Pasito a pasito voy descubriendo detalles que jamá olvidas, porque consolidan el presente que es diferente al imaginado, y el futuro sige siendo incierto, pero encertar la verdadera pasión es cuestión de trabajar duro con esos detalles que aunque en muchos momentos ni te fijas dónde están, están allí. Por lo que llevamos de este años, ahora sé que tengo el infinito en mí posesión, es algo que buscamos todos, una inmortalidad imaginativa o real, cuando dejas de imaginar y empiezas a vivir tal y como se debe, conduciendo tú camino, a besos y a sensaciones diferentes que jamás las habías sentido igual, como si fueras un puzzle y solo enacajas con otra pieza única.
"Dos soletes se juntaron y dieron lugar a tú belleza que ahora apuesta a mí favor", eso es lo que mí cabeza piensa, y lo que siente el corazón es inexplicable, si sabes de quién viene este piropo, que te ha sorprendido en un día como hoy, un día que se tiende a infinito. No es nada cuando no los tienes pero demasiado cuando están en tú posesión, escondidos entre los detallitos que nadie ve, solo tú sabes y presientes y sientes que existen, porque el mismo corazón ya te lo recuerda, porque en cosas del corazón es mejor dejar que él mismo te govierne y que la cabeza sea un sustituto, porque no sentimos con el celebro sino con el corazón, con el único órgano que sabe cuando nacemos y cuando morimos.
Las rejas solo las pones tú mismo, cuando quieres amar solo a uno, o cuando caes de la nada, como si esto tendría que ocurrir, porque el infinito es la magia que tiene. El infinito te atrae como si realmente lo que tienes que hacer es caer allí, entre las rejas del amor que quizás como termine o si tiende a terminar y se consigue que sea infinito, todo el mundo se da la vuelta y las peores pesadillas dejan de existir. El infinito tiene su dibujo oculto entre los detallitos, una sonrisa, un regalo, una rosa o quizás un instante que te regala la vida, de poder amar a alguien que es inifnito.
HR.
HERO&Corporation
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