viernes, julio 23, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 96

 

Me quedé parada pensando en todas las personas que he conocido en 3D, pero no pude atar cabos de ninguna manera, aunque tengo que reconocer que sospechaba de Sergi un poco.

-        ¿Cómo se pueden reconocer?- le pregunté la curiosidad de nuevo me picaba tanto que me daba hasta ortigaría.

-        Simplemente no siguen el rebaño. – respondió mientras le daba un sorbito al jugo de frutas Haziel.

En clase me pareció que hablaba de Sergi, pero de nadie más.

-        Así que son diferentes, ¿verdad? – dije.

-        Suelen ver más allá de lo que los demás ven, no se conforman con lo primero que encuentran ni con la primera información que se les entregue, quieren saber más para ayudar. - dijo.


Entonces descarté a Sergi, él solo quiere pasar el rato, en ningún momento quiere profundizar en las cosas, solo con lo que recibe de primera mano ya le es suficiente. Pero me identificaba mucho con esa definición, pero me descarté enseguida. Creo que si yo fuera un ángel encarnado, tendría el triple de problemas que ya tenía y que era incapaz de comprender por qué sucedían.

-        La mayor de las veces, ni saben que lo son. Pero siempre les dicen que son especiales. – añadió Haziel.

-        ¿Especiales?- repetí curiosa de mí.

-        Están adelantados en el tiempo en todos los aspectos. – dijo.

Aunque me costaba, me seguía descartando. Lo de especial en algún momento sabré porque me lo dicen, pero no, no es porque sea un ángel encarnado. En realidad no quiero más problemas, solo quiero hacer las cosas que quiero hacer sin causar problemas, así de simple. Pero todas las miradas que recibo, son siempre de críticas malas para terminar burlándose de mi forma de ser, incluso algunos se aprovechan de ello para intentar hacerme quedar en ridículo o simplemente que yo piense que estoy mal.

-        ¿Por qué en la 3D hay tanto juicio?- pregunté.

-        Porque el miedo les hace crear enemigos en vez de hacerles crecer y ser mejores versiones de ellos mismos día a día. El miedo desde hace eones, ha sido un cúmulo de emociones que han ayudado a que la humanidad pueda conseguir avanzar, pero en los tiempos que estamos a punto de empezar, es tiempo de que la humanidad comprenda que el miedo solo te atrapa y no te deja sentir la libertad, ni saber qué es ser responsable de ti mismo. – dijo Haziel.

Por miedo a lo que vieron de mi posesión, la Júlia ha conseguido a toda la clase a sus espaldas y el curso entero para que me hagan bullying. Pero no me tienen miedo a mí, sino a ella, por lo que sea que les vaya a hacer.

Desayuné super rápido en casa de la abuela Victoria, el Titi fue quién me llevó al colegio dando un paseo a las nueve de la mañana. Tenía tanto sueño, que durante la hora de rezo, me quedé frita de pie, mientras que la Carmen daba paso a un compañero de clase para que leyera en voz alta la plegaria del día, me desperté casi a las puertas de un infarto cuando se escuchó la música de la canción religiosa que teníamos que cantar al finalizar el rezo. La primera hora tocaba clase de naturales, estábamos estudiando a las hormigas, me fascinaba su estructura social, es muy parecida a la que vivimos nosotros, un mandamás (la reina) en nuestro caso el presidente del gobierno, que manda a los de más abajo para que salgan adelante y cuiden de la colonia. Uno de mis mayores sueños, siempre ha sido en tener un hormiguero en casa de forma natural, para estudiar su comportamiento y compararlo con el de la sociedad a nivel más metafísico.

En un momento en que la Carmen nos dejó hacer un ejercicio sobre hormigas a nuestro aire, aprovechando que tenía a Gerard atrás, me giré para hablar con él y con José.

-        ¿Saben porque las hormigas cuando construyen sus túneles tiene esta forma tan peculiar?- pregunté.

José y Gerard me miraron con curiosidad y asombro al mismo tiempo.

-        Pues esa forma se llama hexágono, es decir que es una forma que tiene seis lados, y esto tiene mucho que ver con cómo se formó la Tierra hace muchos millones de años.- dije me sentía fascinada por esa información.

Pero ni a José ni a Gerard les entró de la misma forma, me seguían mirando de la misma forma de sorpresa, pero no entendieron nada de lo que les dije y simplemente me volví a girar y continué con mis cosas.

-        Mi amor, ¡qué información tan interesante! ¿por qué crees que son seis lados, sabes de qué dimensión proviene esta información? – me dijo Uriel mientras pasaba un bazo por encima de mis hombros para consolarme y animarme un poco.

-        Si, la 6D.- dije sin ánimos.

-        ¡Maravilloso! ¡Cuéntame más, mi amor! – dijo Uriel para seguir animándome.

Miré a Uriel a mi izquierda, mientras que apalancaba la cabeza encima de la mesa e intentaba pensar por un segundo que aún me encontraba en Agartha, cerré los ojos bien fuerte, y por un segundo pensaba que estaba allí de nuevo, pero al abrirlos, la realidad volvía a mí y me puse triste y algo decepcionada. Uriel pasó cariñosamente su mano encima de mi pelo, se agachó para tener su cara a poca distancia de la mía, se le veía preocupado por mí.

-        Lo comprendo amor. No te preocupes. – comentó Uriel mostrando una pequeña sonrisa de compasión.

