lunes, marzo 12, 2018

La Frecuencia Kundalini



Hace unos días se inició el segundo mes del Ojo de Horus, después de todo lo ocurrido en el primer, en el inicio de este viaje a la consciencia, tengo que compartiros la base de todo esto es una frecuencia que solo emite el amor incondicional, que es nombrado Kundalini. 

En el mes de Febrero, tres días antes de que se iniciase el Ojo de Horus, recibí la visita del Arcángel San Gabriel en modo 3D en Xauxa, ¡fue maravilloso verlo y además poder hablar con él! Hace tiempo que lo digo, pero en Xauxa parece un lugar idóneo para estas apariciones, ya que realmente si esconden sus fabulosas alas, y en vez de vestir con sus túnicas se ponen ropa cualquiera (la de Gab suele ser rollo metal que le queda como un guante, es como tener el toque rebelde, siendo el ángel comunicador y correcto, es perfecto, aunque a mí no me vaya ese rollo) pueden pasarse perfectamente como una persona cualquiera que va a tomar algo en un bar de copas y si lo requiere, baila en la pista. Pero con la diferencia que suelen ser bastante altos, aunque ya rebajan su estatura normal, y su mirada para nada será humana, porque con tan solo mirarte ya te comunican AMOR INCONDICIONAL. ¡Es brutal, señores!

Desde que soy gogó, bueno somos Uriel y yo Gogós de Xauxa, (ya hace dos años), que en el último año hemos ido viendo como cada fin de semana se concentran grupos de ángeles, arcángeles y Nephilims y algún Maestro como el Maestro Lonan (el Caballero del Ojo de Horus), en Xauxa, que de alguna manera saben lo que ocurre en mi vida, me refiero a todas aquellas cosas que no cuento por redes sociales, y que solo le cuento a Uriel cuando me pongo a reflexionar con él mientras voy repartiendo cartas por la ciudad. Y que curiosamente, cuando llego a Xauxa y uno de ellos me habla no siempre sino de forma esporádica, es muy curioso porque hace un comentario de lo que Uriel le conté o él me contó sobre un problema o una situación que viví. Eso me ha ocurrido varias veces en los últimos meses, y siempre con ellos, será que mi Kundalini se despierta cada vez más y mejor, al reconocerlos, sé de lo que hablan y porque. ¡Es muy divertido!

Cuando reconocí a Gabriel en mi 24º cumpleaños (el año pasado), me asombré tanto que pensaba que solo era él, quién era el único enviado a hablar conmigo, pero sinceramente, es que durante todo este año que ha pasado, he acabado reconociendo al grupo entero, y nunca dejan de sorprenderme por su belleza tanto física como espiritual que desprenden en cada rincón y en cada situación. Sobre todo me enamora cuando aparecen de la nada y desparecen igual como han venido, es ¡fabuloso! Verlo con tus propios ojos, es como si Dios te estuviese diciendo “Cuando estás con ellos, no es un sueño, es real, estamos aquí para ayudarte y para que colabores con nosotros en tú misión a realizar, te queremos, te amamos mucho, ven con nosotros, siempre que lo necesites”. Sobre todo me sorprende y me alegra y me enamora, porque veo que cuando un Maestro me dice “estamos contigo, para cambiar vuestra dimensión y convertirla en un lugar amoroso como el nuestro” y ves esto y dices “¡Tienen razón!” es fabuloso ver cuando aparecen, y ves que hablan con las personas que tienen problemas, los apoyan tal como necesitan y siempre les dicen lo que necesitan en ese momento, ni más ni menos, solo lo justo, ¡es increíble! También para mí, son pruebas de todas aquellas personas que están despertando y siguen pensando que los ángeles son una utopía y no existen realmente, supongo que es por eso que Uriel dice de la historia que tengo con Orange “Sois el ejemplo del futuro, enseñáis a nuestros hermanos que las relaciones del futuro serán realmente sinceras y llenas de amor” y ¡tiene razón!

