Dicen que nosotros somos los únicos seres que habitan en
este planeta, pero estamos equivocados, porque tanto como tú y como yo, ambos
sabemos que no estamos solos ni en este planeta, ni en el universo. Nacimos y
naceremos acompañados de alguna forma u otra que nos ayudan siempre a estar en
nuestro camino, vida tras vida, momento tras momento, año tras año, y esperanza
tras cada esperanza. Ellos están, pero no los podemos ver a simple vista, pero están
con nosotros, son las voces perdidas de las montañas, que cuando tenemos
problemas, ellos nos hablan para ayudarnos, pero solo los podemos entender, por
el único órgano que no nos puede fallar, el corazón.
Ponte la mano en el corazón y siente como late con fuerza
para mantenerte con vida, siente como hay ese segundo que espera volver a latir
para que estés vivo. Profundiza en ese segundo de silencio cercano a la muerte,
pero aún más cerca a las voces perdidas de las montañas, escucha los latidos y
entre latido y latido, escúchalos. Ellos
tampoco están muertos, siguen vivos pero en distinta forma que nosotros, si
escuchas el silencio escucharás el canto de las voces perdidas de las montañas,
que sanan y alegran tú alma, cada vez que aprecias el silencio, si te
encuentras en plena tormenta. Descansa alma, descansa, escuchando los cánticos
nativos antiguos que perdiste con cada reencarnación, y que ahora puedes
recuperar y sentirte de veras, viva, como si realmente el tiempo no hubiese
entrado en escena.
Siente un amor profundo hacia tú ser y hacia a ellos, porque
ellos son nuestros hermanos, que nos acompañan siempre. Siente el amor que
rodea cada célula de tú cuerpo, al mismo tiempo que transmite un mensaje por
todo tú cuerpo hasta llegar al fondo de tú corazón que lo traduce y te dicen “Aquí
estamos, tus hermanos, que te aman, te quieren y que te acompañan, siempre”. Puedes
palpar ese amor simplemente con percibir el aire que te rodea, es la magia que
hemos perdido durante vidas anteriores, es lo único que aún nos parece irreal
pero es real. Esto es la vida que nunca hemos imaginado y aquí está, abriendo
todos los corazones del planeta, para que sepan la existencia de los
intraterrenos. Que no son una amenaza, son nuestros hermanos pacíficos y
maestros que nos enseñan a ser mejores personas y a vivir mejor. Dadles las
manos, con amor, porque no os harán daño.
Recomendación:
Two Steps From Hell
– Earth.
HR.
HERO&Corporation
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