miércoles, marzo 18, 2020

Un Mensaje De Merh Del Virus - Corona


Son muchos los hermanos que cada día deciden terminar su encarnación y no seguir más en la evolución de Gaia, cada noche observo el recuento de cuantos hermanos ya nos han dejado en este plano y se han ido al otro lado. Cómo ya comenté en el último video en el canal de Youtube, no me da miedo este virus-corona, porque mientras que muchos tienen miedo de tenerla, otros que estamos hace tiempo preparándonos para el gran cambio de consciencia, vemos lo que significa. Pero pienso que es importante, dar este mensaje a aquellos hermanos que ya no están con nosotros, esto va para aquellos que han muerto por este virus-corona.

Amados hijos de mí gran corazón universal unido aquí y ahora,

Gracias por haber estado en Gaia viviendo una experiencia más en la tercera dimensión. Gracias por haber aprendido muchas cosas en tú encarnación. Gracias por haber hecho amistades nuevas, reforzar los lazos antiguos que tenías en otros tiempos y por amar y acompañar a los tuyos durante toda esta encarnación. Ahora vuelves a ser un espíritu con alma pero sin cuerpo, vuelas alto y vibras en planos que no podremos percibir algunos, pero aquellos que te han amado lo seguirán haciéndolo desde dónde te encuentres. Sabemos que es difícil lo que has tenido que aceptar, permitir dejar ir lo que amas para comprender que así era tú destino, es algo que solo aquellos valientes pueden comprender, si todavía no lo has hecho, tranquilo, pronto lo comprenderás. 



La mayoría de las almas ya desencarnadas ya se han reencontrado con sus viejas familias, otros siguen caminos hacia la luz, comprendiendo el gran mensaje de sus existencias, la gran luz les ilumina el corazón, el corazón del universo les recibe para seguir colaborando desde otras vibraciones. Gaia necesita de su colaboración para su evolución, sus mensajes estaban escritos en las estrellas de las esferas más altas, tenían que seguir desde este nuevo plano. Dónde si escuchan, podrán ver como Gaia junto a su gran acompañante cantan la canción eterna, pues un acontecimiento muy hermoso e importante está empezando. 

Los ríos y los mares se tiñen de rojo, por las algas, para darnos el mensaje de que el bebé que se está gestando desde hace milenios, ya está listo para nacer. Este virus-corona les recuerda que ustedes son los reyes de su terraza, no hay nadie por encima de nadie, todos y cada uno de ustedes, tiene el poder de recibir este nuevo bebé en sus manos, si las juntan con los demás reinos que les acompañan. Nuestra amada Gaia, ya ha roto aguas, y este virus-corona es la oxcitocina que empieza a recorrer por todo su cuerpo, avisándole de que el bebé está en camino y aquel que no quiera poner sus manos para agarrarlo, será invitado a colaborar des del otro lado, el de las almas, porque Nueva Gaia ya está aquí.

No tengan miedo, el gran corazón amado, les protege de cualquier miedo que les ofrezca el camino, acepten este magnífico regalo, de colaborar para transformar Gaia, para ayudar a Gaia a tener este bebé lleno de Amor. El tiempo llegó, queridos. Permanezcan en sus casas, y escuchen en el silencio el latido de sus corazones latir igual de intenso que el latido de Gaia y del nuevo bebé. Pregúntense ¿Estoy preparado/a para transformarme y agarrar este bebé con consciencia y amor, vibrando en la luz del universo? 

Sean luz en amor,

Mis queridos hijos,

Yo soy Merh, el gran Padre Celestial.

Si decides colaborar desde aquí, recuerda que la humanidad somos las neuronas de Gaia, por lo tanto, nos estamos preparando, nos estamos informando para aceptar que este nacimiento tenga lugar. Por eso, si estás leyendo esto, debes aceptar que la transformación aunque no sepas qué va a suceder, es inevitable y será lo que tendrás que ir haciendo, se te va a poner a prueba constantemente, para que puedas sostener esta nueva vida que está llegando.

