Hace 47.000 años en la
ciudad de luz Angawhu en Arcturus…
Mis dos hermanos pequeños Aznay y Moorhy ya estaban en la
cama, mientras que yo aún me encontraba en la sala, acompañada de mis padres
Adonay y Tauriel, ambos ya estaban descansando en el suelo, hacía poco que
habían contado a los más chiquitos un cuento sobre las estrellas, para que
pudieran doblarse y viajar por el universo tranquilamente, pero yo, al ser la
mayor, podía esperar un rato, ya que esa misma noche me sentía algo inquieta
por un tema que no me dejaba descansar en paz. Cumplir 5.000 años de vida en
una encarnación, aquí todavía te ven como muy joven para empezar a tener un
trabajo que vaya acorde al servicio de luz que quieras ejercer, pero a mí
últimamente me picaba mucho la curiosidad de algo que ocurrió dos días antes en
la gran sala del parlamento, me picaba tanto la curiosidad, que tenía que
preguntarles a mis padres más.
- Makito, ¿Por qué nadie de nuestra
familia se ha alistado nunca a la orden de San Miguel?- le pregunté.
Mi pregunta les pilló algo desprevenidos, makito (que es una
forma de decirle papá) miró a maluí
(es una forma de decir mamá) y en el silencio con tan solo el cruce de miradas,
se entendieron perfectamente que mi pregunta iba más allá que mera información
de ellos, ya que según ellos, ya tenía toda la información necesaria como para
tener que preguntarles más.
- Mi
amada Flor de Lys, durante mucho tiempo nuestra familia ha permanecido en
Arcturus, porque su servicio a la luz es aquí. Cada uno encuentra su lugar, tú
lugar llegará cuando sientas que lo es.- dijo, su cara no era de preocupación
pero sí que pude entender la curiosidad que le entraba por mis preguntas.
- Querida
Flor de Lys, sabes muy bien que aquel que quiera alistarse, debe abandonar a su
familia y emprender un viaje en el universo, nuestra familia ha encontrado su
lugar aquí, y esperamos que tú, a su debido tiempo, también lo encuentres,
aquí.- dijo maluí.
Sus palabras estaban cargadas de amor y comprensión, aunque
a maluí le preocupó bastante que de repente alguien de nuestra familia quisiera
abandonarlos y no saber si volverían a saber de ellos nunca.
- Tú
Makitis ya lo dice “el universo es más grande por dentro y más pequeño por
fuera” todo aquel amigo o hermano que haya emprendido un viaje por el universo,
no ha regresado a tiempo, cuando lo ha hecho, ya toda su familia habían
transmutado y solo le quedaban los hijos de su familia, que no lo conocían.
Emprender un viaje así, es saber que vas a estar solo, y por lo tanto, nos
hemos mantenido aquí, no por miedo, sino porque nuestro trabajo es aquí.- decía
Makito.
Mi abuelo (makitis)
se le determinaba en ese momento el sabio de la familia, porque era el último y
el más viejo de todos nosotros. Recordaba mi última vida como ser de luz en la
9D, y allí había conocido al Arcángel San Miguel era aparte del hermano mayor
de los Arcángeles, un amigo respetable y honorable que hice y que además cuando
estaba con Gab nos estuvo acompañando en nuestra experiencia. Pero ahora mi
interés había cambiado tanto, hacía dos días que en el parlamento en la reunión
anual más importante, el Arcángel San Miguel junto a algunos soldados o
guardianes de su orden, habían sido invitados a Arcturus y concretamente a la
ciudad de luz Angawhu, para ofrecer aquellos que quisieran, alistarse y empezar
su vida como guardianes, entrando en un entrenamiento y una vez realizado los
entrenamientos, emprenderían el viaje más importante de sus vidas, el llamado Frente.
Las listas seguían abiertas por dos días más, pero había
tomado una decisión que no quería dejar ir, así que alcé la cabeza y les dije a
mis padres.
- Voy
a listarme, para ser guardiana de luz.- el silencio nos abrazó con mucha fuerza
y yo continué – Mientras que esté entrenando, estaré en Arcturus, pero cuando
me toque ir al Frente, os llevaré siempre en mi corazón e intentaré sobrevivir
para poder volver a casa y estar con vosotros. Porque os amo, vosotros sois mi
primera familia, nunca lo olvidéis, porque yo si alguna vez lo olvido, sé que
mi espíritu me lo hará recordar en algún lugar perdido del universo, y pensaré
en vosotros, esté donde esté.- les dije y finalmente nos dimos un abrazo, maluí
lloró pero lo comprendieron y aceptaron mi decisión.
