viernes, abril 17, 2020

Identificar El Problema


Para encontrar una solución a cada problema que nos plantee la vida, solo hay que hacer una cosa y es que aunque te de miedo hacerlo, sabes que por mucho que huyas e intentes empezar de nuevo en otro sitio, ese problema va contigo allá donde vayas. Por eso, es inevitable tener que enfrentarse a ello y aceptar que ahora me toca vivir esto, por alguna razón, que debo saber qué razón para así poder encontrar la solución más adecuada a la situación que estoy viviendo.

Como humanos, nos cuesta identificar que nuestra vida está cargada de conflictos que son un problema para el camino que estás realizando. Socialmente nos hemos creído que si lo compartimos al mundo, está mal porque de alguna manera te haces débil ante los demás, que quizás eso pueden usarlo en tú contra, para el puro beneficio de la persona o más bien del ego de una persona que cree que es mejor que los demás, por tener una vida “aparentemente perfecta”. El conflicto es la vía que tenemos para encontrar solución a nuestros problemas y yo te pregunto “¿sino hubiesen problemas en tú vida, tendrías el mismo aprendizaje que tienes ahora tras haber superado muchos más problemas?”.
Sinceramente te digo que no, yo personalmente no sería la misma que está aquí y ahora explicándote esto, sino hubiese tenido ningún problema nunca, si mi vida hubiese sido siempre sin esfuerzo, sin valorar lo que es llorar por tristeza, vacío, o reír hasta que no hubiese un mañana por algo que te da la vida, sino hubiese vivido todo eso, yo no estaría aquí diciéndote estas cosas que tanto te ayudan en tú camino en este blog. Hace poco que cumplí 27 años, y al echar la vista atrás, me doy cuenta de todo lo que he vivido desde aquel momento en que decidí volver a nacer y emprender este camino de consciencia del SER ya desde entonces, sin tener la intención de desconectarme de esto y procurar hacer lo que vine hacer. Estoy feliz de haberlo conseguido, de que aquí y ahora puedo reconocerme y decirme a mí yo del pasado “tenías razón, aunque lloras sin saber cuándo parará este dolor, o te sientes algo marginada sin saber si en algún momento vas a encontrar la compañía que realmente vaya acorde contigo, tenías razón en una cosa, en que siempre llega la calma tras la tormenta”. 


No tengo orgullo de todo lo que he vivido, porque el orgullo me hace poner triste, cuando me reconozco en todo lo que he vivido que ha sido para estar aquí y ahora para ayudarte a seguir adelante, en realidad siento compasión. Cuando alguien dice “me siento orgullosa de lo que he hecho” a mí me pone triste, porque esa persona no ha aprendido que la mayor fuerza que tenemos es el amor y el amor no se consigue con orgullo, pues es la compasión la herramienta que nos hace estar unidos con todos. Sentir compasión es decirle al otro “te reconozco y por eso siento lo mismo que tú, porque tú y yo somos uno”, el orgullo dice “gracias a mi yo, he superado esto”. ¿Podéis ver la diferencia en que uno es consciente y el otro es inconsciente? Recuerda que no hay YO sin SOY ni SOY sin YO, pues ambos son UNO. Porque el YO (es la mente) mientras que el SOY (es el corazón).
La parte más difícil es el hecho de reconocer que tenemos un problema, porque nos da miedo reconocer que no estamos bien, como ya he dicho antes, no queremos mostrarnos débil ante los demás. Por eso mentimos a cada rato a quién sea, cuando nos preguntan “¿Cómo estás?” y tú aunque sabes que la noche anterior quizás te hayan echado del trabajo y te quieran embargar la casa… para no mostrarte tal y como eres, le dices al otro “Bien, estoy bien”. Pero te sientes como una mierda. Mentir es una de las fases del problema, pero que te perjudica el doble, porque a veces cuando mientes a los demás para que no se preocupen, tu puedes llegar a creerte que no ocurre nada y sigas ignorándolo. 

