viernes, septiembre 03, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 101 [2T]

 

A principios del mes de Abril del año 2001, a tan solo dos meses para que mi primer primo segundo de parte de Garcia estaba a punto de nacer, fue un jueves algo diferente a lo que estaba acostumbrada después de pasar la semana santa. Ese mediodía la iaia Filo me vino a buscar al colegio, me tocaba almorzar con ella, después de comer y mientras que hacíamos tiempo para que fuese la hora para ir de nuevo a clase, estaba en el comedor aprendiendo cosas con el tiet Josep.

-        ¿Te has dado cuenta de la cantidad de espacio que hay allí arriba, en el universo?- dijo el tiet.

-        Si, se ve gigante.- respondí alucinando.

-        ¿Crees que debe haber vida en otros planetas?- preguntó.

-        Seguro que si.- respondí.

-        ¿Alguna vez has visto una nave de otro planeta deambular por nuestro cielo?- siguió preguntando.

No le quise responder, porque obviamente sabía la respuesta, sí la había visto e incluso he estado dentro de uno de ellas o varias. Nunca le había compartido nada sobre ese tema, pero tampoco tenía autorización para hacerlo, aunque el tema me apasionaba tanto… que me puse algo triste, porque tenía que esperar una respuesta puramente humana y condicionada por la mente de 3D.

-       


En el universo hay mucha vida, tanta que no eres capaz de poder contarlos, pues si así fuese, te faltarían dedos, y neuronas porque recuerda, los números son infinitos y la mente de una persona no es capaz de imaginarse hasta el número más largo, porque el conocimiento de ellos sigue siendo limitado.- empezó a explicar.

Empecé a sospechar porqué sabía esa información si él tan solo me explicaba sobre dimensiones, ¿cómo podía saber tanto sobre el universo si nunca había estudiado una carrera? El Tiet Josep, había dejado de estudiar a los 14 años, y se fue a trabajar a una imprenta en Torelló hasta que se jubiló. Nunca se casó, pero sí que en algunas ocasiones cuando fue joven conoció una mujer pero la cosa no le funcionó. Se había pasado toda su vida, imprimiendo libros y octavillas de políticos o de publicidad. Su relación con el universo entorno a hacer algún curso más adelante sobre cosmología o astrología, pero no fue así, por ende esta explicación solo podía ser una cosa: es un conectado.

-        Hace unos veinte años, tuve una experiencia que me cambió la vida por completo. Me encontraba de paseo en medio de la naturaleza por estas montañas que se ven alrededor de Manlleu, y en un pequeño prado me encontré a una persona realmente extraña. Era un hombre muy alto, que medía más de dos metros, tenía el pelo largo hasta los hombros rubio, una piel muy blanca, llevaba un pijama azul con una estrella encima del pecho.- me explicó.

-        ¿Quién era?- dije impresionada.

-        Me dijo que se llamaba Ashtar, y además me dijo que venía de las estrellas. No le creí mucho, hasta que vi una nave sobrevolando nuestras cabezas y cuando volví a mirarle, él había desaparecido y la nave también.- explicó.

¡Dios santo!

-        ¿Conociste a Ashtar Sheeran?- le pregunté flipando.

-        Más tarde me invitó a su nave… espera, ¿cómo sabes su apellido?- me preguntó.

-        He estado en sus naves, hace dos semanas subí al Comando por segunda vez desde que estoy en esta encarnación.- le confesé.

Josep, alucinó.

-        ¿Qué hay allí a dentro? Yo nunca he subido a una, siempre me han visitado en plena naturaleza, nunca me invitaron a entrar.- preguntó curioso.

Le conté todo lo que podía saber, tal y como esperaba no podía compartirle las misiones pero si como son las naves. Alaniso me contó en la última experiencia, de que en algunos contactados no les dejaban subir porque no estaban preparados a nivel biológico a soportar la estada dentro de la nave.

-        ¡Wow! Así que Ashtar tiene un hermano y mujer…- comentó.

-        En realidad es el mayor de cuatro hermanos, uno de ellos dice que está encarnado en este tiempo en algún punto de Europa, y el otro trabaja en la Hermandad Blanca.- le dije.

-        Increible. Me has dejado sin palabras, Laia. Yo venía a enseñarte sobre el universo y al final has sido tú quién me ha enseñado cosas.- comentó de forma graciosa.

-        Sí, yo tampoco sabía que eras un conectado.- le contesté.

