martes, agosto 04, 2020

Lo Qué Pasó El 25 De Julio

Este es el tercer año que celebro el fin de año del calendario Maya, desde que nací en esta encarnación. Pero desde siempre que noté en mí corazón que el inicio de año, empezaba cuando el Sol estaba en la casa de Leo, pues este signo es del elemento de fuego y con los dos otros signos que comparte en forma de tetraedro es decir Aries y Sagitario, Leo es el jefe que guía a los otros dos signos de fuego. Yo nací en Aries, cuando el Sol recién llegaba a esta casa, eso quiere decir que el fuego es mi guía, el Sol mi líder y con él Leo le debo respeto y mucho amor, pues Leo tiene los planos del trabajo que vinimos a hacer acá.

Y este es el segundo año que los guías me envían a trabajar como si fuese un día muy importante, el día fuera del tiempo. El año pasado me encontraba en Montserrat terminando la primera parte de un trabajo muy importante la expansión en sombras y en luz, en ese momento lo que estábamos haciendo era ser como un yin y yang, el equilibrio entre la luz y las sombras, para ser la Neutralidad y así construir nuestros pasos firmes en un terreno dónde todas las fuerzas sumen cero, pero a la vez tengan el potencial del todo y de la nada. Este año, estuvimos iniciando un nuevo camino, como ya les he ido compartiendo en redes sociales, el pasado 2 de Febrero iniciamos el camino del YOSOY, primero con el camino interno, viajar al interior de uno mismo para limpiarse y descubrir quién YO SOY. Ahora, a partir del día 30 de Julio, empezaremos el viaje del YOSOY donde durante todo un año, estaremos conectando con la vibración del YOSOY a nivel exterior, por eso en esos momentos de conexión diarios, es importante salir de la casa para conectar. [Más información sigan la cuenta de Instagram @yosoy.red y el blog www.yosoy.red]

El hecho de escribir este post hoy, ha sido porque ocurrieron muchas cosas y los guías me han pedido que los comparta, así que voy a empezar a explicar…

A las 6am de la noche del 24 de Julio, me encontraba en la cama, preparada para ir a descansar, ya que a las doce del mediodía tenía que sonar el despertador, puesto que la caminata tenía que empezar a la 1pm. Pensaba que debido a que tendría que conectar en una meditación por Instagram en directo, no tendría viaje dimensional y podría descansar, después de cambiar a 5D y hacer unos asuntillos de rutina de cada día, obligaciones multidimensionales junto al Maestro El Morya, nada importante.

La sorpresa fue que al terminar esos asuntillos que esta vez me llevaron una hora solamente, de repente la Consellería necesitaba mi presencia para firmar unos documentos, cositas de Andara, así que me dirigí en 5D hacia allá. Manlleu en 3D es una ciudad de 21.000 habitantes, pero en 5D es una ciudad de más de 1 millón y medio de seres de luz de distintos lugares del universo que viven acá, dónde solo unos 2.000 seres de luz pueden y tienen acceso directo a 3D y se pasean por las calles a cualquier hora del día en las dos dimensiones que les acabo de mencionar. Además que Manlleu en 5D es la segunda ciudad de luz más grande que hay en Cataluña, la primera es Tarragona.

La Consellería se encuentra cerca de la Estación de tren, así que para subir en 5D, me tuve que subir a una especie de autobús de color verde, porque la distancia es larga, (en realidad no es tan larga, podía ir caminando pero diluviaba). Mientras que las calles se inundaban del agua que caía, el autobús hacía su ruta, la parada a la Estación era la tercera desde que yo había subido en la zona verde. Dentro de ese bus había seres de luz de muchos lugares del universo, lejanos y cercanos, de Orión, Urano, Andrómeda,… no suelo usar los transportes en esa dimensión, si me tengo que desplazar suelo montar en Centurión (un caballo mucho más grande con alas, parecido al Pegasus pero en negro y marrón claro, con un rombo blanco en la frente). Pero ver esa diversidad de civilizaciones, me hace pensar muchas veces en que muy pronto en la 3D puede ocurrir, ¿se lo imaginan compartir asiento en un autobús con un amigo de Orión? Sí, en plan película de ficción, pero esto no es un sueño, esto es la realidad.

En el momento que llego a la última parada, me bajo sigue diluviando, así que me pongo la capucha de la túnica que suelo llevar en 5D (el vestuario es muy práctico, al encontrarme en Maestría, uso túnica como un maestro con capucha), y cuando empiezo a caminar hacia la estación, alguien me llama “¡Haia Hoë!” (Flor de Lys, este es mi nombre universal) me giro y veo encima de una barca de madera a dos chicas que no había visto en mi vida, llamándome. Me detuve y esperé a que llegasen, la barca se movía volando por encima del agua como por arte de magia, y además nadie estaba remando ni llevaba remos, que se detuvo justo a mis pies.

-          ¿Si, quién me llama?- dije.

-          Te estábamos esperando, nos da mucha alegría al fin verte de nuevo… hace tanto tiempo que no estamos juntas… - decía la que iba delante con una sonrisa.

Me quedé mirándolas, curiosamente se parecían físicamente a mi bastante, con alguna diferencia, pero sentía en mi corazón que las conocía o que ellas formaban parte de mí, pero no sabía quiénes eran.

-          ¿Quiénes son ustedes?- les pregunté.

-          Somos tú, amada Flor de Lys y tú eres nosotras. Ella es Sonido y yo soy Luz, y tú eres nuestra Forma.- dijo la misma chica que hablaba antes.

¿El tetraedro de la base de la creación universal sentada en la barca y a mis pies? ¡Qué raro fue eso! No suelen aparecerse así como así, luego identifiqué la barca, en realidad ellas no estaban allí, o sea que estaba hablando a la nada, pero si habían venido era por algo.

