sábado, diciembre 14, 2019

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 6


Una noche a principios de diciembre de 1998, me encontraba en mí habitación mi madre ya hacía rato que me había llevado a la cama y no se encontraba allí, en su lugar estaba Uriel, que me quedé abrazada a su cintura, mientras me explicaba una historia del libro de clase para prepararme para lo que se venía muy pronto.

-          Pues es en la vida, lo que hace que la forma cobre un sentido, y es en el sentido, cuando la canción eterna de su espíritu suena y resuena en lo más profundo de su corazón, y es en ella donde la frecuencia, marca su camino que conforma a los demás. En un canto eterno, dónde cada uno forma parte de la creación de aquella canción, pues son en las notas, dónde el canto resuena y agarra valor.- decía Uriel, leía con mucha pasión, su forma de hacerlo captaba por completo mi atención. 

-          ¿la vida es una canción?- pregunté

-          Así es, mi amor. Hay tres aspectos que crean la canción eterna ¿reconocerías cuáles son?- preguntó.


Me puse a pensar y pensar durante un buen rato, pero no se me ocurría nada. Entonces, mis ojos captaron la atención de la tapa del libro, que automáticamente me hicieron recordar el primer día en que empezamos las clases. En la tapa había tres dibujos que están unidos entre sí, un corazón con un latido marcado, unos labios que simulaban el sonido y un tetraedro. 

-          Sonido, luz y forma.- contesté.

-          Así es, mi amor. Con estos tres aspectos todo lo que conocemos se puede crear. ¿Sabes porque ocurre así?- dijo.

-          No.- dije confirmándolo con un gesto.

-          Para construir una casa, debemos tener antes los materiales que vamos a usar, ¿cierto?- dijo pero prosiguió al verme atenta, ya que me encontraba mirándole a la cara con especial interés.- el universo usa el sonido y la luz, como herramientas para que se crea la forma, que en este caso sería la casa.- terminó y volvió a leer.- En un canto eterno, dónde cada uno forma parte de la creación de aquella canción, pues son en las notas, dónde el canto resuena y agarra valor…- se detuvo de nuevo para explicar – estas notas, hacen referencia que si juntamos los materiales para la casa, mediante cemento, conseguimos formar las paredes que le darán forma a la casa – terminó de decir.

En realidad la construcción del sonido-luz-forma se hace mediante una estructura trina en forma de tetraedro. Todavía no conocía la geometría, un niño lo aprende normalmente a los ocho años, pero en este caso, saber un poco de geometría era importante para entrar en el siguiente paso dónde Anasiel y Uriel decían que era el inicio del camino que había elegido hacer. 

-          ¿Para qué sirve la geometría en realidad?- le pregunté.

-          Es nuestra forma original, hay dimensiones que no nos ven como personas o arcángeles, pues la geometría es lo único que pueden ver. Que a su vez, son nuestros cuerpos, unidos en sonido, luz y forma, dónde su punto de vista es de una forma abstracta, es decir, sin definir. Un cuerpo se define, tiene una forma específica, una figura geométrica, solo son puntos que se unen entre sí, que forman una estructura, que puede cambiar según su sonido, su luz y su forma, ¿comprendes, amor?- contestó Uriel podía ver cómo se esforzaba para que lo entendiese, supongo que era difícil de entender.

-          ¿Y porque hay dimensiones que nos ven así?- volví a preguntar.

-          Porque se encuentran bastante lejos, y es así como somos. Cuando veas un cubo, verás que cada vértice significa un espacio y cada línea un tiempo, dentro de ese cubo, existe un triángulo, que ese serás tú.- contestó con la mayor dulzura que pocas personas pueden expresar.

-          No lo entiendo.- dije.

-          En tercera dimensión eres sonido, luz y forma, pero cuando tienes un espacio y un tiempo definido, esa es la cuarta dimensión, que le llamamos el patrón tiempo. Pues en estas dos estructuras, estás atada para aprender a caminar en tú camino de vida.- contestó sin borrar su sonrisita de serenidad de su cara.

La geometría es necesaria para comprender qué estructuras te unen y qué patrones te definen, comprender esto no me costó demasiado, Uriel y Anasiel saben explicarlo bien, lo difícil fue practicarlo. 

