miércoles, marzo 23, 2022

Cuando Alguien O Algo Te Manipula

 

La libertad siempre tendrá un precio que aunque no quieres pagarlo ya lo estarás pagando de alguna forma. Como enoja cuando te das cuenta de que tú mejor amigo, pareja o familiar te está manipulando para que él consiga algo de ti que tú no le quieres dar, pero lo peor es enterarse tarde de ello, cuando ya no puedes hacer nada para volver atrás, solo puedes hacer algo para que no vuelva a suceder. Pero para saber por qué pasa esto, antes tenemos que analizarlo y entender cómo una persona llega a manipular a alguien solo por interés propio, sin preocuparle tus sentimientos en ningún momento.

Si partimos de la base de que cuando un bebé nace es puro de corazón y que no sería capaz de hacer daño ni a una mosca, ¿cómo es posible que veinte años después de su nacimiento, sea capaz de traicionar, lastimar e incluso engañar a los demás y a aquellas personas que se encuentren más de cerca? Aunque a veces se ha pensado que la frase hecha “de tal palo tal astilla” puede llegar a tener alguna relación con lo sucedido, el hecho de manipular a alguien, no tiene ningún valor genético es algo que se adquiere en la personalidad de una persona cuando es un niño entre los 0 y los 4 años de vida.

La manipulación surge por dos caminos o conceptos básicos:

En primer lugar, por las relaciones que se adquieren en la familia, es decir el niño cuando era pequeño imitaba los comportamientos de sus padres, abuelos y familiares, porque en cierto modo estaba aprendiendo cómo se socializa en esta época. Cuáles son las normas sociales del momento, los comportamientos hacia los demás y los deseos internos cómo se expresan hacia la sociedad. En definitiva, si la familia tiene carencias sociales y suelen expresar sus sentimientos bajo le regla de la falencia, es decir que para llamar la atención o ser alguien importante, tendrá siempre que pedirle a los demás como si fuese una víctima social, es decir intentando dar pena a los demás para adquirir lo que uno siente.

En segundo lugar, en el momento en que el niño empieza a ir al colegio, incluso en la guardería o jardín de infancia, debe de alguna forma poner en práctica lo que ha aprendido en casa. Si partimos del ejemplo anterior, el niño irá con sus compañeros con un aire de “soy un desgraciado que nadie quiere” más o menos para que nos entendamos. Eso quiere decir, que conseguirá todo lo que quiere hiriendo los sentimientos de sus amigos, hasta que al final él o ella tengan el control absoluto de los sentimientos de la “sociedad” en sus manos.

Si por el caso, este niño viene con una educación en casa dónde para conseguir lo que quiere, tiene que trabajar por ello de forma en que debe conseguir las cosas, pidiéndolas bien sin usar el mecanismo emocional al estilo de falencia, sino como una virtud. Es decir, intentar usar sus puntos buenos para conseguir clemencia pero sin tratar de dar pena para conseguirlo. Puede que aquí el factor que cambia a una persona y acaba manipulando, sea el enfoque social entre sus amigos en el colegio o jardín de infancia.


Por ejemplo, imagínense un niño que llega al colegio y pero es muy tímido por eso a la hora del patio en vez de ir a jugar con los demás, se queda aislado en un rincón, observando lo que sucede. Por culpa de esa timidez, le está impidiendo poder encontrar amigos, si por el caso ponemos que NO lo consigue mediante la intención de vencer ese miedo a socializar y empieza a conseguirlo dando pena, a la larga, cuando este niño tengo veinte años, intentará ganarse a los demás mediante el control absoluto de las emociones de ellos, usando la “pena” para conseguir un amigo que le preste atención, hasta que su amigo se dé cuenta tarde de que lo están manipulando.

Ahora viene la pregunta del millón, ¿cómo podemos ayudar a alguien que tiende a manipularte por naturaleza? Ante todo tienen que recordar, que cuando estamos en una situación difícil, es porque el universo nos lo ha puesto así, porque aparte de que tú tienes que aprender algo importante, le debes enseñar a quién te ha hecho daño, una forma de vivir mejor la vida sin lastimar a los demás. Es decir, el alumno que han manipulado, se convierte en maestro para el manipulador. La diferencia es que le vas a enseñar cómo se socializa correctamente sin tener que lastimar a los demás, porque si dejamos que las cosas las solucione la siguiente víctima, ¿creen que se hará responsable para enseñarle? La mayoría de las veces, la siguiente víctima piensa que el siguiente lo hará, y el siguiente, piensa lo mismo que quién vendrá después de él lo hará, hasta que al final pasan los años y la persona que debe aprender a no manipular, lo sigue haciéndolo porque NADIE se ha quedado con él a enseñarle bien.