Es una actitud inconsciente pero que en realidad lo que escondes es miedo, esta emoción creada por el propio ego que te manipula por doquier, haciéndote creer que en sus brazos estás bien, cuando en realidad solo tergiversa la verdad de la situación pero realmente no soluciona nada. Por ejemplo, imaginemos que tienes que arreglar el tejado de tú casa, pero no tienes escalera y en el tejado hay un agujero que cuando llueve provoca goteras en tú salón, aquí puedes hacer dos cosas, pedirle a alguien que te deje una escalera o cambiar el agua de los cubos hasta que el techo decida desaparecer por arte de magia. ¿Qué harías? Aunque parezca curioso que no lo es, porque es triste, el 85% elegirían cambiar los cubos regularmente y quedarse sin techo, antes de pedirle a alguien una escalera.

¿Por qué? Pues porque imaginemos que tienes miedo a las alturas y el hecho de estar en un tejado sin seguridad y en un lugar inestable que quizás te mates, resulta más cómoda pero no la solución la otra opción. El problema no desaparece, pero el ego te hace creer que si, agarrando la responsabilidad de cambiar los cubos con regularidad. Y te lo crees, tanto que quizás estás años viviendo así. Hasta que llega un día que hay temporal y el techo de tú casa desaparece y es entonces cuando te dices “Si hubiese sido menos cobarde y hubiese arreglado el techo cuando tuve ocasión, quizás ahora no tendría una piscina interior en el salón de mí casa”. 

La cobardía es una reacción del ego que actúa por su cuenta cuando el corazón te plantea enfrentarte a eso, pero le haces más caso al miedo que al sentirse valiente y emprender la solución al problema. Entonces ¿Crees que resuenas en YOSOY? Si sientes esto de que la cabeza actúa por separado del corazón, la respuesta es no. Entonces, ¿qué debes hacer? Poner paz a esta lucha entre ego vs corazón, porque a la larga deberán trabajar juntos, porque juntos somos uno. La mejor solución es saber escuchar. 

Si hubieses escuchado al corazón y te hubiese dicho “te da miedo, lo sé, pero juntos conseguiremos poniendo atención, que el techo se repare”. Luego el ego te hubiese dicho “pero se va a matar, demasiado alto y peligroso…” y el corazón contestaría “es un riesgo, pero no podemos vivir cambiando los cubos, debemos arreglarlo” y el ego diría “¿y si se mata?”, luego el corazón hubiese dicho “nos ataremos a un lugar seguro para que eso no ocurra y pediremos ayuda a un amigo porque dos será más fácil que uno”. Aunque quizás te lleve tiempo llegar a estar “colaboración” así es el fluir, la conversación entre YO y SOY. 


Si lo consigues, volverás a sentir la armonía en ti, puedes practicarlo a través de la meditación consciente o a la hora de elegir o plantearte hipótesis, teorizar ayuda a centrar estos dos campos. Argumentar una hipótesis sobre un tema particular contigo mismo, ayuda a que ambas partes vayan encontrando las claves para darse cuenta de que no son el enemigo que ambos quieren y trabajan por lo mismo, para seguir viviendo y aprendiendo en la vida. La intención es que ambas partes se pongan de acuerdo, no es fácil al comienzo pero se consigue.

PD. A partir de mañana día 17, emitiremos el primer programa de RE-CONECTANDO en nuestra cuenta de patreon contribuyendo 5€/mes podrás acceder a todos los contenidos exclusivos sobre CONCIENCA DEL SER, aquí

Recomendación: El taxi – Osmani García.

sábado, abril 11, 2020

El Espejo De Mí Vida - Capítulo 23


Finalmente Tzorelle contó el final de esa experiencia de tal manera que toda la clase se quedó impregnada de él, porque querían seguir escuchando, así que yo también me dispuse a escuchar para no interrumpir más.

-          Después de tantos días en el bosque, al final encontramos una nueva especie, que el padre de ese hijo que había nacido, era a quién estábamos buscando. Al final, nos dimos cuenta de que una especie de marsupiales habían empezado a evolucionar y que la última en su especie, había decidido ascender. Encontramos a ese animal, ya en la vibración de 5D, porque el indígena que nos estaba ayudando, no lo podía ver, porque su vibración todavía era baja para poder ver esa especie. Así que nos lo llevamos a su nuevo hogar, en los Sistemas de Agartha, ¿Saben lo que son? – preguntó.

-          No.- dijeron los niños de la clase.

-          Así es cómo nombramos los bosques que rodean las ciudades de luz. Esta especie, se reunió con los suyos en algún punto cerca del Himalaya. – concluyó Tzorelle.