-          ¿A qué han venido, entonces?- les pregunté.

-          ¿Te vienes de viaje con nosotras a un lugar muy especial?- decía Luz ofreciéndome la mano para subir a la barca, es curioso pero acepté su mano y subí, me senté y la barca navegó por un río invisible hacia la estación.

-          ¿Por qué se han aparecido ante mí, normalmente no suele ocurrir?- les pregunté.

-          Y así es, querida Forma. Pero estás por iniciar algo que revolucionará nuestra existencia, por ende, estamos aquí. – dijo Luz, no entendí nada.

-          ¿El YOSOY?- pregunté.

-          Así es, querida Forma… por primera vez en eones, vas a entender porqué hiciste todo lo que hiciste en todas tus existencias que recuerdas y las que todavía no y vas a recordar. Por primera vez, vas a dejar de ser para SER. No vas a hacer el YOSOY, vas a SER el YOSOY, ¿entiendes? – dijo Luz.

No lo entendí, pero me vino la imagen de Dios, siendo Dios, algo que durante mucho tiempo había intentado no recordar cuales son mis orígenes en este universo. También me vino a la cabeza la imagen de mi primera mamá en este universo Sophia en la Cruz del Sur (Constelación) por los cuales desde hace pocos meses, estoy tratando de hacer las paces con ella, pero me cuesta mucho, son demasiadas puñaladas traperas… por eso se me saltó un par de lágrimas, Luz se dio cuenta y me agarró de la mano.

-          Es importante que realices este viaje con amor, pues todo lo que se manifiesta y se crea es el amor que a veces duele para saber que es amor. Recuerda que todas las cosas, tienen un origen en que no eran nada, y ahora son todo. – dijo para consolarme pero poco me ayudó, dolor es lo que siento por Sophia, por eso no le llamo Danna (mamá universal).- ¿Recuerdas el origen de la muerte?- me preguntó con unos ojos cafés con ilusión.

-          Todo lo que muere, renace y todo lo que renace debe morir.- le dije.

-          Solo el canto de una canción, puede renacer y solo el fin de una canción puede morir – dijo Luz.

-          Pues ambas son la expresión del amor, que es infinito pero finito al mismo tiempo, integradas en un mismo fin, crear y ser AMOR.- contesté.

La barca se desvió hacia la izquierda, parecía que entraba en una calle, pero de repente estábamos pasando por debajo de un puente, no me di cuenta de que habíamos dejado atrás Manlleu y nos habíamos tele transportado a París, reconocí el río Sena de inmediato.

-          Rah expresaba el AMOR como la fuente de vida que crea y destruye con simpleza pero al mismo tiempo destruye con AMOR. Y Isis decía… - dijo pero le corté.

-          El Amor es la fuente de la expresión, dónde cada fuente deja su creación y en sus vidas se refleja un fragmento de esa fuente divina…- dije.

-          ¿Si la luz de Rah es la creación y la destrucción, e Isis es la manifestación de la fuente de creación, entonces la fuerza cuál es su unión real? – preguntó Luz.

En ese momento la barca se detuvo delante de Notre Dame, esperando mí respuesta.

-          Los hermanos del Sol, su fuerza integra la creación y la destrucción, haciéndolos completos las formas que la vida se manifiesta. En otras palabras, los Hermanos del Sol son los llamados cuidadores de mundos, que cuidan a las semillas estelares, recordándoles que el amor construye pero también destruye, y ellos son la integración de ambos conceptos que en su raíz les une la creación, la expresión del AMOR. – contestó y tanto Luz como Sonido se pusieron contentas y me abrazaron a la vez.

Cuando la barca viajaba por el Louvre, de repente se puso por uno de los arcos, volvimos a tele transportarnos, hasta quedar “atrapados” dentro de una cámara funeraria de dos faraones que existieron hace 12.000 años en Egipto. Parecía una cámara que todavía no había sido descubierta, porque estaba intacta, incluso tenía jeroglíficos en el techo, todas las ofrendas estaban sin tocar, sin haber estado profanada. Era increíble.

En esa cámara había dos momias, eran ambos los faraones, la pareja más importante que la fuerza de Rah determinó como verdaderos Hermanos del Sol. Identifiqué la cámara, al leer los nombres en las paredes de los dos faraones (no pienso compartirlo, eso es secreto y pertenece a mi pasado de hace 12.000 años). La barca no se movía, quería bajar y deambular por la habitación pero no me permitieron, entonces, me derrumbé.

-          ¿Por qué me muestran esto que me duele tanto?- les pregunté a lagrima viva.

-          Porque el dolor solo es un punto de vista de lo que realmente significa para todos lo que hace eones se unió en la historia de nuestra existencia. Recuerda, tu eres nosotros y nosotros somos tú. Recuerda, YOSOY. Este es tú origen, querida forma. – dijo el Sonido, la única vez que no se quedó en silencio observando.

-          ¿El origen?- repetí.

-          Digamos que este es el significado de porque ahora, estás aquí. ¿por qué temas lo inevitable, querida Forma? – preguntó Luz.

-          Porque años pensando que eran sueños, que no existía nada de esto, miles de momentos en que deseaba encontrar el sentido a todo esto, y tuve que sentir la nada para saber que esta es la historia por el cual debo seguir transitando. Es complejo de explicar… durante mucho tiempo he creído que estaba loca, y ahora ¿cómo puedo creer que no lo estoy? – dije, en plena crisis existencial, un dolor que me desgarró el corazón como si muriera una vez más…

Luz con una sonrisa de complicidad, me puso la mano encima del pecho por debajo del cuello, me miró a los ojos y con un amor incondicional.