La humanidad tiene alergia a las responsabilidades, lo confunden la mayor parte del tiempo con no tener libertad, cuando no van ni de la mano. Si quieres ser libre, tienes que saber que debes tener la responsabilidad de que ya eres mayor y no necesitas a nadie que te cuide, ni te diga lo que debes hacer, pero sí que debes tener la responsabilidad de hacerte cargo de todo aquello que hagas en tú vida, a pesar de ser víctima o victimario, ambos asuntos tienen un tanto por ciento de responsabilidad (no confundir con la culpa).

No van de la mano, pero parecen que si. La palabra responsabilidad, en el Wikipedia dice lo siguiente “es un valor que está en la conciencia de la persona que estudia la ética sobre la base de la moral”. Es decir que uno se hace cargo de aquellas consecuencias que puedan pasar al tomar decisiones sobre lo que uno siente, piensa, diga o actúa (con coherencia entre Espíritu, Alma y Cuerpo). En ningún momento se define esta palabra como “encadenarse a algo y perder el derecho a ser libre”, no confundan los términos ya que la sociedad lo ha convertido en algo horrible. Por ejemplo si hablamos del trabajo, el hecho de trabajar es una responsabilidad, pero en ningún momento eso te priva de tener tú propia libertad de cómo vas a hacer el trabajo, quizás la empresa tenga una forma de hacer las cosas, pero siempre tendrás una forma tuya de organizarlas y hacerlas de la mejor forma, pero que de toda formas entregues los documentos a tiempo al jefe o al compañero.

Esa falta de libertad en la responsabilidad proviene a causa de la creación de la esclavitud. Cuando se le obligaba a alguien que era de otro origen étnico o cultural, a no tener la libertad de ir a dónde quiera ni ponerse a trabajar de forma consciente, sino que era obligado a trabajar de forma en que se infravalorasen los derechos humanos, solo para tener el cultivo a punto. La esclavitud lo inventaron los Annunakis cuando vinieron en la época final de los Mayas e inicio de las civilizaciones luminosas (Lemúria, Mu y Atlántida), para crear a los de Mesopotamia.


Los de Mesopotamia se habían creado como un hibrido entre homo sapiens sapiens y Annunakis, para crear una fusión genética con la variedad de que en los genes se les arrebataron aquellos que pudieran declarar un estado de revolución. Es decir, que los Annunakis que eran buenos genetistas en su planeta, volaron a la Tierra hace unos 45.000 años para crear una especie que fuesen esclavos a sus menesteres, y para hacerlo posible, en la genética les cortaron cualquier relación con el reino de la luz, es decir, cualquier combinación de genes que desarrollasen un espíritu de consciencia y quisiesen ser libres.

Por eso las personas de origen asiática suelen ser personas muy sumisas y muy arraigadas al trabajo, de tal forma que si uno no sigue las normas del Estado, lo obligan a trabajos forzados. Por ejemplo Corea del Norte, China, Taiwan… Países que ahora son comunistas y dónde la declaración de derechos humanos todavía no se ha podido llegar a un entendimiento. Se pueden decir que es por la política que se lleva a cabo allí, pero la verdad es que está en sus genes. Solo se pudieron liberar de los Annunakis, cuando fue la creación del Antiguo Egipto.

30.000 años después, las tierras de Oriente Medio fueron visitadas por navíos de dos civilizaciones luminosas muy importantes, Atlántida y Lemúria, ambos habían perdido sus hogares en la reconfiguración del planeta al bajar sus vibración de 5D a 3D (eso había provocado el deshielo de los casquetes polares que en ese tiempo el hielo del Polo Norte llegaba hasta la actual Londres).