No tenía ni idea de dónde era ese lugar, para mí me quedó trabada la palabra “ascensión” en la mente. Si no hubiese sido por Humiel, este sería el primer contacto con esa palabra, pero en vez de asombrarme como el resto de la clase, yo me puse triste. 


La clase terminó, y tenía que irme a la hora libre, era el momento de irme a la cancha del juego de la rata y esperarle. Pero en el momento que estaba saliendo de casa, Tzorelle me llamó y me quedé con él a solas.

-          ¿Estás bien? – me preguntó, pero no tenía voz y lo confirmé con la cabeza.- ¿Te pasa algo? – insistió.

-          No me gusta la palabra que has usado, es triste.- le dije.

-          ¿triste? – repitió.

-          Ascender es algo triste.- dije.

Tzorelle puso el pandero encima de la mesa de uno de los pupitres, cruzó los brazos en su pecho y me observó.

-          Cuéntame, ¿has conocido a alguien que haya ascendido? – preguntó.

-          Todavía no lo ha hecho, pero lo hará. – dije sin querer hablarlo pero él insistía, hasta que le interrumpí – Es como si de repente te pusieran delante de ti un jugo de melocotón o una chocolatada y te dijeran, ¿cuál te gusta más de las dos? Y no pudieras responder porque ambas son tu favorito. Luego te dicen, ¿Cuál de las dos quieres dejar de tomar? Y tampoco puedes elegir porque ambos quieres que sigan allí, pero debes elegir y aceptar que uno se quedará y el otro tendrá que irse, sabiendo que será triste, pero lo tendrá que hacer…- no aguanté las lágrimas y sin querer, me abalancé hacia la cintura de Tzorelle y le abracé para terminar llorando.

-          Comprendo lo que dices, mira, mi hermana nació en 3D y sigue por allí, es muy duro porque no la puedo ver, pero sé que dónde está, es por una razón, quiere aprender más sobre algo que está en su camino, y por eso decidió nacer en esa dimensión. Ella todavía no puede verme, aunque mantenemos la esperanza junto a mi padre, que pronto nos pueda permitir estar con ella, aunque sea en dimensiones diferentes. ¿Entiendes?- dije que si, mientras que ahogaba mi nariz en su túnica, llena de mocos y lágrimas seguía escuchándole. – me dolió mucho cuando tuvo que irse a nacer en 3D, también lloré como tú pero comprendí que nuestros hermanos, sean o no parientes pero que compartimos una civilización, debemos aceptar que son libres de elegir por sí mismos ¿qué quieren hacer? Y luego, aunque no sea bonito, aceptar y apoyarles en todo lo posible. Porque esto, sé que será por poco tiempo, en algún momento, volveremos a rencontrarnos. – terminó de decir.

Finalmente salí del edificio y me fui hacia el lugar tan esperado por tanto tiempo, y aunque aún me sentía algo triste por la conversación anterior, me llené de valor para llegar al lugar e intentar conseguir algo más de información o un motivo suficiente a lo de no decir los nombres. 

En cuanto llegué, todavía los dos equipos no habían empezado a jugar, el árbitro llevaba un canasto en sus manos, dónde dentro tenía a los dos conejos. Que por lo visto estaban entrenados, porque hacían caso al árbitro y no a los jugadores. Me quedé esperando, pero tampoco sentía que tuviese que venir, en mi corazón estaba pasando algo muy distinto a lo que debía pasar, porque el latido del corazón cobró vida de repente y parecía que se me iba a salir del pecho. Mientras que el partido empezaba, empecé a mirar alrededor, para ver si lo veía, pero no había suerte.

El partido estaba interesante, el equipo rojo estaba a punto de tocar al conejo blanco, pero algo se les escapaba en el último segundo, al concentrarme con el partido, el corazón se calmó un poquito. Hasta que noté una presencia detrás de mí, algo alta y parecía un niño, incluso podía escucharle respirar profundamente por la nariz, sostener la respiración y luego exhalar también por la nariz. 

-          ¿Qué tal en tú primer día? – dijo la misma voz que recordaba, era él.

No le contesté, me quedé tensa y no le podía contestar, solo como acto reflejo me giré y allí estaba él, el chico de los ojos verdes mirándome con una sonrisa ligera y relajada, aunque se veía que también estaba algo tenso.

