sábado, mayo 16, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 29


Cuando llegó el lunes y papá ya no estaba, hacia las 10am todos se fueron levantando para desayunar algo ligerito, aunque yo no sabía qué era desayunar en casa, siempre desayunaba en el colegio. Fue entonces cuando vi que mis padres eran algo atípicos, porque en los armarios de la cocina del piso de mi tita había diferentes cajas de cereales, galletas, leche y cruasanes… algo que en casa, no había pero si que lo había visto en el supermercado y en las películas. 

Mamá aún dormía, le costaba levantarse, mientras que la tita Mari ya hacía una hora que estaba en la cocina preparando los desayunos, como era la primera vez que estaba en su casa, me llamó para que fuese con ella a la cocina.

-          ¿Qué sueles desayunar en casa normalmente, Laia? – me preguntó la tita Mari.

-          Em… no lo sé…- dije algo avergonzada.

-          ¿Cómo que no lo sabes? ¿Tú madre tiene que darte algo de desayunar cada mañana antes de ir al cole, no?- preguntó arqueando las cejas, mientras rebuscaba en cajones y estanterías más comida.

-          No, mamá nunca hace eso. Me levanto, me visto, agarro la mochila y para el colegio. Luego a la hora del patio, me tomo una mandarina o un plátano y hasta la hora de comer…- le dije.

La dejé con la boca abierta y parada, algo inusual, solía moverse por la cocina como si fuese un neutrón a tanta velocidad que no podías averiguar qué hacía exactamente. Mari dejó las estanterías y se dirigió hacia a mí, que me encontraba cerca de la puerta de la cocina, con una mano me agarró de la barbilla, obligándome a mirar hacia sus ojos, me dio un beso en la mejilla.

-          No te preocupes, aquí vas a desayunar lo que te apetezca.- dijo y me soltó para volver a las estanterías.

En ese momento ella empezó a hacerme un montón de preguntas en plan “¿te gustan los cereales? ¿Te gusta el queso, el jamón, la leche, quiere un…?” tantas preguntas me pusieron tan nerviosa que se me cerraba el estómago, igual me estaba despertando y mi sistema digestivo no estaba muy por la labor, por eso, suelo esperar una hora después de regresar de un viaje tanto astral como dimensional, para darle tiempo a mi cuerpo a entender en qué dimensión estamos. Sino hago caso de las cosas, mi cuerpo lo expulsa todo por dónde ha entrado.

Cómo no sabía qué contestar en la mayoría de veces, la tita Mari me dio la chance de probar los distintos tipos de cereales que tenía, para ver cuál de ellos me gustaba más.

-          Este me gusta más…- le dije.

-          Bien, esto se suele tomar con leche, ¿cómo la quieres caliente, fría o templada?- me preguntó.

-          ¿Puedo probar con leche antes de que hagas el mío?- le dije.

-          Claro, prueba de este, es de tu primo Juanito.- dijo mientras agarraba una cuchara y probaba.

-          No, no me gusta con leche, ¿puede ser sin?- le dije.

-          ¿Sin?- repitió.

-          Si, no me gusta que esté mojado…- le dije.

-          Claro.- contestó su cara parecía que había visto una loca, porque era raro eso.


Lo que más me gustó fue que desayunamos todos juntos en la mesa del comedor, algo que tampoco había experimentado nunca y menos a esa hora, solo había experimentado esa sensación durante el almuerzo y las cenas. Mamá se tomó un café con leche, la tita Mari otro café pero solo, mientras que los demás primos eran cereales, zumo de naranja recién hecho, un vaso de leche (en mí caso aparte), cruasanes y finalmente queso. Eso para ella era un desayuno “ligerito”, madre mía, tenía que hacer la digestión de eso de varias horas para poder bañarme.

El plan era relajarse, y jugar mucho, aunque yo de noche tenía que seguir yendo a IÓN, me alegraba estar en el Prat de Llobregat porque eso quería decir que vería al chico de Ojos Verdes hasta Barcelona. Aunque ya era la última semana de clases, eso me alegraba mucho. Él se sorprendió porque no se esperaba que estuviese allí, pero le dije dónde me encontraba y se alegró.

-          Entonces, ¿te puedo ver en 3D por allí en la playa?- le pregunté.

-          No, ¡ojalá! Pero no, porque hace tiempo te dije que Barcelona no es mi última parada, tengo que hacer otro trasbordo. Lo siento…- contestó.

-          Lo comprendo… ¡Ojalá estuvieras más cerca!- le dije.

-          ¡Ojalá!- contestó.