Cuando llegaron en el sur del Río Nilo, se encontraron con los de Mesopotamia bajo las leyes de esclavitud de los Annunakis. Después de un tiempo largo de intentar ayudarles, finalmente el pueblo Mesopotámico solo ellos podían lidiar con sus “amos” si se unían y se revolucionaban, habían aprendido cosas de la libertad de los Atlantes y los Lemurianos. Así que se creó la guerra de la libertad, les costó casi a toda la civilización la vida, pero finalmente lo consiguieron que los Annunakis agarrasen sus naves estelares y se fueran del planeta. Como muestra de comunión y recompensa por la ayuda, los Mesopotámicos aprovecharon para darles las tierras cerca del río Nilo para poder crear sus nuevas civilizaciones que más adelante lo conoceríamos como el Antiguo Egipto.

Para hacerlo posible, decidieron que las tres primeras generaciones de este nueva Civilización fuese en comunión con las tres civilizaciones “madres”, creando así una fusión genética mejorando con una mutación genética derivado por la Hermandad Blanca, para que así ninguna civilización de este planeta fuse sumisa a ninguna civilización “superior” tanto si se crease aquí o si viniese de las estrellas.

En conclusión, dadles las gracias a los Atlantes y Lemurianos (un 20% siguen viviendo en Agartha) porque gracias a ellos, podéis revolucionaros y manifestaros cuando las cosas no andan bien. Eso si, siendo libres pero responsables de vuestros actos. 

PD. ¡Hoy día 23 de Marzo es el cumpleaños de Laia Galí HR cumple 29 años!

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Recomendación: Jack – Película de Youtube.

 HR.

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domingo, marzo 20, 2022

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 129 [2T]

 

Joel hizo uno de esos ruiditos que hacen los bebés recién nacidos, cuando los dos ángeles desaparecieron a través de la ventana que estaba cerrada, me quedé un buen rato observándole los símbolos en la cara, entonces llamaron a la puerta, la abrí era Uriel y le dejé entrar.

-        ¿Por qué me has cerrado la puerta en las narices? – decía Uriel quejándose.

-        Han venido los ángeles de la Bendición, mira la cara del bebé. ¡Es maravilloso! ¿Yo también tenía eso en la cara cuando vinieron? Me acuerdo de ellos.- le dije.

Uriel se acercó al cochesito y le vio la cara, su actitud cambió, comprendió que era un momento muy especial.

-        ¿Les has dicho algo? – me preguntó curioso.

Dije que no con la cabeza.

-        Bien. Si, tú también tenías eso en la cara, no se lo saques, sale solo. – dijo Uriel.

-        ¿Y si viene la Heidi y pregunta?- le dije.

-        Tranquila, ella está desconectada, no verá nada. Ni su padre ni nadie de tú familia. Solo serán un par de días, luego el polvo penetra en la piel y desaparece. – comentó Uriel.

Regresamos con los demás, la tita Trini me pilló saliendo del cuarto, se me quedó mirando pero antes de que le dijera nada, se escuchaba a Joel que lloraba, así que llamé al primo José y se fue a verlo. Después la tita Trini me invitó a acompañarla en la cocina, así que le acepté.

-        ¿Quieres un vaso de leche, cariño?- dijo a tita, siempre me llama cariño como mi madre, me encanta.

-        ¿Tienes colacao?- le pregunté.

-        Si, cariño.- dijo mientras que rebuscaba en los estantes de arriba de la cocina, sacó el colacao, una cucharita.- ¿Cómo quieres la leche calentita, natural o fría?- se me quedó mirando con la puerta de la estantería a medio abrir.

-        Fría mejor, gracias.- le dije.

Cerró la puerta de la estantería y caminó hacia la nevera, agarró la leche tenía de dos tipos, me mostró cual quería si entera o desnatada, le señalé la entera que es la que tomaba siempre. Ella empezó a prepararme el vaso con colacao, me acerqué a ella y le paré las manos, se me quedó mirando.

-        ¿Lo puedo hacer yo? Es que me gusta de una forma un poco especial, siempre me lo hago yo en casa.- le pedí.

-        Si, si, claro. Sírvete tú misma, guapa.- respondió ella tan dulce como siempre es.


Primero eché tres cucharadas de colacao en polvo, después eché muy poca leche y lo mezclé un poco, cuando se quitaron los grumos, puse más leche sin dejar de mezclar. Cuando terminé empecé a mirar por encima del mármol y le miré.

-        ¿Y el azúcar?- pregunté.

