domingo, marzo 20, 2022

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 129 [2T]

 

Joel hizo uno de esos ruiditos que hacen los bebés recién nacidos, cuando los dos ángeles desaparecieron a través de la ventana que estaba cerrada, me quedé un buen rato observándole los símbolos en la cara, entonces llamaron a la puerta, la abrí era Uriel y le dejé entrar.

-        ¿Por qué me has cerrado la puerta en las narices? – decía Uriel quejándose.

-        Han venido los ángeles de la Bendición, mira la cara del bebé. ¡Es maravilloso! ¿Yo también tenía eso en la cara cuando vinieron? Me acuerdo de ellos.- le dije.

Uriel se acercó al cochesito y le vio la cara, su actitud cambió, comprendió que era un momento muy especial.

-        ¿Les has dicho algo? – me preguntó curioso.

Dije que no con la cabeza.

-        Bien. Si, tú también tenías eso en la cara, no se lo saques, sale solo. – dijo Uriel.

-        ¿Y si viene la Heidi y pregunta?- le dije.

-        Tranquila, ella está desconectada, no verá nada. Ni su padre ni nadie de tú familia. Solo serán un par de días, luego el polvo penetra en la piel y desaparece. – comentó Uriel.

Regresamos con los demás, la tita Trini me pilló saliendo del cuarto, se me quedó mirando pero antes de que le dijera nada, se escuchaba a Joel que lloraba, así que llamé al primo José y se fue a verlo. Después la tita Trini me invitó a acompañarla en la cocina, así que le acepté.

-        ¿Quieres un vaso de leche, cariño?- dijo a tita, siempre me llama cariño como mi madre, me encanta.

-        ¿Tienes colacao?- le pregunté.

-        Si, cariño.- dijo mientras que rebuscaba en los estantes de arriba de la cocina, sacó el colacao, una cucharita.- ¿Cómo quieres la leche calentita, natural o fría?- se me quedó mirando con la puerta de la estantería a medio abrir.

-        Fría mejor, gracias.- le dije.

Cerró la puerta de la estantería y caminó hacia la nevera, agarró la leche tenía de dos tipos, me mostró cual quería si entera o desnatada, le señalé la entera que es la que tomaba siempre. Ella empezó a prepararme el vaso con colacao, me acerqué a ella y le paré las manos, se me quedó mirando.

-        ¿Lo puedo hacer yo? Es que me gusta de una forma un poco especial, siempre me lo hago yo en casa.- le pedí.

-        Si, si, claro. Sírvete tú misma, guapa.- respondió ella tan dulce como siempre es.


Primero eché tres cucharadas de colacao en polvo, después eché muy poca leche y lo mezclé un poco, cuando se quitaron los grumos, puse más leche sin dejar de mezclar. Cuando terminé empecé a mirar por encima del mármol y le miré.

-        ¿Y el azúcar?- pregunté.

Volvió a los estantes y sacó un bote con azúcar, me sacó otra cucharita y me la ofreció, lo agarré y le eché tres cucharitas de azúcar, con la cuchara que estaba mezclando lo probé por si le faltaba algo.

-        ¡Buenísima! Gracias.- le di un abrazo, agarré el vaso y me fui con los demás en el comedor a seguir escuchando a los adultos hablar de sus cosas.

Durante ese verano mis padres habían decidido mejor no apuntarme a ningún casal de verano, así que pasé todas los días laborables con mi abuela, desde las nueve de la mañana hasta las seis o siete de la tarde. Le había exigido a mi abuela que me esperase para desayunar juntitas, porque en casa no comía nada, en realidad había decidido decirle a mi padre que me comprase un actimel para tomar antes de ir a los lugares por la mañana y eso lo quería hacer a partir del próximo curso, porque esperar hasta las doce para la hora del patio, se me hacía un poco difícil. Mi padre le parecía buena idea y dijo que en cuanto regresase en septiembre a clase, tomaríamos esta nueva medida.

Pasar los veranos con mi abuela era lo mejor del mundo, desayunábamos juntas, luego le ayudaba a hacer su cama, después ella se ponía la ropa de la calle mientras yo recogía la mesa de la cocina, nos íbamos a comprar todo lo que hiciera falta para la comida. Un día a la semana que siempre era el viernes, íbamos a la cooperativa a hacer la compra más amplia que estaba en la plaza Fra Bernadí, por los cuales mi abuela era socia nº57. Excepto el lunes, salíamos a comprar a las diez de la mañana, el lunes tocaba bajar al garaje a lavar la ropa, ella siempre le daba un repaso a mano antes de meterlo en el lavarropas.

