martes, abril 17, 2018

Veo Una Ciudad De Luz Desde Mí Terraza


Ayer cuando terminé de almorzar casi a las cinco de la tarde debido a que salí más tarde del trabajo y tenía una reunión importante que no podía faltar, cuando con el Arcángel Uriel nos dignamos a hacer lo que hacemos todos los Lunes, Martes y Miércoles a esa hora, normalmente empezamos a las cuatro y media de la tarde hasta las cinco y cuarto de la tarde, encendemos el ordenador central de mi casa, que se encuentra en el primer piso y nos ponemos a cantar mantras por la sala de estar.

Normalmente cantamos canciones tipo: Keter Etz Chayim, Urim Ve Tunim Alepheds Adonai, Kadumah Elohim, Torah Eser Serphiroth, Shekinah Esh… a veces según el día ponemos alguna de Snatam Kaur, en plan Mantra del Hogar, Mul… pero ayer después de ver una biografía de la Maestra Ascendida en funciones (según como dice Uriel o Maestría como yo le digo) de Lucy LittleJonh, de que invitaba a los Maestros Ascendidos físicamente a su salón para conversar con ellos, se me ocurrió lo siguiente y se lo comenté a Uriel “¿Tú crees que vendrían los Maestros Ascendidos ahora si les llamo a que vengan a cantar con nosotros?” y Uriel contestó “Ellos estarían encantados de acompañarnos ahora, si lo quieres, ya sabes qué tienes que hacer”. 

Miré el cielo que estaba azulado y brillante bajo el Sol fabuloso del mes de Abril, y empecé a decir “Queridos Seres de luz de mi corazón, aquí y ahora les invito al salón de esta casa, para quién lo deseé cante conmigo y junto al Arcángel Uriel, nosotros les recibiremos con los brazos abiertos y pasaremos un buen rato juntos, espero que oigan este mensaje, que así sea ¡amén!”. Mientras que la música sonaba y escuchaba a Uriel cantar junto a mi voz, unidas, a la mitad del mantra, me giro y veo sentada en el sofá al Maestro Hilaríon que me estaba observando con su mejor sonrisa de amor que siempre me ofrece, el Arcángel Uriel lo empecé a ver que caminaba por la mesa del comedor sin dejar de cantar, pensé que no se había percatado de que habíamos empezado a recibir visitas.

Te doy las gracias, amada Flor de Lys por invitarnos a tú casa una vez más” hablaba en plural pero solo él había llegado, miré por la sala pero no había nadie más y Hilaríon dijo “Están de camino”. Uriel me miró y yo le miré a él con una sonrisa de felicidad eterna grabada en la cara, él se acercó cuando de repente vio a Hilaríon sentado, se abalanzó hacia él a través del respaldo del sofá y le dio un abrazo que Hilaríon aceptó, de hecho ni se percató de esa sorpresa y le dijo “Gracias hermano”, Uriel me miró con los ojos dilatados como un hombre enamorado y feliz, se volvió a incorporar, rodeó el sofá y se vino a mi lado para darme un abrazo que acepté, sus brazos rodearon mi cintura y puse mi cabeza en su pecho mientras sentía su barbilla encima de mi cabeza, ¡qué hermoso! Y le dije “Están viniendo, ¡qué maravilla!” muy feliz.

En menos de dos minutos, llegaron tres Maestros más El Morya, Seraphis Bey y Kuthumi, que estaban algunos sentados y otros caminaban por la sala ¡wow! Kuthumi que estaba de pie, después de abrazarme con Uriel, él se acercó y con una sonrisa de oreja a oreja me ofreció sus brazos y le correspondí con un abrazo, me sentí un poco pequeña porque todos eran muy altos, pero no me importaba, estaban aquí. “Me iba preguntando los últimos días ¿cuándo nos invitarías de nuevo a tú casa? Hace tiempo que no me percataba por aquí, amada hermana” dijo Kuthumi, su sentido del humor me envolvió tan fuerte que acabé partiéndome la caja solita, y le dije “Tenía que encontrar un momento (sonreír) ¿Queréis cantar?” Kuthumi y Hilaríon se unieron, pero los demás decidieron mejor observar, así que puse una canción y nos pusimos a cantar, ¡qué bonito!

Mientras que cantábamos, escuchaba a hablar a El Morya y Seraphis que hablaban entre ellos sobre una ciudad de luz que hay en la superficie de Gaia, me picó tanto la curiosidad, que no me pude resistir a escucharlos… 

M: Muy pronto, será el momento para enseñarle uno de sus hogares.

S: Así es hermano, pero hasta el momento, su evolución es esencial para continuar plasmando la quinta dimensión en el plano de tercera dimensión. Su energía, con cada acto es realmente una bendición y con ella cambia cada célula que pertenezca en tercera dimensión, para darle la suficiente información para que vibre en quinta o en cuarta dimensión.

