viernes, agosto 04, 2023

El Espejo De Mí Vida - Capitulo 179 [2T]

 

También hubo novedades en el Tripijoc, los alumnos de cuarto curso de primaria ya no iban al grupo de pequeños e irse al grupo de los mayores, eso quería decir que en vez de ir los martes, jueves y viernes, ahora tenía que ir los lunes, miércoles y viernes. Al ser de los mayores, teníamos privilegios como era el hecho de ir el primer viernes de cada mes a la piscina a jugar, e incluso elegir los demás viernes si irse al grupo de pequeños o quedarse con el de grandes, ya que en nuestro grupo se organizaba un equipo de futbol para jugar contra los colegios de Manlleu, Vic, Torelló y San Hipólito de Voltregà. Los que no jugaban (la mayoría niñas) podían estar los viernes de entrenamiento con el grupo de pequeños, para echar una manito a los más pequeños.

Me interesaba mucho el equipo de futbol, pero a mi directamente sin pedírmelo y porque la mayoría lo decía, me quedé con los pequeños durante los viernes. Sinceramente no sabía como decirles a mis padres que quería jugar al equipo de futbol, pero eso ya hablaremos más adelante. De alguna forma el corazón me insistía en que tenía que conseguir entrar en ese equipo y jugar de forma “más profesional” sin ningún coste adicional.

El lunes, después de la hora de deberes, tocaba hacer manualidades (lo llamábamos talleres), y los miércoles había asamblea para hablar de las actividades que se harían durante el mes y entre otras cosas, normalmente allí era dónde ensayábamos las obras de teatro, tanto las que acababan mostrándolas a los padres, como los que hacíamos entre nosotros.


El primer día del Tripijoc, empezó bastante mal porque al estar en el grupo de mayores, sabía que me iba a encontrar con una chica que me hubiese mejor gustado no saber nada de ella. Esta chica se llamaba Sandra, había repetido curso unas cuantas veces, y en vez de parecer una chica de quinto de primaria, parecía de segundo de secundaria. Ella iba al Pompeu Fabra, seguramente que conocía a mi prima Sofía pero ni me percaté a decirle nada, de hecho siempre intentaba no hablarle, porque después de ver lo qué había pasado el año anterior cuando estaba con la Ana, decidí por mí cuenta de que ella no tenía buenas vibras.

-        ¿Cómo te llamabas?- me preguntó la Sandra interrumpiendo mis pensamientos.

-        Laia.- dije muy seca.

-        Eso… Laia, ¿tú eres amiga de la Ana, verdad?- me preguntó curiosa.

Le miré a la cara y empecé a sentir un dolor en el corazón que no me dejó hablar, así que solo pude confirmarlo con la cabeza.

-        ¿Sabes por qué no ha venido?- siguió interrogándome.

Carraspeé e intenté agarrar fuerzas de dónde fuese.

-        Ella ya no vendrá más, se ha vuelto a Almería.- dije.

-        ¿Cómo dices?- respondió no aceptando lo que le dije, se enojó un poco.

La Sandra se fue a ver a la Maribel que estaba entrando en la sala de talleres.

-        Maribel, ¿dónde está la Ana?- le preguntó algo ansiosa.

-        Ya no vendrá más, regresó a Almería.- le respondió la Maribel.

Entonces la Sandra me miró pero yo no podía apartar mis ojos de su cara, ¿qué me estaba pasando? ¿Por qué sentía ese dolor en el corazón cada vez que la miraba? No quería saber la respuesta, así que respiré profundamente y le dije a Uriel que me siguiera, nos fuimos hacia el patio, todavía era la hora de merendar, me concentré con el croasan de chocolate blanco que me había ido a comprar, antes de llegar al Tripijoc.