-          Si tú corazón explota al leer su nombre, si tú corazón arde cuando alguien le pone entre la espada y la pared, si tú corazón se quiebra cuando sientes que le pierdes… querida forma, eso tiene un nombre hermoso él es tú hermano del SOL, humanamente llamado también llama gemela. – dijo y antes de que pudiera decir nada concluyó – entonces es cuando eres capaz de hacer cualquier cosa para el otro para que esté bien, sin renunciar a tus principios ni renunciar a tú forma de ser – dijo la Luz.

Antes de que pudiera decirle nada, escuché un grito que no sabía de dónde provenía, me sacudí y en cuanto volví en sí, me encontraba de nuevo en mí habitación, la que gritaba era mi mamá a mi papá por otra cosa. Tras eso no pude volver a conectar, entonces sonó el despertador el día 25 de Julio había empezado.

Me preparé, en la caminata de ese día se venía conmigo el Arcángel Uriel y la Consejera Andara, mientras nos dirigíamos a la Esquerda en Roda de Ter por el camino de Los Pozos de unos 8km ida, les conté ese viaje extraño.

-          Ah, ¿por eso has regresado tan rápido no? – decía Uriel preocupado.

-          Si, no tengo ni idea de cómo regresé pero, eso es lo último que recuerdo, quizás me desmayé tras tanto llanto o no sé…- le contesté.

-          No sabes la suerte que tuviste, querida. Viajaste en el barco del más allá, junto a dos de tus bases esenciales… era como experimentar el más allá sin dejar estar aquí y ahora… ¡un sueño maravilloso! – comentó Andara, fascinada.

-          ¿Un sueño? ¡Fue real! – le exigió Uriel a Andara.

-          Es una forma de hablar, Uriel. – contestó Andara.

-          Sabía que estaba en la barca del más allá, aquella que todas las cámaras funerarias dibujaron, faltaba Thot.- le comenté.

-          No moriste, Thot no podía estar contigo – contestó Andara.

A veces me pregunto porque sé tanto de mitología egipcia si nunca la estudié… pero eso le da credibilidad a toda esta locura, es un viaje que lo cambia todo, simplemente el YOSOY ese todo que nadie quiere ser.

Así resumiendo, la conexión fue hermosa, durante el camino nos acompañaron seres elementales hadas transformadas en mariposas blancas y durante la meditación en directo los árboles seguían la canción a sus ritmos. ¡Divinidad! Y al volver, el universo me recompensó con tres regalos hermosos: una quedada inesperada con un viejo hermano de otra vida; recompensas del pasado y un reconocimiento muy especial. Un día redondo, quédense con la experiencia del viaje dimensional, porque según los guías, tendrá mucho que ver con este viaje del YOSOY, el origen es Egipto hace 12.000 años. ¿Alguno está igual? Por favor, comparte tú experiencia en comentarios, si lo deseas… te leeré.

¡Puf vaya viaje que nos espera, eh!

Recomendación: Hello Beautiful – Jonas Brothers (mi favorita e ideal para este momento hermoso, gracias por La Nada).

HR.

HERO&Corporation.

sábado, agosto 01, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 40

A pesar de que había cambiado de curso sin tener ni idea de cómo iban a ser las materias, me aburrían los temas y se me daba demasiado bien, algo que no me entusiasmaba demasiado, porque sentía que estaba dejando escapar algo más importante que realmente tenía que hacer. Una vez más estaba en el colegio, en una época muy distinta a las que a veces podía recordar, tiempos en que una institutriz venía a casa y te enseñaba a escribir y leer, si tú familia tenía recursos. La diferencia era que en esta época, la educación era para todos hasta los 16 años obligatoria, nadie crecería siendo analfabeto, una ventaja más de la evolución del tiempo y de la humanidad. Pero todo esto, todas las materias y más que uno se prepara para ir a la universidad, yo ya lo estaba experimentando en IÓN, lo que no entendía era, porqué tenía que seguir yendo al colegio aquí en 3D.

Los guías me habían aconsejado que no pudiera decirles nada sobre IÓN, pero a veces pensaba que sería una buena idea hacerlo, pues quizás comprendieran que estaba repitiendo cosas que mi corazón no quería hacer. Pero la pregunta de Uriel, me dejó bastante rara, no entendía muy bien porque había dicho eso, pero el corazón se alababa cada vez que pensaba en la pregunta, así que quizás tenía que dejarme llevar por el corazón, puesto que parecía tener la respuesta.


El corazón empezó a mostrarme imágenes muy curiosas, sobre momentos y conflictos que tuve con los profesores desde que vine por primera vez en este colegio, momentos en que ningún alumno más pudiera o se les ocurriera hacer. El último, el conflicto con Ramona. Según el corazón, comprendí que eso era importante, pues después del conflicto el profesor empezaba a abrir su corazón y a no permitirse estar limitado por cualquier creencia o temario. Pero eso no fue lo único que me mostró el corazón, los conflictos con los compañeros y sus emociones, mi presencia les causaba dudas del camino de cada uno, pero eso era bueno, puesto que empezaban a preguntarse y plantearse nuevos caminos en sus vidas.

-          Vine a ayudarles a entender sus propios caminos.- susurré.

-          Laia, ¿puedes leer por favor?- preguntó Patrocinio, acepté.

En el momento en que Patrocinio le dio el turno a otro, volví a lo mío. La clase terminó, nos levantamos del suelo y nos fuimos a nuestras clases que estaban en el mismo pasillo, de hecho esa clase la hacíamos al lado de la nuestra. La Ramona ya estaba dentro empezando a rebuscar en el libro PAI para mandarnos a hacer algunos ejercicios de lógica e inteligencia.