Volví de esa noche, como si fuera una noche más, pero en realidad había sido la última noche en IÓN, oficialmente estaba de vacaciones hasta el 1 de Septiembre. Dos meses sin verlo… ¡qué duro se me hacía con tan solo pensarlo! A partir de ese momento, los viajes astrales solo pasaban a ser una forma de comunicación hacia el mundo de los sueños, solo hasta que fuese a finales de Agosto para empezar con la operación vuelta a las clases. 

Casi no desayuné porque no me entraba casi nada, la tita Mari se preocupó, mamá no parecía que fuese grave, así que seguíamos con el plan del día, ir a la Playa y pasarse todo el día allí, incluso la Mari había preparado la comida para llevárnosla. Era especial, porque en dos días, regresaríamos a Manlleu, así que hicimos algo diferente. Cargamos el auto de cosas de playa y nos dirigimos hacia la playa del Garraf, un lugar dónde hay cabañitas cerca de la arena, casi no había gente porque era un día cualquiera con un Sol y una temperatura importante, ya era verano la época de tostarse al sol y de jugar en el mar y con la arena a construir cosas.

Puse la toalla de Piolín al lado de la de Juanito y Jordi, esa toalla me la había regalado la iaia Filo cuando se fue de vacaciones con una agencia de viajes a la costa azul de Francia, ella no tomaba el Sol ni iba a la playa, pero me compró esta toalla muy interesante, porque de los looney toons es el que más me gusta, detrás de Bugs Bunny, claro. 

Después de la digestión del almuerzo y de pasarnos todo el tiempo intentando construir un foso de agua en la orilla y terminamos rebozados en arena al dente, nos dejaron bañarnos con la bandera verde, sin peligro alguno, yo al ser tan chiquita y no saber a veces nadar bien, me tenía que quedar en la orilla, como máximo hasta las rodillas y allí jugaba cuando no había nadie más conmigo. Aunque Uriel no se despegaba de mí, tras el incidente en la piscina de que casi me ahogaba, siempre que iba a un lugar con agua, estaba más pendiente de mí que de cualquier otra cosa. Curiosamente Uriel se había puesto un bañador rojo, eran unos pantalones bastante ajustados dejando así sus pectorales y piernas hermosas al aire, sus alas estaban también radiantes, intentaba esconderlas tras su gigante espalda pero al ser tan grandes, era algo imposible. 

-          Dary, ¿jugamos a saltar olas?- le pedí.

-          ¿Las sabrás saltar? Son muy grandes…- decía Uriel.

No eran tan gigantes pero podía sin problemas.

-          Si, si que puedo.- le dije sin recibir su respuesta me dispuse a meter los pies en el agua y caminar, Uriel me siguió.

En el momento en que llegué a un punto en que el agua me llegaba hasta las rodillas, me detuve, Uriel me agarró de las manos, pensaba que era para saltar la primera ola pero no fue así.

-          De acuerdo pero lo haremos juntos, son muy altas y no quiero que te lastimes, ¿de acuerdo? – dijo Uriel preocupado.

Era protector pero esa actitud no se lo había visto nunca, era raro, pero no quise darle importancia.

-          Ok, yo te doy de las manos y a la que cuente tres, salto y tú me ayudas a saltar más alto ¿te parece bien así? – le dije.

-          Si. – dijo, su cara de preocupación aumentaba.


Nos preparamos para la que venía en menos de diez segundos hacia nosotros, Uriel se colocó detrás de mí le di las manos que las agarró con fuerza, y cuando vi que estaba muy cerca empecé a contar hasta tres, y me puse a saltar, Uriel me agarró con tanta fuerza que volé, la ola pasó por debajo de mis pies, incluso me estuve unos microsegundos sostenida en el aire, a merced de cualquiera que nos estuviese viendo, quizás vería algo que le perjudicaría de por vida. Cuando la ola pasó, Uriel me regresó al agua, y seguimos jugando y riendo, él también aunque no quería perder la concentración. Yo me lo estaba pasando demasiado bien que parecía malo para la salud.

-          Wey…- decía Uriel tras una carcajada cuando me subía como si en realidad no fuese tan pesada como decían mis padres.

-          ¿te diviertes, Dary?- le dije en un momento en suspensión en el aire.

-          Sí, ¿y tú? – la respuesta era clara con tan solo mirarme.- ya veo que si.- dijo contento.

En ese momento vino una ola tan chiquita que salté sin avisarle, él no lo vio y a la que volví a poner los pies en el suelo, noté como el tobillo derecho crujía y en vez de acabar de pie, caí de culo en el agua, suerte que no era profundo. Uriel no me había agarrado porque había como un pequeño descanso, cuando me vio en el suelo, con la pierna derecha hincada y mi mano estaba encima del tobillo acompañada de mi cara de dolor, se puso de rodillas en el agua y su cara de preocupación volvió.

