sábado, agosto 15, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 42

 *AVISO, el capítulo de hoy es de caracter violento. No es apto para gente sensible.

-          ¿Y tú qué haces aquí si estás muerto?- le pregunté.

-          Hace años que mí alma trabaja para él. – dijo medio sonriendo el abuelo.

-          Te engañó con su poder, así no se consiguen las cosas…- le comenté.

-          Hija de…- gritó se acercó a los barrotes y dio un golpe sonó metálico.- esta es la vida que decidí tener, el poder es mí vida.- dijo.

-          No sé que hiciste tú vida, pero lo que sé es que la familia no te quiere recordar. Porque hablan de la abuela pero de ti, solo sé tú nombre. Así que si estás trabajando para este ángel caído o demonio o lo que sea, será porque elegiste ser oscuro, hacer daño y hacerte poderoso así.- le dije con sinceridad.

 

Le molestó tanto, que alzó la mano e intentó hacerme algo pero al estar lejos no pudo hacerme nada, lo volvió a intentar pero su cara parecía que algo que quería hacer no le pasaba.

-          ¡Deberías retorcerte de dolor! ¿Qué pasa?- se quejó observando sus manos e intentándolo de nuevo.

-          La última vez que un oscuro me tocó, salió ardiendo.- dije convencida de que eso era uno de mis poderes que tengo en la luz.

Asustado escondió la mano detrás de su espalda.

-          ¿Cómo voy a torturarte sino te puedo tocar?- se preguntó.

-          Ahora entiendo porque no te quieren recordar. ¿les torturaste?- me sentía lo suficiente valiente para hablar sin tapujos, eso debió ser mi parte de guardiana…

-          Por supuesto que si, y no sabes lo bien que me lo pasaba, viendo como lloraban quebrados de dolor… mientras que ellos estaban bajo mis pies.- se alababa con cada palabra, sentí asco y vergüenza por ser descendiente de él.

Esa conversación era una de las cosas más duras que había hecho jamás en esta encarnación. Pensaba que los errores del pasado no tenían peso en la familia, pero al verme delante de él y sentir como se alegraba de torturar físicamente, emocionalmente y psicológicamente a los parientes, sentí repulsión ante un ancestro.

Era demasiado pequeña para que alguien de la familia tuviese el valor de contarme como era el abuelo, por lo tanto, todo lo que están leyendo era lo que me ofrecía su aparición. Entonces comprendí porque el titi decidió encarnar junto a mi mamá, su protegida. Un ángel para su protegido es capaz de hacer cualquier cosa para ayudarlo, incluso encarnar para defenderlo de aquellos que quizás él o ella no pueda vencer. Mi mamá tenía protección, y mis tíos también, aunque el titi se centraba en mi mamá todo el rato. Supongo por lo que él ya dice, por mí llegada a esta familia.

-          ¿Y qué pasa con tú hijo Hilario? ¿También lo hacías?- le pregunté alzando una ceja.

-          No, pero se metía en medio para defender a tú madre.- dijo a regañadientes.- ese puto ángel encarnado, puso muchas pegas a mis planes…- dijo indignado.

-          Imagínate porqué lo hacía.- le alcé la ceja, él apretó los dientes y dio un golpe a los barrotes.

-          ¡Cállate!- gritó.

Se giró y desapareció. Esa charla me dio ventaja, a pesar de que había recuperado el aliento, tenía que conseguir volver al control total de mí cuerpo, pero primero tenía que salir de esta jaula. Lo malo era que había olvidado cómo tenía que hacerlo, tenía que ser fuego, pero olvidé cómo podía convertirme en él… sin fuerza, volví a caer en el suelo, observando hacia la negra oscuridad. Hasta que cerré los ojos.

Me encontraba en casa de la abuela Victoria, pero el tiempo era mucho antes de que yo existiera, porque mi abuela cocinaba, algo que nunca la había visto jamás. Se le veía contenta porque cantaba una copla mientras ponía cebolla en la sartén y removía lo que parecía la cena. Sus hijos, jugaban en el salón, y mi mamá con tan solos ocho años, llegó a la cocina para observar a su madre. Me quedé sorprendida, porque yo estaba allí, pero ellos no podían verme, era un fantasma viendo un tiempo dónde todavía no era ni un pensamiento. Nunca había visto a mi mamá con esa edad, parecía tener miedo, se acercó a la abuela y le abrazó por detrás.

