miércoles, octubre 07, 2015

¡Déjate iluminar por la Luz! ¡Déjame que te quite la venda de tus ojitos lindos!

Vivir oscuramente solo trae tristezas, dudas incluso te pierdes en tanta pregunta sin responder, en tantos hechos sin haber cumplido, en arrepentimientos de haber hecho algo que realmente no sentías ni querías hacer, te sientes tan débil, frágil ante la vida que muchos se pierden en sí mismo y no se voltean para volver a buscar su luz, su rayo de luz o ni intentan quitarse la venda de sus lindos ojitos. ¡Muestralos sin problemas, no te asustes, vivir y caer es la esencia de la vida! Yo caí y recaí y volví a caer una y mil veces, pero siempre supe como levantarme y seguir adelante con mi vida, escuchando a mí corazón, frágil, débil, dañado semiroto por un descosido mal hecho... por palabras o hechos que hieren y fragmentan los recuerdos buenos de una vida soñada y que ahora solo es dolor, sobre dolor...

No pensar en lo sucedido es ser insensible y al mismo tiempo sufrir por no haber hecho lo que se debía en su momento. ¡Si sientes lo que quieres! ¿Porque no lo hiciste desde ese instante? ¿Qué te impidió hacerlo? Supongo que una pared de tochos blancos que se construye delante de ti es difícil de romper, sino tienes los materiales suficientes para poder romperlo, porque imaginate que tuvieras en tus manos una herramienta para poder destruir esa pared y poder seguir adelante con lo que sientes de verdad ¿qué herramienta sería? ¿Un martillo o una cuchara? Si tuvieras la cuchara significa que el problema que te impide avanzar es más grave de lo que te puedes llegar a imaginar, pero eso no te invita a rendirte y a dejar que el problema termine de una vez por todas contigo, sino que quiere decir "luchar" hasta donde se tenga que llegar. ¿Porque no intentas conseguir el martillo y romper los tochos con cuatro golpes? Pero conseguir el martillo es ir a lo fácil, ¿porque tiene que ser así? Si eres perspicaz entenderás que si la liebre siempre tiene prisa no es porque llegue tarde o le esté persiguiendo un animal feroz, sino porque hay algo que le inquieta demasiado como para pararse a pensar y poder solucionar el problema.

Esa liebre siempre en todos los cuentos tendrá prisa, para conseguir ese reto, ese objetivo, ese martillo que quieres conseguir para tirar esa pared de tochos, pero piensa con la mente abierta y responde a la pregunta ¿Si fuera la liebre y tuviera delante de mí dos puertas, una grande que se abre con una llave grande y la otra pequeña que se abre con un alfiler, cuál elegirías? Si escojas la grande, significa que huyes de lo que te hiere, en cambio si escojas la pequeña, significa que aunque el alfiler no sirve de mucho, tienes dos herramientas en la mano, la cucharita y el alfiler, y poco a poco vas comprendiendo que podrás construir pieza a pieza tú herramienta para poder destruir una vez por todas esa pared de tochos blancos. Aquí es cuando llega el acertijo: "Quién no arriesga, no gana". Aunque a mi me gusta decirlo así: "Quién no arriesga, no gana, pero quién gana es quién arriesga". 

No tengas miedo, porque conseguirás quitarte la venda que tienes en tus ojitos lindos, y podrás volver a ver tú luz, que no se ha ido, sigue aquí, ayudándote.

HR.

HERO&Corporation

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