domingo, mayo 16, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 86

 

El Divino con la túnica azul, me dio una carta rosada que en un lado había una pluma roja enganchada que ponía mi nombre, miré el reverso pero lo único que vi fueron números de una dirección que no supe ubicar, no parecía una dirección de la Tierra.

-        El Creador me encomendó que te entregara esta carta en mano de inmediato para ti, Laia. – dijo el Divino azul.

Fue cuando comprendí que si recibo alguna carta rosada con una pluma roja en el reverso, sé que proceden de la famosa Casa de Dios o cómo lo decimos los Seres de Luz, La Cruz del Sur.

La carta contenía cinco hojas que parecían certificados de algo importante, Uriel me quitó de las manos dos hojas y las estuvo revisando, yo no comprendí qué era eso.

-        Mi amor, esto te va a encantar… - dijo Uriel emocionado.

-        ¿Qué pasa? ¡No entiendo nada!- dije preocupada.

-        Es tu autorización oficial para trabajar como emisaria en este planeta, aquí dice que en estos momentos ya eres oficialmente una trabajadora de la luz. – dijo Uriel.

Me alegré mucho, tanto que le di un abrazo a Uriel, me levanté y les di un abrazo a los Divinos también, del impulso.

-        ¿Y ahora qué va a pasar?- pregunté emocionada y preocupada al mismo tiempo.

-        Ahora Dios te puede llamar en cualquier momento para mandarte una misión que aceptes hacer. También te lo pueden decir cualquier Ser de Luz que viva en 5D, por ejemplo los Maestros Ascendidos y los Elohims, pero recuerda solo cumplirás con una misión si tú aceptas hacerla. El universo necesita tu consentimiento y si así lo haces, deberás cumplir lo prometido. – dijo uno de los Divinos.


Volví a sentarme en mi sitio mientras que los Divinos empezaron a contarme algunas de las reglas básicas para ser trabajador de la luz.

-        Número uno; cuidarás de este mundo como si te fuese la vida. – dijo el Divino, se aclaró la gola y prosiguió.- desde siempre será cuidar de los cuatro reinos que habitan en Gaia, la Tierra. Cuidarás del reino animal, vegetal, mineral y humano, al mismo tiempo que tendrás que armonizarte en los cinco elementos, tierra, agua, fuego, aire y éter. Esta será siempre una misión constante, los trabajadores de luz se nos autoriza ser los cuidadores de mundos, y tú ahora te has unido a nosotros y deberás cumplirlo a rajatabla, ¿de acuerdo? – informó.

-        Así será.- dije convencida de lo que eso conllevaba.

Recordaba esa norma cuando me redactaron un día las normas básicas de actuación de un guardián de unidad, esa no cambiaba para nada entre trabajador de luz y guardiana de unidad.

-        Número dos; eres parte de la neutralidad de este mundo. – dijo otro Divino, un silencio nos visitó y luego prosiguió.- Las ideologías políticas, deportivas o cualquiera no serán de tú incumbencia. Tú misión es estar en constante equilibrio dentro de Gaia, por ende, no te puedes posicionar en ningún bando, siempre deberás estar uniendo ambas partes en el equilibrio constante del universo. – informó.

Eso puede ser una ventaja porque a mí nunca me ha gustado eso de posicionarme en un lado, por ejemplo con mis primos de parte de mi madre, siempre se peleaban por saber de qué equipo de futbol eras, todos excepto Jordi siempre hemos sido del Barça, mi primo Jordi durante mucho tiempo fue del Madrid y por eso entrabamos un poco en polémica, sin ofender a nadie, empezaban a defender cada uno a su equipo y cuando había un clásico parecía una obra de teatro que no un partido de futbol. Por eso nunca me gustó el hecho de ser de un bando u otro, siempre me he preocupado por ambos, supongo que ya llevaba la procesión por dentro antes de saber que mi destino era convertirme en trabajador de la luz.

La desventaja ahora lo veo a la hora de votar, legalmente soy ciudadana humana y puedo votar, pero en esencia tengo prohibido posicionarme, por eso suelo votar nulo y apechugar con el resultado me guste o no. Sé que esto puede llegar a ser una polémica, pero me comprometí a cumplir con las normas de Trabajador de Luz que para mí significan mucho, es lo mismo que cuando una persona entra a trabajar en una empresa, se debe comprometer con la empresa y sigue las normas y la forma de actuación de la empresa para que no le echen, ¿es así? Pues imaginen que yo trabajo para la empresa más importante del universo y simplemente cumplo con mi deber que prometí hacer.

-        Número tres; No perjudicarás ni dañaras de cualquier forma posible o imposible a los reinos de este mundo y sus elementos. – dijo el tercer Divino, por la cara que ponía de serio noté que era importante esta norma.- Tú deber es defenderlos de cualquier ataque de cualquier índole. Mantendrás el equilibrio entre luz y oscuridad para que ninguno de los bandos ataquen a este mundo de forma in extremis, si uno de los bandos se ceda demasiado, tendrás el deber de visitarles e informarles que se retiren al equilibrio y mantengan la harmonía. – informó.

Siguieron explicándome más normas hasta llegar a un total de diez, como los diez mandamientos pero muy diferentes, porque estas normas no son por avaricia del ser humano, pues la intención es llevar una harmonía universal. Estas que les mostré son las más importantes y las tengo en mi corazón como si fuesen mis principios, cumpliendo a rajatabla día a día, pues cuando te conviertes en un Trabajador de Luz lo eres para toda la eternidad, hasta que decidas dejarlo por un tiempo.