-          Bien de momento.- conseguí decir algo por lo menos y sonreí un poco.

-          Me alegro, porque para mí hoy es difícil…- dijo mientras que caminaba hacia mi izquierda y apoyaba sus codos en la barandilla, sin dejar de mirarme.

-          ¿Por?- dije.

-          He tenido un examen, bastante complicado, pero creo que saldré muy justo pero lo haré.- contestó.

Me imaginé que debían ser casi exámenes de universidad, después de ver la magnitud que se enseña en primer curso sobre la vida en este planeta, me hice una idea de que los exámenes serán complejos de superar y tendría que estudiar mucho para conseguirlo.

-          Te quería pedir disculpas…- empezó a decir, me sorprendió que se diera cuenta de que se había comportado algo extraño el otro día, pero cuando prosiguió…- por no haberte saludado antes, en el metro. Me pareció que rozar mi mano con la tuya, era suficiente para que supieras que también estaba allí, contigo…- me quedé muda.

Estaba tan sorprendida que parecían que mis ojos se iban a caer de la cara, o sea que realmente estaba allí. Wow. 

-          Pero he visto que andabas acompañada y no he querido molestarte.- concluyó.

-          Ya me pareció que fueras tú, pero no te he visto…- dije.

-          También quería acercarme antes de llegar a París, pero también estabas hablando con alguien y me he decidido con quedarme cerca, perdón.- siguió confesando.

-          No pasa nada, yo también esperaba encontrarte en el metro, como te vi la otra vez…- le dije y él se alegró, mostró sus dientes blancos, la primera vez que lo hacía, era hermoso. 

-          Uriel es tú… ángel, ¿cierto? – dijo.

-          Si, ¿lo conoces?- pregunté sorprendida.

-          Digamos que si…- contestó.

Me moría de ganas de que me dijera qué ángel de la guardia tenía, pero no me digné a hacer la pregunta.

-          Entonces… si seguimos quedando aquí o en el metro de vuelta o de ida a este lugar, ¿con qué nombre te puedo nombrar? – siempre fui una niña atrevida a lanzarme de un precipicio sin saber si iba a sobrevivir o no, porque literalmente esa pregunta, ocurrió.

-          Si te digo mi verdadero nombre, te condicionaría. Así que podemos darnos unos motes, porque también me gustaría poder nombrarte, pero no sé cómo…- se puso a reír y yo también.

-          Yo ya sé cómo…- dije él me miró sus ojos captaron los míos con gran fuerza.- para mi eres el chico de los ojos verdes, ¿te parece bien?- dije.

Él asintió con la cabeza mientras volvíamos a reír. Entonces él dijo el mote que no llegué a entender. (No voy a compartir el nombre porque él mismo ha dicho que no lo hiciera, así que no lo conocerán, lo siento). 

-          ¡Qué extraño nombre!- dije.

-          Es muy especial, ¿sabes? Es así como te recuerdo.- dijo.

-          ¿Me recuerdas?- sin querer se me escapó.

-          ¿Tú no lo haces?- dijo sorprendido y algo asustado que no hubiese metido la pata.

-          Recuerdo cosas pero, debo olvidarlo, eso es lo que dicen mis guías, debo olvidarlo.- dije.

-          ¿Les harás caso?- sentí que se preocupaba, como si no quería que fuese olvidado o no ser el único que recordase cosas.

-          Si, pero solo porque me han dicho que si todo va bien, volveré a recordar en el momento adecuado.- contesté.

Su cara de preocupación me dejó preocupada y empecé a pensar “¿Y si no lo llego a recordar nunca más?”… Empezamos a ver el partido y nos quedamos en silencio admirando ese juego, aunque mi cabeza tenía preguntas, intenté por todos los modos concentrarme en el juego. Hasta que el partido finalizó cuando finalmente el equipo rojo pudo tocar y agarrar al conejo blanco, perdiendo así el equipo azul. 


La hora del descanso había terminado, y tenía que irme a entrenamientos, mientras que el chico de ojos verdes se tenía que ir en dirección opuesta. Nos dimos la mano, notando ese cosquilleo que efectivamente había notado en el metro y quedamos para volver juntos.