Si ya has desencarnado, te va a tocar seguir a los guías para colaborar desde este nuevo plano, adáptate a este cambio y enseguida encontrarás lo que tienes que hacer. Hay algunos emisarios en el plano de tercera dimensión que escucharán tus mensajes, para que este nuevo acontecimiento ocurra, y también, si lo deseas, enviemos un mensaje a tus seres más queridos, para que sientan paz ante lo que desconocen por poco tiempo, en cuanto desees enviar un mensaje, contacta con un Pilar de Consciencia, ellos te ayudarán. 

Y para aquellos que siguen en 3D y se piensan porque estoy mandando un mensaje a los desencarnados, no se preocupen, ellos cuando sea su momento, también leerán este mensaje y sabrán que están listos para continuar su labor. Nos han enseñado desde hace demasiado tiempo que una vez mueres termina todo, pero aquí, cómo ya les hemos mostrado, la vida es mucho más que una simple encarnación, la luz y la oscuridad se juntan para formar la neutralidad, el reino de reinos es simplemente un planeta con una misión particular, llena de vida y vidas que comparten unas vivencias y realizan sus granitos de arena al gran camino de la vida universal. Saben que el universo es mucho más que planetas sin vida en 3D, pero la vida crece más allá de una simple dimensión y que todos somos parte de una gran labor que está aconteciendo en estos momentos. 

Recuerden que tras el 11:11 del año 2018 en Noviembre puse un video en youtube dónde advertía de que Gaia había empezado a entrar en trabajo de parto, dije en su momento de que había empezado a tener las primeras contracciones, ahora ha roto aguas (rompió bolsa) y en breve empezará a dilatar (la apertura de consciencia), cuando ocurre eso, una madre (si lo queremos ver a una perspectiva para que lo entiendan) empieza a sentir la oxcitocina recorrer por su cuerpo, la hormona del parto. Se estipula que el nacimiento puede ser en el año 2024, todavía se desconoce día y mes, pero en teoría en cuatro años, Nueva Gaia será recibida en este planeta, les guste o no. Aquel que no le guste, pues ya sabe desde que lado contribuirá sino quiere transformarse. 

Recalco que esto es un mensaje de amor, paz y luz, no queremos fomentar el miedo. El mundo no va a terminar, solo se está transformando. Fluyen y lo verán. Pues este es el mensaje de las energías que están aquí y ahora, no unas palabras sin sentido. 

Recomendación: Silent Night – André Rieu.

HR.

HERO&Corporation.

sábado, marzo 14, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 19


A media tarde, mamá me llevó a casa la abuela Victoria, nos habían invitado a cenar allí y yo me alegré un montón, porque así vería al Titi Hilario que sabía que me habría preparado algo interesante. Mi padre iba a tardar mucho ese día, me acuerdo que antes de ir a casa de la abuela, fuimos a su despacho y lo vimos con una mesa llena de papeles que no sabía qué estaba haciendo. 

-          Me voy a casa de mi madre, me han invitado a mí y a la Laia a cenar allí. En cuanto termines, vente, que mi madre querrá verte… bueno, ya sabes…- dijo mi madre a mi padre.

-          Muy bien, pero tengo para mucho todavía. Seguro que buscaré un hueco, para terminar antes.- dijo papá casi sin levantar la cabeza del papel, mientras que sonó el teléfono y sin decir nada más contestó.

Nunca le había visto tan serio, creo que nunca había ido a su trabajo hasta ese día y fue algo caótico, porque muchos de sus compañeros de trabajo, no sé con qué derecho, intentaban hablarme pero yo no quería, porque de la forma en como lo hacían, me hacía sentir mal. Así que me aferré a la mano de Uriel y me intenté esconder detrás de sus largas piernas, algo inútil si los adultos no sienten a los ángeles, pero me sentía protegida. 

-          No temas, gran amor…- la voz era diferente, no parecía que fuese de Uriel, miré al lado del compañero de trabajo de mi padre que vestía con una túnica anaranjada hasta las rodillas, detrás de su espalda tenía una alas blancas muy hermosas, y una larga cabellera ondulada castaña, que me dejó atrapada por completo al verle a los ojos azules cristalinos. – él no entiende quién eres, pero algún día lo sabrá… - se agachó al lado del compañero humano y me ofreció una mano. – Yo Soy el Arcángel Jofiel, es un gusto poder conocerte en persona, gran amor…- dijo con una sonrisa llena de amor, pero sus ojos transmitían un conocimiento ilimitado, que parecía que con la mirada podía eliminar cualquier límite de ti mismo. 