-          Mi amor ¿estás bien? ¿Qué te pasa? ¿Te duele algo? – igual que una madre, pero lo agradecí que se preocupara, con un brazo lo pasó detrás de mi espalda y con la mano derecha la intentó poner encima del tobillo que me dolía, pero grité de dolor.- Ui, ya veo… tenemos que irnos a la toalla, ¿quieres que te lleve?- dijo.

Me quedé mirándole con cara de ¿Qué vas a hacer qué? Delante de todo el mundo…

-          Mejor camino, ¿me ayudas?- le dije.

-          No, yo te llevo. – dijo mientras que sin pedirme permiso empezó a agarrarme para llevarme en brazos, pero le puse una mano en su pecho y le aparté.

-          Dary, no saben nada de ti, no te pueden ver. Si me ven que de repente, regreso a la toalla, medio volando, mi familia va a pensar cosas horribles… mejor camino, me apoyo en ti y así pasarás más desapercibido, ¿ok? – le dije.

-          Tienes razón, me olvidé de dónde estamos. Te ayudo. – dijo ofreciéndome su brazo, dónde me apoyé y mientras que daba pequeños saltos hasta llegar a la arena, me fijé que nadie estaba mirando.

-          Vamos a la toalla.- le dije y Uriel acató mis órdenes. 

Me senté con cuidado, intentando pensar cómo se lo diría a mamá, pero no se me ocurría nada, solo pensaba que quizás había sido un mal gesto y que por hoy ya había suficiente playa hasta el día siguiente, aunque eran más de las 6pm. Uriel no se separó de mí en ningún momento, en la toalla, le invité a sentarse a mi lado, me rodeó con los brazos en mi espalda mientras que hacíamos tiempo hasta las 7pm que habían decidido marcharse de allí. 

Intenté levantarme como si no me doliese tanto, no les dije nada a la familia, no quería preocuparles, esto era como clase de entrenos, había días en que regresaba con agujetas y algunos moratones debido a un entrenamiento duro, y no decía nada porque no sabía cómo contarlo. Pero esto si que podía explicarlo, salté una ola lo hice mal y me lastimé el tobillo, fácil de entender sin explicar nada de Uriel. Pero no dije nada, dejando tiempo para ver si me pasaba. 

Me vestí Uriel en todo momento me ayudó, me costaba estar de pie, me dolía bastante y vi que el tobillo había empezado a hincharse y también se puso rojo. En el momento que estaba todo recogido, empecé a caminar, era peor que antes, me agarré muy fuerte al brazo de Uriel y empecé a caminar.

Recomendación: Acuerdate de mí - Morat.

HR.

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jueves, mayo 14, 2020

Resolviendo Conflictos


Nos encontramos en el mejor momento para parar nuestras vidas, respirar profundamente por la nariz y darnos cuenta de ¿por qué llegamos aquí en este estado? Ahora no importa el futuro, ni el presente, solo importa el pasado y el aquí y ahora, dos tiempos que nos cuestan reconocer que todos los que están leyendo esto, tienen un pasado. ¡Bienvenidos al examen más importante de sus vidas! Que por mucho que intenten evitarlo, miren cómo se encuentra el mundo ahora, parado literalmente. Llevamos dos meses así, queridos alumnos de mí corazón, y aunque no se sienten preparados (que si estamos así es porque sí que lo estamos, solo que la mente nos distorsiona tanto que no lo vemos), el examen ya ha empezado y tiene varias partes.


Hoy nos vamos a centrar en la segunda parte, porque la primera era la lectura del “examen” dónde hemos tenido durante un mes y medio el tiempo suficiente de concienciarnos de que tocaba examen y para continuar, debemos aprobar. El temario no lo tenían que estudiar ajeno a ustedes mismos, pues la segunda parte de este examen ya os lo mostramos en el título de esta reflexión. Por lo tanto, todo el temario ya lo tienen incrustado dentro de ustedes mismos, todo aquello que les ha pasado durante esta vida (y si recuerdan más vidas también) debe pasar a examen. Además que por primera vez en 15.000 años aproximadamente no hay que morir para pasar este examen, que se suele dar en el momento en que desencarnas y te vas a 4D. 

Conflicto: Situación emocional no resuelta y que pueden estar implicadas varias personas, tanto a nivel familiar, amistad, trabajo o social.

Función principal: Tomar consciencia de la situación, identificar los distintos puntos de vista y determinar el punto neutral, para poder comprender ¿por qué ocurrió esto?