Porque se supone que vivimos un patrón triangular, dónde a través de las palabras y el latido del corazón, formamos una realidad, que es modificable a merced de cada uno, solo si entendemos esta primer ley de creación, podremos comprender que somos creadores de nuestra vida, por lo tanto, debemos aprender a aceptar las responsabilidades de ser tú propio creador, dónde nadie es culpable de lo que te suceda, pues todo lo que te rodea lo has creado tú mismo, ni tú mismo eres culpable, solo responsable de haberlo creado. 

Pero esta creación de tercera dimensión, necesita un patrón del tiempo, por eso existe el cubo, porque son cada proceso en el cual nos encontramos, cuatro lados tiene el cubo, y en cada lado, es una parte del aprendizaje llamado como: expresión, experimentación, integración y trascendencia. Es el tiempo en que un aprendizaje dura al dar una vuelta completa a estos procesos para evolucionar a otro nivel de consciencia.

-          Es en la geometría dónde se esconde la alquimia de toda creación, mi amor.- dijo en el momento en que cerró el libro de golpe y empezó a moverse, obligándome a dejarle de agarrar por la cintura.- por hoy ya es suficiente, así que ahora toca descansar. ¿quieres que te cante?- me decía mientras que se quedaba de rodillas al lado de la cama y me acariciaba la frente, al mismo tiempo que me ayudaba a abrigarme un poquito.

-          Si, ¿Por qué no me cantas tú nana? Hace mucho que no lo haces…- le pedí y él simplemente empezó a cantarla.

Poco a poco empecé a relajarme tanto que dejé de escucharle, hasta que entré en la profundidad del sueño… pero fue un sueño raro, era plenamente consciente de él. 

Me encontraba en una habitación antigua y de madera que no conocía, pero que al mismo tiempo sentía que era como mi casa, al mismo tiempo no entendía nada, porque no había nadie, ni nada. Solo paredes, despintadas, una sensación fría, como si la hubiesen abandonado, y lo único que encontré fue un calendario colgado de una de las paredes, que marcaba una fecha 14 de Abril de 1912. Fue raro, porque esa fecha sin saber qué significaba, de repente notaba como me costaba respirar y no entendía nada, de repente notaba como si cayera de un grifo gotas de agua cada segundo que podían volver loco a cualquiera. Empecé a correr por la sala, quería salir de allí, pero no podía, hasta que al final, simplemente empecé a pensar que eso no era real.


-          ¡No!- grité y me senté en la cama.

-          ¿Qué ocurre? ¿Estás bien, mi amor?- decía Uriel que se había quedado traspuesto apoyando la cabeza en el colchón, con el culo enganchado en el suelo.

-          ¿Dónde? ¿Estoy en… casa?- dije sin sentido, Uriel me abrazó de inmediato para calmarme y le dije - ¡era raro, muy raro!- le conté lo que había pasado, pero él no quiso decirme nada, estaba demasiada alterada como para decirme lo que era realmente, mi primer sueño lúcido.

Las vacaciones de Navidad de ese año, no fueron muy buen deseadas, echaba de menos ir al colegio, así que esas tres semanas libres, se me hicieron bastante eternas, aunque saber que llegaba Papá Noel y luego los Reyes Magos, en cierto modo me hacían algo de ilusión. Un día antes de nochebuena, mi abuela Filomena junto a su hermana Cristina y mi prima Sofía, nos fuimos a ver la obra de teatro popular de estas fechas, los Pastorets. Una función dónde se cuenta la llegada de Jesús, con una pequeña parodia de la lucha contra el bien y el mal, dónde Satanás quiere impedir que nazca el mesías. Esa era la primera vez que había decidido ir con ellas, ya que a mis padres no les gustaba demasiado la función, y como me daba miedo Satanás, siempre elegíamos ir a las gradas en primera fila, hasta que ese año, Sofía eligió estar a primera fila de platea del Teatro Centro de Manlleu, en la función de las 6pm. 

La historia en sí de la llegada del Mesías, no me había captivado tanto como aquel año, ya que empecé a comprender mejor la historia, independientemente de la historia que ha creado la religión, mi visión recuerden que es ajeno a cualquier religión. Mis padres son Agnósticos, y no fui bautizada por ninguna religión, tampoco fui instruida en ella, a pesar de ir a un colegio religioso, no sé rezar, no sé cómo va el aspecto cristiano, budismo, judío o islámico de las religiones que hay hoy en día, pero las respeto en cada historia, aunque yo formo parte de aquel tanto por ciento en que en vez de ver a los ángeles separados de la humanidad, en realidad los vive en compañía constante, formando parte de ellos día tras día.