-          Mamá, te quiero mucho.- lo decía con lágrimas en los ojos, y no era de felicidad.

-          Y yo a ti, cariño.- le decía, se había girado y se agachó para abrazarla y darle un beso en la mejilla.

No parecía un momento bonito, sentía sus corazones vibrar en miedo, algo malo estaba a punto de ocurrir. Mi madre siempre había tenido miedo de las cosas, y verla tan vulnerable allí, me rompió el corazón, ella es la pequeña de siete hermanos. De repente se escuchó la puerta principal cerrarse, y toda la “alegría” que se escuchaba del salón, se esfumó y llegó el silencio mientras que el miedo se podía palpar e incluso degustar en el ambiente.

-          Hija, vete a nuestra habitación y no salgas de allí. ¡Corre!- le dijo la abuela Victoria.

Mi madre sin contestarle se fue, seguí a mi abuela hasta el salón, dónde los demás tíos que eran chiquitos, se escondían en la terraza y debajo de la mesa. Mientras que de fondo, se escuchaban los pasos de alguien que caminaba decidido hasta el final del pasillo para llegar al salón. ¡Qué miedo daba eso!

-          ¡Aquí estás, hija de puta!- gritó la voz la conocía, al mirarlo me quedé tan sorprendida que no lo podía creer, era mi abuelo Hilario. - ¿Y la cena?- preguntó con tono muy despectivo.

-          Aún no está lista.- contestó con miedo la abuela.

-          ¡Solo te pido una cosa cuando regreso del bar, que esté la cena lista a las nueve!- le gritaba de malas formas, el abuelo.

-          Perdona…- se disculpaba como si fuese sumisa.- le falta media hora…- decía casi sin voz.

 

La abuela se fue hacia el pasillo, pero antes de llegar, el abuelo le dio un golpe en la mejilla que le giró la cara y casi cae al suelo. Noté mi corazón corromperse, me fui con ella, quería socorrerla, pero mis manos atravesaban su cuerpo, era un fantasma, en realidad yo no me encontraba allí. Antes de que ella pudiese recuperarse del golpe, recibió otro más, mientras que le iba insultando, y cada golpe era más y más fuerte que el anterior.

Me sentía horrible, si tocaba traspasaban mi “cuerpo”, no podía hacer nada, solo observar y gritar que parase. Hasta que se abrió la puerta del cuarto dónde se escondía mi madre.

-          ¡Para, papá!- gritó llorando, muerta de miedo.

El abuelo se río de ella, pero siguió pegando a la abuela. Pero en un momento dado, se dirigió hacia mi madre para pegarla, pero salió de debajo la mesa, una versión de chiquito del titi y se puso enfrente a mi mamá, mirando al abuelo.

-          ¡No le vas a tocar ni un pelo!- decía defendiendo a mi mamá con su vida.

Entonces, el abuelo que se había reído del titi, le fue para golpearle en la cabeza, pero el titi le paró el golpe y cuando le tocó, el abuelo gritó de dolor, y me di cuenta de lo que se referían, si mi abuelo tocaba al titi, ardía en fuego por ser un ángel de luz o un emisario de luz.

-          ¿Cómo haces eso?- le pregunté pero sabía que no podía escucharme el titi.

Entonces el titi miró hacia dónde estaba, me sonrió y se señalizó su propio corazón.

-          El amor te guía.- dijo el titi.

Antes de poder decirle nada más, porque sabía que él si podía escucharme, la imagen se disipó y volví a abrir los ojos.

Me puse de pie y empecé a pensar en cosas que me hicieran sentir el amor, un amanecer, la piscina en verano, la playa, una sonrisa de mis padres en plena felicidad, los abrazos de Uriel y del titi Hilario, la sabiduría compartida del tiet Josep, los juegos divertidos de la iaia Filo, estar con los ángeles y los maestros, jugar con Frodo, pintar y dibujar, el color verde, los ojos del chico de ojos verdes. Mis primos jugando sin parar a muchas cosas,…

El corazón me ardía en AMOR, entonces supe lo que tenía que hacer.

