miércoles, marzo 16, 2022

Mi Trauma Más Heavy

 

Cuando eres un Ser de Luz caminando en esta dimensión y trabajando con el universo, tienes unas responsabilidades muy importantes que debes cumplir para que los Maestros Ascendidos y los demás Seres de Luz cuenten contigo para darte una misión que hacer. Una de esas responsabilidades, es conocer bien en qué reino estás, sin en la luz, la oscuridad o la neutralidad, para saber qué reglas básicas debes respetar en todo momento.

En mí caso, soy pilar de consciencia del reino neutral, por ende debo respetar la norma básica que dice así “respetarás la integración de luz y oscuridad para que la armonía sea posible”, es decir que todos los que trabajamos en el reino neutral somos como mediadores ante los extremos de luz y oscuridad. La reflexión que quiero compartirles hoy, va sobre el movimiento de la mujer igualitaria al hombre, ni por encima ni por debajo, mediante una experiencia muy traumática que me pasó en otra vida, pero que ahora en estos tiempos estos comportamientos se están cambiando.

Antes de empezar, me gustaría decir que cuando eres del reino neutral, los asuntos políticos o de carácter mediático, no me puedo meter si el objetivo es estar en un extremo u en el otro. Mi papel siempre es, ha sido y será de mediador, por ende cuando hay elecciones, mis votos siempre son NULOS. Solo les quiero decir que no me juzguen, solo escuchen, porque solo así hallaremos la solución en estos tiempos actuales.

La historia empieza hace 82 vidas atrás (unos 57.000 años atrás)…

Reencarné en esa vida, siendo la segunda hija de un capitán de fuerza espacial, en el planeta de Agashaek en el cinturón de Orión. Tuve una infancia bastante feliz y fue una vida de más de mil años lo que humanamente sería todavía un disparate pero en el universo era una vida medianamente larga. Cuando tenía casi 800 años, entré a trabajar al planeta Épsilon como administrativa de permisos de trayectos, la oficina se situaba en el sur del planeta (que era el planeta del medio del cinturón de Orión).

Cada mañana tenía que salir de mi casa, acompañada por mi mejor amigo (el señor ojos verdes que en esa vida solo fuimos mejores amigos, sin nada más), hasta que él tenía que irse a su trabajo, que era antes de llegar yo al hangar para agarrar la nave que hacía de transporte público entre las tres Marías. Siempre agarraba la nave azul, era la que menos vuelta daba y podía llegar al trabajo antes de lo previsto en otras rutas, ese transporte tenía cuatro paradas, por las cuales dos las hacía en Agashaek y las otras dos en Épsilon.


Ese día llegué al trabajo como siempre, me fui directa al despacho saludando a mis compañeros, mi sección era una de las más importantes para la Galaxia. Dentro de nuestra rama, adjudicábamos los permisos para que la Hermandad Blanca y la Confederación Galáctica pudieran aterrizar a los planetas que aún estaban en revisión según la orden del Karma (que trabajaba siempre en el norte del mismo planeta Épsilon). Eso quería decir que había todavía más de un centenar de planetas de 3D que estaban en fase de ascensión, mientras que la Tierra seguía avanzando con su nueva cultura entre Lemurianos y Atlántes, primeras civilizaciones de 5D para cumplir con el plan Galáctico dentro del proyecto Gaia (que se empezó a organizar cuando estaba en la encarnación en la Cruz del Sur y me alisté igual que mi señor ojos verdes para trabajar en ello).

Pasaron varias horas, al terminar una pequeña reunión con uno de los lideres del proyecto que solía venir casi cada quince días por así decirlo, recibimos una visita de tres Seres que no eran muy frecuentes verlos por allí. El primer y que siempre iba delante, llevaba una túnica roja, el pelo era como el color del fuego y sus ojos eran grandes y muy negros (en plan Gris pero con la altura de dos metros). El otro que le seguía, llevaba una túnica blanca, sus ojos eran azules como si fuera un Arcturiano pero la energía no era muy de luz, y el tercero era más bajito, llevaba un uniforme militar con la insignia clavada en el pecho al lado derecho de haber combatido en las energías del frente de una de las guerras más antiguas de la historia de este universo (la batalla entre Luzbel y los Seres de luz de 9D).