Volvió a los estantes y sacó un bote con azúcar, me sacó otra cucharita y me la ofreció, lo agarré y le eché tres cucharitas de azúcar, con la cuchara que estaba mezclando lo probé por si le faltaba algo.

-        ¡Buenísima! Gracias.- le di un abrazo, agarré el vaso y me fui con los demás en el comedor a seguir escuchando a los adultos hablar de sus cosas.

Durante ese verano mis padres habían decidido mejor no apuntarme a ningún casal de verano, así que pasé todas los días laborables con mi abuela, desde las nueve de la mañana hasta las seis o siete de la tarde. Le había exigido a mi abuela que me esperase para desayunar juntitas, porque en casa no comía nada, en realidad había decidido decirle a mi padre que me comprase un actimel para tomar antes de ir a los lugares por la mañana y eso lo quería hacer a partir del próximo curso, porque esperar hasta las doce para la hora del patio, se me hacía un poco difícil. Mi padre le parecía buena idea y dijo que en cuanto regresase en septiembre a clase, tomaríamos esta nueva medida.

Pasar los veranos con mi abuela era lo mejor del mundo, desayunábamos juntas, luego le ayudaba a hacer su cama, después ella se ponía la ropa de la calle mientras yo recogía la mesa de la cocina, nos íbamos a comprar todo lo que hiciera falta para la comida. Un día a la semana que siempre era el viernes, íbamos a la cooperativa a hacer la compra más amplia que estaba en la plaza Fra Bernadí, por los cuales mi abuela era socia nº57. Excepto el lunes, salíamos a comprar a las diez de la mañana, el lunes tocaba bajar al garaje a lavar la ropa, ella siempre le daba un repaso a mano antes de meterlo en el lavarropas.

Mientras que ella hacía eso, si no tenía que ayudarla podía jugar a algo, a saltar a la comba, hacer cosas con una pelota muy antigua dónde mis primos ya mayores jugaban cuando eran chiquitines, ya no botaba y en vez de ser blanca con puntos negros, era gris con puntos oscuros. Pero iba de maravilla, así que jugaba, pero lo mejor que me gustaba hacer mientras esperaba a que terminase, era hablar con ella sobre cosas de la vida, con ella se podía hablar y reflexionar sobre cualquier cosa, incluso me explicaba su infancia y el momento en que conoció al abuelo.

-        ¿Abuela, fuiste al colegio?- le pregunté.

-        Sí, claro. Aunque ahora todo ha cambiado mucho, fui a la Salle desde los seis años hasta los trece, porque yo por ser mujer, no podía seguir estudiando, además que en mi casa cuando cumplí catorce años mi padre murió y tuve que ir a trabajar a la fábrica. – explicó la iaia Filo.

-        ¿Trabajar tan pronto?- me impactó su historia.

-        Antes se hacía así, porque no teníamos dinero para vivir cómodamente, muchas veces y tras la guerra civil, no teníamos para comer. Entré a trabajar a la fábrica del cordón eléctrico de este pueblo, y terminé cuando me quedé embarazada de tu tío Joaquín.- explicó.

-        ¿De qué murió tu padre?- le pregunté.

-        Se hirió.- esa era la forma que tenían los ancianos de decir que tuvo un Ictus y no lo superó.

Imagínense en el año 1940, después de la guerra civil española que empezó en 1936 y terminó en el año 1939. En plena postguerra, porque España estaba muy pobre (por eso no participó ni en la primera ni la segunda guerra mundial), mi abuela siendo la mayor de tres hijos, tenía que ir a trabajar y llevar el jornal a casa, su madre la Iaia Roser trabajaba y cuidaba de sus dos hijos pequeños que además eran mellizos de 11 años. Y todo esto antes de la gran inundación que dejó medio pueblo de Manlleu bajo el agua, porque el río empezó a subir su caudal de tal forma que acabó engullendo casas de hasta cuatro plantas, incluida la casa donde vivían su madre, sus dos hermanos y ella.

-        ¿Cómo has podido salir adelante, iaia?- le pregunté toda asombrada, en ese momento mi abuela parecía mejor que todos los super héroes de Marvel juntos, sin poderes pero más resistente que ellos juntos.

-        Teniendo mucha fe en lo que uno quiere de verdad, a mi de pequeña me gustaba mucho leer libros que te permitían viajar a otros países del mundo, era lo único que me ayudaba a poder soñar en que algún día lo haría posible. – dijo ella tan hermosa como era.

