viernes, febrero 23, 2018

Cuando Llega Es Cuando Debe Ser



No llevamos ni dos meses de este año 2018 y se puede decir que he aprendido ya dos lecciones super importantes y esenciales para el camino hacia la Maestría y hacia la Luz, es decir la Ascensión. Hoy os quiero hablar de una de ellas, y es la ley universal que dice “Cuando llega es cuando debe ser”, esta ley llegó a mi vida y a mis oídos a través de esa experiencia con el Arcángel San Michael, dónde hablamos de la túnica y del anunciador, ¿recordáis cuál fue la frase por la que empezó la reflexión? Ya os hago memoria, fue con esta misma frase, allí la recibí por primera vez en este año, y es que sinceramente no lo había recibido anteriormente.

¿Os habéis dado cuenta que siempre nos quejamos cuando le pedimos al viento algo bonito o que queremos con mucha ansia que nos ocurra, pero siempre al perder la paciencia cuando llega siempre decimos que viene tarde? Puedes llegar incluso a pensar, que lo pides demasiado pronto, no esperar lo suficiente y llega tarde. Pues piensas mal, actúas mal y decides mal, cuando esta ley lo único que realmente no entendemos cuando ocurre, es que siempre llega en el momento que debe ser, y eso quiere decir, que llega cuando a pesar de no sentirnos preparados (o no tener conciencia de que lo estamos) te ocurre esa situación, vale lo mismo si es positiva o negativa, pero siempre viene cuando debe ser, y eso, no lo acabas eligiendo TÚ, aquí, querido hermano, acude DIOS por TI.

Hay que saber que para aprender esta ley, la presencia divina de Dios en su máximo esplendor es esencial, para efectuar tal ley. En otros términos, Dios y todo su ejército de hermanos de la Luz o Seres de Luz, cuando a ti te ocurre algo y necesitas atención, ellos ponen la oreja y a partir de aquí, a partir de lo que pides, intentan ayudarte para que te sientas satisfecho y por lo tanto sientas la felicidad en ti. Pero no a todo el mundo les funciona ¿Por qué no? Eso es debido a que en el colegio no nos enseñan a pedir a Dios que colaboren en la elaboración de nuestros propósitos de vida, y por lo tanto, erramos en la simple pedida del deseo.


Aquí es cuando llega la típica persona que dice “Si me toca la lotería….” Cuando me cruzo con una persona que cuando le dices que Dios quiere escuchar tus peticiones, pero te toma como un bebé, cada vez que lanza esta frase al aire, porque Dios ve que en ti, en tus palabras no hay el verdadero deseo, y por lo tanto “la lotería es un engaña bobos, porque NUNCA me toca”. Dios te ama, es tú padre, de él salió la vida que tú tienes, de él saliste, y junto con Gaia te formaste, por lo tanto lo que más quiere Dios, que es tú padre, es que evoluciones y que no te quedes en la etapa de infante espiritual y comprendas que para que Dios acuda en tú ayuda, debes pedirlo de forma que no sea “una tontería”. 

He aprendido con mi experiencia en los últimos ocho años que los deseos se cumplen, siempre y cuando los pidas realmente de corazón, y que lo que pides siempre sea en relación con tú camino a seguir. Pero tampoco nos enseñan cual es la forma para pedir y que se nos sean escuchados, el Maestro Jesús cuando era joven, y predicaba en Jerusalen, nos enseñó a rezarle a nuestro Padre divino, en utilizar la frecuencia (la voz) como vía para que Dios reciba el mensaje y te escuche. Para pedir, no hace falta ponerse de rodillas, eso es para cuando rezamos, debéis entender la diferencia entre pedir y rezar, cuando se reza siempre es para recibir amor, protección, compasión… y cuando se pide se comparte qué es lo que queremos que nos ayuden para cumplir el camino a seguir.

A la hora de rezar, siempre colocamos las manos entrelazadas para abrirnos de corazón a Dios, pero a la hora de pedir, no hace falta hacerlo, para conseguir que Dios te escuche y te ayude junto a su ejército de seres de luz, simplemente hay que hacer una cosa, mirar el cielo y hablarle de tú a tú, aunque no lo puedas ver. Y después de decirle tus razones respecto a lo que pides, deberás hacer una cosa que seguro que te cuesta hacer, y es tener paciencia y esperar su respuesta.


No es fácil esperar y saber esperar, si te piensas que después de pedir él mismo te va a contestar (en ocasiones ocurre pero cada petición tiene su tiempo de espera) allí mismo, es mejor que no te hagas a la idea de ello, lo mejor es pedir con el corazón abierto y luego, seguir con tus cosas, seguramente cuando menos te lo esperes llegará la respuesta y siempre llega en el momento que debe ser, nunca antes ni después, porque Dios sabe realmente cuando la respuesta la necesitarás y no cuando tú creas que lo necesitarás. Por lo tanto hay que confiar en él, porque él es AMOR y el AMOR no provoca tristeza sino alegría.

Recomendación: Heaven – Fifity Shades Freed.

HR.

HERO&Corporation.

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