Este tercer Ser, me entregó una documentación de su origen, me quedé bastante sorprendida y le miré directamente y le dije “esto está fuera de nuestro alcance, ¿porqué no pregunta mejor en Vega?” pero el primer hombre empezó a hablar en un idioma algo antiguo que yo no sabía hablar pero uno de mis compañeros si, y decían “necesitamos el permiso para entrar a este planeta, es de mayor importancia porque venimos a recoger unos materiales”. Les pedí la documentación que les habían dado en el Norte, el tercer hombre me lo entregó sin dejar de mirarme, pero esa mirada no era de fiar, me sentía algo incómoda, por eso agarré el papel de una punto y se lo arranqué literalmente de sus manos para poder revisarlo.

Como no les pudimos dar lo que querían porque no tenían el permiso adecuado exigido por el Consejo del Karma y del Dharma, se tuvieron que ir con las manos vacías. Fue extraño porque a pesar de que recibimos algún comentario en su idioma que el compañero tradujo, por culpa de que estaba enojado, mis compañeros tampoco se sentían muy cómodos ante la presencia de estos tres Seres. Pero en fin, el trabajo tenía que continuar, así que solo paré un momento para almorzar, siempre lo hacíamos en el centro dónde había zonas verdes, el Sol nos visitaba y podías desconectar un poco del trabajo, un par de horas después, tenía que volver al trabajo, y así lo hice hasta que llegó el momento de cerrar el chiringuito por ese día y regresar a casa.

Ese día me quedé una hora más en el trabajo, porque lo que estaba haciendo no lo podía dejar para al día siguiente, una urgencia de última hora. Mis compañeros se fueron a su hora y me dejaron literalmente sola, no había ningún problema porque en algunas ocasiones me había pasado. Simplemente me tocaba cerrar la puerta con seguridad y luego podía irme a buscar mi transporte. Cuando cerré la puerta, sabía que agarrar el mismo transporte no podía ser y tenía que agarrar el de la línea violeta, daba una parada más, pero era el único que me traía a Agashaek.

Me subí al transporte, no era una línea muy transitada a esa hora, por ende la nave iba casi vacía. Estaba sentada en la ventanilla de la izquierda, hablando a través del sistema de los anillos con mi mejor amigo (el señor ojos verdes en esa vida), le decía “dentro de tres paradas llego al andén, nos vemos dónde siempre para charlar” y él decía “te pediré un juguito entonces, mientras te espero”. Pocos minutos después la nave paró en la zona norte, se bajaron algunos pero subieron unos cuantos seres de luz, entre ellos pude ver un montón de seres desencarnados que regresaban a sus planetas tras las vistas de la orden del Karma y Dharma.

No pasó mucho tiempo (como veinte minutos), cuando la nave paró en una de las estaciones espaciales artificiales, dónde se bajaban la mayoría de los seres que subían en el Norte. Así que la nave iba totalmente vacío, por lo menos la cámara dónde me encontraba sí. En el momento en que la nave siguió su camino hacia Agashaek, esta vez tardaría como una hora casi en llegar a mi parada, escuché como en la cámara dónde me encontraba, entraba alguien que se encontraba en la otra cámara, miré hacia atrás y me quedé mirando a los tres Seres que habían venido al despacho hacía unas horas.

Los tres Seres caminaron hasta casi dónde me encontraba mientras que hablaban entre ellos en aquel idioma que yo no entendía, empecé a sentirme algo incomoda por sus miradas que me hacían y de alguna forma podía entender que se reían de mi. El de ojos claros se acercó y se sentó justo en el asiento de mi lado, sin dejar de mirarme, estaba como sonrojado pero no decía nada, yo me quedé mirando por la ventanilla, esperando llegar, atrás se sentaron los otros dos, escuchaba sus comentarios y sus risas pero todas eran en su idioma. El ambiente empezó a ser denso y muy incómodo, así que decidí levantarme e irme a una cámara (que parecía un baño).

Cuando abrí la puerta que se habría automáticamente con un botón, escuché unos pasos detrás de mi y antes de girarme, noté que alguien me agarraba de los hombros con fuerza y me obligaba a entrar a dentro de forma violenta, detrás sentía que los otros dos también estaban dentro, cerraron la puerta, me dejaron de cara la pared y a partir de aquí… simplemente sin oponer resitencia porque en ese tiempo me quedé totalmente paralizada, los tres Seres me violaron.

