Somos personas que nos cuesta muy poco tener objetivos, pero
nos cuesta llegar a ellos, ¿por qué será? Porque tenemos un miedo que nos
persigue allá dónde vamos y no sabemos cómo superarlo y seguir avanzando ¿sabes
qué miedo es? Se llama tener miedo a estar en Bucle.
Es muy duro cuando ves que un mismo problema se repite, una
y otra y otra y otra vez… como si el problema en sí, no tuviera ganas de irse,
porque le gusta dando vueltas a tú alrededor, buscándote para hacerte perder la
conexión con Gaia y el Universo. El Marido Atlante dice “cada problema y experiencia o situación que vivimos tiene cuatro pasos,
proyección, experimentación, integración y trasmutación o trascendencia”
¿Cuántos de vosotros piensa que cumple todos los pasos? ¿Cuántos de vosotros
solo cumple algunos? ¿Cuántos de vosotros no cumple ninguno?
En nuestra vida debemos proyectar
para poder experimentar, luego
podremos integrarlo y finalmente
debemos trascenderlo. ¿Saben por qué
se deben trascender toda situación que vivimos, sea un problema o algo que nos
divierta? Imaginamos que tenemos ganas de estudiar una carrera, en este momento
iniciamos este proceso proyectándonos
haciendo esa carrera, entonces llega la experimentación
tardamos el tiempo que debamos tardar en adquirir y aprobar todas las materias,
y una vez concluido esto, lleva un pequeño tiempo dónde integramos en nuestro ser todo lo aprendido de la carrera, pero
aquí muchas personas se olvidan del último y el paso más importante que debemos
hacer que es trascenderlo ¿Por qué?
Pues porque ese es el paso en que una vez se trasciende la información
aprendida, jamás volverás a dar vueltas en los mismo, dejarás de estar en
bucle, para que lo entiendan, superarán esa situación, sea mala o buena, lo
deben hacer para seguir evolucionando en la vida.
Antes de cumplir hace unos meses los 25 años, llevaba tiempo
que quería transmutar todo aquello que ya he aprendido e integrado en mi ser,
para seguir avanzando en mi sendero, pero no es muy difícil hacerlo ni
conseguir con quién hacerlo, para poder lograrlo debéis comunicaros con el rayo
violeta que es el que se encarga de transmutar, tenéis a un montón de ángeles,
el arcángel Zadquiel o el Maestro Ascendido Saint Germain, pero también hay
otros emisarios de este rayo que os pueden ayudar, la mayoría de emisarios
están actualmente en la superficie de Gaia en 3D para ayudar a transmutar todos
los sentimientos y experiencias de la humanidad y así poder ayudar a Gaia en su
proceso de Ascensión.
Solo hace unos dos meses y medio que encontré a mi
transmutadora que me ayuda a hacer este trabajo y se encuentra en una
experiencia de 3D actualmente, aparte de que es una vieja amistad, me ayuda a
transmutar todo aquello que siento que debo transmutar, para así liberar
espacio de mi mochila y poder caminar mejor en mi sendero. ¿Cuándo es
recomendable trasmutar? Para mi experiencia, ahora suelo hacerlo una vez a la
semana porque estoy pasando por un año de muchos cambios y para evolucionar
bien es recomendable hacerlo, pero yo siempre recomiendo que sea cuando uno lo
siente en su corazón, si lo sientes, te recomiendo hablar con tú ángel, vete a
dar una vuelta o en un momento que estés a solas con él (en la habitación sin
nadie de 3D) y dile que necesitas trasmutar cositas y que te recomiende a
alguien o algo para poder hacerlo, él ya sabrá qué debe hacer, recuerda que tú
ángel muchas veces te habla telepáticamente es decir, de repente sentirás en tú
corazón la respuesta, si abres y mantienes el corazón abierto, lo que tú
llamas, por instinto.
Ya llevaré pronto dos meses de transmutación de forma
semanalmente o cada quince días, y es muy liviano, es genial, en serio que lo
digo, durante este tiempo jamás pensaba que me sentiría tan vacía de equipaje. ¿Saben
cómo encontré a mi transmutadora? Después de pedirlo al cielo, y esperar unas
semanas, no sabía porque, pero era invierno y hacía mucho frío y Uriel me dijo
“si quieres el descanso lo podemos hacer
en ese edificio de allí, le pides si puedes quedarte un ratito a desayunar y
entonces seguiremos con la ruta, amor” en ese tiempo aún trabajaba
repartiendo cartas a -7ºC y tenía razón, tenía mucho frío y no sabía dónde
podía quedarme, no le dije que no, así que entré al lugar y una chica muy
hermosa y que ya conocía de hacía tiempo pero no recordaba su nombre, le pedí “¿me puedo quedar aquí unos minutos mientras
desayuno? Es que hace mucho frío” yo pensaba que diría que no, pero la
sorpresa fue que sí que me dejó.
Así que durante los días de la semana que me tocaba ese
barrio que estaba lejos de casa, me quedaba allí a desayunar, Uriel y yo nos
íbamos a sentar en una silla mientras que yo desayunaba conversábamos pero telepáticamente
para no molestar a los demás. Poco a poco me di cuenta de que ese lugar era muy
confortable y me sentía muy a gusto, a mí me cuesta estar a gusto en lugares
que no conozco, pero jamás había estado allí porque es un edificio nuevo de
menos de diez años, pero me sorprendió bastante, el lugar es el centro cívico
de Manlleu, o sea que siempre hay muy buen ambiente tanto de señoras y señores
mayores como joven y niños.
Pero una mañana, ya había terminado de desayunar y me
disponía a despedirme de ella como siempre hacía y le daba las gracias una vez
más, pero Uriel me dijo “¿A dónde vas?”
cuando ya había terminado de hablar con ella y me dirigía hacia la puerta Uriel
me agarró del brazo y me paró en seco, en ese momento la chica tenía una visita
y yo le dije “A fuera, vamos a seguir
trabajando” y Uriel me dijo “No, no,
no… aún es muy pronto para eso” él me empezó a arrastrar de forma cariñosa
hasta la chica de nuevo mientras que yo le decía “¿Qué haces?” y él dijo “Deberías
seguir conversando con ella” no entendía para qué pero él a veces se pone
insistente si es importante el tema así que me dejó delante de la chica que
volvía a estar solita y ella prosiguió la conversación ya iniciada que yo
continué al escuchar que Uriel susurraba “Habla
con ella”. Curiosamente la conversación entró de pleno en el tema de la
meditación y fue toda una sorpresa que ella también estaba en ese camino,
entonces después de hablar una hora con ella, me di cuenta de que ella también
está haciendo Maestría y las dos estamos en el mismo punto, con la diferencia
que ella es del rayo violeta y ejerce de transmutadora y yo soy del rayo verde
y trabajo de fomentadora, sanadora, emisaria y cosas parecías a la terapia
emocional entorno a la curación del espíritu. A pesar de que ella me dobla la
edad, somos muy buenas amigas y mencanta estar con ella aunque sea un día a la
semana, hablamos de muchas cosas, tanto para transmutar también informaciones
de experiencias nuevas, hablamos mucho sobre los Maestros Ascendidos que
también mantiene contacto al estar en la séptima fase de la Maestría que ya es
común.
Recomendación: Gracias
Cristo – Hillsong en español.
HR.
HERO&Corporation.
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