Llegó el momento de volver a clase, me llevó como siempre el tiet Josep, pero de momento ya solo hablábamos de otras cosas, aprovechando que él se iba a dar una vuelta después de almorzar y yo tenía que volver a la tortura, pero estaba contenta porque a las cuatro tocaba clase de música con la mejor profesora del mundo que se llama Merçè. Hasta ese momento, la clase de música me había parecido no muy interesante si el resultado no era bailar, pero tras conocer a la Merçè, dentro de mí despertaron las ganas de aprender a cantar aunque no me iba a dedicar a eso, solo para poder cantar las canciones que me gustaban y ponía con el radio cassette. Eso fue gracias a esta profesora, porque a partir de ese momento, aprendí mucho en sus clases, pero también le dije a Gabriel a ver si podíamos cantar también en sus clases de baile particular, y ¿Qué creen que dijo? ¡Por supuesto que lo aceptó y me enseñó a cantar!

Recuerdo en una clase con el Arcángel San Gabriel, que me puse con el cassette a cantar y él me contó algo muy interesante que quiero compartirles…

-        ¿Alguna vez te has preguntado porque existe el canto en la música? – me preguntó.

-        ¿Por qué queda mejor?- dije.

-        No,…- realizó una pausa porque mi pregunta le causó gracia.- las canciones no simplemente sirven para bailar o ambientar un momento mágico, como en las películas. Tanto la música, como la letra de la canción, transmiten un mensaje al mundo. – dijo Gabriel.


Abrí los ojos como si fuera un pez nadando en medio del océano y me prometí a mí misma que a partir de ahora intentaría entender las letras para ver el mensaje que transmiten.

-        A través del canto, todo lo que significa hablar o usar las palabras para un fin, tienen como consecuencia, la creación de sucesos en la vida que te rodea. ¿comprendes? – dijo.

Arqueé una ceja y le miré raro. Él comprendió que no lo había entendido.

-        De acuerdo. Quizás así, lo entiendas… - dijo mientras que rebuscaba en su saco y de allí apareció una guitarra española.

A veces me solía cantar, pero al ver la guitarra sabía que algo sorprendente estaba a punto de suceder.

-        Si en casa te sientas, en el sofá sueñas y en tus mundos te metes, sabrás que estás siendo el dios de tú propia realidad. – empezó a cantar sin tocar.- con tan solo resonar una nota. – tocó una cuerda de la guitarra.- puedes crear cuanto necesites. – siguió tocando.

Encima de la mesita tenía un vaso pero me había terminado el agua, Gabriel simplemente dijo “tengo sed, beberé de este vaso” agarró el vaso y antes de beber, vi como de repente apareció agua en el vaso.

-        ¿Cómo has hecho eso?- le dije.

-        ¡Es fácil! Cree en ti y crearás la realidad que desees. – respondió Gabriel.

-        ¡Es una guitarra mágica!- dije emocionada.

-        Si así lo crees. Toma. – Gabriel me entregó la guitarra pero no sabía tocarla.

Agarré la guitarra y simplemente toqué una cuerda y empecé a decir “agua conviértete en zumo” agarré el vaso de agua, pero aunque lo alcé igual que él, no cambió, seguía siendo agua. Me frustré y lo repetí varias veces, pero nada.

-        ¡Ay, mi amor! Para crear hay que saber amar, des del control no conseguirás nada, ama y crearás la vida que deseas… - aconsejó Gabriel.

En la guitarra no estaban los poderes, la humanidad siempre piensa que para ser poderoso tiene que encontrar una roca, un bastón o algo que le haga poderoso, cuando en verdad solo necesita una cosa, aprender a AMAR.

-        ¿Por qué hay que amar para crear?- le pregunté.

-        Paciencia, mi querida. Muy pronto lo descubrirás por ti misma. – respondió.

Me enojaba cuando respondían de esta forma los ángeles, sabía que intenta igualar al gran Arcángel no sería fácil, pero al parecer todavía no era suficientemente buena como para conseguir eso tan… fácil. Entonces me pregunté ¿qué es el amor realmente para poder AMAR?

En cuanto sonó el timbre, el corazón me dio un salto porque me había ido tanto que ni recordaba dónde me encontraba, ya eran las cinco de la tarde del jueves. Siempre me alegraba ese timbre, porque dictaminaba mi libertad hasta al día siguiente a las nueve de la mañana, pero fue extraño, ese día me hubiese quedado tres horas más antes de tener que ir a mi nueva extraescolar. Empecé a tener miedo, porque a mí los lugares nuevos no me gustaban demasiado, sobre todo si había gente que no conocía, realmente era tímida de chiquita, me costaba mucho relacionarme y que me obligasen a ir a un centro porque un profesor lo había autorizado me hacía sentir mal.

Este nuevo lugar se hacía llamar Tripijoc, le había preguntado a mi madre en qué consistía pero no me había dicho mucho, solo dijo que así haría amiguitos, algo que no iba en busca de ello. Había escuchado un rumor por las clases, de que ese lugar era horrible, porque te ponían más deberes a parte de lo que tenías que hacer para clase y yo no quería ir. Pero ya era demasiado tarde, mis padres habían pagado la matricula, aunque fuese casi terminando el curso. 

Recomendación: Sarandonga - Lolita Flores.

HR.

HERO&Corporation.

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