Ese día conecté con la historia, porque de un año al otro, habían ocurrido muchas cosas, de tener contacto con ángeles y algún guía espiritual, de repente empezaba a prepararme para algo mucho mayor, algo como lo que le tocó hacer a Jesús, dar un primer paso a un cambio que ni sabía a qué se referían. Me sentí como un superhéroe de la televisión, pero al mismo tiempo me sentía alguien que no sabía si daría la talla en lo que tanto esperaban los seres de luz de mí o si realmente eso es lo que debía pasar en mi… cuando Satanás se acercó a nosotros, me asusté mucho, pero como me tenía que hacer la fuerte, intenté por todos los medios no llorar ni salir corriendo de allí y me dije a mí misma “Si tienes que cambiar el mundo, la única forma para conseguirlo es no permitir que te asuste el mundo”. Sin saberlo, ese ha sido mí gran lema de toda mí existencia como Laia Galí.

Fue muy bonita la nochebuena en casa de mi abuela Victoria, esperaba con ansias el momento de los regalos, pero siempre que regresaba a la sala desde la cocina, Papá Noel todavía no había llegado. En mí familia teníamos la tradición de que Papá Noel repartía mis regalos antes de acostarme, porque según mis papis, nuestra casa y la de mi abuela Victoria eran las primeras de la lista y por eso llegaban antes. Siempre había un momento que me iba con el Titi Hilario a un lado del piso y al regresar, la sala estaba llena de regalos de todos los colores y para todos, su magia realmente era especial. 


Me encantaba celebrar esa noche con la familia Garcia, estaban todos, mis 7 tíos junto a sus respectivas parejas (excepto el Titi que no tenía y mi tio Alfonso), mis primos y algunas parejas de ellos… todos en un piso de 90 metros cuadrados. Todavía no sabía cómo podíamos pasar la noche durmiendo allí, bueno yo me iba a mi casa, junto a dos de mis primos Juanito y Jordi, que compartíamos habitación, Jordi en mi cama, Juanito en la cama supletoria y yo, por ser la pequeña en un colchón hinchable. A veces algún otro primo se quedaba a dormir en el sofá, pero era muy de vez en cuando. La gran mayoría se quedaban en casa de mi abuela Victoria. Después de la muerte del abuelo Hilario (que no llegué a conocer, pero según la familia no era alguien bueno) había más lugar y la familia se respiraba más paz y armonía. A pesar de que había recuerdos de heridas muy recientes, no sé exactamente qué año murió, pero el tiempo no era suficiente para sanar esas heridas, porque se veía que aún había caras tristes llenas de sufrimiento, yo lo notaba, por la vibración que desprendían, y el Titi también le pasaba.

En un momento en que mis primos y yo teníamos que abrir los regalos, tras volver de estar en la habitación del Titi Hilario, le agarré de la mano y le miré a los ojos, él me respondió de la misma forma y se agachó, me abracé a su cuello, que él respondió aceptándome aunque le sorprendió un poquito.

-          No me gusta verlos sufrir, Titi.- le dije.

-          ¿Qué sugieres, querida?- dijo con una voz de comprensión.

-          Devolverles las ganas de sonreír por felicidad.- contesté.

-          Juntos, lo conseguiremos – contestó.

Dejé de abrazarlo y le di un beso en la mejilla, para irme a abrir regalitos, que Papá Noel me trajo casi todo lo que había pedido. ¡Qué bien!

Recomendación: Teeth - 5 Seconds of summer.

HR.

HERO&Corporation.

jueves, diciembre 12, 2019

Las Llaves Del Mundo Social


¿Respetamos sinceramente al otro respecto a su punto de vista? ¿Es necesario ser respetados entre la multitud para poder identificarse en la sociedad que vivimos? ¿Es necesario usar estos términos para referirnos que sin respeto no somos nadie? Entonces, ¿qué significa tener respeto exactamente?

Al igual que todos, queremos que cuando nos toque hablar, la gente se calle y escuche, al igual que tú lo haces por los demás, o eso haces entender que haces, pero ¿realmente escuchamos lo que a los otros les interesa y a nosotros no? ¿Cuántas veces en los últimas semanas has escuchado a tus amistades, familia o seres queridos? 