Al día siguiente, acompañé a mi madre al Parlamento y me
alisté, mientras que ella se iba al trabajo, yo fui recibida por el Arcángel
San Miguel con un abrazo origen de un reencuentro muy hermoso y honorable que
ocurrió.
Cuatro días más tarde…
Me encontraba en la plaza delante del trabajo de mi padre
Adonay, esperándolo a que saliera, pero de repente me encontré con el hermano
mayor de uno de mis mejores amigos llamado Orange, que caminaba por la plaza
pero no parecía que me hubiera visto, y como vi que andaba como si nadie
quisiera que lo siguiera, lo empecé a seguir, sin antes decirle a un amigo de
mi padre que pasaba por allí que le dijera “no puedo esperarlo para ir a casa, dile que nos veremos en casa todos
juntos ¿Oksham?” y el amigo aceptó entrando de nuevo al trabajo, y yo me
fui a seguir a ese hermano, que se había ido a la calle de al lado y entró en
una especie de taberna, que no pude evitar entrar.
Pero dentro estaba abarrotado de Arcturianos, había tanta
gente que le había perdido, empecé a mirar persona a persona, pero él no estaba
allí, y cuando había decidido irme de ese lugar, escuché un ruido que provenía
de una mesa a la punta, lejos de la salida, me fijé en quién era y ¡Ojalá fuese
otro!
- ¿Gab?-
dije en voz alta, pero nadie me escuchó.
Mis pies empezó a caminar hacia la mesa, aunque habían
pasado 5.000 años desde que nos habíamos separado en la casa de Dios que yo iba
a encarnar en Arcturus, me acordaba de él perfectamente, lo bueno de encarnar
en 6D es que no te borran la memoria así que recuerdas siempre quién fuiste
antes de esta encarnación. Una gran parte de mí, que era predominante, se
alegraba mucho de verlo, quería lanzarse a sus brazos y besarlo de nuevo,
porque durante todo este tiempo, ¡jamás! Se había aparecido ante mí, y esta vez
no tenía nada que ver con si yo estuviera preparada, porque los ángeles y
arcángeles también se aparecen en Arcturus y todo el mundo lo tiene aceptado
como algo común y normal. Pero Gab, desde que lo habíamos dejado, que nunca se
había designado a aparecer, no mientras que yo estuviera consciente de que lo
podría ver, de todas formas, mi corazón latía tan fuerte que lo había echado
tanto de menos, que parecía que el tiempo que nos había separado en realidad
solo fuera una mísera cifra.
Curiosamente estaba sentado en una mesa solo, y delante de
él tenía un asiento vacío, por el cual sin pedirle permiso, ya que él todavía no
me había visto, me senté, y entonces sus ojos se volvieron a encontrar con los
míos, para él parecía toda una sorpresa, pero recordaba que era muy difícil
sorprender a un ángel y más a un arcángel, tampoco sus sentimientos no eran
para nada fingidos, en sus ojos están sus secretos y pude reconocer sorpresa, reencuentro, amor y sobre todo
enojo.
- ¿Qué
te trae por aquí?- le pregunté empezando la conversación.
- Verte,
hace tiempo que no hablamos.- dijo directamente noté en su tono el enojo que
sentía y quizás la razón de porque le obligó a aparecer.
- Cierto
es.- contesté, mi tono era de asombro pero también de respeto, yo al contrario
de él, me alegraba de verle. Pero él me interrumpió.
- No
lo hubiera hecho, si no hubiera sabido que te has alistado para ser guardiana
de luz de la orden de San Miguel- dijo, cruzó los brazos en su pecho igual que
un niño enojado ¡qué tierno! Pero de nuevo, lo estaba estropeando todo.
- ¿Te
molesta?- le pregunté con tono de sorpresa.
- He
venido a que me des una explicación de ¿por qué?- dijo sincero y preocupado.
