Tengo por costumbre llorar cuando me falta algo o cuando me
molesta algo, este es el lema que tienen los recién nacidos sobre la vida que
se les abre ante sus ojos y ante su corazón. Un mundo totalmente inhóspito,
cruel y a veces sanguinario. Cuando nace un bebé, son criaturas puras que
emergen del milagro de la vida, de haberse pasado nueve meses dentro de un
espacio tan reducido, pero al mismo tiempo, allí estaban protegidos de las
crueldades que la vida otorga a cada ser humano, cuando pasa una etapa de
trascendencia. Es una etapa que algunas personas no llegan a superar a tiempo y
se quedan perdidos para siempre en medio de la cronología del mismo tiempo.
A lo largo de la vida de este bebé, al principio todo será
sonrisas y bienvenidas, pero cuando tenga edad suficiente para memorizar todo
lo que le rodea, tendrá que soportar vivir e superar las envidias, las gulas y
otros horrores que la vida te hace pasar, y de ser un niño feliz, a convertirse
en un niño semi-realista, son solo un par de pasos, que se tienen que pasar
tarde o temprano. Durante la Segunda Guerra Mundial, los niños que sobrevivían
a los ataques de cualquier enfrentamiento, maduraban antes. Ahora todas las
personas siguen su cauce como si fueran un río, poco a poco, para llegar
finalmente a la etapa de la trascendencia, o sea la muerte.
Es el típico viaje que te dicen que las personas hacemos, de
la cuna a la tumba, y puede existir miles de vidas diferentes, usando patrones
semejantes a lo que has vivido, sufrido o lo que sea. Pero ¿Pasar penurias
ayuda a madurar para acelerar el proceso? Por mí experiencia puedo afirmar que
es verdad, pero también puedo negarlo, porque hay personas que cuando pasan un
mal momento, no reaccionan con la cabeza clara, están confundidos y no saben
cuál es la cuerda que deben tirar de ella y seguir para no volverse a perder. A
eso yo le llamo tener niebla en sus corazones, te sientes pesado, sin ganas de
vivir, como si estuvieras muriendo lentamente pero el proceso no acaba, siempre
se queda parado a la mitad, y eso te indigna, y te preguntas una y mil veces ¿Por
qué estoy pasando esto si soy como soy? Tendrás miles de razones para sufrir la
niebla, que te despista de la claridad y te conduce directamente a las dudas,
que comen tus ideas rápidamente.
Pueden existir cosas malas y cosas buenas que solo tú sabes
si son buenas para ti, cuando decides soplar y así es como la niebla desparece
y vuelves a ser tú mismo, controlando tú mundo. Sopla cada vez que tengas dudas
de cómo avanzar en tú camino, sopla y verás que todo lo que te hiere
desaparece, porque soplando no haces que tus problemas se vayan, sino que les
das la solución adecuada. Te pasarás años soplando, porque este mundo parece
ser muy cruel, y la dualidad invade a todo el mundo y si no sabes cómo
controlarlo, te vas perdiendo poco a poco hasta que ya no encuentras nada para
seguir adelante, ni ir hacia atrás, te quedas quieto en tú lugar, sin poder
hacer absolutamente nada. Es fácil soplar, pero lo difícil es aguantar hasta
que todo ya no te haga daño y puedas respirar con tranquilidad, solo te pido
que no dejes de soplar, porque si te pierdes, también haces perder al mundo
entero.
Recomendación: La canción Batega de Txarango (es en
catalán pero encontraréis la letra en castellano en alguna parte de internet).
HR.
HERO&Corporation
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