Al fin y al cabo, llegamos a la misma pregunta, ¿qué es el respeto exactamente? Porque quizás a los demás no les importe hacer ver que te escuchan, para intentar convencerte de que realmente lo que estás comunicando en realidad no vale nada para el otro, pero para ti, puede valer mucho más de lo que pueden llegar a imaginarse. Entonces, ¿Por qué nos enojamos tanto cuando no nos respetan al no escucharnos? ¿Por qué hay personas que no quieren escuchar pero si ser escuchadas? ¿Qué interés hay en ser escuchado sino sabes escuchar?


La vida puede ser a veces algo peculiar, cuando te tienes que enfrentar a situaciones algo complejas, que quizás ni viste aparecer hasta que se aparecieron sin previo aviso. A mí personalmente, cuando tengo algo que contar y la gente no me está escuchando, lo noto, veo que está distraído, también porque cuando me ocurre eso, Uriel me susurra al oído y me dice “este no está a lo que debería estar”. Pero ¿yo qué hago? ¿Le digo que me escuche y que luego piense en sus cosas o le pregunto por sus cosas sabiendo que me va a dejar a la mitad de las mías? Complejo, cuando algo es simple y simple cuando las cosas son imposibles y complejas al mismo tiempo, así lo dice uno de mis guías cuando actuamos de una forma que no es correcta para nuestra percepción emocional.

Si dejo que no he comprendido que no le importa lo que le estoy comunicando, me callo, pero me siento peor. Porque es como si alguien me hubiese cortado a la mitad y no hubiese podido terminar lo que tanto esfuerzo me había costado aprender. Aquí es cuando la percepción emocional, se abre de tal forma que puede que nuestra mente se aproveche de ello, y aunque lleve un tiempo comportándose como una mente tranquila y amable, de pronto regresa ese “diablo” que tortura hasta decir basta. 

Comunicarse nos hace ser una especie social, y es inevitable comunicarse para entender qué dice el otro, sin esa capacidad, no seríamos más que carne y huesos sin vida. Las palabras nos han dado las llaves para poder entendernos mejor y comunicarnos mejor, pero no todos podemos llegar a hacerlo igual, porque cada uno tiene su forma de comunicarse, y se expresa de la forma que va aprendiendo. Pero no aprendemos a usar las palabras adecuadas para poder comunicarnos adecuadamente, en la mayoría de nosotros, hablamos por los codos, yo incluida y más si estoy cansada y llevo más de 24h sin pegar ojo… es un daño colateral que tengo tras haberme pasado un tiempo trabajando el doble para contribuir a esta sociedad un peldaño más en su carrera estudiantil a humano.


El poder de la comunicación nos abre caminos que quizás ni pensábamos que estaban allí, el respeto es algo que se gana, dicen por la humanidad. Así es, se gana con el tiempo y dedicándole la atención que realmente reclama. Porque cuando usamos las llaves de forma incorrecta, es decir, si usamos palabras que insulten a la persona, el respeto deja de tener sentido y la ofenda es inevitable. Deberíamos ver a las palabras como llaves de oro, que abren puertas muy especiales, hacia el respeto, el aprendizaje, el amor… con cada una de ellas, creamos grupos de palabras que unidas, comunican algo, y los llamamos frases, que con ellas, expresamos sentimientos, vivencias e informaciones que vamos aprendiendo. Con esas frases, unidas entre sí, formamos párrafos que a su vez, rellenan páginas en blanco una historia que algún día alguien va a descubrir al leerlas de nuevo. 

El poder de las palabras, es aquí la victima de los abusos constantes de la humanidad, al no tener consciencia de que una mala palabra, puede incluso provocar una guerra mundial. Respetemos a los demás, pensando nuestras palabras y entonces, quizás evitaremos guerras, escucha esas palabras que algún día, las vas a necesitar e ignorarlas te pueden provocar un conflicto importante que no querrás lamentar. 

Comunícate sin espacios en blanco

No ignores a quién te esté comunicando algo, no provoques que esos espacios en blanco se conviertan en una hoja de tú vida.

PD. Si no hay ninguna novedad, a partir de ahora la serie se emitirá o viernes o sábado. 

Recomendación: Ludovico Enaudi – The Earth Prelude.

HR.

HERO&Corporation.

viernes, diciembre 06, 2019

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 5


A mediados de septiembre empecé P5A la tutora era una chica que aparentaba ser mucho mayor que las otras profesoras que ya había tenido, rondando la jubilación, pero su nombre nada más escucharlo me llegó al corazón María Ángeles. Era el último curso antes de empezar con la primaria, y fue un curso muy diferente a lo que había tenido anteriormente, porque esta vez la tutora quería lo mejor para mí y en ningún momento me lo puso difícil. 