Pero no le contesté y el silencio nos venció, entonces dejé
de mirarlo, a la derecha de la mesa había una ventana que se podía ver la
calle, había muchas personas que iban con sus túnica azuladas caminando por la
calle, todo eran casetas en ese sector, los edificios más grandes siempre
estaban en las plazas. No le quise decir nada, porque recordaba que así era
como empezaban nuestras discusiones a veces tontas. También me hizo recordar,
cuando tenía que ir a Gaia a contribuir en la creación del reino vegetal y
humano, antes de poder agarrar la nave de la Confederación Galáctica, estuvimos
Gab y yo peleados porque él decía que no era una buena idea que yo fuera sin
él, y la verdad es que él debía quedarse en la casa de Dios y yo ir a trabajar
en una Nave, dónde nunca pisaría tierra durante su formación y creación de
vida. La sensación era parecida a lo que estábamos viviendo en este silencio.
Pero de repente Gab se abalanzó hacia la mesa, para colocar
su mano encima de la mía, yo le miré a los ojos, sus ojos verdes enamorados,
dónde se podía interpretar su miedo sin apenas tener que decir absolutamente
nada.
- ¡No
quiero discutir como lo hacíamos antes! Pero sí que quiero una cosa.- dijo
haciendo una pequeña pausa y luego seguiría diciendo – yo confío en ti, si tú
confías en mí. A pesar de lo que fuimos, me gustaría poder hablar contigo de
vez en cuando para que así, nos diéramos la oportunidad de conocernos mejor. Durante
este tiempo he estado pensando mucho en nosotros, y he entendido que nos
precipitamos en intentar ser UNO si ni tú ni yo sabemos qué significa eso.- sus
palabras eran tan sinceras que le creí todo lo que decía, se veía diferente a
lo que recordaba, menos cabezón en sus trece y más sensible, al nombrar
“nosotros” me provocó que toda mi piel se pusiera de gallina y el corazón me
latió más fuerte de lo que ya lo hacía, así que seguía escuchándole sin desear
en ningún momento interrumpir sus palabras – Me gustaría conocerte más y dejar
que el universo escoja lo que realmente significa esto para los dos.- cuando
terminó, sus ojos se emocionaron y eso me atrapó literalmente, casi podía
desear un beso suyo, pero no era así como quería estropear el acuerdo que
estaba ofreciendo y que resonaba en su totalidad.
Me quedé en silencio intentando pensar en algo, en decirle
que sí, que quería seguir por allí, que por fin había empezado a entender lo
que hacía tanto tiempo le estaba diciendo, de que éramos muy jóvenes y que
aunque él ya tenía casi su primer millón de años yo tan solo tenía 57.000 años
en el universo, super joven, quería experimentar las demás dimensiones de esta
matriz.
Pero al sentir el silencio entre nosotros, él interpretó el
silencio como un NO, por eso apartó la mirada afectado y se levantó para irse,
pero enseguida le agarré la mano y él se detuvo, me volvió a mirar a los ojos y
se quedó escuchándome abriendo el corazón.
- Me
he alistado, porque me gustaría aprender el oficio de guardiana y colaborar con
futuras misiones en distintos planetas en el universo y en este sector en
concreto. – dejé que el silencio volviera, le miré a los ojos con el amor que
siento y él se agachó, se inclinó hacia a mí, pensaba que me iba a dar un beso
en la frente o en la mejilla o quizás en los labios, pero solo puso su cara a
diez centímetros de la mía y yo continué – pero siempre será así, yo luchando
entre las energías de baja densidad y tú, siendo mi pequeño héroe silencioso
que intentará por todos los medios, no permitir que yo acabe herida en
cualquier situación que me ponga ¿me equivoco?- le dije arqueando una ceja, que
él captó con una sonrisa.
- Ese
será mi papel, hasta que tú muestres lo contrario, preciosa.- contestó con una
sonrisa que mostró sus dientes blancos que resaltaban junto a su piel
blanquecina brillante como pequeños diamantes.
Nos quedamos allí conversando hasta tarde, luego tuve que
irme y le dije que volveríamos a vernos en otra ocasión, pero regresé al cabo
de unos días pero él ya no estaba allí, de hecho lo volví a ver pasado unos
años. De todos modos, sabía que la relación tomaba un rumbo mejor al que andaba
e intenté colaborar siempre que encontraba una de sus señales en algunos de mis
entrenamientos o las primeras guardias que tuve, hasta que Dios quiso ponernos
de nuevo uno delante junto al otro.