Me senté en mi lugar, abrí el libro por la página que nos dijo, pero tardé en hacer esos ejercicios, me quedé observando a todos los compañeros de clase, cómo y qué cara hacían respecto al ejercicio que se planteaban ante sus narices, y la profesora, qué hacía mientras tanto. Por primera vez en cuatro cursos, empecé a conectar con ellos, el corazón empezó a expresarse, y lo único que recuerdo que sentí fue un cúmulo de emociones entre, dudas, enojo, aburrimiento, alegría, concentración, seguridad… todas se concentraban dentro de mí corazón. Entonces, miré cada compañero y me quedaba un rato hasta que levantaba la mirada y me hacía un gesto en plan ¿qué miras, apestada? El sentimiento cambiaba, cada vez que observaba a uno, sentía lo que el otro sentía y no importaba la distancia que fuese, pues empecé a ver cómo cuerdecitas energéticas que salían de mí corazón y se unían a los corazones de los demás, convirtiendo miles de sentimientos en uno solo, creando así una figura geométrica.

Curiosamente éramos 20 alumnos y una profesora, la figura aunque en ese tiempo no recordaba el nombre, ahora sé que era un dodecaedro, la misma figura que se expresa la Tierra. Unas 20 caras de doce triángulos, pues cada alumno tenía dos amistades formando así la trinidad en la que nos encontramos. Aprendí geometría al mes de estar en IÓN, es importante para el futuro, pero aquí arriba te lo enseñan con 12 años.

-          ¿Habéis terminado el ejercicio?- preguntó Ramona.

La clase contestó afirmándolo, así que Ramona llamó a Guillem para que saliese a la pizarra y lo hiciese. Aproveché para hacerlo, era un ejercicio matemático dónde tenías que sumar de tres en tres y luego el número final daba dos veces más de lo que debía. No todos acertaron, pero lo que yo veía era el sentimiento que tenía Guillem en ese momento, no le gustaba mucho salir a la pizarra, se sentía algo vergonzoso y dudaba de que no fuese acto de burla, se le notaba miedoso, quién más le hacía miedo no era hacerlo mal, pues la cuerdecita que unía el conjunto, vibraba con fuerza hacia la Júlia.

Me centré en la cuerdecita que unía a la Júlia, era mi oportunidad de encontrar más en profundidad lo que estaba pasando. En vez de sentir, empecé a ver cosas de ella, de su vida personal, la relación en casa junto a sus hermanos y sus padres… y mucho más, ese odio no era porque si, era por un tema muy delicado de ella misma. Así que la responsabilidad que había agarrado por lo ocurrido un año atrás, era más complejo pero aun así, ella fue mi principal preocupación durante el curso, quería ayudarla en todo, de una forma que entendiera su actitud ante los demás que querían solo ser amigos pero sin tenerle miedo.

Le conté todo lo sucedido a Uriel cuando estábamos jugando en el patio junto a Frodo una tarde de fin de semana. Él se alegró de que comprendiera su pregunta.

-          Pues, ¿qué vas a hacer? – me preguntó

-          Cuidar de ellos, incluso la profesora, todo el tiempo que haga falta. Iré haciendo mis ejercicios para que vaya pasando el curso, pero quiero ayudarles, aceptar mis responsabilidades al respecto.- contesté con alegría y compromiso.

-          ¡Genial, cuenta con nuestra colaboración para lo que necesites! – dijo Uriel entusiasmado.

En realidad todo esto ha formado parte de un secreto durante toda mi vida y es la primera vez que lo comparto, espero que aquellos que compartieron clase conmigo desde siempre, ahora entiendan mejor mi actitud ante lo que sucedía. Yo no era el enemigo, puesto que yo soy el halo de luz que ilumina vuestros senderos. La Iaia Filo decía “existen ángeles sin alas entre nosotros, y se pueden encontrar porque su corazón es distinto al resto, el amor resalta en ellos” tenía razón, aunque nunca me definí como un ángel encarnado, mis orígenes eran diferentes, siempre han marcado la diferencia, cumpliendo su misión, supongo…

El nuevo curso en IÓN era muy interesante, la primera clase de habilidades practicando por primera vez el juego de la rata, me pareció más divertido de lo que parecía. Hacía poco que había visto la película de Disney Alicia en el país de las maravillas dónde curiosamente me sentía muy identificada con el conejo blanco que siempre llegaba tarde a cualquier lado. Durante varias clases, intenté por todos los medios ir detrás del conejito blanco, pero era más astuto que todos, hasta que un día, sin querer, me caí de morros en el suelo que estaba lleno de barro, cuando pude abrir los ojos, me quedé plantada allí, no me había dado cuenta de que estaba justo delante del lugar dónde me encontraba con el Chico de Ojos Verdes.

Me pregunté muchas veces, cómo le estaría yendo en el nuevo centro, qué cosas estaría aprendiendo, y cómo serían las comidas allí… curiosamente lo echaba mucho de menos, nuestras conversaciones eran interesantes, a pesar de la edad que nos distanciaba, me sentía como si ambos fuéramos iguales. Con el tiempo no me importó no saber su verdadero nombre, ni su verdadera ciudad, ni si tenía hermanos, sus padres, amigos… su vida en la superficie me importaba poco en ese tiempo, admití que no tocaba en ese momento y que quizás algún día lo llegaría a saber. Había días del último curso que incluso me acompañó hasta la entrada de la zona de entrenamientos, solo para continuar conversando, sabiendo que seguíamos más tarde. Porque los temas, no paraban de surgir y surgir como si fueran fuentes de agua cristalina natural de una montaña.

Todo había quedado reducido a tan poco, que resultaba difícil las primeras semanas acostumbrarse a eso, incluso a veces me enojaba por no haber decidido nacer unos tres años antes, quizás no nos separaría tanto, tenía que esperar cuatro años, algo difícil. Entonces, se me nubló la vista y empecé a pensar si habría encontrado a otra chica igual que yo y que ahora quizás ella estaría disfrutando de su compañía… di un golpe en el barro, que me salpicó la cara de nuevo, luego noté algo blando, miré.