Por primera vez me di cuenta de que esta profesora le gustaba mucho su trabajo, porque no simplemente enseñaba sino que sabía escuchar a los compañeros de clase, realmente para mí personalmente, ella me volvió a recordar que a pesar de que a veces ocurran cosas que no nos gusten, siempre hay que seguir caminando haciendo lo que más quieres. Por eso, casi todas las vasijas y manualidades que hicimos en las clases de plástica parecían creaciones hechas por los ángeles, todo lo que creaba me salía muy bien, porque sentía amor por lo que hacía, me levantaba de la cama con una sonrisa para ir a clase todos los días, creo que solo fue ese curso que cuando llegaba el fin de semana me ponía triste, porque quería que fuese lunes para volver a clase. ¡Eso era raro en mí!

Antes de terminar el primer trimestre, de septiembre a diciembre del curso, nos fuimos un jueves al zoo de Barcelona. Me hacía especial ilusión porque nunca había ido, según lo que había contado la profesora, era un lugar que obviamente tenía que visitar, porque jamás había visto tantas especies de animales diferentes, yo no pasaba del perro que tenía en casa que se llamaba Frodo (una hembra muy hermosa, que se convirtió como una hermana para mí), los gatos de detrás de mí casa (curiosamente todos negros) y el hámster Sam que me regalaron durante el verano un día volviendo de comprar con mi madre comida para el perro, en la tienda de mascotas Filo (así era, la tienda se llamaba igual que mi abuela, ¡qué gracioso, no!).


Así que ir a un lugar dónde se supone que hay más de 200 especies diferentes de animales, era como entrar en el paraíso, yo, que por alguna razón sentía la conexión con el reino animal de una forma muy interna y amorosa, ir al zoo era la excursión perfecta. Durante el viaje hacia la capital catalana Barcelona, dentro de un autobús muy común en el 1998 de dos pisos, la mayoría de los niños se peleaban por ponerse en el segundo piso pero más a primera fila, que solo había cuatro asientos. En mí caso, me conformé en quedarme en tercera fila de la izquierda, acompañada de una compañera de clase que no mantenía ninguna relación, Silvia siempre me ha parecido una chica de buen corazón, pero en ese momento como todos los niños, intentaban encajar socialmente, así que me había acostumbrado a sus va y vienes constantes. Igualmente, siempre que quería estar conmigo, yo la recibía y la sigo recibiendo con los brazos y el corazón abierto, lo que no entendía era que a veces eso ya que lo daba, no lo recibía de igual manera… 

Ese año, mis compañeros de clase quisieron socializar un poquito más conmigo, y eso se agradecía, por lo menos no me sentía tan rara, tras el curso anterior, parecía la extraterrestre de la clase. Y las niñas de clase, me invitaban muchas veces a jugar a sus jueguitos, a papás y a mamás, como ya dije, no era mi juego predilecto, pero por consideración, lo aceptaba y curiosamente siempre me tocaba hacer de perro, no sé por cuál razón… pero me lo tomaba con humor. 

Recuerdo que durante el viaje hacia Barcelona que una horita se me hacía eterna a esa edad, las chicas empezaron a hablar de chismes, de rumores de la gente… en ese momento, echaba en falta volver a cantar, aunque ya tenía la cabeza como un bombo… pero mejor cantar que escuchar chismes de otros que no estaban precisamente lejos, quizás solo a un par de filas atrás. Verlas reírse de las cosas que la gran mayoría era inventado, a mí no me gustaba nada, me sentía como si estuviese en un terreno peligroso, y me preguntaba una y mil veces ¿Por qué hacen eso? Pero al parecer ninguno de mis guías, quería interrumpirme, y en ese momento se agradecía y mucho. 

Así que cerré los ojos y empecé a relajarme, hasta llegar a tal punto que los chismes eran susurros tan lejanos que solo escuchaba paz. Me mantenía consciente de aquel estado, sin saber si estaba durmiendo o qué, pero me sentía mejor poco a poco. Y en ese estado de serenidad, paz y armonía, empecé a pensar…

-          ¿Qué significa ser humano? ¿Yo soy humana? Entonces, ¿Por qué no me siento bien cuando hablan a las espaldas de alguien? Entonces, ¿Por qué se hablan mal entre ellos? Entonces ¿Por qué no se dan cuenta de ello?- me permití hacer una pausa, respiré profundamente por la nariz y seguí…- Si soy humana, ¿Por qué me siento diferente a los demás? ¿Por qué no me gustan los mismos juegos que a ellos? ¿Por qué no ven igual que yo?...

