempo y no quería que lo cortasen por el medio, pero nadie me entendió y me rompió por dentro. Imaginense, hacer un dibujo con todo tu amor y viene el médico y decide cortar por la mitad del dibujo. ¿Duele o no duele? Claro que si, rompe la ilusión y provoca un trauma, ¿soy suficiente en mi arte? Pues automáticamente mi EGO me repite esa imagen y me da a entender que soy una mierda, y por eso, me cuesta el doble en compartir a veces cosas que escribo, cuando no está nada relacionado con el trabajo. Allí se me creó un trauma que actualmente sigo intentando lidiar, creo que me está impidiendo hacer un libro y publicarlo, aunque sea un libro espiritual. Pienso, “no será suficiente, será una mierda y nadie lo querrá” ahora que tengo varias ofertas de editoriales, no me atrevo. ¡Menudo medico! ¿Verdad?
Dos días después, me despedí de mis nuevos compañeros del Anigami de Torelló, porque se suponía que las dos semanas que faltaban para empezar el colegio, el casal tenía un grupo de alumnos para que los niños no estuviesen desemparados durante esos días. Como yo no podía ir a Torelló, una de las monitoras me venía a buscar a la tarde a casa de mi abuela, para llevarme en su auto a Torelló. Al volver, era la última pero molaba mucho.
Por las tardes, estaba en el colegio Rocapervera, en la sección infantil, allí venían niños y niñas de todas las edades hasta seis años, a hacer actividades, un día nos pusimos a construir un fuerte, que nos salió de maravilla. En otras ocasiones hicimos sombras chinescas y en otras más actividades, todas al aire libre aprovechando que aún estábamos en verano y hacía buen tiempo. Pero yo tenía que haber estado una semana más, pero no fue así, porque mi abuela no hizo un regalo muy especial a mis padres y a mí, un viaje a París y Eurodisnney una semana antes de empezar el colegio.
El fin de semana antes del viaje, en casa estábamos muy ocupados haciendo las valijas, por primera vez en mí vida me iba a subir a un avión y estaba algo nerviosa, porque no sabía lo que me iba a encontrar, los había visto volar desde tierra por tanto tiempo, que ahora volar con la compañía Iberia, estaba muy nerviosa que dos días antes ya me costaba agarrar el sueño. Internamente, adoro agarrar los transportes públicos, lo que la humanidad ha sido capaz de crear a lo largo de la historia y lo cercanos que se están volviendo a la tecnología de luz para que algún día, pueda viajar a otros mundos y conocer a nuestros hermanos estelares. Siempre y cuando, dejen de pensar como posibilidad de que haya razas extraterrestres, y acepten que la vida existe más allá de nuestro planeta, y sobretodo para cuando llegue aquel día en que ya digan públicamente que la vida en otros planetas es posible y no imaginación.
- ¿Por qué me da tanta impresión subirme a un avión si yo he tenido el placer de subirme a una nave de origen estelar?- le pregunté a Uriel.
- Porque la humanidad aún desmiente que existamos, mi amor. El simple hecho de que piensen que no son el único mundo habitado, les da pavor. Algun día estarán listos, pero por el momento lo más parecido a un viaje estelar, será viajar en avión de país en país. – Respondió el arcángel Uriel.
- No saben ni lo que se pierden.- dije y me puse a reír Uriel también.
- Existen unas normas básicas para la apertura estelar, ¿sabías? – me preguntó.
- Algo me comentaron alguna vez los maestros pleyadianos.- respondí.
- Ellos se encargan de preparar a la humanidad para que los cumplan. La más importante es no ser egoístas y aprender a compartir, ahora que andan en países, muchos de ellos están peleados por la “posesión” de tierras. Pero la humanidad vive en una misma “tierra”, y no es suya, ni nuestra, ni del universo. Solo es el espacio, dónde ahora vivimos, pero y mañana, quizás nos vayamos. – compartió Uriel.