-        Y así lo has hecho, porque hace una semana estabas… ¿dónde?- le pregunté.

-        En los Estados Unidos.- contestó.

Se había pasado dos semanas viajando a algunos Estados de América, sobretodo estuvo en Nueva York dónde pudo visitar las torres gemelas, incluso se tomó una foto con su amiga Emilia que le acompañó en el viaje.

-        Siempre he querido conocer el mundo, seguirá viajando hasta que el cuerpo me diga que ya no pueda. Cuando seas más mayor, incluso te invitaré para que vengas conmigo, ¿te gustaría?- me preguntó.

-        Si, si, claro iaia. ¡Cuenta conmigo!- le dije toda feliz.

Pasar tiempo con ella era lo mejor del día y del verano, habíamos creado un vínculo tan bonito, dónde yo le podía contar mis cosas y ella sus cosas, incluso conocía a sus amigas. Cuando tocaba ir a comprar, no había día en que se cruzase alguna amiga y se pusiera a charlar un buen rato con ella, que en vez de aburrirme, entraba en la conversación y me divertía mucho, porque aprendía cosas muy interesantes de las personas mayores. Le ayudaba con las bolsas, para que no fuese tan cargada, a mesura que ella perdía fuerza yo lo ganaba, no me importaba llevar más peso, sabía que los entrenamientos para entrar a la guardia servían para ayudar a las personas con este problema.

Durante la hora de la comida, le ayudaba a cocinar, así aprendí cómo era cocinar, ya que mi madre no me permitía estar nunca en la cocina cuando se estaba cocinando, siempre tenía que esperar en la salita. Aprendí a cocinar lentejas, judías verdes, pasta y muchas cosas, incluso su especialidad cabezas de cordero al horno. En ese tiempo comía carne y las mollejas, sesos de cerdo y cosas así extrañas de los animales, solían ser mis partes favoritas, incluso comía el hígado del conejo, de hecho a mi abuela también le gustaba mucho. En mí época con la carne, era muy carnívora era como si mi cuerpo supiera que tenía una cuenta atrás, y que pronto tendría que dejarlo para poder así realizar mi misión de vida y pasarme exclusivamente al pescado.


El tiet Josep venía a almorzar como de costumbre, mientras que mi abuela terminaba ciertas cosas de la comida, aprovechando que ya habíamos puesto la mesa con mí tio, nos poníamos a hacer esos dibujos abstractos y a hablar un poco sobre el universo.

-        Anoche estuve de visita por los campos y hablé un ratito con Ashtar y su llama gemela Roxanne.- empezó a explicarme.

-        ¿Cómo andan? Hace meses que no los veo.- le dije.

-        Venían de Dreyfus, habían tenido varias reuniones y me dieron ciertas noticias que quizás a ti te interesen.- comentó.

La abuela me llamó para que fuera a la cocina porque me tenía que decir algo importante, así que no le pude decir que se esperase, me fui a la cocina y pocos minutos después regresé, le dije a mi tio que fuera a la mesa, él se levantó y mientras que se iba a la mesa…

-        Resulta que van a empezar pronto con el repoblamiento de Marsian, tras la guerra de Orión el planeta ha quedado totalmente abandonado y ahora resulta que es estable y están pensando en regresar a los supervivientes e intentar repoblar de nuevo.- informó el tiet Josep.

-        ¿En serio? ¡Qué bueno! Marte necesita volver a tener vida, está demasiado débil, su fuerza energética ha perdido cinco grados en los últimos dos años, en Agartha están muy preocupados.- le dije.

-        Si, lo sé. También lo estuvieron comentando, incluso tienen miedo de que al final Marte no pueda iniciar el proceso de ascensión cuando sea el momento.- respondió el tiet Josep.

-        Yo creo que sí que podrán, los Marsians son bastante ingenieros ya encontrarán la forma de devolverle la energía al planeta.- dije.

Nos pusimos a reír, pero nos callamos cuando vino la abuela con la olla para servirnos la sopa de letras que había hecho como de primer plato. Delante de mi abuela, la conversación cambió a temas más terrenales de este planeta. 

Recomendación: Something in the way (the batman) - Alala.

HR.

