Se termina el verano y se termina la buena vida, muchos ya han empezado la rutina de las clases y del trabajo, yo sigo trabajando aunque este año lo voy a compaginar con los estudios. Pero mí camino sigue por un puente elevadizo que de momento no es muy resistente a los próximos pasos, no tengo miedo, pero otros influyen que se destruye dicho puente, y caiga de nuevo en las sombras. ¡Solo existe una manera de que no pase! Pero de momento tengo una pared que me impide ser destruída y poder dar mí salto al final del puente.
Cuando caminamos hay veces que tenemos precipicios delante nuestro, otros tienen un camino oscuro con un bosque totalmente deshabitado de buenas ilusiones, y a veces tenemos puentes de madera antiguos que no resisten el paso de una sola persona si no se hace cada paso con firmeza, poco a poco, para no volver a caer en la oscuridad del camino opuesto a la realidad. Todos tendremos nuestros motivos por estar así, pero algunos como yo no debéis sentiros bien por lo que hayas hecho antes para llegar a esto, pero claro, a veces haces cosas que ni tú sabes porque, pero cuando piensas que todo va bien, entonces es cuando caes de verdad, solo puedes fiarte de tú mismo, porque sabes que no te vas a perder, pero cuando consigues perderte de nuevo ¡allí ya la has cagado otra vez!
Estoy buscando cualquier cosa para conseguir derribar este muro que hay en medio del puente, es un muro de tochos blancos, no es muy resistente pero sí que sin nada para destruirlo no puedo avanzar, y eso se consigue con paciencia, tiempo y dedicación. Después del maravilloso verano que he pasado, ¿cómo pensar que volveríamos a esto? Pero no pienso repetir mis pasos, solo las decisiones buenas que he tomado durante el verano, son las que me dan la vida ahora mismo, ¿repercusiones? ¡Ninguna! Solo sé que conseguir derribar el muro es lo que deseo, para seguir caminando al lado de mí compañero de viaje, que ya lo encontré.
En este camino se pueden cometer muchos fallos, errores que te dejan sin aliento, pero solo los errores te hacen crecer, porque ya no eres un niño y aunque no quieras debes seguir creciendo, el tiempo funciona así. ¡Volver atrás o ser como Peter Pan! Solo consigues que tus verdaderas metas se quedan en un futuro imposible de cumplir, ¿Porqué? Ya que puedes tener el niño que hay en ti, pero no siempre, hay momentos importantes como amar, que no puedes ser tan niño, y otros momentos como el de los amigos que allí sí que te permites divertirte como un niño, en el trabajo no puedes hacerlo debes concentrarte y seguir adelante, demostrando lo maduro que eres, pero claro, a veces pensar en madurar, nos da miedo. Pero si tienes a tu compañero de viaje, nada te tendría que asustar, porque siempre lo tienes, allí lo tienes para lo que sea, sois compañeros de viaje, de la vida y del amor, compañeros de las dudas que tengá tu corazón. Allí está y no te va a fallar, ¡Nunca!
HR.
HERO&Corporation
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