Recuerdo vagamente lo que fue esa violación, pero era muy dura, me lastimaban mucho y solo podía gritar aunque me habían amordazado, a ratos recuperaba la consciencia e intentaba hacer algo, pero después de pegarme mucho, y estar totalmente inmovilizada, volvía a perder la consciencia. Hasta que noté como alguien me arrastraba literalmente de allí y me dejaba en el andén de mi parada. En una hora dónde no había nadie allí, me quedé tumbada en el piso, intentando recuperar fuerzas para caminar y buscar ayuda.

Agarré pocas fuerzas y empecé a caminar, sangraba tanto por los cortes de la pierna que me habían hecho con una especie de cuchillo, también tenía la cara muy dolorida, la cabeza tenía una brecha que sangraba bastante, así que caminé sin saber dónde hasta que me desplomé literalmente en el pasto, no encontraba a nadie que me pudiera ayudar.

[Mientras que yo estaba inconsciente pasaron varias horas, hasta que escuché una voz conocida la de mi mejor amigo que vino a socorrerme, noté como me agarraba en brazos y me llevó, a partir de aquí volvía a perder la consciencia].


Cuando desperté, estaba en mi casa, en mi cuarto, no sabía cuando tiempo había pasado, pero por una de las ventanas se podía ver como el Sol se despedía del día para irse a descansar. En mi cuarto vi que una de las sillas que tenía a los pies de la cama no estaban, escuché los ronquillos de alguien a mi derecha, me giré asustada, era mi mejor amigo que se había quedado dormido allí en una posición realmente incómoda, pero su mano agarraba mi mano fuerte. Me puse a llorar y le llamé “¿Gerkie?” le tuve que repetir el nombre varias veces hasta que se despertó sobresaltado, dio un salto de la silla y se arrodilló al lado de la cama, me revisó, estaba preocupado se le veía con una gran incertidumbre, empezó a acariciarme el pelo y darme un besito en la frente.

¿Qué pasó, te atacaron?” preguntó Gerkie, me dolía la cabeza para decirle que no con un gesto y me salió un susurrante “No,… me han violado”. No tenía fuerzas en ese momento para contarle, de hecho él me abrazó con fuerza, todo emocionado, yo también me dejé llevar, y dijo “cuando pasaron más de una hora y no venías, fui a buscarte al andén, pero no te encontré, te llamé varias veces y nada. Estuve buscándote por cuatro horas hasta que te hallé allí en el pasto magullada, ¡pensaba que habías muerto y te había perdido para siempre!”.

Mi padre de esa vida cuando supo lo que me había pasado, intentó abrir una investigación por el cual el Consejo del Karma aceptó, por suerte me acordaba del nombre de uno de los tipos y se lo dije. Mi madre le fue muy difícil superarlo y al final dejó a mi padre llevándose a mi hermana mayor, nos quedamos con mi hermano pequeño y mi padre. Esa violación había destrozado a mi familia y mi alma, porque a partir de allí, NINGUNA VIDA fue igual.

Actualmente en esta vida, aún sufro por ello y tengo muchos daños colaterales que debo sanar en mí, por ejemplo el hecho de cuando estoy en una misma sala con un hombre que no conozco de nada y está cerca de mí, y por un casual se me cae algo al suelo, intento agacharme de la forma que sea que no deje en ningún momento de tener contacto visual con ese hombre (incluso sabiendo que el hombre ni me registró ni tiene intenciones de hacerme nada). En las vidas anteriores agarré miedo a estar sola en la calle, es en esta vida que lo superé por completo, suelo salir sola incluso de noche, sabiendo que si algo parecido vuelve a pasar, no me quedaré bloqueada, porque también sé defenderme físicamente, pero también la sociedad de ahora con las mujeres es de esto, de tener miedo a salir solas por la calle.

Llevo toda esta vida luchando contra eso y ayudando a las mujeres a hacer lo mismo, si salimos de fiesta y volvemos a casa solas, no debemos tener miedo de si un pervertido nos sigue para abusar de nosotras.

El universo está mucho más evolucionado con este planeta actualmente, porque esos tres están pagando su condena después de la vista del tribunal Kármico, se les han denegado cualquier permiso para encarnar o visitar planetas de nuestra Galaxia y además han tenido que pasar por reducación y un ingreso a un centro (como una especie de cárcel universal). Además que en sus expedientes se les ha marcado como seres hostiles

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Recomendación: Mientras Duermes – Película de Netflix.

 HR.

HERO&Corporation.

 

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