-          Te guardaré lugar.- dijo pero antes de que dijera nada, él se giró y con paso veloz desapareció.

La clase de entrenamientos no estábamos todos los alumnos, era una optativa así que Rita no estaba allí. De nuevo estaba sola ante la adversidad del momento. El pabellón era muy amplio y parecía un pabellón como cualquier otro a primera vista, los compañeros de clase se reunían en el centro del pabellón, esperando a que apareciese el entrenador. Algunos se sentaron en el suelo otros se quedaron de pie, charlando y otros simplemente observaban las instalaciones, yo me quedé allí, sentada, pensando en lo que había pasado recientemente.

La amistad que acabábamos de empezar era muy especial para mí, no simplemente por haber sido el primer amigo que hacía, sino porque sentía que así era en el corazón. Se me quedaron grabadas las palabras “Así es como te recuerdo” inevitablemente sabía que esa relación no era nueva en esta encarnación, pues había empezado en otra vida, lo que pasa que todavía tenía las cosas muy confusas y lo poco que recordaba, no me daba información suficiente para ubicarlo, ni siquiera reconocía el nombre que había elegido nombrarme, que por cómo lo dijo, era un nombre que tuve en una vida anterior, una que él recordaba. 

Y me pregunté “¿Por qué no recuerdo su nombre?” por un momento pensé que su verdadero nombre tenía mucho que ver con esa vida que él recordaba, y me volví a preguntar “¿Y si su nombre es en realidad un viejo nombre que ya tuvo en otra encarnación y por eso no me lo dice, porque me condicionaría?”. Me dolía la cabeza con tanta pregunta, pero de todos modos, quería averiguar las respuestas y no me importaba el tiempo que tardase en tenerlas, con el fin de buscarlas ya era una aventura. 

Una alarma que dejó sorda a toda la clase nos despertó de todo lo que cada uno estuviera haciendo, no sabíamos de dónde venía ese ruido, hasta que de repente alrededor de la pista del pabellón se encendió un fuego que nos dejaba atrapados allí. La gente se agrupó en el medio de la pista, intentando averiguar ¿qué estaba ocurriendo? 

Recomendación: La Isla - Película.

HR.

HERO&Corporation.

miércoles, abril 08, 2020

¿Por qué Gaia Me Avisó Del Temporal Danna?


Una de las cosas que aprendí a hacer durante la depresión que sufrí en el 2015, fue aprender a escuchar la voz de la gran madre Gaia. Aunque les he compartido muchas cosas sobre la consciencia y los seres de luz, hasta ese tiempo ignoraba como la mayoría de personas hacen el hecho de que en realidad este planeta dónde vivimos, está vivo y también nos habla. Y lo ignoraba, porque en el colegio no te enseñan a hablar con Gaia a prestarle atención y a agradecerle que gracias a ella tú estás aquí, lo ignoraba porque no sabía que era posible, hasta que entré en mi fuerte inicio al fomentar la consciencia planetaria.

Después de pasarme todo el mes de Enero confinada en casita por propia voluntad, al mes siguiente decidí salir de la casa, salir de mi habitación y emprender un camino físico además de álmico y espiritual. Había iniciado un camino interior que me cambiaría la vida por completo, pero en ese momento no lo vivía como algo positivo, ni algo negativo, solo intentaba recapitular preguntas que la gran mayoría de personas no se planteaba como por ejemplo ¿por qué vivimos en este planeta y no en otro? ¿Qué tiene de especial o qué hemos venido a hacer realmente como humanidad en este lugar? Eran preguntas que si lo compartía con alguna persona se me quedaba mirando, frunciendo el ceño y en silencio cómo si por dentro estuviera diciendo “¿Qué cojones está diciendo está loca?”. Me planteaba eso porque la respuesta que todos hacían y siguen haciendo que es “estamos aquí porque es el único planeta habitable en toda la galaxia” no me servía, de hecho me parecía demasiado escaso o una excusa a no querer llegar en profundidad al tema. 