Mientras que ella hacía eso, si no tenía que ayudarla podía jugar a algo, a saltar a la comba, hacer cosas con una pelota muy antigua dónde mis primos ya mayores jugaban cuando eran chiquitines, ya no botaba y en vez de ser blanca con puntos negros, era gris con puntos oscuros. Pero iba de maravilla, así que jugaba, pero lo mejor que me gustaba hacer mientras esperaba a que terminase, era hablar con ella sobre cosas de la vida, con ella se podía hablar y reflexionar sobre cualquier cosa, incluso me explicaba su infancia y el momento en que conoció al abuelo.

-        ¿Abuela, fuiste al colegio?- le pregunté.

-        Sí, claro. Aunque ahora todo ha cambiado mucho, fui a la Salle desde los seis años hasta los trece, porque yo por ser mujer, no podía seguir estudiando, además que en mi casa cuando cumplí catorce años mi padre murió y tuve que ir a trabajar a la fábrica. – explicó la iaia Filo.

-        ¿Trabajar tan pronto?- me impactó su historia.

-        Antes se hacía así, porque no teníamos dinero para vivir cómodamente, muchas veces y tras la guerra civil, no teníamos para comer. Entré a trabajar a la fábrica del cordón eléctrico de este pueblo, y terminé cuando me quedé embarazada de tu tío Joaquín.- explicó.

-        ¿De qué murió tu padre?- le pregunté.

-        Se hirió.- esa era la forma que tenían los ancianos de decir que tuvo un Ictus y no lo superó.

Imagínense en el año 1940, después de la guerra civil española que empezó en 1936 y terminó en el año 1939. En plena postguerra, porque España estaba muy pobre (por eso no participó ni en la primera ni la segunda guerra mundial), mi abuela siendo la mayor de tres hijos, tenía que ir a trabajar y llevar el jornal a casa, su madre la Iaia Roser trabajaba y cuidaba de sus dos hijos pequeños que además eran mellizos de 11 años. Y todo esto antes de la gran inundación que dejó medio pueblo de Manlleu bajo el agua, porque el río empezó a subir su caudal de tal forma que acabó engullendo casas de hasta cuatro plantas, incluida la casa donde vivían su madre, sus dos hermanos y ella.

-        ¿Cómo has podido salir adelante, iaia?- le pregunté toda asombrada, en ese momento mi abuela parecía mejor que todos los super héroes de Marvel juntos, sin poderes pero más resistente que ellos juntos.

-        Teniendo mucha fe en lo que uno quiere de verdad, a mi de pequeña me gustaba mucho leer libros que te permitían viajar a otros países del mundo, era lo único que me ayudaba a poder soñar en que algún día lo haría posible. – dijo ella tan hermosa como era.

-        Y así lo has hecho, porque hace una semana estabas… ¿dónde?- le pregunté.

-        En los Estados Unidos.- contestó.

Se había pasado dos semanas viajando a algunos Estados de América, sobretodo estuvo en Nueva York dónde pudo visitar las torres gemelas, incluso se tomó una foto con su amiga Emilia que le acompañó en el viaje.

-        Siempre he querido conocer el mundo, seguirá viajando hasta que el cuerpo me diga que ya no pueda. Cuando seas más mayor, incluso te invitaré para que vengas conmigo, ¿te gustaría?- me preguntó.

-        Si, si, claro iaia. ¡Cuenta conmigo!- le dije toda feliz.

Pasar tiempo con ella era lo mejor del día y del verano, habíamos creado un vínculo tan bonito, dónde yo le podía contar mis cosas y ella sus cosas, incluso conocía a sus amigas. Cuando tocaba ir a comprar, no había día en que se cruzase alguna amiga y se pusiera a charlar un buen rato con ella, que en vez de aburrirme, entraba en la conversación y me divertía mucho, porque aprendía cosas muy interesantes de las personas mayores. Le ayudaba con las bolsas, para que no fuese tan cargada, a mesura que ella perdía fuerza yo lo ganaba, no me importaba llevar más peso, sabía que los entrenamientos para entrar a la guardia servían para ayudar a las personas con este problema.

Durante la hora de la comida, le ayudaba a cocinar, así aprendí cómo era cocinar, ya que mi madre no me permitía estar nunca en la cocina cuando se estaba cocinando, siempre tenía que esperar en la salita. Aprendí a cocinar lentejas, judías verdes, pasta y muchas cosas, incluso su especialidad cabezas de cordero al horno. En ese tiempo comía carne y las mollejas, sesos de cerdo y cosas así extrañas de los animales, solían ser mis partes favoritas, incluso comía el hígado del conejo, de hecho a mi abuela también le gustaba mucho. En mí época con la carne, era muy carnívora era como si mi cuerpo supiera que tenía una cuenta atrás, y que pronto tendría que dejarlo para poder así realizar mi misión de vida y pasarme exclusivamente al pescado.