-          ¡El equipo azul pierde el partido!- gritaba el arbitro, al ver que estaba tocando el conejo negro sin querer, el único que no tenía prisa.

-          ¡Oh, no!- susurré, pero todos los de mi equipo me miraron con mala cara, había arruinado algo importante sin querer.

Aquel día intenté pedir disculpas, pero nadie quiso escucharme, Rita decidió comer con otros. Era importante estar en un equipo, perder o ganar, significaba que todos teníamos que ser UNO, pero mi actitud egoísta por pensar en mis cosas, había conseguido perder ese día, y eso quería decir que nos tocaría recoger en la clase teórica de habilidades durante una semana. Quedarnos diez minutos durante el almuerzo para recoger y limpiar todo lo que se usase en esa clase.

Quería aceptar mi parte de culpa, haciéndolo yo solita, pero si éramos un equipo, teníamos que aportar todos nuestros granitos, porque si uno falla, todos fallan. Me sentí tan culpable, que al día siguiente regresé con un regalo para cada uno del equipo, les regalé un tulipán rojo marcando la paz, me la aceptaron.

En el momento que estaba esperando en la parada de París para volver a casa, lo vi y me acerqué a él enseguida.

-          ¿Cómo ha ido? ¿Te han aceptado la paz?- preguntó el chico.

-          Sí, al final ha funcionado.- le dije.

-          ¡Bien! – dijo mostrando sus dientes blancos.

El metro llegó enseguida, entramos y buscamos dos asientos, seguimos hablando hasta que nos quedamos callados unos segundos.

-          ¿Sabes mandar cartas por mensajero?- me preguntó.

-          Em… sí, ¿por qué?- le dije.

-          Voy a estar cinco días fuera, nos vamos a explorar por los Sistemas de Agartha y usaremos otro transporte más hacia el norte. – dijo, se sacó del bolsillo de la chaqueta un papel me lo dio.- mándame mensajes aquí y yo te iré contestando.- dijo, sus ojos brillaban de felicidad.

-          De acuerdo.- le dije aceptando el papel lo vi era una dirección.- ¿te doy el mío?- él dijo que no con la cabeza.- Ah, claro ya sabes dónde debes mandarlo… lo olvidé.- le dije riendo.

Entonces, saqué del saco una rosa roja y se lo entregué, él se quedó atónito aceptando el regalo.

-          Quería que tuvieses algo, ¿te gusta?- le dije.

-          Gracias, linda.- dijo se puso rojo, nunca le había visto así.

Esa fue la primera vez que me llamó linda, durante un tiempo lo siguió diciendo, hasta que cambió la palabrita por algo más ancestral en Sayónico. Nos despedimos chocando nuestras manos, bajé del metro, enseguida Uriel se encontraba en las escaleras para salir del andén, como era otro año él decidió dejarme más espacio, igual que Kihara, ya no estaban en el andén, sino en las escaleras.

Recomendación: Ofrendas a la tormenta - Película de Netflix.

HR.

HERO&Corporation.

domingo, julio 19, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 39

Aquella misma noche mientras que Uriel me arropaba, no aguanté más y quise hablar de lo sucedido aquel día.

-          ¿Puedes explicarme lo que ha pasado hoy, por favor? – le pregunté.

Al principio se resistía interiormente a contármelo, pero al final aceptó, le dejé un hueco en la cama, me abracé a su cintura y empecé a escucharle.

-          No es la primera vez que Gämael trata de llevarte a su lado, como todavía no te has identificado entre si eres un ser de luz, un ser neutral o un ser de la oscuridad, él todavía tiene algo de autorización para ofrecerte trabajar para él, en la oscuridad. – dijo Uriel, su cara no era demasiado amable, estaba preocupado.

-          ¿Por qué debo elegir? – le dije.

-          Es solo saber qué papel quieres hacer para contribuir con el plan de este planeta, pues el universo está esperando a que elijas tú camino a seguir, elijas lo que elijas, tendrás un camino que hacer. Pero la decisión es tuya. – dijo Uriel.

-          ¿Qué día tendré que elegir? – le pregunté.

-          Antes de estas navidades. – dijo se le apagó la voz por un segundo.

-          Entonces, ¿Por qué le has dicho que había llegado tarde? – le dije.

-          Porqué en teoría ya has empezado a decidirte, en este periodo nadie puede enseñarte qué camino se te presentan delante de ti. Estamos pendiente de tú corazón que ya ha empezado a elegir, pero la decisión definitiva es tuya, y sabemos que no quieres estar con él. Por eso lo has visto hoy, lo has reconocido. – dijo Uriel.

-          Si no sabía quién era… - dije pero me interrumpió Uriel.

-          Conscientemente no, pero tú corazón sí. ¿Has sentido miedo cuando lo has visto? – preguntó.

Así era, sentía mucho miedo y no entendía porque.

-          ¿Qué significa reconocer?- le dije.

-          Significa que tú corazón recuerda que quién tienes delante ya lo conoces, pero en este caso, a pesar de ser la primera vez en esta vida, tú corazón lo recuerda de otras vidas. De la misma forma que sientes que conoces desde hace tiempo al chico de Ojos Verdes, es porque te acuerdas de él. Te lo he comentado a veces, Gämael lo has reconocido y doy fe de ello porque en todos los encuentros en otras vidas, he estado presente a tú lado. – contestó.

