Cuando salí de esa etapa, tuve amistades, algunas largas de
incluso cinco años, pero no funcionaron, acababan fracasando porque el miedo al
rechazo en gran parte aunque ya no era así, seguía dando guerra en mi corazón. Muchas
historias terminaron así, incluso historias de amor, que no llegaron ni a tener
la primera cita. Pero nunca perdí tres cosas que eran y son muy importantes en
mi vida, para poder superar esto, y son la alegría, la esperanza y las ganas de
seguir avanzando.
Ahora veo mi problema con otros ojos, a pesar de lo triste y
victimiza que suene esta confesión, en realidad nunca he perdido la alegría, la
sonrisa y ser positiva es lo que me ha ayudado cada día a ir de frente y
entender que los demás están en su proceso igual que yo de evolución, pero
ellos no tienen ningún derecho de verme hundida, por mucho que no les importase
meterse en mi piel, yo jamás bajé la cabeza y fui sumisa de mi perdición, sino
que todo lo contrario, siempre iba con la cabeza mirando al frente, el pecho
hacia a fuera y caminaba decidida hacia un futuro distinto al presente que
estaba viviendo. Nunca pensé que preferiría mejor estar en el frente de una
guerra estelar en vez de volver a pasar con lo mismo una vez más.
Durante la semana pasada, intentaba comprender en qué
momento fallo para que se me repita de nuevo el rechazo, aunque la situación ha
cambiado mucho, ahora aquellos que me rechazaban están de mi lado, y sé que es
porque me he convertido en la Gogó de Xauxa, sé que les gusta como bailo, pero
nada más, lo sé, por eso no intimido mucho con ellos… sé por dónde van, pero yo
no quiero ir por dónde ellos van, y nunca caigo. Algunos me siguen culpando de
algo que no cometí, otros, siguen pensando que el hecho de estar haciendo el trabajo
de la energías en Xauxa, en realidad es para hacerme VER. Me entra la risa,
sinceramente y de corazón lo digo, porque no es este el propósito, a mi Gab me
ofreció ser la Trabajadora Energética del puente de Xauxa y yo simplemente
acepté, y cuando lo acepté todavía no había ni nacido en esta encarnación, me
estuve preparando 18 años para poder realizar este trabajo a la perfección tal
y como lo estamos haciendo (junto a Uriel mi compañero y los seres de luz), así
que no quiero hacerme VER, nunca he buscado eso… no me gustan los focos… solo
quiero que el mensaje de los bailes se transmita y llegue a los corazones de
todos, es simple, es básico, es la luz en acción de amor incondicional, así YO
SOY.
Pasé el resto de los días asimilando mi problema, conteniendo
las lágrimas, pero era inútil, tenía que llorar, lo tenía que hacer para
vaciarme y así poder lograr entender el Todo que se me estaba ofreciendo. Deseé
no ver a Gab hasta que no tuviera el suficiente valor para volver a verlo, y él
aceptó, la semana pasada el viernes no apareció en Xauxa y el sábado que era el
día que los Maestros Ascendidos regresaban de sus viajes por el universo, yo y
Uriel no fuimos a trabajar, el Comando Ashtar nos avisó que no teníamos que ir
esa noche y no fuimos, ya que fuimos invitados al momento más hermoso que
ocurrió en todo el corto tiempo que hace que iniciamos el 2019. El momento del
regreso de los Maestros Ascendidos en la preciosidad de ciudad de luz en Telos,
curiosamente en la plaza delante de la catedral.
A las 6am me tumbé en la cama y tras apagar las luces de mi habitación,
inicié como era habitual mi cambio de dimensión, primero a 4D. Como había
tomado chocolate, no me mareé, también había bebido agua, así que no noté como
mi cuerpo era aplastado simbólicamente por un tractor, y además tomé un jugo,
para que mi sangre no fuera tan densa y pudiera tener un cambio dimensional
óptimo. Y así lo fue.
Poco a poco empecé a escuchar el susurro del coro de los
ángeles que cantaban en Sayónico una preciosa melodía que hablaba de la luz
divina que está en nuestro corazón, solo con escucharlos ya supe que estaba en
la 4D, ¡era tan bello! Yo apenas me quería mover, aunque los escuchaba todavía
estaba haciendo el paso entre dimensiones y aunque quieras moverte sabes que no
lo debes hacer para no volver a caer en picado en 3D, así que me mantuve, hasta
que el canto de los Ángeles me envolvió completamente mis oídos y en vez de
estar en mí habitación parecía que volvía a estar allí de nuevo con ellos. Abrí
el tercer ojo y detrás de mi, escuché los pasos del Arcángel Uriel que se acercaban
a la cama, escuché como desplegaba el pergamino y ponía una rodilla en la cama,
sentí como se hundía por la fuerza que él estaba utilizando para apoyarse,
mientras que se mantenía medio en pie.