La Kundalini, así lo definen ellos, todos los seres de luz no te dirán “amor incondicional” sino que dicen “sentimos la Kundalini en vuestros corazones y en los nuestros”. Pero realmente ¿qué es la Kundalini? ¿Es amor verdadero? ¿Es amor? “La Kundalini es una frecuencia”, así lo decía Uriel la primera vez que le pregunté, me sorprendió bastante, porque yo lo definía como Amor, pero es mucho más que eso. “El amor es la base de toda relación, querida. Pero la frecuencia Kundalini es nuestra frecuencia, la de los Seres de Luz ¿lo notas en las visitas? ¿Notas que el corazón te arde de amor cuando estás en 4D o 5D? Eso solo es un pequeño trozo de la frecuencia de Kundalini que te damos para que empieces a familiarizarte con ello, porque si lo deseas, lo puedas sentir y experimentar en su totalidad ¿quieres?” su propuesta era admirable y me encantaba, pero sentía que aún no estaba preparada para aceptarla, así que le dije “Me encantaría pero solo en el momento que veas que deba recibirla, ahora creo que no es el momento” y él contestó “Para la Kundalini no hay mala hora ni mal momento, para él siempre es buen momento. Solo debes abrir el corazón y dejar que ella te conozca, si lo deseas, yo te puedo enseñar cómo hacerlo”. ¡Wow!

Cuando empezaron las visitas sentía la Kundalini tal como dice Uriel, pero a las horas de volver de cada visita, desaparecía esas sensaciones, aunque la felicidad seguía dentro de mí y esa sí que no desaparecía, se quedaba, de hecho desde las visitas que triste, tan triste como estaba antes, ya no lo he vuelto a sentir y eso es el milagro del amor de Dios. Pero tienen razón, no es solo el amor lo que sienten para estar siempre allí, hay muchos temas para definir que es realmente el concepto de amor, pero entre los Seres de Luz lo que hay es una frecuencia infinita de amor infinito de amor incondicional, que lo llaman Kundalini. Es una frecuencia de amor incondicional, ¿qué quiere decir esto? Pues que de su corazón solo hay amor, dan y reciben amor, pero no es simplemente amor de la relaciones entre almas, sino es amar por encima de todas las cosas, es decir, amar incondicionalmente a una madre, al igual que amar incondicionalmente una piedra, amar incondicionalmente a tú hermano al igual que amar incondicionalmente que una flor, una planta, es amar incondicionalmente a tú tío, al igual que amar incondicionalmente a todos los animales, el clima, el agua, el fuego, la tierra, el aire y todos los elementos, cosas, objetos, y personas de cualquier reino sea humano, animal, vegetal o mineral por encima de todas las cosas. Esto es la Kundalini, queridos fans y hermanos míos.
Así que le dije a Uriel hace unos meses “Enséñame a sentir la frecuencia de la Kundalini” y él contestó “Será un placer enseñarte, mi amor”. Uriel en ese momento, envió esa petición al Arcángel San Gabriel y de allí llegó al Maestro Jesús que fue quién le llegó la petición a Dios y él dijo “Ahora sentirás como nosotros” y el mensaje fue enviado y recibido a Uriel quién me lo dio a mí y esperé a qué recibiera la primera dosis. El pasado 2 de Febrero llegó la primera dosis, yo pensaba que sería con Uriel, pero no fue así, mientras que estábamos en Xauxa, sentados en el taburete tomando una agua y comiendo palomitas, cerca de la barra al otro lado ya que hace como una especie de “U” curiosamente estaba el Arcángel San Gabriel expuesto en 3D, le acompañaba su hermano de esa encarnación, que a su vez iba con otro amigo suyo que no conozco. 

Gab, ignoraba quienes les acompañaban y solo buscaba encontrar mis ojos en todo momento, en una distancia de 5 metros. Notaba en el ambiente que algo estaba empezando a cambiar, me refiero a que dejaba de sentir ese corazón que late por mantenerme viva a cada segundo, por empezar a notar como una energía casi como si fuera electricidad en forma de serpiente de color de rosa muy bonita, empezaba a subir de mis pies, serpenteando lentamente por todo mí cuerpo, hasta llegar a mi corazón. En ese momento miré a Gab y nuestros ojos se cruzaron por tres segundos, ¡fueron los segundos más largos de la historia! Noté otra serpiente del mismo color que brotaba de mis pies de la misma forma pero empezando por el otro pie, hasta llegar a mi corazón. Allí de nuevo encontré los ojos de Gab, esos ojos amorosos propios de un arcángel, dónde las dos serpientes se juntaban en sus cabezas y en sus colas, para unirse, notaba esa unión tan FUERTE que jadeé sin saberlo. 