Tras la reunión que duró mucho tiempo como tres horas, regresé a 3D en el mismo punto dónde me encontraba, viendo la obra de teatro, tras reponerme bien, le pedí a la Carmen si podía ir al baño del pasillo, me dejó ir, así que me fui acompañada del arcángel Uriel para refrescarme la cara un poco y respirar después de todo lo sucedido.

Me apoyé en el lavabo frente al espejo y me miré a los ojos que intentaban volver la pupila a su estado normal, parecía que me habían drogado, por eso estuve así un rato. Pensaba que estábamos a solas, cuando escuché la cisterna de una de los cubículos del baño, de repente se abrió la puerta y apareció ni más ni menos que Gabriel el chico que tuvo un accidente de auto. Nos quedamos mirando en el espejo, hasta que él sin decir nada volvió a la función. En esa escuela los baños eran unisex, cuando se fue vi el reflejo de Uriel por el espejo.

-        ¿Qué me pasa con este chico?- le dije.

-        Recuerda que ahora cuidas a la humanidad, amor – dijo Uriel.

-        ¿Le estoy cuidando?- dije arrugando la frente.

Uriel dijo que sí con la cabeza, llevaba las manos delante de la cintura unidas entre sí en forma de abnegación.

-        No es… ¿el Chico verdad?- le dije algo triste.

Uriel dijo que no con la cabeza, y me puse a resoplar, él se acercó noté su mano encima de mi hombro derecho, le miré a los ojos a través del espejo.

-        Él necesita un guía mientras que siga por aquí… - dijo Uriel.

-        Mejor volvemos que se van a preocupar…- le dije y Uriel me siguió.

Una semana después, a dos días de las vacaciones de navidad, estaba en el patio cuando de repente escuché en las jardineras que hablaban con Gabriel dos profesoras que todavía no había tenido el placer de conocer. Ese día se quedaron a almorzar junto con nosotros, sin querer puse la oreja disimulando de que no me viesen fisgonear.

-        ¿Y a dónde irás?- le preguntaba la profesora.

-        Mi madre la trasladan a Francia y terminaré el colegio allí, he estado practicando francés en los últimos meses, así que estaré más preparado.- dijo Gabriel algo ilusionado.

-        ¡Te echaremos de menos!- dijo la profesora.

-        ¿Cuándo te vas?- preguntó la otra profesora.

-        En fin de año.- dijo Gabriel.


Mi primer protegido se iba de la ciudad para siempre, me sentó horrible pues ya le había agarrado cierto cariño, aunque pensé que lo vería en algún momento en Agartha. ¿Por qué había llegado de esa forma y había durado tan poco? No lo entendía, era mi primera vez que me sentía como Uriel, un guía que vete a tu saber porque me enviaron a cuidar de este chico que además es compañero de Agartha y me preguntaba ¿serían todos conectados? Obviamente la inocencia me cegaba el corazón a esas edades, pues el hecho de ser una cuidadora de mundos, quería decir cuidarlos a todos, los que estén conectados y los que todavía no hayan tenido el tiempo para estarlo.

Las fiestas de Navidad fueron algo diferentes, después de saber que los padres eran papá Noel y los Reyes Magos, me volví en cierta forma más humana, aunque en realidad estuve todas las vacaciones con un sentimiento de tristeza y preocupación enquistada en el estómago. ¿Cómo podrían creer en la desilusión de la propia magia? Un humano desilusionado podría causar cualquier guerra con tal de expresar sus sentimientos de represión internas. Como Trabajadora de la Luz sentía que debía hacer algo al respecto, así que la última semana de clase, nos aprendimos un poema de Navidad y decidí ponerme de pie en la silla y recitarlo.

Mis padres empezaron a sentirse vergonzosos, sentía la vergüenza brotar de mis entrañas, pero no era mía sino de ellos, para que intentase callarme la boca, sentarme de nuevo en la silla y hacer como si nada hubiese pasado, pero no les hice ni caso, recité el poema hasta el final, aunque me costó un poco memorizarlo, me ayudó Uriel. Los demás familiares, se alegraron mucho de escucharme incluso se arrancaron para Bulerías después o para el final del poema, porque parecía tener ritmo de canción. Me gustó mucho ese recibimiento, en cambio a mis padres no me gustó sus caras, ¿qué les pasaba y porque se sentían así? Por los ojos que le vi a mi padre, yo les había causado semejante vergüenza aunque tampoco lo hice mal, simplemente pensé que sería divertido, pero ellos no lo aceptaban que yo también colaborase en el buen rollito de la familia Garcia.

Cuando bajé de la silla, me fui con mi madre pero ella simplemente se puso a charlar y hacer el cachondeo, como lo decimos nosotros, con su hermana Trini, y mi padre simplemente se puso a charlar con Rafalé y Alfonsito ignorándome por completo. Me sentí mal, Uriel colocó sus manos encima de mis hombros mientras que el Titi me agarró por sorpresa de espaldas y me empezó a dar vueltas en el aire como si fuese una artista de circo, empecé a reír, mientras que esperaba los regalos.

Para que la abuela Victoria estuviese en la mesa con nosotros, Alfonsito la colocó en la silla de ruedas, porque así era más fácil trasladarla por el piso por si tenía que ir al baño o cualquier cosa. Había empeorado pues ya no reconocía a ninguno de los Tíos y mi madre lloraba a solas en una de las habitaciones cuando se pensaba que no le veía, porque su madre le había preguntado más de una vez “¿Quién eres?” y era su hija más pequeña. Entonces, nos mandaron hacia las habitaciones del fondo del pasillo, cerraron la puerta del pasillo, me encontraba con mis primos Ana María, Jordi y Juanito.

