Una de las cosas que más me ha costado aceptar en esta vida,
es el hecho de que todo lo que hacemos tiene un tiempo y un espacio programado,
y que durante este periodo hay ciertos procesos que uno va pasando, en expresión, experimentación, integración y
trascendencia. El peor de todos, a nivel personal y quizás a algunos de
ustedes, es el paso de la trascendencia,
en ese momento en que debes aceptar que ha llegado el momento de dejar ir
aquella situación, conflicto o sentimiento que has ido aprendiendo y
experimentando a lo largo de un tiempo y un espacio.
Tal y cómo cuento en el espejo
de mí vida el momento en que me doy cuenta con cinco años, de que el titi
Hilario en cuestión de unos pocos años tiene que volver a su estado original,
es uno de los momentos más duros que viví en esta encarnación. Me costó mucho
adaptarme a la idea de que no lo podría ver más de la forma en cómo lo conocí,
en 3D. Me hubiese gustado que siguiera conmigo, pero cada uno tenemos una vida
que vivir, y si me digo a mi misma “no quiero que te vayas” estás causando un
vínculo que aunque las cosas sucedan, no vas a poder liberarte para permitir
trascender esa situación.
Es duro cuando uno decide irse, en este caso el Titi no
murió solo ascendió, agarró sus cositas y se fue a vivir a 5D, el proceso de
morir es distinto, pero se parece mucho a la ascensión, con la diferencia de
que cuando mueres, tú espíritu y tú alma sigue contigo, pero el cuerpo no. En
la ascensión, te vas a la 5D con el cuerpo, el alma y el espíritu, es parecido
a una mudanza, dónde si que se te permite llevarte “ciertas cosas” contigo del
plano material al de 5D.
O sea, imaginemos que estamos en el aeropuerto en 3D,
esperando en la cola de control para poder ir a buscar la puerta de embarque.
Llegamos a control y ven que vas con una maleta llena de cosas que te quieres
llevar en el viaje, pero el policía (en este caso sería un guardián de luz) te
dice “¡alto allí! Por favor, abre la maleta para ver qué puede o no llevarse,
gracias”. En ese momento, pones la maleta encima de una mesa y la abres, y qué
tienes, pues botellas, cinturones,… todo tipo de cosas que no están “permitidas”
para el viaje que vas a llevar, excepto una muda y una joya en forma de piedra.
El guardián te dice “solo puedes llevarte estas dos cosas, la muda y la piedra,
todo lo demás, no está permitido”, entonces tienes que dejarlo todo allí, y
llevarte lo que sí que puedes.
¿Por qué solo puedes llevarte eso? Porque el proceso de
ascensión es complejo, es como poner en un vaso de agua diferentes tipos de
líquido dónde algunos más densos estarán en el fondo del vaso y los más sutiles
estarán más arriba. En la muda, la tela que se usó para coserla, puede que
tenga propiedades de 5D, por lo tanto será más sutil y podrá acompañarte en el
viaje, la piedra tiene propiedades de 5D y también te puede acompañar, pero en
cambio las botellas y el cinturón, solo tienen propiedades de 3D y no te pueden
acompañar. Esto ocurre porque la muda y la piedra fueron creadas de una forma
en que pueden seguir existiendo en cualquier dimensión a la que te mudes.
Para ascender solo necesitas maleta de mano, no se permite
sobrepeso en efectos materiales, porque la gran mayoría no te permitirían
seguir el viaje. Lo peor es cuando mueres, que no te puedes llevar nada, ni una
foto, todo lo denso y material se queda en 3D. Es duro aceptar que las cosas
solo duran un tiempo y que normalmente cuando llega el momento de dejarlas ir,
te hace creer que es demasiado rápido todo. Con el titi me pasó, aunque ya lo
explicaré mejor con el paso de los capítulos, fue la primera vez que tuve que
aprender en consciencia sobre este proceso tan complicado, nada es para
siempre, una frase que durante hace relativamente muy pocas semanas, no quería
escuchar, porque no me sentía preparada para aceptarlo.