Era otra novedad más, mis padres ya no me vendrían a buscar a las cinco de la tarde si me tocaba Tripijoc, al ser tan mayor y responsable, mi padre decidió que podía salir del colegio solita e irme al Tripijoc, y si antes tenía que ir a comprar merienda en la plaza, pues me daban permiso, eso quería decir que empecé a cruzar la calle solita, por lo menos calles que no tenían mucho tráfico, como era el caso de las siguientes: Santo Domingo, Bisbe Morgades, Enric Delaris, Horta de San Juan y Fedanci. Me sentía casi una adulta, consiguiendo pequeños pasos para el día de mañana poder irme a cualquier parte del mundo y de las estrellas. Quizás para muchos no fuese tan importante, pero para mí si lo fue, mis padres me estaban dando ciertas responsabilidades, eso quería decir que confiaban en mí. Muchos padres de mis compañeros de clase, no les daban esa oportunidad, por lo menos hasta que fuesen a secundaria y aún nos quedaba estar tres años más en la primaria.

Durante la primera semana en el Tripijoc, la Sandra no hizo otra cosa que seguirme por dónde iba, e intentaba de alguna forma que jugara con ella, siempre y cuando dejase de lado a los demás amiguitos que tenía, como por ejemplo Sergi el dibujante y Jesús que eran en su momento mis mejores amigos del lugar. Noté enseguida que me estaba apartando de ellos, por eso me resistí por lo menos el primer mes, después un día en que mi padre me vino a recoger a la hora (solía ser puntual él)…

-        ¡Hola papá!- le saludé dándole un abrazo.

-        ¡Hola Laia! ¿Estás lista para ir a casa?- me preguntó mi papá.

-        Si, voy a agarrar mis cosas, un momento.- le dije y me fui con Uriel a la sala de talleres a la zona de las chaquetas.

Uriel me ayudó a abrigarme, aunque ya era Octubre hacía frío poco quedaba del recuerdo del verano ya… Me puse la mochila en la espalda y me fui a la entrada, los familiares no los dejaban entrar mucho, se quedaban en la entrada cuando no era un día de función o de fiesta especial.

-        ¡Vale!- dijo la Sandra a mi padre.

-        ¡Laia, vendrá tú amiguita con nosotros!- dijo mi papá.

Miré a la Sandra con un poco de mala cara, ella me miró con esa mirada que tenía de manipulación.

-        ¿Por qué?- pregunté.

-        Ella vive cerca de casa y no tiene quién la lleve, le acercaremos con el auto en un momento. No me cuesta nada.- dijo mi papá.

No me pude negar, pero estaba totalmente en desacuerdo, ¿cómo se había atrevido a hacer algo así? Daba miedo ella, quería todo el tiempo estar conmigo, y yo no tendría ningún problema por lo que me “obligaba” a hacer… pero no se rendía. ¡Dios, que cabezona era!

Salimos a la calle, el frío no tardó en hacernos una visita ligera, deseándonos que pronto vendría el verdadero frío del invierno, a tan solo cinco metros más hacia el río, mi padre había estacionado el auto, del lado derecho en la puerta de atrás, vi al arcángel Gabriel que nos estaba esperando, pero cuando vio que venía la Sandra, su rostro de felicidad se borró completamente, frunció el ceño y caminó hacia a mí velozmente.

-        ¿Qué es esto? ¿Qué hace ella aquí? – me preguntó.

No le podía responder, tenía a la Sandra demasiado cerca y a mi padre casi también.

-        Tranquilo Gabriel, solo la vamos a acompañar a su casa. – le avisó Uriel.

-        ¡Mala idea!- respondió tajantemente Gabriel.

-        No podía hacer nada más, Gab. – respondió algo brusco Uriel.

Se quedaron mirando a los ojos los dos hermanos, pero no tuvieron otra que aceptarlo, así que cuando papá abrió el auto, abrí la puerta de mi lado, la Sandra se puso por el otro lado, pero en medio se quiso poner Gabriel, no solía estar dentro del auto, pero insistió, Uriel iría volando detrás en las alturas.

Me quedé callada todo el camino, cuando llegamos a la casa de ella, me di cuenta de que vivía demasiada cerca de mí casa y me preocupé. ¿Y si salía a hacer una guardia con mi perro y ella me viese?

En cuanto llegué a casa, me fui al baño y hablé con Uriel.

-        ¿Qué es lo que busca?- le pregunté.

-        Mi amor… sigo aquí. – decía Gabriel.

-        No lo sé, pero te quiere a ti. – respondió Uriel.

-        ¿Solo a mí o a los demás también?- pregunté.

-        Solo a ti, amor. – respondió Uriel.