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miércoles, marzo 16, 2022

Mi Trauma Más Heavy

 

Cuando eres un Ser de Luz caminando en esta dimensión y trabajando con el universo, tienes unas responsabilidades muy importantes que debes cumplir para que los Maestros Ascendidos y los demás Seres de Luz cuenten contigo para darte una misión que hacer. Una de esas responsabilidades, es conocer bien en qué reino estás, sin en la luz, la oscuridad o la neutralidad, para saber qué reglas básicas debes respetar en todo momento.

En mí caso, soy pilar de consciencia del reino neutral, por ende debo respetar la norma básica que dice así “respetarás la integración de luz y oscuridad para que la armonía sea posible”, es decir que todos los que trabajamos en el reino neutral somos como mediadores ante los extremos de luz y oscuridad. La reflexión que quiero compartirles hoy, va sobre el movimiento de la mujer igualitaria al hombre, ni por encima ni por debajo, mediante una experiencia muy traumática que me pasó en otra vida, pero que ahora en estos tiempos estos comportamientos se están cambiando.

Antes de empezar, me gustaría decir que cuando eres del reino neutral, los asuntos políticos o de carácter mediático, no me puedo meter si el objetivo es estar en un extremo u en el otro. Mi papel siempre es, ha sido y será de mediador, por ende cuando hay elecciones, mis votos siempre son NULOS. Solo les quiero decir que no me juzguen, solo escuchen, porque solo así hallaremos la solución en estos tiempos actuales.

La historia empieza hace 82 vidas atrás (unos 57.000 años atrás)…

Reencarné en esa vida, siendo la segunda hija de un capitán de fuerza espacial, en el planeta de Agashaek en el cinturón de Orión. Tuve una infancia bastante feliz y fue una vida de más de mil años lo que humanamente sería todavía un disparate pero en el universo era una vida medianamente larga. Cuando tenía casi 800 años, entré a trabajar al planeta Épsilon como administrativa de permisos de trayectos, la oficina se situaba en el sur del planeta (que era el planeta del medio del cinturón de Orión).

Cada mañana tenía que salir de mi casa, acompañada por mi mejor amigo (el señor ojos verdes que en esa vida solo fuimos mejores amigos, sin nada más), hasta que él tenía que irse a su trabajo, que era antes de llegar yo al hangar para agarrar la nave que hacía de transporte público entre las tres Marías. Siempre agarraba la nave azul, era la que menos vuelta daba y podía llegar al trabajo antes de lo previsto en otras rutas, ese transporte tenía cuatro paradas, por las cuales dos las hacía en Agashaek y las otras dos en Épsilon.


Ese día llegué al trabajo como siempre, me fui directa al despacho saludando a mis compañeros, mi sección era una de las más importantes para la Galaxia. Dentro de nuestra rama, adjudicábamos los permisos para que la Hermandad Blanca y la Confederación Galáctica pudieran aterrizar a los planetas que aún estaban en revisión según la orden del Karma (que trabajaba siempre en el norte del mismo planeta Épsilon). Eso quería decir que había todavía más de un centenar de planetas de 3D que estaban en fase de ascensión, mientras que la Tierra seguía avanzando con su nueva cultura entre Lemurianos y Atlántes, primeras civilizaciones de 5D para cumplir con el plan Galáctico dentro del proyecto Gaia (que se empezó a organizar cuando estaba en la encarnación en la Cruz del Sur y me alisté igual que mi señor ojos verdes para trabajar en ello).

Pasaron varias horas, al terminar una pequeña reunión con uno de los lideres del proyecto que solía venir casi cada quince días por así decirlo, recibimos una visita de tres Seres que no eran muy frecuentes verlos por allí. El primer y que siempre iba delante, llevaba una túnica roja, el pelo era como el color del fuego y sus ojos eran grandes y muy negros (en plan Gris pero con la altura de dos metros). El otro que le seguía, llevaba una túnica blanca, sus ojos eran azules como si fuera un Arcturiano pero la energía no era muy de luz, y el tercero era más bajito, llevaba un uniforme militar con la insignia clavada en el pecho al lado derecho de haber combatido en las energías del frente de una de las guerras más antiguas de la historia de este universo (la batalla entre Luzbel y los Seres de luz de 9D).