Con la mano libre que tenía le di la mano, su tacto era distinto al de Uriel, no era tan fino como esperaba que fuesen todos los ángeles o arcángeles. 

-          Alguien que te ama muchísimo, me ha dicho que hoy cumples años…- dijo pero yo observé a Uriel. – Oh no, no me lo ha dicho él, ha sido Humiel.- me sorprendió que conociera a mi titi Hilario.

-          ¿Eres amigo del titi?- le pregunté. Mi madre seguía hablando con mi padre, sus compañeros estaban trabajando y uno de ellos, quiso hacerse cargo de mí mientras que mi madre estaba ocupada.

-          Si, soy un viejo amigo. Pero también soy hermano de Uriel. – miró hacia arriba, para que sus ojos se encontrasen con los de Uriel, les observé para ver si tenía que esconderme de nuevo o no había peligro.

-          Hermano, tú siempre cuentas más de lo que deberías, ¿eh? – le dijo Uriel como si se hubiese enfadado con él, pero luego sonrío y se abrazaron cuando Jofiel se volvió a poner de pie.

-          O sea que tú siempre estás aquí, cuidando de todos, ¿verdad? – le pregunté a Jofiel.

-          Algo así, yo soy como Uriel hace contigo, pero con uno de los compañeros de trabajo de tú papá. Pero también cuido de él, si es lo que andas preguntando, gran amor… - la sonrisa de Jofiel es encantadora, te alza el corazón y parece que todo problema tiene una solución.

Como nadie nos estaba viendo, me lancé a los brazos de Jofiel, ninguno de los dos arcángeles dijeron nada, se quedaron ambos pasmados ante mi revelación.

-          Me gustaría que no tuviese tanto trabajo y pudiera estar más en casa, ¿tú puedes hacer algo? Por favor…- le dije susurrándole en la oreja.

-          Haré lo que pueda. – contestó.

Mamá salió del despacho de papá, me ofreció la mano se la di y nos fuimos por la puerta falsa, hacia la calle. Durante el camino, no quiso decirme nada, le miré varias veces, pero parecía enfadada, pero no le quise decir nada, porque cuando mamá está así, es mejor no hablarle.

Cuando salí del ascensor y nos giramos hacia la derecha, la puerta del piso estaba abierta y al final del largo pasillo estaba el Titi Hilario.

-          ¡Titi!- grité y arranqué a correr hacia él.

El Titi Hilario se detuvo en medio del pasillo, se agachó para agarrarme y abrazarme mientras que me subía en brazos. De la cocina salió mi tío Alfonso, estaba muy gracioso se había puesto un delantal para no mancharse a la hora de hacer la cena.

-          ¡Llegó la cumpleañera! ¡Dame un beso, Laia!- me pedía mientras que quería que fuese a sus brazos.
-          Sonso…- no sabía llamarle de otra forma, pero me alegraba de verlo.

Desde las habitaciones de la entrada, llegó Rafalé, parecía que se hubiese quedado dormido en su cama escuchando música, que es lo que solía hacer en ese tiempo, se acercó, me puse en sus brazos y le di besos a todos mis tíos más cercanos, por lo menos ellos tres vivían a unas cuadras de mí casa, los otros muy lejos. 

-          Rafalé, ¿Por qué no me cantas huesos?- le pedí, la verdad es que tiene muy buena voz y canta muy bien, pero parece ser que él no lo ve igual.

Sin decir nada más, se puso a cantarla, mientras que bailábamos en el pasillo de camino hasta el salón, dónde en una butaca azul estaba mi abuela Victoria, mirando la televisión. Me acerqué a ella, en cuanto Rafalé dejó de cantar, Uriel se quedó charlando en el final del pasillo con el Titi Hilario. Cómo no sabía la situación de la abuela, me acerqué muy despacio, intentando no molestarla, pero le quería dar un abrazo. Como era de esperar, en sus manos tenía plástico de burbujas, le encantaba petar las burbujitas, de hecho a veces me dejaba petar algunas.

-          ¿Abuela?- susurré, no tenía miedo, pero esperaba poder verla a los ojos para saber si estaba en el presente o atrapada en algún punto del pasado.