-          ¡Gämael, ven aquí!- grité con todas mis fuerzas hasta que finalmente apareció.

Sin decirle nada, me acerqué a las rejas y al poner mi mano en ellas, las rejas empezaron a arder.

-          ¡Joder!- susurró Gämael asustado y sorprendido.

Seguí caminando hasta que lo agarré poniendo mi mano encima de su pecho y se quedó inmóvil pero ardía, se veía que salía humo de su traje y su piel empezaba a tostarse como si estuviese en el fuego literalmente.

-          Uriel ya te dijo que había elegido mi camino. Yo soy neutral.- le dije y le solté, él cayó de culo en el suelo.

Antes de volver a recuperar el cuerpo, le miré.

-          Cada vez que vuelvas a meterte conmigo o con alguien que me importa, me vas a ver la carita. Ahora yo defiendo a los débiles.- dije.

Pensé con más fuerza todas las cosas que me producían amor, cerré los ojos y cuando los abrí…

Me encontraba en el patio del colegio, hacía más frío de lo normal para ser Octubre.

-          ¡Ah!- escuché gritar a muchos niños de pánico, me giré y me observaban mientras lloraban de miedo.

-          ¿Qué pasa?- pregunté pero no entendía nada.

-          ¡La ha matado, la ha matado!- decía un niño.

Puse las manos hacia esos niños en la distancia y me quedé atónita al ver que los dedos de la mano derecha tenían sangre demasiado fresca y demasiado líquida para ser pintura, era sangre. Me acerqué la mano, con miedo, para oler si era pintura, al no oler a nada, probé con la lengua, me quería matar.

-          Es sangre.- susurré.

Escuché como alguien caía desplomado detrás de mí, me giré y no lo podía creer. Era Gerard, que tenía una herida abierta muy fea justo en la garganta cerca de la yugular. Dios, me quedé atónita al ver que era la única que tenía los dedos llenos de sangre.

-          ¿Qué he hecho?- me pregunté.

-          ¿mi amor?- escuché, a mi izquierda estaba Uriel, preocupado por mi.- ¿eres tú? ¿has vuelto?- preguntaba.

Le miré llorando, le dije que si con la cabeza y terminé en sus brazos, pero me desmayé, sin entender qué había pasado. Pero también me alegré de poder volver a ver a Uriel, me parecía tanto tiempo.

No sé cuanto tiempo pasó, pero una ambulancia se llevó a Gerard del colegio, habían conseguido taponar la herida, yo me lavé las manos junto con Uriel en la fuente del patio, acompañada de la Ramona que me agarraba de la mano para que no escapara de su lado. Actuaba en automático en ese momento, intentando comprender ¿qué había hecho Gämael mientras que yo me sentía atrapada en esa jaula? ¿Cuánta gente había herido y qué pasaría ahora conmigo? Tenía mucho miedo, porque sabía que había perdido toda oportunidad de poder conseguir amigos de verdad. 

Recomendación: In the Woods Somewhere - Hozier.

HR.

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domingo, agosto 09, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 41

 Aquella mañana en clase en el colegio fue agotadora, las ganas del nuevo curso se estaban marchitando segundo a segundo. El día era gris, el verano era historia y empezaba el frío y con ella, los jerséis de lana que odiaba que mi mamá me compraba. En clase de matemáticas ese día, era como si el tiempo se hubiese paralizado, me sentía muy densa, cansada de tanto contar, decidí mirar un rato por la ventana como la niebla se apoderaba del paisaje urbanístico de los edificios de al lado, hasta eliminarlos como si se tratase de una goma de borrar de un artista iniciando su obra maestra.