Las guerras están prohibidas en las normas de convivencia estelar, en este planeta vivimos en guerras, que por mucho que se encuentren en otros países, e intentamos ignorarlo, mucha gente muere, de hambre, de enfermedad que no puede atenderle ni un médico, o por guerras. Hacemos nuestra vida sin pensar que nos importa al ignorarlo, pero eso sí, cuando es Navidad, allí si que son solidarios y ayudan, ¿y antes? El que muere de hambre, seguirá hambriento después de Navidad, ¿saben?
Cuando voy a Barcelona y veo a los sin techo, me da vergüenza ser humana y pensar que la “sociedad” no es capaz ni de darse cuenta y hacer algo al respecto. La cantidad de personas que pasan por paseo de Gracia, con sus bolsas de compra de marcas caras, pasan delante de un sin techo, que tiene un vaso de plástico para que alguien le de alguna moneda para poder comprarse algo para comer ese día o durante la semana. Ves como miles de personas pasan por delante de ese sin techo, y nadie le da nada. Incluso alguien que lleva su bolsa del McDonald que no es capaz ni de compartir sus patatas o su hamburguesa con un sin techo. ¿Ustedes están evolucionando?
Casi no podía dormir de lo nerviosa que me encontraba, en pocas horas agarraría un avión y no sabía qué era lo que me iba a encontrar, porque literalmente era mi primer avión. Ahora que recuerdo mejor mis vidas anteriores, nunca había agarrado ninguno, como mucho naves espaciales pero una vez ya viviendo a paseándome por 5D, nunca en 3D. Lo había visto tanto en las películas, que la incertidumbre me mataba lentamente. ¿Me encontraría con algún famoso? ¿Vería algo inusual por la ventanilla? ¿Me perderían la maleta? Me fascinaba averiguar lo que me esperaba, un vuelo de dos horas y veinte minutos con mis padres y la abuela. ¡Algo bueno tenía que pasar por fin, no! Después de un año de mierda, eso me daba la esperanza de que quizás el final del 2002 sería algo mejor. Aunque me aterraba saber algo sobre el colegio, primero esperaba entrar en Eurodisnney, después ya me enfrentaría a lo inevitable, cuarto curso de primaria.
- ¡Deberías descansar, mi amor! Sino mañana no disfrutarás del viaje…- decía Gabriel que se encontraba delante de la puerta de la habitación.
- ¡No puedo! ¿Por qué no hacen de su magia y adelantan el tiempo?- les pedí.
- ¡Ay mi amor! – comentaba Uriel que estaba cerca de la cama.- ¿no crees que es mejor saber apreciar el tiempo con sus segundos y sus minutos? ¡La rapidez solo trae estrellas fugaces! – comentó, se pusieron ambos a reír.
- ¡No mola! ¡Quiero subirme ya al avión!- dije indignada, arrugué la cara, me tapé la cara con las sábanas y me giré de cara a la pared.
Escuché los pasos de lo que pensé que era el arcángel Gabriel acercándose a la cama, se sentó y con una de sus manos me quitó la sabana de la cara.
- ¿Te canto una canción para que te duermas? – sugirió.
Dije que si con la cabeza.
- Cuando alguien observa el cielo, las estrellas le responden, recordándoles, que su hogar sigue allí y si se les ocurra irse, les recuerdan que ya están en casa. Allí dónde haya una mano amiga, unas orejas que escuchen, o unas palabras dulces que enamoren, es mi hogar. Allí dónde las palabras no sean promesas sin cumplir, este es mi hogar, dónde un par de ojos reconozca la compañía, este es mi hogar. Y aunque las estrellas lejos estén, este es mi hogar y ese mi origen. – cantaba Gabriel, a la mitad apareció su guitarra y con sus acordes, siguió cantándolo varias veces, hasta que dejé de escucharle porque me quedé profundamente dormida.
- Mi hogar es dónde… dónde… estés tú…- dije dormida mientras que mi mano reposaba calmadamente encima de la rodilla de Gabriel. Él se quedó en silencio, observándome.
Noté un beso en la frente y me dormí.
Recomendación: Harry Potter y la piedra filosofal - HBO.
HR.
HERO&Corporation.
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