-        Así no lo quiero, ¿Por qué no le digo que sin ellos no podrá tenerme como amiga?- pregunté.

-        Solo le interesas para que seas su perrito faldero, querida. – dijo Gabriel.

-        ¿Cómo su perrita faldera?- repetí.

-        ¿Qué era la Ana para ella? – preguntó Gabriel.

Tenía razón. Ahora que soy adulta hay cosas que no acepto y hago lo que sea para que no acaben formando parte de un capítulo de mí vida difícil de superar. Pero con casi diez años, tomé la peor decisión que uno puede tomar, intentar comprenderla… ese miedo que sentía dentro de mí, sabía que era una aviso pero al mismo tiempo empatizaba con ella o quería hacerlo, pensé que si no me oponía tanto a ella, quizás se marcharía antes, si era que el universo me la había puesto para algo importante, quizás para ayudarla en algo.

A partir de ese momento, mi padre y yo la acercaríamos a su casa todos los días que tocase Tripijoc, en cambio yo intentaría que me intentase contar su historia, porque intuía que ese dolor era lo que realmente tenía que ayudarla a hacer algo. Me sentía como un soldado en plena guerra, sin saber si cada acto o decisión me iba a mantener con vida y con los pies en la tierra, o simplemente me esperaría la muerte. Sin intentar apartarme en ningún momento de mis amistades, me dividí un poquito, porque sabía que Sandra no le caía nada bien a Jesús, a Sergi el dibujante todavía, pero a Jesús no lo tragaba, porque hablaba todo el tiempo en español, pero me di cuenta de que lo discriminaba un poquito (o lo que pensaba que era un poquito) porque tenía una discapacidad cognitiva.


No me di cuenta, ahora en la actualidad si alguien ya es capaz de discriminar a alguien por tener un problema cognitivo, eso para mi ya se me activa una RED FLAG. Pero tenía que aprender eso, ya que fue la primera vez que me estaba haciendo amiga de una chica que en realidad no debería haberlo hecho. Pensé que quizás no le caía bien porque no lo conocía, pero aunque intentaba que se conocieran, no resultaba bien la cosa. Siempre la Sandra terminaba cada intento con un comentario racista, sobretodo cuando un día se me escapó que mi mejor amiga en el colegio era la Saida. Madre mía cuando le dije eso, porque me sentía dolida de que tratase así de mal a Jesús, me intentó hacer ver que “hablar con la Saida” era algo horrible. Pero hice como que no escuché nada.

Ese curso el colegio había empezado un nuevo programa que me puso muy contenta, porque la Assumpta me entendió y para ese año puso a disposición de aquellos alumnos que hubiesen llegado al país o que llevasen poco tiempo aquí en España, pudieran integrarse en las clases, haciendo clases de refuerzo sobre temas más importantes, como las materias de matemáticas, lengua española y lengua catalana. La Saida estaba apuntada, al igual que Mohamed el nuevo y Karim, también alumnos de otras clases que habían llegado hacía poco en el país, la mayoría eran de Marruecos, tal y como los guías habían dicho que ocurriría, y lo mejor que teníamos que hacer por ellos, era aceptarlos tal como son y darles la chance de tener un futuro mejor que el que estaban destinados en su país. Que quizás el gobierno de USA tenga la culpa de las guerras de Oriente Medio, que ha obligado a miles de millones de personas tener que abandonar su país de origen en busca de una vida mejor. Ya suficiente mal lo estarían pasando, al no comprender los idiomas de nuestro país, como para que incluso les hiciéramos la vida imposibles, pensando que somos los dueños de estas tierras, cuando en verdad, la humanidad solo está de paso por este planeta.

A la Sara prefirieron mejor no ponerla en ese programa, porque ya sabía español, pero no sabía catalán, así que la Carmencita se responsabilizó de darle cuadernos de iniciación en catalán y enseñarle, tanto en horas de clase como en algunas ocasiones fuera de horario, que algunas veces se tenía que quedar una horita más, para darle un poco más al catalán, que aquí en Manlleu es el idioma vehicular, aunque si hablas en español no pasa nada, pero en Cataluña es mejor que sepas catalán si vienes a trabajar y a vivir, y más si te vas a las montañas y no en la ciudad de Barcelona o Tarragona.