Me sentía algo ansiosa por saber si se habían acordado de todo, porque ese año si que pedí ciertas cosas que eran importantes para mí, pero mientras que Jordi hablaba con la Ana María de cosas que no quería prestar atención y Juanito simplemente observaba la conversación, me sentí algo rara y sentí una brisa inexplicable cuando estaban todas las ventanas cerradas por el frío que hacía, miré hacia las habitaciones que en realidad estábamos en la curva del pasillo, allí me quedé un poco sorprendida porque vi a una angélica que nunca había visto parada delante de la habitación de Alfonsito.

PD. A partir de la próxima semana los capítulos se emitirán el viernes.

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HR.

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miércoles, mayo 12, 2021

Elige Tú Llama Gemela

 

Abro los ojos por la mañana y lo siento, desayuno y lo siento, hago mis cosas del día, y lo sigo sintiendo, ¿a ustedes no les pasa? Si, esa sensación que parece que todo te sale… ¿bien? Que sin querer sonríes todo el día y parece que te gusta, lo que sientes. ¡Así estoy desde el inicio del año 2021! ¿Me habré vuelto loca de verdad? Ah no… si lo que me pasa es eso que a la humanidad le tiene tanto miedo… ¡me enamoré!

“Pensaba que después de que me rompieran el corazón jamás volvería a estarlo, pero aquí estoy… de nuevo, ¡cagándola!” típico de todas aquellas personas que piensan que hablo del amor de pareja, pero hoy mi tema no va sobre ese tipo de amor. Pero hablo del amor, algo que no nos debería dar tanto miedo, pues el amor lo es todo. Sé que se hartaron de escucharlo, porque el amor siempre lo relacionamos a la familia, amigos y por supuesto a nuestra media naranja. Pero el amor también está en los alimentos que tomas cada día, en las paredes, la computadora, el auto,… en todas partes el amor existe pero como no lo ven o no quieren verlo, intentan pensar que ser afortunado en amores solo ocurre en las parejas. ¡Ingenuo!


Para empezar ¿quién carajo se inventó eso de la media naranja? El amor de llama gemela, sí, ustedes también tienen la chance de encontrarla, no es fácil pero tampoco imposible, hay que ser valiente en la vida, así de fácil. Pero el tema de la media naranja pienso que ocurrió cuando una persona pensó que el amor significa sacrificio, pero entendió muy mal cuando el Maestro Jesús hablaba sobre el AMOR de pareja. Cuando hablaba de sacrificio no quería decir, que cuando estas en pareja debes descuidarte y entregarle todo el amor a tú pareja, pensando así que el otro u otra lo hará igual manera. ¡No señor, no funciona así!

Yo tuve un ex que actuaba así y les puedo confesar que era ¡agotador! Y sin querer ni verlo bien, yo al final terminé igual que él, dependiendo del otro constantemente como si mi vida en verdad no fuese nada y la suya lo más. ¿Qué pasó cuando él me dejó? ¡Pues que la pasé horrible! Allí fue cuando vino mi maravillosa crisis de identidad del 2015. Lo bueno de haber pasado una depresión así, es que he aprendido tanto de cóo funciona el universo, que no soy capaz de volver a depender de la pareja, pues todo lo que tuve que recuperar me costó riñones de oro que no crecieron de los árboles. Tuve que luchar por mí misma dentro de mí, para no tirarme del puente de Can Molas en una noche de tormenta eléctrica y abandonar este mundo.

Era normal sentirme así, si me había creído el cuento de Disney, en que el amor es perfecto y que una vez hayas encontrado a tu chico todo es de color rosa, pero ¿y las discusiones que tienes con la pareja por cualquier tema que sea importante para ambos? En las pelis de Disney no les pasa, yo no veo a Cenicienta discutirse con el príncipe encantador porque le surgió trabajo fuera del reino y tiene que pasarse una temporada fuera en el bosque. Un día conocí a una profesora de historia que al final se volvió muy buena amiga, que prohibía a sus hijos que viesen Disney, no lo entendía en ese tiempo pero cuando pasé por la depresión, le di la razón, Disney atrofia los sentidos del amor.

Me había enamorado y como era normal, me rompieron el corazón, eso pensaba que mi ex había sido el culpable, pero ¿De verdad me enamoré de él o de una ideología de cómo era el amor que debía ser? Y si es así… ¿Cuál es la definición de amor para mi corazón? Porque el amor es muy relativo, si todas los humanos tenemos que encontrar a nuestra querida llama gemela en esta selva llamada vida, ¿Por qué la sociedad hemos marcado unos tips de conducta del amor? ¿Por qué la sociedad tiene elección en cómo acabas enamorándote de alguien importante?

¡Entonces lo vi y se me abrió el corazón por completo! En mi momento de lucidez, me di cuenta de que yo estaba enamorada de la idealizada idea del amor que determina la sociedad, pero a mi sinceramente, quién andaba buscando era obviamente al Chico de Ojos Verdes que parece que mi corazón lo tiene muy claro, él y solo él… sin saber nombres, lugares, edades… un sodoku. Las pistas eran claras: Ojos verdes, altura entre 1,75 y 1,85; de habla hispana (con ascendencia argentina) y por último que recuerda lo que significa Agartha. Y con eso a buscarlo… ¡lo sé y lo ven en el espejo de mí vida la complicaron bastante nuestros recuerdos de vidas anteriores!