No simplemente se puede atribuir a una muerte de alguien
importante o una ascensión de alguien conocido, pues todo lo que tenemos en
nuestras manos está determinado por el patrón de 4D, un tiempo y un espacio y
un motivo en 6D el conflicto a aprender. Por ejemplo, cuando los guías me
estaban enseñando el funcionamiento de la numerología como herramienta para
comunicarnos con los otros planos o con personas que estén lejos en este mismo
plano. Durante todo un año, mes a mes, los guías me iban explicando mediante la
práctica cómo se dividen los números entre “sagrados” que serían: 2, 4, 8 y 22.
Y los “semi-sagrados” que serían: 1, 3, 5, 6, 7, 9, 11 y 33. Donde la
combinación de números de cada grupo forman una o varias figuras geométricas
que se acaban convirtiendo en patrones de conducta a nivel personal, familiar,
grupal o universal. Dando más importancia a los “semi-sagrados” por ser la
estructura que forma la realidad y los “sagrados” solo nos muestran qué debemos
aprender de ella.
Durante ese tiempo que me estaban enseñando, la vida misma
era una práctica constante de estos números para entender cómo vibraba la
realidad. Pero en cuanto pasó el año y los guías me avisaron de que ya había
aprendido todo lo que tenía que saber, de repente dejé de recibir los números
en plan señal divina y me tuve que centrar en el siguiente aprendizaje. En ese
momento, no me costó nada dejarlo ir, transmutar el aprendizaje, porque era un
conocimiento más que debería usar para este tiempo del 2020 a 2022. Si que lo
echaba de menos, pero el hecho de dejarlo ir, me permitía a mi liberarme de ese
aprendizaje y permitirme empezar otra cosa, y eso tiene mucho que ver con
aceptar los cambios y adaptarse a ellos, ¿cuál es tú nivel de adaptación a la
vida realmente? ¿Me cuesta cambiar o soy fácil de aceptar el cambio para un
medio mejor?
Imagínense la primera vez que dos hombres descubren el
fuego, uno acepta y aprende el cambio de que el fuego es bueno para calentarse
a la noche y para cocinar o para iluminarse en momentos de oscuridad, mientras
que el otro decide no aceptar ese cambio y sigue pasando frío a la noche, se
come las cosas crudas y no puede moverse de noche solo de día para saber a
dónde tiene que ir. ¿Cuál de los dos permitiría haber llegado hasta la
actualidad? ¿Por qué el que no llegó no pudo llegar a la actualidad? La
adaptación al medio es una cosa que llevamos en el ADN, ya no digo familiar,
pues la humanidad ya tenía este patrón en el ADN cuando llegó los dinosaurios,
es un patrón que nos lo otorgaron los reptilianos. En la prehistoria servía
para adaptarnos en la supervivencia, en la actualidad nos sirve para comprender
que las cosas deben cambiar para evolucionar.
¿Qué pasa sino permito dejar ir una situación que ya está
aprendida? Si alguien cercano muere, siempre se dice “ahora está en un lugar
mejor” y así es, pero si sigues todos los días pensando “¿Por qué se fue? No quería
que se fuera tan pronto…” sin consciencia lo que estás creando es que esa
persona que ahora está en otra vibración, no pueda seguir su camino siendo un
espíritu. Es decir, que le estás diciendo a esa persona que murió que todavía
no puede irse, cuando ella eligió marcharse, por lo tanto, se crea un vínculo,
como una cuerdecita que no le permite a la persona desencarnada seguir y se
queda junto a ti, preguntándose ¿qué hago acá? ¿Por qué no puedo irme? No te
das cuenta de ello, de que debes aceptar que esa persona terminó su vida y que
debe seguir su camino en el otro plano, evidentemente que lo echarás de menos,
pero sino lo aceptas y no le permites irse, estás condicionando a ese espíritu
a deambular alrededor de ti de forma inconsciente y por eso si vas a una
vidente, siempre te dirá “veo a tú papá junto a ti, pero está como triste o
enojado contigo por…” o quizás de repente en tú casa pasan fenómenos extraños
como se prende la luz sin motivo alguno, la televisión de repente hace rayas
sin una explicación… o te llaman por teléfono pero no contesta nadie. Cuando
ocurre, es aquella persona que no le permites seguir su camino en el otro plano
y se pregunta mil veces “¿Por qué estoy acá? ¡Ah ya sé, la voy a llamar y que
me diga porqué!”.