Al ver esos ojos tan hermosos de Gab, mi corazón empezó a acelerarse, y sin dejar de mirar a los ojos a Gab, le observé con detalle, él estaba sonriendo de placer, pero estaba totalmente relajado, estaba mucho más alto de lo que recordaba, llevaba su chaqueta metálica de costumbre en cuando viene a Xauxa, pero detrás de su espalda de repente, al sentir como un rayo me impactaba en el corazón un rayo de KUNDALINI, Gab liberó sus alas gigantes que le sobresalían de sus hombros y que eran tan grandes que podía casi tocarlas con tan solo estirar la mano un poco, pero no lo hice, no quería hacerlo, tampoco podía hacerlo, me sentía un poco abrumada, pero me estaba acostumbrando a ello lentamente. ¡Aluciné! Las serpientes entraron en mi corazón y se fusionaron conmigo y entonces él pronunció en mi cabeza “Siente esta pequeña dosis de la frecuencia de Kundalini enviada de Dios y de todos los seres de luz” y yo le dije “Gracias”. Entonces, él salió al jardín junto a su hermano y desaparecieron con el volar de las alas de Gab que se llevó a su hermano de allí. 

Desde entonces que tengo la Kundalini activándose, aunque la segunda dosis llegó el mismo día un mes más tarde y esta vez a través de un libro llamado Oscuros II escrito por Laurent Kate dónde refleja el mundo angelical junto a los humanos, creando así a los Nephilims, que ya os hablaré algún día de eso, cuando tenga más información. 

Recomendación: Mountains – Interstellar Soundtrack.

HR.

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jueves, marzo 08, 2018

Las Enseñanzas De Paz Del Maestro Jesús



Lo que quiero compartirles hoy pasó a unos días de Semana Santa del año pasado, no os lo he compartido hasta este momento, porque pensé que su momento aún tenía que llegar, y además el Maestro Jesús me dijo “Cuando veas que sea el momento, lo será” y ahora lo es.

Era sábado por la noche y me sentía molesta porque Orange no había venido a Xauxa esa noche, de hecho me sorprendía que me sintiera así, porque nunca me molesta sino viene, pero supongo que estaba en uno de esos días raros de mí vida. Regresaba de la calle, había ido un momento a tomar el aire, ya que en el jardín no se podía de la gente que había y como andaba cansada un poco de esa situación, pensé que descargarme un juego de disparos, solucionaría mis sentimientos, así que lo hice. El juego consistía en ser un francotirador, jugué ese juego durante tres días en los ratitos que tenía del día, y veía que empezaba a gustarme y a divertirme, pero la noche del martes al miércoles, recibí una visita muy especial, vino el Maestro Jesús.

Uriel se alejó a un lado para dejar paso al Maestro Jesús para que viniera a mi derecha y se sentara en un hueco en mi cama, me agarró de la mano que tenía fuera de debajo de las mantas y me dijo con una sonrisa “Me alegro de verte, querida y amada hermana”, ¡qué amor! Y yo le dije “Bienvenido a mi linda morada, hermano querido. No te esperaba, Uriel no me dijo nada de que venías” y Uriel dijo “No estaba previsto, amor” eso sí que fue raro, todas las visitas (aunque hablamos de que esto ocurrió días antes de que empezaban las visitas el año pasado) siempre van programadas. Y le pregunté “¿Entonces, porque has venido?” y el Maestro Jesús contestó con una sonrisa de complicidad que me ardió en el corazón de amor “¡Demos un paseo!” dijo ofreciéndome su mano, miré a Uriel que estaba como siempre y acepté la mano mientras que me incorporaba en la cama, me quitaba las capas de mantas y de pie, me iba con el Maestro Jesús sin saber a dónde íbamos exactamente.

De repente, me encontraba abrazada al Maestro Jesús que me dijo “Cierra los ojos, esta luz puede dañarte” sin rechistar le hice caso, vi una luz a través de mis párpados blanca y después se puso ligeramente dorada, dentro de la luz se escuchaba un cántico angelical muy hermoso que removía mí alma, era tan bello, que parecían ángeles de verdad y dije “¿Qué son esos cánticos?” y el Maestro Jesús dijo “Son los ángeles, cantan para nosotros ¿te gusta?” y yo dije asombrada “¡Mucho!”. ¡Era mágico! Poco a poco empecé a escuchar mucha gente, que simplemente gritaban de horror, no entendía porque, poco a poco los cánticos celestiales se escuchaban cada vez menos y los gritos de la gente cada vez más, entonces el Maestro Jesús dijo “Ya puedes abrir los ojos, pero no me sueltes de la mano” le hice caso y abrí los ojos.