En ese tiempo, nadie me decía qué le pasaba, era de esperar, porque una niña de cinco años no es muy normal que sepa la enfermedad que tenía, lo sorprendente fue que los Seres de luz tampoco quisieron decírmelo. Pero yo de todos modos, sabía que lo que sufría era un tumor en el celebro y que le había afectado en la zona de la memoria cognitiva, el lugar dónde se supone se guardan todos los recuerdos vividos en esta vida, impidiendo así poder enviarlos al alma para que no se bloquease ningún chakra. Mi abuela Victoria según los médicos tenía cáncer, lo sabía porque en realidad recordé que en una vida anterior fui médico.

Ella sufría lagunas de memoria en espacios muy largos, se podía pasar entre minutos o días viviendo en alguna parte de su pasado, normalmente momentos en que ella fue feliz. Se suele confundir al principio con la otra enfermedad que afecta la memoria y que todos tienen miedo el Alzheimer, porque esas lagunas de memoria son muy parecidas. El Alzheimer vas perdiendo la memoria y no recuperas nada, es como eliminar los archivos de un ordenador de la papelera de reciclaje, una vez lo eliminas todo, son irrecuperables. En cambio un tumor, no se eliminan, solo se bloquean y durante un tiempo, la persona empieza a pensar y es consciente de lo que le pasa, a pesar de que a veces, se comporte como si fuera una niña de la misma edad que yo. El tumor, solo bloquea recuerdos negros que hayan causado un trauma y no se hayan superado, eso es más grave que resetear tú memoria, porque aunque parezca una chorrada, los Chakras son canales de información dónde nuestros tres cuerpos espiritual, emocional y físico se comunican, si se bloquean estos canales, se pierde la conexión y algo en el sistema físico empieza a manifestarse en señal de advertencia de que debe cuidarse, y si no se hace, muere y esto quedará como un trauma más que deberá superar en su siguiente encarnación.



Cuando le vi la mirada perdida, mientras que petaba burbujitas de plástico, me acordé de todo eso que había estudiado entre la última vida y antes de volver a nacer (el período llamado entre vidas). Iba a tocarle la mano, igual que hace Uriel cuando me siento atrapada en algún lado fuera del presente, pero antes de hacerlo vi otra cosa…

Una tarde de verano en Guarroman, en el año 1931…

Tres niñas de diferentes edades jugaban al escondite en un solar abandonado cerca del centro del pueblo que era muy pequeño. La niña que aparentaba ser la mayor, estaba contando hasta veinte mientras que las demás se escondían, la segunda niña se escondió detrás de un árbol medio caído por la guerra, y la otra chica se escondió detrás de unas placas de metal que habían en una esquina, que eso parecía un techo de una caseta también abandonada.

Cuando la niña dejó de contar, se dispuso a buscar a las demás, le estaba costando un poco, hasta que escuchó un ruido cerca de un árbol medio caído.

-          ¡Vitorina, te he encontrado!- gritó la niña señalándola con el dedo. - ¡sal de allí!- dijo.

-          ¡No, no me has visto, Antonia!- dijo Vitorina que salía corriendo intentando evitar que le persiguiera la otra niña.

-          ¡Ven aquí!- decía Antonia mientras que reía a carcajadas y Vitorina también.

Al dar la vuelta al solar, la otra niña salió de su escondite, Antonia la vio.

-          ¡Rosita, te he visto! ¡Sal, tú también!- gritó Antonia.

Finalmente Antonia pudo atrapar a Vitorina, y en cuanto la puso a contar de fondo se escuchaban los nombres de ellas, que estaba gritando la voz de una mujer. Las tres se quedaron quietas, intentando escuchar la voz y mientras que se miraban ambas a la cara…

-          ¡Esa es mamá!- dijeron las tres.

Salieron corriendo hacia la casa que tenían dentro del centro del pueblo.

Los ojos de mi abuela se quedaron atrapados junto a los míos, sus ojos estaban llorosos aunque yo solo sentía felicidad porque esas imágenes eren muy lindas. A pesar de que desconocía porque había visto eso, ni sabía muy bien porque debía hacerlo, comprendí que era un recuerdo de su infancia, uno que a lo mejor no quería perder. Así que puse la mano encima la suya y le sonreí, ella también reaccionó de la misma forma.