Miré alrededor, todos estaban charlando entre ellos, pero ninguno charlaba con su ángel de la guarda. Cada vez veía menos ángeles al lado de mis compañeros y empecé a preocuparme si a mí me pasaría igual, solo pensarlo me ponía a llorar y sentía como el corazón se desgarraba tan fuerte que sabía que moriría si algún día ocurriría.

-        Quedamos muy pocos, Dary. ¡No quiero perderte!- le dije susurrándole a la oreja.

-        Si no lo deseas, siempre estaré contigo. Aunque no me llegues a ver, yo nunca me separaré de ti. Te lo prometo y cuando un ángel promete algo, siempre cumple. – me susurró Uriel en la oreja seguro de lo que decía.

-        ¿Tendré que dejar de verte?- susurré pero me puse sin querer a susurrar algo más alto, por suerte nadie nos vio.

-        Tus ojos se adaptarán a tu nueva realidad de 3D. Pero siempre me haré ver para ti. – informó Uriel.

-        ¿Cómo?- le pregunté.

-        Podrás sentir esto. – me dio un beso en la mejilla y me acarició suavemente con la yema de los dedos la mejilla que me había besado.- Cuando lo sientas, sabrás que soy yo. – mostró una sonrisa sincera y yo le copié.

Su cariño siempre había sido muy sincero, en ese tiempo era cariñosa con mi madre y con la iaia Filo, incluso con el Titi, pero con mi padre nunca, siempre me ha parecido fría la figura paterna, prefiero saludarle en plan americano, un choque de puños o unos golpecitos en la espalda, que darle un beso o un abrazo. Aunque les parezca extraño, a mi padre ya le es suficiente, tampoco es muy cariñoso con la gente pero es una buena persona. Eso me viene de mi apellido paterno, los Galí somos algo secos con las muestras de cariño en público.

-        ¿Cuándo será esa gran decisión, Dary?- le pregunté.

-        Cuando cumplas 8 años, tendrás que decidir si quieres seguir con nosotros o dejarlo todo para más adelante. – respondió Uriel.

El corazón me latió muy fuerte y me dolió bastante. La decisión era clara, en un año aproximadamente tenía que tomar un camino, estar junto a los ángeles de forma activa o… vivir al margen de todo lo que signifique Ser de Luz. Eso quería decir dejar incluso Agartha y el trabajo de Trabajador de la Luz para cuando estuviese más preparada.

-        Dicen que esta decisión es la primera importante tras nacer, ¿cierto?- le comenté.

-        Así es, mi amor. Después de nacer, a los ocho años se toma la primera decisión importante, la siguiente será cuando tengas doce años, para saber ¿qué te gustaría ser de mayor? Y luego ¿qué universidad o trabajo quieres hacer? Y así, un sinfín de preguntas importantes que te van a condicionar toda la vida, hasta el fin de ella. – respondió Uriel.

En jerga angelical se les llama a estas decisiones troncales, pues son las que todo el mundo debe pasar para hacer un camino u otro.


Entonces, me vino un mareo sin previo aviso y me quedé mirando como toda la clase se movía, los muebles, las personas,… todo… dónde poco a poco me estaba entrando un sueño raro, lo último que recuerdo fue que dejé de ver y todo se puso de color negro… reconocí esas sensaciones, estaba volviendo a recordar una vida anterior…

Abrí los ojos, me encontraba en una habitación estaba tumbada en una cama, hacía mucho calor, cuando me incorporé vi que no estaba en mi habitación, pues era tres veces más grande de lo que era la mía en Manlleu.

-        ¿Dónde estoy?- dije en voz alta, pero en la habitación no había nadie.

Las paredes eran blancas y solo había dos ventanas con cortinas sin cristal ni persiana, me incorporé y caminé hacia ella, para ver qué había más allá de esa habitación. Se podía ver un amplio patio con un estanque en medio, había columnas blancas y doradas alrededor del patio, también había plantas tropicales, la temperatura era muy alta parecía verano. En el patio vi a unos hombres que iban con falda y una camisa blanca, la falda era dorada, un cinturón de cobre y en la cara llevaban un tatuaje de un ojo en la frente.

Entonces, empecé a escuchar un llanto de un bebé que provenía del interior de la habitación, miré y me fijé que la cama estaba en medio de la habitación y era doble, estaba hecha de madera dorada y azul, parecía lujosa. Deambulé por la habitación pero no había ningún bebé, hasta que la puerta se abrió y me quedé parada, allí estaba el arcángel Uriel caminando hacia a mí, con un bebé llorando en sus brazos.

-        Creo que necesita los brazos de su mamá, querida.- dijo Uriel.

-        ¿Qué?- dije sin pensar.

Uriel se acercó y me entregó al bebé, yo lo agarré como pude y le miré a los ojos, estaba llorando pero se parecía a mí.

-        Tu hija necesita los brazos de su mamá.- comentó contento Uriel.

Entonces la reconocí, era ella, la misma hija que vi cuando visité el departamento en Agartha. Había viajado en el tiempo, estaba en un recuerdo de una vida pasada, que no sabría identificar, parecía Egipcia pero algo me decía que aún no había pasado eso, el antiguo Egipto todavía era un sueño a punto de realizarse. Luego supe dónde estaba era Khefis, la capital de Atlántida. 

P.D. Dentro de cuatro capítulos terminaremos la primera temporada y estaremos dos semanas sin publicar capítulo, luego regresaremos.

Recomendación: La familia perfecta - Película en Netflix.

HR.

HERO&Corporation.

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