Por motivos que la misma vida te inculca, muchas veces tú camino no está hecho de rosas, si no que está hecho de precipicios, puentes de madera podridos y además a lo mejor lo resguarda algún monstruo que te impide seguir. Si en la anterior reflexión hablé del puente elevadizo que se me ha presentado ante mis ojos, ante mí presente, empiezo a entender y a derribar los tochos blancos de esa pared que dije que no podía derribar, empiezo a entender el origen de los problemas para solucionarlo, con voluntad y fe.
Soy esa pieza de puzzle que no fue bien encajada al principio y quedé sin emparejar como es debido, abandonado fuera del tablero, esperando a que haya una oportunidad para ir a mí verdadero lugar. Pero el hecho de que no encajara con mí pieza fuese en realidad por un pequeño error que giró todo el dibujo, es como si la torre Effiel fuera montada al revés, la punta abajo y las patas arriba, es como si la torre de pisa no fuera inclinada, es como si las pirámides de Keops no fuesen recubiertas de piedra brillante. Es esa pieza que siempre falta cuando piensas que tienes todas las piezas y la más importante del puzzle se ha perdido, y te indignas porque no puedes leer el mensaje o no sabes bien qué cara tiene dicha persona que puede ser la solución a tú problema.
Son los errores que los humanos cometemos, pero cuando nos damos cuenta de que lo hemos hecho, intentamos solucionarlo, a mi me conocen con dos adjetivos, soy savia y además tozuda, es decir que cuando tengo un problema hago de todo para solucionarlo cueste lo que cueste, y no termino hasta que lo vea solucionado. La paso muy mal, cuando algo me importa de verdad y veo que la solución cuesta de encontrar y reflexiono y reflexiono pero al final esa iluminación regresa, se abre paso entre tanta tormenta. Pero cuando te has equivocado tanto, y sigues equivocandote, día tras día, noche tras noche, la solución llega más lento, incluso cuando haces una tontería o un comentario indebido, en un momento que no deberías haber abierto la boca. Porque has hecho daño a alguien que de verdad te importa, y tú vida vuelve a cambiar de color, y es incoloro.
No te rindas, no te rindas, nunca te rindas, siempre hay una razón o algo para solucionarlo, siempre, hay que darle tiempo y hay que solucionarlo enseguida cuando se tiene la solución, una disculpa en persona, dar la cara y decir "me he equivocado, y quiero que hablemos para solucionarlo". ¡Hay que ser valiente! Los débiles pierden su billete enseguida en esta vida, ¿Quieres perder el tuyo? ¡Yo no! Demuestra lo fuerte que eres y que puedes solucionarlo, yo te apoyo.
HR.
HERO&Corporation
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