-          Tenías razón, abuela. Antonia no te podía ver.- le dije.

Ella dejó de explotar burbujitas, me acerqué a ella su mano me acarició dulcemente la mejilla derecha hasta que me lancé a darle un abrazo y un beso en su mejilla.

Recomendación: Billie Eillish - Evereything i wanted

HR.

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miércoles, marzo 11, 2020

Déjate Llevar


No tengas miedo, si las cosas que debes hacer durante el día de hoy, no cumplen el tiempo que esperabas y surgen complicaciones. No tengas miedo, si hoy el día empieza más tarde para ti. No tengas miedo, si se te complican las formas y tú vida parece una montaña rusa, dónde nunca sabes si vendrá subida o una bajada que a lo mejor, esta vez los frenos no podrán ayudarte. No tengas miedo, porque todo lo que te sucede, detrás tiene algo mucho más importante, que el miedo en sí. No tengas miedo, porque nadie quiere hacerte daño, solo eres tú quién debe acordarse de que los frenos quizás no funcionan, pero tras el accidente que vayas a vivir, siempre habrá algo que de alguna forma podrás comprender porque tuviste que pasar por ello.



Este mundo igual que los demás, tiene muchos días por delante para mostrarte y enseñarte, que detrás de una montaña hay más montañas, que en cada una existen millones de caminos que te permitirán subir a la cima para ver a vista de pájaro, los secretos que cada mundo esconden y nosotros tenemos que aprender de ellos. Estar en la cima, será sin duda lo que más te habrán hablado, pues aquellos que siempre han permitido ser la base de la montaña, han idealizado estar allí arriba, como si eso fuese su único razón de SER. Pensando que solo los elegidos pueden subir, aquellos que un pájaro les ha invitado a subir. Olvidando que ellos emprendieron este camino para llegar a la cima, dónde allí arriba le espera lo inimaginable, pero dejaron de caminar, dejaron de fluir, no permitieron dejarse llevar, esta es la única norma que prometieron cumplir en cuando se pusieron a caminar.

Ningún pájaro decidió que solo uno podía subir, pues todos somos elegidos e invitados a subir, para recoger aquello que nos espera allí arriba. ¡Déjate llevar por las curvas de la vida! Cuando un héroe es considerado así, es porque su vida era distinta a lo que es ahora, porque su viaje empezó por una razón y siguió, para que sus sombras, sus enemigos fuesen reconocidas y amados, para luego convertirse en héroes, para aquellos que todavía no han dado el paso a caminar hacia la montaña. 

Cuando elegimos empezar a caminar hacia la montaña, debemos tener en cuenta de que no saber lo que puede ocurrirnos, dará miedo y en ocasiones llegarán pensamientos en que quizás quieras volver. Pero recuerda que, la evolución solo ocurre porque no se puede volver hacia atrás, si tanto miedo te da enfrentarte a quién realmente le tienes miedo, y crees que no estás preparado para caminar, ¿crees que se nos hubiera dado la oportunidad de hacer este camino? En el momento en que te dejas llevar, debes recordar que todo lo que llega en el momento que ocurra, es porque debe ser así, ni antes ni más tarde, justo ahora, porque es ahora cuando realmente puedes superar todos los obstáculos que se te presenten, solo debes continuar caminando, confiando en ti, en que llegarás a la cima y verás a vista de pájaro el secreto que la vida tiene preparado para ti. 

Claro que no es fácil, venir a vivir aquí, es complejo pero la diversidad que hay, nos hace recordar que el camino por muy difícil que sea, siempre encontraremos a alguien que querrá escucharla, y eso solo lo conseguiremos, cuando lleguemos al final del camino. No te bloquees, solo con el fluir del río, tendrás el poder de que cualquier elemento fue, es y será, lo que quieras ver sin tener que verlo. 

Florece, tú camino te espera – Universo.

Y por último, no te olvides de ser feliz.

Recomendación: Manel – Benvolgut.

HR.

