El tito Juan me llevó en brazos hasta el piso, como la escayola aún estaba algo húmeda, me dejaron en el sofá, en la parte de la pierna tenía una toalla, mientras que veía a mamá que llamaba por teléfono a papá y le contaba lo sucedido. De esta forma, mamá había decidido adelantar el viaje de regreso a Manlleu, así que papá al día siguiente tras trabajar solo por la mañana (y agarrarse libre la tarde) se vino al Prat de Llobregat, para venirnos a buscar. En ese momento, me di cuenta de que había arruinado todo el verano, a tomar viento las horas de piscina y playa…
En casa tuvimos que hacer algunos movimientos, en mi habitación pusieron un comunicador por radio-frecuencia que tenían mis padres en su habitación, por si por las noches tenía que levantarme a ir al baño. De esta forma, no podía valerme por mi misma, tanto en la ducha, como a la hora de hacer mis cositas. Por la calle, papá me compró unas muletas de colorines, pero apenas las sabía usar y no confiaba mucho en ellas, por eso, no las usé, cuando tenía que irme de casa para ir al bar con mis papis, pues me tenían que llevar en brazos, tanto del titi Hilario como de papá.
Pero enseguida aprendí a tener autonomía, en casa de la iaia Filo, que pasaba casi todo el verano con ella, por lo menos todas las mañanas de Agosto del 1999. Como ella no me podía agarrar en brazos por ser bastante mayor, tuve que volver al principio de cuando era un bebé de meses, tuve que gatear, por eso la escayola que era blanca impoluta, de repente era gris y con algunas firmas. En la cocina de su casa, después de hacerme una fotografía mi abuela…
- Iaia, ¿quieres firmar mi escayola?- le pregunté.
- Claro que si.- dijo con una sonrisa.
Su firma era muy importante para mí, al igual que ella, que durante ese mes tuvo que renunciar a salir con su mejor amiga Pepeta, para cuidar de mí. Cómo no podía salir a caminar, como mucho íbamos al parque con las muletas, pero solíamos ir a uno más cerca de su casa, me cansaba mucho usarlas. Así fue como la abuela y yo empezamos a hacer otros juegos…
- Ahora que vas a empezar primaria, tendrás que aprender a sumar y restar, ¿te han enseñado ya?- me preguntó.
- Si, pero solo con una cifra. En este cuaderno hay con dos cifras, ¿cómo se hace?- le pregunté.
Días antes de todo, me compró un cuaderno, porque quería que cada día hiciera una horita de problemas de matemáticas durante el verano, no me pareció mala idea, porque ella también se compró otro para ella. La verdad es que me encantaba como me explicaba ciertas cosas que ella nunca olvidó tras dejar el colegio a sus 13 añitos. Ella me enseñó a hacer las matemáticas más básicas y a resolver problemas de la vida en general.
Mientras que el tiet Josep me enseñó algo muy interesante, empezamos a hacer dibujos extraños en un bloc de notas blanco, que él traía de su antiguo trabajo, aunque él ya estaba jubilado, durante toda su vida, estuvo trabajando en una imprenta en Torelló. Ahora los dibujos eran muy diferentes a antes, porque él empezó a enseñarme cosas que debía tener en cuenta para la misión y el propósito de vida. A pesar de que parecía un miembro de la familia más de parte de Galí, el tiet Josep también mantenía contacto con los Maestros Ascendidos y él había aceptado enseñarme conceptos del universo desde su encarnación en 3D.
- ¿Qué ves aquí?- me preguntó mientras que señalaba el bloc en blanco sin nada escrito ni dibujado.
- Nada.- le dije, no entendía la pregunta.
- ¡Exacto! Lo primero que existe en el universo es la NADA.- dijo su tono de voz parecía que me estuviera contando un cuento, pero que costaba de entender.- por el cual le llamaremos Vacío, es un lugar dónde no hay nada más que vacío, no existe nada más que el vacío.- dijo.
- ¿Qué es el Vacío?- le pregunté.
- Esto, es un lugar dónde no hay nada. Por ejemplo, este bloc no hay nada escrito ni dibujado, por ende está lleno de NADA.- explicó.