Objetivo principal: Una vez comprendido, se debe aceptar, sanar, reconocer y luego transmutarlo. Pero esto se debe aplicar a todos los puntos de vista afectados en el conflicto.

Imaginen que yo me enojo con mi mamá por un tema, y mientras que voy al cuarto a reflexionar sobre lo que ocurrió, y realizo todos estos pasos que les he mostrado, en el momento de la transmutación no se puede realizar, si la mamá sigue enojada pero no reflexionó absolutamente nada. En la parte del objetivo principal, es cuando todos deben dar su granito de arena y contribuir, en el caso de que NO se realice, la situación no podrá ser transmutada, por lo tanto, siempre saldrá el mismo enojo por la misma situación. 

Entonces allí es cuando puedes ayudar al otro a que se dé cuente de la situación y empiece a trabajar en ello (si es que quiere y no te envía a la mierda). En el caso que ni así quiera hacerlo, pues entonces, estás atado a ese conflicto hasta que el otro, se dé cuenta y se lo trabaje. 

Los conflictos se originaron expresamente para que no fuesen egoístas y realizaran las hazañas sin tener en cuenta la importancia del otro” – Maestro Metatrón.

Cuando hablamos de conflicto, debemos referirnos a la 6D que los guías que trabajan allí se hacen llamar los arquitectos, ellos nos crean estas situaciones para ayudarnos a crecer en nuestro sendero universal. Todos los conflictos están creados mediante la constante observación de la orden del karma situado en el cinturón de Orión. Esta relación es muy importante, ya que a la hora de resolver los conflictos es responsabilidad nuestra, solo que Orión revisa si la acción está en equilibrio entre karma y Dharma, para informarle al arquitecto de los resultados obtenidos. Pero recuerden, siempre el fin será aprender sobre aquello que no reconocemos dentro de nosotros mismos. Los guías solo nos ofrecen su ayuda, para que nosotros algún día, podamos hacer su trabajo.

Lo de echar balones a fuera y culpar al otro de todo lo que te sucede y hacerte creer que tú eres perfecto, que no has hecho nada, en realidad si que tienes razón, no estás haciendo nada para aceptar que tú también tienes parte de responsabilidad de todo lo sucedido, al igual que los otros que estén involucrados. Nadie se salva, incluso los guías tienen su tanto por ciento, solo que normalmente a quién afecta más es a la 3D, que es el lugar dónde se plasma todo lo que queremos aprender en la materia. Por lo tanto es importante recordar siempre el objetivo principal. 

De todos modos sabemos que si queremos solucionar o resolver un conflicto, tendremos que aceptar la responsabilidad de que en el problema habrá emociones de por medio y que tendremos que identificar, y escuchar para comprender la situación en sí. Se entiende que a muchos no les hace ni pizca de gracia, el hecho de aceptar que existen las emociones, pero es que es necesario en la vida o ¿se piensan que son un robot? En el colegio desde hace unos cinco o diez años que están empezando a enseñar el sistema de cómo funcionan las emociones en nuestro cuerpo, pero hasta que la sociedad no se dio cuenta, imagínense la cantidad de personas que no es capaz ni a enfrentarse cara a cara a sus propias emociones. Si conoces a alguien que si le pasa nada, se hace la victima siempre o si le preguntas ¿qué tal? Y no sabes qué le pasó en el día y él te grita y te desprecia agobiado y sin tener ganas de seguir charlando… esas son las personas que no han aprendido a entender sus emociones. 

Se deduce que eso ocurre, si cuando en la infancia incluso siendo un bebé ya de más de un año, los padres y los profesores, no le enseñaron educación emocional, por lo tanto ahora de grande no sabe qué le pasa a cada rato, y normalmente se polarizan tan rápido que no te da tiempo a hacer nada para que se armonice, bueno hay algo, tener paciencia, porque suelen tener una actitud difícil ante los cambios. 

Para empezar a saber cómo debemos resolver un conflicto, la base de todo serán las preguntas. Que se encuentran en tú cabeza y resuenan en tú corazón, pero para hacer un ejemplo, ¿desde qué punto de vista estoy viendo esto? ¿Soy víctima o victimario? ¿Me importan los sentimientos del otro? Estas preguntas ayudaran a indagar en el asunto, y por favor, no tengan miedo, y no se llenen de excusas como “el pasado enterrado está” porque lo que provocarían es que se quedarían atrapados en este conflicto durante toda la vida, y después al morir, les quedaría como deuda pendiente para la próxima vida, es decir como “materia para septiembre”. 