HERO&Corporation.

domingo, marzo 08, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 18


Estaba siendo un día maravilloso en el Zoo, después de almorzar, seguimos la visita, lo vimos todo y sin guía, empezó a gustarme eso de ir por libre. Me alegré mucho de volver a ver a los Delfines, esta vez no fue igual que hacía unos meses, pero me gustó igual. Cuando fui con el colegio, no vimos todos los animales, por ejemplo la zona de los réptiles apenas vimos nada, el guía quiso enseñarnos solo lo que le interesaba, en cambio, sin guía, podíamos verlo todo. 

Tras el recinto de las gacelas, vino el recinto más hermoso y el que me quedé totalmente impregnada tanto en ese momento, como el resto de mi encarnación, el recinto de los leones. 

Normalmente es uno de los recintos que a mucha gente le da miedo, sobre todo porque el León es muy grande y muestra mucho respeto. También porque la distancia entre la barandilla de seguridad y ellos, era de un charquito bastante pequeño y que según lo que se veía, no tenían intención de escapar de allí, ni acercarse mucho al público. Estar tan cerca del León de la sabana, aunque les pareciera temerario, a mí no me dio ningún miedo. 


Dicen que no hay que mirarle a los ojos al animal más importante de la cadena alimenticia, pues si así lo haces, no le muestras quién manda en realidad y le retas a saber cuál de los dos mantiene la posición en la cúspide. Eso dicen los humanos, el cuarto reino de este planeta que vive y tiene derecho a vivir también. Pero cuando vi al gran León de la sabana a tan solo cinco metros de mí, saqué pecho, muy calmadamente y le miré directamente a los ojos, con la cara de admiración, respeto y amor. En realidad aquella poca distancia no servía de nada, porque si me lo hubiese encontrado en su lugar natural, hubiese hecho exactamente lo mismo. ¿Se imaginan por qué?

El León se puso de pie, ignorando a la Leona (determiné que era su mujer por las caricias y muestras de afecto que se hacían), me miró a los ojos y se quedó inmóvil a los pies del charquito, mientras que nuestras miradas se conectaban. Dejé de escuchar a mí familia que hablaban de cosas, hasta que al final, el ambiente se disipó y entre nosotros no había nada. 

Hermano, hoy te veo. Gracias por caminar. Gracias por el caminar que realizarás y que ya has realizado. El reino animal, está contigo, siempre unidos. Somos hermanos. Amor, hermano.

Esas palabras entraron en mí corazón como un susurro del viento que entra por doquier y sin aviso, sin darme cuenta, se me escapaban las lágrimas de felicidad que sentía, aunque no recordaba el motivo del caminar a que se refería, me sentía como si hubiese a ver a un viejo amigo de aquellos que hace eones que no ves. Quise decirle algo, pero me puse a sonreír y él lo aceptó, y antes de poder hacer nada más, tuve que seguir a la familia que seguía con la visita como si nada. Me aferré a la mano de Uriel, mientras que caminábamos hacia el siguiente recinto que no recuerdo cuál era, aproveché que Uriel se había agachado para apoyarse en la barandilla para hablarle de lo sucedido.

-          ¿Qué significa?- le pregunté tras compartirle el mensaje.

-          Si el rey del reino animal te ve como un hermano, este es tú reflejo en esta vida. Cada vez que te encuentres con un león, acuérdate de este momento, para que llegue el día que se te revele la verdad ante tus ojos. Ahora el león y tú, trabajáis juntos – dijo Uriel se le veía fascinado y contento.

-          ¿En qué? – pregunté.

-          En misión y propósito. – dijo.

Uriel no dijo nada más, pues me puse a pensar en lo que había dicho Saint Germain, no encontraba el vínculo pero los Leones estarán trabajando a mi lado, en cuando fuese el momento. Por eso, a partir de ese momento, mis dos grandes animales, fueron y siempre han sido y siguen siéndolo, por una parte los Delfines y por otra los Leones.

Finalmente llegó el día de mi cumpleaños y aunque celebraba ya 5 años, tenía muchas ganas de que fuese al día siguiente, para empezar las clases. Fue un día muy bonito, porque esta vez no me quedé castigada a hacer la corona, de hecho nadie le había dicho a la María Ángeles que era mi cumpleaños, así que después de segunda hora, me dirigí hacia la mesa de la profesora.

-          Dime, ¿en qué puedo ayudarte, Laia? – dijo con entusiasmo María Ángeles.

-          Solo quiero decirte una cosa, hoy es mi cumpleaños.- le dije.