Este tercer Ser, me entregó una documentación de su origen, me quedé bastante sorprendida y le miré directamente y le dije “esto está fuera de nuestro alcance, ¿porqué no pregunta mejor en Vega?” pero el primer hombre empezó a hablar en un idioma algo antiguo que yo no sabía hablar pero uno de mis compañeros si, y decían “necesitamos el permiso para entrar a este planeta, es de mayor importancia porque venimos a recoger unos materiales”. Les pedí la documentación que les habían dado en el Norte, el tercer hombre me lo entregó sin dejar de mirarme, pero esa mirada no era de fiar, me sentía algo incómoda, por eso agarré el papel de una punto y se lo arranqué literalmente de sus manos para poder revisarlo.

Como no les pudimos dar lo que querían porque no tenían el permiso adecuado exigido por el Consejo del Karma y del Dharma, se tuvieron que ir con las manos vacías. Fue extraño porque a pesar de que recibimos algún comentario en su idioma que el compañero tradujo, por culpa de que estaba enojado, mis compañeros tampoco se sentían muy cómodos ante la presencia de estos tres Seres. Pero en fin, el trabajo tenía que continuar, así que solo paré un momento para almorzar, siempre lo hacíamos en el centro dónde había zonas verdes, el Sol nos visitaba y podías desconectar un poco del trabajo, un par de horas después, tenía que volver al trabajo, y así lo hice hasta que llegó el momento de cerrar el chiringuito por ese día y regresar a casa.

Ese día me quedé una hora más en el trabajo, porque lo que estaba haciendo no lo podía dejar para al día siguiente, una urgencia de última hora. Mis compañeros se fueron a su hora y me dejaron literalmente sola, no había ningún problema porque en algunas ocasiones me había pasado. Simplemente me tocaba cerrar la puerta con seguridad y luego podía irme a buscar mi transporte. Cuando cerré la puerta, sabía que agarrar el mismo transporte no podía ser y tenía que agarrar el de la línea violeta, daba una parada más, pero era el único que me traía a Agashaek.

Me subí al transporte, no era una línea muy transitada a esa hora, por ende la nave iba casi vacía. Estaba sentada en la ventanilla de la izquierda, hablando a través del sistema de los anillos con mi mejor amigo (el señor ojos verdes en esa vida), le decía “dentro de tres paradas llego al andén, nos vemos dónde siempre para charlar” y él decía “te pediré un juguito entonces, mientras te espero”. Pocos minutos después la nave paró en la zona norte, se bajaron algunos pero subieron unos cuantos seres de luz, entre ellos pude ver un montón de seres desencarnados que regresaban a sus planetas tras las vistas de la orden del Karma y Dharma.

No pasó mucho tiempo (como veinte minutos), cuando la nave paró en una de las estaciones espaciales artificiales, dónde se bajaban la mayoría de los seres que subían en el Norte. Así que la nave iba totalmente vacío, por lo menos la cámara dónde me encontraba sí. En el momento en que la nave siguió su camino hacia Agashaek, esta vez tardaría como una hora casi en llegar a mi parada, escuché como en la cámara dónde me encontraba, entraba alguien que se encontraba en la otra cámara, miré hacia atrás y me quedé mirando a los tres Seres que habían venido al despacho hacía unas horas.

Los tres Seres caminaron hasta casi dónde me encontraba mientras que hablaban entre ellos en aquel idioma que yo no entendía, empecé a sentirme algo incomoda por sus miradas que me hacían y de alguna forma podía entender que se reían de mi. El de ojos claros se acercó y se sentó justo en el asiento de mi lado, sin dejar de mirarme, estaba como sonrojado pero no decía nada, yo me quedé mirando por la ventanilla, esperando llegar, atrás se sentaron los otros dos, escuchaba sus comentarios y sus risas pero todas eran en su idioma. El ambiente empezó a ser denso y muy incómodo, así que decidí levantarme e irme a una cámara (que parecía un baño).

Cuando abrí la puerta que se habría automáticamente con un botón, escuché unos pasos detrás de mi y antes de girarme, noté que alguien me agarraba de los hombros con fuerza y me obligaba a entrar a dentro de forma violenta, detrás sentía que los otros dos también estaban dentro, cerraron la puerta, me dejaron de cara la pared y a partir de aquí… simplemente sin oponer resitencia porque en ese tiempo me quedé totalmente paralizada, los tres Seres me violaron.