Era una excusa al igual que alguien se pregunte “¿Por qué se le llama jueves al día de la semana que está en medio?” y uno te contestase “se llama jueves porque es jueves, alguien lo nombró así porque sí”, dando por hecho de que todo es fruto de la palabra que sigue resonando con demasiada importancia, cuando no tiene ni ningún sentido y que como ya saben no me llevo demasiado bien . No se puede llamar a la creación más hermosa que se ha originado entre todas las civilizaciones de eones, diciendo que fue algo porque salió así, algo sin pensar, porque chocaron dos moléculas y existió el Bing Bang. Por eso para mi cada vez que alguien dice “¡oh qué casualidad!” en algún punto de la existencia está “insultando” a alguien que quizás estuvo milenios pensando en que ocurriera eso desde los arquitectos de 6D. La casualidad es una excusa para no aceptar las responsabilidades que hay solamente en existir, ¿se dan cuenta? O es que pensaron qué tiene que pasar para que usted mismo pueda respirar, ¿sabe lo que le pasa a su cuerpo si respira? Preste atención todo lo que mueve su cuerpo, emoción y sabiduría para que usted pueda respirar. Ahora responda ¿es fruto de la casualidad?

Por eso me llevó tiempo averiguar la respuesta, aunque todavía sigo en ello, pero aprendí algo mucho más valioso que ayuda a empezar a hallar las respuestas a esta misma pregunta que les hice antes, de este breve paréntesis sobre la casualidad. Un día me levanté de la cama con un único objetivo, sin saber por qué exactamente sentía en mí corazón que tenía que ir a la ermita de Palau, un lugar que está en medio del bosque a unos 6km de distancia de mi ciudad caminando. Uriel no sabía tampoco por qué tenía que ir allí pero me acompañó, de hecho era la única compañía que aceptaba, un arcángel y su protegida caminando por un camino que solo habíamos hecho una vez y hacía demasiado tiempo que no lo repetíamos. 

Mientras que caminábamos era algo extraño, porque cómo ya han visto hablo con Uriel desde el nacimiento, pero hubo un gran tiempo en que toda esa luz me quise desconectar casi al 100%, la única cosa que quise conservar fueron dos cosas, la voz de mí corazón que solo proviniera de Uriel, y los viajes a Agartha para seguir preparándome para la vida de ahora. Cómo lo dije los seres de luz, cumplieron con su parte, por eso, ir a la naturaleza en “soledad” y hablarle al “aire” para mí era extraño en ese tiempo, pero era sanador por el trabajo que estaba haciendo. Por primera vez en mucho tiempo me sentía de nuevo en el camino correcto, sin recordar cuando me había separado de él, pero fue sanador hablar y luego llegar a Palau, plantarme ante la ermita en silencio, con los ojos cerrados, y los palmos de las manos hacia arriba, tenía los brazos en los laterales dónde mí cuerpo formaba una gran cruz cómo si fuera una brújula del espacio-tiempo. Miré con los ojos cerrados hacia el cielo, el Sol se estaba hiendo, pero me dispuse a estar en riguroso silencio, viviendo el instante presente aquí y ahora. 

Sentía el pasto de delante de la ermita, cada piedra que estaba construida la ermita, los árboles alrededor, el ligero viento que peinaba la piel de mí cara, las piedras del camino, la arena del sendero, la mesa de picnic del lugar. Todo lo sentía en mí corazón, aquí y ahora, fue entonces cuando pregunté telepáticamente a través del corazón “¿por qué vivimos en este planeta?”. Entonces, escuché una voz femenina muy hermosa que la sentía en mí corazón como si fuera una gran madre que dijo “Porqué eres mi hija, querida y este es tú hogar, al igual que lo han sido muchos en tus vidas, pero este es tú hogar, hija mía”. Me fascinó la voz, no me asustó pero seguí preguntándole “¿Quién eres? ¿Por qué me llamas hija?” y ella respondió “Soy la gran madre Gaia, este es mi nombre, yo soy este planeta que te cuida y protege, te ayuda en el camino, soy la madre de la humanidad, de los animales, de las plantas y de los minerales, vosotros sois mis hijos y os amo con todo mi gran corazón que late con fuerza y luz para daros sentido a SER”. 