- No entiendo.- le dije.
Se quedó pensativo un rato, como si intentase pensar alguna forma para que lo entendiera.
- ¿Puedes ir a la cocina y decirle a la iaia que te de un vaso, por favor?- me pidió, sin decirle nada más me fui a buscar lo que me había pedido.
- Aquí lo tienes, tiet.- le dije.
Apartó los periódicos que habían a la izquierda de la mesita, y el bloc que lo colocó todo encima del sofá dónde se encontraba él, yo me encontraba al otro lado de la mesita, sentada en un taburete para colocar los pies en alto, que la iaia lo usaba mucho debido a su problema de hinchazón de los pies.
- ¿Qué hay ahora en la mesa, Laia?- me preguntó.
- Nada.- contestó.
- Y si…- colocó el vaso verde de cristal que había ido a buscar en medio de la mesa.- ¿ahora qué hay en la mesa?- preguntó.
- ¿un vaso?- le dije.
- Sí, pero el vaso ya es ALGO. En cambio si quito el vaso – realizó ese movimiento.- no hay NADA. ¿lo entiendes?- dijo.
Tenía razón, sino ponía el vaso, no había nada encima de la mesa, pero si lo colocaba ya era algo. Comprendí eso, pero no comprendía el significado que intentaba explicarme.
- En el universo, hace miles de millones de años, cuando nada de lo que vemos aquí y ahora existía, cuando ningún planeta había sido creado, cuando ninguna estrella, ni constelación, ni galaxia, ni nebulosa, ni nada de lo que ahora existe en el universo estaba… solo existía una cosa, el VACÍO. Esa oscuridad que sin ser NADA, ya era ALGO.- dijo.
Su explicación lo entendí mejor, en realidad el tiet Josep no estaba bajo las reglas de ninguna religión, a pesar de haber sido bautizado y había hecho la comunión junto a su hermana gemela Cristina. No creía en ninguna religión, no iba a misa los domingos como la iaia, tampoco era de voto cristiano a pesar de haberse quedado “soltero”, su amor por la sabiduría le llenó tanto, que no necesitaba casarse, ni tener hijos. Sus intenciones era el conocimiento del universo (más tarde nombrado conocimiento del SER o Sabiduría) que lo expresaba en voluntad con el amor del gran conocimiento del SER. Casi todo su conocimiento lo compartió conmigo a lo largo de mi vida, hasta el fin de sus días (incluso después de eso), con él aprendía conceptos universales, información que él mismo había aprendido sobre las estrellas, los astros y las civilizaciones de otros planetas. Encontrarse a una persona que había nacido en el año 1929, durante el crack del 29 y no ser de ninguna religión, era muy extraño pero él me ayudaba a crecer interdimensionalmente, es decir a no dejarme limitar por una sola dimensión.
Él agarró de vuelta el bloc de notas y lo colocó en medio de la mesa, agarró la lapicera, me lo ofreció, yo lo acepté.
- Imagina que el universo es todo este bloc de notas en blanco, pero si dibujas un punto en medio, ¿qué es lo que hay ahora en el universo?- dijo, obedecí en todo lo que decía que tenía que dibujar.
- ¿Algo?- le dije.
- Un punto de vista. Imagina que ahora el universo tiene un ojo dónde puede verlo absolutamente todo, porque en este punto de vista, todo lo que existe está concentrado en un único lugar.- dijo.
- Horus…- susurré, se me escapó y no sabía muy bien porqué, pero me vino a la cabeza el tatuaje de aquel pariente en Egipto que llevaba una persona con una cara de pájaro.
- Sí, es una forma de entenderlo. ¿sabes quién fue Horus?- me preguntó.
- No, pero creo que en otra vida fui pariente de él.- le contesté.
Se me quedó mirando, por la forma de la cara le había sorprendido de que estuviera recordando cosas tan antiguas. Pero no quiso hacer ningún comentario al respecto, pues él quiso proseguir.
- Pero si el universo está concentrado en un solo único punto, no puede verse, por lo tanto, tendría que mirarse al espejo.- me indicó para que hiciera un punto cerca del punto anterior.- pues el espejo sirve para reconocerse, para observarse, ¿comprendes?- terminó.