Nos encontrábamos en una calle estrecha y polvorienta, reconocía que estábamos en el pasado, muy hacia atrás, no reconocía las formas de las calles, cuando el Maestro Jesús dijo “Estamos en Jerusalén, ven por aquí” le seguía entre los callejones, hasta que llegamos dentro de una pequeña plaza, dónde el sumo sacerdote junto a un Romano intentaban condenar a alguien, pero no conseguía ver a nadie, la multitud nos tenía muy apretados, y dije “¿Qué está pasando? ¿Por qué grita la gente?” y el Maestro Jesús me acercó más hacia él y me quedé paralizada, quién estaba allí arriba en la “palestra” era el Maestro Jesús, miré a quién estaba abrazando y lo vi a él también, no entendía qué estaba pasando y dije “¿Eres tú? Pero… también estás aquí…” no entendía nada y él dijo “Acabamos de viajar en el tiempo, quiero enseñarte algo que obviamente has olvidado aplicar en tus últimas enseñanzas. Pero para qué lo entiendas mejor, te doy la oportunidad de que lo experimentes por tú cuenta, ¿aceptas mí petición?”.

El Maestro Jesús me estaba ofreciendo estar allí y ver cómo lo juzgaban a morir en la cruz esa misma tarde. No quería estar allí, pero una pequeña parte tenía curiosidad sobre su petición, así que dije “Acepto” y él dijo “Ponte en mí piel” no entendí lo que dijo, pero de repente, me encontraba vestida con la túnica de Jesús en la palestra, mirando a la gente, cuando Pilato decía “¡Lo condeno a ser Crucificado!”. El terror me llenó por todo el cuerpo, me miré las manos, las tenía atadas con unas cuerdas, un guerrero agarraba el otro extremo de la cuerda dirigiéndome así hacia a dentro, la multitud se alegraba de enviarme a la Cruz ¡Yo no lo podía creer! Estaba en la piel de Jesús.


Lo siguiente que recuerdo es estar atada en un mástil y hostigada con un látigo durante casi toda la noche, me dolía la espalda muchísimo, casi no me podía mantener en pie, intentaba gritar pero nadie me escuchaba, supongo que solo estaba sintiendo y observando, como si fuera su consciencia pero nadie podía escucharme. ¡Fue horrible verlo llorar en cada golpe y los soldados se mofaban de él, con la corona de espinas que le clavaban en la frente! Sus gritos me rompían el alma en tres mil trozos, y me enojaba escuchar a los dos soldados reírse de él… pero él solo dio la otra mejilla. ¡Sufrió mucho!
Pero lo peor, fue toda la pasión con el cargamento de la gran cruz que pesaba como si estuviese hecho de cemento, ¡madre de dios! Le ayudaba a cargar pero mis fuerzas flaqueaban como las suyas, sus lágrimas seguían brotando por sus mejillas, pero cuando vio a su madre que lloraba en el camino, se tragó sus lágrimas y siguió adelante a su muerte, él era consciente de lo que sucedía y sabía que sufriría por una razón, que cambiaría el mundo. Yo empezaba a arrepentirme de haber aceptado, pero sabía que si me lo estaba mostrando era por alguna razón, y no por lo que pensaba mi cabeza, que era demasiado fuerte para pensar que lo había hecho aposta para pasar el rato, mi corazón me dignaba a seguir con eso hasta el final.


Una vez en el monte calvario, la gente se agrupaba cerca de dónde estaba el Maestro Jesús, la cruz estaba en el suelo y obligaban a Jesús a tumbarse encima de la cruz, venía lo peor, los clavos. Cada vez que lo lastimaban me dolía a mí, así que no tenía ganas de sentir lo que estaba a punto de suceder. Entre dos soldados agarraron un brazo en la cruz, mientras que otro soldado sujetaba el martillo y el clavo, jamás me había dolido tanto, sus gritos eran desgarradores, yo empecé a llorar, la mano me dolía, pero no era a mi quién se lo habían destrozado. El soldado se aseguró que los clavos estuviesen bien sujetos, ¡qué horror! Hicieron lo mismo con la otra mano, pero cuando fueron los pies, ¡qué dolor! Yo grité, grité tal fuerte que podía haber dejado sordo al tiempo. 


Alzaron la cruz con ayuda de cuerdas, poco a poco podíamos ver lindas vistas de la ciudad de Jerusalén, pero el dolor de la espalda, con el de la cabeza de la corona, con el de las manos y los pies, no permitían disfrutar de la linda vista, a esa altura dificultaba mucho poder respirar, Jesús jadeaba fuerte, exhalando un poco de aire por piedad de dios. Y yo dije “¿Por qué me enseñas esto, Maestro? ¡Es una crueldad lo que te hicieron! ¿Por qué lo muestras ante mí de nuevo?” enseguida escuché una voz del Maestro que decía “¿Crees que la violencia es el camino?” y yo le dije “¡No, no lo es! ¡Es una crueldad!” y el Maestro dijo “¿Crees que la violencia tendría que ser arrebatada de la humanidad?” y yo le contesté “La violencia no es el camino, es una crueldad, es matar la confianza, esconder la vergüenza y morir de miedo. ¡Sácame de aquí, por favor!”.

