¿Sigues allí? ¡Yo si!

Adoro despertarme cada mañana con una sonrisa y no saber por qué motivo sonrío así, pero siento esa felicidad dentro de mí, y hace que todo el día sea menos horrible que hace escasas semanas. ¡He vuelto a sentir la vida fluyr junto a mí! He pasado muchas penúrias para llegar hasta aquí, incluso me he exiliado de la gente para ver ¿Qué es lo que quería yo de mí misma? Y me he encontrado a mí misma, y tal y como dije ayer, estoy regresando poco a poco a mí vida, a mis constumbres y a mí hogar. ¡No tengo miedo, sino que siento alegría por volver! Me he perdido bastante, todo este tiempo, pero regresar es lo único que siento que toca hacer ahora mismo, incluso cuando la vida misma te da una oportunidad de ver por segundos ese objetivo que te parece que se ha marchitado un poquito con el paso del tiempo, pero sus petalos estan en perfecto estado, estan mejor que nunca, porque comprendes en tú interior que ese objetivo también está listo para volverte a sentir.

Cierro los ojos recordando los pasos hechos antes de empezar el sendero a la oscuridad, a la marchitación definitiva que ha marcado este espacio tan denigrante... Pero recuerdo hojas caerse de las copas de los árboles, el Sol brillando con fuerza y un corazón alegre sin miedo a no ser rechazado, sin miedo a no completar su misión, sin miedo a sentirse mal, sino que todo lo contrario, siento ese corazón que sigue latiendo fuertemente sin esperar nada a cambio, solo el regreso a esa vida hermosa que tanto marcó el inicio de la vida, de esta etapa tan distinta a la anterior, de haber madurado y que ahora todo parezca bien, y sin haber dejado ni un segundo su hermosura atrás.

¿Qué me hace volver? La reconexión conmigo misma me ha permitido comprender qué es lo que quiero y porque sigo avanzando sin encontrarlo, cuando lo he tenido siempre junto a mí, y ahora es cuando me he separado de mí otra conexión que me mantenía fuerte en esta tierra. La reconexión me ha servido para dar media vuelta y regresar a esa reconexión con el mundo, el corazón, el cosmos y la vida misma canalizada con el amor. Dentro de mí vuelve a ser fiestas patronales, veo los fuegos artificiales petar en lo más alto del cielo, mostrando sus colores hermosos, virtuosos y en uno de ellos dibuja en el cielo un corazón rojo potente, y latiente. Así es como me siento ahora mismo, como si me comiera el mundo, pero controlado y sabiendo en cada momento el paso que voy dando, porque sigo paciente, esperando a esa señal que emrgue del centro de la tierra, para recibir la única cosa que busco en esta vida y que ha vivido junto a mí, desde mí nacimiento.

Esta fuerza tan enorme solo vibra en un único número que él mismo ya sabe cual es. Cada alma vibra en un único número, pero solo el amor une esos números y les hace vibrar en conjunto. ¿Has encontrado ya tú número vibratorio? Yo estoy en ello, es por eso que estoy regresando.

HR.

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