Una vez más, mis recuerdos me hacían la vida existente algo más atópica. La iaia Filo era una persona bastante creyente en Dios, de hecho ella era muy católica, en el colegio habían empezado a contarnos la historia de Jesús en clase de religión, una de las materias obligadas en un colegio católico. La forma en cómo describían a Dios y la historia de Jesús me parecía una historia que no se entendía demasiado bien, al mismo tiempo que si alguien hablaba de ello, sentía literalmente que alguien me agarraba del cuello y me costase respirar, limitándome así a ver algo que no entendía por la forma en cómo los demás le daban su punto de vista.

Dios fue el creador del universo y del mundo, creó los animales, vegetales, los minerales y la humanidad. En cambio Darwin (que así me lo hacían ver mis padres y mi familia de parte de mi mamá) dijo que la humanidad vino del mono, el mundo vegetal y mineral de un meteorito y el universo por un choque de átomos. En fin… historias solo historias… con hechos demostrables por ambas partes, pero para mí eran simples historias que te animaban a imaginar el punto de vista de Darwin y del quién inventó las religiones. Pero en realidad nada de eso me identificaba.

En una clase de religión que nos lo impartía la Ramona, ella estaba leyendo sobre la vida de Jesús en uno de los libros que nos habían hecho comprar. En ese momento, levanté la mano y ella me dio permiso para preguntar.

-          ¿Por qué creen que Dios es el jefe del universo? – dije.

-          Él creó todo lo que hoy somos, Laia. Por eso a él le debemos nuestra vida.- contestó, su cristianismo le estaba echando una mano.

-          Según lo que dices, estás afirmando que él te dio la vida por lo tanto tú vida le pertenece a él, y según lo que hay aquí escrito en el libro, dice que Dios nos dio el libre albedrío, la capacidad para elegir nuestras propias decisiones. No entiendo.- dije.

Ramona leyó ese fragmento que era media página más abajo, los compañeros hicieron lo mismo, me miró con cara de no encontrar la respuesta, escuchaba a Uriel reírse y susurraba “¿A ver cómo sale la profe de esta?”.

-          Dios es nuestro padre, y él sabe lo mejor para nosotros. Nuestra vida nació gracias a él. – insistía pero no entendía mis palabras.

-          Jesús nació a través de él, pero nosotros… estás diciendo que toda esta magnífica creación del universo y de este mundo, fue idea de una sola persona, que luego, creó a los ángeles para que pudieran gestionarlo todo, ¿no? – ella dijo que si con la cabeza- entonces, para construir una casa ¿Por qué necesitamos a tantos constructores si con uno puede crearse un universo entero? – dije.

La seño se me quedó mirando con cara de sorpresa, la clase se quedó en silencio mirándola, esperando una respuesta.

-          Laia, estás castigada. Después de clase, deberás quedarte aquí.- dijo y prosiguió con la clase.

Era la última hora de la tarde y ese día la iaia Filo me vendría a buscar, ¿cómo se lo iba a tomar cuando supiera la razón de porqué me castigó la profe? Ese curso había empezado de una manera que parecía que me hubiese mirado un tuerto, pero a la semana de empezar ya estar castigada por cuestionar las hazañas de Dios, nunca lo entendí.


Al ser una materia obligada, no pudo echarme de clase, pero se le cruzó entre ceja y ceja que debía respetar más a Dios, por eso el castigo fue copiar un capítulo del libro que hablaba del respeto hacia los demás, uno de aquellos que estaban al final del libro.

-          Copiarás esto y mañana me lo tendrás que traer hecho, ¿de acuerdo?- dijo con voz autoritaria.

-          No, me niego a hacerlo.- le dije.

-          ¿Cómo dices?- gritó.

La Ramona me trajo el libro en la mesa, pero yo nada más lo agarré y lo tiré al suelo, lo mismo con las hojas que había traído.

-          ¡Recógelo ahora mismo!- insistió pero ni me moví.

-          ¡Mira, me puedes castigar de cualquier cosa menos de esto! ¡Incluso me puedes dejar sin patio, pero esto, no te lo consiento!- le dije enojada.

-          ¡Soy tú profesora y harás lo que yo te diga! ¡Siéntate y copia!- insistía.

-          ¿Ah si? En primer lugar, no puedes castigarme por poner en duda tus creencias, y luego hacerte el sermón de que te he faltado al respeto, si lo único que he hecho ha sido dar luz al tema de la religión, y dar mi punto de vista al respeto, sin ofender a nadie. Puesto que el cristianismo es una religión y la Biblia una historia ficticia. – le dije me sentía tan enojada e indignada que le dije todo sin pensar.

Uriel estaba de espectador, no quiso colaborar puesto que mi punto de vista es parecido al suyo. Entonces, vi al ángel de la Ramona, también estaba como Uriel, incluso hablaban entre ellos de cómo me las apañaba para explicarle lo limitada que estaba con su punto de vista, tanto que intentaba limitar a otros porque si.

-          ¡Vas a quedarte una hora más, pero haciendo otra hoja de matemáticas!- dijo la Ramona, se sentó en su sitio y yo en el mío, pero no saqué el cuaderno de matemáticas.

-          De acuerdo.- dije, me puse de pie y fui a la pizarra y empecé a dibujar.

La Ramona se levantó y empezó a mirar lo que hacía, con los brazos cruzados en el pecho y resoplando.

-          Mira, te lo voy a mostrar para que entiendas mis palabras de lo que he dicho antes, con este ejemplo muy sencillo.- le dije intentando dar paz en el asunto.

Ella no dijo nada y empezó a escucharme.

-          Este cuadrado es la clase, estos de aquí somos los alumnos, y esta eres tú.- me detuve para observarla, arqueaba una ceja pero poco más, y proseguí.- Imagina que las paredes de esta clase, sean tú universo y tú misma has creado cada tocho para formar la clase, pero al principio, solo estabas tú, cómo sentías que sin nadie a quién enseñar, tu trabajo no tiene sentido, decidiste crear mediante el fragmento de tus costillas, a los alumnos. Pero solo para que hicieran una cosa, obedecerte, puesto que tú prioridad es enseñar, y tus métodos son estrictos, dónde lo que dices tú, va a misa.- volví a observarla, se quedó curiosa como explicaba, se sentó en la mesa de uno de los pupitres y siguió escuchándome.- Si un alumno, pregunta ¿por qué fueron creados? Y tú les respondes para obedecerme, ¿qué clase de relación tendrían contigo?- le dejé pensando.

