Ayer cuando terminé de almorzar casi a las cinco de la tarde
debido a que salí más tarde del trabajo y tenía una reunión importante que no
podía faltar, cuando con el Arcángel Uriel nos dignamos a hacer lo que hacemos
todos los Lunes, Martes y Miércoles a esa hora, normalmente empezamos a las
cuatro y media de la tarde hasta las cinco y cuarto de la tarde, encendemos el
ordenador central de mi casa, que se encuentra en el primer piso y nos ponemos
a cantar mantras por la sala de estar.
Normalmente cantamos canciones tipo: Keter Etz Chayim, Urim Ve Tunim Alepheds Adonai, Kadumah Elohim, Torah
Eser Serphiroth, Shekinah Esh… a veces según el día ponemos alguna de
Snatam Kaur, en plan Mantra del Hogar, Mul… pero ayer después de ver una
biografía de la Maestra Ascendida en funciones (según como dice Uriel o
Maestría como yo le digo) de Lucy LittleJonh, de que invitaba a los Maestros
Ascendidos físicamente a su salón para conversar con ellos, se me ocurrió lo
siguiente y se lo comenté a Uriel “¿Tú
crees que vendrían los Maestros Ascendidos ahora si les llamo a que vengan a
cantar con nosotros?” y Uriel contestó “Ellos estarían encantados de acompañarnos ahora, si lo quieres, ya
sabes qué tienes que hacer”.
Miré el cielo que estaba azulado y brillante bajo el Sol
fabuloso del mes de Abril, y empecé a decir “Queridos Seres de luz de mi corazón, aquí y ahora les invito al salón de
esta casa, para quién lo deseé cante conmigo y junto al Arcángel Uriel,
nosotros les recibiremos con los brazos abiertos y pasaremos un buen rato
juntos, espero que oigan este mensaje, que así sea ¡amén!”. Mientras que la
música sonaba y escuchaba a Uriel cantar junto a mi voz, unidas, a la mitad del
mantra, me giro y veo sentada en el sofá al Maestro Hilaríon que me estaba
observando con su mejor sonrisa de amor que siempre me ofrece, el Arcángel
Uriel lo empecé a ver que caminaba por la mesa del comedor sin dejar de cantar,
pensé que no se había percatado de que habíamos empezado a recibir visitas.
“Te doy las gracias,
amada Flor de Lys por invitarnos a tú casa una vez más” hablaba en plural
pero solo él había llegado, miré por la sala pero no había nadie más y Hilaríon
dijo “Están de camino”. Uriel me
miró y yo le miré a él con una sonrisa de felicidad eterna grabada en la cara,
él se acercó cuando de repente vio a Hilaríon sentado, se abalanzó hacia él a
través del respaldo del sofá y le dio un abrazo que Hilaríon aceptó, de hecho
ni se percató de esa sorpresa y le dijo “Gracias
hermano”, Uriel me miró con los ojos dilatados como un hombre enamorado y
feliz, se volvió a incorporar, rodeó el sofá y se vino a mi lado para darme un
abrazo que acepté, sus brazos rodearon mi cintura y puse mi cabeza en su pecho
mientras sentía su barbilla encima de mi cabeza, ¡qué hermoso! Y le dije “Están viniendo, ¡qué maravilla!” muy
feliz.
En menos de dos minutos, llegaron tres Maestros más El
Morya, Seraphis Bey y Kuthumi, que estaban algunos sentados y otros caminaban
por la sala ¡wow! Kuthumi que estaba de pie, después de abrazarme con Uriel, él
se acercó y con una sonrisa de oreja a oreja me ofreció sus brazos y le
correspondí con un abrazo, me sentí un poco pequeña porque todos eran muy
altos, pero no me importaba, estaban aquí. “Me iba preguntando los últimos días ¿cuándo nos invitarías de nuevo a
tú casa? Hace tiempo que no me percataba por aquí, amada hermana” dijo
Kuthumi, su sentido del humor me envolvió tan fuerte que acabé partiéndome la
caja solita, y le dije “Tenía que
encontrar un momento (sonreír) ¿Queréis cantar?” Kuthumi y Hilaríon se
unieron, pero los demás decidieron mejor observar, así que puse una canción y
nos pusimos a cantar, ¡qué bonito!
Mientras que cantábamos, escuchaba a hablar a El Morya y
Seraphis que hablaban entre ellos sobre una ciudad de luz que hay en la
superficie de Gaia, me picó tanto la curiosidad, que no me pude resistir a
escucharlos…
M: Muy pronto, será
el momento para enseñarle uno de sus hogares.
S: Así es hermano,
pero hasta el momento, su evolución es esencial para continuar plasmando la
quinta dimensión en el plano de tercera dimensión. Su energía, con cada acto es
realmente una bendición y con ella cambia cada célula que pertenezca en tercera
dimensión, para darle la suficiente información para que vibre en quinta o en
cuarta dimensión.
M: Muy pronto ella
podrá venir con nosotros y quedarse.