Pero durante todo el camino que ocurrió hasta nuestro reencuentro en el pasado mes de Septiembre del año 2020, me di cuenta porque eran tan difícil de entenderlo, porque yo tenía que aprender de nuevo ¿qué significa amar? Esta vez no estoy entregándole todo a él y yo esperando su parte, pues de lo primero que debo enamorarme es de mi misma, conocerme a mí misma, pues si tú no sabes ni quién eres ¿cómo te vas a sentir preparado para encontrar a tu llama?

Vamos a analizar el amor de las religiones, el amor del universo y finalmente el amor de pareja… ¿te has dado cuenta de quién está vibrando diferente? Nos quejamos por las religiones, porque dictan unas normas de amar muy crueles, por ejemplo la católica, musulmana y la Judía, no aceptan el amor entre los mismos sexos, y todos dicen lo mismo, la mujer es la pura y tiene que estar impecable hasta la boda, pero el hombre puede corromperse en cuanto lo desea. El amor no es clasista ni machista, el amor es una vibración universal que nos une a todos pues sin amor, no se crean hijos. La religión Buda acepta el amor universal, pero obliga a mantener castas puras, en que las mezclas no deberían hacerse. ¿Aún se preguntan porque no estoy en ninguna o me incluyen en alguna? ¿Cómo creen que eso afecta al rol de la pareja cuando hay hijos de por medio? ¡Ni de imaginan lo que inculcamos a nuestros hijos solo al estar en casa y luego lo repiten cuando son mayores y tienen sus propios hijos!

Al final resulta que nunca aprendes a amar como debería ser, cómo la sociedad te dice que debe ser, pero ¿alguna vez te lo han preguntado qué es para ti amar? Intenta no contestar “porque la sociedad cree que el amor es…” ¡contesta por ti mismo! ¿Qué sientes? ¿Qué quieres hacer con tú vida vivir el sueño o sentirlo? Si te gusta leer revistas de historia, ¿Por qué te da vergüenza mostrarlo a la sociedad? El qué dirán siempre intentará que seas alguien que realmente no sientes ser, y si le sigues el consejo serás un actor en que interpreta un personaje que al fin y al cabo cuando dice “corten” sigues siendo tú mismo.


Por eso socialmente si te vas a una discoteca un sábado con tus amigos, y resulta que acabas ligando, sino haces nada, eres un estrecho, si te besas con esa persona, molas y si te lo tiras a la primera en plan noche loca, si eres un chico eres un vividor follador, pero si es una mujer es una puta. Clasismo, machismo, y siempre etiquetando para poder saber en qué lugar de la sociedad puedes estar. El amor no entiende de fronteras, ¿sabes?

Un día la Madre María me dijo en un momento de bajón en 2015 que estaba en mi habitación, ella me vino a visitar sin rebajar su dimensión ella estaba en 5D y yo en 3D…

Hace mucho tiempo, en una tierra que estaba separada por un desierto, había una pareja que se había casado, y esperaban irse a vivir juntos. Pero resultó que la ciudad estaba partida en dos, porque el barrio alto quería separase del barrio bajo porque no se llevaban bien, así que el alcalde decidió partir la ciudad en dos, construyendo un muro, separando así familias. La pareja se tuvo que separar porque ambas familias eran uno de los altos y el otro de los bajos.

Por muchos años, estuvieron separados no se podían comunicar, ni verse, puesto que no había ni servicio postal entre ellas. Pero la pareja no perdió la esperanza y aunque una de ellas tuvo que casarse con otra persona porque su padre le había dicho que era mejor para él, seguía amando a la otra.

Un día después de veinte años, los dos alcaldes que se habían creado tras la separación de la ciudad, hicieron las paces y decidieron echar abajo el muro. La pareja cuando lo supo se fueron a tirar el muro, y entonces, después de tanto tiempo y aunque su pareja había tenido un hijo con su otra pareja, se fueron juntos, decidieron seguir sus vidas juntos, pues esos años no había dejado ni un día la posibilidad de dejarse de amar.

Si la sociedad tiene que elegir por nosotros, la forma de vestir, pensar e incluso sentir, ¿Por qué nos piden que crezcamos compartiendo nuestra forma de pensar si siempre nos van a callar? La sociedad tiene un objetivo diferente que elegir tú vida, debes elegir tú para tus cosas y usar la sociedad en beneficio a lo que sueñas hacer con tu vida y a quién sueñas compartirla con la llama gemela cuando la encuentres. ¡No te rindas! 

Mira nuestros videos de youtube:


 

Recomendación: Vos podés – Floricienta.

HR.

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domingo, mayo 09, 2021

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 84 y 85

 Hoy tenemos el placer de ofrecerles dos capítulos:

Capítulo 84:


Tras desayunar viendo dibujos como cada fin de semana en la salita, Uriel se tuvo que ir un momento a la cocina a charlar con el ángel de mi padre y me dejó sola allí. Encima de la mesa había los anillos, que los había dejado tras pasarse gran parte de la mañana revisando ciertos asuntos de su trabajo como guardián, como vi que no volvería, agarré los anillos y me los puse para activarlos.