En el momento en que ya no hayan más preguntas a resolver en este conflicto, será cuando ya estén preparados para transmutarlo. Pero si siguen habiendo preguntas, todavía no está preparado para la última fase. No se preocupen si le dan vueltas y vueltas durante meses o años, cada uno tiene su tiempo de reconocimiento y asimilación de cada situación, si alguien les dice que está “obsesionado” en realidad será que le estás haciendo de espejo a que aquella persona tiene algo sin resolver o que le cuesta ver, y que tú que si te estás enfrentando a ello, piensa que tener miedo es “normal”. Pero el miedo solo te hacer SER IRRESPONSABLE y hacer tonterías. 

Como por ejemplo, en las últimas semanas estoy durmiendo bastante mal, por una simple cosa, que me cuesta apagar la luz en el momento que tengo que cambiar de dimensión. Desde la muerte de mi abuela, que tengo pesadillas (ahora ya no pero me ha costado la vida enfrentarme a ellas), porque cada vez que cerraba la luz, me encontraba dentro del ataúd, con ella. ¿Miedo? ¡Mucho! Y era tonto, porque la incineramos. Pero cómo viajar entre dimensiones es algo bastante delicado a nivel energético, mi cuerpo viajaba al pasado en 4D (por la simple razón de que no pudimos despedirnos de ella en un tanatorio por la situación que estamos pasando) y me encontraba a su lado, con el cuerpo frío, inerte, casi abrazada a ella… algo muy espeluznante que prefiero no explicar en detalle, porque me sigue dando cosita. Pero estuve así, durante cinco días, por los cuales dos días dormí como pude, ya ni viaje ni historias… hacía tonterías, me quedaba sin dormir, o intentándolo con la luz encendida (algo difícil, porque al cambiar de dimensión se recomienda apagar las luces porque en 4D y 5D son cegadoras).

De todos modos, conseguí enfrentarme a ello y la cosa bajó mucho, pero me sigue dando cosita cuando es el momento de apagar la luz, porque pienso “¿va a suceder de nuevo?” prefiero mantener el recuerdo de cuando seguía entre nosotros que ver eso otra vez. O también, esperarme a que pase la prueba de 4D y verla en un viaje en otras situaciones. ¿Y qué pasa ahora? Pues como la vibración todavía está conmigo de haber perdido a alguien muy querido, curiosamente el salón de espejos que somos todos, me recuerda en ciertas películas y series, que no terminé de solucionarlo, tan solo empecé el duelo. Por eso, capítulo que se me aparece en la televisión de cualquier serie hay una muerte, y además hay un ataúd con un personaje dentro “atrapado”. 


Así que sigo haciéndome preguntas y poco a poco voy haciendo el duelo, aunque ahora solo son recuerdos, donde todavía me cuesta comprender que se fue. Me suele costar estas cosas, lo reconozco. Es difícil para mí, llorar o pensar que ya no la voy a ver más, porque cada muerte de un familiar que he tenido, tras unos meses (U horas en algunos casos) siempre he acabado viendo al “espíritu” en el otro lado. Perdón que sea un poco seca, pero es la verdad de lo que siento, lloré dos veces, yo creo que es porque al ver al otro lado, y comprender que la muerte solo es un paso que todos tenemos que hacer, pues ya no es un gran abismo sin saber qué pasa más allá. ¿hay un Dios? ¿hay cielo o infierno?... la verdad es que trabajando como pilar de consciencia y que además trabajo en estos casos como guía que ayuda a hacer el traslado al otro lado, pero yo enfocado a los familiares que se quedan en 3D. Pues claro, las cosas cambian, conozco al famoso “ángel de la muerte” y no es como lo dibujan en los juegos (la parca) no da miedo, más bien todo lo contrario, es tan guapo que le dirías que si a todo. 

Lo conozco porque ya me he tenido que enfrentar cuatro veces a la muerte yo solita en esta vida, y solo se puede conocer si has tratado con ella cara a cara una vez, su forma de pasar “invisible” es mucho más efectiva que las apariciones de cualquier otro guía. Cuando tengo que trabajar de guía fúnebre, ya no te lo encuentras a Azrael (así se llama) no suele pasar por los tanatorios, su trabajo ya ha terminado allí, pero en los hospitales y residencias, en dos años que he estado visitándola a mi abuela allí, lo he visto rondar a varias ancianas y ancianos en más de diez ocasiones, por los cuales unas ocho personas decidieron irse con él. 

Ahora me encuentro resolviendo este conflicto, que a su vez comparto con mis padres y familiares de parte de mi padre. Por el momento, no se puede determinar quién va mejor que el otro, porque todavía nos cuesta asimilar que ha pasado de verdad. Normalmente los conflictos tienen un tiempo de espera, una vez ya se haya empezado, para pensar o asimilar lo ocurrido y encontrar la solución. 