Carmencita ya le habían avisado los demás profesores que yo me encargaría de seguir con la integración de la Saida en clase, en las demás clases. En este caso ella no se opuso sino que todo lo contrario, se unió a conseguir que tanto la Saida como la Sara consiguiesen hablar catalán cada vez mejor, tanto hablado como escrito, yo también le echaba una manito a Sara. Fue en ese curso cuando vi a Sergi también arrimar el hombro con la Saida, lo agradecí tanto que me di cuenta de que tenía un mejor amigo muy especial que quizás hay muy pocos así en el mundo. El resto de la clase, aunque el Bullying se disipó un poquito, sentía los celos de los demás, en su momento no entendía porque, ya que ellos sacaban mejores notas que yo (al intentar que Saida se sacara el curso, descuidé un poquito los míos pero aprobaba bien), ahora quizás entienda que tuvieran celos por lo que ofrecía en clase, esta ayuda en particular, el orgullo a veces no permite disfrutarlo todos por igual. Pero no se los tuve en cuenta. 

Recomendación: Las nueve revelaciones - Película en youtube (free).

HR.

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miércoles, agosto 02, 2023

Se Acerca El Día Del Gran Rayo (Mensaje de los Ángeles)

 

Todo lo que están haciendo, lo están haciendo correctamente queridos hermanos humanos, están transformando sus vidas para empezar a sentir la 5D en vuestra realidad. Los últimos cambios sabemos que son muy rápidos pero si siguen día tras día despertando en este nuevo amanecer, significa que todo está yendo bien. Confíen.


En el 2024 (no les diremos qué día será) van a escuchar y ver un rayo muy importante, será un rayo que no traerá lluvia, pero la tierra temblará por unos segundos. No se asusten, seremos nosotros, la jerarquía de ángeles trayéndoles un mensaje muy importante. Este rayo caerá al mismo tiempo en 144.000 ciudades distintas del mundo, en las Iglesias.  Durante los últimos 12.000 años hemos estado invisibles a los ojos de los humanos, porque tenían que experimentar la 3D sin depender de nuestra ayuda, nosotros nunca nos hemos ido, hemos estado con ustedes a sus lados, viéndoles crecer y morir, pero siempre han regresado a experimentar y aprender más sobre la vida de 3D.

El pasado 21 de diciembre del 2012, se inició un tiempo sin tiempo, era un espacio dónde todos aquellos humanos que querían y quieren estar en la 5D, tuviesen un tiempo de diez años para elegir si querían continuar y empezar a prepararse duramente para las misiones que ya han empezado a hacer. La nueva ERA de 4D empezó el pasado 21 de diciembre del 2022, y en el 2024 van a empezar a ver lo que se escondía en el mundo invisible, entre ellos saldremos a la luz.

No tengan miedo para aquellos hermanos que hayan decidido no ver, su tiempo es limitado y si siguen así, tendrán que irse a un nuevo lugar, adaptado a sus necesidades energéticas-vibracionales. Esto ocurre, porque la decisión es de cada uno de ustedes, nadie la puede decidir por ti, cada uno decide por él o ella mismo. Cada uno de ustedes tiene su propio camino, cada decisión que toman se crean otros caminos, pero nunca se combinan otros caminos con otras personas, pueden vivir juntas pero cada uno camina por su camino. Por ende, la ley universal “libre albedrío” no nos permite obligarles a hacer nada que ustedes no quieran hacer, si realmente quieren seguir aquí, deben despertar la consciencia.

Este planeta ya ha decidido embarcarse a la 5D y sus integrantes deben elegir si quieren acompañarlo o no. Para elegirlo no tienen que pensar, tienen que sentir que lo quieren hacer, es decir, que se lo tienen que preguntar al corazón, no a la mente. Quizás el miedo les haga elegir un camino que no sientan, y en esta decisión es importante dejarse llevar por el corazón. Nuestros chelas que se encuentran en su dimensión, les están enseñando a confiar en ustedes mismos, a serles fiel al corazón, intenten probar-lo porque es el billete para que puedan vernos.

Con todo el amor de nuestro corazón,

Attentamente,

La Jerarquía de Ángeles Planetaria.