Introduje la contraseña y entré de lleno a su base de datos dónde estaba toda la información sobre mí, de todo lo que había hecho tanto en esta vida como en las anteriores, él tenía acceso a todo mi historial universal, que si yo hubiese querido pudiera haberlo leído, pero no era eso lo que buscaba. Sabía que Uriel sabía algo más sobre el Chico, así que me puse a revisar los últimos mensajes que habría intercambiado con Gabriel, me costó un poco pero lo encontré sin pensármelo más entré y miré a ver si seguía en la cocina, como era así, me puse a leer.

Hermano,

Mi protegido está en apuros, necesita que le ayudemos a encontrar una forma para que contacte con su padre, antes de que sea demasiado tarde. Antes de que lleguen los guardianes. ¿Sabes si ya tienes lo que te pedí el otro día?

Atentamente,

Gab.

No me gustó nada, pero el mensaje era de hacía dos días. Algo había pasado con su padre, entonces vi la respuesta de Uriel.

Hermano,

He conseguido que se lo lleven a las salas blancas del puente de almas, pero solo he podido conceder una cita corta. Los guardianes, está nuestro hermano Miguel y de momento no tengo noticias, te las haré saber en cuanto las tenga.

Atentamente,

Uriel.


¿Puente de almas?
Algo le había pasado al padre del Chico para estar en ese lugar, algo como por ejemplo de que ya no estaba entre nosotros. ¡Ay Dios!

Dejé los mensajes y me dispuse a ver si de algún modo tenía el número de Gabriel para llamarlo y me dejase verlo, aunque fuese en holograma. Conseguí el número pero en cuanto le iba a dar a llamar, Uriel pegó un grito y salté del susto.

-        ¡Quítate mis anillos de inmediato, mi amor! – dijo algo alterado, nunca lo había visto así a Uriel.

-        Perdón, quería…- dije pero Uriel me quitó los anillos cuando vio qué iba a hacer.

-        ¡Ahora no puedes llamar a Gabriel! – dijo se puso los anillos en el saco y se quedó en el sofá terminando de desayunar su tostada con frutas.

-        ¿Por qué?- dije algo nervioso y asustado.

-        No está disponible… - dijo y esquivó el tema.

Uriel se puso a ver los dibujos conmigo, pero yo me molestó su actitud así que me levanté y me cambié de sofá, Uriel quería venirse conmigo, pero agarré la cortina y la puse alrededor del sofá creando así una pequeña cabaña y me quedé allí tumbada ignorándolo. Entonces salí un momento de esa cabaña improvisada y de la mesa agarré la libreta y el lápiz para volver a dentro de la cabaña, ya que no había podido contactar con Gabriel, me dispuse a escribirle una carta.

En cuanto terminé, salí de la cabaña arranqué el papel de la libreta y me fui a la terraza, Uriel sin que yo lo supiera me siguió. Me puse en la barandilla a mirar hacia el cielo que estaba algo nublado y hacía frío a ver si pasaba un ángel, para mandarle la carta.

-        ¿Qué es esto? – dijo Uriel mientras me quitó de golpe el papel, lo desdobló y empezó a leer, intenté que no lo hiciera.

-        Quiero saber qué ha pasado con el padre del Chico. ¿por qué me ocultas información?- le dije enojada con él.

-        No deberías haber investigado a mis espaldas, mi amor – estaba molesto Uriel.

-        No, tú no deberías ocultarme información sobre él. ¿qué ha pasado? – le exigí.

Uriel se llevó el papel a dentro de la sala, le seguí y lo puso a quemar, curiosamente mi padre había encendido la chimenea, grité de rabia y mi padre se preocupó, enojada me fui al cuarto a abrazarme con la almohada.

De repente Uriel subía las escaleras, me puse de pie y me quedé detrás de la puerta cerrada, puse la mano en la puerta y susurré “No” cuando Uriel iba para entrar en la habitación la puerta decidió no abrirse para él. No tuvo más remedio que quedarse fuera hasta que a mi se me pasase el enojo, en realidad estuve toda la mañana encerrada en la habitación, me dispuse a jugar con libros del curso anterior, luego a imaginar que mi cama era una litera, uno de mis sueños era dormir de nuevo en literas, entonces me puse a escribir notitas en una libreta, para terminar sabiendo que mi padre tenía que ir al garaje a hacer sus cosas y le acompañé.

Uriel me seguía intentando hablar conmigo pero yo le ignoraba, entonces en el cuartito de jugar, me puse delante de una de las pizarras que me habían regalado las navidades pasadas a escribir fórmulas de matemáticas muy avanzadas para una niña de seis años y medio, pero las entendía, mi padre andaba en sus cosas y yo en las mías, Uriel se sentó entre las cajas y empezó a observar lo que estaba haciendo en silencio.

Cuando terminé de escribir la fórmula en la pizarra me giré y vi que Uriel levantaba la mano, le ignoré y empecé a explicar.



 Este es el valor que tiene la energía en esta dimensión cuando un SER se encuentra en constante movimiento en una misma dimensión, usando las mismas reglas del movimiento propio del cuerpo celeste en el que se encuentre y por ende, debe adaptarse a todos los movimientos que el cuerpo esté sometido hasta que se eleve la raíz Z-1 a dos. – dije convencida de lo que decía.

-        ¿Esto lo dices por mí? – preguntó Uriel.

-        ¿Recuerdas de dónde sale la fórmula?- le pregunté.

-        Si, la hermandad blanca la autorizó para que cualquier Ser de Luz que descienda en algún planeta que no sea el suyo, sepa cómo debe adaptarse a ella. – dijo Uriel.