-          Yo mando.- contestó.

-          ¿Y si alguien quiere saber qué hay fuera de esto?- le dije.

-          Le ordenaría que no lo hiciera.- dijo segura de si misma.

-          Ahora imagina que tú eres un alumno y te gusta explorar más conocimiento, pero la profe solo da una materia y a ti te gusta matemáticas, pero ella no te permite estudiar matemáticas, ¿qué harías y como te sentirías?- le dije.

Se quedó pensando… pasó un rato antes de que contestase, mientras que tardaba, me regresé a mi sitio e intenté hacer los deberes que había dicho de matemáticas, mientras que ella se quedaba delante de la pizarra, pensando la solución.

-          ¿Soy una mala profesora por obligarles a hacer lo que yo diga y no permitirles imaginar más?- me preguntó, su cara ya era algo más consciente del problema.

-          Para nada eres mala, recuerda que si Dios nos dio el libre albedrío fue porque quiere que seamos más que sus esclavos. Él no quiere eso, quiere personas creadoras como él es.- le dije.- Pero lo importante aquí es que te has dado cuenta del problema, y eso ya es un comienzo.- terminé.

Ella no me dijo nada más, y a la media hora del castigo, me permitió irme, aunque antes de marcharme, le puse la mano en la espalda.

-          No te preocupes, haremos como si esto no hubiese sucedido.- le sonreí.

-          ¿Laia, que haces en clase?- la Iaia Filo preocupada porque no bajaba, le permitieron subir.

-          Iaia, hola, pues… nada que…- dije pero Ramona me interrumpió.

-          Estaba castigada, pero ya ha terminado el castigo. Perdona por no avisar.- dijo Ramona.

-          ¿Castigada?- dijo la Iaia.- ¿Por?- terminó.

-          Se le olvidó hacer los deberes de matemáticas.- dijo Ramona.

Esa lección le dejó bastante impactante porque nunca más se puso de esa forma ni conmigo ni con nadie de clase, en ese tiempo dejaba que los alumnas fuesen libres. Aunque la cara que me ponía cuando me miraba, era extraña, como si fuese especial, porque de repente, siempre que ella necesitaba un voluntario me pedía que lo fuera yo. Al día siguiente, nos tocaba hacer una prueba de lectura, pues con las demás clases haríamos una hora de comprensión lectora, dónde habría dos profesores, dónde un grupo leerían libros para avanzados y los otros para los que les costase leer. Se suponía que en primero de primaria tenías que saber leer, los requisitos mínimos eran, seguir el relato con el dedito y atascándote en cada palabra. Para que así fuera, los tutores tuvieran que hacer una prueba a cada alumno del curso, dónde tenían que leer un texto con tiempo marcado.

Ramona me llamó, me dijo lo que tenía que hacer y cuando me lo indicó empecé a leer, pero le tuve que detener.

-          Lo siento, pero ¿puedes quitar el dedo por favor, me estás haciendo perder? Gracias.- le pedí.

-          Sí, claro. Hazlo tú.- me dijo.

-          No, no lo necesito, ya sé leer sin el dedito.- le dije.

Se pensaba que era un farol, así que volvió a poner el tiempo a cero y me avisó, entonces empecé a leer, bastante fluido, solo me atascaba en alguna palabra larga y algo rara, se quedó alucinando porque además, tardé la mitad de lo que normalmente ocurría. Así que fui con los del grupo avanzado, me gustó pero la profe que me tocó fue ni más ni menos que la Patrocinio. ¡Válgame dios y el cristo de la vega!

En ese momento me vino a la mente lo que me dijo Uriel al inicio del curso ¿Qué quieres aprender realmente en el colegio? Mientras que los compañeros de clase leían en voz alta un libro gigante con muchos dibujos y cuatro líneas para leer, me quedé pensando sobre lo que había hecho durante esas dos primeras semanas de clase.

AVISO IMPORTANTE: La próxima semana NO ABRÁ CAPÍTULO, solo instagram live para hacer la meditación del día 25 de Julio (fuera del tiempo) hacia las 15h de españa. Siguanme cómo @laia_gali_hr en instagram para saber las novedades. Gracias.

Recomendación: Dark soundtrack - Serie de Netflix (áun no la miré pero adoro la música)

HR.

HERO&Corporation.

miércoles, julio 15, 2020

Perdoné Al Tiempo

Mis horarios son raros, lo reconozco, sé que muchos de ustedes deben pensar “¿Esta seguirá algún día algún horario o agenda en este mundo?”, cada vez que alguien me pregunta esto, me entra la risa, pero no para reírme de ustedes, sino de lo que ustedes creen que significa trabajar para la consciencia planetaria o de lo que ustedes están acostumbrados a vivir en sus tiempos. Comprendo que para llevar un negocio al día, deben seguir unos horarios y una disciplina regia para que nada se te escape y que todos los planes, salgan. Pero cuando decides trabajar para la consciencia planetaria, las cosas cambian y mucho…

Para empezar, tu jefe no está detrás de una puerta dónde puedes golpear y entrar cuando quieras, pues el jefe vive en algún lugar del universo, es más difícil ir presencialmente y decirle “disculpe, quiero un aumento” o “¿vio las novedades que hacen la competencia hoy en día?”… cuando trabajas para la consciencia planetaria, tus compañeros de trabajo se convierten en tú familia de luz, es decir, antiguos miembros de una familia que en otras vidas fuiste hermano, tío, sobrino, padre, madre…. Tampoco se encuentran cerca, la distancia quizás no es tanto como con lo del jefe, pero cuesta entablar una conversación seguida al mismo tiempo, porque puede que algunos ni se encuentren en tú misma dimensión.