Sin decirme nada, noté cómo pasaba un brazo por debajo de
mis rodillas y otra por debajo de mi cuello y me agarraba en sus brazos,
entonces él habló “Tranquila mi amor, yo
te llevo…” le miré a los ojos verdes hermosos de siempre, salimos a la
terraza, abrió sus grandes alas y sin darme cuenta ya estábamos volando, ¡qué
hermoso! Sinceramente me concentré en el canto de los ángeles y dejé que Uriel
hiciera lo que debía hacer, solo le dije “Los
oigo” él ya me entendió y mostró su bella sonrisa llena de amor y
compasión.
Uriel me dejó pisar tierra, en el camino al entrar desde
Posid a Telos, pudimos ver la cantidad de seres de luz que iban a ver el
acontecimiento más hermoso del momento. Él me agarró de la mano y empezamos a caminar
hacia Telos, el paso era veloz, no teníamos mucho tiempo y la gente se empezaba
aglomerar sino encontrabas un sitio rápido. Volver a Telos fue muy hermoso, hacía
semanas que no volvía, esta ciudad es realmente linda, poder pasear por sus
calles, casi nunca tengo el tiempo necesario para hacerlo, pero ese día era
especial. Antes de llegar a la plaza de la catedral, miré hacia adelante y
entre la multitud reconocí a dos seres de luz que me alegré mucho de ver, sin
avisar a Uriel, le dejé la mano y empecé a correr hacia ellos dos, Uriel
sorprendido se puso a correr detrás de mí, mientras que yo empecé a gritar “¡Tauriel, Ávalon!” por suerte Taurie me
escuchó y se giró y al verme se detuvo y enseguida terminé a los brazos de mi
querida hija atlante que hacía muchas semanas que no veía, Ávalon al ver que su
hermana no la seguía, se giró y al verme se vino hacia nosotros a abrazarnos en
grupo, entonces llegó Uriel y le dije “¡Abrazo
en grupo Uriel!” y él se unió, que divertido fue.
Finalmente llegamos los cuatro juntos a la plaza delante de
la catedral de Telos, había mucha gente, pero nadie podía estar encima de la
plaza, dejaron ese espacio para los Maestros, era como un improvisado
escenario, dónde allí a dentro había el Maestro Adama, esperando el momento
para empezar. Todos los que estábamos allí, habíamos sido invitados, así que en
cierto modo, éramos unos afortunados para presenciar eso. Me sentía muy feliz,
intrigada por lo que iba a pasar, porque nunca lo había visto, me lo habían
contado, pero jamás había asistido. De fondo seguía escuchando al coro de los ángeles,
pensaba que solo los podía oír yo, pero resultó que estaban a un lado de la plaza
como invitados especiales, seguían cantando canciones tan hermosas que te hacían
emocionar de felicidad.
Sin que nadie dijera nada, de repente Ávalon dijo “¡Mira por allí vienen!” miré dónde señalizaba
y era en el cielo, me fijé y se podía ver un grupo de 40 centuriones (parecidos
a los caballos pero tienen alas, también son parecidos al Pegasus, pero la
diferencia es que son de color marrón, solo el Maestro Jesús y el Arcángel San
Gabriel pueden llevar un Pegasus que suelen ser blancos). ¡Qué belleza verlos
volar en centuriones! El coro empezó a cantar la canción de Auld Land Syne como
canción de bienvenida, me emocioné tanto que casi no podía escucharles cantar,
Uriel se encontraba a mi derecha, él me pasó rápidamente su brazo por mi
cintura y yo apoyé mi cabeza en su torso mientras que me secaba las lágrimas
con su anunciador.