Entonces, empecé a tener mucho frío, los compañeros empezaron a tiritar y la Ramona estaba ateniendo al teléfono que habían colocado en la pared, le llamaban de dirección y tenía que mandar la orden a la profesora de la clase de al lado. Nos dejaron descabezados por varios minutos y reinó el caos, las pelotas de goma empezaron a saltar por la clase, pelotas de papel y entre otras cosas, volaban el cielo de nuestra clase, intentando tocar a cada uno de nosotros por diversión. Pero yo no me encontraba bien…

Algo iba mal, cuando me di cuenta de que empecé a llorar en silencio, mis ojos lloraban pero no encontraba el motivo, hasta que vi en la pizarra a Gämael, apoyando la espalda en la pizarra juntando sus brazos en el pecho, mirándome fijamente con unos ojos que no decían cosas buenas, pero en fin, era hermoso de todos modos… el diablo no es como lo pintaban en algunas pinturas de las iglesias, era demasiado guapo.

Me encontraba en la segunda fila del tercer bloque, nos habían vuelto a cambiar de lugar, Gämael empezó a caminar hacia a mí, miré alrededor para ver a Uriel, se había quedado dormido a mi lado en la mesa de al lado que no había nadie sentado, algo muy raro. Intenté despertarlo pero no había forma. Finalmente el tipo llegó a mi mesa, apoyó sus brazos en la mesa y se me quedó mirando directamente a los ojos.

-          ¿Por qué estás aquí?- le dije, tenía miedo pero respiré profundamente y se me pasó.

-          He venido a proponerte… un trabajo…- dijo, sus palabras mostraban desprecio.

-          No me interesa, gracias.- dije.

-          ¿te gustaría que todos estos compañeros fuesen tus… esclavos? ¡Tú eres quién manda aquí, no tienes por qué dejarte manejar así! ¡Tú sabes más que ellos! – decía parecía que se divertía despreciando a mis compañeros que ni se habían dado cuenta de nada.

-          Así no es cómo quiero ganármelos, Gämael. La confianza se gana día a día, no se roba o se impone a alguien que te importa.- le dije.

Le dio un golpe en la cabeza a Uriel, seguía durmiendo yo me intenté defender, pero solo vi que Uriel seguía dormido, el tipo retrocedió tres pasos dándome la espalda, mientras se reía a carcajada limpia.

-          ¿Qué le has hecho a mí ángel de la guarda?- le grité enojada.

-          Un sedante, para que no se metiera en esto que tenemos tú y yo. ¡Nada importante! – vaciló.

-          ¡Haz que despierte!- le exigí pero no hacía caso.

-          Las cosas no van así, tú puedes gobernarlos a ellos, pero a mí no. Soy tú jefe. – dijo.

-          ¡Todavía no! Y mientras tenga la libertad de elegir, quiero que mí ángel esté despierto. ¡Despiertalo! ¡Vamos!- Le exigí.

Pero Gämael solo se reía. Entonces me puse de pie, di un golpe fuerte en la mesa.

-          ¡Vete de aquí, no vuelvas jamás! ¡Déjame! ¡Diablo!- grité con todas mis fuerzas, pero tampoco pasó nada.

-          No te saldrá tan fácil, ¿sabes? – dijo.

Entonces, sentía un calor repentino dentro de mí, y unas ganas locas de tocarlo, estiré el brazo, le toqué con el dedo índice el pecho y se quejó de dolor, tan fuerte que se cayó en el suelo.

-          ¡Vete!- le dije le enseñé el dedo.- ¿o quieres otro?- le dije.

En vez de irse, se evaporó allí mismo. Entonces, empecé a despertar a Uriel, que se despertó medio mareado, cuando se recompuso le conté lo que había pasado y se enojó aún más con ese diablo.

-          Habrá usado algún perfume… ¡pero no va a volver a ocurrir! – dijo indignado consigo mismo.

Esa segunda visita alertó aún más a los guías, así que Uriel pidió refuerzos, a partir de ese momento Anasiel estaría con nosotros y otros hermanos de Uriel, para evitar un conflicto parecido.

-          ¿Cómo aprendiste eso? – me preguntó Jofiel curioso.

-          Un ser de la oscuridad odia la luz, mis manos son de luz, mi corazón es de luz, mi vida es de luz. Algo tenía que aprender, estar rodeada de ángeles, ¿no?- dije.