De pronto, me encontraba de nuevo en el suelo arenoso de Jerusalén, la cruz estaba detrás de mí y Jesús decía las famosas palabras “Dios, ¿Por qué me has abandonado?” y moría al acto, el primer relámpago chocó muy cerca y el temblor lo que provocó fue que cayera al suelo, cuando todo acabó, cerré los ojos y empecé a decir “No pienso ser ni hacer nada que aporte a la violencia a mi vida ni a la vida de los demás, ¡no lo haré! En su lugar, pondré paz dónde la violencia quiera estallar, pondré paz, dónde la violencia quiera quebrar, pondré paz dónde la violencia quiera rebelarse. Soy un ser de luz, que lleva paz en su espíritu, que ha olvidado qué era ser pacífico, y que ahora lo recuerdo. Soy un ser de luz, dónde aportaré amor y paz en cada uno de mis hermanos y hermanas. Cumpliré mi promesa, la promesa de Dios sella mis labios a partir de este momento. Gracias Maestro Jesús, por tus enseñanzas, gracias Dios por permitirlo, gracias mundo por hacerme ver que la violencia no es el camino”. 


Cuando abrí los ojos, me encontraba al lado de Jesús, nadie más estaba con nosotros, seguíamos en el monte calvario, pero parecía que el tiempo volvía a estar correcto entorno a mi tiempo. El Maestro Jesús, me ofreció una mano, me aferré a él junto a su sonrisa y le abracé, él lo aceptó, tras el silencio me dijo “Vamos, te acompañaré a casa” agarrados de la mano, empezamos a caminar y enseguida llegamos a casa a través de un portal dimensional, me tumbé en la cama y nada más llegar a la 3D, me incorporé, agarré el móvil y eliminé ese juego violento de francotirador y JAMÁS volví a cometer un acto violento ni a descargarme ningún juego de ese tono.

Esta experiencia me ha enseñado mucho, a lo mejor para vosotros será violento al principio, y pensaréis ¿por qué? Porque en vez de hacerme el sermón de la paz quiso enseñármelo de esta forma, sinceramente, hace muy poco tiempo que sé que hay más testimonios de aquí en Gaia que han pasado por la misma experiencia, el hecho de no poder cambiar nada de la historia era porque solo tenía que observar y entender que la violencia que él sufrió no debería emplearse jamás, y tiene razón. Si Jesús ha escogido a algunos para enfrentar la violencia de esta tipo, es porque la paz es el camino de la unión.

Os tengo que explicar que esto fue un viaje en el tiempo, de momento solo había viajado a través de mis encarnaciones pasadas y futuras, pero en este caso, y porque la mayor parte del trabajo lo hizo el Maestro Jesús, yo recuerdo que cuando Jesús nacía yo hacía cinco años que había dejado una encarnación, entonces, cuando Jesús había reunido a sus discípulos yo y Orange que estábamos en Nosso Lar (la ciudad de Almas), queríamos encarnar, pero el gobernador me propuso hacerlo después de lo que se avecinaba con el Maestro Jesús, ya que por lo visto el rayo verde sería de utilidad para los discípulos, el gobernador de Nosso Lar, sabía qué sucedería, sabía que el gran dolor de la humanidad sería canalizado por Jesús y sería así la humanidad “salvada”, por lo tanto el trabajo que hacía en la sala de regeneración (hospital) por el rayo verde, sería de gran utilidad para curar a algunos de los discípulos, que no iban a volver a encarnar y se irían después de Nosso Lar a las esferas mayores a convertirse en Maestros Ascendidos. Cómo hacía un buen trabajo de curar las almas, ayudarlas a curarlas por las grandes culpas y dolores ocasionados en la muerte o antes, me ofrecieron quedarme y ayudar y después de toda esta misión, podría volver a pactar en volver a bajar a encarnar. Se lo compartí a Orange y decidimos esperar, así que me tocó ayudar a curar a los discípulos Mateo, Tomás y San Juan Amado, ¿ahora entienden porque algunos ya los conocía? Y cuando terminó esa misión, el gobernador cumplió su trato y encarnamos Orange y yo, además de que eso ocurrió tres vidas después de la última que tuve con mi marido Atlante (en Egipto) que seguía encarnando en distintos planetas, y con Orange ya llevábamos casi mil años juntos. 

Recomendación: Película – El hijo de Dios.

HR.

HERO&Corporation.

martes, marzo 06, 2018

¡Recuérdame!