Mientras que se acercaban pude identificar en la segunda
fila al Maestro Hilaríon, que le acompañaba Seraphis Bey, ¡qué hermoso! Enseguida
aterrizaron en la plaza, todo el mundo gritaba de alegría diciendo “¡Bienvenidos Maestros!” en Sayónico (no
recuerdo como se dice). Adama se acercó a ellos cuando bajaron de los
centuriones para darles la bienvenida con un abrazo a cada uno y dijo “¡Ya están aquí nuestros hermanos los
Maestros!” la gente se emocionó mucho más, los Maestros empezaron a saludar
a todos en la distancia, que bonito, mientras que un grupito de emisarios se llevaban
a los centuriones de allí para dejar espacio para lo que venía a continuación. El
Maestro Jesús venía con ellos, aunque él no se ha ido a otros planetas durante
estos días, sino que los ha ido a buscar en uno de los hangares para llevarlos
a Telos, ¡qué bonito! Adama nos mandó a callar y de fondo muy de fondo se
escuchaba al coro cantar, mientras que el Maestro Jesús decía unas palabras que
os voy a compartir…
Queridos hermanos y
hermanas,
Una vez más, hemos
regresado de nuestros viajes, para volvernos a reunir aquí y dar por comenzado
el nuevo año. Nuestros hermanos los Maestros Ascendidos que han estado estos días
sagrados de exploración, nos traen nuevas informaciones para la transformación
de Gaia a su ascensión a 4D. Recibamos sus mensajes con el amor incondicional
del Padre y con nuestras manos vacías para empezar a trabajar y así ayudar a
nuestros hermanos y hermanas de la superficie a sus procesos de evolución para
la transmutación de sus caminos que pronto llegarán a su primer peldaño para
ayudar a Gaia en su proceso.
¡Shobak Yoakez!
Hen ath. Yo soy el
maestro Jesús, Príncipe de la Paz.
Todos se alegraron un montón, aplaudieron con bastante
ardor, eso me encantó, yo también lo hice. El Maestro Jesús dio la palabra al
Maestro Hilaríon que quiso aportar algo.
Venimos de muy lejos
para traeros las mejores herramientas para compartir con nuestros hermanos y
hermanas de la superficie, para que nos ayuden a guiar a Gaia con el parto de
Nueva Gaia que acontecerá muy pronto.
¡Shobak Yoakez!
Hen Ath. Yo Soy el
Maestro Hilaríon.
Cuando terminaron de hablar los dos Maestros, Adama dio
permiso para que trajeran a los Maestros Guardianes que se habían quedado en
cada templo. La tradición dice que cada año un Maestro se tiene que quedar a
guardar el lugar, ese Maestro se debe pasar todos los 12 días en la posición
del loto, meditando, llevando la frecuencia del universo en Agartha para
armonizar los cristales de los Templos para que así se unifiquen con la vibración
que va cambiando cada año que Gaia sube su vibración para su destino.
Durante ese tiempo, el Maestro Guardián adjudica por su
propia voluntad un Menester (que puede ser un guía o un ángel o arcángel) que
se ocupa de él durante se momento, sin dejar que se despierte de ese trance, lo
alimenta, lo tapa, le hace en cierto modo como asistente personal de su Guardián.
Y el último día, deben ayudar a despertarlo del trance que está induido, puede
que tarden un día entero, así que lo hacen despacio, pero en Telos hay una
tradición, y es que de los 7 templos que hay en la ciudad, esos guardianes
llegan a la plaza de la catedral encima de plataformas, ayudados por hermanos y
hermanas para que un Maestro de su mismo rayo, les despierte de su trance.
El año pasado en el templo del rayo Verde se quedó de guardián
Robert, esta vez se ha quedado Anasiel. Así que vimos como Hilaríon despertaba
lentamente a Anasiel de su trance profundo, fe muy hermoso verlos como volvían
al aquí y ahora. Yo hace un tiempo hablé con Robert de ¿qué se sientes estando
de esa manera? Y él me contestó “Ni te
das cuenta de que pasa el tiempo, conoces a Gaia como si fueras ella y él fuese
tú. La vibración se escucha como latidos tan fuertes que cuando te despiertan,
ni te das cuenta de que han pasado ya los 12 días, para ti parecen unas simples
horas”. Me gustó mucho, algún día me va a tocar, pero antes, debo ser
nombrada Maestra ante todo el pelotón de Maestros Ascendidos y eso ya no queda
tanto como parece.
Cuando terminó todo eso, fuimos a saludar a Anasiel y a
Hilaríon, me alegré de verlos de nuevo y ellos también se alegraron de vernos. El
menester de Anasiel aún le estaba ayudando, porque tiene como obligación estar
una noche más con él para que descanse y se alimente como debe ser. ¡Pero fue
muy hermoso! De todas formas, nos fuimos juntos al templo del rayo violeta ya
que Sain Germain nos había invitado a un pequeño desayuno y tras eso, Uriel y
yo regresamos a nuestras dimensiones correspondientes.
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