El tiet Josep venía a almorzar como de costumbre, mientras que mi abuela terminaba ciertas cosas de la comida, aprovechando que ya habíamos puesto la mesa con mí tio, nos poníamos a hacer esos dibujos abstractos y a hablar un poco sobre el universo.

-        Anoche estuve de visita por los campos y hablé un ratito con Ashtar y su llama gemela Roxanne.- empezó a explicarme.

-        ¿Cómo andan? Hace meses que no los veo.- le dije.

-        Venían de Dreyfus, habían tenido varias reuniones y me dieron ciertas noticias que quizás a ti te interesen.- comentó.

La abuela me llamó para que fuera a la cocina porque me tenía que decir algo importante, así que no le pude decir que se esperase, me fui a la cocina y pocos minutos después regresé, le dije a mi tio que fuera a la mesa, él se levantó y mientras que se iba a la mesa…

-        Resulta que van a empezar pronto con el repoblamiento de Marsian, tras la guerra de Orión el planeta ha quedado totalmente abandonado y ahora resulta que es estable y están pensando en regresar a los supervivientes e intentar repoblar de nuevo.- informó el tiet Josep.

-        ¿En serio? ¡Qué bueno! Marte necesita volver a tener vida, está demasiado débil, su fuerza energética ha perdido cinco grados en los últimos dos años, en Agartha están muy preocupados.- le dije.

-        Si, lo sé. También lo estuvieron comentando, incluso tienen miedo de que al final Marte no pueda iniciar el proceso de ascensión cuando sea el momento.- respondió el tiet Josep.

-        Yo creo que sí que podrán, los Marsians son bastante ingenieros ya encontrarán la forma de devolverle la energía al planeta.- dije.

Nos pusimos a reír, pero nos callamos cuando vino la abuela con la olla para servirnos la sopa de letras que había hecho como de primer plato. Delante de mi abuela, la conversación cambió a temas más terrenales de este planeta. 

Recomendación: Something in the way (the batman) - Alala.

HR.

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miércoles, marzo 16, 2022

Mi Trauma Más Heavy

 

Cuando eres un Ser de Luz caminando en esta dimensión y trabajando con el universo, tienes unas responsabilidades muy importantes que debes cumplir para que los Maestros Ascendidos y los demás Seres de Luz cuenten contigo para darte una misión que hacer. Una de esas responsabilidades, es conocer bien en qué reino estás, sin en la luz, la oscuridad o la neutralidad, para saber qué reglas básicas debes respetar en todo momento.

En mí caso, soy pilar de consciencia del reino neutral, por ende debo respetar la norma básica que dice así “respetarás la integración de luz y oscuridad para que la armonía sea posible”, es decir que todos los que trabajamos en el reino neutral somos como mediadores ante los extremos de luz y oscuridad. La reflexión que quiero compartirles hoy, va sobre el movimiento de la mujer igualitaria al hombre, ni por encima ni por debajo, mediante una experiencia muy traumática que me pasó en otra vida, pero que ahora en estos tiempos estos comportamientos se están cambiando.

Antes de empezar, me gustaría decir que cuando eres del reino neutral, los asuntos políticos o de carácter mediático, no me puedo meter si el objetivo es estar en un extremo u en el otro. Mi papel siempre es, ha sido y será de mediador, por ende cuando hay elecciones, mis votos siempre son NULOS. Solo les quiero decir que no me juzguen, solo escuchen, porque solo así hallaremos la solución en estos tiempos actuales.

La historia empieza hace 82 vidas atrás (unos 57.000 años atrás)…

Reencarné en esa vida, siendo la segunda hija de un capitán de fuerza espacial, en el planeta de Agashaek en el cinturón de Orión. Tuve una infancia bastante feliz y fue una vida de más de mil años lo que humanamente sería todavía un disparate pero en el universo era una vida medianamente larga. Cuando tenía casi 800 años, entré a trabajar al planeta Épsilon como administrativa de permisos de trayectos, la oficina se situaba en el sur del planeta (que era el planeta del medio del cinturón de Orión).

Cada mañana tenía que salir de mi casa, acompañada por mi mejor amigo (el señor ojos verdes que en esa vida solo fuimos mejores amigos, sin nada más), hasta que él tenía que irse a su trabajo, que era antes de llegar yo al hangar para agarrar la nave que hacía de transporte público entre las tres Marías. Siempre agarraba la nave azul, era la que menos vuelta daba y podía llegar al trabajo antes de lo previsto en otras rutas, ese transporte tenía cuatro paradas, por las cuales dos las hacía en Agashaek y las otras dos en Épsilon.