Todo estaba oscuro pero no sentía miedo, tan solo el estado de paz, armonía y paz seguía separándome de aquellos susurros, dejando estas preguntas volar por mí cabeza sin rumbo ni destino.
-          Obsérvate – dijo una voz masculina que identifiqué enseguida, del arcángel Uriel.

Abrí los ojos, buscándole, pero en ese momento no estaba a mí lado, no de la forma que pensaba, pero su presencia se notaba y sus brazos que se encontraban cerca de mí también. 

-          Obsérvate en cada ojo que te encuentres, mi amor. Pues al verte, eres un hermano más, un humano más.- decía Uriel con su voz dulce y amorosa.

Empecé a escuchar a Cristina, que estaba hablando de uno de los chismes que había escuchado, pero que yo no presté atención al chisme en sí, ni si quiera sabían de qué estaban hablando, pues en sus ojos empecé a sentirme identificada, sus ojos verdes me atrapaban en un lago que inevitablemente estamos todos dentro, unidos en sintonía. Me ocurrió lo mismo cuando Sandra añadió algo a la conversación, sus ojos cafés decían exactamente lo mismo, en el laguito de la humanidad en sintonía, unidos. Y volvió a ocurrir cuando Ariadna añadió otra cosa,… 

Y aunque no hablasen, me pasó lo mismo al ver a Rosalba, Carla, y Júlia me sentía igual, aunque con ella parecía ser un laguito algo peculiar, con ella el color cristalino del agua que nos sostenía, era más sólida que líquida. 

-          ¿Qué estoy viendo?- pregunté con el pensamiento.

-          La humanidad, mi amor. Este laguito eres tú, y ellas, y yo… todos somos ese laguito que nos sostiene, en cada forma y en cada situación, en este laguito es donde el mundo canta su canción eterna.- dijo al mismo tiempo que notaba como su manito que ya podía ver me acariciaba suavemente la cabeza.

Ese autobús me enseñó el reflejo que yo soy en cada aspecto que forman parte de mí, en este laguito que se conforma la realidad, dónde todos somos todo, por lo tanto la diferencia no es más que una representación de que en realidad todos somos ese laguito que nos sostiene como realidad, que según su estado, es más sólido o más líquido (denso o sutil). 

El camino que faltaba, la pasé en silencio, sin escuchar a nadie, ni a nada, solo observando más allá, observando las bromas que hacían los chicos, en primera fila, que bromeaban, mientras que el autobús se enfrentaba al atasco de la ciudad en hora punta. 

-          ¡Van a chocar, van a chocar!- decían alabando que así fuese… mientras simulaban cómo sería, eso me divirtió y empecé a reír.

Nil, Guillem, Aleix y Eloi se lo pasaban realmente muy bien, allí. Desde P3 que los andaba observando, en cada hazaña que realizaban, porque ese grupito, normalmente eran los que más se mandaban una y la gran mayoría de veces, andaban con más broncas de los profesores por las bromas y cosas que acababan haciendo. Aunque mi presencia les molestaba bastante, siempre me quedaba a un lado, observándolos. La verdad es que me sentía más cómoda con los chicos que con las chicas, pero de igual forma, prefería la compañía de Uriel más que la de ellos. Mi objetivo era pasar como una cualquiera, y estar castigada constantemente, no era mí destino, por lo menos lo evitaba siempre que podía, porque alguna también me mandaba yo.

La visita al zoo fue una maravilla, vimos a todos los animales, y todos tenían algo de especial, pero no tan especial como cuando entramos en el recinto de los delfines, justo antes del show… En esta encarnación nunca había visto uno, pero mi corazón latía de una forma muy interesante, me sentía como si alguien me estuviese llamando, alguien que no podía reconocer, por eso nada más entrar en la parte del acuario, que se suponía que era el lugar dónde normalmente estaban, antes de que les enviaban al otro recinto mediante túneles de agua, hacia el lugar dónde eran entrenados. Mi corazón empezó a latir más lento y al mismo tiempo más profundo, en el sentido de que de repente, todo lo de alrededor iba más lento de lo habitual, como si el tiempo en realidad se quisiera parar, y pasito a pasito, subíamos las escaleras del comienzo, hasta llegar a dentro, caminar todo recto unos cuantos pasos para terminar girando a la derecha y allí estaban, los ventanales acuáticas del segundo recinto. 