-          Nunca había conocido a alguien como tú, querida. Hacía tiempo que no bajaba alguien tan puro por aquí, gracias hermosa. Te protegemos, pero nos complace saber que tú también lo haces por nosotros. – dijo Jofiel abriendo su corazón.

Ver a Uriel dormido de esa forma, me dio una lección de que por mucho que me protegiera, habría alguien que sería capaz de inhabilitarle por tal de conseguir el objetivo de hacer algo conmigo. Así que comprendí porque elegí volver a entrenar, si ellos se juegan la vida por nosotros, yo me la juego por ellos. En realidad Jofiel fue el primero que le escuché decir “nunca había conocido a alguien como tú”, no lo entendía a qué se refería, pero muchos guías lo acababan diciendo tarde o temprano, el problema era que no me gustaba sentirme “especial” y menos cuando te lo dicen los mismos arcángeles.

Dos días después, en el inicio del patio la Júlia y su comitiva nos vinieron a visitar por sorpresa, como había ocurrido las otras diez veces, el respeto se lo habían olvidado en casa y los insultos y faltas de respeto eran lo único “bonito” que salían de sus bocas. Todo estaba pasando, dejando que pasara, quería pedirle perdón, pero sabía que de esta forma solo conseguiría que ella, "me dominase” por eso no quise hacer y esperé. Pero ese día, apareció el diablo entre las chicas, simulando ser una de las chicas, y entonces se armó una buena.

-          Tus padres no querían tenerte, no te quieren y no te querrán nunca, nadie te quiere, todos quieren que te mueras y dejes de dar la lata. ¡Muérete! Gritaba y se reía Gämael.

Las chicas parecían estar de su lado, le seguían… hasta que estalle a gritar… y la oscuridad me atrapó.

Todo estaba negro, no había nada más que oscuridad, no había arriba, ni abajo, ni derecha ni izquierda, todo negro. Sentía que caía en el abismo más profundo y oscuro que uno puede caer. Vacío. Cuando uno cae en el Vacío de su existencia, no se queda atrapado, solo toma tiempo para volver hacia arriba, pero yo al llegar en lo más profundo y ver dónde estaba, vi unos barrotes que me rodeaban, era una jaula. Me habían encerrado en la oscuridad de mi alma, en las profundidades de mi SER, allí, dónde todas mis pesadillas, son reales y no hay luz para pararlas.

Una niña de 5 años, experimentando todo eso, era raro, puesto que yo no sabía ni recordaba lo último que había ocurrido. Estaba en el colegio y de repente, aquí. Atrapada. Sin poder salir. Gritando, pero nadie podía escucharme. Ni Uriel. Me retumbé en el suelo, perdida, adolorida, sin fuerza, llorando desconsoladamente, pensando que esa era mi muerte.

¿Qué estaba pasando allí a fuera mientras yo no estaba bien? ¿Qué había sido de mis compañeros de clase? ¿Qué estaba pasando? Miles de preguntas tuve en la cabeza, pero me sentía débil, tan débil que no podía hacer nada más que cerrar los ojos e intentar dormir… pero me despertó un dolor muy fuerte en el centro de mí corazón, sentía como si un veneno estuviera recurriendo las venas de mí cuerpo y al llegar al corazón, fuese el fuego en que uno debe morir. Gritaba de dolor, pero nadie me podía oír, así que inevitablemente me retorcía entre los barrotes. ¡Eso era el infierno! Una que ha crecido sin creer en cielos e infiernos, solo la voz de mí corazón me permitía ver más allá de la dimensión, ver los multidimensionales que somos, sin límites.

-          ¡Uriel!- grité con todas mis fuerzas mirando lo que a mí me parecía que era arriba, el lugar de la luz…- ¡Ayúdame!- pero no funcionaba. Estaba sola.

 Pasó el tiempo, sin saber que pasaba, gritaba y gritaba, pero nada de nada. Apenas podía moverme, parecía que la densidad de mí cuerpo hubiese aumentado a niveles exponenciales, y cada vez tenía menos fuerza y ganas de intentar salir de allí.

-          Pequeña luz radiante, eres joven y brillante, de vientos lejanos vienes, y grandes viajes realizarás, tú brillo es tú amor…- empecé a cantar bajito, una canción que Uriel solía cantarme en momentos duros.