Recomendación: Ara som gegants – Joan Dausà.
HR.

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sábado, mayo 09, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 28


Nunca había hablado con animales, no te lo enseñan en el colegio, suerte que en IÓN ya me habían advertido que tarde o temprano ocurriría, por eso no me sorprendió mucho, un poco si porque hasta que no pasas por la experiencia no sabes exactamente cómo es, pero de todas formas, fue como si una pluma de ángel te rozara el rostro y en vez de hacerte daño solo sientes cosquillas, muy hermoso. 

-          Dary, me ha hablado, ¿qué hago?- le pregunté.

-          ¿Qué te ha dicho? – preguntó sorprendido arqueó las cejas como si no se lo esperase.

-          Quiere que vaya con ella, abajo. – le contesté.

-          ¿y tú quieres ir? – preguntó.

-          Si, claro que si. Pero… papá sigue desayunando…- le dije.

-          ¡Laia! – gritó papá desde la puerta de la terraza, nos asustó tanto que nos giramos Dary y yo con el corazón alterado.- Voy abajo, ¿te quieres venir?- preguntó.

Uriel y yo nos miramos con cara de ¿qué habrá hecho y cómo sabía que lo haría? Pero al ver su sonrisa, simplemente le agarré de la mano y me fui con papá, Uriel vino con nosotros como tenía que ser. 

Papá encendió la luz de su banco de trabajo y luego la radio dónde había gente que hablaban de cosas aburridas, cosas de adultos decían los compañeros de clase, pero para mí eran aburridas porque hablaban de política, de los presidentes y partidos políticos que regían en ese momento nuestro país, por lo cual yo solo sabía que Jordi Pujol era el presidente del Parlament de Cataluña desde hacía muchas legislaturas. Aunque los temas de la radio eran en parte importantes, a mí la política siempre me ha aburrido, es un espectáculo que no tiene ni pies ni cabeza, todos dicen muchas cosas pero al final, es solo un espectáculo, dónde engatusar al público es su objetivo, para que luego al votarlos no te hagan ni caso. Entonces, ¿Quién gobierna realmente? Me lo preguntaba muchas veces de pequeña, incluso a esa edad, y siempre me venía la misma imagen en la cabeza…

Eran parecidos a los humanos, pero en sus manos llevaban como rombos de luz, dónde enviaban a través de una pantalla holográfica ese rombo al mundo.

Era muy extraño, pero siempre me ha parecido que la vida es como una obra de teatro, y de pequeña veía eso cada vez que elegían presidente, u ocurría cualquier logro importante en las noticias. Con el tiempo, me di cuenta de que eran guías, pero que su objetivo no es de manipulación, pues trabajan para la luz, esos rombos de luz, es información importante para cada uno de nosotros, pero no sabía para qué exactamente. 

Me fui al cuarto de los juguetes, para abrir la puerta al patio que siempre estaba cerrada con llave, había aprendido a abrirla, y al hacerlo, antes de abrir la puerta del todo, tenía a Frodo recibiéndome con muchos besos mientras que yo le daba un abrazo. Ese era uno de mis momentos favoritos del día, todos los días bajaba a recibirla y estar un rato con ella, porque Frodo cuidaba de mí como una hermana mayor, aunque mis padres me decían que a veces sentía que ella parecía más una madre que una hermana mayor. Al parecer, aunque estuviese castrada tenía un instinto maternal muy fuerte, que incluso en según qué juguetes le comprabas, podía llegar a tener embarazos psicológicos. Supongo que cuando me conoció, como era un bebé, pensó que era su bebé, y siempre que necesitaba protección o algo, ella se ponía delante de mí para protegerme, cuidarme y estar conmigo. Algo parecido a lo que hace Uriel constantemente, pero en versión perro. 

Me tumbé en el césped y ella estaba a mi lado, Uriel a la izquierda también tumbados los tres mirando el cielo azul, no había nubes ese día, y empecé a contar cuentos e historias que me había inventado, siempre me gustaba inventarme historias que les explicaba a ellos, era hermoso. Y luego, como en el colegio nos habían enseñado a hacer volteretas y verticales, pues lo practicaba allí, Uriel me daba unas indicaciones para que me saliesen bien, mientras que Frodo simplemente se dignaba a observar y si caía mal, venía enseguida a socorrerme con besitos. Luego, me quedaba fascinada observando a los insectos que habitaban en el jardín, desde una abeja (que raramente me picaban), hasta una hormiga caminando entre el césped, que para nosotros era algo muy pequeño pero para una hormiga eso era lo mismo que el Amazonas. Entonces, entré a dentro del garaje.