-        Entonces, ¿por qué no lo aplicas conmigo? No quiero que me ocultes nada, ni mucho menos que te creas con derecho de quemar mis cosas sin consultarme antes. ¡No vuelvas a hacer eso o sino pediré un cambio de ángel de la guarda! ¿entendido?- le dije intentando ser lo más comprensible posible.

-        Si, por supuesto. Perdona mí actitud. No volverá a suceder. – se disculpó.

Entonces pasamos el resto del mediodía jugando con Frodo y siguiendo el día con nuestros juegos, hasta que al final no podía más y me tumbé encima de la cama, mirando el techo, mientras que Uriel se sentó en la silla mirando sus pergaminos.

-        ¿Qué le ha pasado al padre del Chico?- le dije preocupada pero algo más calmada.

-        Hace un par de días tuvo un accidente y murió. Al parecer estaba volviendo de una misión y algo fue mal, no saben porque pero acabó muriendo. El Chico llevaba tres días buscándolo en sus sueños para ver si lo encontraba porque tampoco se sabía nada de su cuerpo, y anoche lo encontraron en el puente de almas. – confesó Uriel.

Me pilló totalmente de sorpresa, el accidente que Gabriel sabía que tenía que ocurrir, ¿era eso?

-        ¿Nadie sabía nada de ello?- dije.

-        No, claro que no. Nos ha sorprendido la triste noticia. – dijo.

No le podía decir que el arcángel sabía que algo iba a ocurrir porque formaba parte de la promesa que le había hecho. Pero a mí no me cuadró nada, ¿cómo sabía Gabriel el accidente? A partir de ese momento, empecé a desconfiar de Gabriel y empecé a preguntarme si realmente ocultaba algo importante.


El martes de esa semana compré el tiket para quedarme en el comedor y cuando estaba esperando para que me llamaran para irme a almorzar, me di cuenta de que Sergi también se había quedado. De nuestra clase se quedaba la Júlia y nosotros dos, ella que estaba más sola que la una, empezó a agarrar un neumático, se sentó encima haciendo equilibrio mientras que Sergi y yo estábamos hablando de cosas, en las últimas semanas nos habíamos hecho buenos amigos y la Júlia como era habitual se unió, para sentirse importante.

-        Vosotros dos… ¿sois novios, verdad?- preguntó la Júlia, su sonrisa no era precisamente de vergüenza más bien parecía de mala leche, ¿cómo era posible que siempre tuviese tantas ganas de ensuciar algo que tan solo era una conversación entre dos amigos?

-         ¿Qué?- dije yo.

-        Si… en la clase se piensan que son novios… Sergi, ¿te gusta ella?- le preguntó Júlia.

Sergi enojado se puso de pie y se fue hacia otro lado, nunca jugaba al futbol y se puso a jugar con los demás, aunque él no tenía ni puñetera idea de cómo se jugaba a eso. Me puse de pie y me quedé mirándola a ella, que seguía intentando aguantar el equilibrio.

-        Júlia… ¿Por qué no nos haces un favor y dejas de tratar mal a aquellos que han aceptado siempre tu compañía? ¿no te das cuenta que conmigo no consigues nada con esta actitud?- sin esperar su respuesta me fui a otro lado, incluso no me apetecía ir dónde estaba Sergi, simplemente me quedé cerca de las clases de P5 junto a Uriel.

La amistad con Sergi no lo había elegido yo, puesto que el universo a veces también tiene derecho y voto a ponerme personas importantes delante de mis narices, lo cierto es que su amistad siempre ha sido una maravilla, dos niños que en el fondo parecemos dos extraños, puesto que a los dos nos sentimos que no cuadramos mucho en este tiempo-espacio, pero nuestra amistad empezó en segundo de primaria y en la actualidad sigue su curso, adaptándose a los tempos de cada década, pero muy hermosa e importante para mí. Aún no tenía ni idea de porque Gämael no le pudo tocar, pero el corazón me decía que él era diferente.

La conversación con Uriel se vio interrumpida repentinamente al escuchar el llanto de un niño que provenía del patio cubierto. A Uriel y a mí nos picaba tanto la curiosidad, que fuimos hacia allí, intentando averiguar quién estaba llorando. Pasamos por una pequeña apertura en la pared sin puerta para entrar en el patio cubierto, miré hacia los lados y allí, en un rincón, vi a Gabriel el niño que cursaba sexto llorando, sentado en el suelo, con los brazos encima las rodillas y apoyando la cabeza.

Me imaginé por el calvario que estaría pasando, así que él al levantar la cabeza ni se inmutó, así que me acerqué a él, le pedí a Uriel que me dejara a solas con él, me senté a su lado y sin decirnos nada, él siguió llorando, apoyó sus brazos encima de mis piernas y consigo la cabeza. Simplemente le dejé que llorara hasta que se calmase.

Entonces llegó Uriel avisándome de que habían llamado a los de segundo para ir a almorzar, Gabriel miró hacia dónde se suponía que estaba Uriel delante de la apertura, y me quedé bastante sorprendida porque después me miró.

-        Vete a almorzar, tú ángel te acaba de avisar. Gracias.- dijo, me dejó y yo simplemente me puse de pie y caminé hacia Uriel sin palabras.

¿Él ve a los ángeles como yo?