-          ¡Oh, felicidades!- me dijo, luego al resto de la clase – niños, feliciten a Laia que hoy cumple 5 años.- lo decía feliz y yo también me sentía igual.

-          ¡Felicidades!- dijeron todos.

-          Luego, en la hora de plástica, harás la coronita ¿te parece bien? – dije que si con la cabeza.- ahora, ve a continuar con tu manualidad.- de nuevo era arcilla, la adoraba.

En casa me esperaba una sorpresa en mi habitación, no sabía de qué forma pero, encima de la cama sin hacer, tenía un regalo envuelto en una vieja tela de color blanco y una tira de cuero como cordón. Por la forma, supe de inmediato que era un regalo de los Seres de Luz, porque en casa los regalos estaban envueltos en papel de dibujos. 

Entre Uriel y Anael, días antes fueron a buscar los libros necesarios para IÓN, ese fue el regalo, cuatro tomos uno de un color distinto y muy gordos, con más de 200pg, eran libros antiguos pero que cada uno formaba parte de los aprendizajes de la nueva escuela. Me quedé mirando las portadas dónde uno en particular me llamó la atención: Conocimientos y Armonías de los Cuatro Reinos de Gaia

-          ¡Oh, esta materia va a ser una de tus favoritas, mi amor! – dijo Uriel que me estaba observando.

-          ¿Por qué?- pregunté.

-          Te van a enseñar cómo se lleva la convivencia entre los reinos: animal, vegetal, mineral y humano. Es una de las clases más bonitas, te vas a pasar mucho tiempo en la naturaleza, observando y conociendo los reinos.- dijo.

-          ¡Wow!- solo pude decir eso.

Algo me decía a mí, que estudiar en IÓN no sería lo mismo que estudiar en la superficie de 3D. Aunque adoraba el colegio, raramente salíamos del aula, y no sé si a más gente le ocurría, pero para mí que el patio cada día era más corto. Pensar que en IÓN había solo una materia que debería salir del aula, para experimentar todo lo que nos contarían, ya tenía ganas de empezar, simplemente para saber que me tocaría la luz del Sol, mientras que estuviese abrazando un árbol, acariciando cualquier tipo de animal o incluso escuchando a una piedra, mis ganas se intensificaban por momentos.

-          ¡Lástima que tú profesor no sea el Maestro El Morya! Él es el mejor guardián de reinos que ha habido jamás en este planeta. – dijo Uriel su cara de elogio, se veía que quería lo mejor para mí.

-          ¿Por qué me suena su nombre? ¿lo conocía antes de encarnar? – le pregunté.

-          Sí, así es. – mostró una ligera sonrisa. – Pero tú misma me dijiste que no querías que te dijera cuál relación, que ya lo volverías a saber en cuanto le vieses la cara otra vez. – volvió a hacer una pausa, mientras que sus ojos me observaban, como si recordase a otra versión de mí, con la memoria totalmente recuperada, una versión de mí, lejos a su verdadera mirada de ausencia. – por eso conocerás a su hijo, él será tú Maestro – no dijo nombres.

No me bastaba con saber de ángeles y arcángeles, que además había guías, maestros y ahora hijos de maestros, que también debía reencontrarme o conocer por primera vez. Empecé a arrepentirme eso de haber escondido tanto, los motivos de mi vida, porque cuando un guía me decía que no podía decirme más, me entraban más ganas de saber de más. Pero por alguna razón les di esas claves, porque en cierto modo, confiaba en ellos y debía seguir confiando, para hacerme llegar hacia la gran revelación, que en cierto modo, tendría que suceder con el tiempo. 

-          ¿Hay alguna pausa entre clases? – le pregunté porque Uriel de momento fue el único que vio el horario, yo todavía no me atrevía.

-          Si, después de tercera hora tienes media hora libre. Puedes aprovechar para lo que te venga ganas de hacer, salir a pasear, ir al comedor a desayunar… lo que sea, con tal de no salir del recinto… - informó.


Curiosamente, el primer día de clase era un miércoles, eso quería decir que, ese chico de ojos verdes, estaría en el tiempo libre delante de la cancha para ver el equipo jugar al juego de la rata. 

-          ¿Todos los cursos tienen libre la misma hora? – pregunté.