Ya en ese momento, solo esperaba una cosa. La muerte. Sin saber la causa, notaba que eso era morir y tenía que dejar atrás la encarnación, pero no recordaba nada.

-          ¡Deja de gritar!- una voz de hombre autoritario, escuché cerca de mí derecha.- ¡Nadie puede escucharte!- gruñía pero su tono era despectivo.

-          ¿Quién habla?- dije mirando hacia la derecha.- ¡muéstrate!- le exigí.

Un señor no muy alto que el resto de mis tíos, me miraba con unos ojos color cafés, pelo hacia atrás oscuro, no llevaba camisa pero si pantalones de hacía cuarenta años, lo que me impresionó fue que se le veía la parte derecha de las costillas, no tenía piel, se lo había como arrancado y se le veía el hueso.

-          ¿Quién eres?- dije, aunque sentí miedo.

-          Me llamo Hilario, soy tú abuelo.- dijo mostrando autoridad.

Definitivamente pensaba que había muerto, porque estaba viendo muertos, nunca lo conocí en persona puesto que murió cuando mi mamá tenía 14 años. Mamá… papá… abuelas… en ese momento pensé en ellas, si había muerto seguramente que estarían destrozadas…

-          ¿Porqué he muerto?- dije llorando rabiosa

El abuelo empezó a reír pero de muy malas formas, se reía de mí y no de lo gracioso que había sido la historia.

-          No, tú no estás muerta. Sigues viva, Gämael te necesita viva.- dijo.

-          ¿Cómo?- contesté con los ojos como platos. - ¿Dónde estoy?- dije.

-          ¡Bienvenida a tú posesión, defensora del amor…! ¿De verdad que tú vas a hacer eso de… regar al mundo con tú amor? ¿Tú?- seguía riendo, parecía que se lo pasaba demasiado bien a mi costa.

¡Mierda! Gämael había conseguido lo que Uriel y los demás arcángeles estaba evitando hacer, poseerme. Tenía pocos estudios sobre eso, pero recordaba de vidas anteriores, de que cuando un ser del infierno (en este caso oscuro) quería tú cuerpo, entraba en ti sin tú permiso y hacía de todo y la persona quedaba reducida a su propio infierno.

Recomendación: Casi ángeles 2 temporada - Salvador y Juan Cruz (youtube).

HR.

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jueves, agosto 06, 2020

No Puedes Huir De Ti Mismo

La mente es demasiado especial para nosotros, tiene la capacidad de retener toda la información que vamos aprendiendo a lo largo de nuestra vida, y también tiene la capacidad de recordar lo que hemos realizado en otras vidas. Aunque es mentira el hecho de que la mente es quién tiene la capacidad de gobernar todo lo que somos, les tengo que recordar que aquel que esté en esto de la consciencia ya habrá practicado consigo mismo que el órgano más importante, por extraño que parezca no es el cerebro, es el corazón. ¿por qué? Se preguntarán, pues la respuesta es muy simple… el cerebro controla el cuerpo físico, es quién le dice a los órganos cuando debe expandir sus pulmones para respirar, cuando hacer la digestión qué tipo de sangre o enzimas tienen que recorrer por las venas y más cosas, pero solo controla el cuerpo, la motricidad todo lo demás lo controla el corazón.

Es simple de aceptar con esta pregunta ¿Qué órgano cuando somos un embrión aprende su función antes de las nueve semanas de embarazo? El latido del corazón. Entonces, si a tan solo dos meses y una semana de gestación, ya el corazón está formado y empieza a latir, ¿por qué esto sucede antes de tener el cerebro desarrollado? Si el cerebro fuese quién manejase el corazón, un feto no existiría con su propio latido hasta que una pequeña cantidad de células nerviosas tuvieran la suficiencia madurez para indicarle al corazón “ahora ya puedes empezar a latir”. Además, ¿alguien sabe quién da la orden al corazón para que empiece su función de mantenernos con vida? Entonces, ¿por qué el corazón empieza a latir a las nueve u ocho semanas de gestación, antes qué nos mantiene con vida allí a dentro?