 

Capítulo 85:

Durante el almuerzo me fijé en todo momento quién entraba en el comedor para ver a dónde iba a ir él, aunque ese día se quedó bastante gente, mi corazón me decía que no le podía sacar los ojos de encima. Ese día la comida eran habichuelillas con patatas hervidas, de segundo filete empanado con patatas fritas y de postre melocotón en almíbar. De nuevo me di cuenta que los compañeros del curso o más grandes o más pequeños, tenían serios problemas con las verduras, a mí que me chiflan, no lo entendía porque a los demás no les pasaba… el problema que tenía siempre era el acceso de patatas hervidas, tuve un problema porque a mí siempre me han resultado difíciles de comer, por su densidad, siempre que tengo que comer intento comer poco, pero allí no podías elegir que te pusieran poco, la cocinera era bastante estricta si le dabas la contraria, te ponía el doble.

Entonces apareció Gabriel con su bandeja, caminó hacia casi la mitad del comedor, él ni sabía que le estaba mirando pero no podía dejarlo, tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar, de todos modos se le veía con mejor aspecto que hacía pocos minutos. Él se sentó en su mesa y no comió nada, me preocupé tanto que no le dejaban irse, yo empecé a no comerme el segundo plato, como excusa para que así la monitora tampoco me dejase salir, hasta que él saliera. El corazón era sincero conmigo, tenía que estar vigilándolo, sin saber porque, tenía que estar allí, preocupada para que comiera, hiciera sus cosas e intentase llevar una vida normal a pesar de todo.

Cuando todos los alumnos ya estaban en el patio de nuevo, la monitora nos llevó de nuevo a la cocina, para terminarnos los platos, estábamos Gabriel y yo allí, intentando que uno de los dos dijese algo, pero nada, nos dejaron a solas unos minutos.

-        Tienes que intentar llevar una vida, Gabriel. Hazlo por él. – le dije.

Él simplemente me miraba con ojos que no entendía porque yo sabía qué le había ocurrido, pero comprendió mis palabras.

-        ¿Hablas con tus ángeles?- me preguntó.

-        Si.- dije.

-        Yo también. Aunque ya con doce años no es muy normal. Lo llevo en secreto, Agartha me advirtió que era mejor así.- dijo.

-        ¿Estudias en Agartha?- dije.

-        Si, voy a Matherhorne. Quiero ser un guardián de luz. – dijo algo más animado.

-        ¿Dónde?- pregunté.

-        En Colombia.- contestó.

En ese tiempo no sabía dónde estaba Colombia geográficamente pero había escuchado al Chico hablar de ese lugar, cuando intentaba escoger cómo seguir sus estudios. Los guardianes de luz no son lo mismo que guardianes de unidad, pero pertenecen en la misma orden de San Miguel Arcángel, se podría decir que los guardianes de luz son la unidad del arcángel San Miguel.

-        ¿Por qué quieres ser un guardián de luz?- le pregunté.

-        Para evitar cosas horribles como la muerte de mi padre.- contestó.


Me quedé sin aliento cuando dijo que aquel cadáver que estaba tendido en el suelo, en realidad era su padre. Automáticamente pensé que quizás estaba hablando con el Chico, pero por el momento me lo creí, ¿sería capaz de mentirme y decir que estudia en otro lado para no decirme que es él? Pero después vi ciertas cosas que no cuadraban.

-        ¿Cuántos años tienes?- le pregunté.

-        Acabo de cumplir 12 años.- contestó.

Me quedé pensando mientras le daba un bocado al filete empanado.

-        Nací el 29 de Noviembre.- rectificó.

No era él. Por un momento me ilusioné que lo fuese, pero luego pensé que sería demasiado fácil y el universo no ponía las cosas tan fáciles en estos casos. Solo era alguien que por vete a tu saber qué motivo, tenía que cuidar. ¿Me lo envió Dios? Pensé…

-        ¿Por qué dices lo de tú padre si murió en el accidente de auto?- dije.

-        ¿Piensas que el muerto era mi padre? ¡Para nada! Ese era mi tío. Mi padre murió dos meses antes, asesinado.- comentó.

¡Madre mía qué tormento! Después de la muerte de la mujer del jefe de mi padre, no habíamos tenido más avisos de asesinatos en la zona, así que esa noticia me pilló bastante de sorpresa, ¿qué estaba haciendo la unidad 23 mientras que yo no podía regresar con ellos en realidad?

-        ¿Te suena Gämael?- preguntó, yo simplemente asentí con la frente arrugada, y él prosiguió.- él mató a mi padre.- confesó.

No pude saber más, porque la cocinera regresó y nos obligó a comernos el resto de la comida casi como si tuviéramos un embudo en la boca. Al terminar, me fui con él al patio, pero ya era demasiado tarde y era el momento de regresar al aula y proseguir en las clases de la tarde.

A casi dos semanas de navidad, compartía pupitre con Xènia, entonces ella colocó el libro de inglés en el medio, porque el mío me lo había dejado en casa, y mientras que intentaba escuchar y seguir la clase, mis pensamientos empezaron a fluir libremente por mi mente, intentando comprender las palabras de Gabriel. Entonces empecé a recordar lo que un día Lonan me estuvo compartiendo en uno de los descansos de clase en este último curso…

-        Todo lo que hagas en esta vida y en tus vidas, se queda registrado por una orden llamada la orden del Karma y Dharma. Si necesitas revisar cualquier cosa de tú vida o de otras personas, puedes dirigirte al Consejus Máximus para que te den permiso para revisar ciertos conflictos y así ayudar a los demás. – dijo Lonan

-        ¿Para qué sirve esa información?- le pregunté.

-        Todo lo que se registra es la verdad de lo que ha sucedido, de este modo puedes confiar en quién realmente miente y quién no, y ver lo que sucedió. – contestó Lonan.