Perdí el hilo de la canción y me quedé muda, estaban
hablando de mí, era evidente que El Morya tenía ganas de que me vaya con ellos
a su ciudad de luz a vivir, ¿estaban hablando de mi futura ciudad dónde me
mudaré en pocos años tras ascender?
S: Así es hermano,
pero antes de quedarse con nosotros, seguiremos con el Plan Divino, ella se
está convirtiendo uno de nosotros y según el Plan Divino debemos tener fe y
estar con ella, durante este camino y siempre.
M: ¿Y si ella pudiera
visitar una de nuestras ciudades de la superficie físicamente?
Casi me atraganto al escuchar “físicamente” ¿eso es posible
a pesar de la distancia que aún existe de dimensiones?
S: Muy pronto, le
podremos enseñar una de las ciudades.
No pude reprimirlo y me interpuse para decirles “¿De verdad, hermanos? ¿De verdad que pronto
podré visitar una ciudad de luz físicamente? ¿Cuándo?” Seraphis Bey me
observó y le hico gracia mi intromisión, pero no le importó, mientras que el
Morya con su mirada más amorosa ya me estaba contestando que “Sí es posible, y muy pronto”. Wow… en
ese momento se terminó la canción y pude poner Hey Jude de los Beathles,
mientras sonaba y ya nadie cantaba hasta el final de la canción, volví a estar
con ellos y les pregunté “He escuchado y
leído muchas veces que actualmente hay ciudades de luz en algunas montañas que
son las entradas y salidas de Agartha, pero ¿aquí hay alguna cerca?” los
dos Maestros se pusieron de pie y caminaron hacia la ventana de la terraza,
miraban la montaña del Montseny, se giraron y me hicieron un gesto para que
fuera con ellos, sin rebelarme fui, a mi izquierda tenía a Seraphis y a mi
derecha El Morya, que me susurraron “Abre
el corazón, abre los ojos del corazón y observa”.
Sin cerrar los ojos, noté mi corazón latir fuerte en quinta
dimensión, miré hacia la montaña y me quedé petrificada, al ver un puente
blanco parecido al de San Francisco, que se alzaba a los pies de la montaña y
llegaba hacia el centro dónde toda la montaña estaba rebosada de una luz brillante
blanca-azulado, con unos cuantos monumentos que no podía determinar demasiado
bien por la luz que desprendían. Me quedé sin voz cuando Seraphis Bey dijo “Esta es la ciudad que protege una salida y
entrada de Agartha, y cuando sigas trabajando con la luz interior de tú Ser de
luz y espiritual, pronto podremos enseñarte una ciudad de luz, paseando por sus
rincones y monumentos maravillosos”.
Les di las gracias con un abrazo, alucinaba muchísimo, no me
lo podía creer lo que estaba viendo era tan maravilloso, y además esta vez no
había meditado, no estaba soñando, no era nada de eso, sino que estaba haciendo
mis cosas que hago durante el día a día y los Maestros estaban allí enseñándome
esa ciudad de luz que tengo tan cerca de casa. Wow. Enseguida llegó la hora de
ir a clase, así que les tuve que dar las gracias ellos aceptaron que ya había
terminado la “reunión espiritual”, pero para agradecerles mejor la visita les
dije “Si alguien siente que aún no
quiere irse, puede venir con nosotros a clase y estar con nosotros o si quiere
ver algún alumno que tengo unos cuantos compañeros que están interesados y que
además leen este blog de HR durante el tiempo que vean que sea necesario, será
un placer que vengan con nosotros.” Como tenía que ir a buscar las cosas,
les dije que quién se quedase que lo hablara con Uriel y luego al bajar de
nuevo al piso de abajo, ya estarían todos listos para irnos, al final Hilaríon
y El Morya se vinieron con nosotros.
24h más tarde… volvía a tener otra sesión de canto
espiritual para elevar la frecuencia interior y así modificar las moléculas
exteriores de tercera a cuarta y así subiendo poco a poco hasta quinta
dimensión, con Uriel. Esta vez no invitaría a los Maestros, quería estar
simplemente con Uriel, que enseguida lo empecé a escuchar y a ver por la sala
que íbamos cantando. Me picó por ver la montaña del Montseny, pero solo veía la
montaña, la ciudad no la podía ver en ese momento, luego recordé en mi memoria
las palabras de Seraphis, así que respiré profundamente y abrí el tercer ojo y
el corazón, y sin dejar de ver la Montaña poco a poco, el puente gigante se
volvía a ver, aunque la ciudad no la podía ver solo limitar con la luz
blanca-azulada que volvía a aparecer, alucinada le dije a Uriel “¡Mi amor, vuelvo a ver la ciudad de luz!”
Uriel se vino hacia a mí y feliz, nos abrazamos de nuevo, y mientras cantábamos
no podía dejar de ver la preciosa ciudad de luz del Montseny.
Recomendación: Mantra
de la quinta dimensión.
HR.
HERO&Corporation.
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