Desde entonces, me mantengo en contacto con ella constantemente, todos los días al empezar el día, le doy las gracias por SER y ESTAR un día más en ella, al mismo tiempo que yo cuido de ella, porque me explicó que somos el mecanismo que hace funcionar a todo el cuerpo, cada reino se ocupa de un sistema, que separados tienen varias funciones, la humanidad somos neuronas que transmiten el mensaje de Consciencia a todo el cuerpo, los animales mantienen la vibración de amor constante, las plantas son el sistema de comunicaciones (escuchan y transmiten toda la información a través de las raíces de la tierra para llegar al gran árbol sagrado del universo, es decir los neurotransmisores del cuerpo), el mineral son los órganos y células que permiten acudir a consultar los códigos de luz para ser activados, un diamante tiene la misma cantidad de información que el ADN de cada individuo. 


En Noviembre del año pasado, España estaba en un momento muy delicado porque desde todo el verano que sufríamos una sequía importante dónde los campos sufrieron mucho. En mi ciudad, diez días antes, me levanté de la cama super pronto, algo que no suele suceder, porque sentía en mi corazón que tenía que ir a un lugar específico del río Ter, sin saber por qué razón, pero se lo dije a Uriel y él me acompañó de nuevo. El lugar era el inicio del canal industrial del río Ter, que está a medio km de distancia de la ciudad. Al llegar allí, Gaia de nuevo se pronunció y dijo “Fíjate en un punto del río y dime ¿qué ves?” y yo le dije “Sequía, el río está casi seco, no está bien” y ella me dijo “No te preocupes, en pocos días todo este paisaje cambiará”. No entendía bien lo que decía pero sentí en el corazón que si lo decía era por alguna razón importante.

Gaia me aconsejó que hiciera una fotografía que lo subí a Instagram, pueden chequearlo siguen allí. En el momento en que me quería ir, Gaia dijo “hay una cosa más, querida hija. Observa el río” le hice caso y me quedé mirando el agua, hasta que perdí totalmente la noción del tiempo y empecé a ver la imagen borrosa, y vi algo que me dejó bastante impresionada.

El río estaba tan lleno que casi iba de lado a lado, al final del paseo del río por culpa de unas rocas en medio del río se había desbordado por la zona baja de la ciudad, provocando así muertes e inundaciones importantes por las calles más cercanas al lugar.

Volví al presente con la respiración acelerada sin entender mucho lo que había pasado y Gaia dijo “Esto es lo que puede ocurrir, si el destino no cambia a partir de este momento” y yo le dije “¿Qué necesitas para que te ayudemos?” y ella dijo “compartir todo esto al mundo, te llamaré para que vuelvas a este lugar durante el tiempo que tenga que ocurrir, y cada vez que vengas, solo tendrás que hacer una cosa, una fotografía y compartirlo al mundo”. Acepté sus indicaciones, tuve que ir dos veces más, en el segundo día que había pasado cuatro días desde la última vez, se veía que el río estaba más lleno, hacía la fotografía y lo compartía al mundo por Instagram. Me volvió a llamar, un día después de que la televisión anunciara que venía el temporal Danna a España. Dónde el río iba de lado a lado, pero con la diferencia de que nadie había resultado herido ni el agua llegó a desbordarse, porque al avisar por Instagram, muchas personas que hubiesen estado por allí en ese momento, desestimaron en hacerlo, así que Manlleu sufrió solo daños estructurales bastante importantes, con pérdidas de obras que se habían invertido mucho dinero, pero lo importante es que no hubo ni muertes ni heridos. Gaia avisó para que esas personas pudiesen a día de hoy, seguir viviendo. Es nuestra mama humanitaria o como la dicen en el Universo Danna de la Perla Azul. 

Durante el temporal Gloria que afectó mucho a España, Gaia también me avisó de la misma forma, pero solo tuve que compartirlo al mundo una vez y fue suficiente para no causar heridos ni muertes. Si Gaia quería hacernos daño, ya lo hubiera hecho, queridos alumnos de mí corazón, con todo lo que estamos pasando ahora, solo les digo una cosa, intenten conectar con ella, hagan lo mismo, pónganse a meditar o a escuchar el momento presente en un lugar de sus casas que estén a solas y conversen con ella, es tiempo de volver a retomar la relación con nuestra madre más importante GAIA. 

Recomendación: Reunión familiar – serie de Netflix.

HR.

HERO&Corporation.

¿Un Demonio Siempre Ha Sido Malo?

  ¡Feliz año a todos! Dejamos atrás el año del infinito (2+0+2+4=8) y nos vamos centrando en el año de la divinidad (2+0+2+5=9). El año pa...