Mensaje canalizado por: Laia Galí HR.

Sigue los videos de youtube, aquí:


 Recomendación: God Ommens T2 - Prime Video.

HR.

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jueves, julio 27, 2023

El Espejo De Mi Vida - Capítulo 178 [2T]

 

Entonces Carmencita aprovechó para pasar lista, la única compañera que todavía no había venido y era bastante raro era la Ana. Cuando nombró su nombre, fue muy extraño porque todos los miramos las caras, después de saber que no estaba en clase y que no la habíamos visto en la hora y media que hacía que el colegio había vuelto a empezar. Era extraño que estuviese enferma el primer día de clase, pero pensé que a lo mejor estaba de viaje y que vendría en unos días.

El primer día fue realmente una experiencia muy bonita, ni Carmencita ni nadie me había declarado la “guerra”, y me preguntaba ¿sería el curso así? Esperaba que si, pero el miedo recorría por dentro a gran velocidad, pero al mismo tiempo agradecía que esta vez fuese un curso más light. A la hora del patio, me alegré mucho ver lo que mi padre me había preparado, un bocata de pan Bimbo sin corteza de mortadela con aceitunas, de mis favoritas en ese tiempo (cuando todavía comía carne). Pero la hora del patio asustaba un poco, sobretodo cuando compartías con nuevos compañeros, como eran los de quinto y sexto, era todo muy diferente, ya no jugaban tanto a futbol, pero nosotros nos quedamos a nuestro lado y los demás en el suyo.

En cuarto curso los delegados solo durarían un mes, tuve tanta mala suerte que salí elegida en el primer mes del curso, lo tuve que compartir con otro compañero, creo que era el José.

-        En clase de Naturales, sabrán cual es el proyecto del curso que vamos a estar aprendiendo, y que a final del curso realizaremos una exposición a nuestros compañeros de sexto curso.- informaba Carmencita.

Los proyectos eran secretos hasta el primer día de una clase en particular, este año estaría relacionado con la materia de Naturales. Esta emoción de no saber qué era, siempre me ha parecido muy buena idea, porque siempre he sido una niña de naturaleza muy curiosa, y tener expectativas o esperanzas en hacer algo, realmente es lo que mueve a la humanidad a hacer cosas maravillosas, esa ilusión de investigar algo o de sentirse útil en algo que realmente te guste y lo quieras compartir.

-       


Durante este curso la profesora de música será la señorita Ana, en estos momentos ella espera un bebé y la vamos a tener durante casi todo el curso.- avisó Carmencita.

Nunca había visto una profesora embarazada, siempre eran bastante mayores que ya los habían tenido, pero nunca que estuvieran en “proceso”, aunque sinceramente la noticia de que me habían cambiado la Mercedes por la Ana, no me pareció buena idea.

-        Además, a partir del segundo trimestre, van a aprender a tocar la flauta dulce, como materia de música obligatoria. Todos después de Navidad, deberán tener una flauta dulce en clase de música.- terminó de decir la tutora.

¡Qué rollo! A mí no se me daba nada bien los instrumentos de viento, con el problema del paladar al nacer, y que no podía respirar por la nariz porque tenía las fosas nasales mucho más pequeñas, ¿cómo podía ejecutar un instrumento de viento sin estar en peligro de asfixia? Según el médico, no tenía de qué preocuparme, podía hacer vida completamente normal, pero ¿y tocar un instrumento de viento, qué? ¡Ojalá la pediatra hubiese sido más coherente en eso! Porque yo no sabía cómo decirle a la señorita Ana que me era totalmente imposible, siendo todavía una niña de casi diez años, quizás con seis años más, las cosas serían distintas, pero ahora… ¡era imposible!

Había tenido a la señorita Ana una vez y su presencia me incomodaba un poquito por la energía que desprendía, hablarle a ella era complicado, porque el corazón se agitaba solo con que me mirase un segundo, ¿qué estaba pasando?

-        Dary, ¿por qué me siento así cuando ella me ve?- le pregunté susurrando un día en clase.

-        ¡Qué linda noticia! Eso significa que se conocen de otra vida – respondió el arcángel Uriel.

Puse los ojos como dos tomates, y le miré a ella y entonces le miré a él.