Para solucionar este problema es, admitir que la vida sigue,
es fácil pero doloroso. Durante mucho tiempo ignoraba la idea de que el titi
una vez estaba ascendido pudiera volver, pensaba que me había abandonado y que
una forma dulce de no decir adiós para siempre, era decirme que estaba en 5D,
pero cuando cumplí 14 años, regresó en 4D y 5D en mi casa, pero ya no estaba
vinculado a nadie, regresó porque decidió seguir su trabajo de arcángel
guardián de mi mamá. Y en ocasiones lo veo, pero lo siento a nuestro lado en
casita, siendo un vínculo por trabajo y no por una forma egoísta de no querer
cambiar las cosas por las cuales crecí.
Un ejemplo que me pasó ayer cuando supe que mi abuela Filo
murió, y es que después de dar la vueltita al reloj por asuntos que tuve que
hacer respecto a esto, cada vez que cerraba los ojos y la luz, sentía el vínculo
con ella muy fuerte, de hecho siempre sentía y sabía dónde estaba ella a cada
rato, mientras ella vivía, ya que para mi ha sido como una segunda mamá y para
ella su hija que nunca pudo tener. Así que al igual que me ocurre con mi llama
gemela, cuando cerraba la luz y los ojos, me conectaba con su cuerpo que ya
estaba en el ataúd, claro eso daba un miedo increíble…. Por eso me costaba
agarrar el sueño o intentarlo con la luz encendida, algo difícil, pero como ya
me conocen, no permito que el miedo me limite, lo intentaba de diferentes
formas, dibujando, escribiendo, hablando o lo que fuese… pero siempre me seguía
ocurriendo. Hasta que al final, lo que tenía que hacer era ponerme a escribir,
pero no explicando lo que me sucedía, sino explicando el último mensaje que
quería compartir ella a través de mi, y fue cómo fue desencarnar (una
experiencia que no voy a compartir por ser un tema privado, pero algún día
alguien importante del futuro, podrá leerlo).
Ese vínculo con ella, tenía que pasar por un paso importante
de la transmutación, mi abuela me quería explicar cómo fue… y dónde se
encuentra o con quién se encuentra ahora. Notaba que está en luz, por eso desde
que supe la noticia no me puse triste pues estaba contenta y muy agradecida por
todo lo aprendido con ella. Por eso sentía en mi corazón cómo una ancla
clavada, era doloroso pero lidiaba con ella pensando “es el proceso, o sea que
todo está bien, se te pasará con los días y semanas”, pero no era así, lo que
sentía en realidad era mi abuela que decía “te quiero contar cómo fue, para que
estés tranquila de que estoy bien dónde estoy” y cómo siempre nos contábamos todo,
pues le hice caso y me puse a escribir a mano. No lloré porque era algo hermoso
saber que no había sufrido, que eso me preocupaba, pero poco a poco esa ancla
en mi pechito se fue disipando, se fue transmutando, hasta que al final, pude
dormir con la luz apagada cómo cualquier día.
Esa ancla en realidad era el vínculo con ella, ahora solo
estoy vinculada a nivel emocional y espiritual, es la forma en cómo estamos con
nuestros seres queridos del otro lado, pero en que no les condicionamos en su camino,
y de vez en cuando si lo desean, nos dejan algún mensaje en plan señal divina o
visión interna. Espero que les ayude a entender, les mando un abrazo. Gracias por
leer.
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