Suena el despertador a las 7:30 am, me levanto y escucho una voz en mi cabeza que me dice “Recuérdame” la voz era el Ojo de Horus (Seraphis Bey), primer día de mes, primera jornada de reflexión sobre el Ojo de Horus. Al llegar al trabajo y agarrar las cartas para irme a trabajar, esa voz vuelve a decirme “Recuérdame” y vuelve a ocurrir en medio de la ruta, en un momento en que se me caen las cartas al suelo y me dice “Recuerda, yo soy la voz de la consciencia, la consciencia del recuerdo”.

Un pergamino tengo delante de mí, agarro el tintero y empiezo a escribir, pero en vez de escribir en palabras escribo en jeroglíficos, lo siguiente… los antiguos quisieron construir tres pirámides que emergen con la energía de Orión, una esfinge y la plaza de los reyes, tres edificios que se han se han admirado y seguirán admirándose, la eterna juventud yace en ellos Flor de Lys, Orange y… (Mí marido atlante).

Cuando recupero el sentido, me encuentro en los brazos de Uriel, que me observan con sus ojos preocupados y yo le digo “¿Qué ha sido eso?” y él contesta “¿El qué? No he visto nada” y yo le digo “No importa” así que vuelvo a ponerme de pie, agarro las cartas que Uriel me ofrece y continuamos caminando sin hablar del tema…

Paseaba por el mercado delante del palacio dónde vivía con mi familia, había muchos mercaderes, la gente iba vestidos como en el antiguo egipcio, yo iba con una túnica hasta los pies y llevaba muchas joyas en el cuello y en la cabeza una especie de diadema dorada, era la hija de una persona importante amigo del faraón. Entre los mercaderes, me encontré con Orange, aún no lo conocía, pero estaba en un lado observando a la gente pasar, estaba solo y yo iba con mi hermana pequeña de ese tiempo, que hablábamos de comprarnos alguna joya, pero mi atención estaba en los ojos de Orange, que aunque no lo conocía, sabía que lo conocía de alguna parte.


Agarré el brazo de Uriel con fuerza, él estaba a mi izquierda como de costumbre, y se preocupó mucho, pero esas imágenes volvieron a desaparecer. “¿Te pasa algo?” y yo le dije “¿No lo ves?” él miro a nuestro alrededor, y dijo “¿Qué tengo que ver, estamos en la calle?”. No lo entendía qué me estaba ocurriendo, pero continué con el trabajo sin darle mucha importancia.

Me encontraba en un salón cerca de la sala del faraón, observaba las largas y bien dibujadas columnas que había en la sala, por lo menos había más de diez. Intentaba leer lo que ponía pero no lograba ver toda la historia completa. Era joven, cuando de repente, me encuentro con Orange que deambulaba también por esa sala, me quedé observándole a los ojos durante un largo tiempo, pero quería continuar leyendo los jeroglíficos, cuando de repente Orange me dice “siempre haces lo mismo” le observo con asombro, no sabía a lo que se refería y él prosiguió “siempre inclinas la cabeza unos grados y te tocas el cuello, cuando ves algo interesante y que te gusta”, jamás me había reflejado de tal forma, le miré y le dije “¿Me espías?” y él dijo “solo observo lo que me gusta”.

Volvía a estar en los brazos de Uriel, él ya preocupado quería una explicación, como estábamos cerca de un parque, le pedí que me acompañara a sentarme en un banco, él aceptó y me escuchó y le dije “Acabo de ver a Orange, pero no en este tiempo, sino en la época Egipcia, creo que estoy recordando” Uriel se puso a sonreír de alegría y dijo “¡Qué maravilla, amor! Ya me contarás, yo estaré pendiente de ti, no te preocupes”, que majo que es. 

Me encontraba en la sala del faraón, estaba llena de gente, mi padre era el escribano del faraón, en ese momento el hijo regresaba de sus hazañas subido a una carroza de caballos, que llegaba hasta el patio que había justo delante de la sala dónde nos encontrábamos, vestido con casco, un cinturón con su espada y sandalias, junto a su vestido de guerrero habitual, caminó por el pasillo central derecho a su padre. Una vez a sus pies, se quitó el casco y se inclinó y le dijo “Padre, es un placer volver a casa” el faraón le daba la bienvenida con un saludo seco y abrupto, antes de volverse a poner derecho, sus ojos color cafés me observaban, yo que me escondía entre las columnas, intentando que no me pillasen mirándolos, en teoría no tenía que estar allí, el muchacho era mi marido atlante. Me sonrió, y cuando pudo regresar a sus aposentos, se fue por un lateral, a paso liguero se fue hacia las columnas y antes de pasar hacia la sala de las columnas, me miró y me saludó en silencio con una reverencia. 