Ese día llegué al trabajo como siempre, me fui directa al despacho saludando a mis compañeros, mi sección era una de las más importantes para la Galaxia. Dentro de nuestra rama, adjudicábamos los permisos para que la Hermandad Blanca y la Confederación Galáctica pudieran aterrizar a los planetas que aún estaban en revisión según la orden del Karma (que trabajaba siempre en el norte del mismo planeta Épsilon). Eso quería decir que había todavía más de un centenar de planetas de 3D que estaban en fase de ascensión, mientras que la Tierra seguía avanzando con su nueva cultura entre Lemurianos y Atlántes, primeras civilizaciones de 5D para cumplir con el plan Galáctico dentro del proyecto Gaia (que se empezó a organizar cuando estaba en la encarnación en la Cruz del Sur y me alisté igual que mi señor ojos verdes para trabajar en ello).

Pasaron varias horas, al terminar una pequeña reunión con uno de los lideres del proyecto que solía venir casi cada quince días por así decirlo, recibimos una visita de tres Seres que no eran muy frecuentes verlos por allí. El primer y que siempre iba delante, llevaba una túnica roja, el pelo era como el color del fuego y sus ojos eran grandes y muy negros (en plan Gris pero con la altura de dos metros). El otro que le seguía, llevaba una túnica blanca, sus ojos eran azules como si fuera un Arcturiano pero la energía no era muy de luz, y el tercero era más bajito, llevaba un uniforme militar con la insignia clavada en el pecho al lado derecho de haber combatido en las energías del frente de una de las guerras más antiguas de la historia de este universo (la batalla entre Luzbel y los Seres de luz de 9D).

Este tercer Ser, me entregó una documentación de su origen, me quedé bastante sorprendida y le miré directamente y le dije “esto está fuera de nuestro alcance, ¿porqué no pregunta mejor en Vega?” pero el primer hombre empezó a hablar en un idioma algo antiguo que yo no sabía hablar pero uno de mis compañeros si, y decían “necesitamos el permiso para entrar a este planeta, es de mayor importancia porque venimos a recoger unos materiales”. Les pedí la documentación que les habían dado en el Norte, el tercer hombre me lo entregó sin dejar de mirarme, pero esa mirada no era de fiar, me sentía algo incómoda, por eso agarré el papel de una punto y se lo arranqué literalmente de sus manos para poder revisarlo.

Como no les pudimos dar lo que querían porque no tenían el permiso adecuado exigido por el Consejo del Karma y del Dharma, se tuvieron que ir con las manos vacías. Fue extraño porque a pesar de que recibimos algún comentario en su idioma que el compañero tradujo, por culpa de que estaba enojado, mis compañeros tampoco se sentían muy cómodos ante la presencia de estos tres Seres. Pero en fin, el trabajo tenía que continuar, así que solo paré un momento para almorzar, siempre lo hacíamos en el centro dónde había zonas verdes, el Sol nos visitaba y podías desconectar un poco del trabajo, un par de horas después, tenía que volver al trabajo, y así lo hice hasta que llegó el momento de cerrar el chiringuito por ese día y regresar a casa.

Ese día me quedé una hora más en el trabajo, porque lo que estaba haciendo no lo podía dejar para al día siguiente, una urgencia de última hora. Mis compañeros se fueron a su hora y me dejaron literalmente sola, no había ningún problema porque en algunas ocasiones me había pasado. Simplemente me tocaba cerrar la puerta con seguridad y luego podía irme a buscar mi transporte. Cuando cerré la puerta, sabía que agarrar el mismo transporte no podía ser y tenía que agarrar el de la línea violeta, daba una parada más, pero era el único que me traía a Agashaek.

Me subí al transporte, no era una línea muy transitada a esa hora, por ende la nave iba casi vacía. Estaba sentada en la ventanilla de la izquierda, hablando a través del sistema de los anillos con mi mejor amigo (el señor ojos verdes en esa vida), le decía “dentro de tres paradas llego al andén, nos vemos dónde siempre para charlar” y él decía “te pediré un juguito entonces, mientras te espero”. Pocos minutos después la nave paró en la zona norte, se bajaron algunos pero subieron unos cuantos seres de luz, entre ellos pude ver un montón de seres desencarnados que regresaban a sus planetas tras las vistas de la orden del Karma y Dharma.

No pasó mucho tiempo (como veinte minutos), cuando la nave paró en una de las estaciones espaciales artificiales, dónde se bajaban la mayoría de los seres que subían en el Norte. Así que la nave iba totalmente vacío, por lo menos la cámara dónde me encontraba sí. En el momento en que la nave siguió su camino hacia Agashaek, esta vez tardaría como una hora casi en llegar a mi parada, escuché como en la cámara dónde me encontraba, entraba alguien que se encontraba en la otra cámara, miré hacia atrás y me quedé mirando a los tres Seres que habían venido al despacho hacía unas horas.