M: Muy pronto ella podrá venir con nosotros y quedarse.

Perdí el hilo de la canción y me quedé muda, estaban hablando de mí, era evidente que El Morya tenía ganas de que me vaya con ellos a su ciudad de luz a vivir, ¿estaban hablando de mi futura ciudad dónde me mudaré en pocos años tras ascender?

S: Así es hermano, pero antes de quedarse con nosotros, seguiremos con el Plan Divino, ella se está convirtiendo uno de nosotros y según el Plan Divino debemos tener fe y estar con ella, durante este camino y siempre.

M: ¿Y si ella pudiera visitar una de nuestras ciudades de la superficie físicamente?

Casi me atraganto al escuchar “físicamente” ¿eso es posible a pesar de la distancia que aún existe de dimensiones?

S: Muy pronto, le podremos enseñar una de las ciudades.

No pude reprimirlo y me interpuse para decirles “¿De verdad, hermanos? ¿De verdad que pronto podré visitar una ciudad de luz físicamente? ¿Cuándo?” Seraphis Bey me observó y le hico gracia mi intromisión, pero no le importó, mientras que el Morya con su mirada más amorosa ya me estaba contestando que “Sí es posible, y muy pronto”. Wow… en ese momento se terminó la canción y pude poner Hey Jude de los Beathles, mientras sonaba y ya nadie cantaba hasta el final de la canción, volví a estar con ellos y les pregunté “He escuchado y leído muchas veces que actualmente hay ciudades de luz en algunas montañas que son las entradas y salidas de Agartha, pero ¿aquí hay alguna cerca?” los dos Maestros se pusieron de pie y caminaron hacia la ventana de la terraza, miraban la montaña del Montseny, se giraron y me hicieron un gesto para que fuera con ellos, sin rebelarme fui, a mi izquierda tenía a Seraphis y a mi derecha El Morya, que me susurraron “Abre el corazón, abre los ojos del corazón y observa”.

Sin cerrar los ojos, noté mi corazón latir fuerte en quinta dimensión, miré hacia la montaña y me quedé petrificada, al ver un puente blanco parecido al de San Francisco, que se alzaba a los pies de la montaña y llegaba hacia el centro dónde toda la montaña estaba rebosada de una luz brillante blanca-azulado, con unos cuantos monumentos que no podía determinar demasiado bien por la luz que desprendían. Me quedé sin voz cuando Seraphis Bey dijo “Esta es la ciudad que protege una salida y entrada de Agartha, y cuando sigas trabajando con la luz interior de tú Ser de luz y espiritual, pronto podremos enseñarte una ciudad de luz, paseando por sus rincones y monumentos maravillosos”. 

Les di las gracias con un abrazo, alucinaba muchísimo, no me lo podía creer lo que estaba viendo era tan maravilloso, y además esta vez no había meditado, no estaba soñando, no era nada de eso, sino que estaba haciendo mis cosas que hago durante el día a día y los Maestros estaban allí enseñándome esa ciudad de luz que tengo tan cerca de casa. Wow. Enseguida llegó la hora de ir a clase, así que les tuve que dar las gracias ellos aceptaron que ya había terminado la “reunión espiritual”, pero para agradecerles mejor la visita les dije “Si alguien siente que aún no quiere irse, puede venir con nosotros a clase y estar con nosotros o si quiere ver algún alumno que tengo unos cuantos compañeros que están interesados y que además leen este blog de HR durante el tiempo que vean que sea necesario, será un placer que vengan con nosotros.” Como tenía que ir a buscar las cosas, les dije que quién se quedase que lo hablara con Uriel y luego al bajar de nuevo al piso de abajo, ya estarían todos listos para irnos, al final Hilaríon y El Morya se vinieron con nosotros.


24h más tarde… volvía a tener otra sesión de canto espiritual para elevar la frecuencia interior y así modificar las moléculas exteriores de tercera a cuarta y así subiendo poco a poco hasta quinta dimensión, con Uriel. Esta vez no invitaría a los Maestros, quería estar simplemente con Uriel, que enseguida lo empecé a escuchar y a ver por la sala que íbamos cantando. Me picó por ver la montaña del Montseny, pero solo veía la montaña, la ciudad no la podía ver en ese momento, luego recordé en mi memoria las palabras de Seraphis, así que respiré profundamente y abrí el tercer ojo y el corazón, y sin dejar de ver la Montaña poco a poco, el puente gigante se volvía a ver, aunque la ciudad no la podía ver solo limitar con la luz blanca-azulada que volvía a aparecer, alucinada le dije a Uriel “¡Mi amor, vuelvo a ver la ciudad de luz!” Uriel se vino hacia a mí y feliz, nos abrazamos de nuevo, y mientras cantábamos no podía dejar de ver la preciosa ciudad de luz del Montseny.

Recomendación: Mantra de la quinta dimensión.

HR.

HERO&Corporation.

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