El corazón es el único órgano que mantiene una fiel relación con los otros dos cuerpos que casi nadie nos dicen nada hasta cierta edad, el alma y el espíritu. Recuerden que el alma hace referencia a las emociones y el espíritu al yo-superior. Estos dos cuerpos conviven con nosotros durante toda la vida, y una vez morimos, solo se quedan ellos dos, sin vehículo, es decir sin cuerpo físico. Pero ¿Por qué se mantienen unidos? Básicamente esto sucede, porque el espíritu tiene la sabiduría que nosotros como cuerpo hemos venido a experimentar, es decir, el yo-superior tiene los “apuntes” para que nosotros aprendamos a hacer cualquier cosa aquí en la materia. ¿Y el alma qué función tiene aquí? Hace de registro emocional, pues cada experiencia se queda registrada en una emoción en sí, aunque el alma también es quién guarda el registro de todo lo que hemos sentido y vivido en todas nuestras anteriores vidas en cualquier universo que ustedes provengan.

¿Y el corazón qué papel pinta aquí? Hace de sello, es decir la emoción más importante que existe en el universo y por el cual estamos aquí hoy todos, es el amor. Este sentimiento en forma de frecuencia (como si fuese una radio) el corazón se sintoniza con el alma y con el espíritu para escuchar la canción que forman juntos, por el cual le llamaremos sonido, luz y forma. Tanto el espíritu como el alma, se comunican constantemente con el corazón, dándole indicaciones en plan así…

CORAZÓN: Buen día, ¿Qué vamos aprender hoy?

ALMA: Buen día corazón, pues tenemos varios asuntos, a nivel kármico hay que aprender a sostener la paciencia en una situación complicada.

ESPÍRITU: buen día, alma y corazón. Tendrá que aprender a sobrellevar la relación que mantiene con su padre, intentando llegar a un equilibrio en todos los cuerpos.

CORAZÓN: De acuerdo, vayan pasando las indicaciones y yo me dirigiré al cerebro para que las realice.

Así es como sucede, aunque el canto de los otros cuerpos no lo podamos escuchar porque se encuentran en otra frecuencia que nuestros oídos como humanos es difícil, un árbol puede escucharlo perfectamente, por eso los guías y el reino vegetal pueden servir de gran ayuda colaborativa. También la orden del Karma, envía las lecciones en el idioma emocional y a partir de aquí surgen los conflictos, con la colaboración de guías de 6D que son los arquitectos (escenógrafos de la obra de teatro) y la 9D (el director de escena), puede que colabore la 8D (Los registros akashicos). Todo esto para que aprendas una lección, y se irá repitiendo hasta que lo aprendas.

De pequeños fluimos de corazón sin importarnos lo que la mente puede hacernos, sin importarnos lo que piensen los otros de nosotros, somos auténticos, no hay copias somos SOY (corazón). En cuanto cumplimos 13 años, empezamos a vivir diferente, nos importa el estrato social que tengamos en clase, nos importa lo que piensen los demás de nosotros mismos, y empezamos a desvincularnos del SOY, para ser YO (mente). Por eso, aunque te sienta mal que en clase le hagan Bullying a alguien, tú acompañas a los demás por miedo al qué dirán de mi si defiendo al chico de lo que le hacen… soy capaz de insultar a quién amo, y soy capaz de vestirme dependiendo del grupo de amigos que me rodean, y soy capaz de empezar a fumar y beber alcohol por el rol de amigos que debo ser, por el estrato social que quiero tener o que otros dicen que debo tener para ser alguien en la vida.

Pasan los años, y pasan los días… hasta que te gradúas en la universidad y entonces ¿quién eres realmente? ¿Eres médico porque lo dice un papel o porque tú te sientes un médico? ¿Escogiste la carrera por lo que más te gusta o por pensamientos de otros? Entonces lo siguiente que llega es la crisis existencial, y te preguntas ¿Quién soy?