-          Em… me temo que no. Pero los de tercer curso hacen una hora más todos los miércoles. Pero eso a ti, no te incumbe, todavía… ¿ocurre algo? – empezó a sospechar por mis preguntas.

-          ¿Sabes si los del último curso tienen esa hora más? – ignoré sus preguntas, solo quería que me contestase.

-          No, solo los de tercero. Los de último curso, hacen el mismo horario que los de primero, entran y salen a la misma hora ¿Por qué me preguntas esto? – dijo frunciendo el ceño.

¡Perfecto! O sea que cabría la posibilidad de volver acompañada de ese chico… eso me alegró aún más las ganas de que llegase al día siguiente, pero aún quedaba mucho día por delante. A Uriel no le contesté esas preguntas, no quería contarle nada, creía que había hecho mi primer amigo en el recinto y no estaba segura todavía para contarle, si todo fuese bien, acabaría sabiendo del tema, pero era bastante precipitado, sobre todo porque no sabía el nombre. 

¿Por qué no quiso realmente darme su nombre? Siempre he sido una niña que no hacía lo mismo que los demás, sentía en mi interior que debía saberlo, que algún día sabría el motivo de porque teníamos que seguir sin intentar saber el nombre. En un primer momento pensé, que eran las normas del recinto, quizás todos los amigos que haga allá no podré conocer sus nombres, por lo tanto quizás solo los pueda identificar por su aspecto o por su personalidad. Pero luego, observé a Uriel sin que él se diera cuenta de lo que estaba pensando, él me miró a los ojos y me sonrió, le devolví la sonrisa y entonces, lo comprendí. 

-          Si realmente debo descubrir porque estoy aquí, creo que será una gran historia para contar algún día a alguien que esté dispuesto a escucharla – le dije.

Uriel me agarró las manos, se agachó y me miró directamente a los ojos, tan puros y tan angelicales que no tenían nada de malo, solo luz, una luz radiante verde que dentro de mí podía sentir cuando una rama después de buscar el Sol sin descanso, decide crear su primera hoja verde, sabiendo que después llegará la Rosa.

-          Por el momento, mi amor, yo estoy dispuesto a compartirla contigo. – me sonrió, miró las manos que me las juntó y volvió a mirarme a los ojos con un amor tan grande que no sabía cómo expresarlo – Prometí aguardarte las espaldas una vez más, y así lo seguiré haciendo, cuidando de ti, siempre – de la alegría se le escapó una lágrima de sus lindos ojos, escapé una de mis manos para rescatar la lágrima entre la yema de mis dedos, él volvió a sonreír. – será la historia más bonita que jamás se haya escrito en siglos y siglos de humanidad, mi amor. No te olvides de poner mi nombre entre tus líneas, ¿vale? – nos abrazamos.

Para un ángel no es importante ser famoso, pero haber acompañado a alguien en su misión de vida y que además su protegido o protegida haya sido una persona brillante en su encarnación, como la valoración en el otro lado, es lo mismo que lo que se dice humanamente “es como ganar puntos con Dios”. Cuando eliges a tú ángel de la guarda, él se compromete a estar contigo hasta que termines esa encarnación, y si queremos podemos volver a elegirlo para la próxima, ellos viven a tú lado, y el guardián incluso vive contigo como si fuera tú pepito grillo personal, que los demás humanos no lo ven, pero tú sientes que está contigo y luego es cuando puedes ver.

Uriel, sentía que era un arcángel muy importante en mi vida. Aunque no me acordaba si me había acompañado en las anteriores, sentía el vínculo como si lo conociera desde hace mucho más tiempo, por el cual ni pueden imaginar, no si vemos las cosas como humanos, para ser un ángel hay que pensar y ser uno como ellos, no vale con creer, el secreto está en el sentir. 

-          Me alegro que estés aquí, Dary. Gracias. – le dije después le apretujé tan fuerte que se quejó en plan broma y dejé de hacerlo.

El vínculo, nunca se podrá romper.

Recomendación: Now or Nevers - High School Musical.

HR.

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Cuando No Te Permiten Sacar La Sabiduría

  A veces no te das cuenta, de que hay tres atributos que las personas tienen y que son esenciales para que el fluir de la vida, haga su e...