-        ¿De verdad?- pregunté.

Uriel simplemente decía que si con la cabeza y no dijo nada más. El problema era que aún no lo recordaba. Era interesante en clase de música, todavía no habían terminado de construir la nueva sala de música, y cuando nos tocaba clase, la hacíamos en una clase muy pequeña que había en el pasillo de los de Sexto curso. Mientras que la señorita Ana estaba embarazada, sentía cosas raras, no podía parar de mirarle la barriga (hacía barriga de menos de 20 semanas cuando se inició el curso).

-        Seño, ¿ya sabe si es niño o niña?- le preguntó la Sandra.

-        Si, hace unas semanas supimos que va a ser una niña.- dijo contenta.

-        ¡Enhorabuena seño!- dijeron todos los de la clase.

Creo que la niña cuando nació le pusieron o Mireia o Helena (en catalán se escribe con H). El resto del curso fue normal, el proyecto de naturales que teníamos que hacer, era sobre Las Orcas, un tema que me apasionó muchissimo, porque nos pusieron en grupos y por primera vez, tuvimos que ir a casa de los compañeros a hacer cosas del proyecto. A mi me tocó ir con estos compañeros: Carla, Silvia, Cristina, Ariadna, Eloi, Guillem, Nil y Arnau.

Los grupos no los elegí yo, ni nadie, sino que fue la misma Carmencita, que decidió intentar hacerlos lo mejor que pudo, sinceramente cuando lo supe no me lo tomé demasiado bien, porque solían ser casi todos los que daban más caña al Bullying, sinceramente desde mi perspectiva solo se salvaba Arnau, los demás eran del Bullying. Pero con el tiempo que se iba realizando el trabajo, la situación cambió, de hecho me di cuenta que una vez la Júlia ya no pertenecía a esa escuela, el Bullying casi desapareció.

Al día siguiente de empezar el curso, Carmencita empezó a llamarme a mi “Aida”, pero como era el inicio del curso no se lo tuve demasiado en cuenta, a veces te cuesta memorizar de golpe 28 niños. Pero ya cuando pasó casi un mes, me seguía llamando así y no entendía porque.

-        Dary, ¿por qué me llama Aida?- le pregunté.

-        Porque se parece mucho a Laia, ¿no? – sugirió Uriel.

-        Pero no es mi nombre.- le dije.

Uriel se encogió de hombros y se quedó callado, en clase no solía hablar mucho conmigo, quizás no quería que le viesen que yo hablase con él. Cuando ya me lo decía para todo, un día ya no pude más y sin perder el respeto hacia ella…

-        Disculpe Carmencita, pero ¿porqué me llama Aida?- le pregunté delante de todos en clase de plástica.

-        ¡Ay, sé que no es tú nombre de ahora! Pero es que… yo te conozco con este nombre, “Aida” ¿Alguna vez te han llamado así, no?- me preguntó curiosa.

-        Lo siento, pero usted es la primera persona que me llama así.- le respondí.

-        Aida, asi era tú nombre, así yo lo recuerdo…- susurró.

-        ¿Lo recuerda?- susurré.

Miré a Uriel él arrugó la frente y me hizo una señal para que viniera hacia él que estaba sentado en mi silla, le hice caso, él se levantó y me dejó sentarme, él se agachó al lado.

-        ¿No te suena de verdad ese nombre? – me preguntó Uriel.

-        No del todo… siento familiaridad, porque aunque sé que no es mi nombre, sigo girándome pensando que me ha llamado. ¿por qué?- pregunté.

-        Ha dicho que te recuerda con este nombre, mi amor… - aclaró Uriel.

-        ¿Insinúas que… me recuerda de otra vida?- pregunté alcé un poco la voz, pero Uriel me puso la mano en la boca y me quedé un momento mirando a los demás, nadie se había percatado de nada.

-        Tiene toda la pinta, mi amor. Carmencita te recuerda de otra vida, ¿tú la recuerdas a ella? – preguntó Uriel.

Dije que no con la cabeza, me quedé mirándola abrumada, asustada y al mismo tiempo sin saber qué decirle. Esa fue la primera vez que alguien de esta dimensión, me reconocía de haberme visto en otra vida, o sea que fue en ese momento cuando tuve la prueba real de que la reencarnación EXISTE.