-          Papá, ¿puedo hacer un agujero en el jardín, en ese trozo que no tienes nada plantado?- le pregunté.

-          Claro que si, agarra lo que necesites de ese cajón.- me indicó un cajón bajo la escalera, lo abrí y encontré lo que necesitaba.

-          ¡Gracias!- dije emocionada con una pala y un pico en las manos.

Me paré en el cuarto de los juguetes para agarrar un cubo de aquellos que me llevaba para ir a la playa, y me fui al jardín, Uriel se quedó bastante fascinado al verme así.

-          ¿Qué vas a hacer con eso, mi amor? – preguntó intentando averiguar mis intenciones.

-          Cavar un hoyo.- dije.

-          ¿Para qué? – volvió a preguntar Uriel.

-          Pues para seguir explorando, antes le hemos dicho que hay insectos que viven en la tierra, quiere conocerlos – contestó Frodo.

-          Si, eso es.- contesté emocionada.

Nos pusimos de rodillas encima del césped y en la zona dónde papá me había dado permiso empecé a cavar, no tenía que ser muy profundo, Frodo me había dicho que los gusanos no necesitan mucha profundidad. Jamás había visto un gusano, ni en un dibujo, no sabía que aspecto tenían, ni sabía qué eran, por eso Frodo me lo enseñó, sí, aunque les parezca sorprendente el reino animal también tiene constancia de todas las especies que hay en ella, e intentan llevarse en armonía, pero no siempre se puede obtener todo. Si no hubiese tenido a Frodo y a Uriel conmigo, seguramente que me hubiese encontrado con uno y quizás me daría miedo, lo más probable es que hubiese preguntado “¿qué es eso?” pero miedo no creo. 

Es importante saber escuchar y saber que la vida está llena de aprendizajes, por ejemplo, aprendí muchas cosas en ese jardín junto a Frodo, y aprendí mucho sobre los Seres de Luz junto a Uriel, y aprendí muchas cosas sobre nosotros los humanos en el colegio. El aprendizaje se puede encontrar en cualquier parte, incluso en una salida del metro, si es la primera vez que vas al lugar, aprenderás a ir, primero con un mapa y si no es suficiente, preguntarás a la gente para que te ayuden a ubicarte. Estas aprendiendo en ese instante, cualquier cosa que te pase es un aprendizaje, solo debes abrirte a aprender. 

No pasó mucho tiempo, cuando de repente encontramos un gusano en la tierra, me fascinó el color tierra que tenía y que en algunas partes era más claro que otras.

-          ¿muerden?- pregunté.

-          No, solo comen tierra.- contestó Frodo.

Sin pensármelo dos veces, dejé el pico y lo agarré con la mano, con cuidado porque parecía frágil. No me dio nada de asco, sino fascinación. Lo observé, cómo se movía, no tenía patas, pero se arrugaba y se alargaba rápidamente, comprendí que así era como se desplazaban, la coloqué encima del palmo de la mano derecha y lo observé.

-          ¡Qué forma tan interesante!- dije.

-          Ahora mismo tienes en tus manos, uno de los organismos más importantes del planeta. Que no te engañe su tamaño, porque gracias a ella, la vida siempre puede continuar. – dijo Frodo pero no lo entendí muy bien.

-          Lo que se refiere Frodo, es que los gusanos trabajan en la tierra, porque su objetivo tiene tres aspectos, a nivel físico, filtra la tierra en su interior, eliminando así los residuos que no ayuden a crear la vida, a nivel emocional revisa cada granito de arena para leer su historia, y así comprender la finalidad del granito de tierra, y a nivel espiritual, la tierra es un elemento esencial para la vida, es el alimento que permite que las plantas crezcan y que nosotros andemos en ella para encontrar los frutos más hermosos y nos alimentemos de ellos. Los gusanos son igual de importantes que las abejas, mientras que una ayudan a la reproducción de las plantas, los gusanos ayuda na que esas semillas que se plantan puedan crecer y ser vida. – explicó el Arcángel Uriel.

-          ¡Wow! ¿hacen todo eso?- dije fascinada.

-          Y más cosas, fabrican el abono para las plantas.- dijo Frodo.

-          ¿Cómo?- pregunté.

-          Cuando alguien muere y lo entierran, los gusanos ayudan a convertir la carne de esa persona que ha muerto, en abono. – contestó Frodo.

-          ¿Se comen a personas? ¡Dijiste que no mordían!- dije.

-          No muerden, si sigues viva. Pero la carne debe convertirse en polvo para poder renacer. – dijo Frodo.