Los tres Seres caminaron hasta casi dónde me encontraba mientras que hablaban entre ellos en aquel idioma que yo no entendía, empecé a sentirme algo incomoda por sus miradas que me hacían y de alguna forma podía entender que se reían de mi. El de ojos claros se acercó y se sentó justo en el asiento de mi lado, sin dejar de mirarme, estaba como sonrojado pero no decía nada, yo me quedé mirando por la ventanilla, esperando llegar, atrás se sentaron los otros dos, escuchaba sus comentarios y sus risas pero todas eran en su idioma. El ambiente empezó a ser denso y muy incómodo, así que decidí levantarme e irme a una cámara (que parecía un baño).

Cuando abrí la puerta que se habría automáticamente con un botón, escuché unos pasos detrás de mi y antes de girarme, noté que alguien me agarraba de los hombros con fuerza y me obligaba a entrar a dentro de forma violenta, detrás sentía que los otros dos también estaban dentro, cerraron la puerta, me dejaron de cara la pared y a partir de aquí… simplemente sin oponer resitencia porque en ese tiempo me quedé totalmente paralizada, los tres Seres me violaron.

Recuerdo vagamente lo que fue esa violación, pero era muy dura, me lastimaban mucho y solo podía gritar aunque me habían amordazado, a ratos recuperaba la consciencia e intentaba hacer algo, pero después de pegarme mucho, y estar totalmente inmovilizada, volvía a perder la consciencia. Hasta que noté como alguien me arrastraba literalmente de allí y me dejaba en el andén de mi parada. En una hora dónde no había nadie allí, me quedé tumbada en el piso, intentando recuperar fuerzas para caminar y buscar ayuda.

Agarré pocas fuerzas y empecé a caminar, sangraba tanto por los cortes de la pierna que me habían hecho con una especie de cuchillo, también tenía la cara muy dolorida, la cabeza tenía una brecha que sangraba bastante, así que caminé sin saber dónde hasta que me desplomé literalmente en el pasto, no encontraba a nadie que me pudiera ayudar.

[Mientras que yo estaba inconsciente pasaron varias horas, hasta que escuché una voz conocida la de mi mejor amigo que vino a socorrerme, noté como me agarraba en brazos y me llevó, a partir de aquí volvía a perder la consciencia].


Cuando desperté, estaba en mi casa, en mi cuarto, no sabía cuando tiempo había pasado, pero por una de las ventanas se podía ver como el Sol se despedía del día para irse a descansar. En mi cuarto vi que una de las sillas que tenía a los pies de la cama no estaban, escuché los ronquillos de alguien a mi derecha, me giré asustada, era mi mejor amigo que se había quedado dormido allí en una posición realmente incómoda, pero su mano agarraba mi mano fuerte. Me puse a llorar y le llamé “¿Gerkie?” le tuve que repetir el nombre varias veces hasta que se despertó sobresaltado, dio un salto de la silla y se arrodilló al lado de la cama, me revisó, estaba preocupado se le veía con una gran incertidumbre, empezó a acariciarme el pelo y darme un besito en la frente.

¿Qué pasó, te atacaron?” preguntó Gerkie, me dolía la cabeza para decirle que no con un gesto y me salió un susurrante “No,… me han violado”. No tenía fuerzas en ese momento para contarle, de hecho él me abrazó con fuerza, todo emocionado, yo también me dejé llevar, y dijo “cuando pasaron más de una hora y no venías, fui a buscarte al andén, pero no te encontré, te llamé varias veces y nada. Estuve buscándote por cuatro horas hasta que te hallé allí en el pasto magullada, ¡pensaba que habías muerto y te había perdido para siempre!”.

Mi padre de esa vida cuando supo lo que me había pasado, intentó abrir una investigación por el cual el Consejo del Karma aceptó, por suerte me acordaba del nombre de uno de los tipos y se lo dije. Mi madre le fue muy difícil superarlo y al final dejó a mi padre llevándose a mi hermana mayor, nos quedamos con mi hermano pequeño y mi padre. Esa violación había destrozado a mi familia y mi alma, porque a partir de allí, NINGUNA VIDA fue igual.

Actualmente en esta vida, aún sufro por ello y tengo muchos daños colaterales que debo sanar en mí, por ejemplo el hecho de cuando estoy en una misma sala con un hombre que no conozco de nada y está cerca de mí, y por un casual se me cae algo al suelo, intento agacharme de la forma que sea que no deje en ningún momento de tener contacto visual con ese hombre (incluso sabiendo que el hombre ni me registró ni tiene intenciones de hacerme nada). En las vidas anteriores agarré miedo a estar sola en la calle, es en esta vida que lo superé por completo, suelo salir sola incluso de noche, sabiendo que si algo parecido vuelve a pasar, no me quedaré bloqueada, porque también sé defenderme físicamente, pero también la sociedad de ahora con las mujeres es de esto, de tener miedo a salir solas por la calle.