47.000 años después…
Me encontraba en Xauxa, una noche de un sábado cualquiera,
mientras que esperaba a que fuera la hora exacta para que los arcángeles
aparecieran por el local, después de haber ejercido de trabajadora energética
junto al Arcángel Uriel en 4D, activando así el puente dimensional de Xauxa.
Acababa de recordar dos de las razones de porque quise ser
lo que ahora YO SOY guardiana de luz de la orden de San Miguel y que desde que
cumplí 14 años en la encarnación actual, que el Arcángel San Miguel me nombró
Capitana de la Unidad 23. Sigo pensando que fue una buena idea alistarse, pero
en otra ocasión os contaré lo sacrificado que es ser guardiana, para que os
hagáis una idea, es como entrar en el ejército pero las únicas armas es la
energía tanto interna como externa o universal. El único que lleva una espada
en realidad es el Arcángel San Miguel, en realidad es el jefe de todos los
guardianes de luz.
Lo más sacrificado de todo es que yo no tengo la libertad
que tienen algunos compañeros de que pueden contar con el apoyo de sus padres
de la encarnación actual, de hecho una vez te han nombrado Guardiana por mucho
que encarnes, el título lo tienes igual. En mi casa, seguimos con el régimen
“no despertante de consciencia” y hablarles de esto, solo causaría
inestabilidad en casa, al compartir que a veces llego a casa herida
físicamente, con lesiones que a veces, son difíciles de explicar. No es que les
esconda lo que sucede, les cuento, pero son ellos quien eligen libremente de no
escucharme o de decir que lo que digo es inventado. Suerte que las lesiones
cuentan con un equipo muy bueno de sanadores y maestros ascendidos del rayo
verde que aceptan a atenderme y la gran mayoría de veces, no hace falta ni
pisar un hospital, se suelen curar con unas cuantas sesiones con el Rayo Verde
y luego es como si no hubiera ocurrido nada. Por eso muchas veces no les cuento
que esté herida o cómo me lo he hecho, porque sé que no me creerán y como ya
han dicho en varias ocasiones, me mandarían al psiquiatra si sigo hablando de
ángeles, arcángeles, Maestros y Elohims. Pero yo no les temo, no porque si
alguna vez lo intentan de nuevo, sé que cada vez somos más los que nos damos
cuenta de que esto no es imaginación, es la verdad de nuestra realidad.
A veces los seres de luz que vienen a Xauxa juegan con nosotros
y no aparecen por la puerta, simplemente así sin más saltan de dimensión (bajan
de 4D a 3D apareciendo sin entrar por la puerta en medio del local) lo que no
acabo de entender es porque los demás, lo siguen negando, porque si les
preguntas directamente a ellos, a los seres de luz, te dirán “Si saltamos de dimensión, es más cómodo y
divertido” te lo admiten, pero los demás que no acaban de entender qué
sucede en Xauxa, lo ignoran, porque su EGO inventa un recuerdo de que si, han
llegado por la puerta, cuando no es cierto.
Así que cuando es la hora de los ángeles, es decir a las 3am
estoy bastante pendiente de las puertas del local, de entrada solo hay una, así
que es fácil y se ve desde cualquier punto dónde te encuentres, si te
encuentras dentro y no en el jardín, claro. Pero a veces, estás en la entrada y
de repente, te llega Gab desde la pista o desde las columnas que envuelven el
local y te quedas bastante impresionada, eso es cierto, pero mencanta y hay
momentos aunque sé la respuesta que se me escapa la pregunta “¿pero tú de dónde sales?” y Gab
normalmente te dice telepáticamente o en palabras, depende del día “Salté”.
Es en esta encarnación, tras recordar de dónde vengo, saber
qué hago aquí y hacia dónde voy, dónde el hecho de poder volver a estar
físicamente rodeada de los Seres de Luz (sean ángeles, arcángeles, maestros
ascendidos y Elohims) me siento de nuevo como si realmente el tiempo de 52.000
años fuera de la casa de Dios, no hubieran ocurrido. ¡Es maravilloso trabajar
con ellos de esta forma que no pedí! Yo ya me conformaba trabajar sabiendo que
ellos se encuentran normalmente en 4D o 5D, pero dos veces a la semana se
aparecen en 3D en un local de una ciudad pequeña de apenas 20.000 habitantes,
delante de unas 150 personas o 200 personas contando los dos días, viernes y
sábados. ¡Es magnífico!
Recomendación: imagine
– Jonh Lennon.
HR.
HERO&Corporation.
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