Les he mostrado fragmentos de mis vidas pasadas, pero siempre este tema lo había comentado solo con Seres de Luz en Agartha o con Gabriel y Uriel, nadie de la 3D me había reconocido de otra vida. Eso fue una prueba que me costó tiempo aceptar, una cosa es que tengas “recuerdos” que todavía podía imaginar que me los inventaba, aunque si no sabía la historia de la humanidad, ¿cómo podía yo saber esos acontecimientos tan importantes? Fue como si le diera una lección mi CORAZÓN al EGO que intentaba hacerme creer que “recordar” era en realidad “imaginar” total a los niños de esa edad tienen una imaginación desbordante, ¿no?


Lo más raro de todo es que el nombre de Aida me resonaba mucho, aunque no me gustaba, pero me sentía como familiar… tardé varias semanas en recordar esa vida, resulta que Aida venía del diminutivo de Adelaida, tenía ese nombre en mi vida a principios del siglo XIV y lo más curioso era que Carmencita en ese tiempo que se llamaba Esmeralda era mi tía por parte de madre. Ella fue mi primer familiar de Luz que me encontré por esta dimensión, me alegró tanto el corazón, yo solo había tenido que esperar nueve años y unas cuantas vidas más para rencontrarme con ella, pero ella esperó sesenta años y unas cuantas vidas más. ¡Fue mágico!

Ese primer día de colegio me dejó con muy buen sabor de boca, y los primeros días también, aunque cuando pasó una semana, empezamos a preocuparnos, porque Ana todavía no había vuelto de sus “vacaciones” y era raro, siempre solía estar el primer día de clase por eso incluso la Carmencita se preocupó. Una semana después, a la hora de tutoría nos dijeron algo importante…

-        Deben saber que su compañera Ana ya no va a estudiar más en este colegio, resulta que se ha regresado con su familia a Almería a vivir. – informó Carmencita.

Me hubiese quedado tranquila, sino fuese que esa información me resonó muy mal.

-        ¿Cómo que regresó a Almería?- le susurré a Uriel.

-        Ella es andaluza, mi amor. – respondió el arcángel Uriel.

-        Si, ya lo sé pero… no me cuadra. Ella me dijo que no podía regresar más allí, y de repente está ahí, ¿qué ocurre Dary?- dije frunciendo el ceño.

-        Nada. – respondió.

Me quedé mirándole esperando a que dejase de esconderlo y me dijese la verdad, entre Uriel y yo no hay secretos, de hecho le cuesta mucho conservar uno si estoy cerca, es demasiado bueno él.

-        Vale, te lo voy a contar, pero no se lo digas a nadie, ¿ok?- exigió.

-        Por supuesto.- respondí.

La vida de Ana era complicada, muy complicada al ser una niña de casi diez años, que había tenido que dejar atrás toda su vida de andaluza, cruzar media España para venirse a Manlleu. No puedo revelar lo que realmente fue, pero solo les puedo compartir que la versión oficial, era que se había regresado a Almería. Nunca acabamos de conocer bien a las personas, Ana era una de mis amigas del Tripijoc, saber que ella había tenido que irse así sin despedirse, me sentí preocupada por ella, pero por suerte los ángeles siempre intentaban darme la información por si ella necesitaba algo de mi para que estuviera bien.

Tengo que decir, que durante un par de meses, vi al padre de Ana dando vueltas por Manlleu completamente solo, cuando me lo encontraba además por mi barrio, el corazón me daba un vuelco importante, y me preguntaba si todo había sucedido por su culpa o por algo relacionado con él. Pero me hubiese gustado despedirme de ella, no volví a saber nada más de ella, hasta hace pocos meses, pero no estoy segura si la encontré, si así fue, ella me encontró a mi gracias al Instagram, pero todavía no se ha dado la chance de poder entablar una conversación. 

Recomendación: Oppenheimer (Soundtrack) - Youtube.

HR.

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¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

  ¡Feliz año a todos! Dejamos atrás el año del infinito (2+0+2+4=8) y nos vamos centrando en el año de la divinidad (2+0+2+5=9). El año pa...