Desde que volví a nacer, que detesté cualquier cosa que a mí me provocase una rutina, no me gustan y hago todo lo posible para que no esté en una. Cuando veía como papá regresaba del trabajo tan tarde y que no tenía muchas ganas de hacer nada solo de dormir mirando la televisión, y luego verlo más adelante con mi mamá, menos me gustó seguir una rutina. Pero tenía que ir al colegio, porque siendo chiquita es lo que tenía que hacer, y el colegio era rutina, seis horas de clase durante cinco días a la semana, por los cuales se impartían ocho materias, y que luego en casa tenías deberes que hacer para que al día siguiente te subieran la nota, que determinaba si pasabas de curso o te quedabas otro año en el mismo.


Rutinas que solo provocan, aburrimiento y pérdida del sentido. Yo de chiquita cuando me preguntaban “¿Qué quieres ser de mayor?” no me atrevía a decirles “no quiero seguir una rutina, quiero ser libre y trabajar de algo que no me estanque y que me den ganas todos los días de descubrir el mundo y aprender mucho de mí y del universo que nos rodea”. Aunque no lo decía a la gente, mis guías lo escuchaban resonar en el eco de mí corazón, el sonido y la luz daban su forma y poco a poco se iba viendo que mi deseo se cumplía, de chiquita cuando era verano, el tiempo parecía ser eterno, aceptando las horas de Sol y de Luna, pero al fin y al cabo eran 80 días libres, a mí antojo. Pero al inicio del curso, volví a sentir la rutina como si fuesen unas tijeras gigantes que solo querían cortar las alas de la ilusión de aprender, simulando que sus formas era aprender.

En 2013 fue la primera vez que pude elegir y con 20 años recién cumplidos, le dije a mi papá “quiero tomarme un tiempo”, se me quedó mirando con unos ojos que parecía que se le iban a caer de la cara, intentando comprenderme y me dijo “¿Quieres ser una NiNi?” y yo le decía que no con la cabeza y le dije “No, solo quiero tomarme el tiempo para vivir, pero vivir como a mi me gusta”. Pero no me entendió y empezó a decirles a los padres de los ex compañeros míos “mi hija no hace nada, ni estudia ni trabaja, solo… nada” creo que intentaba comprenderme pero nunca me preguntó que se lo explicase (ni ahora entiende lo que hago).

Me tomé ese tiempo para vivir, dejar de estudiar por un tiempo y preguntarme “¿Qué quiero hacer realmente?” a pesar de que seguir con el bachillerato o hacer una Formación Profesional no me daban muchas ganas, una vocecita interior dijo “Escribe” y empecé a escribir. Pero también empecé a viajar, mi abuela me invitó un fin de semana a Andorra, para ir a un balneario con ella y unas amigas, disfruté mucho y aprendí a relajarme, algo que no te enseñan en el colegio. Mientras que estaba en las escaleras dónde hay siete jacuzzis de distintos chorritos en Caldea acompañada de una vecina que recién la había conocido que se llamaba Joana y era de República Dominicana. Me di cuenta de lo rápido que los humanos queremos vivir la vida, nacemos para morir, pero ninguno muere para vivir. ¿Quién se atrevió a darle la vuelta al reloj del tiempo? ¿Quién quiere empezar a sentir el tiempo dentro de cada uno y no a fuera como si tuviéramos que cazarlo día a día? Si somos el tiempo, ¿Por qué siento que lo tengo fuera de mí?

Empecé a flotar mirando las estrellas dentro de la piscina de agua caliente, pensando en estas preguntas, como si esos puntitos que llamamos estrellas, tuvieran las respuestas, como si en realidad el tiempo, realmente fuese más manejable de lo que se imaginan. Un tiempo dónde se fusiona con nosotros, dónde ninguna de las partes tiene que buscar a la otra, pues ambas están fusionadas en un punto, que bombea cada gota de sangre por segundo.

Quizás les parezca que no tenga horarios, que a las nueve de la mañana estoy viajando entre dimensiones, en vez de desayunar y prepararme para encontrar un “trabajo”, que en la media noche ya esté tumbadita en la camita, esperando soñar con los angelitos y empezar de nuevo un día que el tiempo siempre te vaya manipulando, olvidándonos de las cosas que importan, como una sonrisa al ver el Sol en el cielo saludarte, un perro cuando te mira a los ojos en la calle y te quiere saludar, un arbolito que te saluda, una piedra en el camino que te recuerda porque viniste a aprender. Un abrazo, un baile, un beso,… olvidamos todo eso, la importancia que da un minuto, si se invierte bien su tiempo.

Si quieres trabajar para la consciencia, lo primero que vas a aprender es a soltar la creencia de que un reloj te manipula, y tendrás que aprender a perdonar al tiempo por no haberlo entendido como funciona todos estos años, darle un abrazo y prometerle que a partir de este momento, vamos a trabajar juntos y para hacerlo se necesita ser sinceros, ser cada uno una mejor versión de si mismo. ¿Vieron alguna vez algún ángel estresado? ¿Vieron alguna vez al Maestro Jesús o a Ghandi perder la sonrisa porque no llegaba a tiempo a algún lado?

Recomendación: I’m Forrest Gum – Soundtrack


HR.

HERO&Corporation.

¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

  ¡Feliz año a todos! Dejamos atrás el año del infinito (2+0+2+4=8) y nos vamos centrando en el año de la divinidad (2+0+2+5=9). El año pa...