Toda la clase se quedó en uno de los ventanales que no había nadie observando, pero al mismo tiempo, los delfines estaban más pendientes de los otros ventanales, que del nuestro. Recuerdo que me quedé observando esa agua tan calmada y tan azul, que automáticamente me hacía sentir relajada, en paz y contenta. Me tocó quedarme a un lado, ya que nos hicieron sentar en el suelo, y yo estaba de espaldas a otro ventanal que aparentemente estaba vacío, y de cara al nuestro. Mientras que el guía del zoo explicaba curiosidades de los delfines, mi mirada se quedó conectada en el agua, como si sintiera cómo se siente.


Sentía como las ondas del agua se fusionaban en mí sangre, con cada latido, hasta formar un único latido unificado. Empecé a respirar más en profundidad, cuando tenía unas ganas enormes de cerrar los ojos, que en ese momento no estaban relacionadas con el sueño, pero de todas formas se me cerraban los ojos, el ritmo no había cambiado, todo era lo que ahora se dice armónico. Giré la cabeza y miré a mis espaldas, ¡qué sorpresa! Había un delfín en el ventanal, detenido observándome, sabía que tras el cristal me podía ver, me giré para estar de cara a él, y el delfín se quedó allí, observándome, a simple vista notaba que era una hembra con la misma edad que yo. Pero mis ojos se quedaron atrapados en los suyos, porque sentía que conectaba con ella en otros aspectos que las demás personas no comprendían en ese momento, yo lo reconocí enseguida, era la conexión del reino animal, en este caso, la conexión que ahora es tan importante los cetáceos, a pesar de que los delfines son mamíferos.

-          ¿Ven aquel delfín de allí?- decía el guía, se refería al que yo estaba observando.- es una hembra y tiene la misma edad que vosotros.- el guía dijo también el nombre, pero no me acuerdo cómo era, pero recuerdo que era un nombre acuerdo con el agua.

Aluciné porque sin saber, supe qué era, le volví a mirar y el delfín se puso bocabajo nadando hasta casi desaparecer del ventanal, luego, se giró y sacó la cabecita, lo más cercano a mí posible. Sin saber porque, alargué el brazo y toqué el cristal, el delfín se acercó a mí mano, pero lo que acercó fue sus ojos, quedando así mi mano entre sus ojos, como si tocase su tercer ojo, aunque es un espacio muy grande, tienen el tercer ojo casi igual que nosotros. Entonces cerré los ojos.

Escuchaba mí corazón latir con fuerza pero sin acelerar el ritmo. Poco a poco el ambiente que tenía empezó a desaparecer, hasta verme dentro del agua, como si me hubiese teletransportado directamente al centro de la piscina acuática, y a mí alrededor este delfín conmigo jugando. En el silencio más hermoso, con el latido del corazón de fondo, extendía la mano para tocar al delfín. Lo curioso es que me sorprendió su piel tan especial, era áspera pero al mismo tiempo fina, como si tocaras algo gelatinoso y encima mojado. Su tacto era tan real, que automáticamente me olvidé realmente de dónde me encontraba. Le miré a uno de sus ojos, y me vi reflejada rodeada de mucho amor, sin saber cómo había reconocido al delfín, era alguien conocido pero no sabía de dónde.

Cuando regresé de aquel estado, la María Ángeles, la profe, se vino a mí y me agarró de la manito para irnos de nuevo a fuera, que íbamos a la parte del show para aguardar sitio, ya que iban a empezar pronto. No dije nada y le seguí sin dejar de mirar hacia atrás, y con la mano que tenía libre le dije adiós al delfín, que lo comprendió haciendo el gesto de confirmación con la cabeza y luego seguía nadando entre los ventanales, hasta que al final ya no pude verla más. Así fue como descubrí a mí animal favorito, a partir de ese momento, me volví fan incondicional de los delfines y del mundo cetáceo.

Recomendación: Time won't go slowly - Snow Patrol.

HR.

HERO&Corporation.

Cuando No Te Permiten Sacar La Sabiduría

  A veces no te das cuenta, de que hay tres atributos que las personas tienen y que son esenciales para que el fluir de la vida, haga su e...