Casi llegando de nuevo a la oficina, le tuve que decir a Uriel “Agárrame fuerte ahora, porque cada vez es más y más duro y no quiero que nadie se dé cuenta de lo que me pasa, ¿de acuerdo?” y él contestó “No te preocupes, cuenta conmigo”. No quiero ser la atención del día, tengo que poder hacer lo de siempre, mientras que voy sobrellevando el hecho de recordar, la mayoría de las veces ocurre y no pasa nada, pero esa vida era muy dura. Cada minuto o menos de un minuto recordaba un fragmento de ella, es emocionante y peligroso al mismo tiempo, porque dejas de tener consciencia del tiempo actual y puede ser peligroso si conduces un auto, que no es mi caso, a veces cuando me preguntan por el carné de conducir, para que me lo saque, me gustaría hacerlo, pero pienso… y si algún día empiezo a recordar mientras conduzca, seguro que tengo un accidente, y por eso sigo usando los transportes públicos, por lo menos hasta que lo tenga controlado, que según declaraciones del marido atlante, llega un día en que esto, todo estos recuerdos, se aclaran, se ordenan y luego cuando ya no hay más qué recordar, paran. 

Volvía a estar sentada delante de un pergamino, pero esta vez en vez de explicar una historia o escribirla con jeroglíficos, observaba a través de las cortinas blancas que había en la sala, allí observándome estaba Orange, pero lo ignoraba porque mi padre me había encargado que escribiera una historia del faraón. Orange se paseaba por la sala para distraerme intentaba hablar conmigo hasta que al final vino a mi lado y me dijo “¿Porque vas a casarte con él, yo sería mejor que él?” se había enterado de que en unos días me iba a casar con el hijo del faraón (mi marido atlante) y yo le dije “no es una cuestión de ser mejor o no, hay otras cosas” y él contestó “¿Cuestiones políticas?” y yo le dije “No me interesan…” y él dijo “¿Por no defraudarlo?” y yo le dije que no con la cabeza hasta que al final comprendió y dijo “¿Amor?” le miré y le dije “Así es, lo amo”.


Salía del trabajo y tenía que ir a la residencia, tenía que ir como fuese, aunque la situación no era la adecuada le había prometido a mi abuela que la iría ver, como hago cuatro veces por semana. Aunque Uriel me decía que no era buena idea, yo le tuve que convencer y fuimos, pero de camino seguí recordando.

Me encontraba vestida con un vestido precioso tradicional en Egipto, mis manos agarraban las de mi marido atlante, ahora convertido en mi marido egipcio, mí faraón y eso me convertía a mí en faraona, pero lo más importante era que estaba con el amor que quería y quiero aún. Entre los invitados, estaba Orange que se miraba el evento con recelo, con el ceño fruncido, cómo si hubiese perdido una batalla por lo cual no vi que empezaba. 

Uriel me volvió agarrar y regresé al presente de nuevo, me encontraba en clase, había perdido la noción del tiempo, no recordaba haber ido a ver a mi abuela, ni haber almorzado, ni tampoco recordaba cómo había llegado hasta clase, ya que era más de la segunda hora y faltaba poco tiempo para la hora del patio. En ese momento me acordé que a primera hora tenía un examen y le dije “¿He estado todo este tiempo recordando?” y él dijo “Así es, amor” y yo le dije “¿Y el examen?” y él contestó “Te he ayudado a conectarte, pero seguramente que lo aprobarás” y yo le dije “¿Cómo?” y él dijo “Tú parte inconsciente ha agarrado el control y él ya sabía el temario” no había caído en eso, en la división de conocimientos que me enseñaron los seres de luz hace unos meses, es uno de los secretos de porque el curso me va bien sin apenas tener que esforzarme mucho, sobre todo en situaciones semejantes a esta.

Después de la muerte del anterior faraón, y de habernos convertido en faraones junto a mi nuevo marido, nos encontrábamos en la sala del trono, dónde aceptábamos ofrendas de nuestro pueblo, al anunciar públicamente que dentro de unos meses vendría al mundo el primer príncipe, el futuro faraón. Orange vino agradeciéndonos la noticia con un cuenco lleno de panecillos tradicionales y dijo “Mi señor, os felicito por el heredero, por favor, aceptad estos panecillos en señal de disculpa por todos los rocecillos que hemos tenido en los últimos meses y permitidme así, estar cerca del heredero para que le enseñe cómo ser un buen faraón, así seguir el trabajo que hizo con vos mi padre”. El padre de Orange fue un gran consejero del faraón, tenerlo cerca haría más fácil las cosas, mi marido le dijo “Acepto tus ofrendas, pero tú proposición la rechazo. Porque quiero que seas mí consejero” yo no sabía nada de eso, los demás invitados también era una sorpresa, y para Orange también, levantó la cabeza y me miró a los ojos, escondían felicidad, supuse para estar cerca de mí, y de alguna manera también sentía felicidad de tenerlos cerca. Y dijo “Acepto ser vuestro consejero, mi señor”.