Llevo toda esta vida luchando contra eso y ayudando a las mujeres a hacer lo mismo, si salimos de fiesta y volvemos a casa solas, no debemos tener miedo de si un pervertido nos sigue para abusar de nosotras.

El universo está mucho más evolucionado con este planeta actualmente, porque esos tres están pagando su condena después de la vista del tribunal Kármico, se les han denegado cualquier permiso para encarnar o visitar planetas de nuestra Galaxia y además han tenido que pasar por reducación y un ingreso a un centro (como una especie de cárcel universal). Además que en sus expedientes se les ha marcado como seres hostiles

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Recomendación: Mientras Duermes – Película de Netflix.

 HR.

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sábado, marzo 12, 2022

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 128 [2T]

 

Cuando fue el turno de la siguiente pareja, regresé al salón, para quedarme hipnotizada completamente con el acuario grandioso que había separado el sofá de la mesa de comedor. Noté a Uriel a mi derecha viendo el acuario pero no con las mismas intenciones que yo tenía.

-        Si sigues mirando así el acuario convertirás el agua en hielo, mi amor. – comentó Uriel.

-        ¿No tienes ningún chiste malo por contarle a los demás ángeles?- le susurré molesta.

-        Si, pero… ¿por qué no me cuentas qué te pasa? – preguntó Uriel.

No le devolví ninguna respuesta, de fondo escuchaba a los demás adultos que seguían conversando, la mayoría en la terraza aprovechando para fumar.

-        Algo no anda bien…- susurré.

Uriel me miró y yo a él, entonces me giré y me fui hasta la puerta de la habitación de matrimonio, escuchaba susurros, sabía que José estaba hablando con Heidi, mientras que Joel estaba tumbado en su cunita al lado de la cama. Parecían enojados, la Heidi no quería salir y José le exigía hacerlo. Entonces sin querer, puso la mano en la pared y empecé a escuchar una música que provenía del salón, la tele estaba prendida, algo que no me había fijado, volví al salón y vi a la Heidi embarazada.

-        ¿Qué es esto?- dije.

-        ¿Has hecho alguna pregunta a la casa? – preguntó Uriel.

-        ¿Cómo?- pregunté arrugando la frente.

La puerta de la terraza estaba cerrada, eran las doce de la noche, los relojes marcaban en punto en el salón.

-        ¿Lo has hecho o no? – exigió Uriel.

-        Solo me he preguntado ¿qué les ha pasado? Y ha empezado esto, ¿dónde está el niño?- dije preocupada.- ¿Cómo ha llegado ella hasta allí si estaban detrás de la puerta?- seguí haciendo preguntas, pero Uriel me agarró con sus manos mis mejillas.

-        Tranquila, tranquila mi amor, respira profundamente, y te lo cuento todo, pero primero respira profundamente tres veces. – exigió.


Respiré profundamente una vez, él también lo hacía y en cuanto llegué a la tercera respiración me había calmado.

-        No te asustes, ¿vale? Lo que estamos viendo son los recuerdos de las paredes de este piso, hemos retrocedido un par de meses en el tiempo. Todo está bien, solo que debes tener en cuenta una cosa. – dio una pausa le dije que si con la cabeza y prosiguió.- No vas a poder hablar con ellos, son como fantasmas, no podrás modificar nada, ¿de acuerdo? – dijo Uriel.

-        Ok.- dije.

Retrocedimos tres meses antes del nacimiento, la Heidi estaba en la casa ya de baja por maternidad, el reloj iba bastante rápido, entonces a la tarde de ese mismo día el José llegaba de trabajar, tras pegarse una ducha, empezaron a hablar hasta que se alteraron por algo que estaban conversando. El tiempo siguió avanzando tan rápido que había pasado dos semanas, y volvían a pelearse y así consecutivamente hasta el momento actual dónde nos encontrábamos.

Miré a Uriel, nos miramos en silencio cuando mi madre entró al salón tras fumar para ir a ver al niño. Finalmente me quise sentar en el sofá intentando analizar lo que habíamos visto. Sentía dentro de mí un sentimiento muy feo, por el cual no era amor lo que sentían ellos dos, era cariño, algo que se confunde mucho, en la boda estaban enamorados pero la monotonía les duró poco el amor de verdad. Ellos ya no sentían el mismo amor que yo sentía al estar con el Chico de ojos verdes, ese sentimiento que te deja sin respiración, dónde notas como el corazón te golpea en el pecho con tanta intensidad que piensas que te vas a morir viendo y estando con la persona que más amas. Ellos no eran así, porque nunca habían sido así.

-        Entonces, ¿porqué han tenido un bebé si no sientan amor?- le pregunté a Uriel.

-        Las personas cuando confunden los sentimientos, a veces hay muchas parejas que prefieren quedarse con alguien que estar solas para esperar a encontrar a alguien que realmente amen. – comentó Uriel.