La respuesta a esta pregunta, resuena en tus cuerpos y entonces el espíritu dice “nadie” y te deprimes. Tú cabeza que es YO empieza una guerra contra el corazón que es SOY, porque tiene miedo de admitir lo inevitable, no eres nadie. Empiezan las preguntas dónde en cada una de ellas pareces estar en un examen final sin fecha de fin y sin saber si vas a pasar o no sin haber estudiado. Pero es el único examen por el cual no puedes hacer trampa, pues tú eres único y nadie más que tú mismo debe encontrar la respuesta a la pregunta, ¿saben cómo? Enfrentándose a lo que uno realmente teme, a uno mismo. Un sabio dijo “la vida es para los valientes” ahora la pregunta que te planteo es ¿eres valiente?

Vivimos en un mundo donde cada persona es única, pero no se da cuenta de que lo es, siempre quieren ser una copia de los demás. Por ejemplo, desde que Rosalía entró en nuestras vidas con su música hermosa, ahora todo el mundo quiere hacer trap o vestir en plan ella, pero ¿a ti qué te hace brillar y ser tú mismo? La Rosalía está triunfando, no por crear canciones tan hermosas, sino porque las letras dicen cosas de su alma, de su corazón y de su espíritu, ella muestra como brilla interiormente y no le importa si gana mucho dinero o no, ella quiere mostrarnos qué es brillar de corazón y ser YOSOY, es decir Tú mismo. Si no lo ven claro, les invito a repasar la letra de la canción con altura, ¿se piensan que dijo eso de las flores azules y quilates porque quedaba bien? En realidad nos está explicando una aparición de un arcángel que si lo encuentran, sabrán que lo conocen muy a mano.

Cada vez que tienes un problema y huyes de él, el problema te persigue pues es emocional y no tiene materia para anclarse, pero en tú corazón se quedó atrapado. ¿Por qué huyes si no puedes? Mira al miedo a los ojos, y verás que son con cariño algo que tú propia vida quiere enseñarte ¿Le harás el feo de mirar para otro lado? Por mucho miedo que te den las crisis, si estás en una solo puedes pasar para adelante, y rezarle al alma y al espíritu que en algún momento un Sol nuevo nacerá en este amanecer que en el crepúsculo me encuentro, bajo un eclipse entre Luna y Sol. Esto es como decirle a Messi que no puede meter gol en este partido, y él de todas formas, meterá gol, aunque eso le lleve por un camino de espinas, fosas y animales peligrosos, miedos que no quieres saber pero debes contemplarlas y aceptarlas que YO SOY.

Ahora piensa un segundo, cierra los ojos y contesta a la pregunta ¿En qué momento viste que los personajes históricos de nuestra historia como humanos tuvieron una vida lleno de rosas y las cosas fáciles? Incluso Spiderman que es un personaje de Marvel, tiene un camino difícil… lo fácil aburre, así es. Jane Austen la querían casar por tener edad para tener hijos propios, Frida Kahlo se casó con un hombre que no supo amarla de verdad y le lastimó mucho. Pero ambas, crearon grandes obras de artes, las novelas románticas como orgullo y prejuicio o las obras de arte de Frida. En su momento no tenían ningún valor, ahora forma parte de nuestra historia, ¿se piensan que Jane Austen siguió las normas sociales de ese tiempo? No, ella era un alma joven y muy avanzada a su tiempo, daba a entender que una mujer era más que una madre o una esposa y solo serviría si realmente es amor, no un contrato.

Van Gogh no pudo vivir de sus pinturas, era muy pobre y además decían que era un loco, pero él siguió pintando, hasta que se quitó la vida y ahora es una eminencia en bellas artes. Con todo esto, les estoy haciendo ver que quién diga que su vida es “perfecta” o “como un camino de rosas” realmente no sabe lo que es vivir una VIDA. ¡Sal del sueño de princesita y VIVE! ¿Realmente tú vida es tuya o de los demás? ¿Haces lo que tú quieres o te da miedo mostrarlo a los demás? ¿Fluyes con tú corazón?

PD. El próximo 8 de Agosto nos vemos a las 12h de España en instragram live @laia_gali_hr para la meditación del día del León.

Recomendación: Billo – Rosalía.

HR.

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¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

  ¡Feliz año a todos! Dejamos atrás el año del infinito (2+0+2+4=8) y nos vamos centrando en el año de la divinidad (2+0+2+5=9). El año pa...