- ¿Por qué tiene que observarse?- le pregunté.
El tiet Josep, agarró el vaso que había quedado a un lado de la mesita, y me lo dejó en las manos.
- Si ves a través del cristal verde ¿qué puedes ver?- me preguntó.
Obedecí y lo único que veía era a él, con el color verde.
- A ti, pero en verde.- le dije.
- El universo necesita reflejarse, observar a través del cristal, para saber a quién está mirando. Si por este vaso, me observas a mí, y me reconoces como tu tío, estás aceptando en tú interior que yo formo parte de ti, ¿comprendes?- aclaró.
Un reflejo igual cuando cada uno de nosotros se mira en un espejo, lo que espera uno es poder reflejarse.
- Este reflejo se llama dualidad, que con el primer punto, ahora el universo tiene dos puntos de vista dónde puede reconocerse.- dijo mientras que me agarró la lapicera y dibujó otro punto.- entonces, tenemos un tercer punto, que es el equilibrio entre los otros dos puntos, imagina que el primer punto es un plato de arroz, y el segundo punto es un plato de sopa, para que surja un equilibrio de ambos, el tercer punto tiene que ser la unión del primer y el segundo punto, es decir una sopa de arroz. – dijo mientras que dejaba tiempo para que asimilara esa información.
- ¿por qué debe estar en equilibrio el tercer punto?- le pregunté.
- Pues su punto de vista, tiene mucho que ver, con el cuarto punto, dónde se conforma el tiempo y el espacio, por lo tanto los cuatro puntos ahora tienen un lugar y un tiempo donde pueden existir. El tercer punto, es la materia, donde el trabajo del primer punto y del segundo, se plasman, pero no se pueden hacer realidad, sin el cuarto punto, sino tienen un lugar y un tiempo, ¿comprendes?- informó.
La iaia seguía encerrada en la cocina preparando la cena, aquella clase con él era muy interesante, quería saber más, pero de repente tuvimos que dejarlo para más tarde, porque había llegado el momento de poner la mesa. En casa no ayudaba con las tareas, pero en casa de la iaia era otra cosa, con cinco años me había puesto alguna responsabilidad, como por ejemplo, ayudar al tiet Josep a poner la mesa.
- ¿Por qué has dibujado un cuadrado en el bloc, tiet?- le pregunté mientras que poníamos el primer mantel.
- Así es como están puestos los diferentes puntos de vista por el cual el universo, quiere ser reflejado. Mira, observa esta mesa, ¿Cuántas esquinas tiene?- dijo.
- Cuatro.- contesté.
- Imagina si cada esquina es un punto de vista, dónde en el centro solo hay vacío. ¿Qué figura forma?- me preguntó.
- ¿Figura?- pregunté.
- Figura geométrica… ¿te lo han enseñado?- dijo.
- Si, los… bueno ya sabes, no fue en el colegio…- comenté.
Me quedé un rato pensando en la respuesta a la pregunta, aún me costaba definir las figuras, pero al verlo me dejó claro que era un cuadrado, se lo dije de inmediato.
- Así es. El cuadrado es la base del tiempo y del espacio. Los demás puntos tienen que estar o arriba o abajo, incluso alguno en el centro de la mesa. Por ejemplo el punto número cinco está aquí arriba- dijo mientras que aprovechando que me había pasado las puntas del mantel, lo elevamos formando así una gran parábola en el aire.- el punto más alto del mantel, es el número cinco, dónde aquí lo pueden ver todo lo que sucede en la base, formando así una pirámide, como las de Egipto.- dijo.
Luego explicó que el punto seis, se encuentra en la punta de
la mesa pero por el lado contrario, es decir, debajo de la mesa. El siete se
encuentra en el centro de la mesa, el ocho a un lado de la mesa en la base del
tiempo, y el nueve al otro lado de la mesa. Concluyó al decir que todos los
puntos en realidad son las nueve dimensiones que se conforma el universo (solo
en un aspecto material).
Recomendación: Mi vida entera - Morat.
HR.
HERO&Corporation.
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