Seguía sin entenderlo, el fruto de un bebé se hace con amor y ellos no estaban en la misma sintonía, sabía que habían cometido un error gravísimo que sin saberlo muchas personas cometen. La respuesta de Uriel, me dejó claro que es algo que pasa bastante y que esa debe ser una de las causas porque al final esas parejas acaban a hostias por la custodia de los hijos o por el cepillo de dientes.

-        Enamorarse y sentirse amado son dos conceptos totalmente distintos y las personas lo confunden. – añadió Uriel.

-        No lo entiendo, ¿cuál es su diferencia, Dary?- le pregunté.

-        Enamorarse es relativamente fácil, te puedes enamorar de alguien solo porque te muestra algo de ti que no ves, algo que está dentro de ti pero no lo sueles ver, por ejemplo te puedes enamorar de un vestido, de un gatito por su carita bonita o simplemente de una persona que tiene una personalidad que te gusta y que en realidad, tanto el vestido, como el gatito o la persona, son sentimientos y aspectos de ti mismo que no los ves porque están en tú corazón, pero cuando los ves a fuera a través de tus ojos, luego las reconoces. Pero esto solo es temporal, cuando has aprendido esto, ya no te parece tan interesante y cambias de tema. Ya no sientes lo mismo por esa persona, ni por el gatito porque ya está viejo o por ese vestido que solo fue por una temporada. Por eso, lo dejas. – comentó Uriel.

Mis primos les había pasado eso, se habían enamorado y ya no sentían lo mismo tras la boda y el primer hijo.

-        En cambio cuando una AMA, el tiempo no te hace sentirte cansado de estar con el gatito, ni con el vestido ni mucho menos con esa persona. Cuando uno ama a otra persona, la acepta tal y como es, reconoce todos los aspectos, defectos y valores del otro y as ve dentro de él mismo, pero aún y así, no sería capaz de dejarlo, porque sabe que el otro es su Complemento Perfecto. Aquí es cuando se reúnen la mayoría de las llamas gemelas, son parejas que no cambian nada del otro por fuerza mayor, sino que las aceptan y están allí junto al otro a pesar de estar tiempos sin que sean pareja, siguen viéndose aprendiendo del otro y de uno mismo, pero siempre están. – terminó de comentar Uriel.

-        ¿O sea que el Chico y yo somos llamas gemelas, por eso nos “amamos”?- pregunté.

Uriel mostró su sonrisa más dulce, me miró con sus ojos verdes, me agarró la mano.

-        Los adultos te dirían que eres demasiado pequeña para sentir amor y amar a alguien, pero yo te he visto con el Chico en todas tus vidas, desde que decidiste venir a este planeta, y puedo confirmar que aunque ahora no lo sientas igual, tú espíritu, alma y cuerpo, AMA al Chico de Ojos Verdes. Se han encontrado en más de ochenta veces y siempre han terminado amándose, tanto siendo pareja oficial y acabar casándose tanto si eran hermanos o mejores amigos. En algunas ocasiones, fueron incluso amantes. Este amor que sienten ustedes dos, en nuestra dimensión no hay día en que ningún ser de luz no saque el tema, nos inspiran a seguir adelante con el plan de Dios. – confesó el arcángel Uriel.


Literalmente me quedé sin palabras, ¿yo y el Chico les inspiramos a los seres de luz sobre el amor entre llamas gemelas?

-        ¿Somos vuestro referente?- se me escapó.

-        El mío y el de todos los seres de luz que vivan en cualquier dimensión de este planeta, mi amor. – dijo mientras se reía Uriel.

-        ¿Por qué?- dije.

-        Ustedes dos fueron los primeros en que mostraron al universo que los humanos también pueden amarse. – dijo Uriel.

Nos interrumpió mi madre, que me invitó a ver a Joel otra vez, no le dije que no y me fui con ella, luego salí a la terraza y escuché las conversaciones de los adultos que me parecían muy interesantes, luego nos fuimos del piso todos juntos y nos fuimos a almorzar en casa de la tita Trini, dónde vinieron más familiares a entregarles sus regalos de bienvenida al nuevo miembro de la familia.

La Heidi y el José, dejaron a Joel en el cochesito en una de las habitaciones del departamento para que pudiese dormir tras tomarse su biberón con leche materna que Heidi se había sacado de sus pechos. Fue la primera vez que supe que las madres de este tiempo no les dan algunas la teta directamente, que le dan el alimento al bebé a través de un biberón. De repente, mientras que estábamos en el salón de cháchara y ya habíamos almorzado, vi dos ángeles con una túnica blanca hasta las rodillas, que entraron por la ventana de la cocina, y caminaron por el pasillo dirección a las habitaciones.