-        Igual que un policía de las películas…- comenté.

-        Mejor, aquí la mentira se ve de inmediato. – comentó.

No entendía porque los humanos mienten tanto constantemente, por el simple hecho de no sentirse débiles y ser el pelele de nada ni nadie. Pues el poder que ansían tener, en realidad es una forma de esconder la verdadera razón de porque hacen lo que hacen. Si la humanidad no mintiera tanto, quizás la orden del karma tendría menos trabajo, pero las cosas funcionan así y de momento el mundo miente mucho, y era consciente de ello porque mis compañeros mentían a la Júlia, para que creyera que ella era la reina del colegio, cuando a sus espaldas eran compañeros maravillosos que no pensaban todo aquello que decían de cara. Por eso de repente y sin explicación para los compañeros, me enojé con ellos, principalmente con la Júlia, por ser tan egocéntrica y malvada al mismo tiempo.

Al día siguiente nos perderíamos clase, porque los alumnos de quinto hacían la tradicional obra de teatro llamado els pastorets de Folch y Torres. La navidad estaba muy cerca, el frío se hacía notar incluso en mi casa ya habíamos preparado el belén y el árbol, las calles estaba iluminadas con estrellitas de luces, la plaza parecía un belén hermoso con lucecitas en los árboles y las estatuas de mármol, las vacaciones estaban muy cerca.

Mientras que se llenaba la sala de actos que estaba situado al final del pasillo de primero de primaria, fui mirando las diferentes clases de los diferentes cursos, identificando a los profesores, para ver si podía ver a Gabriel, como era del último curso tuve que esperar bastante, porque fuimos entrando por orden de curso. La función empezó cuando ya había localizado a Gabriel, estaba algo lejos como para poder aprovechar la función y seguir ayudándole con lo suyo, así que no tuve más remedio que prestar atención a la función. Pero al poco de empezar empecé a sentirme mal, tenía náuseas y me mareaba, a pesar de estar en un lugar dónde la calefacción no se había puesto y la mayoría de personas tenían frío, yo empecé a sudar cómo si estuviese en una sauna.


Miraba alrededor para ver si podía decirle a Uriel para ir al baño, pero de repente vi como una onda de color blanco que provino del fondo de la sala, que tiñó la sala de blanco, no se veía ni el suelo, ni las paredes ni el techo… todo era blanco y con una luz muy brillante, incluso me caí en el suelo, en cuanto me recuperé un poco y me incorporé, me di cuenta de que ya no estaba en la sala de actos, me había ido a no sé dónde. Uriel me acompañaba, me ayudó a levantarme.

-        ¿Qué es este lugar?- le pregunté.

-        Bienvenida a las salas blancas del puente de almas, pero tranquila, no te has muerto, solo estás de visita. – informó Uriel.

-        ¿Cómo?- susurré.

Tras pillar la conversación entre Uriel y Gabriel de estas salas, Uriel me había contado que aquí es dónde los muertos se despedían de los vivos, solo de aquellos que estaban abiertas al mundo de la consciencia del SER, antes de proseguir con el destino de sus almas. Se suponía que había quedado allí el Chico para hablar con su padre por última vez antes de seguir la vida, pero a mí nadie me avisó de que yo también tendría que ir pronto. ¿Quién me había llamado a estar allí?

-        ¿Por qué estoy aquí, Dary?- pregunté.

-        Nos han pedido que subiéramos de inmediato, y no lo he podido evitar, lo siento… - se disculpó.

-        ¿Quién? ¿Y el Chico?- dije.

-        Las Divinidades son los que se ocupan de este lugar, ellos quieren vernos. El Chico está bien, seguramente que ya habrá estado por aquí hace un par de días… - respondió Uriel.

En ese momento no sabía que las Divinidades eran en realidad un grupo muy popular dentro de la famosa jerarquía angélica. Tenía muy poca información sobre los diferentes grupos de ángeles que existen en este planeta maravilloso, y las conexiones con el universo tan solo sabía un porcentaje muy pequeño tras la visita inesperada del mismísimo Creador o como ustedes le llaman también Dios todopoderoso. Por lo que han podido ver hasta este momento, solo me había comunicado con Ángeles y Arcángeles, así que las Divinidades no sabía cómo serían, solo con la poca experiencia tenía una ligera idea de que tendrían alas, obviamente. Lo malo es que andaba algo equivocada, de repente se aparecieron tres ángeles muy altos, que medían más de cuatro metros de altura, iban vestidos con túnicas con colores muy claros, el del centro lo tenía blanco, a su derecho violeta y a su izquierda azul, caminaban hacia nosotros, los tres llevaban el pelo largo ondulados en rubio, su piel era muy blanca y los ojos eran de color miel brillante.

-        Sanah hermanos, sean bienvenidos a la reunión que Padre convocó. Por favor, tomen asiento. – dijo la Divinidad con la túnica blanca.

Al girarnos nos dimos cuenta de que apareció de la nada, una mesa ovalada con varias sillas del mismo color ancladas en el suelo. Les seguimos en todo momento, me senté al lado de Uriel, mientras que los tres Divinos se sentaron al lado izquierdo, nosotros al otro lado, para verles la cara de frente. Las sillas eran bastante altas y grandes, parecía un gnomo a su lado, así que al final me tuve que sentar en el regazo de Uriel para poder ver por encima de la mesa.

Recomendación: El Hipo - Danny Romero.

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