Curiosamente después de almorzar, me acuerdo que Sam el hámster que teníamos, no sabemos cómo ocurrió, pero lo encontramos muerto. Era el segundo hámster qué teníamos, el primero sin querer me lo cargué yo, era muy pequeña y un día me mordió, lo agarré y le di tan fuerte que lo maté… no saben lo mal que me siento por ello, pero supongo que ya pagaré mi karma en algún momento. 

Mamá lloraba y yo también, porque no tenía ni dos años y ya no estaba entre nosotros, esa fue la primera vez que me topé con la muerte de cerca, la muerte de Sam II (el primero también se llamaba así Sammy). Entonces, supe que el agujero que había hecho esa misma mañana no era para comprender el trabajo de los gusanos, pues de alguna forma que desconocía, los guías sabían que Sam iba a morir esa tarde.

-          Papá, ¿podemos enterrarlo en el agujero que he hecho antes?- le dije con lágrimas en los ojos.

-          ¿Era para esto?- preguntó sorprendido.

-          No, no sabía nada. Pero ya que lo tenemos hecho…- le contesté.

-          Claro, luego lo enterraremos todos juntos.- dijo con mucho cariño.

Antes de marcharnos al supermercado, fuimos los tres al patio, papá se encargó de enterrarlo, mientras que yo y mamá nos lo mirábamos, mamá lloraba le había agarrado mucho cariño y yo también. Miré al cielo para fijarme en una nube que vi curiosamente en forma de hámster.


-          Descansa en paz Sam, allí dónde te encuentres, serás ahora la luz del camino de otros. Vuela ahora que eres libre de tú vehículo, y brilla en el firmamento como una estrella de luz infinita. Mientras que tú cuerpo, renacerá del polvo para que puedas volver a nacer en el futuro. Gracias por estos dos años, te amamos Sammy II. – dije con lágrimas en los ojos, mamá se me quedó mirando sorprendida y papá igual.

-          ¿Dónde has aprendido a hacer eso, hija? – preguntó mamá.

-          No lo sé. Simplemente así lo siento.- dije.

Nos fuimos al auto para ir a Vic a comprar, durante el camino, un silencio mientras que escuchábamos una canción de fondo del radio casette del auto. Uriel me agarró la mano con fuerza y así terminó un día hermoso en un día algo amargo.

El verano empezaba a presentarse a principios de Junio, un mes muy esperado por los compañeros del colegio, pero para mí solo rondaba una cosa en mí cabeza, era el último mes que tendría el placer de seguir conociendo al chico de Ojos Verdes en IÓN, pues el día 30 de ese mes, era nuestro último día de clases y él se graduaría para irse a otro centro en Agartha. El colegio en 3D terminaba el 21, esperaba el verano con grandes esperanzas, piscina, playa y mis largas horas jugando en Sitges junto a mis primos de parte de mi mamá. Pero recordar que dejaría de ver tanto al mejor amigo que había conocido en IÓN, me ponía triste, pero era lo que tocaba hacer, él tenía que seguir su formación y yo también tenía que hacerlo. 

Había hecho muchas amistades en IÓN, pero esa era especial, des del principio siempre lo fue. Rita sabía que quedaba con ese amigo todos los días para ir o volver, y a ella no le importaba, incluso en algunas ocasiones, durante la hora libre venía al comedor con nosotros, él también tenía amigos, pero a veces venía con mi grupito. Aunque en 3D no me gustaba estar en grupos, en 5D era otra cosa muy diferente, se notaba que los compañeros tenían una amplia forma de ver la vida y de asimilarla, pues todos los que estudiamos allí, estábamos destinados a realizar algo sobre el despertar de consciencia de este planeta. 

El fin de semana que ya habíamos terminado el colegio, mi madre se le ocurrió ir a pasar una semana en casa de la tita Mari en el Prat de Llobregat, para ir a la playa junto a mis primos Jordi y Juanito. Mi papá como tenía que trabajar, solo venía los fines de semana, pero nos pareció una idea muy interesante, así que al día siguiente que era sábado, a la mañana nos fuimos para allá, después de avisarla, claro. Ella aceptó encantada, la tita Mari era la esposa de mi tito Juan (digo era, porque en la actualidad están divorciados). Pasar una semana con mis primos era lo mejor, se había acabado madrugar para ir a estudiar, tocaba levantarse algo más tarde para ir a la playa casi todo el día, caminar por la ciudad y verme con toda mi familia que vive en esa ciudad al lado de Barcelona. 

Recomendación: Fix you - Coldplay

HR.

HERO&Corporation.

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