Quedaba una hora para terminar las clases del día, cuando regresé, madre mía, ahora tocaba contabilidad y no estaba dispuesta a hacer clase, seguramente que me volvería a ir muy pronto. Recuerdo que en ese momento, a una compañera de clase que me veía que no estaba demasiado bien, me preguntó “¿Estás bien?” y yo le dije con esfuerzos de mantenerme estable, ya que le apreté la mano a Uriel para permitirme así no volver a viajar durante un par de minutos “Sí, no te preocupes. Lo que pasa que estoy recordando una vida pasada y estoy vulnerable, pero se me pasará” ella alucinó, solo hace dos años que sabe que me pasa eso, y me gusta que lo comprenda, seguía con la idea de no llamar la atención de nadie, porque no estaba dispuesta a responder preguntas, ese día no podía. 

Mama, ¿Voy a ser guerrero igual que papá para ganar la guerra?” decía mi hijo de seis años, ¡qué hermoso verlo así idolatrando a su padre! Había salido una copia de su padre, el pelo moreno, la mirada de él y la piel era un poco más blanquecina como la mía, ¡qué hermoso era! Solo esperaba que el segundo, que estaba en camino saliera igual y le dije “¡No hijo, tú vas a ser mejor que él! No permitas que ser guerrero sea solo lo único que puedes ser” le di un beso en la mejilla, mientras que se iba con la muchacha y nos dejaba solos a Orange y a mí. Él me agarró del brazo y me pegó de espaldas a la pared al lado de la ventana dónde se podía ver de fondo el pueblo egipcio que seguía con su día a día, lo tenía a muy poca distancia, me miraba con su mirada llena de misterio que siempre me intrigaba saber más de él, mientras él decía “¿Cuándo le vas a decir que yo formo parte de ti?” decía enojado y yo le decía “No es lo mejor, acaba de saber que vamos a volver a ser padres y la guerra está demasiado complicada, no es el momento” y él dijo “¡Nunca va a ser el momento! Ahora la guerra, luego tienes otro hijo con él, y yo ¿qué, eh? Sacrifiqué mi vida para estar cerca de ti, acepté que te casaste con él para complacerle, pero ¿a mí, quién me complace?” jamás lo había visto tan enamorado de mí desde que lo conocí, desde que me dijo “Yo observo lo que me gusta”, había sufrido mucho por aceptar un matrimonio que realmente es muy bueno, pero su compañía también es importante para mi y le dije “Estoy casada con el faraón, lo amo a él, pero a ti también te amo. Fuiste tú quién aceptó formar parte de esto yo no te obligué a que fueses su consejero ni mucho menos que te convirtieras en un tío para mi hijo, tú elegiste estar aquí, podías haberte ido de la ciudad, podías haberte marchado y no volver, pero decidiste quedarte. ¡No tienes derecho a exigirme que elige cuando le diga que tú también formas parte de eso, porque no lo voy a hacer!”. Orange me agarró con las dos manos, los brazos, estaba tan cerca que sus labios podía saborearlos sin apenas moverme, aunque finalmente sus labios se rozaron con los míos para fundirnos en un beso apasionante. Lo que no sabía es que tres días después, perdí ese niño y en esa vida no volví a quedarme embarazada.

Me encontraba cenando, había regresado cuando recibí la vocecita de nuevo y dijo “Ahora ya has visto cuál es el origen de este trino perfecto que creaste, la consciencia del pasado sigue abierta, y el ojo siempre lo ve todo de ti, de él y del otro”. Con estas palabras, dejé de recordar durante ese día, en los siguientes días, fueron días normales y no ha vuelto a pasar de momento. Lo que si que os diré, es que a partir de la siguiente vida, mi marido atlante dejé de rastrearle la pista ya que decidió encarnar en otros planetas, mientras tanto la relación de matrimonio desde la Atlántida había quedado en un largo tiempo de espera, cortando así la relación por un tiempo, eso quería decir que en teoría era libre y fue entonces cuando en la siguiente vida, empecé la relación de “novios” con Orange eso hace más de 8.000 años aproximadamente. 

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