Recuerdo vagamente lo que fue esa violación, pero era muy dura, me lastimaban mucho y solo podía gritar aunque me habían amordazado, a ratos recuperaba la consciencia e intentaba hacer algo, pero después de pegarme mucho, y estar totalmente inmovilizada, volvía a perder la consciencia. Hasta que noté como alguien me arrastraba literalmente de allí y me dejaba en el andén de mi parada. En una hora dónde no había nadie allí, me quedé tumbada en el piso, intentando recuperar fuerzas para caminar y buscar ayuda.

Agarré pocas fuerzas y empecé a caminar, sangraba tanto por los cortes de la pierna que me habían hecho con una especie de cuchillo, también tenía la cara muy dolorida, la cabeza tenía una brecha que sangraba bastante, así que caminé sin saber dónde hasta que me desplomé literalmente en el pasto, no encontraba a nadie que me pudiera ayudar.

[Mientras que yo estaba inconsciente pasaron varias horas, hasta que escuché una voz conocida la de mi mejor amigo que vino a socorrerme, noté como me agarraba en brazos y me llevó, a partir de aquí volvía a perder la consciencia].


Cuando desperté, estaba en mi casa, en mi cuarto, no sabía cuando tiempo había pasado, pero por una de las ventanas se podía ver como el Sol se despedía del día para irse a descansar. En mi cuarto vi que una de las sillas que tenía a los pies de la cama no estaban, escuché los ronquillos de alguien a mi derecha, me giré asustada, era mi mejor amigo que se había quedado dormido allí en una posición realmente incómoda, pero su mano agarraba mi mano fuerte. Me puse a llorar y le llamé “¿Gerkie?” le tuve que repetir el nombre varias veces hasta que se despertó sobresaltado, dio un salto de la silla y se arrodilló al lado de la cama, me revisó, estaba preocupado se le veía con una gran incertidumbre, empezó a acariciarme el pelo y darme un besito en la frente.

¿Qué pasó, te atacaron?” preguntó Gerkie, me dolía la cabeza para decirle que no con un gesto y me salió un susurrante “No,… me han violado”. No tenía fuerzas en ese momento para contarle, de hecho él me abrazó con fuerza, todo emocionado, yo también me dejé llevar, y dijo “cuando pasaron más de una hora y no venías, fui a buscarte al andén, pero no te encontré, te llamé varias veces y nada. Estuve buscándote por cuatro horas hasta que te hallé allí en el pasto magullada, ¡pensaba que habías muerto y te había perdido para siempre!”.

Mi padre de esa vida cuando supo lo que me había pasado, intentó abrir una investigación por el cual el Consejo del Karma aceptó, por suerte me acordaba del nombre de uno de los tipos y se lo dije. Mi madre le fue muy difícil superarlo y al final dejó a mi padre llevándose a mi hermana mayor, nos quedamos con mi hermano pequeño y mi padre. Esa violación había destrozado a mi familia y mi alma, porque a partir de allí, NINGUNA VIDA fue igual.

Actualmente en esta vida, aún sufro por ello y tengo muchos daños colaterales que debo sanar en mí, por ejemplo el hecho de cuando estoy en una misma sala con un hombre que no conozco de nada y está cerca de mí, y por un casual se me cae algo al suelo, intento agacharme de la forma que sea que no deje en ningún momento de tener contacto visual con ese hombre (incluso sabiendo que el hombre ni me registró ni tiene intenciones de hacerme nada). En las vidas anteriores agarré miedo a estar sola en la calle, es en esta vida que lo superé por completo, suelo salir sola incluso de noche, sabiendo que si algo parecido vuelve a pasar, no me quedaré bloqueada, porque también sé defenderme físicamente, pero también la sociedad de ahora con las mujeres es de esto, de tener miedo a salir solas por la calle.

Llevo toda esta vida luchando contra eso y ayudando a las mujeres a hacer lo mismo, si salimos de fiesta y volvemos a casa solas, no debemos tener miedo de si un pervertido nos sigue para abusar de nosotras.

El universo está mucho más evolucionado con este planeta actualmente, porque esos tres están pagando su condena después de la vista del tribunal Kármico, se les han denegado cualquier permiso para encarnar o visitar planetas de nuestra Galaxia y además han tenido que pasar por reducación y un ingreso a un centro (como una especie de cárcel universal). Además que en sus expedientes se les ha marcado como seres hostiles

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Recomendación: Mientras Duermes – Película de Netflix.

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