-        ¡Venga vamos que no llegamos, eh! – decía uno de los ángeles, los dos eran rubios con el pelo cortito y algo ondulado.

-        ¿Dónde está el bebé? – preguntaba el otro que sacaba de su saco un pergamino y se puso a leer.

-        Lo han dejado en el cuarto, ¡vamos! – decía el primer ángel.

-        Se llama… se llama… Joel – dijo el del pergamino.

-        ¡De acuerdo, vamos!- exigió el primer ángel.

Me levanté de la mesa pidiendo dónde estaba el baño, me dirigí con Uriel hacia el pasillo, pero no fuimos al baño, seguimos a los dos ángeles, que llegaron a la habitación del fondo del pasillo, dejaron la puerta entreabierta, así que yo me acerqué y le mandé a callar a Uriel. Entonces, entré y los ángeles se me quedaron mirando un momento.

-        ¡Ay, que es una niña! ¿Y si nos ve? – decía el ángel del pergamino.

-        ¡Bobadas, ya debe tener ocho años, seguro que viene a ver al niño! – decía el otro.

-        ¿Qué hacemos?- le preguntaba el otro ángel.

-        ¡Seguir trabajando que aún nos queda una larga lista de bendiciones por hacer hoy!- dijo el otro que parecía tener mucha prisa.

Los reconocí enseguida porque quién llevaba el pergamino, lo recordé cuando yo tan solo tenía una semana de vida, eran los ángeles de la Bendición. Aquellos que vienen a los recién nacidos a darles la bendición para que Dios los reconozca que han reencarnado. Entonces, cerré la puerta en las narices a Uriel, sabía que si le dejaba entrar sabía que los podría ver y quizás no harían su trabajo, me acerqué al niño y actúe como si en realidad no les estuviese viendo, ni mucho menos escuchando. Pero quería estar en una bendición sin ser la bendecida.

Joel en ese instante abrió los ojos y pensaba que iba a llorar, pero no se quedó tranquilo, tan en paz, supongo que notaba la presencia de estos dos ángeles, uno de ellos quién no llevaba el pergamino agarró del saco una especie de cápsula de metal con gravados muy antiguos como si fuese medieval, lo destapó dentro había un polvo dorado, untó el dedo índice y el del corazón y le marcó en la frente de Joel un punto.

-        ¿Qué número de encarnación es? – le preguntó a su compañero mientras que con el dedo meñique se untaba la yema del dedo de nuevo en la cápsula.

-        Encarnación número 21. – respondió el otro ángel.


Por la altura de la papada y el cuello, le pintó un símbolo con el mismo polvito de oro.

-        Des del norte hasta el sur, tus manos, lágrimas, latidos y respiraciones son y serán vestigios de todos los caminos que has hecho, haces y harás, en esta nueva vida que la gran fuente de creación te están otorgando. En el norte Dios te guiará y en el Sur el latido te susurrará el destino que has venido a acometer. – dijeron los dos ángeles al mismo tiempo.

Los dibujos con ese polvito empezaron a brillar con mucha intensidad al igual que todo el cuerpo de mi primo, fue mágico parecía que podía ver su aura brillar en dorado tan bonito.

-        Nuestro Padre Dios y gobernador de esta universo, te bendice a través de nuestras manos, todos los senderos de esta nueva encarnación. – dijeron los dos ángeles y todo terminó.

Recomendación: Documental del 11M - Netflix.

HR.

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jueves, marzo 10, 2022

Welcome English People to Our Blog

 

Welcome to Blog HR,

My name is Laia Galí HR and I channel the being of light. Since I can remember the angels have coexisted with me and they taught me to be emissary of light. In these time of solar revolution, I am especially dedicated to helping and sharing with the world the messages and experiences I have with the Beings of Light.

In this section I am going to translate the reflections that I usually write in Spanish. Because I’m from to Manlleu (near to Barcelona) and my language that I share here is Spanish, but I speak others languages for example Catalan (it’s my native language).

I was born on 23th of march in 1993 being the only daughter of my parents, and my guardian angel is the archangel Uriel that I met for the first time, when I lived on the southern cross (it’s a planet 120 light years away) in other life. I remember my past lives since 2016 on the universe they call me old soul because I live around 85 lives only in this universe, but I suppose that my soul was born in other universe.

I hope you enjoy learning concepts about awareness of being and share with people that they want to learn and change the world to ascend a 5D. If you work with being of light we’ll get it! Only you have to do one thing just follow your heard and learn about awareness of being, that is the secret.

Regards,

Being of Light and Laia Galí HR. 

Recomendation: Billie Eilish - Therefore I am.

HR.

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El Espejo De Mí Vida - Capítulo 205 [3T]

  Sabía que me jugaba algo grave, nunca les había mentido a mis padres, ni les había hecho algo parecido jamás. Pero yo no podía volver a ...